Un Blues

Un Blues
Del material conque están hechos los sueños

2 sept 2016

Caracas y Cantorita........................................................................... Boris Izaguirre.

Maduro ha conseguido unidad para marchar en su contra.

 Me sumé a la manifestación. Esta es una ciudad con miedo.

 

Protesta contra Maduro en Caracas ayer. AP
 
Regresé a Caracas y me sumé a la manifestación llamada la Toma de Caracas
Muchas madres advertían a sus hijos que no acudieran y al final terminaron acompañándoles.
 Los selfies retrataban ciudadanos llegados de todas partes.
 Una comunidad indígena avanzó desde el Amazonas y se convirtieron en las estrellas de la marcha con sus coronas de plumas y su castellano mejor que el de los caraqueños. Para combatir el sol caribeño, en la marcha se impuso el sombrero wayuu, que es, como tantas cosas, colombiano y venezolano.
 Había banderas arcoíris y también los motoristas típicos de la ciudad, que sostienen con su locura el día a día de las empresas, llevando a sus novias de paquete bien apretadas en camisetas que ceñían senos desbordantes.
 “Que esta Navidad venga sin Nicolás”, se podía leer sobre una de esas turgentes camisetas.
 Fue la frase más celebrada por Rubén.
Boris Izaguirre junto a amigos en la manifestación de ayer contra Maduro.
Caracas es una ciudad con miedo.
 Antes de las siete de la tarde, las calles están tan vacías por la inseguridad que los poquísimos coches que transitan, rugen como olas en una ciudad sin mar. 
Pero ese silencio no otorga tranquilidad.
 Los familiares que encuentras te sorprenden por su delgadez. “La dieta de Maduro”, dicen. 
Una señora me explica que en su casa se han estado alimentando de los mangos y aguacates que caen en la calle. La marcha también es conversación.
 “Boris, ¿por qué no te vestiste de Juan Gabriel, mi amor?, pregunta un grupo de cuarentonas, maquilladas y peinadas como si fueran a participar en un Miss Venezuela de zapato cómodo.
Pese a todo ese humor, la sensación de desafío no se pierde a lo largo del recorrido.
 Se arma un gran alboroto cuando un dron sobrevuela entre los zamuros, que son el pajarraco que casi identifica hoy la ciudad.
 “El dron, el dron”, empiezan a gritar entre aplausos.
 Días antes el Gobierno prohibió el uso de drones.
 Por eso el grito, porque el artefacto retransmitirá la imagen que el Gobierno busca evitar por todos los medios: Caracas tomada por los venezolanos.
 Recuerdo una frase de mi padre, que a los venezolanos no les gustamos los de la capital, por nuestras ínfulas.
 Si una cosa hay que reconocerle a Maduro es que ha conseguido unir la ciudad con el resto del país, para marchar en su contra. 





Juan Gabriel fue, en cambio, un éxito. 
Un adalid de la libertad individual. Un varón mexicano, en uno de los países más machistas del mundo, que jamás oculto su amaneramiento, aunque tampoco jamás hiciera pública su sexualidad. 
“Lo que se ve no se pregunta”, fue su respuesta a Fernando Rincón, el único que pudo preguntarle. 
Su estilo barroco, influenciado por Elvis, Liberace y Little Richard con chorros de Libertad Lamarque, María Félix y Tongolele, le permitió ser amado por miles de mexicanos y latinos que alguna vez hayan vivido un desamor exagerado.
Juan Gabriel tenía una finca al lado de Cantora, que bautizo como Cantorita. 
Ahora, al marcharse Juan Gabriel se ha sabido que los dos grabaron 20 canciones que significaran el renacer de Isabel Pantoja.
 El genio mexicano de Cantorita se marcha dejando un nuevo arrebato de paraíso y gloria a la dama de Cantora. Ojalá Maduro entienda que en la vida siempre hay un relevo.
 Y también un revocatorio.
 
Marcha contra Maduro ayer en Caracas (Venezuela). REUTERS
 

Mesa para uno: cómo superar el drama de comer solo . Comer sola mola..................... Rebecca Blackwell AP

Mesa para uno: cómo superar el drama de comer solo.

Mesa para uno: cómo superar el drama de comer solo

 

Partiendo de la base que comer solo no es ningun trauma ni tiene por qué ser un drama, no sé de dónde sale que si te acostumbras, creo 

puede resultar fantástico.

¿Ha tardado mucho tiempo en que el autor del artículo se diera cuenta? , ni es drama ni tonterias por el estilo, puedes estar perfectamente tu sola y saborear lo que comes y fijarte en la gente que está a tu alrededor. 

¿Existe un estigma contra los gourmets solitarios? 

Comer de restaurante sin la compañía de otras personas sigue llamando la atención, pero es cada vez más habitual y puede ser muy placentero.

Así descubrio la ley de la relativad y este descubre la chorrada del dia. 

 

Todos recordamos nuestra primera vez.
 La mía fue con 18 años recién cumplidos, un mediodía de agosto en una cadena de restaurantes de pasta de medio pelo en el centro de Londres, tocando a Trafalgar Square.
 Me ha quedado en la memoria mi aprensión al sentarme, la sensación de ser algo marciana entre los grupos familiares de turistas, alguna parejita despistada, y dos o tres oficinistas trajeados
. Era 1991, y aunque en mi casa siempre había habido afición a comer fuera y había salido a cenar alguna vez con amigas del insti, nunca hasta entonces me había sentado a un mesa por mi cuenta para tomar nada más elaborado que un café y un bocadillo. 
La carta era larga, con las portadas de plástico, y estaba llena de platos tipicorros.
¿Pasta o pizza? ¿Dos platos serán demasiada comida? ¿Llevaré suficiente dinero para pagar? ¿Estará fuera de lugar que me pida vino? 
 Ya lo sabía Spiderman: un gran poder conlleva una gran responsabilidad.
 Y la sensación de que sí, todo el mundo me observaba pero de que en la soledad de mi mesa también se me abría la posibilidad de observar a los demás y de concentrarme en la comida (ensalada y pasta, ambas tirando a infames, sin vino, paredes rojas, blancas y verdes, servicio lento).
“Al comensal que viene solo se lo sigue mirando con un poco de pena porque socialmente provoca recelos la idea de estar con uno mismo”, me cuenta el sommellier y maitre Bruno Tannino
. “Es algo por lo que he discutido en muchas ocasiones con mis compañeros de trabajo”, comenta este profesional de la sala, que confiesa que come solo en restaurantes “desde la adolescencia” y calcula que habrá realizado un 60% de sus comidas en restaurantes “acompañado de un buen libro”.
Tannino remarca que no se cumple cierta leyenda negra que reza que en los restaurantes se trata peor a los clientes que comen solos, poniéndoles en mesas escondidas o negándoles una reserva. 
“Te garantizo que al cliente solitario no se le trata peor; al contrario, a menudo se piensa 'pobrecito', lo que se traduce en un trato de cierto afecto

. Es un clásico que si en el mismo servicio hay un dos personas comiendo solas alguien en la sala o en la cocina especule con aparejarlos. 
Y eso en los restaurantes de un nivel medio. 
En los establecimientos de un cierto nivel, cuando entra una persona sola, a menudo saltan las alarmas por si es un crítico”.
¿No hay restaurantes que intentan no servir a personas solas porque les ocupan un mesa que no se llena?, pregunto a mi entrevistado basándome en lo que me ha ocurrido a mí misma en alguna ocasión. 
“Un restaurante que se niega servir a una persona sola o la trata mal tampoco va a tener buen servicio sea cual sea el tamaño de tu grupo.
 Seas el llanero solitario o los 100.000 hijos de San Luís, si un restaurante cae en eso es que de un modo u otro te van a tratar como una mierda”, me espeta tajante.
“Comer solo te da libertad”, me dice David Valdivia.
 Este profesor barcelonés cogió afición a visitar restaurantes por su cuenta cuando escribía el blog La Hora del Bagel, en el que se dedicaba a comentar las novedades y los clásicos de su ciudad. Aunque el proyecto terminó, le quedó "el placer de descubrir sitios sin premeditarlo, pudiendo elegir dónde, cuándo y qué comer.”. “Con las redes sociales ya no comemos verdaderamente solos.
 Si un restaurante tiene wifi, estás acompañado”, asegura Valdivia, que confiesa haber fantaseado en alguna ocasión con “una red social estilo Tinder, aunque sin la connotación de pareja, que permitiera a quienes comen sin compañía en una zona poder juntarse entorno a una mesa”.

Valdivia afirma no haberse sentido nunca peor tratado en un restaurante por el hecho de ir por su cuenta, aunque matiza que hay que entender que se le ofrezca mesa en la barra, por ejemplo, en lugar de situarlo “en una mesa central en la que caben cuatro personas”.
Para poner a prueba el trato a los solitarios, decido investigar sobre la última frontera de su gastronomía: el arroz. 
Hasta hace poco último bastión de los platos a compartir, la ración para uno cada vez va apareciendo en más cartas y menús.
 “Al principio nos costaba hacernos a la idea”, me comenta Marc Mañosa, jefe de cocina de Ca la Nuri Platja, un restaurante de la Barceloneta, en Barcelona, donde los arroces son precisamente la especialidad. 
“El obstáculo principal está en el espacio de los fogones, y en contar con suficientes paelleras.
 Pero es cuestión de organizarse.”
Mañosa remarca que la inclusión del arroz para una persona no ha hecho aumentar mucho el numero de clientes que visitan solos el local:
 "El arroz sigue siendo un plato que se asocia con la fiesta, con compartir”. Pero la idea, que incorporaron a su menú hace dos años y medio, les ha ayudado a servir más raciones de este cereal, “porque ahora ya no hay que convencer a toda la mesa de que lo pida”.
¿Y en la gastronomía casera? ¿Existe el “ella come sola” o el "solo ante el peligro"?
 “Es bastante curiosa la idea que tienen los editores de libros de cocina sobre quienes son los comensales solitarios”, afirma Jónatan Sark, uno de los propietarios de la Librería La Sombra, de Madrid, y gran aficionado a la cocina. 
“La inmensa mayoría de los recetarios que vendemos tienen las cantidades pensadas para alimentar a cuatro personas.
 Existen dos excepciones a esto: los de, llamémosle 'cocina romántica', que son para dos, y los que van dedicados a solteros y/o recién independizados, que son los únicos que están pensados para una única persona”.
Sark considera que esto es “algo ridículo, porque hay muchísimas razones por las que uno puede querer no cocinar para nadie más que uno mismo, y no todas pasan por la soltería”.
 Además, dice “los libros de cocina para recién independizados suelen pararse en recetas muy rudimentarias, dos rebanadas de pan y cualquier tontería en medio, como dando por hecho que al final la forma natural de comer sofisticadamente siempre será acompañado de otros”.
Una idea del todo errónea, habida cuenta de que los hogares unipersonales ya constituyen el 25% del total, y que hay, según la Encuesta Continua de Hogares de 2016 llevada a cabo por el Instituto Nacional de Estadística, 4.584.000 personas que viven en esta situación.
 Y que, presumiblemente, conocen ya los placeres de sentarse a la mesa solo.



La madre de Diana Quer: “Estoy hundida, triste y destrozada, pero con fe en Dios”................................El País

López-Pinel expresa en una carta la "angustia y sufrimiento" que siente por la desaparición de su hija.

Juan Carlos Quer y Diana López-Pinel, padres de la joven desaparecida. FOTO: ÓSCAR CORRAL / VÍDEO: ATLAS

 

Obama presenta el mayor paraíso del planeta....................................................................... Manuel Ansede

El presidente de EE UU visita Papahānaumokuākea, una nueva zona protegida en Hawái que triplica el tamaño de España, y defiende la importancia de conservar el planeta.

 

Barack Obama, durante su visita a Papahanaumokuakea. CAROLYN KASTER (AP) Reuters-Quality