Un Blues

Un Blues
Del material conque están hechos los sueños

14 mar 2016

“Algo habrán hecho los partidos para merecer la quiebra del bipartidismo”........................... Charo Nogueira

Pionera en la política, Soledad Becerril canaliza la indignación ciudadana como defensora del pueblo.

Soledad Becerril elige cuidadosamente las palabras.
 Habla despacio, con la vista clavada en una de las paredes de su despacho, en el que prefiere no posar.
 Muestra las fotografías que resumen su dilatada carrera –primero en UCD y luego en el PP–. Sonriente con Adolfo Suárez.
 En el Consejo de Ministros de Calvo-Sotelo en 1981: la primera mujer que lo pisaba desde la República.
 En su etapa de alcaldesa de Sevilla, con el actor Charlton Heston y la Giralda al fondo. Con el Rey emérito la noche anterior a su proclamación. Becerril dejó la política activa en 2011, pero un año más tarde aceptaba el cargo de defensora del pueblo.
 Cree en la necesidad de cambios en la Constitución y descarta una segunda Transición.

¿Cómo ve la defensora al pueblo que defiende? Desde esta institución se observa una parte de la realidad, no somos un centro de estudios sociológicos
. Llegué aquí a mediados de 2012. Ese año y el siguiente se notó mucho la crisis en individuos y familias, aspectos económicos, sociales, atención a personas con discapacidad.
 En 2014 y en 2015 se ha percibido el comienzo de una suave recuperación, aunque no puedo hablar de final de crisis.
 Por eso han descendido las quejas. La mayoría se refiere a asuntos de carácter económico, a la relación de los ciudadanos con los bancos, por ejemplo hipotecas y cláusulas suelo, o a productos financieros vendidos de forma engañosa, como las preferentes.
¿Le ha sorprendido el grado de indefensión del pueblo español? Más que indefensión, hemos visto las sucesivas crisis.
Como Estado de derecho, tenemos instrumentos para que los ciudadanos se defiendan y les defendamos, aunque es verdad que la Administración de justicia es lenta y eso supone una enorme inquietud para muchas familias.
¿Cuáles son las consecuencias más graves de la crisis? Los efectos son visibles, empezando por el desempleo y los trabajos precarios
. Ahí es donde más se nota, pese al descenso del paro.
Prepara un informe sobre los enfermos de cáncer. ¿Qué problemas ha detectado? Algunos enfermos nos han explicado las dificultades laborales a las que se enfrentan cuando están en tratamiento. No pueden completar la jornada.
¿Nada impide despedir a un trabajador con cáncer? Por eso estamos trabajando en ello.
Deben tener una jornada laboral llevadera, que les permita afrontar un tratamiento
. Hay que facilitarles la vida, ya bastante tienen.
La crisis ha ahondado la brecha social, ha aumentado la desigualdad. Según algunas ONG, sí. Pero hay informes que contradicen esta brecha, por eso no me pronuncio de manera tajante.
¿Cuáles son? He visto dos contradictorios, pero muy posiblemente sí se ha ampliado la brecha.
Visto desde este despacho, ¿qué funciona mejor y peor en España?
  Yo estoy aquí para empujar a las Administraciones a que corrijan o atiendan asuntos que nos parecen graves o importantes.
 He empujado mucho. En el caso de las preferentes hubo que insistir
. O con los desahucios, para conseguir un decreto que permitiera paralizarlos en algunas circunstancias y luego una ley.
¿Está satisfecha con los cambios en la normativa de desahucios? Bastante, aunque se podían modificar algunas cosas. Creo que la justicia ha actuado debidamente y con sensibilidad.
“Nuestro sistema permite remodelar partidos, corregir errores sin sobresaltos”
También ha habido una presión social muy fuerte, como la de la Plataforma de Afectados por la Hipoteca. Es verdad, pero la legislación ha dado a los jueces un instrumento muy importante. Les permite valorar las circunstancias de las personas.
Ya no hay automatismo. También ha sido un logro la ley de segunda oportunidad, por la que hemos peleado mucho.
 Veíamos que personas incursas en un procedimiento por deudas no iban a poder hacerles frente en su vida y podían acabar en la indigencia
. Buscamos un procedimiento que les permitiera renegociar los plazos, la cuantía, encontrar un árbitro que no costase dinero o acudir a la vía judicial.

Soledad Becerril elige cuidadosamente las palabras. Habla despacio, con la vista clavada en una de las paredes de su despacho, en el que prefiere no posar. Muestra las fotografías que resumen su dilatada carrera –primero en UCD y luego en el PP–. Sonriente con Adolfo Suárez. En el Consejo de Ministros de Calvo-Sotelo en 1981: la primera mujer que lo pisaba desde la República. En su etapa de alcaldesa de Sevilla, con el actor Charlton Heston y la Giralda al fondo. Con el Rey emérito la noche anterior a su proclamación. Becerril dejó la política activa en 2011, pero un año más tarde aceptaba el cargo de defensora del pueblo. Cree en la necesidad de cambios en la Constitución y descarta una segunda Transición.
¿Cómo ve la defensora al pueblo que defiende? Desde esta institución se observa una parte de la realidad, no somos un centro de estudios sociológicos. Llegué aquí a mediados de 2012. Ese año y el siguiente se notó mucho la crisis en individuos y familias, aspectos económicos, sociales, atención a personas con discapacidad. En 2014 y en 2015 se ha percibido el comienzo de una suave recuperación, aunque no puedo hablar de final de crisis. Por eso han descendido las quejas. La mayoría se refiere a asuntos de carácter económico, a la relación de los ciudadanos con los bancos, por ejemplo hipotecas y cláusulas suelo, o a productos financieros vendidos de forma engañosa, como las preferentes.
¿Le ha sorprendido el grado de indefensión del pueblo español? Más que indefensión, hemos visto las sucesivas crisis. Como Estado de derecho, tenemos instrumentos para que los ciudadanos se defiendan y les defendamos, aunque es verdad que la Administración de justicia es lenta y eso supone una enorme inquietud para muchas familias.
¿Cuáles son las consecuencias más graves de la crisis? Los efectos son visibles, empezando por el desempleo y los trabajos precarios. Ahí es donde más se nota, pese al descenso del paro.
Prepara un informe sobre los enfermos de cáncer. ¿Qué problemas ha detectado? Algunos enfermos nos han explicado las dificultades laborales a las que se enfrentan cuando están en tratamiento. No pueden completar la jornada.
¿Nada impide despedir a un trabajador con cáncer? Por eso estamos trabajando en ello. Deben tener una jornada laboral llevadera, que les permita afrontar un tratamiento. Hay que facilitarles la vida, ya bastante tienen.
La crisis ha ahondado la brecha social, ha aumentado la desigualdad. Según algunas ONG, sí. Pero hay informes que contradicen esta brecha, por eso no me pronuncio de manera tajante.
¿Cuáles son? He visto dos contradictorios, pero muy posiblemente sí se ha ampliado la brecha.
Visto desde este despacho, ¿qué funciona mejor y peor en España? Yo estoy aquí para empujar a las Administraciones a que corrijan o atiendan asuntos que nos parecen graves o importantes. He empujado mucho. En el caso de las preferentes hubo que insistir. O con los desahucios, para conseguir un decreto que permitiera paralizarlos en algunas circunstancias y luego una ley.
¿Está satisfecha con los cambios en la normativa de desahucios? Bastante, aunque se podían modificar algunas cosas. Creo que la justicia ha actuado debidamente y con sensibilidad.
“Nuestro sistema permite remodelar partidos, corregir errores sin sobresaltos”
También ha habido una presión social muy fuerte, como la de la Plataforma de Afectados por la Hipoteca. Es verdad, pero la legislación ha dado a los jueces un instrumento muy importante. Les permite valorar las circunstancias de las personas.
 Ya no hay automatismo. También ha sido un logro la ley de segunda oportunidad, por la que hemos peleado mucho. Veíamos que personas incursas en un procedimiento por deudas no iban a poder hacerles frente en su vida y podían acabar en la indigencia. Buscamos un procedimiento que les permitiera renegociar los plazos, la cuantía, encontrar un árbitro que no costase dinero o acudir a la vía judicial.
¿El descenso de las quejas al Defensor del Pueblo –17.776 el año pasado, un 23% menos– tiene que ver con el descrédito de las instituciones? [Largo silencio]. No lo sé.
Aunque con intermitencia, lleva casi 40 años en el candelero de lo público. ¿Le decepciona la política de ahora? La política, en términos generales, no me decepciona.
¿Qué le ha dado? La política es prestar un servicio público a los ciudadanos. La política interesa a todo el mundo, porque lo público es de todos y para todos.
 A los jóvenes les digo: “¿No os interesa que funcione el metro, que haya becas? Eso es la política”. Me ha producido muchos momentos de empuje, de hacer, de resolver. Y también momentos amargos y derrotas
. He visto la muerte de compañeros.
La defensora del pueblo se conmueve. Recuerda el asesinato del concejal de Sevilla Alberto Jiménez Becerril y de su esposa, Ascensión García, en 1998. Fue “el momento más amargo” en la vida de la entonces alcaldesa de la ciudad.
Poco antes, la banda terrorista ETA había intentado matarla a ella. “Les falló la conexión para activar el coche bomba”, relata antes de comenzar la entrevista, realizada a mediados de febrero, mientras muestra las fotos antiguas que le había pedido El País Semanal.
 Entre las que ha seleccionado figura la de aquella jornada. Al dorso ha escrito: “El día que la bomba no explotó”.
¿Se sintió culpable? Me he preguntado muchas veces si haberme matado a mí habría evitado que les mataran a ellos.
 Pero los culpables fueron los terroristas. El atentado me sigue produciendo, y me producirá siempre, un enorme dolor. En cambio, haber sido yo objeto de uno no me ha dejado huella. Al contrario, me ha hecho acercarme a personas que han sufrido mucho más que yo, a las víctimas. He tenido mucha suerte en la vida, empezando por aquello.

¿El descenso de las quejas al Defensor del Pueblo –17.776 el año pasado, un 23% menos– tiene que ver con el descrédito de las instituciones? [Largo silencio]. No lo sé.

Soledad Becerril elige cuidadosamente las palabras. Habla despacio, con la vista clavada en una de las paredes de su despacho, en el que prefiere no posar. Muestra las fotografías que resumen su dilatada carrera –primero en UCD y luego en el PP–. Sonriente con Adolfo Suárez. En el Consejo de Ministros de Calvo-Sotelo en 1981: la primera mujer que lo pisaba desde la República. En su etapa de alcaldesa de Sevilla, con el actor Charlton Heston y la Giralda al fondo. Con el Rey emérito la noche anterior a su proclamación. Becerril dejó la política activa en 2011, pero un año más tarde aceptaba el cargo de defensora del pueblo. Cree en la necesidad de cambios en la Constitución y descarta una segunda Transición.
¿Cómo ve la defensora al pueblo que defiende? Desde esta institución se observa una parte de la realidad, no somos un centro de estudios sociológicos. Llegué aquí a mediados de 2012. Ese año y el siguiente se notó mucho la crisis en individuos y familias, aspectos económicos, sociales, atención a personas con discapacidad. En 2014 y en 2015 se ha percibido el comienzo de una suave recuperación, aunque no puedo hablar de final de crisis. Por eso han descendido las quejas. La mayoría se refiere a asuntos de carácter económico, a la relación de los ciudadanos con los bancos, por ejemplo hipotecas y cláusulas suelo, o a productos financieros vendidos de forma engañosa, como las preferentes.
¿Le ha sorprendido el grado de indefensión del pueblo español? Más que indefensión, hemos visto las sucesivas crisis. Como Estado de derecho, tenemos instrumentos para que los ciudadanos se defiendan y les defendamos, aunque es verdad que la Administración de justicia es lenta y eso supone una enorme inquietud para muchas familias.
¿Cuáles son las consecuencias más graves de la crisis? Los efectos son visibles, empezando por el desempleo y los trabajos precarios. Ahí es donde más se nota, pese al descenso del paro.
Prepara un informe sobre los enfermos de cáncer. ¿Qué problemas ha detectado? Algunos enfermos nos han explicado las dificultades laborales a las que se enfrentan cuando están en tratamiento. No pueden completar la jornada.
¿Nada impide despedir a un trabajador con cáncer? Por eso estamos trabajando en ello. Deben tener una jornada laboral llevadera, que les permita afrontar un tratamiento. Hay que facilitarles la vida, ya bastante tienen.
La crisis ha ahondado la brecha social, ha aumentado la desigualdad. Según algunas ONG, sí. Pero hay informes que contradicen esta brecha, por eso no me pronuncio de manera tajante.
¿Cuáles son? He visto dos contradictorios, pero muy posiblemente sí se ha ampliado la brecha.
Visto desde este despacho, ¿qué funciona mejor y peor en España? Yo estoy aquí para empujar a las Administraciones a que corrijan o atiendan asuntos que nos parecen graves o importantes. He empujado mucho. En el caso de las preferentes hubo que insistir. O con los desahucios, para conseguir un decreto que permitiera paralizarlos en algunas circunstancias y luego una ley.
¿Está satisfecha con los cambios en la normativa de desahucios? Bastante, aunque se podían modificar algunas cosas. Creo que la justicia ha actuado debidamente y con sensibilidad.
“Nuestro sistema permite remodelar partidos, corregir errores sin sobresaltos”
También ha habido una presión social muy fuerte, como la de la Plataforma de Afectados por la Hipoteca. Es verdad, pero la legislación ha dado a los jueces un instrumento muy importante. Les permite valorar las circunstancias de las personas. Ya no hay automatismo. También ha sido un logro la ley de segunda oportunidad, por la que hemos peleado mucho. Veíamos que personas incursas en un procedimiento por deudas no iban a poder hacerles frente en su vida y podían acabar en la indigencia. Buscamos un procedimiento que les permitiera renegociar los plazos, la cuantía, encontrar un árbitro que no costase dinero o acudir a la vía judicial.
¿El descenso de las quejas al Defensor del Pueblo –17.776 el año pasado, un 23% menos– tiene que ver con el descrédito de las instituciones? [Largo silencio]. No lo sé.
Aunque con intermitencia, lleva casi 40 años en el candelero de lo público. ¿Le decepciona la política de ahora? La política, en términos generales, no me decepciona.
¿Qué le ha dado? La política es prestar un servicio público a los ciudadanos. La política interesa a todo el mundo, porque lo público es de todos y para todos. A los jóvenes les digo: “¿No os interesa que funcione el metro, que haya becas? Eso es la política”. Me ha producido muchos momentos de empuje, de hacer, de resolver. Y también momentos amargos y derrotas. He visto la muerte de compañeros.
La defensora del pueblo se conmueve. Recuerda el asesinato del concejal de Sevilla Alberto Jiménez Becerril y de su esposa, Ascensión García, en 1998. Fue “el momento más amargo” en la vida de la entonces alcaldesa de la ciudad. Poco antes, la banda terrorista ETA había intentado matarla a ella. “Les falló la conexión para activar el coche bomba”, relata antes de comenzar la entrevista, realizada a mediados de febrero, mientras muestra las fotos antiguas que le había pedido El País Semanal. Entre las que ha seleccionado figura la de aquella jornada. Al dorso ha escrito: “El día que la bomba no explotó”.
¿Se sintió culpable? Me he preguntado muchas veces si haberme matado a mí habría evitado que les mataran a ellos.
 Pero los culpables fueron los terroristas. El atentado me sigue produciendo, y me producirá siempre, un enorme dolor. En cambio, haber sido yo objeto de uno no me ha dejado huella.
 Al contrario, me ha hecho acercarme a personas que han sufrido mucho más que yo, a las víctimas. He tenido mucha suerte en la vida, empezando por aquello.
¿Es optimista sobre el final de ETA? [Larga pausa]. Me gustaría que pudiéramos hablar de un final, pero para ello la organización y las personas que están en la cárcel, los que han dado las órdenes, deben pedir perdón a las víctimas.
 Cada una decidirá si perdona o no. Luego tienen que decir adiós a las armas
. Y esto no se ha producido. Algunos han manifestado que lamentan el daño, pero han sido casos individuales y lo han hecho con mucha suavidad.
 El arrepentimiento por el enorme dolor causado no se ha producido.
¿Ese perdón debería desembocar en algún beneficio penitenciario? Si ese perdón se produjera, se podría estudiar. Pero tiene que producirse y tienen que dejar las armas, y no parece que estén en ello.
¿Le apena el descrédito de la clase política? Sí. Espero que los que prestamos un servicio público seamos capaces de ganar el crédito, el respeto y la comprensión de la ciudadanía. Hay una inmensa mayoría de servidores públicos que lo hace bien. Ya sé que los casos de corrupción han hecho muchísimo daño, eso es indiscutible.
¿Le ha sorprendido el alcance de la corrupción? No es tanto sorpresa como disgusto
. La corrupción hace mucho daño. Es mala en sí y mala hacia el ciudadano; es mala por todos lados. Cuando era alcaldesa de Sevilla, muchos me criticaban por ser muy estricta en el gasto.
 Nunca se es demasiado austero con el dinero público.
 Recuerdo que Simone de Beauvoir, criticando el papel de la mujer, decía que somos administradoras de bienes que pasan por nuestras manos. Pues los cargos públicos administramos bienes que pasan por nuestras manos.

Soledad Becerril Bustamante

Nacida en Madrid en 1944, la primera defensora del pueblo alaba “la independencia” del organismo que dirige desde junio de 2012. Es el colofón para esta licenciada en Filosofía y Letras, rama de Filología Inglesa, que se estrenó como diputada en 1977 en las filas de Unión de Centro Democrático (en la imagen, con Adolfo Suárez). En 1981 se convirtió en la primera española con cartera ministerial, Cultura, en democracia. Fichó a Esperanza Aguirre para su equipo. Tuvo que aguantar dicterios y críticas a su vestuario, pero nunca le dio “demasiada importancia”.
 Tras la debacle de UCD, esta política liberal se afilió al PP. En 1995 se convirtió en alcaldesa de Sevilla.
 Luego volvió al Congreso y pisó el Senado.
 Separada, con dos hijos y tres nietos, es una apasionada de la filosofía –“lleva al conocimiento, permite establecer conductas y valores”– y la historia. Cuando tiene un respiro, dedica el tiempo a sus nietos, al cine, a la lectura y a pasear por el Museo del Prado.
Cita a Simone de Beauvoir. ¿Usted ha sido feminista? Me interesó mucho el feminismo en los setenta.
 Siempre he defendido los derechos de la mujer, aunque no milité en el feminismo organizado
. He sido una feminista sin organización.
¿Se ha logrado la igualdad real entre mujeres y hombres? En derechos, sí, pero quedan cosas, como la conciliación de la vida personal y laboral. Los horarios de consultoras o bufetes no se los pueden permitir las mujeres si tienen obligaciones familiares, por eso hay sectores profesionales donde entran con fuerza, empiezan a subir y a los cuarenta y tantos años abandonan. Arriba solo llegan hombres.

 

Europa lanza su misión para buscar vida en Marte

Arranca la primera fase del proyecto ExoMars, que pretende buscar signos de vida presente o pasada en el planeta rojo.

La misión despega del cosmódromo de Baikonur. KIRILL KUDRYAVTSEV AFP
La misión ExoMars de la Agencia Espacial Europea (ESA), la primera que lanza esta agencia con destino a la superficie de Marte, ha partido esta mañana desde el cosmódromo de Baikonur (Kazajstán). En esta misión viaja el módulo Schiaparelli, que deberá posarse sobre la superficie de Marte a finales de este año.
La misión cuenta con la colaboración de Roscosmos, la agencia espacial rusa
. Ambos organismos intentarán resolver la vieja pregunta de si hubo alguna vez vida en el planeta rojo. Para ello, ExoMars es, en realidad, dos misiones.
 La primera de ellas, la que se ha lanzado hoy, consta de un orbitador --Trace Gas Orbiter (TGO)-- y de un módulo que demostrará tecnologías de entrada, descenso y aterrizaje en la superficie marciana (EDM). La segunda de estas misiones volará hacia el planeta en 2018 y desplegará allí un rover.
 En palabras de Leo Metcalfe, responsable científico de ExoMars, "conjuntamente, las misiones de 2016 y 2018 ayudarán a comprender mejor la evolución y la habitabilidad de Marte".
Según ha explicado la ESA, está previsto que la primera parte de ExoMars llegue a su destino el próximo mes de octubre.
 Su primera tarea allí será "dejar caer" el EDM, apodado Schiaparelli,  sobre la superficie, tres días antes de alcanzar la atmósfera marciana, y estudiar su descenso.
Schiaparelli utilizará la técnica del aerofrenado para reducir su velocidad lo suficiente para poder iniciar su descenso hacia la superficie marciana con garantías.
 En dicha caída estará asistido por un paracaídas y por un sistema de cohetes que terminarán de frenarlo para que aterrice de forma segura. Mars Express y uno de los orbitadores de la NASA en Marte servirán como puente de comunicaciones entre el módulo en la superficie y el control de misión en la Tierra.
Una vez esta primera parte de la misión se haya completado, TGO entrará ya en su órbita para las operaciones científicas, a 400 kilómetros de altitud.
Su principal objetivo será estudiar la presencia de metano y de otros gases (como vapor de agua u óxidos de nitrógeno) que puedan apuntar a un origen biológico, buscando sus lugares de origen y la naturaleza de sus fuentes de emisión.
La presencia de metano en la atmósfera de Marte, por muy pequeña que sea, es uno de los enigmas que los científicos tienen más interés en resolver.
La vida media del gas es corta en escalas de tiempo geológicas, y las diferentes misiones que lo han detectado han descubierto también que su cantidad varía en el tiempo y según su localización, informa la ESA.
Para que se haya encontrado metano en la atmósfera marciana periódicamente, los científicos apuntan que tiene que haber una fuente de emisión en la superficie que lo "reponga" en la atmósfera de forma regular, y es la naturaleza de dicha fuente de emisión lo que ExoMars puede ayudar a descubrir.
TGO realizará, asimismo, modelos atmosféricos del planeta más detallados y confeccionará mapas del hidrógeno presente en el subsuelo de Marte que pueden ayudar a elegir los lugares de aterrizaje de futuras misiones, pues pueden indicar reservas ocultas de hielo de agua.

Baikonur (Kazajastán)
La misión despega del cosmódromo de Baikonur. KIRILL KUDRYAVTSEV AFP
La misión ExoMars de la Agencia Espacial Europea (ESA), la primera que lanza esta agencia con destino a la superficie de Marte, ha partido esta mañana desde el cosmódromo de Baikonur (Kazajstán). En esta misión viaja el módulo Schiaparelli, que deberá posarse sobre la superficie de Marte a finales de este año.
La misión cuenta con la colaboración de Roscosmos, la agencia espacial rusa. Ambos organismos intentarán resolver la vieja pregunta de si hubo alguna vez vida en el planeta rojo. Para ello, ExoMars es, en realidad, dos misiones. La primera de ellas, la que se ha lanzado hoy, consta de un orbitador --Trace Gas Orbiter (TGO)-- y de un módulo que demostrará tecnologías de entrada, descenso y aterrizaje en la superficie marciana (EDM). La segunda de estas misiones volará hacia el planeta en 2018 y desplegará allí un rover. En palabras de Leo Metcalfe, responsable científico de ExoMars, "conjuntamente, las misiones de 2016 y 2018 ayudarán a comprender mejor la evolución y la habitabilidad de Marte".
Según ha explicado la ESA, está previsto que la primera parte de ExoMars llegue a su destino el próximo mes de octubre. Su primera tarea allí será "dejar caer" el EDM, apodado Schiaparelli,  sobre la superficie, tres días antes de alcanzar la atmósfera marciana, y estudiar su descenso.
Schiaparelli utilizará la técnica del aerofrenado para reducir su velocidad lo suficiente para poder iniciar su descenso hacia la superficie marciana con garantías. En dicha caída estará asistido por un paracaídas y por un sistema de cohetes que terminarán de frenarlo para que aterrice de forma segura. Mars Express y uno de los orbitadores de la NASA en Marte servirán como puente de comunicaciones entre el módulo en la superficie y el control de misión en la Tierra.
Una vez esta primera parte de la misión se haya completado, TGO entrará ya en su órbita para las operaciones científicas, a 400 kilómetros de altitud. Su principal objetivo será estudiar la presencia de metano y de otros gases (como vapor de agua u óxidos de nitrógeno) que puedan apuntar a un origen biológico, buscando sus lugares de origen y la naturaleza de sus fuentes de emisión.
Imagen del momento del despegue del cohete.
La presencia de metano en la atmósfera de Marte, por muy pequeña que sea, es uno de los enigmas que los científicos tienen más interés en resolver. La vida media del gas es corta en escalas de tiempo geológicas, y las diferentes misiones que lo han detectado han descubierto también que su cantidad varía en el tiempo y según su localización, informa la ESA.
Para que se haya encontrado metano en la atmósfera marciana periódicamente, los científicos apuntan que tiene que haber una fuente de emisión en la superficie que lo "reponga" en la atmósfera de forma regular, y es la naturaleza de dicha fuente de emisión lo que ExoMars puede ayudar a descubrir.
TGO realizará, asimismo, modelos atmosféricos del planeta más detallados y confeccionará mapas del hidrógeno presente en el subsuelo de Marte que pueden ayudar a elegir los lugares de aterrizaje de futuras misiones, pues pueden indicar reservas ocultas de hielo de agua.

Preparando el terreno

Esta primera misión ExoMars tiene unos claros objetivos científicos de estudio de la atmósfera marciana pero, al mismo tiempo, también servirá para preparar el terreno a futuras exploraciones del planeta rojo. La labor de Schiaparelli de demostración de la tecnología para el descenso y aterrizaje, especialmente de la capacidad para controlar su orientación y velocidad en el contacto con la superficie, será muy útil para la misión de retorno de muestras programada para 2020.
Trace Gas Orbiter, por su parte, se mantendrá estudiando el planeta durante, como mínimo, un año marciano (un poco menos de dos años terrestres), y para sus observaciones utilizará cuatro instrumentos: NOMAD, que incluye dos espectrómetros de infrarrojo y uno ultravioleta para la identificación de los componentes en la atmósfera de Marte; ACS, que estudiará la estructura y la química de la atmósfera; CaSSIS, una cámara de alta resolución para ayudar a identificar las fuentes de los gases detectados en la atmósfera, y FREND, un detector de neutrones para mapear el hidrógeno en la superficie y en el subsuelo de Marte.

Participación española

En NOMAD participa el Instituto de Astrofísica de Andalucía como co-investigador principal, además de responsabilizarse de la interfaz SINBAD del instrumento. Julio Rodríguez, del IAA/CSIC, explica que "el diseño, desarrollo y test de SINBAD es responsabilidad del IAA, así como el soporte al equipo del IP durante toda la misión", y añade que "el equipo técnico en el IAA está formado por ocho personas entre ingenieros y físicos, además de un personal técnico de montaje".
Rodríguez señala, además, que "desea caracterizar la alta atmósfera de Marte, una región de gran interés en la actualidad y que los datos futuros de NOMAD y ACS pueden ayudar a conocerla mucho mejor".
El módulo Schiaparelli también incluye una carga científica, llamada DREAMS, que medirá, entre otras cosas, la velocidad del viento y su dirección, la presión y la temperatura cerca de la superficie y, también, estudiará el campo eléctrico en la superficie marciana y la concentración de polvo en la atmósfera. De este modo, se espera aprender más sobre la formación de las tormentas de arena del planeta.
Del mismo modo, Thales Alenia Space España será la compañía encargada del desarrollo y suministro de la electrónica de control del vehículo 'Rover'.
"Es un orgullo poder colaborar en un programa tan complejo y ambicioso como ExoMars, que contribuirá al avance del conocimiento científico sobre el planeta Marte y servirá de marco de pruebas tecnológicas para futuras misiones de exploración", ha apuntado su consejero delegado, Juan Garcés de Marcilla.

 

13 mar 2016

El escritor Félix de Azúa entra en la RAE......................................................................... Winston Manrique Sabogal

El también filósofo, profesor de estética, traductor y periodista ocupará el sillón H.

Cuando el 4 de noviembre de 1970 Félix de Azúa era un joven escritor rebelde y desdeñaba instituciones como la RAE emprendió el camino, sin saberlo, que lo ha traído hasta entrar en ella. Desde este domingo, un escritor, filósofo, profesor de estética, traductor y periodista prestigioso, desengañado y protestón ocupa el sillón H.
Llega en sustitución del medievalista y experto en El Quijote Martín de Riquer, fallecido en 2013. Precisamente la persona que hace 45 años, con una conferencia sobre el lenguaje guerrero de los siglos XI al XV, empezó a dirigirle sus pasos hasta el salón de actos de la RAE donde ingresó con un discurso sobre la serendipia y el rosario de casualidades que lo han llevado hasta allí.
Su discurso de ingreso lo contestó Mario Vargas Llosa.

 

Félix de Azúa (Barcelona, 1944) empezó a asegurar su nombre en la cultura española como poeta, luego como narrador, después como ensayista y, siempre, como un autor e intelectual independiente cuyas ideas suelen suscitar o agitar la polémica.
 Su penúltimo acto fue dejar Barcelona, en 2011, para instalarse en Madrid, ante la espiral del nacionalismo desatada en Cataluña.
Los escritores Félix de Azúa y Vargas Llosa se saludan¿Y no estaba la Preysler en la Rae?.

Azúa es ebullición mental.
En esta entrevista, días antes de su ingreso en la RAE, el articulista de EL PAÍS y autor de obras como Historia de un idiota contada por él mismo, no escapa a su naturaleza guerrera y un tanto incendiaria
. Es rápido en mostrar las ideas a contestar y pausado en su desarrollo.
En esta ocasión las dice a unos cien metros de la sede de la RAE en Madrid. Azúa está en el Casón del Buen Retiro, sede del Centro de Estudios del Museo del Prado. Aunque allí tiene un pequeño despacho como investigador y responsable de dos seminarios, la entrevista la concede en la sala de espera del director del Centro de Estudios.
El otrora joven que entró en los anales literarios españoles como uno de los Nueve Novísimos, los poetas seleccionados por Josep Maria Castellet, y consideraba anticuadas instituciones como la RAE, se ha convertido en un señor muy respetado que así explica su cambio de perspectiva:
“El elenco de académicos en los 60 y 70 daba un poco de risa. Había hasta obispos. No tenía seriedad
. Por eso no se nos pasaba por la cabeza entrar un día allí
. En los ochenta cambió radicalmente. Hoy quienes la integran son personas muy respetables y dignas, incluso hay amigos como Javier Marías, Álvaro Pombo, Soledad Puértolas, Arturo Pérez-Reverte y algunos más.
 La Academia es una de las instituciones más útiles dentro del conjunto de las instituciones españolas y, sin embargo, recibe muy pocas ayudas.
Aun así sus tareas son enormes”.
¿Qué ha pasado con el Azúa rebelde, se ha amansado? Tras una risa furtiva, el nuevo académico esboza un autorretrato: “Fui un pelmazo. Agresivo. En los 70 y 80 era lo que tocaba porque estábamos en una dictadura.
Con la democracia todo cambió. Pero sigo siendo protestón. No tengo enemigos ni en la derecha ni en la izquierda, sino en un área más grande: en la de la estupidez.
 Me resulta muy difícil tragar en el partido de la estupidez, posiblemente el más numeroso de este país”.
Azúa comparte las palabras del hispanista Paul Preston de que “en España quien discrepa es visto como un enemigo”
. La prueba, asegura, “es que tras las elecciones presidenciales en diciembre los políticos no han elegido presidente.
 Es intolerable que una gente a la que le pagamos un sueldo no sea capaz de ponerse de acuerdo
. Un político que no sabe negociar es un inútil.
 Queda claro que los políticos son narcisistas, vanidosos y chulos.
 España no ha aprendido a vivir en democracia.
 La democracia no es otra cosa que negociar, ceder y llegar a acuerdos. Nuestra clase política no es demócrata”.
El principal problema”, lamenta Azúa, “es que tenemos un gobierno poco ilustrado. Las clases políticas son muy ignorantes.
Y la ignorancia en el idioma se aplica sobre el pensamiento.
 Quien no habla bien, no piensa bien”. Algo que contrasta, afirma el escritor, con el uso del lenguaje en las clases populares y campesinas latinoamericanas.

A esa deformación del lenguaje también contribuyen los medios de comunicación. “El problema de los medios de masas es que son invasivos”, explica el autor de Diccionario de las Artes.
 Agrega que “aunque son muy competitivos todos dicen y repiten lo mismo.
 Mucha gente no tiene otra fuente de modelar el lenguaje sino a través de la radio, la televisión o la prensa, y algunos medios son pedantes e ignorantes.
 La gente se fija en frases o expresiones incorrectas, en latiguillos, en lugares comunes; es una destrucción”.
Sus palabras entran en el pesimismo al considerar que la enseñanza buena del idioma prácticamente ha desaparecido, al igual que las humanidades. “El nivel es precario. La clase dirigente cree que la cultura es algo ornamental, cuando es la espina dorsal de un país”, dice.
 A eso se suma el hecho de que el académico considera que los españoles son muy maleducados, “es su pecado, y es muy difícil poner remedio a eso”.
Todas esas reflexiones del autor de Momentos decisivos confluyen hacia el actual panorama político de España:
“Es un momento muy grave. La clase política de la transición está agotada.
Hay que rehacer todo el sistema político, pero es difícil que se reforme...
 La educación está en un nivel rudimentario y la cultura no existe para el Estado. Es algo muy triste para los próximos años”.



Señoras y mujeres.............................................................. Ana García-Siñeriz

La Infanta ha asumido el "en la salud y en la enfermedad" en su versión más 'heavy'.

La infanta Cristina durante el juicio por el caso Nóos. EFE
Cada vez que Iñaki Urdangarin suelta un “mi señora” en la Audiencia de Palma, muere un gatito. Alguien debió comentarle el tema porque tras varios “mi señora” que nos teletransportaron a los tiempos del landismo, Urdangarin amagó con otro “mise…” que transformó en un “mi-se-sposa”, comiéndose el “ñora” y transformándolo hábilmente en “mi esposa”.
 Curiosamente, la infanta Cristina, desde que comenzó su vía crucis personal en el caso Nóos,se ha comportado con Urdangarin no como su señora esposa, sino como su mujer.
Hay que reconocer que cerrar filas junto a un marido al que se le tuercen mucho las cosas no es una elección fácil
. La Infanta ha asumido el "en la salud y en la enfermedad" en su versión más heavy: del Palacio de Marivent al banquillo de los acusados.
 Quizás pensando que el momento no iba a llegar nunca, pero junto a su marido contra viento, jueces y la Casa del Rey; contra la opinión pública y en desgarradora soledad, independientemente de sus presuntas culpabilidades o inocencias.
Los dos principales encausados y la defensa se han propuesto la noble tarea de salvar a las damiselas también contra viento, marea y Manos Limpias. Y, para conseguirlo, las han despojado de su condición de mujeres para convertirlas en “señoras de”.
 Una especie que vivió hace muchos años, entre visones hasta los pies, televisores PAL Telefunken, e ignorancia fiscal.

 

La infanta Cristina durante el juicio por el caso Nóos. EFE
Cada vez que Iñaki Urdangarin suelta un “mi señora” en la Audiencia de Palma, muere un gatito. Alguien debió comentarle el tema porque tras varios “mi señora” que nos teletransportaron a los tiempos del landismo, Urdangarin amagó con otro “mise…” que transformó en un “mi-se-sposa”, comiéndose el “ñora” y transformándolo hábilmente en “mi esposa”. Curiosamente, la infanta Cristina, desde que comenzó su vía crucis personal en el caso Nóos,se ha comportado con Urdangarin no como su señora esposa, sino como su mujer.
Hay que reconocer que cerrar filas junto a un marido al que se le tuercen mucho las cosas no es una elección fácil. La Infanta ha asumido el "en la salud y en la enfermedad" en su versión más heavy: del Palacio de Marivent al banquillo de los acusados. Quizás pensando que el momento no iba a llegar nunca, pero junto a su marido contra viento, jueces y la Casa del Rey; contra la opinión pública y en desgarradora soledad, independientemente de sus presuntas culpabilidades o inocencias.
Los dos principales encausados y la defensa se han propuesto la noble tarea de salvar a las damiselas también contra viento, marea y Manos Limpias. Y, para conseguirlo, las han despojado de su condición de mujeres para convertirlas en “señoras de”. Una especie que vivió hace muchos años, entre visones hasta los pies, televisores PAL Telefunken, e ignorancia fiscal.
La Infanta se ha comportado, equivocada o no, como una mujer al lado de su hombre. Esa lealtad, contra el mundo, también tiene mucho de noble. Y, a pesar de su marido, de ella misma y de la estrategia de su defensa, de señora. Sin "de".