Un Blues

Un Blues
Del material conque están hechos los sueños

25 sept 2016

El secreto que esconde Kate Middleton en su armario........................................... María Contreras

Natasha Archer, a su llegada a la India durante la visita oficial de los duques de Cambridge a este país. Cordon press
 
Los duques de Cambridge y sus hijos aterrizaron este sábado en Canadá para reforzar el apoyo a la monarquía británica en uno de los países más importantes de la Commonwealth.
 Serán ocho días de viaje oficial cuya agenda incluirá visitas a siete ciudades en las provincias de Columbia Británica y Yukon, más de 30 compromisos -uno de ellos junto al primer ministro, Justin Trudeau, y su mujer, Sophie Grégoire-, y desplazamientos en canoa, hidroavión, velero e hidrodeslizador.
Kate Middleton con uno de los trajes que más éxito ha tenido hasta el momento de los que ha lucido en Bután. GETTY IMAGES
No parece un equipaje fácil de hacer el de la duquesa, cuyos cambios de vestuario serán analizados al detalle, pero la responsable de organizar sus looks ya tiene experiencia en estas lides. 
Se trata de Natasha Archer, ayudante personal de Kate Middleton ascendida a estilista oficiosa hace dos años, y una de las personas clave en su círculo de confianza.
 Tash, como todos la llaman en el palacio de Kensington, ya formó parte de la comitiva que acompañó a William y Kate en sus dos anteriores viajes oficiales (Australia y Nueva Zelanda en abril de 2014 e India y Bután en abril de este año) 
Su imagen descendiendo del avión mientras hace equilibrios con bolsas y maletas es una instantánea recurrente.
A ella se le atribuye el cambio de estilo de la duquesa, que en los últimos dos años ha sofisticado y rejuvenecido su guardarropa, añadiendo una dosis de riesgo controlado en vestidos con bajos más cortos o sutiles transparencias, e incorporando marcas menos obvias como Barbara Casasola o Altuzarra a otras de cabecera como Jenny Packham o Temperley London.
 Su influjo en Middleton, que según un reciente estudio realizado por la empresa de marketing Rakuten está considerada la mujer con más estilo de Reino Unido, la convierte en una de las personas más influyentes de la moda británica.
 Sin embargo, y por voluntad propia, también es una de las más desconocidas.
De Archer, que acaba de cumplir 30 años, se sabe que estudió en el exclusivo internado Uppingham School y se licenció en Hispánicas en el King's College de Londres. Según revela su escueto perfil de LinkedIn, forma parte del personal de la casa real inglesa desde 2007 (aunque no especifica qué posiciones ha ocupado), y habría trabajado con anterioridad para los duques de Gloucester.
 Además, se ha prometido este mes con Chris Jackson, el fotógrafo de la agencia Getty que se encarga de cubrir las apariciones de la familia real; él mismo lo anunció en su cuenta de Instagram, donde alterna imágenes de su porfolio profesional con otras más personales, muchas de ellas de Natasha.
 Jackson también se desplazará a Canadá con ocasión del viaje de los duques. 

Como cargo de confianza, Archer es una de las pocas personas ajenas a la familia que pudo acceder al hospital tras los nacimientos de los príncipes Jorge y Carlota. Además de comprar online para Middleton ropa de marcas accesibles como ASOS o Topshop, la estilista encarga a las firmas de alta gama distintas opciones para las apariciones públicas de la duquesa, y la asesora en su elección de vestuario, aunque la última palabra siempre es de Middleton.
 En ocasiones, la ayuda de Archer llega incluso más lejos. En uno de los actos de su reciente viaje a India, la duquesa llevó un vestido estampado de una diseñadora de Mumbai, Anita Dongre. 
La prenda, que en origen tenía forma de túnica, fue acortada y customizada para adaptarla al estilo de Middleton, y según declaró Dongre a The Telegraph, el mérito fue solo de Natasha: 
 “Su estilista es increíble. Retiró la estola que venía con el vestido y convirtió parte de ella en un cinturón; el resultado es relajado y actual”.
El efecto Kate no se hizo esperar, y la web de Dongre recibió tantos pedidos que su servidor se colapsó.
 Donde Archer aún no ha logrado introducir grandes cambios es en el calzado de Kate Middleton, siempre fiel a sus zapatos fetiche de color nude de L.K.Bennett tan denostados por las publicaciones de moda.
 Todo llegará. 

La venganza de Van Gogh............................................................................... Gabriela Cañas

El pueblo francés donde se suicidó el genio pide fondos al mundo entero

Necesitan reparar la iglesia que inmortalizó el artista y el cementerio donde reposa.

 

La iglesia de Auvers-sur-Oise, retratada por Van Gogh
Vincent van Gogh buscó el norte para morir. 
Abandonó el sur de Francia y se estableció a 30 kilómetros de París, en un pequeño pueblo llamado Auvers-sur-Oise. 
 Allí sufrió una fiebre creativa: 60 lienzos en 70 días. 
Hasta que se suicidó.
 Allí inmortalizó sus gentes y sus esquinas; entre ellas la iglesia del pueblo, hoy mundialmente conocida gracias a su pincel.
 El otoño pasado, una tormenta destruyó su techo y movió un pilar. La iglesia está en peligro y el pueblo ha lanzado un llamamiento para repararla. 
El templo le negó un funeral católico al suicida. Ahora, es el nombre de ese repudiado el que puede salvarla.

Auvers-sur-Oise habría sido un bello pueblo sin más historia si no hubiera sido porque un tal Vincent van Gogh apareció por allí a finales de julio de 1890.
 En apenas dos meses y medio, hasta que se quitó la vida, dejó una huella indeleble.
 Dar un paseo por las empedradas calles de esta villa es cubrir un hermoso recorrido pictórico en el que comparar la realidad con la mirada impresionista del maestro holandés.
Allí se quitó la vida y allí, según rezan los carteles estratégicamente situados en el pueblo, el párroco de la iglesia de Nuestra Señora de la Asunción se negó a oficiar el funeral.
 El hermano del pintor, Theo, tuvo que rectificar las invitaciones.
Una tormenta en octubre pasado dañó gravemente la iglesia. 
Con 600.000 euros se resolvería el problema, pero la alcaldesa, Isabelle Mézières, asegura que su pequeño municipio (6.800 habitantes) no dispone de tal suma. “Tenemos una responsabilidad financiera desmesurada.
 Por eso nos estamos dirigiendo al mundo entero”, explica.
mundo entero”, explica.
La iglesia de Auvers-sur-Oise.

Sin subvenciones

Un año después de la tormenta el dinero no ha llegado todavía. Ni un duro de subvención oficial y una insuficiente respuesta ciudadana (13.100 euros) a la colecta pública abierta por la Fundación del Patrimonio. 
“No crea que es tan poco”, explican en este organismo. 
“Para lograr más dinero hay que hacer actividades y no se ha hecho todavía ninguna.
 Es el Ayuntamiento el que tiene que ponerse a ello”.

La iglesia es un sencillo templo construido entre los siglos XII y XIII.
 La tormenta destruyó parte de la techumbre y movió peligrosamente uno de los pilares.
 Sigue abierta al público con zonas acotadas.
 La reparación es urgente, pero no es el único rincón del pueblo que hace aguas.
 El entorno de la iglesia necesita un repaso, el camino hasta el cementerio también y el propio camposanto, donde reposan los restos de Vincent van Gogh y su hermano Theo, sufre filtraciones y carece de seguridad alguna. 
Es parte del encanto de Auvers-sur-Oise, esa sensación de estar hallando un tesoro en lugares tan sencillos, pero hay inquietud en el pueblo.
 Hasta 200.000 personas peregrinan hasta este lugar atraídos por el autor de Los girasoles y los escenarios se desmoronan.
La alcaldesa habla del triángulo de oro, compuesto por el albergue Ravoux, en cuya habitación número cinco, conservada tal cual, murió el pintor, la iglesia y el cementerio.
 Este último es el segundo más visitado de Francia, después del de Père-Lachaise, en París, según asegura Dominique Janssens, el presidente del Instituto Van Gogh, situado en el albergue Ravoux. Ahí, en el porche, las mesas, sillas y vasos que utilizaba el pintor han quedado fijadas como una escultura viviente.
Reparar el cementerio costaría otros 600.000 euros y justamente esta semana Janssens ha recibido la buena noticia de la cooperación del Museo Van Gogh de Ámsterdam.
 El mes que viene empezará la campaña internacional. Se pueden ya recoger fondos a través de métodos seguros de pago por Internet y se han instalado en el lugar máquinas para aportar cómodamente pequeñas cantidades con tarjeta o con móvil.
 “Confiamos en el crowdfunding para conseguir los fondos”, explica Janssens. 
La lluvia sigue filtrándose desde el tejado de la iglesia de vez cuando.
 “Todo lo que viene del cielo es bueno”, ha dicho párroco el pueblo, Pierre Machenaud, “pero esto…”. 

"Conviértase en mecenas de Vincent y Theo"

El sueño de Van Gogh era exponer algún día sus obras en un café. Murió joven (37 años) y sin ser reconocido como pintor. 
El Instituto que lleva ahora su nombre restauró la que fue su última casa, el albergue Ravoux, en 1993, y acaricia la idea de cumplir ese sueño. 
Pero previamente quiere restaurar el camino y, sobre todo, el cementerio. 
 Antes del verano lanzó la campaña, junto al Ayuntamiento, para recabar fondos. Este mes redobló el llamamiento bajo el lema “Conviértase en mecenas de Vincent y Theo van Gogh”. Ahora, el presidente del instituto, Dominique Janssens, quiere internacionalizar la campaña.
 “Todo el mundo ha ganado dinero con Van Gogh”, recuerda. “Museos, casas de subastas, marchantes…”.
 Baste recordar que Los girasoles se adjudicó hace 20 años por 35 millones de euros.
 El cuadro de la iglesia de Auvers-sur-Oise, por cierto, está en el Museo d’Orsay, uno de los más visitados de París. “Es el momento de devolverle a Van Gogh algo de lo que nos ha dado”, dice Janssens.
 “Cada país puede devolver parte de lo ganado gracias a él”. Los pagos online se pueden hacer desde la web www.institutvangogh.org.

Eduard Fernández y poco más.............................................................................. Carlos Boyero

No tenía ningún título favorito para que le concedieran la Concha de Oro

Se la han otorgado a la discreta, pero olvidable 'I'm not Madame Bovary'.

 

Eduard Fernández, con la Concha de Plata.
Aunque la selección de películas a concurso no haya sido especialmente brillante hay algunas ediciones de festivales de cine que siempre tendrán un lugar privilegiado en tu memoria cinéfila porque en medio de un tono grisáceo descubriste una joya, o con suerte, un par de ellas.
 No he tenido ese placer en este festival de San Sebastian 
. Hablo del cine que he visto en la sección oficial. 
Y estoy seguro de que los espectadores que no tuvieran que ceñirse a ella, que fueran a su aire, sí han podido disfrutar de un cine excelente. 
Por ejemplo: yo hubiera sido feliz de revisar la filmografía completa de Jacques Becker, uno de los tres o cuatro directores franceses que amo, y cuya obra ha homenajeado San Sebastian, pero no había tiempo.
 Y, francamente, no tenía ningún título favorito para que le concedieran la Concha de Oro.

Se la han otorgado a la discreta, pero también olvidable película china I’m not Madame Bovary 
. Que el título no engañe a los comprensibles admiradores de Flaubert. 
No es una nueva adaptación de su inmortal novela.
 Sí de lo asfixiante que puede ser la existencia en una China donde la burocracia es la reina, donde se prohibía tener más de un hijo, donde los pleitos por intentar que se te haga justicia se pueden alargar interminablemente.
 El director Xiaogang Feng lo cuenta con cierto atrevimiento (al parecer, la censura le está acosando), con algún momento de comedia, con intención de sátira. 
Y tiene cierta gracia la interpretación de su protagonista, Fan Bingbing, que ha recibido un aceptable premio a la mejor interpretación femenina.
El reconocimiento al mejor director también posee sabor asiático.
 Se lo otorgan al coreano Hong Sang-soo por Yourself and Yours, una agotadora crónica de una ruptura amorosa y de la retorcida personalidad de la hembra, resuelta en planos fijos de diez minutos en los que los personajes largan y largan. 
De acuerdo en que la fórmula es original, pero no logro adivinar donde reside su presunto arte. 

El premio especial del Jurado se ha concedido ex aequo ala sueca El gigante y a la argentina El invierno. 
 La primera sigue con estilo documental los doloridos pasos y los sueños de un enano con el rostro deformado que mantiene la ilusión de ser campeón en el juego de la petanca.
 La segunda describe la árida y complicada supervivencia de esquiladores en la Patagonia.
 Les deseo suerte a los sufridos personajes de ambas, pero tal como me narran sus historias no me transmiten nada parecido a conmoción.
No creo que el guion de Que Dios nos perdone sea lo mejor de ella.
 Prefiero la realización, el clima turbio, la veraz ambientación que consigue el director Rodrigo Sorogoyen. ¿Y qué me parece indiscutible en el palmarés? Pues el premio de interpretación a ese actor inmenso llamado Eduard Fernández encarnando al espía, estafador, mangui de altura, mentiroso profesional Francisco Paesa en la inquietante El hombre de las mil caras.
 Siempre me creo a este actor, dueño de infinidad de registros. 
Aquí no mueve un musculo de la cara, pero todo en él da miedo, su autocontrol, que jamás enseñe sus cartas, la gélida seguridad de un tipo que sabe demasiado sobre las permanentes cloacas de los Estados, su capacidad para el camuflaje y la huida rápida, su maestría para la maquinación.
 Es un espectáculo ver una y otra vez las creaciones de este actor superdotado, hondo, magnético, siempre creíble. 

Palmarés completo

Concha de Oro: I'm not Madame Bovary, de Xiaogang Feng (China).
Premio especial del Jurado: ex aequo para El gigante (Suecia) y El invierno (Argentina).
Concha de Plata a mejor dirección: Hong Sang-soo, por Yourself and yours (Corea).
Concha de Plata al mejor actor: Eduard Fernández por El hombre de las mil caras.
Concha de Plata a la mejor actriz: Fan Bingbing, por I'm not Madame Bovary (China).
Mejor guion: Isabel Peña y Rodrigo Sorogoyen, por Que Dios nos perdone.
Mejor fotografía: Ramiro Civita, por El invierno (Argentina).
Premio Horizontes Latinos: Rara (Chile), de Pepa San Martín.
Premio Nuev@s Director@s: Park, de Sofia Exarchou (Grecia).
Premio Tabakalera-Zabaltegi: Eat that Question: Frank Zappa in his own words, deThorsten Schüte (Francia, Alemania).
Premio de la Juventud: Bar Bahar, de Maysaloun Haoud (Israel).
Premio del Público: I, Daniel Blake, de Ken Loach (Reino Unido).
Premio La otra mirada: Bar Bahar, de Maysaloun Haoud (Israel).
Premio FIPRESCI: Lady Macbeth, de William Oldroyd (Reino Unido).

Cada uno en su rutina.........................................................................Juan José Millás

COLUMNISTAS-REDONDOS_JUANJOSEMILLAS
HE AQUÍ uno de los famosos tranvías de Lisboa con gente dentro, como un autobús de juguete con sus señoras y señores pequeñitos. Estuve en Lisboa, pero me limité a verlos por fuera y me parecieron bien.
 Cuando me invitaron a subir dije que no por vergüenza, como si me estuvieran invitando a subir al tiovivo. 
No tengo edad para el tiovivo, ni para los tranvías de Lisboa. La señora de la ventanilla de la derecha, tampoco, pero ella no se ha subido por diversión, sino para ir al mercado, o para volver de él. Es la diferencia entre encender la chimenea porque te da gusto ver el fuego o porque tienes frío. 
El señor de la ventanilla de detrás podría ser un turista, quizá va contestando un wasap, o enviando a su madre una fotografía que acaba de sacar.
 El móvil es un competidor furioso del paisaje.

Tourist Boom Upsets Lisbon Dwellers
Pau Barrena
 
En los tranvías de Lisboa hay mucha mezcla de necesidad y placer.
 Ocurre con todo lo pintoresco. 
Un rico europeo visita las favelas de Brasil, por poner un ejemplo, y disfruta del cromatismo que para el autóctono constituye un infierno de colores.
 No es que el rico europeo disfrute por maldad, sino por una especie de tic, un tropismo, diríamos.

–Fui a las favelas –cuenta al regreso–. ¡Hay que verlas!
Pero ahora estamos en Lisboa, cautivados por esta imagen que tiene un secreto con el que no acabamos de dar.
 Quizá resida en el hecho de que la señora, que es de allí, va con la mirada perdida en la contemplación de las calles, mientras que el señor de las gafas oscuras, que viene de afuera, parece pendiente del teléfono.
 Cada uno en sus rutinas y Dios en las de todos.