Un Blues

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Del material conque están hechos los sueños

5 jun 2016

Porque hay personas que teniendo la misma edad, aparentan ser mas jovenes?

Al parecer es por genética, otros dicen que es por la forma de vida, mmmmm, no se que puede influir la alimentación....porque se ve mas joven?
Fotograma de la película 'El curioso caso de Benjamin Button', protagonizada por Brad Pitt.
Fotograma de la película 'El curioso caso de Benjamin Button', protagonizada por Brad Pitt.

Descubierto un gen responsable de que algunas personas, con la misma edad, parezcan más jóvenes que otras

  • Denominado MC1R, es el que produce el pelo rojo y la piel pálida

  • También interviene en la inflamación y la reparación de daños en el ADN

  • Los científicos señalan que otros muchos factores influyen en la edad percibida.

    Investigadores de Erasmus University Medical Center, en Rotterdam (Holanda), han descubierto el gen responsable de que algunas personas parezcan más jóvenes que otras, pese a tener la misma edad.
     Los resultados del estudio se han publicado en el último número de la revista Current Biology.

    El gen en cuestión, denominado MC1R, ya era conocido por ser el que produce el pelo rojo y la piel pálida.
     Los resultados de la nueva investigación indican que variaciones de este mismo gen están también relacionadas con la edad percibida.

    "Por primera vez, se ha encontrado un gen que explica en parte por qué algunas personas parecen más viejas y otras más jóvenes para su edad", dice Manfred Kayser, investigador de la universidad holandesa y uno de los autores del estudio.
    Trabajos anteriores habían demostrado que la edad percibida de una persona está influenciada por una combinación de factores genéticos y ambientales en partes casi iguales.
     Curiosamente, la edad percibida también sirve para predecir la salud y la mortalidad de una persona, lo que sugiere que la edad que aparenta la gente está asimismo relacionada con su edad y salud biológicas.
    Para estudiar a fondo este tema, Kayser y su colega David Gunn, investigador de la multinacional Unilever, buscaron en los genomas de más de 2.600 ancianos holandeses variantes en el ADN asociadas con diferencias en la edad percibida y en las arrugas faciales.
  •  Y observaron que las variantes de ADN del gen MC1R jugaban un papel esencial en la edad aparentada. Este hallazgo fue confirmado en otros dos grandes estudios europeos.
  • Las personas que tenían determinadas variantes del gen MC1R en su ADN parecían tener dos años más de promedio, dicen los autores. La asociación entre estas variantes de ADN y la edad percibida no fue influenciada por la edad, el sexo, el color de la piel, o el daño solar.

    Inflamación y reparación del ADN

    Además de su función en el color de la piel y el pelo, también se sabe que MC1R tiene un papel en otros procesos biológicos, tales como la inflamación y la reparación de daños en el ADN. Los investigadores afirman que la influencia de este gen en estos procesos podría ser la razón por la que se le vincula a una apariencia más joven.

    Sin embargo los autores señalan que este gen es solo uno de muchos factores que influyen en la edad percibida.
      Sus planes son continuar explorando cómo influyen este y otros genes en nuestro aspecto y en la edad que aparentamos
    . Los investigadores creen que esta línea de trabajo puede ofrecer pistas importantes sobre nuestra salud y la naturaleza de envejecimiento en sí mismo.

     

Unidos Podemos deja atrás al PSOE y se afianza en segunda posición.........................Rafa de Miguel

El Partido Popular se mantiene como fuerza más votada favorecido por la abstención.

El 26-J será una lucha entre extremos y el PSOE, situado en el medio, saldrá muy dañado si no consigue activar a un electorado indeciso que no encuentra hoy razones para ir a las urnas.

 La coalición Unidos Podemos coincide con el PP en su estrategia de polarizar la precampaña e ignorar a los socialistas.

 Eso, y una participación que puede ser hasta cinco puntos más baja que en diciembre, hace que los populares se consoliden en primera posición, que Unidos Podemos se aleje por arriba del PSOE y que la candidatura de Pedro Sánchez se desdibuje, según el sondeo de Metroscopia elaborado para EL PAÍS. 


 

Mariano Rajoy ha aplicado a rajatabla durante todos estos meses de bloqueo político e institucional la máxima de “el que resiste, gana”. El PP mantiene su primera posición, según el sondeo de Metroscopia, y apenas pierde dos décimas testimoniales del resultado que obtuvo el 20-D. De celebrarse hoy elecciones, obtendría un 28,5% de los votos.
 A un punto y medio del 30% que permitiría respirar tranquilos a los estrategas del PP, pero con unos votantes que mantienen una fidelidad muy alta (un 78% por ciento asegura que piensa volver a respaldar a los populares) y que se mantienen muy movilizados.
Y lo mismo ocurre con el electorado de Unidos Podemos. A pesar de la imagen de obstruccionismo proyectada durante el tiempo de las negociaciones para formar Gobierno, los electores de Iglesias y de Garzón siguen mostrándoles su apoyo en un alto grado (la fidelidad en su caso es del 79%). Con un respaldo del 25,6% (5,4 puntos porcentuales por delante del PSOE), el sorpasso comienza a ser más una realidad que una amenaza.

Estrategia de polarización
Ambas formaciones, PP y Unidos Podemos, han constatado que la memoria es frágil y que, tras la decepción y el hartazgo instalados en la opinión pública tras casi medio año de bloqueo, nada mejor que tensar la cuerda y polarizar la batalla electoral para poner en pie a los suyos.
 Hasta lo reconocen de un modo más o menos abierto.
 Si la vicepresidenta del Gobierno, Soraya Sáenz de Santamaría, no tiene problemas en admitir que es bueno explicar los riegos que supondría la llegada al poder de Iglesias, y el presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, duda ya en voz alta que su verdadero Rival sea Pedro Sánchez, el líder de Podemos proclama a su formación como la verdadera alternativa de Gobierno (lo hacía ayer mismo, en una tribuna publicada por este diario) y emplaza a la “vieja socialdemocracia” a decidir a quién apoyará después del 26-J.
El PSOE se enfrenta a la situación más delicada en décadas de democracia.
 La posibilidad de perder la hegemonía de la izquierda es cada vez más real, y le toca la difícil tarea de combatir a dos poderosos rivales.
 Su principal virtud, ocupar el espacio de centro izquierda (aquél en el que siempre se ha situado la mayoría del electorado español) es ahora su principal debilidad en un escenario de blancos y negros. El sondeo de Metroscopia otorga a los socialistas un respaldo del 20,2%, casi dos puntos menos que su resultado de diciembre, y les coloca en una tercera posición: determinantes, si se confirma este resultado, para la formación de Gobierno, pero sin la autoridad para ser ellos quienes tomen la iniciativa.
La imagen de Iglesias
Cuentan con una baza a su favor. Pablo Iglesias sigue siendo, con un saldo evaluativo de 40 puntos negativos (la diferencia entre quienes aprueban y quienes desaprueban su gestión), el líder peor valorado junto a Rajoy (-43). El candidato de Unidos Podemos, creen los socialistas, ha sufrido un gran desgaste de imagen durante estos meses, y el modo de explotar esa debilidad pasa por confrontar la "imagen presidencialista" de Sánchez frente a la de Iglesias.
Está por ver que les funcione la estrategia, porque el candidato del PSOE no sale mucho mejor parado en la valoración que le otorga Metroscopia (-38).
Solo Albert Rivera sale beneficiado de su voluntad negociadora, y de que su imagen todavía sea buena entre gran parte del electorado
. De hecho, aún puede rebañar algo más de la base electoral del PP y del PSOE. Un 8% respectivamente de esos electores no tendrían inconveniente en darle su apoyo el 26-J. El sondeo le da un apoyo del 16,6%, casi tres puntos más que en diciembre.
 Ciudadanos, sin embargo, es la formación más consciente de que a veces las encuestas tienen algo de espejismo.
 Sus potenciales votantes son los más dudosos. Solo un 60% de los que le respaldaron en diciembre están completamente convencidos de que volverán a hacerlo (un 15% menos que los del PP o los de Unidos Podemos).
Solo una certeza se desprende del sondeo de Metroscopia: el partido se juega a cuatro
. El 90% de los electores concentran sus apoyos, de un modo muy equilibrado, en el Partido Popular, Unidos Podemos, el PSOE y Ciudadanos.
 Y una mayoría tiene claro que, a partir del 26-J, el que quiera gobernar deberá hacerlo con el apoyo de otros
 Más allá de cuál sea la coalición preferida por los españoles (la del PSOE y Unidos Podemos supera por unos puntos a la del PP y Ciudadanos), 7 de cada 10 creen que sumar fuerzas es positivo.

Cuando la ficción alteró el mundo real....................................................Diego Cuevas

Sucedió una noche. Imagen: Columbia Pictures.
Sucedió una noche. Imagen: Columbia Pictures.
La película Sucedió una noche (1934) avivó las entrepiernas de la audiencia con una escena arriesgada donde Clark Gable se quitaba el jersey, la corbata y la camisa delante de Claudette Colbert.
 Evidentemente en la actualidad aquel topless masculino no tiene mucho de atrevido, pero hay que considerar que igual para la decorosa época el gesto era tan osado como si el personaje de Gable se despelotase por completo y le hiciera un lap dance a la zagala con molinete simulado incluido. 
Revisitar la secuencia en la actualidad permite descubrir que en aquellos años la línea de flotación de los pantalones se situaba por encima del ombligo, adelantándose a las tendencias estéticas recientes de altos cargos marbellís, y también comprobar un detalle del vestuario de Gable que lo convertiría en un auténtico rebelde de la moda: el galán no llevaba camiseta interior debajo de la camisa.
 Aquello era rompedor y atrevido, tanto como para que cinco meses después del estreno del film el periódico Lowell Sun aventurase de boquilla que la ausencia de camiseta interior en el vestuario de la estrella iba a ser tendencia entre varones y acabaría provocando el descenso de las ventas de algodón y una remesa de nuevos parados.
 El texto publicado en el Lowel Sun finalizaba con un rotundo: «Clark Gable está destruyendo deliberadamente a su público en aras de mostrar su pecho desnudo».
Aquella opinión exagerada sobre las tetillas de la estrella de Hollywood y su relevancia en la industria textil acabó convirtiéndose en una bola de nieve: en 1949 la Pittsburgh Post Gazette publicaba que la escena había provocado un descenso del 50% en la venta de camisetas interiores, el Cumberland Evening Times aseguraba en 1955 que la demanda de aquellas prendas se había reducido en un 73%, en 1956 el Daytona Beach Morning Journal acotaba la caída en un 40% y días después el Alton Democrat la elevaba al 80%. En 2008 el Time mencionaba el pecho de Gable como supuesto culpable de un hundimiento del 75% en las ventas del sector textil pero aclarando que dicha afirmación navegaba en el mundo de las leyendas y no había sido verificada.
 En 1995 el documental de la AMC The Hollywood Fashion Machine daba como válido el rumor y aseguraba que la cinta había provocado pérdidas millonarias a la industria textil.
 Todos los razonamientos se apoyaban en una idea que parecía lógica, la de imaginar a los caballeros de la época diciendo:
 «Si Clark Gable no necesita llevar algo debajo de la camisa ¿por qué iba a necesitarlo yo?».
 Lo cierto es que de haber existido pérdidas importantes en el sector textil lo probable es que se hubiesen sido debidas a la Gran Depresión y no a la película. 
Pero lo llamativo de aquel chascarrillo sobre la ropa interior era que reflejaba de alguna manera la influencia que el cine podía ejercer sobre la sociedad. 
A nadie parecía extrañarle que una película tuviese la capacidad de desplomar una industria ya que Hollywood y su influjo se antojaban algo enorme y todopoderoso.
 Y tampoco era una idea muy alejada de la realidad: años más tarde Marlon Brando provocaría el efecto inverso, pondría de moda la camiseta como prenda de vestir y reavivaría el mercado gracias a llevarla ceñida en Un tranvía llamado deseo (1951) y como complemento de una chupa de cuero en Salvaje (1953).
Moda y milagros
La protagonista de la película Rebeca de Alfred Hitchcock no se llamaba Rebeca.
 En realidad, la película (al igual que la novela original) nunca llegaba a mencionar el nombre del personaje principal interpretado por Joan Fontaine y aquella «Rebeca» que titulaba la cinta hacía alusión a una mujer desaparecida cuyo legado atormentaba a la auténtica protagonista
. Lo curioso es que por estas tierras dicho nombre acabó bautizando a un tipo de prenda solo porque Fontaine lo vestía durante el largometraje: el cárdigan, la rebequita de entretiempo de toda la vida de Dios, se llamaría así por culpa del éxito cinematográfico de un inglés orondo.
Audrey Hepburn instruiría al planeta en la moda beatnik en Una cara con ángel y cuatro años más tarde gracias a un Desayuno con diamantes establecería que el glamur se hallaba en las gafas gigantescas, las perlas, las diademas, los vestidos de cóctel negros y las boquillas eternas.
 El armario de Diane Keaton en Annie Hall descubrió al público que no era necesario tener pito para que la ropa masculina te quedase estupendamente.
 El Gordon Gekko de Wall Street puso de moda entre los brokers con ínfulas ese power suit que quedaría atado a la estética ochentera.
 Ray-Ban sacó la pasta para meter sus gafas en la película Risky Business y aquel movimiento disparó las ventas de manera tan demencial que los cristales acabaron convertidos también en icono de esa década. Flashdance popularizó las sudaderas de hombro descubierto de manera delicada: con una escena que demostraba lo cómodas que resultaban las mismas a la hora de quitarse el sujetador.
 Madonna en Buscando a Susan desesperadamente convirtió en moda todo aquello que se puso encima.


“Si alguien tiene la opción de manipularte, lo hará”..................................................... Amanda Mars

El premio Nobel analiza los trucos que emplean los mercados para meterse al consumidor en el bolsillo,George Akerlof | Economista.


El profesor pregunta dos veces, al principio y al final de la conversación. “¿Pero ha venido desde Nueva York solo a entrevistarme?”. George Akerlof (New Haven, Connecticut, 1940), premio Nobel de Economía en 2001, se comporta con una humildad que parece muy franca cuando se sorprende de que alguien viaje para charlar con él o cuando se interesa con recato por la agenda del alumno al que tiene en el despacho en la Universidad de Georgetown y con quien quiere seguir hablando más tarde. El viaje de Nueva York a Washington en tren puede quedarse en tres horas si se toma el servicio más rápido y llega a tres y media en la versión normal.
  “Pero no vale la pena la diferencia de precio para el poco tiempo que te ahorras, hasta el tren más lento en primera clase sale más barato”, se queja.
 Los trucos del mercado forman parte de La economía de la manipulación (Deusto, 2016), el libro que ha escrito junto a Robert J. Shiller. “Yo prefiero el tren, a Janet le gusta más el avión”, dice Akerlof antes de entrar en materia.
 Conoció a su esposa a finales de la década de los setenta en la cafetería de la Reserva Federal, se pusieron a hablar de macroeconomía y la cosa acabó en boda. Janet es Janet Yellen, la presidenta del banco central estadounidense, por la que el profesor rehúye cualquier pregunta de tinte político o de la actual coyuntura monetaria.

Pregunta. Usted ha abordado la psicología en la economía. ¿Qué significa exactamente la economía de la manipulación?
Respuesta. El comportamiento económico se refiere principalmente al hecho de que la psicología importa en la toma de decisiones de las personas.
 Ese sería el lado de la demanda.
En este libro hablamos del lado de la oferta, a la hora de ser manipulado.
Esa es una extensión de la economía básica del libre mercado: si existe una oportunidad de manipularte y aprovecharse de ti, alguien lo hará.
Es lo que vemos cada día en los casinos y las casas de apuestas; puede que le hagan bien a algunos, a gente a la que le encanta ir a Las Vegas, pero también causan mucho daño porque crean ludópatas.
 Si eres un adicto al juego, se van a aprovechar de ti. Esto es el lado de la demanda.
P. Además del juego, también pone como ejemplo de manipulación a la industria publicitaria, pero un creativo del sector le diría que ellos son inventores de necesidades, que hacen creer a la gente que necesita cosas que en realidad no le hacen falta, y que en eso se basa el crecimiento del consumo y la economía.
R. Sería mejor que gastáramos el dinero en cosas que de verdad necesitamos.
 Me gustan los publicistas, es una forma de arte y, en cierto sentido, hacen más rica a nuestra sociedad, pero al mismo tiempo creo que no es tan bueno tener necesidades inventadas.
 Podemos nombrar cientos de necesidades reales para las que no tenemos dinero suficiente, como por ejemplo tomar medidas contra el calentamiento global o asistir a la gente pobre.
P. Escuchar música con los auriculares, con el iPod ahora, o con el walkman en hace algunos años… ¿eso era una necesidad real cuando se inventó?
R. Bueno… Yo soy adicto a mi iPhone.
Hay un lado malo en esa adicción, pero también uno bueno y es que me hace caminar y eso es positivo para la salud.
 Yo tengo que caminar cuatro kilómetros cada día y hay una aplicación que me dice si lo he hecho o no.
 Hay dos caras aquí: el mercado nos está dando cosas que hace 100 años no podríamos haber imaginado y eso nos hace más felices, más saludables y más sabios; pero, por otra parte, hay una gran cantidad de actividades que la gente lleva a cabo y que son perjudiciales.
P. ¿Qué tipo de gente es más vulnerable a las trampas del mercado, la clase trabajadora, los ricos?
R. Los ricos tiene más dinero para gastar, así que… Pero el consumo de cigarrillos, por ejemplo, suele estar más relacionado con las clases modestas.
 Además, en Estados Unidos hay una tasa muy alta de obesidad y también afecta más a los pobres.
P. ¿Y quiénes serían los grandes manipuladores de la economía?
R. No deberíamos ver esto como un crimen, pero sí saber que esa manipulación existe
. Cuando vas al supermercado, por ejemplo, es de esperar que los caramelos estén cerca de las cajas registradoras
. Pero la cosa va incluso más allá cuando esas chucherías se colocan justo en el sitio en el que tienes que hacer cola y esperar, y precisamente a la altura de los ojos de un niño de seis a 10 años.
 Así que si vas con un niño de ocho años insistirá en perdirlos. Debería haber una conciencia pública que evitara que las tiendas hicieran eso.
P. ¿Pero puede imaginar a un Gobierno prohibiendo a los supermercados poner ahí los caramelos?
R. No tiene que ser cosa del Gobierno.
Todo lo que necesitas es algo como una fotografía en The Washington Post que diga que ha estado en 10 tiendas y que en todas partes sucede lo mismo
. No tiene que ser una regulación del Gobierno, puede venir de diferentes direcciones.

P. Menciona en el libro el papel de las agencias de calificación de riesgo durante la crisis, cuando dieron la mejor nota a productos financieros que al final resultaron ser basura. ¿Esas notas tan altas eran como poner los caramelos al lado de la caja registradora?
R. Sí, me gusta esa analogía.
P. ¿Hubo mucha manipulación en la crisis financiera?
R. Sí, hubo mucha manipulación y eso desempeñó un papel crucial en la crisis.
 Las calificaciones erróneas tuvieron un impacto enorme porque la gente compró activos que creían seguros.
 La gente confiaba en las agencias de calificación porque lo habían hecho bien en el pasado y deseaban confiar en ellas de nuevo.
P. Ideas equivocadas como esa afectan también a la economía.
R. Algo crucial en nuestras vidas son las historias que nos contamos a nosotros mismos y que afectan a muchas de nuestas decisiones.
 Esa es una variable importante que se omite en la economía.
El anunciante quiere interrumpir tu vida con su anuncio, te quiere contar una historia y ponerte a ti en ella.
 Este libro también es, en sí mismo, una historia que dice que sí, que los mercados funcionan, pero al mismo tiempo tienen su lado negativo, que es la manipulación.
P. ¿Se ha puesto demasiado énfasis en el libre mercado en EE UU?
R. Creo que nos han vendido un relato muy restrictivo respecto a lo que el Gobierno debería o no hacer.
 Creo que, en lugar de tener un tipo de relato abstracto, que te dice que los mercados te van a dar cualquier cosa que quieras, necesitamos un relato más pragmático en el que nos planteemos qué puede hacer bien el Gobierno y qué puede hacer mal. Esas personas que se etiquetan a sí mismas como conservadoras tienen una doctrina muy abstracta.
P. ¿Qué quiere decir?
R. Creo que debería haber otro tipo de conservadurismo, en el que se debería de tener más cuidado a la hora de pensar en las cosas que funcionan bien y las que no
. Si el Gobierno adopta una medida que puede ser buena para la gente, no te lanzas inmediatamente sobre ella.
 Primero pones un pie en el agua y ves si va bien o no, y si funciona, pues de acuerdo. ¿Interfiere demasiado en la libertad de la gente? Si parece que funciona y a la gente le gusta… Pues expándela.