11 mar 2016
La distensión entre Sánchez e Iglesias en el homenaje por el 11-M
Según fuentes socialistas, "ha sido un mero saludo de personas educadas, sin fondo político"
Los líderes del PSOE y de Podemos, Pedro Sánchez y Pablo Iglesias, han coincidido este viernes en la estación de Atocha en el homenaje a las víctimas del 11-M
en el duodécimo aniversario de la matanza.
Los dos dirigentes se han saludado y han intercambiado unas palabras en el acto convocado por Comisiones Obreras, UGT y la Unión de Actores.
La foto de este reencuentro no guarda relación con las conversaciones sobre la investidura del secretario general de los socialistas o las negociaciones para la formación de un Gobierno, pero supone una imagen de distensión, de unidad ante las víctimas, tras el duro debate de la semana pasada.
Se han estrechado la mano y han hablado unos instantes.
Según fuentes socialistas, "ha sido un mero saludo de personas educadas, absolutamente protocolario y sin ningún fondo político".
El pasado viernes, Iglesias llamó a Sánchez desde la tribuna del Congreso a suscribir un "acuerdo del beso" y rebajó el tono después del ataque lanzado en su primera intervención en el debate de investidura
. Ambos se han pronunciado sobre la necesidad de apoyo a las víctimas de los atentados del 11 de marzo de 2004, aunque el líder de Podemos ha incidido de nuevo en su propuesta, la de un Gobierno que llama "a la valenciana", en referencia a la presidencia socialista de esa comunidad, Ximo Puig, y a la vicepresidenta, Mònica Oltra, de Compromís.
"Ha quedado demostrado en la última sesión de investidura", ha señalado Iglesias, "que los votos dan para eso; que un acuerdo de PSOE con Podemos, Izquierda Unida y Compromís obtendría votos positivos, suficientes, para tener un Gobierno de coalición como el de la Comunidad Valenciana"
. A pesar de la imagen de unidad propia del día, la relación no es fluida, lo que se debe a los obstáculos surgidos desde que Pedro Sánchez intentó mantener una reunión con Podemos pero siempre con Ciudadanos, mientras que el partido de Iglesias ha rechazado esa cita
.Podemos no quiere negociar un Gobierno de coalición con Ciudadanos y, aunque sus dirigentes están dispuestos a reunirse con Rivera para pedirle la abstención, solo ven una salida a las negociaciones: un Ejecutivo con reparto proporcional de carteras repartidas con el PSOE, Izquierda Unida y Compromís.
Una solución que Sánchez rechaza, al buscar una alianza que califica de "transversal".
El líder socialista seguirá intentando pactar con la izquierda y con la derecha para, asegura, contar con mayor estabilidad.
Los dos dirigentes se han saludado y han intercambiado unas palabras en el acto convocado por Comisiones Obreras, UGT y la Unión de Actores.
La foto de este reencuentro no guarda relación con las conversaciones sobre la investidura del secretario general de los socialistas o las negociaciones para la formación de un Gobierno, pero supone una imagen de distensión, de unidad ante las víctimas, tras el duro debate de la semana pasada.
Se han estrechado la mano y han hablado unos instantes.
Según fuentes socialistas, "ha sido un mero saludo de personas educadas, absolutamente protocolario y sin ningún fondo político".
El pasado viernes, Iglesias llamó a Sánchez desde la tribuna del Congreso a suscribir un "acuerdo del beso" y rebajó el tono después del ataque lanzado en su primera intervención en el debate de investidura
. Ambos se han pronunciado sobre la necesidad de apoyo a las víctimas de los atentados del 11 de marzo de 2004, aunque el líder de Podemos ha incidido de nuevo en su propuesta, la de un Gobierno que llama "a la valenciana", en referencia a la presidencia socialista de esa comunidad, Ximo Puig, y a la vicepresidenta, Mònica Oltra, de Compromís.
"Ha quedado demostrado en la última sesión de investidura", ha señalado Iglesias, "que los votos dan para eso; que un acuerdo de PSOE con Podemos, Izquierda Unida y Compromís obtendría votos positivos, suficientes, para tener un Gobierno de coalición como el de la Comunidad Valenciana"
. A pesar de la imagen de unidad propia del día, la relación no es fluida, lo que se debe a los obstáculos surgidos desde que Pedro Sánchez intentó mantener una reunión con Podemos pero siempre con Ciudadanos, mientras que el partido de Iglesias ha rechazado esa cita
.Podemos no quiere negociar un Gobierno de coalición con Ciudadanos y, aunque sus dirigentes están dispuestos a reunirse con Rivera para pedirle la abstención, solo ven una salida a las negociaciones: un Ejecutivo con reparto proporcional de carteras repartidas con el PSOE, Izquierda Unida y Compromís.
Una solución que Sánchez rechaza, al buscar una alianza que califica de "transversal".
El líder socialista seguirá intentando pactar con la izquierda y con la derecha para, asegura, contar con mayor estabilidad.
Los líderes del PSOE y de Podemos, Pedro Sánchez y Pablo Iglesias, han coincidido este viernes en la estación de Atocha en el homenaje a las víctimas del 11-M
en el duodécimo aniversario de la matanza. Los dos dirigentes se han
saludado y han intercambiado unas palabras en el acto convocado por
Comisiones Obreras, UGT y la Unión de Actores.
La foto de este reencuentro no guarda relación con las conversaciones
sobre la investidura del secretario general de los socialistas o las
negociaciones para la formación de un Gobierno, pero supone una imagen
de distensión, de unidad ante las víctimas, tras el duro debate de la
semana pasada. Se han estrechado la mano y han hablado unos instantes.
Según fuentes socialistas, "ha sido un mero saludo de personas educadas,
absolutamente protocolario y sin ningún fondo político".
El pasado viernes, Iglesias llamó a Sánchez desde la tribuna del Congreso a suscribir un "acuerdo del beso" y rebajó el tono después del ataque lanzado en su primera intervención en el debate de investidura. Ambos se han pronunciado sobre la necesidad de apoyo a las víctimas de los atentados del 11 de marzo de 2004, aunque el líder de Podemos ha incidido de nuevo en su propuesta, la de un Gobierno que llama "a la valenciana", en referencia a la presidencia socialista de esa comunidad, Ximo Puig, y a la vicepresidenta, Mònica Oltra, de Compromís.
"Ha quedado demostrado en la última sesión de investidura", ha señalado Iglesias, "que los votos dan para eso; que un acuerdo de PSOE con Podemos, Izquierda Unida y Compromís obtendría votos positivos, suficientes, para tener un Gobierno de coalición como el de la Comunidad Valenciana"
. A pesar de la imagen de unidad propia del día, la relación no es fluida, lo que se debe a los obstáculos surgidos desde que Pedro Sánchez intentó mantener una reunión con Podemos pero siempre con Ciudadanos, mientras que el partido de Iglesias ha rechazado esa cita.
Podemos no quiere negociar un Gobierno de coalición con Ciudadanos y, aunque sus dirigentes están dispuestos a reunirse con Rivera para pedirle la abstención, solo ven una salida a las negociaciones: un Ejecutivo con reparto proporcional de carteras repartidas con el PSOE, Izquierda Unida y Compromís.
Una solución que Sánchez rechaza, al buscar una alianza que califica de "transversal". El líder socialista seguirá intentando pactar con la izquierda y con la derecha para, asegura, contar con mayor estabilidad.
El pasado viernes, Iglesias llamó a Sánchez desde la tribuna del Congreso a suscribir un "acuerdo del beso" y rebajó el tono después del ataque lanzado en su primera intervención en el debate de investidura. Ambos se han pronunciado sobre la necesidad de apoyo a las víctimas de los atentados del 11 de marzo de 2004, aunque el líder de Podemos ha incidido de nuevo en su propuesta, la de un Gobierno que llama "a la valenciana", en referencia a la presidencia socialista de esa comunidad, Ximo Puig, y a la vicepresidenta, Mònica Oltra, de Compromís.
"Ha quedado demostrado en la última sesión de investidura", ha señalado Iglesias, "que los votos dan para eso; que un acuerdo de PSOE con Podemos, Izquierda Unida y Compromís obtendría votos positivos, suficientes, para tener un Gobierno de coalición como el de la Comunidad Valenciana"
. A pesar de la imagen de unidad propia del día, la relación no es fluida, lo que se debe a los obstáculos surgidos desde que Pedro Sánchez intentó mantener una reunión con Podemos pero siempre con Ciudadanos, mientras que el partido de Iglesias ha rechazado esa cita.
Podemos no quiere negociar un Gobierno de coalición con Ciudadanos y, aunque sus dirigentes están dispuestos a reunirse con Rivera para pedirle la abstención, solo ven una salida a las negociaciones: un Ejecutivo con reparto proporcional de carteras repartidas con el PSOE, Izquierda Unida y Compromís.
Una solución que Sánchez rechaza, al buscar una alianza que califica de "transversal". El líder socialista seguirá intentando pactar con la izquierda y con la derecha para, asegura, contar con mayor estabilidad.
Más información
El ‘caso Nóos’ se descontrola.......................................................... Iñigo Domínguez
El tribunal, desbordado por la guerra de las partes, aplaza la declaración del testigo clave.
Es mérito del abogado defensor de Diego Torres, el socio de Iñaki Udangarin en el Instituto Nóos, que ha conseguido desquiciar al tribunal, a las acusaciones y al testigo clave que estaba declarando este viernes, Miguel Tejeiro, exasesor fiscal de los dos principales acusados
. El volcánico letrado Manuel González Peeters ha planteado un conflicto que el jueves ya entorpeció la marcha del interrogatorio y este viernes ha causado un cortocircuito definitivo en la vista: si Tejeiro, que es abogado, viola o no el secreto profesional al hablar de los asuntos de sus clientes.
Este dilema ha colapsado al tribunal, aunque había tenido toda la noche para empollárselo, porque surgió el jueves.
De hecho, todas las partes habían hecho los deberes y llegaron con la jurisprudencia y las citas de artículos que les salían por las orejas.
La confusión ha sido tal que al final las magistradas, reunidas casi cuatro horas, han optado por suspender la declaración, decretar la hora de comer y dejarlo todo para la semana que viene. La vista se reanudó a las cuatro para una testigo en videoconferencia.
Tejeiro continuará su comparecencia el martes.
Es mérito del abogado defensor de Diego Torres, el socio de Iñaki Udangarin en el Instituto Nóos, que ha conseguido desquiciar al tribunal, a las acusaciones y al testigo clave que estaba declarando este viernes, Miguel Tejeiro, exasesor fiscal de los dos principales acusados.
El volcánico letrado Manuel González Peeters ha planteado un conflicto que el jueves ya entorpeció la marcha del interrogatorio y este viernes ha causado un cortocircuito definitivo en la vista: si Tejeiro, que es abogado, viola o no el secreto profesional al hablar de los asuntos de sus clientes.
Este dilema ha colapsado al tribunal, aunque había tenido toda la noche para empollárselo, porque surgió el jueves.
De hecho, todas las partes habían hecho los deberes y llegaron con la jurisprudencia y las citas de artículos que les salían por las orejas.
La confusión ha sido tal que al final las magistradas, reunidas casi cuatro horas, han optado por suspender la declaración, decretar la hora de comer y dejarlo todo para la semana que viene
. La vista se reanudó a las cuatro para una testigo en videoconferencia Tejeiro continuará su comparecencia el martes.
Esa es la historia del día en una jornada perdida en diatribas en la que el proceso ni se ha movido: al tribunal se le ha ido el juicio de las manos.
La presidenta, Samantha Romero, y sus dos colegas, que se enfrentan por primera vez a un proceso de estas características, han sido muy garantistas y permisivas estas semanas.
Han dejado desbarrar sin freno a las partes en sus interrogatorios, quizá para evitar acusaciones de indefensión en un juicio tan delicado, pero al final han topado con un letrado kamikaze como Peeters, que ha sido muy hábil, y se la ha liado.
Un tribunal más duro, resabiado y antipático habría metido en vereda a todo el mundo mucho antes y el juicio habría avanzado con más celeridad
. Aunque quizá este no es el mejor proceso para que salten chispas.
Mientras abogados y acusaciones esperaban noticias a mediodía en la sala, eran unánimes los comentarios de ambas partes de que no habían visto nada así en su vida.
Nada es normal en un juicio que de entrada, con una Infanta por medio, tampoco lo era.
Las explicaciones del tribunal tras cuatro horas de disquisiciones tampoco aclararon nada.
Su esfuerzo por parecer coherente con lo que dijo el día anterior y que no se corregía se tradujo en cierta ambigüedad que llevó a algo curioso: tanto la defensa como la acusación protestaron porque pensaban que estaba dando la razón al otro
. Con este embrollo en todo lo alto se cerró la sesión.
Peeters llegó a añadir, además, que si no le dejaban el móvil a su cliente podría abandonar su defensa, porque no puede comunicarse con él.
Lo cierto es que Torres, que se sabe el proceso de memoria, le puede sugerir preguntas desde su silla. Está siempre con el ordenador, su maletín de documentos y tomando notas en su Moleskine rojo
. Es el único que ha decidido seguir yendo al proceso junto a un acusado preso, que va siempre porque al menos así toma el aire.
Tejeiro, al suspenderse su declaración, salió de la sala con un cabreo mayúsculo, porque lleva en Palma desde el miércoles y esto no se acaba. El jueves ya empezó a hundir a Torres y Urdangarin en dos horas de declaraciones, pero ahora deberá esperar al martes para seguir. Si le dejan o no decide que es mejor callarse, si nadie le aclara para entonces si le puede caer o no una querella.
Este caos ha desbaratado el calendario de un juicio muy complejo.
Daba un poco de pena pasar hoy por delante de la sala pecera de los testigos, de donde no pueden salir ni comunicarse con el exterior
. Se ve el interior a través de un cristal: esta mañana se amontonaban nueve personas, algunos además enfadados entre ellos y abocados al encierro conjunto.
Tejeiro, por ejemplo, estuvo el jueves todo el día entre cuatro paredes con un notario que, según sus palabras, le odia con todas sus fuerzas.
En este pequeño Gran Hermano este viernes se encontraba, entre otros, el exjefe de la Casa del Rey Alberto Aza
. Al final se permitió la desbandada de testigos hasta que se organice el calendario
. También en Madrid, donde esperaba para declarar en videoconferencia, fue desconvocado Rodrigo Rato.
El retraso que acumula el juicio, cuyo fin se preveía para junio, empieza a adquirir trazos preocupantes: quedan más de 370 testigos y, si algo no cambia, a este paso habrá que irse planteando el tema de las pausas navideñas.
KRZYSZTOF KIESLOWSKI, EL CINEASTA POLACO QUE SOÑÓ EUROPA.......................... Carlos Boyero
¿De otra época? No, cine de siempre.
‘Azul’, ‘Blanco’ y ‘Rojo’: entre 1993 y 1994 Kieslowski plasmó y reivindicó, desde la poesía turbadora de su trilogía, los valores del Viejo Continente
Ahora se reestrenan a 20 años de su muerte.
Buen pretexto para que sea rescatado por Wanda, esa modélica distribuidora y productora española que apostó por él, en una época en la que el europeo cine de autor (de acuerdo, hay mogollón de autores, normalmente, invisibles e inaudibles para mi plebeyo gusto, venerados en las academias de la impostura, de los que podría prescindir sin que mi sensibilidad o mi sentido crítico protestaran) podía conseguir que un millón de espectadores pasara por la taquilla para aburrirse o emocionarse con un director polaco que hablaba de las cosas más extremas y turbadoras que les pueden ocurrir al cuerpo y al alma, de la depresión y la misantropía, de las argucias de la supervivencia para reconquistar el amor perdido, de la violencia más brutal, sin la menor intención de edulcorarla, provocando el horror del mirón, de la sospecha o la convicción de que en algún lugar del mundo todos tenemos un doble, de temas que cualquier productor fenicio o simplemente pragmático rechazaría.
¿Cómo convencer a las nuevas generaciones, a los voraces consumidores de imágenes que no exijan más que cinco minutos de atención, youtuberos militantes, adictos exclusivos a la acción, de que alguien con un ritmo lento para retratar los estados del ánimo, para hablar con profundidad y estilo de seres con pasado o presente tenebrosos, que están en el límite del dolor y con el corazón devastado, de sensaciones que exigen tiempo, estética y rigor para ser expresadas, de los misterios que acompañan a la naturaleza humana en circunstancias fronterizas, merezca la pena de pagar excesivos euros para contemplar ese espectáculo intimista en una sala oscura?
¿Cómo exaltar un universo en el que las miradas, los pequeños gestos, los balbuceos, los matices, el tempo que necesita un plano sustituyen a la retórica, al esto es blanco o negro?
¿Cómo convencer a las nuevas generaciones, a los voraces consumidores de imágenes que no exijan más que cinco minutos de atención, youtuberos militantes, adictos exclusivos a la acción, de que alguien con un ritmo lento para retratar los estados del ánimo, para hablar con profundidad y estilo de seres con pasado o presente tenebrosos, que están en el límite del dolor y con el corazón devastado, de sensaciones que exigen tiempo, estética y rigor para ser expresadas, de los misterios que acompañan a la naturaleza humana en circunstancias fronterizas, merezca la pena de pagar excesivos euros para contemplar ese espectáculo intimista en una sala oscura? ¿Cómo exaltar un universo en el que las miradas, los pequeños gestos, los balbuceos, los matices, el tempo que necesita un plano sustituyen a la retórica, al esto es blanco o negro?
Publicidad
. También de la vida. Tuve el privilegio de cenar con él en un festival de San Sebastian poco antes de su muerte.
Todos los comensales flipamos cuando alguien tan espiritual pidió pochas de primer plato, de segundo y no recuerdo si de tercero.
También cuando contó que finalmente vivía en el campo, sin ningún proyecto y que pensaba íntimamente que había desperdiciado su existencia haciendo películas, lo cual era ofensivo para lo que habíamos realizado los demás en nuestra nada artística vida
. Era sobrio, introvertido y raro. Parecía de verdad.
Rayo de luz
En Azul me enamoré de Juliette Binoche (ya se me ha pasado el amor ante esa actriz que solo rueda con autores, con creadores intensos y exóticos).También del rayo de luz que inaugura la casi imposible resurrección de una mujer que descubre después de la muerte en accidente de su presuntamente enamorado marido y de su hija que nada era lo que parecía, su desolación y finalmente su anhelo de verdad, aunque esta pueda ser devastadora.
Y es muy complejo el retorcido método para recuperar a su parisina mujer de un inmigrante polaco que ha sido abandonado en medio de la ruina en Blanco
. Y a medida que envejezco me siento lamentablemente más cercano a ese juez misántropo y desesperado que observa la miseria ajena desde su casa.
Le redime parcialmente la juventud, la inocencia y la belleza.
O sea, Irene Jacob. Ocurre en Rojo.
Y recuerdo las sensaciones que me provocó ese director tan raro, personal, enigmático, hipersensible y turbador.
Suscribirse a:
Entradas (Atom)