Un Blues

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Del material conque están hechos los sueños

6 mar 2016

¿Cómo compran ropa las españolas?........................................ Noelia Collado

Nuestro país compra más moda, pero no de la misma manera. Hoy prima ahorrar tiempo y dinero.

¿Cómo compran ropa las españolas?
Foto: Guillermo Martí Ceballos
En 2011, un mes antes de la publicación del primer número de esta revista (el 24 de septiembre), S Moda organizó una encuesta a través de la web de EL PAÍS para descubrir los hábitos reales de consumo de las españolas: en qué piezas o complementos preferían invertir, con qué periodicidad iban de compras, en qué tipo de tiendas solían adquirir su ropa, cuáles eran sus referentes de estilo o dónde buscaban inspiración para vestirse.
 Eran tiempos de austeridad –ese año, en diciembre, la vicepresidenta, Soraya Sáenz de Santamaría, anunció una gran subida de impuestos y el mayor recorte de gasto público de la democracia en una sola tacada–.
Tocaba apretarse el cinturón: el gasto medio por habitante en ropa se había reducido en un 22% entre 2007 y 2011, pasando de 564,4 euros a 440 euros, según un estudio del mercado del Strategic Research Center de EAE Business School.
 Los resultados de aquel sondeo dejaban claro que las consumidoras en nuestro país apostaban por básicos de fondo de armario, piezas de continuidad –que seguirían llevando en las siguientes temporadas– y accesorios de tendencia –para marcar la diferencia–.
Han pasado cinco años desde entonces
. Los medios económicos hablan hoy de un cambio en la tendencia: España vuelve a llenar el armario y, sobre todo, el zapatero. S Moda ha querido repetir la encuesta para descubrir cómo ha cambiado la forma de adquirir moda en este lustro.
 ¿La crisis ha dejado tras de sí un nuevo modelo de consumo, menos impulsivo y más práctico?
 ¿La promesa de una moda más activa ha desterrado definitivamente el traje sastre de nuestra lista de necesidades en favor de prendas más informales?
 ¿El ordenador es de verdad el gran escaparte global? ¿Es Instagram la red más influyente? Más de 1.700 mujeres han participado en este estudio.
 Sus respuestas son el mejor testimonio del consumo de moda hoy en España.

 

La maceta inteligente Parrot Pot.

LA INDUSTRIA PISA EL ACELERADOR

«Compro más ahora que antes. Primero porque tengo un mayor poder adquisitivo», explica Sandra Ramírez (37 años, responsable de recursos humanos).
 Se cumple la ley que aboga por un incremento del salario para conseguir que el consumo interno registre un mayor dinamismo –uno de los caballos de batalla de la última campaña de las generales–. «Pero también porque hoy las colecciones se renuevan constantemente y las prendas que llegan a las tiendas cambian cada dos semanas. 
No recuerdo que hubiera un ritmo tan frenético hace cinco años.
 Es un gancho que, en mi caso, está claro que funciona», analiza Ramírez.
El modelo fast fashion de Inditex ha revolucionado la industria. El 67% de las compras se realizan en cadenas de este gigante de bajo de consumo, según datos del estudio Fintonic 2016 El consumo de moda en España. Conscientes del éxito de esta estrategia,
Mango anunció en enero que rompía con el antiguo sistema de dos temporadas, dos desfiles y dos grandes catálogos.
 En su lugar, una nueva tendencia cada cuatro semanas, con su campaña correspondiente, para multiplicar la repercusión en las redes. ¿La elegida para hacer ruido con la primera colección? Kendall Jenner, con más de 48 millones de seguidores solo en Instagram.
 La foto que colgó paseando por las calles de Barcelona con un vestido de la firma catalana consiguió 1.7oo.000 «me gusta».
RACIONALIZAR (O NO ) EL IMPULSO 
Los zapatos siguen siendo la compra fetiche.
Es el complemento que elige el 70% de las encuestadas y la pieza que utiliza la mayoría (31%) para reforzar su fondo de armario, por delante de bolsos (21%) y del clásico traje sastre (3%). ¿Una señal inequívoca de que el uniforme de oficina se relaja?
Sin duda. «Para mí, es más importante elegir bien la prenda exterior. Al fin y al cabo, es la que llevamos durante más tiempo, el broche de nuestro look y nuestra carta de presentación durante todo el invierno… y parte del resto del año», opina Sonia de la Torre (38 años, diseñadora de interiores). «De ahí que sea necesario invertir en un modelo de calidad.
 Un abrigo de lana debe tener un buen corte si quieres que sobreviva más de una temporada», afirma. Ella se ha comprado en rebajas uno negro de Paul Smith por 400 euros.
Sin embargo, son los centros comerciales (y no las boutiques de diseñadores) los espacios que más ventas registran.
 «Es la opción más rápida y cómoda, especialmente cuando tienes hijos, porque encuentras todo lo que necesitas sin tener que ir de un lado a otro», resume Inma Sánchez (42 años, auxiliar de clínica). Las cifras del sector hablan por sí solas: la afluencia a estas grandes superficies durante la primera semana de rebajas de enero se elevó un 2% respecto al mismo periodo de 2014, según un informe de Footfall.
 Un movimiento alcista que se traduce en nuevas aperturas: la inversión en centros comerciales superó los 1.800 millones en España en 2015, según el análisis de Deloitte.

EL PROBADOR VIRTUAL

¿Salir o no salir de casa para renovar el armario? He ahí la cuestión que de verdad ha transformado los hábitos de las consumidoras, más voraces y digitales que nunca.
 El comercio electrónico batió récords en España el año pasado. Según datos del Instituto Nacional de Estadística (INE), el número de consumidores de e-commerce de moda ha crecido un 31,19% en los últimos 12 meses (la mayor subida del último lustro)
. «Compro mucho a través de aplicaciones del iPad, sobre todo zapatos, porque es infalible», asegura Georgia Taglietti (50 años, jefa de Comunicación del Festival Sónar). «Con la llegada de la tienda online de Uniqlo a España (en 2014), hemos pensado hacer compras conjuntas en el despacho. De hecho, las chicas de la oficina tenemos un grupo de WhatsApp (que se llama Lookbook) en el que compartimos fechas de promociones digitales, direcciones de tiendas de París o Londres, y listas de la compra, para no coincidir, porque nos gusta lo mismo», continúa.
Mientras la burbuja de los blogs empieza poco a poco a desinflarse (del 29% en 2011 al 25% en 2016), cada vez son más las que deciden cambiar una tarde de escaparates por 10 minutos frente a la pantalla del ordenador, la tableta o el móvil (el 20% en 2016 frente a un escaso 12% en 2011). «Aprovecho los ratos libres que tengo en casa o en el trabajo para echar un vistazo a las últimas novedades», coincide Ramírez. «Si conozco la talla –porque es una marca que uso habitualmente– prefiero entrar en la web que ir a la tienda.
 Es más cómodo, no necesitas desplazarte. Y si luego no me gusta, lo devuelvo y, en 24 horas, tengo el dinero de nuevo en mi cuenta
. Es tan fácil que resulta enfermizo. Si eres impulsiva como yo, debes controlarte», admite.
«Es una cuestión de comodidad», analiza Cristina López (40 años, diseñadora gráfica).
 «En casa, te puedes probar cualquier prenda tranquilamente», reflexiona, «y sin compromiso… Solo tienes que buscar páginas web con gastos de envío gratuitos y facilidades en la devolución». Pero hay otras ventajas: «Las compras que recibes por correo salen directamente del almacén, de manera que están intactas: nadie se las ha probado antes, ni tienen manchas de maquillaje…», añade.
La maceta inteligente Parrot Pot.

Muere Nancy Reagan

La actriz y ex primera dama estadounidense fallece a los 94 años.

 

Nancy y Ronald Reagan, en una imagen de 1994. MIKE THEILER (Reuters) / Reuters-Quality
Nancy Reagan, viuda del expresidente estadounidense Ronald Reagan y antigua actriz de Hollywood, ha muerto a los 94 años, según ha confirmado la familia el portal TMZ.
Reagan trabajó en algunas películas sin mucho éxito antes de conocer a quien sería su marido, el también actor Ronald Reagan, con quien se casó en 1952
. Ambos ocuparon la Casa Blanca durante dos mandatos, entre 1981 y 1989. En este periodo fundó la organización contra la droga Just Say No (Di no).
 Su marido falleció en 2004, tras sufrir alzheimer.durante una década.
Nancy Reagan ejerció siempre una discreta influencia sobre su marido con confidencias y opiniones en ocasiones pasadas por el filtro de la astrología
. Desde su salida de la Casa Blanca para dar paso a los primeros Bush, la ex primera dama se ha mantenido lejos de los focos y de la política, con  escasas excepciones.

No hay que imitarlos en nada................................................................. Javier Marías

Es pertinente se deje de rendir homenaje a militares y políticos que participaron en la sublevación de Franco.

Al final unos y otros se han echado las culpas, como sucede siempre que alguien mete la pata en este país. 

Y, por supuesto, nadie dimite jamás de su cargo, un rasgo más, entre muchos, que el autoproclamado “nuevo” partido Podemos comparte sobre todo con el PP.

 Pero lo cierto es que el Ayuntamiento de Carmena hizo el encargo: contrató y pagó a la Cátedra de la Memoria Histórica (?) de la Universidad Complutense, formada por cinco historiadores muy raros y dirigida por Mirta Núñez, la elaboración de un primer listado de “calles franquistas”, para cambiarlas. 

Si he subrayado “primer” es porque eso indica que por lo menos tendría que venir un segundo, y eso que el inicial computa nada menos que 256, número que en principio parece excesivo teniendo en cuenta que, ya hacia 1980, algunos de los más conspicuos nombres franquistas desaparecieron, por fortuna, de nuestro callejero: la Gran Vía dejó de llamarse José Antonio; la Castellana, Generalísimo; Príncipe de Vergara, General Mola; la glorieta de San Vicente, Ramiro Ledesma, etc. Aun así, es obvio que algunos quedan, y, en efecto, es pertinente que en cualquier sitio de España se deje de rendir homenaje a militares y políticos que participaron en la sublevación de Franco y en la criminal represión desa­tada a partir de entonces

. Como tampoco sería admisible la celebración de individuos “republicanos” que se mancharon las manos de sangre en las zonas que controlaron durante la Guerra.

 Si he entrecomillado “republicanos” es porque entre los presuntos defensores de la República hubo muchos que pretendieron cargársela con el mismo ahínco que los sublevados, sólo que desde el otro extremo. 

Pero ese “primer” listado no se ha limitado a señalar a los Generales Varela, Yagüe, Aranda, Dávila o Fanjul, todos merecedores de castigo y no de premio, sino a numerosos escritores, artistas y personalidades que en algún momento de la larguísima dictadura le mostraron su apoyo o no fueron combativos con ella.

 Gente a la que no era imputable ningún delito (o sólo de opinión) y que probablemente recibió una calle o una plaza por sus méritos artísticos o literarios y no por su adhesión al régimen o su tolerancia con él.

 Sus obras nos pueden gustar más o menos, y sus figuras caernos simpáticas o antipáticas, pero a estas alturas nadie que no sea cerril discute la valía de Pla, Dalí, D’Ors, Mihura, Jardiel Poncela, Cunqueiro, Manuel Machado o Gerardo Diego. Tampoco los logros, en sus respectivos campos, de Manolete, Bernabéu, Lázaro Galdiano, Turina, Juan de la Cierva o Marquina.

 La mentalidad y el tono con que se ha configurado esa lista son policiales e inquisitoriales: mentalidad de delator, o, si se prefiere, de “comisario del pueblo”.

El 27 de mayo de 1937, en plena Guerra, mi padre publicó un artículo en el Abc madrileño (esto es, republicano), “La revolución de los nombres”. 

 Entonces era un joven de casi veintitrés años, soldado de la República. 

 En esa pieza señalaba cómo “desde que estalló la rebelión ya no hay medio de saber cómo se llama nada.

 Cuando se lee algún periódico faccioso” (es decir, franquista) “de cualquier ciudad, se puede ver que cualquier desfile, procesión o manifestación sale de la plaza de Calvo Sotelo, pasa por las calles de Franco y Falange Española, luego por la Avenida de Queipo de Llano para seguir por la calle de Alemania y terminar en la alameda de José Antonio Primo de Rivera.

 El orden cambia según se trate de Salamanca, Zaragoza o Sevilla; pero los nombres permanecen”. 

Y añadía: “Y es de todo punto lamentable que imitemos en esto a los rebeldes, porque no hay que imitarlos en nada”.

 Y así, cuenta cómo en Madrid la calle Mayor ha perdido su nombre en favor de Mateo Morral, anarquista que atentó contra Alfonso XIII … y mató a veinticinco personas, pero no al Rey; cómo el Prado, Recoletos y Castellana han pasado a llamarse Avenida de la Unión Proletaria; cómo Príncipe de Vergara (título de Espartero, general anticarlista y liberal) también ha caído por ignorancia. “Y lo más grave, lo intolerable”, seguía mi padre, “es el nombre elegido para sustituirlo: Avenida del 18 de julio. 

 ¿Es que nosotros podemos celebrar esa fecha, en que empezó una de las más grandes tristezas de la historia española? ¿Podemos conmemorar el día en que el pueblo español, que se disponía a mejorar sus destinos en la paz de un Gobierno suyo como el del Frente Popular, se vio obligado a llenarse de sangre en una guerra tremenda?

  También cuenta cómo en Valencia la calle de Caballeros ha pasado a ser Metalurgia (!), o cómo el pueblo de San Juan, en Alicante, se llama ahora Floreal … Todo esto suena de otro mundo, y sin embargo … Hace casi ochenta años que el joven que fue mi padre escribió este artículo

. Lo hizo en un país en guerra, partido y lleno de odio, en el que un bando imitaba al otro, cuando “a los rebeldes no hay que imitarlos en nada”. ¿Tiene algún sentido que volvamos a hablar del callejero al cabo de tanto tiempo, cuando además no hay guerra, ni hay dos bandos? 

Hay una parte de España, parece, nostálgica de nuestros peores tiempos y nuestras peores costumbres, desde luego de las más idiotas. Eso es siempre inevitable.

 Lo malo es que esos nostálgicos del encono y la animadversión tengan capacidad decisoria y mando en plaza, sean del lado que sean.

 Todavía está en nuestra mano no dárselos, ni la capacidad ni el mando.

 

Estamos rodeados de héroes............................................................... Rosa Montero

Hay cerca de 7.000 enfermedades raras. Todas sumadas, afectan a cerca del 7% de la población, lo cual es una cifra abultadísima.

El lunes pasado fue el Día Mundial de las Enfermedades Raras.
 En Europa se considera que una enfermedad rara es aquella que afecta a una de cada 2.000 personas. Pero hay cerca de 7.000 enfermedades raras, así que, todas sumadas, afectan a cerca del 7% de la población, lo cual es una cifra abultadísima, más aún si sabemos que el 65% de estas enfermedades aparecen en la infancia y son graves e invalidantes, que menos del 15% tienen tratamiento, y que éste en ningún caso es curativo, sólo paliativo.
 Claro: al ser tan pocos los aquejados, a la industria no le merece la pena estudiar su curación.
 O dicho de una manera menos bárbara: la investigación requeriría una inversión de muchísimos millones que no pueden permitirse si no tienen perspectivas de recuperarlos.
 En fin, se diga como se diga, así de brutalmente dura es nuestra sociedad.
Los seres vivos somos un producto maravilloso de la ingeniería orgánica.
Basta con contemplar un ojo, por ejemplo, para alucinar ante su intrincada magia. Pero claro, unas estructuras tan increíblemente complejas pueden tener pequeños defectos de fábrica, y eso es lo que son las enfermedades raras.
 Lo malo es que esos errores de construcción, que para un automóvil apenas serían nada, para un ser humano pueden constituir una tortura espantosa.
De cuando en cuando se pone en contacto conmigo alguna de las muchas asociaciones que existen en este terreno, cada una de ellas específica de su propia dolencia.
 Todas luchan por la visibilidad de sus enfermos, para que se conozca su situación, para movilizar las conciencias y reunir dinero e investigar posibles remedios.
 Ya he dicho que la mayoría de estos males empiezan en la infancia y son terribles: se trata, por lo tanto, de colectivos estoicos, esforzados, muy conmovedores.
 Padres y madres coraje, y además, en numerosas ocasiones, enfermos heroicos que nos demuestran que son capaces de vivir vidas imposibles.
Son valientes exploradores de mundos inhumanos, viajeros intrépidos al inhóspito Marte de sus cuerpos.
Hay catalogadas 7.000 enfermedades raras, que afectan al 7% de la población. Sólo el 15% tiene tratamiento paliativo
Una de esas asociaciones de luchadores se ha puesto en contacto conmigo recientemente, la Duchenne Parent Project España.
 Son los familiares de los enfermos de Duchenne, una distrofia muscular degenerativa que por lo general empieza a los seis años, deja a los niños sentados en silla de ruedas a los doce y los suele acabar matando antes de los treinta.
 La asociación acaba de lanzar una campaña de visibilización y recaudación titulada El sueño de Rafa porque se apoyan en la figura de uno de los enfermos, un coloso de 22 años que se llama as
í. Rafa es de Sevilla y está estudiando periodismo en la universidad, porque ansía ser periodista deportivo y cubrir la información de los deportes adaptados
. La distrofia muscular le ha ido robando el cuerpo, hasta el punto de que ahora ya no puede mover las manos ni sostener por sí solo la cabeza. Pero su mente sigue siendo brillante e indomable y se expresa muy bien: lo escuché en una entrevista en la COPE y sin duda podría ser periodista radiofónico

 Mención especial merece su madre,
 Consuelo, la del perfecto nombre, que, sin haber cursado estudios y ni siquiera tener el graduado escolar, acompaña a su hijo a la universidad todos los días, le toma dificultosamente los apuntes con su mala escritura, pide citas con los tutores, le ayuda a rellenar los exámenes.
 Me conmueve pensar en esa consoladora heroína. Todos ellos juntos, Consuelo, Rafa y el resto de los padres y madres de la asociación, nos piden que mandemos un SMS con la palabra sueño al 28014, para reunir fondos e investigar a esa enemiga cruel que es la Duchenne.
No es el único guerrero que conozco; el caso de Rafa me ha recordado a mi amigo José Antonio Fortuny, un menorquín de 43 años que padece atrofia muscular espinal, una enfermedad degenerativa aún más rara que la Duchenne pero igual de atroz
. José Antonio debería estar muerto desde hace varios años, pero ahí sigue, pleno y vivo dentro de ese cuerpo sitiado
. Es escritor y ha publicado ya dos libros, una estupenda autobiografía titulada Diálogos con Áxel y luego una brillante novela de humor negrísimo, Alehop, que acaba de ser traducida al polaco.
 Ahora está preparando su próxima obra. Es, simplemente, un ser que no se rinde, lo mismo que Rafa. O que Stephen Hawking. Individuos valientes y tenaces que hacen de su vida una obra maestra. Pienso ahora en ellos, y en ese casi 7% de la Humanidad que está sometido a estas pruebas terribles. Y estoy segura de que la inmensa mayoría de los enfermos luchan como jabatos, con un coraje, una entrega y una entereza admirables.
Pero no sólo ellos: también sus familiares.
Vaya, suelo pensar que vivimos en la sociedad acomodaticia y banal del Gran Hermano y ahora me doy cuenta de que estamos rodeados de héroes.