EL PAÍS
publica la grabación del interrogatorio del expresidente de Banesto en
la Audiencia Nacional antes de ser encarcelado por blanqueo de capitales.
El expresidente de Banesto Mario Conde se mostró muy enfadado
(incluso llega a dar gritos) en la declaración que prestó el pasado 14
de abril ante el
juez de la Audiencia Nacional Santiago Pedraz, que le investiga por
haber tejido supuestamente una organización criminal con la finalidad de
repatriar al menos 13 millones de euros procedentes del saqueo que perpetró en Banesto cuando era su presidente a finales de los ochenta y comienzos de los noventa.
Tras negarse a declarar ante los agentes de la UCO de la Guardia
Civil tras ser detenido y registradas sus casas, el exbanquero fue
trasladado ante el juez instructor, donde sí declaró acompañado de su
abogado, Ignacio Peláez
La fiscal Anticorrupción Elena Lorente le preguntó sobre su vinculación
con una maraña de sociedades supuestamente creadas por él tanto en
España (cuatro) como en el extranjero (al menos ocho) para camuflar la
repatriación del dinero sustraído de Banesto y que le supuso una condena
del Tribunal Supremo de 20 años de cárcel por apropiación indebida de
los cuales solo cumplió once años.
La fiscal también preguntó a Conde
por las casas que tiene en Madrid, Mallorca y Galicia, ya que sostiene
que el exbanquero, durante y tras salir de la cárcel en 2005, puso todo
tipo de trabas para evitar que la justicia se las embargase para pagar a
los accionistas de Banesto los 14 millones que aún les adeuda del
saqueo.
También se le investiga en esta causa por insolvencia punible
(la antigua figura del alzamiento de bienes).
El juez Pedraz, Anticorrupción y la UCO sostienen que el dinero
sustraído en Banesto lo ocultó Conde en el extranjero y que lo ha estado
repatriando poco a poco y camuflado en sociedades opacas en los últimos
17 años.
En la grabación, malhumorado y en tono elevado, Conde asegura
al juez que le podrá demostrar que esas transferencias de dinero no
proceden de Banesto y que, por tanto, no se le puede imputar por
blanqueo de capitales.
Aunque en ese momento obvia dar detalles, fuentes
de la investigación señalan que la
tesis de Conde es que los 13 millones que ha traído de vuelta a España
fueron depositados en el extranjero en 1987, en una única transferencia y antes de acceder él a la presidencia de Banesto.
El juez Pedraz ordenó el ingreso en prisión de Conde tras prestar declaración.
Aunque la
librería es uno de los eslabones más frágiles de la cadena del libro,
algunos se atreven a abrir estos espacios en medio de la crisis.
Uno de
ellos nos cuenta, para la serie Las voces del libro, cuál es la función
de una librería hoy en tiempos de crisis y reinvenciones.
Óscar García, de la librería Cervantes y Compañía, de Madrid, habla hoy
de la función y reinvención de estos espacios culturales.
Es el noveno
capítulo de la serie de vídeos Las voces del libro con
el que EL PAÍS lleva a sus lectores por los entresijos del proceso de
creación de un libro, con motivo de la 75ª Feria del libro de Madrid.
De la Epopeya de Gilgamesh, escrita hace 35 siglos, a las últimas
novedades en español o en cualquier otro idioma traducido a nuestra
lengua.
Ese es el arco de la escritura que suelen recoger las librerías,
aunque muchas son especializadas en algún tema o género.
Las librerías
son el enlace entre el autor y el lector. Donde la gente va a comprar
una obra o a mirar o a hojear libros.
Y a las librerías tradicionales se
suman las librerías online. Ambas son puertas a la elección de
vivir mundos y/o vidas ajenas en las narraciones literarias y a la
exploración de ideas e información procedente de la no ficción.
La librería es uno de los eslabones más frágiles dentro de la cadena
de creación y valor del libro, porque a la crisis económica se ha sumado
la reconversión del negocio editorial. En España en 2008 había unas
7.000 librerías y en 2014 la cifra descendió a 3.600, siendo ese año el
más dramático: se cerraron 912 de estos establecimientos, es decir, unos dos cada día. Por eso resulta admirable que en medio de esta situación crítica
alguien se atreva a abrir una librería. Y son varios los quijotes que lo
han hecho. Uno de ellos ha sido Óscar García al crear la Librería Cervantes y Compañía,
en Madrid. Fue en 2012, en mitad de la crisis. Ahora la librería está
en la calle Pez, en el barrio de Malasaña, y se ha convertido en un
espacio cultural donde la venta de libros es un pretexto para charlar
con los escritores, presentar obras, hacer pequeñas piezas de teatro
basadas en libros, actividades infantiles y muchas más cosas. El papel del librero ha cambiado porque la sociedad lo ha hecho. El
librero debe ser un prescriptor, alguien que da una receta indicada de
libros a cada uno de sus lectores", dice Óscar García. Esta librería es
la manera en que la serie de EL PAÍS Las voces del libro rinde homenaje a
todas aquellas librerías nuevas o antiguas que contribuyen a divulgar
el bello arte de la escritura y a acolitar el placer irrepetible y único
de la lectura.
El apartado del librero llega después de El Escritor (Clara Janés), el Agente literario (Luis Miguel Palomares Balcells), la Editora (Valeria Ciompi, de Alianza), la Correctora (Ana Laura Álvarez, de Siruela), el Maquetador de páginas (Víctor Benayas, de Penguin Random House), el Diseñador de portadas (Ferrán López, del Grupo Planeta), el Impresor y el Encuadernador (Juan Bris, de Arte Gráficas COFAS, y Alfonso Méndez, de Encuadernación Felipe Méndez) y la Distribuidora (Mónica Díaz, de UDL).
Óscar García, de la librería Cervantes y Compañía, de Madrid, habla
hoy de la función y reinvención de estos espacios culturales . Es el
noveno capítulo de la serie de vídeos Las voces del libro
con el que EL PAÍS lleva a sus lectores por los entresijos del proceso
de creación de un libro, con motivo de la 75ª Feria del libro de
Madrid.
La Guardia
Civil destapa el alto tren de vida y los tejemanejes del expresidente
de Banesto y su hija para repatriar a España 13 millones.
El sumario sobre el segundo encarcelamiento del expresidente de Banesto Mario Conde
acredita el “alto nivel de vida” que llevaba el exbanquero tras cumplir
11 de los 20 años de cárcel que le impuso la justicia por el saqueo al
banco que presidió a finales de los años ochenta y comienzos de los
noventa.
EL PAÍS ha tenido acceso al sumario que instruye el juez de la Audiencia Nacional Santiago Pedraz
sobre Conde, y que revela las tretas y artificios financieros que ha
desplegado el exbanquero para evitar que le subastaran sus bienes en
favor de los accionistas de Banesto a los que saqueó.
El sumario sobre el segundo encarcelamiento del expresidente de Banesto Mario Conde
acredita el “alto nivel de vida” que llevaba el exbanquero tras cumplir
11 de los 20 años de cárcel que le impuso la justicia por el saqueo al
banco que presidió a finales de los años ochenta y comienzos de los
noventa. EL PAÍS ha tenido acceso al sumario que instruye el juez de la Audiencia Nacional Santiago Pedraz
sobre Conde, y que revela las tretas y artificios financieros que ha
desplegado el exbanquero para evitar que le subastaran sus bienes en
favor de los accionistas de Banesto a los que saqueó.
Mario Conde tiene un yate (tasado en 30.000 euros; él paga el
seguro); ha disfrutado de tres lujosas casas en Madrid y de una masía en
Pollensa (Mallorca); de extensas fincas agrícolas en Andalucía y
Castilla la Mancha; de una empresa dietética; de al menos tres coches de
lujo; de 5,4 millones en acciones del Grupo Intereconomía
repatriados a España desde paraísos fiscales de las Islas Vírgenes; de
9,5 millones invertidos en una SICAV; de empleados domésticos y chófer,
para él y sus hijos, Mario Conde Arroyo y Alejandra (en quien, siempre
bajo su sombra, delegó la administración de sus empresas: ocho en el
extranjero y cuatro en España).
Además, cobró en derechos de autor por
uno de sus siete libros casi 600.000 euros y algo más de 3.000 euros
mensuales por participar en los debates televisivos de
El gato al agua,
de Intereconomía.
Casi desde que entró en la cárcel inició la repatriación del dinero
oculto fuera.
Empezó en 1999 con pequeñas cantidades mensuales.
No más
de 3.000 euros para “no levantar sospechas”, señalan en un informe que
consta en el sumario los agentes de la Unidad Central Operativa (UCO) de la Guardia Civil,
los que a mediados del pasado mes de abril detuvieron a Conde y sus dos
hijos, y a un yerno, y a testaferros de la familia que eran parientes o
que trabajaban como asalariados del exbanquero.
Conde tiene 9,5 millones invertidos en una
SICAV; 5,4 en Intereconomía, empleados domésticos y chófer, para él y
sus hijos, Mario Conde Arroyo y Alejandra, su lugarteniente en los
negocios
El juez considera que es en 2008 cuando Conde y su asesor y abogado
Francisco de Vega (ambos siguen presos) diseñaron “un entramado
societario” con firmas instrumentales en España y siete países
extranjeros, algunos paraísos fiscales como Las islas Vírgenes
británicas o Curasao; en los Países Bajos, Emiratos árabes Unidos,
Italia, Suiza…
Todo ello para traer el dinero que, según Anticorrupción,
Conde se apropió de Banesto y oculta en el extranjero.
La UCO está
convencida, según ha comunicado al juez, que, aunque se ha detectado la
llegada a España de 13 millones, el exbanquero puede tener aún más
dinero fuera.
“Para introducir los fondos obtenidos ilícitamente desde el exterior a
España, utilizó como sociedades instrumentales a las firmas Barnacla,
Black Royal OAK y Oleificio Español.
Y también”, añade la UCO, “ha
contado con una importante infraestructura societaria en el extranjero,
con la capacidad de transferir fondos a España sin levantar sospechas”.
¿Cómo cayó por segunda vez Conde?
La Guardia Civil descubrió que
Conde era el “primer escalón de una organización criminal” tendente a
repatriar los fondos saqueados a Banesto sin que el exbanquero hubiese
pagado 14 de los 26 millones de responsabilidad civil que le impuso la
justicia por el caso Banesto.
Y no solo eso: seguía disfrutando de las
fincas que teóricamente debían estar embargadas y subastadas para
resarcir a los accionistas.
Por este motivo, el juez le imputa un delito
de insolvencia punible (el antiguo alzamiento de bienes). Similar al que se atribuye al expresidente de la CEOE Gerardo Díaz Ferrán, codueño de Viajes Marsans, también en la cárcel.
Algunas de las fincas le fueron embargadas con anterioridad a esta investigación.
“Se comprobó que esta organización estaba recibiendo fondos de los
Emiratos Árabes con destino a la sociedad Black Royal Oak S.L.
justificadas en contratos de compraventa de unas fincas en Alcúdia,
Baleares”, explica los investigadores de la UCO, los mismos agentes que
han indagado el caso de los ERE y los cursos de formación en Andalucía y
Extremadura, Púnica (Granados), Taula (Rita Barberá), corrupción en
Melilla o el del minero José Ángel Fernández Villa (que regularizó 1,4
millones en la amnistía fiscal de 2012.
“Las transferencias fueron devueltas a la entidad HSBC por dos
entidades bancarias españolas al entender que podía tratarse de blanqueo
de capitales
. Fue esta devolución la que llevó a los investigadores a
"realizar averiguaciones" para ver si la sociedad del entorno de Conde
Black Royal Oak había recibido más transferencia desde el exterior.
Y
descubrieron que Barnacla y Oleificio Español”, apuntan los agentes,
“habían recibido ocho millones de euros de procedencia sospechosa.
Y que
el entorno de Conde había recibido más de dos millones en efectivo”.
Para ello, se sirvió de dos personas cruciales en la trama: Javier de la
Vega, gestor y asesor de la familia Conde en lo relativo a la creación
del entramado societario dentro y fuera de España.
“Es el representante
en España de las sociedades que transferían los fondos, simulando para
ello contratos de consultoría y operaciones financiera (ampliaciones de
capital y préstamos)”.
La otra persona crucial, contra la que hay pedida
una solicitud de detención internacional, es Francisco Romero Pumar,
encargado de transferir desde el extranjero los fondos a la sociedades
Barnacla, Black Royal Ok y Oleificio Español a través de empresas del
Reino Unido en las que figura también como administrador, aunque las
órdenes de Conde y su hija”.
El sumario sobre el segundo encarcelamiento del expresidente de Banesto Mario Conde
acredita el “alto nivel de vida” que llevaba el exbanquero tras cumplir
11 de los 20 años de cárcel que le impuso la justicia por el saqueo al
banco que presidió a finales de los años ochenta y comienzos de los
noventa. EL PAÍS ha tenido acceso al sumario que instruye el juez de la Audiencia Nacional Santiago Pedraz
sobre Conde, y que revela las tretas y artificios financieros que ha
desplegado el exbanquero para evitar que le subastaran sus bienes en
favor de los accionistas de Banesto a los que saqueó.
Mario Conde tiene un yate (tasado en 30.000 euros; él paga el
seguro); ha disfrutado de tres lujosas casas en Madrid y de una masía en
Pollensa (Mallorca); de extensas fincas agrícolas en Andalucía y
Castilla la Mancha; de una empresa dietética; de al menos tres coches de
lujo; de 5,4 millones en acciones del Grupo Intereconomía
repatriados a España desde paraísos fiscales de las Islas Vírgenes; de
9,5 millones invertidos en una SICAV; de empleados domésticos y chófer,
para él y sus hijos, Mario Conde Arroyo y Alejandra (en quien, siempre
bajo su sombra, delegó la administración de sus empresas: ocho en el
extranjero y cuatro en España). Además, cobró en derechos de autor por
uno de sus siete libros casi 600.000 euros y algo más de 3.000 euros
mensuales por participar en los debates televisivos de El gato al agua,
de Intereconomía.
El juez de la Audiencia Nacional Santiago Pedraz, instructor del
caso, investiga a Conde por blanqueo de capitales (por repatriar a
España 13 millones de euros procedentes supuestamente del saqueo que
cometió en Banesto, según dictaminó la justicia en los llamados caso Banesto y Argentia Trust)
.
A Conde se le atribuye, por ejemplo, no dar cuenta de la salida al
extranjero desde la caja del banco de 300 millones de pesetas
. Es uno de
los banqueros más famosos de la época del pelotazo; accedió a la
presidencia de Banesto con apenas 38 años y en su fulgurante carrera
algunos pensaron en él como la única opción de arrebatar el poder al
PSOE de Felipe González. Logró reducir a once los 20 años de condena que
le impuso el Tribunal Supremo.
La sentencia ordenó el decomiso de sus
bienes, pero a los jueces se les olvidó hacer anotaciones preventivas de
embargo.
Y aprovechó el despiste para seguir con ellas, hipotecando
algunas, y dificultar así los embargos y posterior subasta de los
bienes.
Casi desde que entró en la cárcel inició la repatriación del dinero
oculto fuera.
Empezó en 1999 con pequeñas cantidades mensuales.
No más
de 3.000 euros para “no levantar sospechas”, señalan en un informe que
consta en el sumario los agentes de la Unidad Central Operativa (UCO) de la Guardia Civil,
los que a mediados del pasado mes de abril detuvieron a Conde y sus dos
hijos, y a un yerno, y a testaferros de la familia que eran parientes o
que trabajaban como asalariados del exbanquero.
Conde tiene 9,5 millones invertidos en una
SICAV; 5,4 en Intereconomía, empleados domésticos y chófer, para él y
sus hijos, Mario Conde Arroyo y Alejandra, su lugarteniente en los
negocios
El juez considera que es en 2008 cuando Conde y su asesor y abogado
Francisco de Vega (ambos siguen presos) diseñaron “un entramado
societario” con firmas instrumentales en España y siete países
extranjeros, algunos paraísos fiscales como Las islas Vírgenes
británicas o Curasao; en los Países Bajos, Emiratos árabes Unidos,
Italia, Suiza…
Todo ello para traer el dinero que, según Anticorrupción,
Conde se apropió de Banesto y oculta en el extranjero.
La UCO está
convencida, según ha comunicado al juez, que, aunque se ha detectado la
llegada a España de 13 millones, el exbanquero puede tener aún más
dinero fuera.
“Para introducir los fondos obtenidos ilícitamente desde el exterior a
España, utilizó como sociedades instrumentales a las firmas Barnacla,
Black Royal OAK y Oleificio Español.
Y también”, añade la UCO, “ha
contado con una importante infraestructura societaria en el extranjero,
con la capacidad de transferir fondos a España sin levantar sospechas”.
¿Cómo cayó por segunda vez Conde? La Guardia Civil descubrió que
Conde era el “primer escalón de una organización criminal” tendente a
repatriar los fondos saqueados a Banesto sin que el exbanquero hubiese
pagado 14 de los 26 millones de responsabilidad civil que le impuso la
justicia por el caso Banesto.
Y no solo eso: seguía disfrutando de las
fincas que teóricamente debían estar embargadas y subastadas para
resarcir a los accionistas.
Por este motivo, el juez le imputa un delito
de insolvencia punible (el antiguo alzamiento de bienes). Similar al que se atribuye al expresidente de la CEOE Gerardo Díaz Ferrán, codueño de Viajes Marsans, también en la cárcel.
Algunas de las fincas le fueron embargadas con anterioridad a esta investigación.
La Guardia Civil señala que el exbanquero tejió
junto a su abogado “un entramado societario” con firmas instrumentales
en España y siete países extranjeros
“Se comprobó que esta organización estaba recibiendo fondos de los
Emiratos Árabes con destino a la sociedad Black Royal Oak S.L.
justificadas en contratos de compraventa de unas fincas en Alcúdia,
Baleares”, explica los investigadores de la UCO, los mismos agentes que
han indagado el caso de los ERE y los cursos de formación en Andalucía y
Extremadura, Púnica (Granados), Taula (Rita Barberá), corrupción en
Melilla o el del minero José Ángel Fernández Villa (que regularizó 1,4
millones en la amnistía fiscal de 2012.
“Las transferencias fueron devueltas a la entidad HSBC por dos
entidades bancarias españolas al entender que podía tratarse de blanqueo
de capitales.
Fue esta devolución la que llevó a los investigadores a
"realizar averiguaciones" para ver si la sociedad del entorno de Conde
Black Royal Oak había recibido más transferencia desde el exterior.
Y
descubrieron que Barnacla y Oleificio Español”, apuntan los agentes,
“habían recibido ocho millones de euros de procedencia sospechosa. Y que
el entorno de Conde había recibido más de dos millones en efectivo”.
Para ello, se sirvió de dos personas cruciales en la trama: Javier de
la Vega, gestor y asesor de la familia Conde en lo relativo a la
creación del entramado societario dentro y fuera de España. “Es el
representante en España de las sociedades que transferían los fondos,
simulando para ello contratos de consultoría y operaciones financiera
(ampliaciones de capital y préstamos)”.
La otra persona crucial, contra
la que hay pedida una solicitud de detención internacional, es Francisco
Romero Pumar, encargado de transferir desde el extranjero los fondos a
la sociedades Barnacla, Black Royal Ok y Oleificio Español a través de
empresas del Reino Unido en las que figura también como administrador,
aunque las órdenes de Conde y su hija”.
La Guardia Civil pide en su informe al juez (que ya lo ha hecho) que
levante el velo de la maraña de sociedades creadas a instancias de Conde
y las embargue, porque son, sostienen los agentes, el parapeto del
banquero para eludir su obligación de devolver los 14 millones que aun
debe al banco. Se le ha embargado todo, salvo el yate: la fiscalía
Anticorrupción aún no lo ha pedido. Celta y Cuatro se llama la
embarcación, que tiene nueve metros de largo
. El seguro lo paga Conde, y
el barco está a nombre de un cuñado.
También conserva aun las acciones
(dos) que tienen él y su hija del Club de Golf de Madrid, que en 1990
costaban cada una 2,5 millones de las antiguas pesetas (15.000 euros).
Las exhibiciones que le llevaron a la cárcel
Sus apariciones en tertulias y presentando periódicamente libros (ha
escrito siete) fueron su perdición.
El tribunal que le había condenado a
pagar 26 millones de euros por el saqueo a las arcas de Banesto pidió
un informe a la policía sobre los ingresos de Mario Conde
. A los jueces
les pareció que llevaba una vida muy acomodada pese a que sólo había
pagado 12 de los 26 millones a los que fue condenado.
Y los agentes
descubrieron que, aunque estaba a nombre de una sociedad extranjera,
quien disfrutaba la mansión de Mallorca, por ejemplo, eran él y sus
hijos.
Y que disponían de una cuenta en CatalunyaCaixa, puesta a nombre
de una cuñada de su esposa, fallecida en 2007, que recibía fondos de
sociedades extranjeras y de la que salía dinero para los gastos
domésticos
. Muy elevados.
De ahí salieron, por ejemplo, en 2009, 24.000 euros para la agencia
Marsans por un viaje familiar.
Al frente de esta cuenta estaba Paloma
Jiménez.
Esta declaró a la UDEF que era la titular, pero que nunca operó
con ella.
Señaló que fue su cuñada, la esposa de Conde, la que le pidió
en 1993 que abriera esa cuenta ante la dificultad de abrir ella una por
los embargos que pesaban sobre su marido.
Paloma Jiménez subrayó que quien operaba realmente con la cuenta era
Alejandra, la hija del exbanquero.
Estaba autorizada y, además, accedía a
ella por Internet. “El señor Mario Conde, haciendo uso de varias
personas de su entorno, ha vivido en unas condiciones impropias de
alguien que tiene una deuda con la justicia”
. Así lo comunicó la policía
a la justicia.
En abril de 2011, el tribunal había pedido que se le
investigase “como consecuencia de sus públicas y notorias actividades de
participación en tertulias televisivas y autoría de libros”
. El pasado
14 de abril fue encarcelado por Pedraz
En España los índices de publicación de novedades crecen más rápido que los de lectura.
Datos globales de edición en España.
89.130
0
20.000
40.000
60.000
80.000
100.000
120.000
2008
’09
’10
’11
’12
’13
2014
Soporte papel
Soporte digital
Total
Radiografía de España. ELPAÍS
La industria editorial española tiene una noticia buena y una mala. La
buena es que se publican muchos libros.
La mala, que se leen pocos. O
mejor dicho, unos pocos. Según la Agencia del ISBN
(International Standard Book Number), en 2014 -último año con datos
oficiales- se publicaron en España 90.000 títulos entre editores
públicos, privados y autores que se editan a sí mismos.
La cifra supone
un 1,9% más que el año anterior, que supuso el frenazo en una tendencia
escaladora que había tocado techo en 2010 con 114.000 títulos. Luego se
fue ralentizando.
Por un tiempo pareció que la galopante crisis económica desatada en 2008
no iba a alcanzar nunca al sector editorial. Apelando al libro como
refugio de ocio barato
se trató de explicar que mientras el ladrillo se derrumbaba, el consumo
frenaba en seco y algunos bancos pedían auxilio, los editores enviaran
cada vez más libros a los puntos de venta (ya fueran papelerías de
barrio o grandes superficies).
Tres años después, lo peor de la borrasca
ha pasado y, aunque nadie confía en que las ventas vuelvan a ser lo que
fueron, la fiesta continúa.
De hecho, la proliferación de sellos independientes es, junto a la concentración en grandes grupos (como Planeta o Penguin Random House),
la gran tendencia de la última década.
Y lo es con unas cuentas
sostenidas todavía por los libros de papel, los mismos que al doblar el
milenio parecían tener los días contados ante el empuje de una revolución digital que por ahora no supone más que el 3,7% del negocio.
Cuando todos se las prometían felices, se
impuso la cruda realidad.
Las librerías se vaciaron de lectores (que no de libros), muchas se plantearon el cierre y algunas cerraron.
La pregunta del millón es quién lee tanta novedad si el 40% de los españoles reconoce no leer nunca
o casi nunca y del 60% restante -10 puntos por debajo de la media
europea- solo un tercio lee a diario y el 42% lee menos de cuatro libros
al año (uno cada tres meses; como se ve, figurar como lector en un
tabla cuesta poco).
La respuesta es un clásico: si tú te comes un pollo
entero, la estadística dirá que nos hemos comido la mitad cada uno. Es
decir, en España no solo se leen pocos libros, sino que se leen, sobre
todo, unos pocos.
El informe Nielsen
de 2012 registró una venta de 20 millones de ejemplares de obras de
ficción (lo que no está mal en un país de 46 millones de habitantes),
pero también registró que dos de esos millones correspondían a la novela
50 sombras de Grey.
Que para vender 100 libros se impriman 160 explica, de paso, el afán de
los editores por jugar a muchos números con la esperanza de que les
toque la lotería del best seller. Lo hicieron antes, durante y
después de la crisis.
Mientras, casi un tercio de los que reconocen no
leer jamás declara no hacerlo sencillamente porque no le gusta.
Así las
cosas, tal vez el problema esté en las escuelas y no en las librerías.
El futuro Gobierno, si cuenta entre sus miembros con algún lector,
tendrá que tomar nota.