Telecinco
ha estrenado ‘Quiero ser’, un programa en el que un puñado de chicas y
el gay reglamentario compiten a ver quién es más ‘influencer’.
Voy para vieja
. En nada cumplo una cifra redonda de años y, aunque se
supone que tendría que montar el fiestón del siglo para celebrarlo,
solo espero que la desmemoria y la desbandada general de vacaciones
aparten de mí ese cáliz.
En eso, aparte de en la caída libre de
estrógenos, se nota que voy para abajo.
Ahora los jóvenes festejan a
muerte sus cumpleaños. La efeméride empieza a las 00.00 horas del día de
autos y no acaba hasta que se haya ejecutado el último punto del
programa de actos.
La celebración de la vida varía según la bolsa del
homenajeado.
Pero no es raro el alquiler de limusinas, los saltos en
paracaídas, los fuegos artificiales o, el último grito, la reserva de un
avión para copular en el aire, juro que tengo el anuncio en mi correo
Nada raro para una generación que aprende a divertirse con los youtubers,
a vestirse con el Instagram de los famosos y a amar con las estrellas
del porno en línea.
Cierta juventud para la que todo tiene que ser
ideal, perfecto, mentira. Y, si no, ni es auténtico ni es nada.
Telecinco ha estrenado Quieroser, un programa en el que un puñado de chicas y el gay reglamentario compiten a ver quién es más influencer
.
El verano pasado, por razones equis —quien esté libre de vanidad que
tire el primer espejo—, coincidí con una de las profesoras del concurso,
una tal Dulceida.
Una chica bajita, vistosa como hay millones.
El
planazo, sufragado por una firma de lujo, consistía en ver una regata a
bordo de un catamarán a todo trapo.
Dulceida ni comió, ni bebió, ni se
dignó dirigirle la palabra a nadie
. Se limitó a hacerle escorzos a un
siervo, perdón, asistente, que la acribillaba a fotos para publicarlas
en su blog e instruir a la plebe.
Ese es el nivelazo. Claro que Nintendo
acaba de doblar su valor en Bolsa a cuenta de un juego consistente en
cazar monigotes con el móvil.
Desengáñate, Arquímedes. Ni el amor, ni el
sexo, ni ninguna otra palanca.
La tontería mueve el mundo.
La falta de diagnóstico por padres y profesionales suele conducir a estos alumnos al fracaso escolar.
Todas las madres, padres y abuelos creen que sus hijos y nietos son
muy inteligentes, pero lo cierto es que no todos los niños poseen altas
capacidades (AACC), por mucho que sus familiares crean que sí. La
ciencia los define como “aquellos que muestran una gran capacidad de
aprendizaje y curiosidad; que se interesan por aprender y entender; que
preguntan; que tienen la capacidad para resolver problemas y que son
capaces de hacer deducciones y de cuestionarse”, explica Olga Carmona,
psicóloga de Ceibe especializada en el diagnóstico y atención a estos niños. La OMS considera que un 2% de la población es superdotada
.
Mientras, los niños inteligentes son “los interesados en multitud de
cuestiones y que necesitan entender los cómos y los porqués de las
cosas”, diferencia.
La inteligencia no es un concepto abstracto ni que se aplique a una sola
capacidad, sino a muchas, de hecho, la ciencia ha ido ampliando el
concepto hacia otros más diversos donde no existe uno, sino múltiples
tipos.
Así, hoy podemos hablar de las inteligencias múltiples propuestas
por Howard Gardner,
premio Príncipe de Asturias a las Ciencias Sociales, y que plantea
nueve diferentes: lingüística, lógico-matemática, corporal-kinestésica,
espacial, musical, interpersonal, intrapersonal, naturalista y
existencial.
Otras posibles clasificaciones hablan de inteligencia
emocional, cognitiva, social, y biológica. “Todos están de acuerdo en
que no es una capacidad fija e inamovible, sino que nacemos con un
potencial determinado genéticamente que luego se verá potenciado o
disminuido en función del ambiente social y familiar”, explica Carmona.
¿Cuáles son las señales de que un niño tiene altas capacidades?
Un gran error, bastante generalizado, es creer que es lo mismo ser
inteligente que tener altas capacidades.
Todos los que las tienen son
muy inteligentes, pero no todos los muy inteligentes las poseen
. "La
diferencia radica en el coeficiente intelectual, que en el caso de los
superdotados debe ser igual o superior a 130 en la Escala Wechsler
.
También difieren en la creatividad
. Además, el niño con altas
capacidades tiene unas características de personalidad muy concretas y
comunes a todos ellos en mayor o menor medida”, dice Carmona.
Tienen una memoria prodigiosa, suelen aprender a
leer y a escribir de forma autodidacta.
Son extremadamente distraídos y
aparentemente caóticos en las rutinas y tareas cotidianas”
Es arriesgado hacer un listado aislado de tales características,
explica, porque siempre quedarán fuera niños con altas capacidades que
no las cumplen al 100%, pero rasgos comunes son que “suelen ser bebés
extraordinariamente demandantes y se sobreestimulan con facilidad; muy
hábiles a nivel psicomotriz, levantan la cabeza y fijan la mirada antes
del mes de vida y dicen sus primeras palabras con sentido hacia los
cinco o seis meses.
Además, son niños muy intensos emocionalmente, muy
extremos en su expresión emocional, con muy baja tolerancia a la
frustración y muestran una gran capacidad empática a edades muy
tempranas.
Tienen un gran sentido de la justicia y la equidad
Además, son niños cuestionadores y desafían la autoridad. Suelen
tener algún tipo de hipersensibilidad sensorial, es decir, alguno de los
sentidos o todos muy aumentados”, añade. “Sin olvidar que se interesan
por cuestiones poco infantiles, como la muerte o la existencia.
Tienen
una memoria prodigiosa, aprenden a leer y a escribir de forma
autodidacta. Son extremadamente distraídos y aparentemente caóticos en
las rutinas y tareas cotidianas”.
¿Qué hago si sospecho que mi hijo tiene altas capacidades?
Si sospechas que tu hijo tiene altas capacidades, lo adecuado es
acudir a un psicólogo especializado en detección e intervención, ya que
no cualquier profesional de la psicología lo está, o ponerse en contacto
con alguna asociación de altas capacidades de tu comunidad autónoma
para que te oriente.
Desde hace poco, también se puede hacer a través del médico de
familia de la Seguridad Social, al menos en Madrid, pero con una gran
lista de espera.
Una vez detectado, hay que ponerlo en conocimiento del centro
escolar, que a través de los Servicios de Orientación de Zona, validará o
no el diagnóstico.
Por ejemplo, en la Comunidad de Madrid, el informe
de los profesionales privados no es vinculante, "aunque en mi
experiencia ahorra mucho tiempo y es más fiable", explica Carmona.
"En definitiva, la alta capacidad es una manera diferente de entender
y procesar la realidad
. Es un funcionamiento neurológico distinto, con
estructuras y funciones cerebrales que difieren de los niños
normotípicos, por muy inteligentes que estos sean”, añade.
Como en
tantas otras cuestiones referidas a las inteligencias múltiples, hay
infinidad de estereotipos que no se corresponden con la realidad, y
muchas personas desconocen aspectos básicos”. Por ejemplo, explica
Carmona, “muchos creen que son niños con notas excelentes, que no tienen
dificultades de aprendizaje, que aprenden todo y de todo a la primera,
que no necesitan apoyo”.
Al contrario, la psicóloga asegura que “permanentemente se confunde a
los niños con altas capacidades con los que tienen Trastorno por Déficit
de Atención e Hiperactividad (TDAH) porque estos se aburren
soberanamente en clases repetitivas y lentas
. Lo que ocurre es que
aprenden a mucha más velocidad que el resto y por lo tanto, lo normal es
que se ausenten, que se inquieten, que molesten o, en el mejor de los
casos, que protesten.
No es que el niño no pueda atender, es que ya no
hay nada que atender, no es que el niño no logre concentrarse, es que no
hay motivación para ello", explica.
“Es como si a un niño de cinco años
le pones en un aula de guardería con los lactantes y le pides que se
adapte al ritmo y necesidad de los de pañal.
Obviamente, no puede y,
además, no debe porque él no es el problema.
El problema es un sistema
que le da la espalda y que no valora el mejor de sus activos, porque
está oxidado, obsoleto y lleno de prejuicios” concluye.
“Generalmente, los padres son los primeros en detectar que su hijo es
diferente, pero no se atreven a consultar por miedo a lo que van a
pensar de ellos, es decir, atrapados por un sentido de falsa modestia no
consultan y dejan al niño sin diagnosticar.
Los padres suelen darse
cuenta desde que su hijo nace de que su evolución es diferente, sus
gustos, sus manías, su conducta.
Es común que los padres interpreten
como una manía que le moleste determinada ropa o tejido, que no quiera
pisar la arena de la playa, que detecte olores que nadie detecta y le
produzcan rechazo, que parezca sordo muchas veces o que parezca
incansable y con energía siempre.
Que se aburra con lo que otros niños
disfrutan, que devore libros o legos o sudokus o que tenga miedos a
estímulos que los adultos no entendemos”, explica Carmona.
Muy excepcionalmente es el centro escolar el que detecta al niño,
pero es un porcentaje casi insignificante
. Lo habitual es que el niño
empiece a tener problemas por lo que los padres acuden a un psicólogo y
si este es un profesional experimentado, sabrá verlo y hacer el
diagnóstico correspondiente”, explica la experta.
El desarrollo de un niño superdotado
Es obvio que crecer en una familia donde los padres poseen un mayor
interés por la cultura y el aprendizaje y que, además, tienen estudios y
amplia formación, favorecerá el buen desarrollo de ese niño con altas
capacidades.
“Estas vienen determinadas genéticamente, pero para poder
expresarse, explica Carmona, son necesarios estímulos ambientales y es
aquí donde la familia tiene un peso determinante.
Obviamente, hay
excepciones donde a pesar de tener todo en contra y pertenecer a un
grupo socioeconómico bajo, estos niños sobresalen de forma llamativa,
pero siempre van a necesitar recursos que faciliten el desarrollo de ese
potencial.
La familia es quien suele iniciar la detección y,
posteriormente es, o debería ser, el principal sostén y referente
emocional del niño.
La realidad puede llegar a ser extremadamente hostil
para un niño superdotado y la familia tiene el papel de amortiguador.
Es también el principal agente de estimulación, especialmente en los
primeros años.
En el caso de familias con un perfil cultural muy bajo,
es altamente probable que se pierda el potencial y no llegue nunca a
expresarse”.
Altas capacidades y fracaso escolar suelen ir de la mano
. La falta de
detección o de recursos para tratar a estos niños hace que terminen
suspendiendo todas o casi todas las asignaturas.
Es decir, que fracasen
en el colegio. Carmona tiene claro que “las personas con altas
capacidades se saben diferentes, aunque no tengan el diagnóstico,
conocen su necesidad de canalizar un potencial que, de no serlo, se les
vuelve en contra”.
"Además", añade, “si de adultos trabajan en algo
rutinario y desprovisto de reto y motivación, no se resignarán y serán
profundamente infelices”.
Rafael Reig viene a la entrevista en pantalón fresco, como si se fuera a zambullir en el mar. Y así pasa con su libro Señales de humo.Manual de literatura para caníbales 1, publicado por Tusquets. Es una trepidante historia de amor por los libros que cuenta desde el Mio Cid
hasta las miserias grandes de Lope y Cervantes.
Llamado a ser un manual
de literatura, es también la experiencia de un alumno que aprendió a
leer con los padres y de un profesor que se cansó de la burocracia de
enseñar
. Ahora tiene una librería. Es de Cangas de Onís, donde nació en
1963.
Pregunta. ¿Cómo nos enseñaron literatura? Respuesta. Con la falsa idea de creer que la
literatura o cualquier ciencia va progresando, empieza con el Poema del
Cid y cualquier novela publicada ayer estaría muy por encima del Cid.
Es
mentira, claro. La literatura es simultánea, no tiene esa noción de
progreso científico. P. Así que los que escriben ahora... R. ...no sabemos más que los que escribían antes,
hemos leído más pero no sabemos más.
Empezar por el principio y acabar
por el final no tiene sentido; a los chicos les interesaría mucho más
saber de dónde viene lo que están leyendo.
La gente idiota cree que todo el mundo piensa como él”
P. ¿Cómo le enseñaron? R. Relativamente bien porque eran otros tiempos; en
el colegio se consideraba muy importante leer y aprender de memoria
.
Tuve el privilegio de que mis padres fueran dos grandes lectores.
Mi
padre leía libros de historia y novela española y mi madre novela
policiaca e histórica.
Mi padre bebía whisky y mi madre ginebra; mi padre fumaba negro y mi madre rubio. Lo mejor de lo mejor. P. ¿Qué le enseñaron a leer? R. Nunca me dijeron que leyera esto o lo otro.
Iba por la casa, ojeaba libros, cogía El embajador de Morris West, por ejemplo, y me lo tragaba.
En mis tiempos, leer molaba. Si querías ligar tenías que llevar un libro”
P. ¿Y en la escuela? R. Fui uno de los primeros de EGB. En la escuela se leía muy poco. El árbol de la ciencia
y cuatro cositas más.
Las clases eran listas de nombres y de obras.
Luego estudié Filología y lo compensé.
Lo que recuerdo sobre todo es la
pandilla de amigos. Parecíamos traficantes: llegábamos con un libro
escondido en la trenka. Cortázar, César Vallejo.
“Tienes que leer esto,
no te lo puedes perder”. P. ¿Y cómo ha ido evolucionando la lectura? R. Yo di clases de interino, en institutos, luego en
Estados Unidos... Recuerdo que cuando empecé a dar clases aquí llegué
con ideas nuevas y era muy difícil.
Ni los programas lo admitían ni los
profesores ni el departamento. Recuerdo mi primera clase en el Aluche,
con 21 años. Explicaba La Celestina.
Les pedí que leyeran un
episodio y que explicaran por qué ahí se advertía que Calisto era un
eyaculador precoz.
“Tan pronto empieza el placer ya termina...”. Claro,
se lo leyeron entero.
Mi teoría es que todo se aprende.
Y que un profesor es una especie de actor que debe seducir. Que
cuenta muchas historias, que tiene un montón de anécdotas. Yo acababa
las clases cansado y sudado.
P. ¿La falta de lectura viene de la falta de ganas de leer que transmiten o la sociedad conspira contra la lectura? R. Las dos cosas
. Los chavales leen. Lo que pasa es
que no leen lo que les decimos nosotros y no leen lo que queremos que
lean.
Pero les gusta mucho leer. En Cercedilla los alumnos y un profesor
del Instituto han montado un club de lectura en un bar, y si no va el
profesor van solos.
Empezaron con El Principito de Saint Exupèry y ahora están con El amante de Duras... P. ¿Y entonces? R. Conspira la sociedad contra la lectura.
Para leer
hay quye quedarse solo; leer es trabajoso, tiene una recompensa enorme
pero es muy trabajoso.
Estamos demasiado mal criados en que todo sea muy
sencillo, en que todo tenga una satisfacción inmediata.
Claro,
Internet, las series, todo esto hace muy difícil leer.
En mis tiempos
leer molaba.
Si querías ligar en los ambientes en los que yo me movía
tenías que llevar un libro visible.
Ahora sales con un libro y no te
comes una rosca. P. ¿Qué da Oliver Twist que no dé Juego de tronos? R. No he visto Juego de tronos..., pero sé
que los libros sirven para vivir, para ser más feliz y para comprender
mejor la realidad
. Permiten ponerte en los ojos de los otros. La gente
idiota cree que todo el mundo piensa como él, y no todos somos iguales.
Si logras ponerte en los zapatos de David Copperfield o de Oliver Twist o
de Ulises y luego te miras a tí mismo aprendes quién eres.
P. Ha escrito una novela de aventuras
biográficas y literarias al mismo tiempo que cuenta las vidas y lo que
les pasaba por dentro a los personajes, desde La celestina a Cervantes y a Lope, una especie de introspección. ¿Es un modelo que propone para enseñar literatura?
R. Sí, más que leer hay que intentar
vivir los libros. Siempre que he dado clase y leíamos una novela, lo
primero que hacíamos era un casting.
Les decía: si fuera una película,
quién haría de Celestina, quién de Melibea, quién de Calisto y por qué
Charo López sería una buena o mala celestina
. ¿Cómo sería la Celestina o
Melibea interpretada por Victoria abril? , ¿sería bueno o malo?, ¿sería
una Melibea demasiado zorrón o cómo era Melibea?
Creo que esto es una forma de meterse dentro de los
personajes y de acercarse a los libros. Sinceramente creo que hay que
leer con más pasión y menos respeto.
La única forma de leer los libros
es vivirlo
s. Vargas Llosa dijo: "La muerte de un personaje literario me
ha dolido más que la de muchos miembros de mi familia".
Creo que si no
se lee así, con entusiasmo, no vale la pena.
Rafael Reig viene a la entrevista en pantalón fresco, como si se fuera a zambullir en el mar. Y así pasa con su libro Señales de humo.Manual de literatura para caníbales 1, publicado por Tusquets. Es una trepidante historia de amor por los libros que cuenta desde el Mio Cid
hasta las miserias grandes de Lope y Cervantes. Llamado a ser un manual
de literatura, es también la experiencia de un alumno que aprendió a
leer con los padres y de un profesor que se cansó de la burocracia de
enseñar. Ahora tiene una librería. Es de Cangas de Onís, donde nació en
1963.
Pregunta. ¿Cómo nos enseñaron literatura? Respuesta. Con la falsa idea de creer que la
literatura o cualquier ciencia va progresando, empieza con el Poema del
Cid y cualquier novela publicada ayer estaría muy por encima del Cid. Es
mentira, claro. La literatura es simultánea, no tiene esa noción de
progreso científico. P. Así que los que escriben ahora... R. ...no sabemos más que los que escribían antes,
hemos leído más pero no sabemos más. Empezar por el principio y acabar
por el final no tiene sentido; a los chicos les interesaría mucho más
saber de dónde viene lo que están leyendo.
La gente idiota cree que todo el mundo piensa como él”
P. ¿Cómo le enseñaron? R. Relativamente bien porque eran otros tiempos; en
el colegio se consideraba muy importante leer y aprender de memoria.
Tuve el privilegio de que mis padres fueran dos grandes lectores. Mi
padre leía libros de historia y novela española y mi madre novela
policiaca e histórica. Mi padre bebía whisky y mi madre ginebra; mi padre fumaba negro y mi madre rubio. Lo mejor de lo mejor. P. ¿Qué le enseñaron a leer? R. Nunca me dijeron que leyera esto o lo otro. Iba por la casa, ojeaba libros, cogía El embajador de Morris West, por ejemplo, y me lo tragaba.
En mis tiempos, leer molaba. Si querías ligar tenías que llevar un libro”
P. ¿Y en la escuela? R. Fui uno de los primeros de EGB. En la escuela se leía muy poco. El árbol de la ciencia
y cuatro cositas más. Las clases eran listas de nombres y de obras.
Luego estudié Filología y lo compensé. Lo que recuerdo sobre todo es la
pandilla de amigos. Parecíamos traficantes: llegábamos con un libro
escondido en la trenka. Cortázar, César Vallejo. “Tienes que leer esto,
no te lo puedes perder”. P. ¿Y cómo ha ido evolucionando la lectura? R. Yo di clases de interino, en institutos, luego en
Estados Unidos... Recuerdo que cuando empecé a dar clases aquí llegué
con ideas nuevas y era muy difícil. Ni los programas lo admitían ni los
profesores ni el departamento. Recuerdo mi primera clase en el Aluche,
con 21 años. Explicaba La Celestina. Les pedí que leyeran un
episodio y que explicaran por qué ahí se advertía que Calisto era un
eyaculador precoz. “Tan pronto empieza el placer ya termina...”. Claro,
se lo leyeron entero. Mi teoría es que todo se aprende. Y que un
profesor es una especie de actor que debe seducir. Que cuenta muchas
historias, que tiene un montón de anécdotas. Yo acababa las clases
cansado y sudado. P. ¿La falta de lectura viene de la falta de ganas de leer que transmiten o la sociedad conspira contra la lectura? R. Las dos cosas. Los chavales leen. Lo que pasa es
que no leen lo que les decimos nosotros y no leen lo que queremos que
lean. Pero les gusta mucho leer. En Cercedilla los alumnos y un profesor
del Instituto han montado un club de lectura en un bar, y si no va el
profesor van solos. Empezaron con El Principito de Saint Exupèry y ahora están con El amante de Duras... P. ¿Y entonces? R. Conspira la sociedad contra la lectura. Para leer
hay quye quedarse solo; leer es trabajoso, tiene una recompensa enorme
pero es muy trabajoso. Estamos demasiado mal criados en que todo sea muy
sencillo, en que todo tenga una satisfacción inmediata. Claro,
Internet, las series, todo esto hace muy difícil leer. En mis tiempos
leer molaba. Si querías ligar en los ambientes en los que yo me movía
tenías que llevar un libro visible. Ahora sales con un libro y no te
comes una rosca. P. ¿Qué da Oliver Twist que no dé Juego de tronos? R. No he visto Juego de tronos..., pero sé
que los libros sirven para vivir, para ser más feliz y para comprender
mejor la realidad. Permiten ponerte en los ojos de los otros. La gente
idiota cree que todo el mundo piensa como él, y no todos somos iguales.
Si logras ponerte en los zapatos de David Copperfield o de Oliver Twist o
de Ulises y luego te miras a tí mismo aprendes quién eres.
P. Ha escrito una novela de aventuras
biográficas y literarias al mismo tiempo que cuenta las vidas y lo que
les pasaba por dentro a los personajes, desde La celestina a Cervantes y a Lope, una especie de introspección. ¿Es un modelo que propone para enseñar literatura?
R. Sí, más que leer hay que intentar
vivir los libros. Siempre que he dado clase y leíamos una novela, lo
primero que hacíamos era un casting. Les decía: si fuera una película,
quién haría de Celestina, quién de Melibea, quién de Calisto y por qué
Charo López sería una buena o mala celestina. ¿Cómo sería la Celestina o
Melibea interpretada por Victoria abril? , ¿sería bueno o malo?, ¿sería
una Melibea demasiado zorrón o cómo era Melibea?
Creo que esto es una forma de meterse dentro de los
personajes y de acercarse a los libros. Sinceramente creo que hay que
leer con más pasión y menos respeto. La única forma de leer los libros
es vivirlos. Vargas Llosa dijo: "La muerte de un personaje literario me
ha dolido más que la de muchos miembros de mi familia". Creo que si no
se lee así, con entusiasmo, no vale la pena.
P. Lo que cuenta lo pone en práctica en el libro, de hecho el Cid Campeador tiene un correlato en El hombre que mató a Liberty Valance, además describe al Cid como hombre enamorado de otro hombre.
R. No se descarta (risas)
P. Con ese no descartar quedan abiertas todas las posibilidades en los personajes.
R. Sí, yo quería contar el Cid como una
historia de amor, creo que se puede armar, que funciona como historia de
amor entre el rey Alfonso y el Cid. El Cid siempre me ha fascinado, es
un libro misterioso.
Cuando cuentas que al Cid le violan y le humillan a
sus hijas, a un gran guerrero que con un mandoble de su espada mataba a
10, preguntas qué haría, y dicen: pues poner una denuncia, recurrir a
los tribunales. Esto es inconcebible, no existe en ningún libro de esa
época.
Eso también hay que explicarlo, el Cid para mí tiene un poquito
de misterio y lo relaciono con Liberty Valance porque en los dos hay un
acto de violencia pero para establecer el imperio de la justicia, el
periodo de la razón y no de la fuerza.
Es la lucha entre la razón y la
fuerza
. A cualquiera, en Estados Unidos o aquí en España, le violan a
las hijas, coge una pistola y dispara.
P. Hay otro hecho patético que se
describe en el libro, cuando la muerte de Cervantes deja solo a Lope de
Vega.
Cómo a ese hombre no lo consume sólo la muerte de su hija sino la
muerte de Cervantes. ¿El odio entre los escritores llega a ser amor?
R. El odio entre los escritores llegar a
ser amor muchas veces
. Todo odio tiene una ración, una parte de amor
porque para odiar con inquina a lo largo del tiempo hay que tener mucho
interés en la otra persona
. Odiar a alguien que te es indiferente es muy
difícil. Todo odio tiene amor pero entre los escritores más.
El caso de Lope es muy clásico porque creo que se leyó el
Quijote como lo leía un rústico de pueblo, pensando que era un libro de
chistes sin más.
Sólo una vez muerto Cervantes empezó a germinar en él
la semilla de la lectura, a darse cuenta de que aquello era la novela
moderna y de que él tenía que hacer un Quijote en verso, la poesía
moderna, abrir otras puertas diferentes en la poesía diferente porque
estaba un poco arrinconada y encajonada con el manierismo petrarquista y
demás.
Y creo que sí, que el debió de lamentar enormemente la
muerte de Cervantes.
Lope decía cosas como "mármol en la muerte y hambre
en la vida, ese es el destino de los escritores". Probablemente se dio
cuenta de que Cervantes había muerto pobre, miserable, dado de lado, sin
conseguir ningún reconocimiento por el prestigio porque en aquel
momento había escrito un libro de chistes.
Claro, se miró a sí mismo y
se decidió a escribir "de verdad", cómo él decía, algo que no tratara de
literatura sino de la vida.
R. Comparten las gafas, que son como
huevos estrellados porque están hechas una porra. Sí, claro, porque
aparte de ser vecinos iban a las mismas academias, a esas tertulias que
había entonces y sí es verdad que en una de ellas le pidió las gafas. Se
leían, a pesar de que Lope hablando de Cervantes dijo en una carta "El Quijote, esa memez". Debió leer El Quijote
antes de que se hubiera publicado, quizá fue a la imprenta de Juan de
la Cuesta, que estaba al lado, y leyó unos trozos, quizá Cervantes le
había contado cosas pero estaban muy pendientes el uno del otro, como
creo que están todos los escritores.
P. ¿Ve paralelismos en la vida de los escritores que conoce ahora, en este tipo de odios y egos que mueven la literatura?
R. Los hay, hay odios y egos pero creo
que son menos intensos, aunque como se dice los escritores desayunan
egos revueltos, de eso no cabe duda
. Por ejemplo, yo me he criado
literariamente y soy amigo de Antonio Orejudo.
Mi mayor temor siempre es
qué va a escribir Antonio, sé que no sirve de nada preguntarle, hablo
con los amigos y les pregunto si saben algo, preocupadísimo por si está
escribiendo algo parecido a lo que yo estoy haciendo
. Si fuera así, me
pondría malo y me metería en la cama.
Y es una amistad muy profunda pero
con una rivalidad enorme.
P. Es interesante esa relación en la que se odian, se desprecian mutuamente y en la que sin embargo comparten las gafas.
P. Algunos elementos del libro me recuerdan a Umberto Eco o a Juan Cueto cuando mezclaban lo clásico y lo modernísimo a la vez.
R. Claro, esa es la idea, fundirlo.
Me
alegro mucho de que menciones a Eco, para mi es un escritor
imprescindible, una de las novelas que más me gusta de Eco y que aquí no
ha gozado de mucha reputación es Baudolino, es casi una
historia de la lengua, empieza en romance y va contando la transición,
el ocaso de la Edad Media a través de un personaje que en su caso no se
reencarna pero que es una historia rocambolesca, un tipo que está en
todos los lados, al lado de todo el mundo, una especie de pícaro
. Ésa
seguridad, esa erudición que tenía Eco que le permitía tutear a los
clásicos, tratarlos como amigos y por lo tanto presentártelos como
compañeros, como si te tomaras unas cañas con Petrarca, es una frescura
que le daba a cualquier cosa que contaba.
Te lo hacía interesante y
pensabas: cómo no habré entendido esto antes.
Me llena de orgullo que menciones a Eco pero ojalá, eso es lo que yo querría imitar.
Agotado el vestido blanco que la exmodelo y esposa del candidato republicano lució en la conferencia de Cleveland.
Melania Trump empieza a crear tendencias
. La esposa del candidato republicano a la Casa Blanca se estrenó en la convención del partido con un traje blanco que en solo unas horas se ha agotado.
El modelo lo escogió ella misma sin la ayuda de ningún estilista
. Lo adquirió en el portal Net-a-porter,según explicó un portavoz de la campaña republicana . El traje, el modelo Margot de la firma Roksanda, cuesta 1.500 dólares (unos 1.360 euros). RoksandaIlincices el diseñadorde origenserbio que está detrás de la etiquetaRoksanda.
De 46 años, Melania es la antítesis del magnate en cuanto a
personalidad se refiere: es extraordinariamente discreta, siempre
mantiene un tono sosegado y evita a toda costa verse involucrada en
polémicas.
Se casó con Donald Trump hace 11 años y en este tiempo se ha mantenido lo más alejada posible de los focos, cediéndole el protagonismo a Ivanka, hija del primer matrimonio del multimillonario y una de sus principales asesoras.
Melania Knauss creció en un modesto apartamento de un pueblo cercano a
Sevnica (Eslovenia), que entonces formaba parte de la República
Federativa Socialista de Yugoslavia (RFSY), disuelta en 1992 tras la
Guerra de los Balcanes.
Después de comenzar su carrera de modelo en Milán y París, se mudó a
Nueva York en 1996.
Cinco años más tarde obtuvo la residencia permanente
y, en 2006, se hizo estadounidense.
Melania es extremadamente cuidadosa a la hora de hablar sobre su vida
matrimonial con Trump, a quien conoció en una fiesta de la Semana de la
Moda de Nueva York en 1998. "Los dos somos muy independientes. Yo le
dejo ser quien es y él me deja ser quien soy.
No intento cambiarlo, es
un adulto. Él conoce las consecuencias. Yo le doy mi opinión muchas,
muchas veces", explicó en febrero en una entrevista con CNN, en la que
confesó que no le gusta el tono duro que usa su marido.
De ganar Trump, Melania no sería la primera exmodelo que pisa la Casa Blanca, Pat Nixon y Betty Ford también lo fueron.