LIBROS DE ESTA SEMANA / Portentoso retrato de Nueva York
Cuando el escritor le contó que acababa de poner fin a una novela de más de un millar de páginas que había tardado nueve años en completar, Parris-Lamb le pidió que se la hiciera llegar. Unas semanas después el manuscrito de Ciudad en llamas obraba en poder de las 12 editoriales más influyentes del país, de las cuales 10 mostraron un interés fuera de lo normal por publicarlo.
El forcejeo se saldó a favor de la editorial Knopf, que pagó un adelanto de dos millones de dólares, cifra récord para una primera novela.
Una productora de Hollywood desembolsó un millón de dólares más por los derechos cinematográficos". Por EDUARDO LAGO
"El conde Harry Kessler (1868-1937), hijo de una aristócrata
irlandesa y de un poderoso banquero alemán, fue un personaje
sobresaliente en el ámbito cultural y político de la Europa de finales
del siglo XIX y hasta los años treinta del XX.
De refinada educación, estudió en París (donde nació), Ascot y Hamburgo; cursó derecho e historia del arte en Bonn y Leipzig e instaló su casa en Weimar, brillante epicentro alemán del modernismo y las vanguardias.
Allí dirigió el museo de Arte y Oficios e impulsó los trabajos del Archivo Nietzsche, dirigido por Elisabeth Förster-Nietzche, anciana señora a la que trató mucho". Por LUIS FERNANDO MORENO CLAROS
De refinada educación, estudió en París (donde nació), Ascot y Hamburgo; cursó derecho e historia del arte en Bonn y Leipzig e instaló su casa en Weimar, brillante epicentro alemán del modernismo y las vanguardias.
Allí dirigió el museo de Arte y Oficios e impulsó los trabajos del Archivo Nietzsche, dirigido por Elisabeth Förster-Nietzche, anciana señora a la que trató mucho". Por LUIS FERNANDO MORENO CLAROS
- Foto:LIBROS DE LA VANGUARDIA
-
"Había en La estrategia del pequinés (Premio Dashiell Hammett) esa sensación de negra fatalidad que reencuentro en La otra vida de Ned Blackbird, donde Alexis Ravelo (Las Palmas, 1971) salta de la novela criminal al género fantástico.
Su personaje central no es ya un delincuente, sino un profesor de filosofía con el don o la maldición de traerse de sus sueños algún objeto soñado. Borges recordaba en La flor de Coleridge al viajero en el tiempo de H. G. Wells, que volvió del futuro con unas raras flores marchitas, y a Henry James y su Sense of the Past, que invertía hacia el pasado la travesía temporal. Son ficciones que, según Borges, anudan “lo real y lo imaginativo, la actualidad y el pasado”, y precisamente de eso trata La otra vida de Ned Blackbird, una fábula de fantasmas muy literaria, muy medida, muy calculada, como si el delirio exigiera más orden que el crimen". Por JUSTO NAVARRO
- Foto:SIRUELA
. Es en medio de esta crisis y esta guerra horrible en Oriente Próximo cuando el poeta sirio Adonis decide debatir con la psicoanalista Houria Abdelouahed sobre el islam. Hablar de la razón de su radicalización frente a lo que sería una “impotencia histórica”, como la llamaba Michel de Certeau, citado a lo largo de esta entrevista.
Uno de los aspectos más interesantes del debate es el cómo podemos comprender qué sucede con el islam sin caer en la islamofobia.
La idea del poeta es disociar a la cultura árabe de la religión, recordarnos que el islam es la religión monoteísta más reciente (siglo VII) y que su fusión con el Estado es su punto más débil". Por PATRICIA DE SOUZA
- Foto:ARIEL
-
"En el libro del periodista Miguel Ángel Gozalo Antonio Fontán, un
liberal en la transición, insuperablemente bien escrito, se funden todos
los géneros y algunos más que no conozco, hasta construir un
valiosísimo espécimen que solo puedo tratar de definir por acumulación
. Es un túnel del tiempo que va desde los estertores del franquismo, tiene la Transición como deus ex machina y llega casi hasta nuestros días, con una impagable visitación de autores, amigos, periodistas que un día fueron y otros siguen siendo; es una historia de Antonio Fontán, latinista y profesional del periodismo, y su época que es, sobre todo, la del tránsito entre un periodismo bajo la dictadura, al que el autor, generoso u olvidadizo, no encuentra problemas, y la libertad de expresión que estalló con los años ochenta; es la autobiografía de una biografía o cómo se escribe el apunte de un personaje y su época, en el que está casi tan presente, entrando y saliendo de sus propias páginas, el autor como su biografiado; es un Antonio Fontán par lui même, por los extensos pasajes en que Miguel Ángel Gozalo se hace discretamente a un lado para darle la palabra al católico a machamartillo que nos ocupa; el texto es también, en lo puramente periodístico, una excelente crónica literaria, o reportaje vívido y vivido, cuando el autor habla de primera mano". Por MIGUEL ÁNGEL BASTENIER
- Foto:ALMUZARA
- I
. Esto último con un exceso más desorientador que expresivo, pues si Sistema, Historia Moderna, Realidad, Dado, Cubo, Caja, son configuraciones o estructuras, no cabe aplicar igual criptografía a términos como Narrador, Propios, Ajenos, que tienen otra distinción.
Pero esta nomenclatura es tan privativa de la llamada novela distópica que, aunque El Sistema no es propiamente una distopía, se ampara en el género contaminándose de sus espinosos recursos. Un molde, por demás, muy permisivo, que acoge todo tipo de disquisiciones cuando se trata, como es el caso, de condolerse de la vecindad de un tiempo posthumano". Por FRANCISCO SOLANO