Un Blues

Un Blues
Del material conque están hechos los sueños

12 jun 2016

Michelle de Teruel........................................................................ Luis Alegre

Michelle Jenner es una de esas chicas que gustan tanto, que siempre se piensa que andan con el hombre equivocado.

Michelle Jenner en la presentación de 'Nuestros amantes' a principios del mes pasado.

 

Michelle Jenner lleva delante de nosotros toda su vida, de forma casi literal.
 Fue una bebé prodigio. A los dos años anunció flotadores, a los seis se inició en el doblaje y a los doce prestó su voz al Giosuè de La vida es bella
Martine, su madre francesa, fue artista de music hall y su padre Miguel Ángel era actor de doblaje.
 Lo suyo no había sido de pura chiripa.
Acaba de estrenar cuatro películas en tres meses, una marca de otra época.
 En Nuestros amantes, la comedia romántica de Miguel Ángel Lamata, es Irene, una joven de Teruel
. Ese detalle señala otro pequeño hito. Aún es más raro tropezarse con alguien de Teruel en la ficción que en la realidad, que ya es decir.
 Cuando ella lo suelta en una escena, creí que no había oído bien.
No conozco a nadie que haya trabajado con ella que le encuentre una sola pega, algo que todavía es más extraño que lo de Teruel. Michelle rompe el estereotipo de actriz neurótica, caprichosa y más pesada que un abanico de tablas.
 Ha interpretado personajes pegadizos: la Sara de Los hombres de Paco o la reina Isabel. 
Pero ella desafía la sombra de cualquier papel.
Hace ocho años, cuando tenía 21, la entrevisté, hablamos de religión y dijo: “¿Por qué a los curas se les prohíbe hacer el amor si resulta que Jesucristo no hacía más que dar y predicar amor?”
 El circo nacional va sobrado de gente siniestra y es un alivio desviar la mirada hacia un ser que despide semejante alegría. Michelle es una de esas chicas que gustan tanto, que siempre se piensa que andan con el hombre equivocado.

 

Cuando un grupo de curas gritó su antifranquismo en Roma........................................ Elsa Fernández-Santos

Recuperada ‘L’altra Chiesa’, una película perdida de Joaquim Jordà de1969, que recoge el testimonio de sacerdotes disidentes de la Iglesia española.


Fragmento de la película ‘L’altra Chiesa’, de Joaquim Jordà.

Filmografía selecta

Dante no es únicamente severo, con Jacinto Esteva (1966).
Numax presenta (1980).
El encargo del cazador (1990).
Un cuerpo en el bosque (1996).
Monos como Becky (1999).
De niños (2003).
Veinte años no es nada (2004).
Más allá del espejo (2006).
Figura sustancial de la historia del cine español y autor de documentales tan importantes como De niños (2003) y Monos como Becky (1999) Joaquim Jordà (Santa Coloma de Farnés, 1935-Barcelona, 2006) huyó en los años sesenta de la España franquista para vivir lo que en su filmografía se conoce como la etapa del exilio italiano.
 En Roma rodó media docena de pequeñas películas
. Todas, menos dos, fueron recuperadas con el tiempo. Spezziamo le catene, obra colectiva, sigue extraviada, pero L’altra Chiesa ha sido hallada 50 años después por el historiador Luis E. Parés. Digitalizada por la Filmoteca Española, esta semana vio la luz en el cine Doré.
La cinta, un mediometraje en blanco y negro, rodado en dos días con ese aire clandestino y febril de muchos documentos de la época, recoge la reunión en Roma de un grupo de curas disidentes, ferozmente críticos con la Iglesia franquista.
 Como explica Parés, el fin de la película era documentar “la asistencia de curas españoles a la Asamblea de Sacerdotes Europeos”, una reunión bautizada por la prensa de la época como “Asamblea de Sacerdotes Contestatarios”. “Una respuesta”, añade, “al sínodo de los obispos que iba a tener lugar esos mismos días y que representaba la línea oficial, conservadora y dogmática de la Iglesia”.

El cine de Jordà, hombre dotado de una inteligencia y un coraje poco comunes, cuya fe en la verdad, que no en la objetividad, sigue iluminando a espectadores y cineastas, se curtió en esta etapa de su vida abiertamente militante.
 Conducidos por su mirada, libre y provocadora, vemos a un grupo de hombres sentados en corro, con corbata, con traje, con gafas de pasta y jersey de cuello vuelto, con aire de intelectuales desafiantes que sueltan frases lapidarias (“Iremos hasta el final, hasta el exilio, hasta la muerte si fuese necesario”) para hablar de “opresión”, de “falta de democracia interna” y de sus “obligaciones” con “la gente”.
“Ante una realidad de explotación, de despido, de maltrato, de abusos y mentiras, yo debo transmitir una conciencia cristiana para ayudar a la gente a comprender la realidad, a conocer sus derechos, a aprender cómo defenderse.
Debo unirme a la gente.
 Es aquí donde empieza el compromiso del sacerdote”, asegura uno; “Para mí, la Iglesia española va a ser siempre reaccionaria, porque no tuvimos la experiencia de la reforma luterana ni la de la Ilustración”, añade otro.
 En un momento, Jordà, entrevistador fuera de campo, pregunta si se puede ser cura y revolucionario, y los hombres anónimos responden sonriendo: “Estamos aquí. Somos curas y en gran parte revolucionarios”.
“Esta película, como la práctica totalidad de los trabajos italianos de Jordà, estaba en el Archivio Audiovisivo del Movimento Operaio e Democratico (AAMOD) de Roma, una filmoteca especializada en cine militante que heredó los fondos del Partido Comunista italiano”, explica Parés, para quien L’altra Chiesa es una película “urgente, rápida, de testimonio”, cuyo valor radica en dar la palabra a esos sacerdotes disconformes.
 “El filme se convierte así en el levantamiento de acta de la existencia de esa disidencia dentro de la Iglesia española. Su valor testimonial es enorme”

 

Morir rabiando...............................................Rosa Montero

Vino un médico, nos tranquilizó, nos ayudó.
 Desde que llegó a casa, como un ángel de luz, mi querido enfermo pudo descansar.

POR DESGRACIA  desgracia estoy segura de que muchos de los que me estáis leyendo habéis tenido que sobrellevar la muerte de alguien muy querido. 
 A veces los fallecimientos son repentinos, pero lo habitual es tener que acompañar a la persona amada en la lenta y amarga travesía del desfiladero. 
En ocasiones, ese tránsito final es un martirio.
 Lo he vivido de cerca. Cuando busqué, desesperada, los cuidados paliativos que te ofrecía el sistema, resultó que tardaban bastante tiempo en llegar, que después de todo no eran tan paliativos y que no funcionaban ni en los fines de semana ni en las fiestas, como si los agonizantes no tuvieran el derecho de agonizar en esos días.
 En mi total congoja, cuando cada hora que pasaba era un sufrimiento, acerté a llamar a la asociación DMD, Derecho a Morir Dignamente.
 Vino un médico, nos habló, nos tranquilizó, nos ayudó. Desde que llegó a casa, como un ángel de luz, mi querido enfermo pudo descansar.
 Y empezó ese tiempo raro y dulce de los últimos momentos, cuando el amado ya no sufre y la Muerte anda merodeando por la casa con pies de algodón.
 Gracias a la sedación paliativa, falleció dos días después serenamente.
 No nos cobraron ni un solo euro. Nunca podré agradecérselo lo suficiente.
 Desde entonces pertenezco a DMD, porque quiero que todas las personas, incluida yo misma, podamos tener acceso a ese sosiego final.
 Pues bien, ese médico, ese ángel, Fernando Marín, ha sido recientemente perseguido por la Fiscalía de Avilés, junto a Mercedes Caminero, una pobre voluntaria de la asociación a la que incomprensiblemente también acusaron, y a Fernando Acquaroni, que buscaba ayuda para un hermano agonizante, de la misma manera que yo la busqué para mi enfermo.
 Como Fernando Marín no estaba en Madrid, le pidió a la voluntaria que mandara por correo a Acquaroni la medicación del protocolo de la sedación paliativa, y el envío fue interceptado en Correos. 
Por todo esto les abrieron a los tres un proceso; para colmo añadieron el suicidio de una mujer a la que los imputados nunca conocieron (quien le facilitó la sustancia letal fue otra persona, también fallecida, que traicionó a la DMD). A Fernando, Mercedes y Acquaroni se los acusó de dos delitos de cooperación al suicidio y un delito contra la salud pública y les pidieron seis años y cinco meses de prisión.
Aunque se saben inocentes, como la ley es tan ambigua y los prejuicios sociales tan complejos, decidieron no correr riesgos inútiles y aceptar dos años de condena, sin ingreso en prisión.
 El hermano de Acquaroni estaba tan terminal que el pobre murió (sufriendo y sin ayuda) tan sólo 24 horas después del momento en que hubiera recibido los fármacos. Me espeluzna pensar que yo misma podría haber ocupado el lugar de Acquaroni, y todo porque existe una confusión monumental entre el suicidio, la eutanasia y la sedación paliativa. 
Esta última es totalmente legal, pero, como se ha visto en el caso de Avilés, pueden retorcer las circunstancias hasta meterte en la cárcel.
Pero, como dice Marín, lo más triste de todo es que esta condena suya va a hacer que la situación retroceda aún más y que muchos médicos, aun sabiendo que la sedación paliativa es legal, no se atrevan a administrarla
. Puede que nuestros seres queridos, nuestros padres, hermanos, cónyuges, amigos, tal vez hijos, mueran rabiando y en el abandono terapéutico

Puede que nosotros mismos tengamos que enfrentarnos a un calvario. ¿Y en razón de qué? ¿Cuáles son los fanáticos dogmas religiosos que nos ordenan acatar este tormento? ¿Por qué mi vida civil la regula un Dios? 
 Además, si ese Dios es amor, como decía san Agustín (“En el atardecer de la vida te examinarán de amor”), estoy segura de que no podría querer esto. Nuestro país precisa urgentemente un pacto social sobre la eutanasia, la ayuda al suicidio y la sedación paliativa.
 Un acuerdo que vaya más allá de la mugre sectaria partidista, porque estamos hablando de algo demasiado esencial como para que permitamos que lo manipulen los políticos.
 Necesitamos una ley que regule la eutanasia y que impida todo tipo de excesos, por supuesto. 
Y entre los excesos incluyo esta kafkiana persecución de la Fiscalía de Avilés y esta condena.
 COLUMNISTAS-REDONDOS_ROSAMONTERO

Veamos a quién admiras............................................................Javier Marias

Ante un partido como Podemos sólo ayuda fijarse en quiénes son sus amigos y a quiénes admira.

POCO  antes de las elecciones del pasado diciembre escribí aquí una columna titulada “Casi cualquier prueba”, en la que repasaba la catastrófica legislatura bajo el Gobierno de Rajoy y expresaba mis dudas y reparos ante los demás partidos.
 Y terminaba diciendo: “… con todo y con eso, casi cualquier prueba, casi cualquier riesgo, me parecen preferibles a continuar en la ciénaga de los últimos cuatro años”. Tuve la precaución del “casi”, porque siempre es preciso tenerla.
 Son ya demasiadas las ocasiones en las que uno cree que no puede existir un gobernante peor del que se sufre, y la experiencia le demuestra lo contrario, que siempre es posible empeorar.
 Sin alejarnos mucho, ¿parecía imaginable alguien más dañino y falaz que Bush Jr y Cheney al frente de los Estados Unidos? Ahora corremos el riesgo de que esté a su mando Donald Trump.
En aquella columna escribía del PSOE: “… no es seguro que haya abandonado la idiotez generalizada que lo dominó durante la época de Zapatero”, y añadía: “Esa idiotez, pero agravada, la ha heredado IU bajo el liderazgo de Alberto Garzón; y en cuanto a Podemos, una necedad similar compite con resabios de autoritarismo temible”. Han transcurrido seis meses y algo más sabemos acerca de esta última formación. 
Pero no mucho, en realidad (aparte de que haya engullido a la penúltima). Si uno quiere saber qué pretenden y cómo gobernarían sus dirigentes, se encuentra con un batiburrillo oportunista.
 Han cambiado de postura y “lugar” tantas veces (somos “anticasta”; no, de extrema izquierda; no, socialdemócratas; no, de centro; no, de los de abajo; no, “transversales” en general) que lo único que se saca en limpio es que es gente dispuesta a lo que sea con tal de conseguir poder.
 Su objetivo más visible es el siguiente: sobrepasar al PSOE para después desmenuzarlo; erigirse en principal partido de la oposición y aguardar a que el PP siga hundiéndose y hundiendo al país hasta que la población, desesperada, quite mi cauteloso “casi” y prefiera cualquier prueba, cualquier riesgo, antes que seguir padeciendo las injusticias y la inoperancia de Rajoy o su sucesor. 

Ante un partido como Podemos, dado al travestismo, el embarullamiento y la adulación del elector, dominado por una figura tan demagógica y taimada como Pablo Iglesias, sólo ayuda fijarse en quiénes son sus amigos y benefactores, y a quiénes admira, para intuir a qué atenerse y qué se puede esperar de él.
 Por supuesto, están el golpista militar Chávez y su caricatura Maduro, a quienes varios de sus líderes aconsejaron y sirvieron con apasionamiento y remuneración: es decir, un par de autócratas desastrosos para su país, que desprecian la democracia. 
Están Tsipras y Varufakis, de Grecia, a los que en estos momentos no conviene poner de ejemplo, aunque parecieran mucho más honestos y bienintencionados que los dirigentes de Podemos.
 Está a ratos Putin, y Bildu en el País Vasco, con el que han establecido alianzas. Ahora está Arnaldo Otegi, al que abrazan y juzgan “un hombre de paz”, como si nada hubiera tenido que ver con ETA en sus años más virulentos. 
Y desde luego está Julio Anguita –al que también abrazan–, uno de los políticos más injustificadamente presuntuosos y perdonavidas de nuestra democracia, y cuyo mayor logro (la famosa “pinza” de los noventa) fue aupar a Aznar al poder; y a Aznar, su compañero de conspiración, lo sufrimos ocho años.
 Iglesias se proclama “discípulo” de él (de Anguita, aunque en su megalomanía y su autoritarismo recuerde muchísimo a Aznar). 
No está de más recordar que, declarándose Podemos un partido feminista, sus dirigentes no tuvieron el menor reparo en trabajar para –y cobrar de– un canal de televisión financiado por Irán, donde las mujeres están sojuzgadas en todos los ámbitos.
 La impresión se confirma: lo que sea para conseguir poder. Por último, no olvidemos entre las admiraciones la excelente serie Juego de tronos, pobre, que el susodicho Iglesias no cesa de manosear y tergiversar: si le gusta tanto es porque, según él, ilustra el pensamiento político de Maquiavelo, Gramsci y Carl Schmitt (que inspiró mucho al nazismo), y enseña que lo que importa es el poder crudo, el de la fuerza. 
Es difícil saber si George R. R. Martin se moriría de risa o se pegaría un tiro en el paladar al oírle, al ver su imaginativa creación reducida a semejante ramplonería de pedantuelo profesor incapacitado para entender la ficción. 

Pero hay un elemento o guía más: la actitud de los entusiastas de Podemos, sin parangón con la de los de ningún otro partido, incluido el PP. 
Cuando en política aparece un fervor religioso; cuando la pertenencia a una formación se asemeja a la pertenencia a una secta, y hay un caudillo; cuando sobre sus críticos cae inmediatamente una lluvia de insultos mezclada con alguna lección adoctrinadora para que esos críticos “abran los ojos y abracen la fe”; cuando desde ese partido se habla de “regular” y “controlar” la prensa, y de pedir “adhesión” (palabra franquista donde las haya) a los jueces y a los cargos públicos; entonces, cuando todo eso se junta, sólo toca alejarse corriendo.
(En este artículo sale el Javier Marias que siempre detesté, todo lo que aplica a Pablo Iglesias es su retrato. 
Y si me reconcielé una vez, fue gracias a la amistad que sostiene con Arturo Pérez Reverte. Javier Marias es taimado, en su descripción de Podemos, como lo fue cuando Iu tenía más fuerza, y pasa por Garzón de Puntillas mientras se ceba con Anguita y Pablo Iglesias, hasta lo llama profesor de Universidad con ínfulas, seguro que él se ve reflejado.
Ya veía que a Podemos le llamaba "Secta". Pero hoy se despacha a gusto.
Parece que en el fondo él preferiria un Pedro Sánchez, así tipo encargado de planta del Corte Inglés, o quizás va más a la derecha, porque se atrinchera detrás de Zapatero. Pero Javier Marias no se moja como votante, solo critica desde el lado humano y no político, y harta estoy y lo siento muchisimo que cada cinco minutos salga el tema de Venezuela, parece que no recuerda que a Chávez lo auparon todos los intelectuales venezolanos, ahí queda eso, y definete alguna vez si andas por el centro de no sé qué partido, porque hoy tus palabras destilan envidia y veneno.
Dale cera a Prisa que si no no escribes nada más en tu vida)

COLUMNISTAREDONDA_JAVIERMARIAS