El rector de la UB, el campus español mejor posicionado en el 'ranking' de Shanghái, advierte de que ya no vale solo un título: "Hay que formarse toda la vida"
Para elegir carrera hay que dejarse guiar por la pasión. Dídac Ramírez
(Barcelona, 1946) es un firme defensor de esta idea, sobre la que
reflexiona en una entrevista que tuvo lugar recientemente, aprovechando
una breve visita a Madrid.
Doctor en Economía, Ciencias de la Educación y
Ciencias Económicas, el rector de la Universidad de Barcelona desde 2008 analiza los éxitos de su campus, que aparece sistemáticamente entre los mejores de España en los rankings internacionales.
Considera que estas clasificaciones no son la verdad absoluta, pero, advierte, sí pueden ayudar a evitar universidades “que casi regalan el título”.
Pregunta. Su universidad siempre sale bien clasificada en los rankings.
Por ejemplo, es la única española entre las 200 primeras del más famoso, el de Shanghái.
Respuesta. No en todos los rankings la de Barcelona es la primera. Y, por cierto, no está muy lejos del grupo de universidades españolas
consolidadas en el tiempo y de excelente calidad.
No hay que sacar el
juicio de mejor/peor, sino considerar sencillamente que los criterios
que se utilizan benefician más a unas que a otras.
En el caso de Shanghái,
por ejemplo, si una universidad tuviera dos premios Nobel nos pasaría
por delante.
Otros tienen en cuenta la producción científica o la
reputación, qué se dice en el entorno.
El hecho de aparecer varias veces
en el grupo de los primeros puede reforzar mantenerse en ese grupo.
“Se precisa educación generalista que permita ir adaptándose a las situaciones que se presenten”
P. ¿Fijarse en un ranking es un buen sistema para que los alumnos elijan universidad?
R. El
alumno estudia para tener conocimientos, competencias y habilidades.
Para eso, tiene presentes diversos criterios.
Uno de ellos, y más en
España por la escasez de becas, es la proximidad.
Es muy importante que
esté cerca de casa si tiene estudios que se adecuan a la vocación.
Lo
más importante es que ponga pasión en ello
Las universidades españolas ya tienen profesores de calidad. Y que haya buenos investigadores, lo que suelen valorar los rankings,
no va a determinar su formación, al menos no al principio
. Un
estudiante con ganas en una universidad menos buena obtendrá mejores
resultados que otro que esté en una mejor pero desmotivado.
También le
digo que el mercado laboral sí valora de donde es el título.
Y digo esto
porque están apareciendo universidades que podríamos llegar a pensar
que regalan los títulos o casi.
P. ¿A cuáles se refiere?
“Seguimos en crisis de financiación. Soy incapaz de asegurar que en 2017 no habrá estrecheces”
R. No
le voy a decir los nombres porque son pocas.
Pero según la manga ancha
de los respectivos Gobiernos, podríamos tener un problema.
Una
universidad bien posicionada en un ranking hace que el valor de estas otras caiga y no puedan dar gato por liebre.
P. Hablaba de la pasión. ¿Es más importante que fijarse en el mercado laboral?
R. Debe
pensarlo todo.
Unos alumnos están más orientados por razones
familiares, de contexto o ambiente a ganar dinero, otros a conocimientos
más genéricos.
Mi recomendación es que piense en el campo que le guste
porque es en el que será mejor.
Y, en segundo lugar, saber también que
no siempre se puede hacer lo que nos gusta y que deben adquirir unas
competencias para
Desde la LERU [Liga Europea de Universidades Investigadoras, en sus siglas en inglés, de la que forman parte la Universidad de Barcelona, Cambridge, Oxford y University College London, entre otras] trabajamos intensamente para establecer acuerdos que dejen efectos mínimos o nulos en las universidades.
Algunas de las principales fundadoras de LERU, como Cambridge o University College London, estuvieron haciendo campaña por Europa, y son las principales interesadas en que no haya efectos.
Cuando entran son muy jóvenes y, a esa edad, lo que hay que decirles es: “¡Arriesga!”.
Cuando empecé a dar clases en
Economía, tenía alumnos de economía de empresa que se consideraban de
segunda clase frente a los de economía general porque ellos se ocupan de
cosas más prosaicas.
Yo les decía: “Si venís a la universidad porque
queréis ser ministros, estudiad economía general.
Si lo que queréis es
ayudar a las empresas, habéis elegido la carrera adecuada”. Creo que
ayudé a subirles un poco la autoestima.
P. A veces es difícil tenerlo claro.
R. El
estudiante nunca debe dejar de lado la vocación.
Por eso es tan
importante que los sistemas universitarios establezcan cursos iniciales
en carreras que contemplen pasarelas para que pueda cambiar.
P. Entonces, el posgrado le serviría para apuntalar un poco más lo que ha elegido.
R. Hay
que tener muy presente que con el grado y el posgrado no se acaba la
formación de un individuo.
Al estudiante que me pidiera consejo, le
diría: “Mentalízate de que te vas a estar formando toda la vida”.
Antes
uno hacía una carrera, se colocaba y con sus conocimientos ya tenía
suficiente.
Hoy en día, el cambio es muy acelerado. Los robots de aquí a
2020 van a hacer tareas que ahora hacen los humanos. Así que el que
sepa hacer esas tareas se tendrá que reciclar y aprender a hacer robots.
Hay que huir de la enseñanza muy especializada al principio. Se
necesita formación generalista que te permita ir adaptándote a lo largo
de la vida a las situaciones que se puedan presentar.
P. ¿Sigue la crisis en la universidad?
R. Si
se refiere a la crisis de la financiación, seguimos en crisis.
No hemos
salido, pero ¿estamos en lo más profundo de la crisis? Espero que no.
¿Estoy convencido de que el año que viene remontamos? No. ¿Lo deseo?
Sí,
pero con las incertidumbres que hay en todos los niveles soy incapaz de
asegurar que en 2017 no habrá estrecheces.
La cuestión es que muchos
países durante la crisis han aumentado la financiación pública y aquí
no.
Si no renuevas un laboratorio, puedes tener grandes investigadores
pero no podrán trabajar en un lugar deteriorado.
Y tampoco podrás traer
profesorado de fuera para mejorar porque si ven que están mal
financiadas no querrán venir.
P. ¿Cómo puede ser que una carrera en una universidad pública de Cataluña cueste como dos en Galicia o hasta tres en Andalucía?
R. En
Cataluña ocurrió que, con la grave situación económico-financiera, el
Gobierno del presidente Mas se vio obligado a hacer recortes, como
todos.
Y ahí cada cual ordenó sus prioridades.
Él pensó que la sociedad
no le aceptaría recortar en todo y no en universidades.
Por eso se planteó subir las matrículas pero manteniendo la equidad.
Que las familias con más recursos compensaran parte de esos recortes de
forma que el estudiante de una familia de renta baja no tuviera ese
aumento.
P. ¿El Brexit afectará a las Erasmus?
R. No tiene por qué.Desde la LERU [Liga Europea de Universidades Investigadoras, en sus siglas en inglés, de la que forman parte la Universidad de Barcelona, Cambridge, Oxford y University College London, entre otras] trabajamos intensamente para establecer acuerdos que dejen efectos mínimos o nulos en las universidades.
Algunas de las principales fundadoras de LERU, como Cambridge o University College London, estuvieron haciendo campaña por Europa, y son las principales interesadas en que no haya efectos.
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