Un Blues

Un Blues
Del material conque están hechos los sueños

2 jun 2016

"Maldita sea mi Suerte"




En el mundo real la gente rechaza un trabajo y puede olvidarse para siempre de él.
 En Hollywood, decir no a un papel supone ver a otra persona interpretándolo e incluso convirtiéndose en una leyenda gracias a él.
 Un paso en falso puede costarte la carrera y eso lo sabe muy bien James Caan, probablemente el actor con peor intuición de su generación.
 Según la teoría de los universos paralelos (defendida, entre otros, por Stephen Hawking) hay una realidad alternativa en la que James Caan, además de ser el mítico Sonny Corleone de 'El padrino', protagonizó 'Alguien voló sobre el nido del cuco', 'La guerra de las galaxias', 'Apocalypse Now', 'Superman', 'French Connection', 'Encuentros en la tercera fase' o 'Kramer contra Kramer'.
 Vamos a ver los casos más sangrantes de actores que rechazaron un papel y lo lamentarán toda

John Travolta rechazó ser Forrest Gump

La estrella venida a menos favorita de América, John Travolta, recuperó cierta popularidad gracias a '¡Mira quién habla!' y sus secuelas, pero se sintió demasiado ridículo ante la idea de interpretar a este autista (Forrest Gump) con síndrome del sabio que vivía aventuras delirantes y se decantó por otro personaje: Vincent Vega en 'Pulp Fiction'. Aquel año (1994) Travolta

Tom Selleck rechazó ser Indiana Jones en 'El arca perdida'

Tom Selleck era una prometedora estrella de televisión gracias a 'Magnum', pero su agente se tomó la libertad de rechazar Indiana Jones, personaje que recientemente fue elegido como el tercero mejor de la historia del cine. “Tom, eso del arqueólogo con el látigo y el sombrerito es ridículo. Ese papel no está a tu altura”, le aconsejó con una alarmante falta de instinto. Años después, Selleck le escribió una carta a su agente (a quien despidió en cuanto se estrenó 'El arca perdida') que resulta una elocuente obra de odio epistolar: “Indiana Jones es una mierda', me dijiste. Me pregunto quién es ahora la mierda. Y creo que eres tú. Eres una mierda tan gorda que no sé cómo entras por la puerta de tu asqueroso despacho. Si te tuviera ahora mismo delante te estrangularía con mis propias manos. Atentamente, Tom Selleck”.

Molly Ringwald rechazó ser Vivian Ward en 'Pretty woman'

Icono adolescente de los ochenta, Molly Ringwald no supo reciclarse en estrella adulta al rechazar proyectos como 'Pretty woman' (le pareció degradante) o 'Ghost'
. En su defensa cabe decir que la versión de 'Pretty woman' que le ofrecieron (titulada '3.000 $') era un drama oscuro en el que la prostituta no era adorable sino una drogadicta agresiva. Luego, edulcoraron el guión, se lo ofrecieron a Julia Roberts y ahora todos los años vemos la peli tan felices.
 

Leonardo DiCaprio rechazó ser Bateman en 'American psycho'

Atraído por la complejidad de este yuppie metido a asesino en serie llamado Patrick Bateman, DiCaprio acabó haciendo caso a su agente y rechazó un papel que habría destruído su imagen de ídolo adolescente tras 'Titanic'. Christian Bale fue el elegido y DiCaprio ha expresado su arrepentimiento varias veces desde entonces
. Ahora sí tiene las agallas para dejarse la piel con personajes sociópatas y narcisistas, como en 'El lobo de Wall Street'.

La maleta de Lledó...................................... Juan Cruz

El Ayuntamiento de Sevilla nombra al filósofo hijo predilecto de la ciudad.

Mi querido profesor:

Lledó, tras ser distinguido con la medalla de Hijo Predilecto de Sevilla. EFE
Emilio Lledó (que ahora tiene 88 años) era un muchacho recién graduado que había nacido en Sevilla y que llevaba en la cabeza la filosofía cuando se fue a estudiar a Alemania, a Heidelberg, con una maleta de madera que siempre ha sido símbolo de su viaje hacia la libertad de conciencia.
Era la posguerra, tras una guerra incivil que sojuzgó a los suyos y empobreció durante décadas la libertad en España y él encontró en ese viaje alemán la esperanza en la cultura y en el conocimiento como motores del progreso mental de los pueblos.
Alemania, que había pasado por lo mismo, pero reactivó su moral de pensar y de estudiar de manera más diestra que nosotros, le dio a aquel muchacho la potencia de aprender… y de enseñar.
Él mismo lo recordó el lunes, cuando el Ayuntamiento de Sevilla coronó su nacimiento con el título de Hijo Predilecto de la ciudad. Él está muy presente en Andalucía, donde le han dado ya muchos premios (su nombre le da título a la notable biblioteca de Salteras, cuna de su familia), pero este nombramiento de Hijo Predilecto le hizo rememorar, en un discurso que ha emocionado a mucha gente (y a muchos de sus antiguos alumnos, entre los que se cuenta este cronista), ese momento en el que la maleta era el símbolo de su viaje principal por la vida.

En aquel viaje alemán tan importante para su biografía humana y académica a él le tocó enseñar gramática española (y también gramática alemana) a los obreros españoles que iban allí huyendo de la miseria material de aquella pobre “España mental” de entonces.
 Con gratitud lo recordó: fueron momentos plenos de un profesor tan entregado como lo ha sido él entonces y como lo fue después, en Valladolid, en La Laguna, en Barcelona, en Madrid, en cualquier estrado en el que ha evocado a Aristóteles o Platón como si, más de veinte siglos después, estuviera hablando con ellos en las barras de los bares o en las plazas por donde transita.


Ese discurso de Lledó es como el contenido de esa maleta sencilla que le ha servido de equipaje para la vida.
Contra los lugares comunes, a favor del amor y de la amistad, del pensamiento y del afecto, de la entrega a los otros.
 Este filósofo que escribió La memoria de la ética para advertir contra la subversión de los valores democráticos y El silencio de la escritura para susurrar palabras que le dan sentido a su vocación poética y filosófica, dio una nueva lección de sencillez, de rabia, en defensa de las humanidades y de la filosofía, “que ahora no se llevan en nuestro país”.
La ovación que se llevó es la que, de alguna manera, le dábamos nosotros cuando acababa sus clases en La Laguna, cuando él seguía siendo aquel muchacho.
 Esos aplausos “mentales”, como diría él, se mantienen hasta ahora, de modo que cuando al maestro le rinden homenaje en esos vivas estamos los alumnos que sigue teniendo.
 Aquella maleta está llena de la sabiduría que ahora merece tanto agasajo; en la modestia provinciana, muchos ya habían adivinado que tardaría poco tiempo en que muchísima gente supiera que aquel joven de 37 años que se subía al estrado del aula más grande de La Laguna llegaría un día a arrojar luz sobre tiempos oscuros u opacos.
Es nuestro maestro, el maestro que nunca se dejó olvidada la maleta de enseñar.
 

 

Diez tragedias que golpearon a las monarquías europeas..........................Por Carmen Gallardo

Algunas dieron la vuelta al mundo. Otras fueron íntimas. Y otras no se conocieron durante años.

 Pero todas cambiaron la vida de las familias más conocidas del mundo. 


Diez tragedias que golpearon a las monarquías europeas

Algunas dieron la vuelta al mundo. Otras fueron íntimas. Y otras no se conocieron durante años.

 Pero todas cambiaron la vida de las familias más conocidas del mundo.


Lo mejor del manido “los ricos también lloran” es la posibilidad de reconvertir la frase.
 Eso hemos hecho. Los royal también lloran y quizá mucho más de lo que imaginemos o nos trasladen desde sus posados oficiales.
 Al margen de privilegios de Corona, el destino no distingue entre apellidos.
Hemos indagado en algunas de las tragedias que les han envuelto en los últimos 80 años. Son muchas más de las imaginables.
 Hemos elegido 10. Algunas se convirtieron en comidilla internacional y tambalearon la opinión pública.
 Otras se quedaron en tragedias íntimas que se hicieron públicas años después. Todas ellas cambiaron la vida de sus familiares.
 Aquí están, ordenadas de más antigua a más reciente.

1935 / Astrid de Suecia, reina consorte de Bélgica

Tenía 30 años cuando le sorprendió la muerte en una carretera de Suiza.
 Disfrutaba junto a su marido, el rey Leopoldo III de los belgas, de una excursión por la zona del lago Lucerna.
 Conducía Leopoldo que, durante un momento, dejó de prestar atención al volante para fijarse en el mapa de la zona que sostenía su mujer
. El rey perdió el control, el vehículo cayó en picado por una pendiente y chocó contra un árbol. La reina salió despedida y se fracturó el cráneo
. Murió en el acto. Durante el cortejo fúnebre, el rey se negó a ir en la carroza. En solitario, caminó tras el féretro hasta la cripta de Laeken, donde iba a ser enterrada su mujer.
La reina Astrid y su marido llevaban poco más de un año en el trono.
 Era hija de los príncipes Carlos de Suecia e Ingeborg de Dinamarca.
 Tenían tres hijos cuando ocurrió el accidente: Josefina Carlota, que sería Gran Duquesa de Luxemburgo y Balduino y Alberto, los últimos reyes belgas.
 Cuando murió, a los 29 años, estaba embarazada del cuarto.


1956 / Alfonso de Borbón y Borbón, el hermano de Juan Carlos I

Estoril. Sábado, 29 de marzo de 1956. Alfonso, de 15 años, y su hermano Juan Carlos, de 18, apuntaban a una diana de colores con una pistola aparentemente descargada.
Sus padres, los condes de Barcelona, se encontraban en la habitación contigua con una visita. Escucharon un tiro y al acercarse a la habitación de juegos hallaron muerto a su hijo pequeño.
 A partir de ahí, la tragedia, el silencio, la versión oficial, las duras palabras del dictador Francisco Franco: “A la gente no les gustan los príncipes con mala suerte”.
 La depresión de la madre y un secreto sobre el que tanto se ha especulado y que, probablemente, se irá a la tumba con el otro protagonista de aquella tarde siniestra.


tragedias royals

1982 / Princesa Grace de Mónaco, ficción y realidad

Otro gran secreto en la Familia Grimaldi: ¿Quién conducía realmente el coche que sufrió el fatal accidente que acabó con la vida de la princesa de Mónaco?
 Las especulaciones son variadas, aunque prima una supuesta discusión entre la madre y su hija Estefanía, que entonces tenía 17 años.
 Se apunta la posibilidad de que fuera la hija menor de edad quien fuese al volante.
 La cuestión es que el vehículo cayó por un barranco y a causa de las heridas la mujer de Rainiero murió al día siguiente, el 15 de septiembre.
 Estaba a punto de cumplir 53 años.
 El accidente se produjo en la misma carretera cercana a Mónaco que aparece en la película Atrapa a un ladrón, protagonizada por la entonces actriz Grace Kelly y Cary Grant.
 Durante ese rodaje Grace conoció al príncipe Rainiero. ¡Ah, el destino!


1989 / Alfonso de Borbón Dampierre, ex marido de la nietísima


El hijo mayor del Infante Jaime de Borbón, hijo de Alfonso XIII, murió decapitado mientras esquiaba en la estación norteamericana de Beaver Creek (Colorado).
 Un cable de acero, que no vio o que no estaba a la altura de su cuello cuando el Príncipe decidió lanzarse por la pista, segó su vida a los 52 años.
 Se encontraba con unos amigos revisando el estado de las pistas para las pruebas de descenso del campeonato mundial de esquí alpino que se celebraría al día siguiente
. Quedaron demasiadas dudas en torno a esa muerte, que no todos calificaron como accidente: la desaparición del operario que tensó el cable y la escasa diligencia en la asistencia médica fueron algunas de las cuestiones que levantaron sospechas.
 La cuestión se zanjó con muchos millones para su heredero, Luis Alfonso de Borbón Martínez-Bordiú.

1990 / Andrés de Yugoslavia, un príncipe suicida

Lo encontraron muerto dentro de su automóvil en Irvine, Estados Unidos, el 7 de mayo de 1990
. La autopsia determinó que la defunción fue causada por suicidio con monóxido de carbono.
 El príncipe yugoslavo, hijo menor del rey Alejandro I de Yugoslavia y de la Princesa María de Rumania, vivió en el exilio desde los 16 años.
 Cuando solo tenía cinco, su padre fue asesinado en Marsella por un revolucionario búlgaro.
 Tras la caída de la monarquía en su país, la familia se trasladó al Reino Unido. En ese país se haría corredor de seguros.
 Se casó tres veces y tuvo cinco hijos con sus dos primeras esposas, las princesas Cristina de Hesse y Kira de Leiningen. Celebró su última boda en Estados Unidos con Eva María Andjelkovich.



tragedias royals

1990 / Stephano Casiraghi, el marido de Carolina

La embarcación del guapo aristócrata italiano, marido de la princesa Carolina de Mónaco y padre de sus tres hijos, chocó contra una ola cuando pretendía revalidar su título de campeón del mundo de off-shore
. Su afición por la velocidad no gustaba demasiado a su mujer, que estaba en París cuando ocurrió la tragedia. 
 Stephano murió al instante. Tenía solo 30 años.
 Vimos de nuevo a Carolina como virgen doliente cubierta con mantilla negra del brazo de su padre. Guardó seis años de luto al marido muerto y se convirtió en la princesa campesina de La Provenza, junto a sus tres hijos pequeños, y el apoyo de sus amigos Vicent Lindon e Inés de la Fressange.


1997 / Diana de Gales, la princesa del pueblo.

El 31 de agosto de 1997 el mundo se paralizó al escuchar la noticia.
 Desde ese día y a lo largo de algunas semanas, la monarquía inglesa vivió sus horas más bajas por la frialdad con la que los Windsor reaccionaron ante la muerte de la princesa del pueblo.
 La exmujer del príncipe de Gales y madre del futuro rey Guillermo de Inglaterra perdía la vida en un accidente ocurrido en el puente Alma de París
. Iba acompañada de su novio Dodi Al Fayed, hijo del multimillonario empresario dueño de los almacenes Harrods.
 Su última imagen, en la que salía del Ritz de París con Dodi, vestida con pantalón blanco y americana negra, dio la vuelta al mundo varias veces.
La muerte de la princesa se vio envuelta en la polémica.
 El padre de Dodi estaba convencido de que se trató de un homicidio. Llegó a acusar al exsuegro de Diana.
 Después de un proceso de casi seis meses, en el que declararon más de 250 testigos, el juez resumió: "No hay pruebas de que el Duque de Edimburgo ordenara la ejecución de Diana y tampoco hay pruebas de que los servicios de inteligencia o cualquier otra agencia del Gobierno la organizara".

2001 / Filippa zu Sayn-Wittgenstein-Sayn, una princesa misteriosa

Vivía en Florencia.
 Era joven, guapa, había estudiado comunicación y fotografía y parecía plenamente feliz, llena de proyectos y energía para afrontar la vida.
Murió a los 21 años en un accidente de tráfico en Gran Bretaña, apenas tres meses después de su boda con el conde italiano Vittorio Mazzeti d'Albertis.
 Sus padres, los príncipes Alexander y Gabriella, estuvieron mucho tiempo después de su muerte marcando su teléfono para seguir escuchando la voz de Filippa: “En estos momentos no estoy, dejadme un mensaje”. Después, descubrieron sus diarios. Filippa parecía intuir su pronto final: “Os he querido tanto a todos. Manteneos unidos. Servid a Dios.
 No es una condición para daros mi amor, sino el deseo de que os queráis a vosotros mismos y seáis felices". Los príncipes Alexander y Gabriella convirtieron los diarios de su hija en un libro, El Ángel de Filippa, que arrasó en ventas en Alemania.
tragedias royals

2013 / Friso de Holanda, sepultado bajo la nieve

La vida del segundo hijo de la exreina de Beatriz de Holanda quedó sepultada bajo las nieves de Austria. Fue en febrero de 2012.
 La Familia Real al completo disfrutaba de las tradicionales vacaciones de invierno en la estación de esquí de Lech.
 Aquel día un alud sepultó al príncipe cuando esquiaba fuera de pista. Pasó 15 minutos bajo la nieve, demasiado tiempo
 . Permaneció en coma hasta su muerte el 12 de agosto de 2013.
 Friso había renunciado a sus derechos dinásticos por amor, para casarse con Mabel Wise, un matrimonio que había aprobado el Parlamento holandés; la pareja tenía dos hijas, Luana y Zaria.


 

2015 / Kardám de Bulgaria, el último verano.

A punto de dar las tres de la tarde del 15 de agosto de 2008, el primogénito de Simeón de Bulgaria y Margarita Gómez Acebo, perdió el control del Jaguar que conducía, salió de la carretera, chocó contra un árbol y volcó.
Kardám de Bulgaria y su mujer Miriam Ungria regresaban de la finca familiar de Riaza, a 42 kilómetros de Madrid, al cruzar la población de El Molar en la N-1 se toparon con la tragedia. Kardam, que entonces tenía 45 años, sufrió traumatismo craneoencefálico severo.
 Desde ese día, y hasta su muerte en abril del pasado año, ha sido un paciente “ausente y dependiente”, que a pesar de los esfuerzos médicos y familiares de todos estos años, no pudo superar las secuelas del fatal accidente de su último verano.

 

El libro más loco y más alegre de Julio Cortázar.............................. Juan Cruz

La reedición de los ‘Los autonautas de la cosmopista’, último título del autor de ‘Rayuela’, revive el viaje que este realizó con su compañera Carol Dunlop.

 
Julio Cortázar y Carol Dunlop durante el viaje relatado en el libro.
El 12 de mayo de 1982, dos años antes de su muerte, Julio Cortázar le escribió a su amigo el agente y editor Guillermo Shavelzon:
“Te confío un plan completamente loco que vamos a poner en práctica Carol y yo a partir del 23 de mayo y hasta el 27 de junio”.
 De ese “plan completamente loco” surgió el libro más conmovedor y más alegre de Julio Cortázar, Los autonautas de la cosmopista. Carol era Carol Dunlop, fotógrafa y escritora canadiense, el último gran amor de su vida.
 Ella murió seis meses después de iniciado ese trayecto por la Autopista del Sur de Francia, que ya había sido referencia de uno de los cuentos más célebres de Julio, La autopista del sur.

Ese libro fue firmado por los dos y era, dice su primer editor, el argentino Mario Muchnik “una carta de amor de Julio”.
 Muchnik y Cortázar fueron muy amigos; el editor hizo los que pueden considerarse sus últimos retratos, en el molino que los Muchnik (Mario y Nicole, pintora) tuvieron cerca de Segovia.
A ese molino vino a reposar su tristeza Julio Cortázar.
 Seis meses después de cumplir aquel “plan completamente loco”, Carol murió. Cortázar se lo comunicó así a su familia en Buenos Aires (su madre vivía) el 10 de noviembre de 1982: “Tal vez lo sepan ya por Aurora [la primera mujer de Julio], que me dijo que iba a escribirles enseguida
. Carol se me fue como un hilito de agua entre los dedos el martes dos de este mes.
 Se fue dulcemente, como era ella, y yo estuve a su lado hasta el fin, los dos solos en esa sala de hospital donde pasó dos meses, donde todo resultó inútil”.
Esa desaparición convirtió la aparición del libro (en Muchnik Editores, en 1983) en un homenaje póstumo, “en una carta de amor" de Julio a Carol.
 Él sobrevivió hasta el 12 de febrero de 1984, cuidado por Aurora Bernárdez, que fue luego la heredera de los derechos de Cortázar y que tanta fe como lealtad cuidó su persona y su obra.

Esa historia de amor de Julio y Carol tiene su máxima expresión en este libro delicado cuyo trayecto él le explicó, antes de hacerlo, en aquella carta al citado Shavelzon:
 "Consiste en embarcarnos en nuestra Volkswagen, que es como una casita con cama, cocina y todo lo necesario, y efectuar el viaje París-Marsella deteniéndonos cada día en dos parkings, sobre un total de unos 70"
. Carol tenía 34 años. Julio tenía 68.
El viaje es una conjunción de poemas, reflexiones, bromas y fotografías; no hay ni un recodo, un árbol, un personaje, una comida (la que ellos cocinaban, las que les llevaban sus devotos) que no tuviera reflejo en esta aventura tan especial, cuyo antecedente fue aquel cuento, La autopista del sur. Fue este relato célebre el que le abrió la puerta para que Cortázar reclamara apoyo a la autoridad de las autopistas francesas para realizar esta amorosa locura.
El libro salió en 1983, ya sin Carol en este mundo.
 Lo celebró en Argentina, donde lo esperó con la ansiedad de una carta retrasada.
 Él iba a emprender el penúltimo viaje de su viaje, a ver a "los nicas" que habían tomado el poder en su querida Nicaragua, a la que dedicó (también publicado por Muchnik) Nicaragua tan violentamente dulce.
 Le dijo a Muchnik, sobre el libro: "Me muero de ganas de llevárselo a los nicas (…). Para ellos va a ser una buena cosa sobre todo en el plano moral".
De Nicaragua ya volvió enfermo Julio Cortázar. Aquel con Carol, como le dijo Julio a Muchnik, iba a ser su último libro grande.
Y fue su despedida, con Carol y para Carol. ¿Cómo era Cortázar en el molino, cómo lo dejó esa pérdida? Muchnik le hizo entonces fotografías, y ahí se ve ese rostro ensombrecido por la incertidumbre y el dolor.
 Se levantaba al olor del café, se empeñaba en fregar los platos, seguía "tan delicadamente como siempre" conversando y preocupándose de los otros.
 "Pero ya la vida era una pesadumbre", como si adivinara un final del que no tuvo información sino casi cuando la ciencia pudo hacer mucho menos que nadie para levantarle la moral que había perdido.
Ante la nueva edición de Alfaguara, Muchnik, su primer editor, los recuerda como "dos enamoradores, dándose besos como pajaritos en el Drugstore de St Germain de Pres".
"Fue tan generoso Julio: me habían echado de una de las editoriales en las que trabajé, había montado la mía, y él me dejó tres libros, entre ellos Los autonautas
 La gente lo quería tanto, lo quisimos tanto
. Unos argentinos lo abordaron en Barcelona, le querían dar lo que tenían, unos bizcochitos… Él se resistía.
 Pero don Julio, con todo lo que nos ha dado, ¿cómo no le vamos a dar lo que tenemos?".
Apesadumbrado él mismo por la pérdida de uno de sus admirados autores, Muchnick se quedó pensando largamente cuando le pregunté por lo que Julio es hoy.
Y después de darle vueltas a las palabras dijo: "¿Sabes qué me pasa? Me pasa Cortázar".

Dice Muchnik que Cortázar tenía un sueño recurrente: una ciudad que se agrandaba cada vez que volvía a soñar.
Soñó ese viaje con Carol como una locura y ese fue el último sueño, su postrera locura.