Un Blues

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Del material conque están hechos los sueños

9 sept 2016

‘Gran Hermano 17’: Chonis, mazaos, vírgenes y mártires................................................ Luz Sánchez-Mellado

Mercedes Milá traspasa el cetro de los 'realities' a Jorge Javier Vázquez en 'Gran Hermano 17'.

GH17. Mercedes Milá y Jorge Javier Vázquez, en la primera gala de 'Gran Hermano 17'.
Llegó ella, figura del coso durante quince temporadas y, atalajada de rosa capote, antes muerta que discreta, le pasó los trastos al debutante e hizo mutis por la puerta grande con el respetable en el canalillo.
 Mercedes Milá, gran maestra de los cónclaves de Gran Hermano desde el principio de los tiempos, le entregó una hortensia tamaño rosetón de Nôtre Dame a Jorge Javier Vázquez, gran maestro de los sanedrines Sálvame Diario y Deluxe, y de esa florida guisa quedó sellado el traspaso de poderes en el gobierno del reality insignia de Paolo Vasile I de Mediaset España.
 En toriles, escarbando la arena mientras le abrían el cercado, esperaba ansioso el ganado de este año; el consabido lote de chonis de barrio, mazas de gimnasio, frikis de discoteca y el intelectual hipster de turno encantados de haberse conocido y de conocer a sus homólogos hasta el inminente inicio de hostilidades y apareamientos mutuos, fines últimos de tan escogida cumbre de autoridades en sus respectivas materias.
 La hortensia de la paz fue lo único ¿elegante? de la noche.
 Milá y Vázquez zanjaban así cualquier atisbo de polémica, desencuentro o celos, celitos, celos entre ellos. 
Ella admitió humildemente que se fue cinco minutos antes de que se lo sugirieran, y él le agradeció gentilmente los servicios prestados cinco microsegundos antes de crecerse un palmo largo y pasaportarla a la historia. 
Sin acritud, sin prosopopeya, sin misericordia.
 De reina a reina de la fiesta. Al final, todo quedaba en casa.
 Y de eso se trataba, básicamente. De redecorar La Casa. Ni Gran Hermano, ni Supervivientes ni Las Campos ni Hombres, ni Mujeres ni Viceversa.
 Hace tiempo que quedó claro que, servicios informativos aparte, Telecinco es un reality en sí mismo
Una escalera de pisos intercomunicados cuyos vecinos se meten unos en casa de otros desde la cocina hasta el salón y de allí hasta el retrete propiamente dicho. Y es para eso, para seguir tirando de la cadena, para lo que es necesario renovar la nómina de inquilinos. La carne de segunda, como el pescado, por mucho que se congele, acaba pasándose, y hay que comprar nuevas piezas para seguir nutriendo la picadora. ¿O es que alguien recuerda a una tal Sofía, hija de una tal Maite, ex churri de un tal Suso?
En la actual contienda, donde presuntamente nada es lo que parece, destacan un tal Miguel -"Hola, soy de O Grove, y estoy muy bueno"-, una tal Noelia –"soy virgen pero tengo orgasmos cerebrales"-, una tal Bea –"soy chonija, entre choni y pija"- y un arquitecto sevillano de cuyo nombre no me acuerdo más atildado que Wilde, Byron y Floriano juntos.
 Total, que aunque la mascletá de Telecinco anunciando la buena nueva no ha tenido nada que envidiarle al lanzamiento planetario del iPhone 7, todo parece indicar que, más que el rizo, Gran Hermano todo lo más rizará el bucle. 
Ya dijo Jorge Javier que tratar de imitar a la Milá sería "un suicidio". De momento, y aunque las comparaciones son odiosas, sobre todo para quien las pierde, el tanteo sigue en  Mercedes, 15 ediciones, Jorge Javier, 1.
 Pero démosle tiempo al tiempo. Tengo un querido colega con más conchas que un galápago metido hasta el corvejón en los bajos fondos policiales, políticos y periodísticos cuya máxima preocupación es que su única e idolatrada sobrina de cinco añitos no entre en Gran Hermano 30
Visto lo visto y oído lo oído dentro y fuera de la casa de Guadalix de la Sierra, yo que él iría dedicándome full time desde ya mismo a esa hercúlea tarea ante tamaño desafío.


 

8 sept 2016

Jean-Paul Belmondo: 13 películas para recordar

El Festival de Venecia rinde homenaje al actor Jean-Paul Belmondo con un León de Oro a su trayectoria cinematográfica durante cerca de medio siglo.

 

'A bout de souffle' ('Al final de la escapada', Jean-Luc Godard, 1960). Una película con trama de 'thriller', de bajo presupuesto y rodada con urgencia. Después del estreno, la revolución cinematográfica, la 'Nouvelle Vague' y la consagración de Godard como creador iconoclasta. Casi sesenta años después, sus dos protagonistas, Jean-Paul Belmondo y Jean Seberg convertidos en iconos del siglo XX mientras pasean por los Campos Elíseos. 
'A bout de souffle' ('Al final de la escapada', Jean-Luc Godard, 1960). 
Una película con trama de 'thriller', de bajo presupuesto y rodada con urgencia. Después del estreno, la revolución cinematográfica, la 'Nouvelle Vague' y la consagración de Godard como creador iconoclasta.
 Casi sesenta años después, sus dos protagonistas, Jean-Paul Belmondo y Jean Seberg convertidos en iconos del siglo XX mientras pasean por los Campos Elíseos.



'Un mono en invierno' (Henri Verneuil, 1962). Aficionado al boxeo, Jean-Paul Belmondo tenía su primer combate cinematográfico con todo un peso pesado del cine francés, Jean Gabin. Un encuentro en las alturas del que el joven actor no saldría mal parado, confirmando su talento como comediante al servicio de unos excelentes diálogos creados por Michel Audiard.  'Un mono en invierno' (Henri Verneuil, 1962). Aficionado al boxeo, Jean-Paul Belmondo tenía su primer combate cinematográfico con todo un peso pesado del cine francés, Jean Gabin.
 Un encuentro en las alturas del que el joven actor no saldría mal parado, confirmando su talento como comediante al servicio de unos excelentes diálogos creados por Michel Audiard.


Foto 3 de 13
'Cartouche' (Philippe de Broca, 1962). Primer encuentro con uno de los directores fetiches de la carrera del actor, el director Philippe de Broca. Belmondo confirmaba su carisma como actor de películas de acción y aventuras y el cine de capa y espada conocía uno de sus grandes éxitos. A recordar, la presencia de una maravillosa y sensual Claudia Cardinale en los brazos de Belmondo. 

'Cartouche' (Philippe de Broca, 1962). Primer encuentro con uno de los directores fetiches de la carrera del actor, el director Philippe de Broca.
 Belmondo confirmaba su carisma como actor de películas de acción y aventuras y el cine de capa y espada conocía uno de sus grandes éxitos. A recordar, la presencia de una maravillosa y sensual Claudia Cardinale en los brazos de Belmondo.


'Peau de banane' (Marcel Ophüls, 1963). Jean-Paul Belmondo volvía a encontrarse en la pantalla con la actriz Jeanne Moreau en una suerte de comedia ligera siguiendo el modelo americano que en esos años cultiva cierto cine francés. Hijo del director Max Ophüls, realizador de clásicos como Carta de una desconocida o Lola Montes, Marcel Ophüls dejaría la ficción para dedicarse al documental histórico. 'Peau de banane' (Marcel Ophüls, 1963). Jean-Paul Belmondo volvía a encontrarse en la pantalla con la actriz Jeanne Moreau en una suerte de comedia ligera siguiendo el modelo americano que en esos años cultiva cierto cine francés.
 Hijo del director Max Ophüls, realizador de clásicos como Carta de una desconocida o Lola Montes, Marcel Ophüls dejaría la ficción para dedicarse al documental histórico.r

'El hombre de Río' (Philippe de Broca, 1964). Uno de los grandes éxitos de la carrera de Jean-Paul Belmondo que volvía a ponerse a las ordenes del realizador Philippe de Broca. Las imágenes de Belmondo saltando por los edificios de una Brasilia en plena construcción o corriendo por las calles de Paris lo convierten en una especie de predecesor de Indiana Jones parisino sin necesidad, eso sí, de doble. Como objeto de sus desvelos una inolvidable Françoise Dorleac.

El hombre de Río' (Philippe de Broca, 1964). Uno de los grandes éxitos de la carrera de Jean-Paul Belmondo que volvía a ponerse a las ordenes del realizador Philippe de Broca.
 Las imágenes de Belmondo saltando por los edificios de una Brasilia en plena construcción o corriendo por las calles de Paris lo convierten en una especie de predecesor de Indiana Jones parisino sin necesidad, eso sí, de doble. Como objeto de sus desvelos una inolvidable Françoise Dorleac. 


'Pierrot el loco' (Jean-Luc Godard, 1965). El rostro pintado azul Klein de Jean-Paul Belmondo se ha convertido en una de las imágenes plásticas más recurridas y celebradas del imaginario cultural del siglo XX. Godard volvía a confiar en el dúo Belmondo y Karina como pareja en fuga de la civilización a la búsqueda de su isla del tesoro por las costas mediterráneas. 'Pierrot el loco' (Jean-Luc Godard, 1965).
 El rostro pintado azul Klein de Jean-Paul Belmondo se ha convertido en una de las imágenes plásticas más recurridas y celebradas del imaginario cultural del siglo XX. Godard volvía a confiar en el dúo Belmondo y Karina como pareja en fuga de la civilización a la búsqueda de su isla del tesoro por las costas mediterráneas.

'Las tribulaciones de un chino en China' (Philippe de Broca, 1965). Aunque la película no tuvo los resultados artísticos de las anteriores colaboraciones del tándem Belmondo-De Broca en esta historia llena de aventuras y basada en una novela de Julio Verne, para la crónica de sociedad supuso el encuentro entre el actor y la actriz Ursula Andress que iniciarían una historia de amor. Las tribulaciones de un chino en China' (Philippe de Broca, 1965)
. Aunque la película no tuvo los resultados artísticos de las anteriores colaboraciones del tándem Belmondo-De Broca en esta historia llena de aventuras y basada en una novela de Julio Verne, para la crónica de sociedad supuso el encuentro entre el actor y la actriz Ursula Andress que iniciarían una historia de amor.

'Casino Royale' (John Huston, Ken Hughes, 1967). Un pequeño cameo del actor para esta sátira algo fallida sobre el agente OO7 con reparto de lo más variado: David Niven, Peter Sellers, Orson Welles, Ursula Andress y un Woody Allen como sobrino del agente con licencia para matar. Entre lo más recordable, la canción 'The Look of Love' interpretada por Dusty Springfield. 'Casino Royale' (John Huston, Ken Hughes, 1967). Un pequeño cameo del actor para esta sátira algo fallida sobre el agente OO7 con reparto de lo más variado:
 David Niven, Peter Sellers, Orson Welles, Ursula Andress y un Woody Allen como sobrino del agente con licencia para matar
. Entre lo más recordable, la canción 'The Look of Love' interpretada por Dusty Springfield.



'El ladrón de Paris' (Louis Malle, 1967). Belmondo se encontraba por primera y última vez con el director Louis Malle, que acababa de dirigir a Brigitte Bardot y Jeanne Moreau en Viva Maria. El actor interpreta a un ladrón llamado Georges Randal, que en una sociedad decadente y corrupta como la 'Belle époque', hace del robo una fructífera profesión como forma de rebelión contra su propia clase social. 

'El ladrón de Paris' (Louis Malle, 1967). Belmondo se encontraba por primera y última vez con el director Louis Malle, que acababa de dirigir a Brigitte Bardot y Jeanne Moreau en Viva Maria.
 El actor interpreta a un ladrón llamado Georges Randal, que en una sociedad decadente y corrupta como la 'Belle époque', hace del robo una fructífera profesión como forma de rebelión contra su propia clase social.


'La sirena del Mississippi' (François Truffaut, 1969). Siguiendo los pasos de su admirado maestro Alfred Hitchcock, Françoise Truffaut construye esta historia o paseo por el amor y la muerte con Jean- Paul Belmondo y Catherine Deneuve. El actor realiza una de sus interpretaciones más bellas en el papel de un hombre enamorado envuelto en un 'amour fou', devastador y destructivo. 
'La sirena del Mississippi' (François Truffaut, 1969). Siguiendo los pasos de su admirado maestro Alfred Hitchcock, Françoise Truffaut construye esta historia o paseo por el amor y la muerte con Jean- Paul Belmondo y Catherine Deneuve.
 El actor realiza una de sus interpretaciones más bellas en el papel de un hombre enamorado envuelto en un 'amour fou', devastador y destructivo.
Borsalino (Jacques Deray, 1970). Con gran bombo y platillo se anunciaba esta producción ambientada en los años treinta y la mafia de Marsella. El morbo y la expectación de ver juntos en la pantalla a los dos grandes divos del cine francés, Alain Delon y Jean-Paul Belmondo, aquí imitando a la pareja Newman-Redford, haría correr a los espectadores a las salas de cine. 

Borsalino (Jacques Deray, 1970). Con gran bombo y platillo se anunciaba esta producción ambientada en los años treinta y la mafia de Marsella.
 El morbo y la expectación de ver juntos en la pantalla a los dos grandes divos del cine francés, Alain Delon y Jean-Paul Belmondo, aquí imitando a la pareja Newman-Redford, haría correr a los espectadores a las salas de cine.
 

'Stavisky' (Alain Resnais, 1974). En pleno 'boom' del llamado cine retro, Belmondo interpretaba al estafador Alexandre Stavisky protagonista de uno de los mayores escándalos político-financieros de la Francia de los años treinta. El nombre de un director estrella de la 'Nouvelle Vague' como Alain Resnais se unía a una producción bastante insólita con banda sonora del mismísimo Stephen Sondheim, el compositor de los musicales de Broadway, que acabaría a pesar de todo, en un gran fracaso comercial.
 
'Stavisky' (Alain Resnais, 1974). En pleno 'boom' del llamado cine retro, Belmondo interpretaba al estafador Alexandre Stavisky protagonista de uno de los mayores escándalos político-financieros de la Francia de los años treinta. 
El nombre de un director estrella de la 'Nouvelle Vague' como Alain Resnais se unía a una producción bastante insólita con banda sonora del mismísimo Stephen Sondheim, el compositor de los musicales de Broadway, que acabaría a pesar de todo, en un gran fracaso comercial.


'Un homme et son chien' (Francis Huster, 2008). Ultima aparición de Jean-Paul Belmondo en la pantalla que volvía al cine después de una ausencia de siete años y un periodo de convalecencia a causa de un derrame cerebral. Inspirada en la película Umberto D, uno de los clásicos del Neorrealismo italiano, a pesar del fracaso comercial, la película se convertía en un gran homenaje al actor que acababa de cumplir 75 años. 

 'Un homme et son chien' (Francis Huster, 2008). Ultima aparición de Jean-Paul Belmondo en la pantalla que volvía al cine después de una ausencia de siete años y un periodo de convalecencia a causa de un derrame cerebral. 
Inspirada en la película Umberto D, uno de los clásicos del Neorrealismo italiano, a pesar del fracaso comercial, la película se convertía en un gran homenaje al actor que acababa de cumplir 75 años.



Natalie Portman muestra las 50 sombras de ‘Jackie’............................................................ Álex Vicente......................

El chileno Pablo Larraín firma una biografía estimulante pero algo reverenciosa de la viuda de Kennedy.

Natalie Portman caracterizada como Jackie Kennedy en un fotograma del filme de Pablo Larraín.
¿Por qué rodar una biografía de Jacqueline Kennedy en 2016? “¿Y por qué no?”, contraatacaba ayer el director chileno Pablo Larraín, que presentó su debut en lengua inglesa en la competición de la Mostra de Venecia, donde las quinielas ya dan por segura su presencia en el palmarés.
 Jackie fue un encargo del cineasta Darren Aronofsky, quien pensó en rodarla a principios de esta década junto a su ex compañera sentimental, la actriz británica Rachel Weisz
 Su ruptura dejó el proyecto en suspenso, hasta que Aronofsky coincidió con Larraín en la Berlinale de 2015 y le propuso que tomara las riendas.
 “No soy estadounidense y no tengo el mismo apego por su historia que por la de mi país, pero me pareció una oportunidad increíble”, afirma Larraín, responsable de títulos como No, El club o Neruda.

Jackie es una biografía por la tangente: se centra únicamente en los días posteriores al asesinato de John F. Kennedy, en noviembre de 1963, cuando la primera dama estadounidense, a quien interpreta Natalie Portman, intenta recuperarse del choque mayúsculo que acaba de vivir subida al vehículo presidencial en Dallas.

 A esa mujer vestida en un traje rosa de tweed manchado de sangre se la sigue considerando hoy uno de los grandes enigmas de la política estadounidense del siglo pasado. 

 Aunque, en realidad, desde 2011 lo sea bastante menos. 

Para conmemorar el 50º aniversario de la presidencia de Kennedy, la familia aceptó publicar una larga conversación en siete partes que Jackie acordó a Arthur M. Schlesinger, un historiador amigo que había tenido un cargo de asesor especial de JFK en la Casa Blanca. 

Fue solo una de las tres entrevistas que concedió tras la muerte de su marido y la última donde habló de su presidencia, lo que no volvería a hacer hasta su muerte en 1994. 

El encuentro se produjo a principios de 1964, solo algunas semanas después del asesinato, y fue grabado en una serie de cintas secretas que también vieron la luz hace cinco años

. La imagen cándida de la primera dama quedaba parcialmente desmentida.

 En ellas, se descubría a una mujer arisca y clasista, de lengua viperina y tendencia al revisionismo –véase el uso de la leyenda sobre JFK y su pasión por el musical Camelot, incluida en la película–, que la conmoción que debía de seguir experimentando no logra excusar del todo.

 Por ejemplo, llamaba “falso” a Martin Luther King, a quien acusaba de organizar orgías, “ególatra” a Charles de Gaulle y “lesbiana” a la congresista Clare Boothe Luce.

 Lejos de su imagen de mujer sumisa a los deseos de su marido y agnóstica respecto a todo militantismo, a años luz de personajes como Eleanor Roosevelt o la primera Hillary Clinton, Jackie Kennedy demostraba un conocimiento profundo de la vida política de su país y del personal que rodeaba a su marido, entre los que repartía premios y castigos en la grabación.

Larraín admitió ayer haberse inspirado en esas cintas, aunque no tengan un reflejo directo en la película.

 Pese a servirse de una sugerente narración no lineal y una acertada puesta en escena, fundamentada en planos pegados al rostro de su protagonista, a Larraín se le descubre más encorsetado que de costumbre, demostrando una amabilidad excesiva respecto al personaje.

 La película parece esforzarse exageradamente en no molestar a nadie: esa doble cara de Jackie aparece en algunas secuencias, aunque siempre con timidez.

 Por su parte, Portman logra imitar la inconfundible dicción de la primera dama en una demostración técnica bastante impresionante, en la que se entremezclan la fuerza y la vulnerabilidad, aunque también esté algo exenta de alma.

 “Me pareció uno de mis papeles más peligrosos, porque todo el mundo sabe qué aspecto tenía, cómo sonaba y cómo caminaba. Nunca había interpretado a un personaje así y nunca me había considerado una gran imitadora”, admitió la actriz. 

Para Larraín, el parecido físico no era lo importante: “La clave no es el maquillaje y las pelucas, sino el hecho de crear un parecido, una ilusión”.

 El director no considera que su película sea un biopic.

 “Es más bien un intento de meterse en su mundo y sus circunstancias”, explicó.

 “Al final tampoco sabes quién es ella, porque eso resulta imposible”. 


Natalie Portman caracterizada como Jackie Kennedy en un fotograma del filme de Pablo Larraín.

Pablo Larraín y Natalie Portman, en la presentación de 'Jackie' en Venecia. AFP
Una de las últimas secuencias resulta representativa del resultado. Jackie abandona la Casa Blanca subida a un coche oficial.
 De lejos, observa distintos maniquíes en el escaparate de una tienda.
 Todos ellos se le parecen: lucen un peinado similar y un conjunto que podría encontrarse en su armario, lo que la hace sonreír. Durante ese tramo final, no han dejado de repetirle que el país no olvidará que ha estado a la altura.
 “La recordarán por su dignidad”, la elogia un impertinente reportero de la revista Life.
 Es decir, por su saber estar, por su entereza y también su glamour: nada que no supiéramos ya. 
Portman se refirió indirectamente a esa escena en la rueda de prensa.
 “¿Cómo conservar tu humanidad cuando eres un símbolo para mucha gente, cuando todo el mundo te trata como si fueras un maniquí?”, se interrogó la actriz, sin dejar claro si hablaba de Jackie o de sí misma.
 Tal vez esa era la pregunta que la película debía responder.


Sale a subasta el vestido con el que Marilyn Monroe cantó ‘Cumpleaños feliz’

La casa de subastas Julien’s Auctions espera que la prenda alcance los 2,7 millones de euros. 

La pieza es una de las más icónicas de la actriz.