Un Blues

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Del material conque están hechos los sueños

25 feb 2016

Cuidado, Leo, ganar un Oscar puede ser el fin de tu carrera...............................................Carlos Megía

Pese a que el actor lleva persiguiéndolo con ahínco durante años, el premio también puede suponer el comienzo del declive de una filmografía exitosa.

 Repasamos los casos más llamativos.

Cuidado, Leo, ganar un Oscar puede ser el fin de tu carrera
Leonardo DiCaprio tiene todas las papeletas para llevarse el Oscar este domingo.
Foto: Getty

Este 28 de febrero se celebra una nueva edición de los Oscar, el mayor (o más publicitado) reconocimiento al que cualquier miembro del mundo del cine puede optar.

 Con una docena de nominaciones, El Renacido de Alejandro G. Iñárritu se posiciona como la favorita para triunfar en la gala y con su estrella, Leonardo DiCaprio, listo para celebrar su anticipadísimo triunfo.

 La que quizá sea la mayor estrella del cine actual está ante una oportunidad de oro para ver reconocido por fin su trabajo, tras haberse ido de vacío hasta en cinco ocasiones. 

Pese a la impaciencia global ante la llegada de su consagración como mejor actor del año, con eventos en Facebook invitando a celebrar su triunfo en lugares tan emblemáticos como la Plaza de Colón de Madrid, otras voces disienten de la idoneidad de premiar al actor.

 No por su aptitud o merecimiento, sino porque alcanzar su ansiado objetivo puede significar el fin de una lucha sin cuartel que nos ha regalado trabajos de encomiable riesgo y brillantez. No sería el primer talento (ni seguramente el último) en ver empobrecida su filmografía tras ser el objetivo de los focos del Dolby Theatre. 

 El reconocimiento de la Academia es una manzana envenenada que no todos son capaces de digerir y la lista de contagiados ya cuenta con decenas de nombres.

 ¿La morderá también DiCaprio el domingo? 

“Si alguien después de ganar un Oscar te dice que puede escoger películas que serán éxitos, está mintiendo”, aseguraba Halle Berry, primera afroamericana en ganar el galardón a mejor actriz por Monster´s Ball.

 La que fuera una de las sex symbols más reclamadas a comienzos del siglo (su salida del mar en Muere otro día perdura aún en nuestra retina) vio como el empuje del premio quedaba solapado tras el gran fracaso de Catwoman.

 Situación que se viene multiplicando en las categorías femeninas, debido a la consabida ausencia de personajes para actrices entradas en la madurez. Kim Basinger (L.A. Confidential), Catherine Zeta-Jones (Chicago) o Gwyneth Paltrow (Shakespeare in love) son otros ejemplos de intérpretes que llevan más de una década sin conseguir un papel con aspiraciones a premios.

 Unas optaron por el casi retiro, como Cher, con apenas cinco películas en 30 años desde Hechizo de luna.

 Otras son objetivo de aquellos empeñados en solo valorarlas por lo respectivo a su físico, como el polémico caso de Renée Zellweger (que intentará resucitar su carrera con una nueva entrega de Bridget Jones) o Hillary Swank, que desde su colosal Maggie Fitzgerald en Million Dollar Baby, solo ha conseguido volver a la palestra gracias al hilarante debate sobre su atractivo en la serie The Office.

Cuidado, Leo, ganar un Oscar puede ser el fin de tu carrera

Pese a que el actor lleva persiguiéndolo con ahínco durante años, el premio también puede suponer el comienzo del declive de una filmografía exitosa. Repasamos los casos más llamativos.

Cuidado, Leo, ganar un Oscar puede ser el fin de tu carrera
Leonardo DiCaprio tiene todas las papeletas para llevarse el Oscar este domingo.

Este 28 de febrero se celebra una nueva edición de los Oscar, el mayor (o más publicitado) reconocimiento al que cualquier miembro del mundo del cine puede optar. Con una docena de nominaciones, El Renacido de Alejandro G. Iñárritu se posiciona como la favorita para triunfar en la gala y con su estrella, Leonardo DiCaprio, listo para celebrar su anticipadísimo triunfo.
 La que quizá sea la mayor estrella del cine actual está ante una oportunidad de oro para ver reconocido por fin su trabajo, tras haberse ido de vacío hasta en cinco ocasiones.
 Pese a la impaciencia global ante la llegada de su consagración como mejor actor del año, con eventos en Facebook invitando a celebrar su triunfo en lugares tan emblemáticos como la Plaza de Colón de Madrid, otras voces disienten de la idoneidad de premiar al actor.
 No por su aptitud o merecimiento, sino porque alcanzar su ansiado objetivo puede significar el fin de una lucha sin cuartel que nos ha regalado trabajos de encomiable riesgo y brillantez.
No sería el primer talento (ni seguramente el último) en ver empobrecida su filmografía tras ser el objetivo de los focos del Dolby Theatre.
  El reconocimiento de la Academia es una manzana envenenada que no todos son capaces de digerir y la lista de contagiados ya cuenta con decenas de nombres.
¿La morderá también DiCaprio el domingo?
“Si alguien después de ganar un Oscar te dice que puede escoger películas que serán éxitos, está mintiendo”, aseguraba Halle Berry, primera afroamericana en ganar el galardón a mejor actriz por Monster´s Ball.
 La que fuera una de las sex symbols más reclamadas a comienzos del siglo (su salida del mar en Muere otro día perdura aún en nuestra retina) vio como el empuje del premio quedaba solapado tras el gran fracaso de Catwoman.
 Situación que se viene multiplicando en las categorías femeninas, debido a la consabida ausencia de personajes para actrices entradas en la madurez. Kim Basinger (L.A. Confidential), Catherine Zeta-Jones (Chicago) o Gwyneth Paltrow (Shakespeare in love) son otros ejemplos de intérpretes que llevan más de una década sin conseguir un papel con aspiraciones a premios. Unas optaron por el casi retiro, como Cher, con apenas cinco películas en 30 años desde Hechizo de luna. Otras son objetivo de aquellos empeñados en solo valorarlas por lo respectivo a su físico, como el polémico caso de Renée Zellweger (que intentará resucitar su carrera con una nueva entrega de Bridget Jones) o Hillary Swank, que desde su colosal Maggie Fitzgerald en Million Dollar Baby, solo ha conseguido volver a la palestra gracias al hilarante debate sobre su atractivo en la serie The Office.
Las series de televisión se han convertido en el último reducto de muchos de estos oscarizados, como la misma Halle Berry o Cuba Gooding Jr.
 Tras robarle cada plano (y la estatuilla) a Tom Cruise en Jerry Maguire, el actor ha experimentado su tránsito por el desierto hasta que su reciente papel de O.J. Simpson en la serie American Crime Story le ha devuelto a las portadas.
Algo parecido pasó con Anna Paquin, rescatada para la causa por los vampiros de True Blood, pese a que con 11 años fue una de las actrices más jóvenes de la historia en ganar un Oscar gracias a El Piano.
 Precisamente Jane Campion, realizadora de la película y mejor guionista en 1993, ha visto también como su filmografía posterior no refutaba las expectativas levantadas tras el premio.
 Parapetada en la televisión, lo último que hemos visto de ella es la muy interesante Top of the lake, con Elisabeth Moss (Mad Men).
Halle Berry y Adrien Brody, dos oscarizados que no pudieron mantenerse en la cima.
Halle Berry y Adrien Brody, dos oscarizados que no pudieron mantenerse en la cima.

Sin duda, los pasos de Roberto Benigni sobre las butacas de la platea es uno de los momentos más recordados de la historia de los premios.

 Su interpretación del entrañable Guido en La vida es bella le valió la estatuilla a mejor actor en 1999. 

Dedicado de lleno al teatro, estuvimos años sin saber nada de él hasta que Woody Allen intentó sacarlo del retiro en A Roma con amor.

 También fue el director neoyorquino quien daría su mejor papel en años a otro olvidado, Adrien Brody, un perfecto Salvador Dalí en Midnight in Paris.

 El que fuera el actor protagonista más joven en llevarse el galardón gracias a El Pianista (29 años) ha entrado en un bucle profesional tan prolífico como cuestionable.

 Rueda una media de tres películas al año, la mayoría producciones marginales de videoclub y solo los papeles que le regala su amigo Wes Anderson son dignos de atención. 

No es de extrañar entonces que algunos ya le denominen como “el nuevo Nicolas Cage”. El oscarizado intérprete de Leaving Las Vegas se ha convertido en el perfecto ejemplo de estrella con carrera menguante. 

 Una inestabilidad con la que el propio actor parece sentirse muy cómodo, ya que según confesó a la web Moviefone “si intentas hacer películas para ganar Oscars, estás en el camino equivocado. 

Yo estoy tratando de crear un tipo de entendimiento cultural a través de mi musa, que es parte del zeitgeist que no es motivado ni por vanidad ni portadas de revistas o premios. 

Es más contra-crítico, no tanto contra-cultural”. 

¿No entienden nada? Tranquilos, nosotros tampoco.

Los mejores efectos especiales en la historia de los Premios Oscar........................... El País

Una web recopila las mejores escenas desde 1927

 

Fotograma de la película E.T: el extraterrestre (1982) de Steven Spielberg. Vídeo: Burger Fiction
Menos de 10 minutos son suficientes para repasar los mejores efectos especiales en la historia de los Premios Oscar
Desde 1927 la Academia entrega el premio en esta categoría o similares: en esta primera ocasión se trató de un galardón a los efectos de ingeniería. 
En 1938 cambió el nombre de la categoría por efectos fotográficos y visuales. 
Pero el galardón a los mejores efectos especiales fue entregado con ese nombre primera vez en 1963. El sitio web Burger Fiction ha recopilado todos los ganadores de esta categoría en la historia de la Academia, un repaso por la historia del cine de acción, aventuras y ciencia ficción.

Los Reyes abren Arco y el espacio de EL PAÍS con Cristina Iglesias............................. Ferran Bono

Don Felipe y doña Letizia se interesan por la impactante escultura de dos toneladas suspendida en el aire del estand del periódico.

 


Entre las múltiples celosías que forma el hierro trenzado de la impactante escultura de Cristina Iglesias, se colaban los móviles de la gente para fotografiar de cerca a los reyes Felipe y Letizia en su visita al estand de EL PAÍS
. Dentro del laberinto de dos toneladas de peso, la artista explicaba a los monarcas el complejo proceso de elaboración de la pieza, ajenos al estrépito de la nutrida comitiva real con la que se daba por inaugurada oficialmente, esta mañana del jueves, la 35 edición de la Feria de Arte Contemporáneo de Madrid (Arco).

Los reyes se detuvieron un rato largo en el interior de la pieza Pabellón suspendido III, Los sueños, hablando con Iglesias, con el presidente de EL PAÍS, Juan Luis Cebrián, el consejero delegado de PRISA, José Luis Sainz, el consejero delegado de PRISA Noticias, Manuel Mirat, y el director de EL PAÍS, Antonio Caño, entre otros
. La numerosa presencia de la cúpula del grupo editor de este periódico en Arco obedece a los actos de celebración del 40 aniversario de EL PAÍS, cuyo primer ejemplar salió a la calle el 4 de mayo de 1976 y que se quiere conmemorar especialmente; entre los actos, el de ayer tiene gran relevancia para EL PAÍS.
"Les ha gustado mucho y han mostrado interés sobre todo por cómo se hace una obra de esta magnitud", comentaba Antonio Caño, al término de la visita de los reyes a la instalación de una de las creadoras españolas con mayor proyección internacional.
 La enorme nave de hierro de Iglesias crea un espacio propio, una especie de refugio que aísla al visitante del resto de los estands del pabellón de la Ifema, la feria de muestras de Madrid donde se celebra Arco, con la asistencia de 221 galerías procedentes de 27 países.
"Me interesa ese doble carácter de construcción y ocultación, del deseo de refugiarse, y también de mostrar.
 Al igual que las sombras que se proyectan en la pared y en el suelo, fuera de la nave que podría ser espacial", señalaba la artista.
Una nave salida de la lectura de la novela Solaris, de Stanisław Lem, reconocía Iglesias, que tampoco rechaza una posible influencia visual de la película homónima que dirigió Andrei Tarkovsky:
 "El cine siempre está ahí. Muchas veces, sin darte cuenta, te influye mucho".

"¿Artista vasca? Claro que es vasca, y de San Sebastián, como yo, pero Cristina Iglesias, sobre todo, es una artista internacional", indicaba Ángel Gabilondo, exministro de Educación y líder de la oposición socialista en el parlamento madrileño
. "Me ha sorprendido y me ha gustado", apuntaba la alcaldesa de Madrid, Manuela Carmena. "Entras y luego tienes que salir tras recorrer un camino de luces y sombras", agregaba
. "Es arquitectura, es literatura, es escultura y el espectador debe transformar las sugerencias de Cristina", afirmaba el director del Museo Nacional Reina Sofía, Manuel Borja-Villel.
Las visitas se sucedían en el día de la inauguración oficial, tras la estela real.
Separado de la comitiva principal, que integraba también el ministro de Cultura, Íñigo Méndez de Vigo, el secretario de Estado de Cultura, José María Lassalle, destacaba el "carácter paradójico de la construcción" de Iglesias e instistía en la "aporía" (paradoja o dificultad lógica insuperable) del laberinto que plantea la artista.
Cae la tarde y con la marcha de la comitiva real, la feria recupera su pulso habitual con un continuo pero muy fluido caudal de visitantes
. Son coleccionistas o profesionales del arte. Hasta el viernes no se abren las puertas al público en general de un feria que acabará el domingo.

La respuesta de Errejón a la recomendación literaria de Barberá

ERREJON