Un Blues

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Del material conque están hechos los sueños

17 ene 2016

Un mensaje a favor del diputado de Podemos Alberto Rodríguez se hace viral tras la polémica de las rastas




Esta semana, en la constitución del nuevo Congreso, una polémica de poco fondo y mucho ruido acaparó la atención: la manera de vestir de los diputados de Podemos y sus peinados, incluyendo melenas y rastas en los hombres.
Uno de los protagonistas del momento fue el diputado canario Alberto Rodríguez, de la formación que comanda Pablo Iglesias.
 El momento en el que cruzaba por delante del conservador Mariano Rajoy, presidente del Gobierno aún, y la mirada que le arrancó su atuendo al popular compusieron en una de las foros del día.
 Desde la derecha y los medios más reaccionarios se habló de la suciedad de las rastas, del olor de sus nuevas señorías y su higiene...
Y en estas que ha venido Ernesto Llebry, un ciudadano canario, y ha colgado en Facebook un mensaje con el que tumba tanta cortina de humo y va a lo importante.




buenas noches amigos, llevo varios días viendo criticas a un diputado electo por el pueblo, por su forma de vestir o llevar los pelos, pues bien cosa que no saben muchos es que,,,, el día de la recogida en el Pancho Camurria, de juguetes y alimentos para dos asociaciones de Tenerife que ayudan a muchas familias, la organización del evento invito a muchos si no todos los políticos de chaqueta y corbata y peinados de peluquería a que vinieran al evento, y saben una cosa este chaval Alberto Rodríguez con sus rastas y su chándal de andar por casa, apareció a traer juguetes, alimentos y ropa, cuando ninguno de los demás invitados apareció, repito el único y sin intereses políticos por que ya era congresista, seamos un poco mas humildes que el habito no hace al monje, y es fácil criticar sin saber muchas cosas, y como muchos saben no tiro ni por ningún partido, para mi el único político que admiro es el que directamente esta pendiente de las necesidades de su pueblo, y es mi opinión particular le guste a quien le guste y le moleste a quien le moleste.
LLEBRY RODRIGUEZ

Trabajando por España.......................................................... Boris Izaguirre

En España nos mantiene en vilo si Rajoy será presidente y en Latinoamérica se quiere saber qué pasó con El Chapo, Kate del Castillo y Sean Penn.

El rey Felipe VI recibiendo al nuevo presidente del Congreso, Patxi López.
El rey Felipe VI recibiendo al nuevo presidente del Congreso, Patxi López. / EMILIO NARANJO

¡Qué semana más intensa acabamos de pasar! Incluyendo la actitud de Felipe VI: quedarse en casa para no tener que responder preguntas sobre su hermana que pudieran interferir con el proceso judicial.
 La Casa del Rey lo sumarizó con una frase transparente y extraordinaria: “El Rey esta trabajando por España desde su casa”.
 Hombre, ¿no es acaso el sueño de cualquiera de nosotros trabajar por España desde la comodidad del hogar?
Claro, eso solo lo puedes hacer cuando eres el rey de la casa.
 Pero a la gente en general, no nos sale tan bien eso de quedarte en casa y trabajar
. Miren, por ejemplo, al matrimonio Urdangarin-Borbón, que muchas veces pagaron cosas de casa con la tarjeta de crédito del trabajo.
 O cuyos empleados, como la sin par Julita Cucarella, no supieron distinguir si un ramo de flores era para adornar una cena en el palacete de Pedralbes o para una reunión del Instituto Nóos
. Y es que cada vez hay menos fronteras entre lo doméstico y lo laboral.
 De ahí el boom de las viviendas tipo loft.
Siempre se ha insistido en que la infanta Cristina trabajaba y eso era algo excepcional y novedoso, pero en realidad lo que hemos visto es cómo se dirigía a trabajar y cómo salía del edificio de oficinas. No la hemos visto retratada delante de una mesa repleta de papeles y con dos ordenadores encendidos, en plan Claire Underwood, donde uno imagina que la ex duquesa de Palma pudiera estar revisando algo que lamentablemente no iría a recordar.
 Cuando se sentó a declarar por primera vez ante el juez Castro respondió 180 veces que “no sabía”, y otras 55 que “no recordaba”
. Eso también puede ser trabajar por España.
 Y por tu pellejo pero con la elegante puntualidad suiza.
Puntualmente, el miércoles se constituyeron las Cortes y dos días antes apareció por sorpresa un presidente para Cataluña.
 Mi marido estuvo todo el día escuchando la radio porque a su manera esta igual que el Rey, trabajando por España.
 Escuchando, nos fijamos en que han cambiado los juramentos, y ahora cada uno o cada una jura lo que le parece
. ¡Es genial! La verdad es que antes el juramento obligatorio era un menú fijo con demasiadas cosas. Al Estado, al Rey, a un crucifijo y a la Constitución
. O a tu estatuto autonómico. ¡Es imposible serle fiel a tantas cosas a la vez!
 Es mucho más genuino lo de ahora, que juran a la carta o por la Constitución como plato único
. Y eso sí, en el comedor del Congreso y no en casa.
'El Chapo' Guzmán durante su detención el pasado viernes.
'El Chapo' Guzmán durante su detención el pasado viernes. / Eduardo Verdugo (AP)
Enero es ese mes en que te aprietas el cinturón y todo se pone cuesta arriba y complicado
. Mientras en España nos mantiene en vilo si Rajoy será o no presidente, en Latinoamérica todo el mundo quiere saber qué es lo que paso entre Kate del Castillo, El Chapo Guzmán y Sean Penn.
 Los actores fueron a visitar al prófugo más sanguinario y célebre del momento a su casa-refugio en Sinaloa, donde estaba concentrado trabajando en sus cosas, entre las que está un reciente lifting y descalificar de nuevo al sistema judicial de México
. La visita fue cuidadosamente vigilada por las fuerzas del orden y resultó ser crucial en la captura del escurridizo narcotraficante.
 En un programa donde colaboro aseguran que Kate del Castillo, una célebre y hermosa actriz mexicana, protagonista de La Reina del Sur, una narcotraficante peligrosísima y al mismo tiempo muy apasionada, sedujo al auténtico Lord de la Droga pero para burlarse de él y utilizarlo para rodar una película en Hollywood que podría llevar a Kate a los brazos del Oscar.
Puede ser exagerado pero lo cierto es que Kate y Sean se metieron 14 horas de viaje a través de las montañas de Sinaloa para entrevistarse con el capo.
 Es curioso que ellos sí pudieran hacer lo que las fuerzas de seguridad mexicanas y estadounidenses no consiguieron durante meses.
Eso no justifica irrumpir en la casa de alguien cuando está trabajando.
 Con el debate encendido de si Kate y Sean han hecho algo ilegal o poco ético, sorprende cómo cambia la opinión acerca de la actriz.
 Unos realzan su coraje, otros más bien lo aplastan.
Lo que no deja de asombrar es que un supervillano como El Chapo haya sido atrapado con un vestuario tan pobre, una camiseta manchada de tierra, más parecido a un albañil que a los galanes con ojos azules y gestos rudos de las narconovelas que inspira
. Seguramente El Chapo no tiene los asesores de los ex duques de Palma, que escogieron bien vestuario y maquillaje para dar pena al inicio de su juicio
. Así es enero, un mes para tener cintura y aguantar a toda esta gente.

 

Que no sigan hablándonos.....................................................Javier Marias

Si uno no ocupa páginas de prensa ni se habla de él en las redes sociales, es casi como si no hubiera hecho nada.

 

La cosa no es nueva en absoluto, pero nunca había adquirido las proporciones actuales en España, quizá el país que tiene más a gala la indiferencia por sus mejores hombres y mujeres, cuando no el desdén y la ingratitud hacia ellos.
 Pero el fenómeno va a más, y alcanza también a los regulares y malos: en realidad alcanza a cuantos no están vivos, y éstos son legión y siempre más numerosos que los que aún pisan la tierra.
 Los que nos dedicamos a actividades públicas deberíamos notarlo, y, lejos de sentirnos halagados por vernos solicitados o porque se nos otorguen ocasionales premios, nos tocaría preocuparnos por el hecho de que nuestra presencia –física las más de las veces, en todo caso incesante– se haya convertido en requisito indispensable para la visibilidad de nuestras obras
. Como si éstas no se bastaran, ni tuvieran carta de existencia, a menos que las arrope con su rostro, sus declaraciones triviales, sus sesiones de firmas y sus apariciones en insoportables “festivales” literarios el desgraciado autor convertido en vendedor puerta a puerta, o por lo menos en viajante de comercio.
Si uno no da entrevistas acerca de lo que ha escrito (o de lo que ha rodado: los cineastas emplean un año entero en promocionar su nueva película hasta en el último rincón en que se estrene), si no se desplaza a cada país al que se le traduce, no ocupa páginas de prensa ni se habla de él en las redes sociales, es casi como si no hubiera hecho nada.
 Hay excepciones meritorias, como Elena Ferrante, pseudónimo de alguien italiano cuyos rostro e identidad se desconocen, pero que no por ello renuncia a expresarse por email en público.
 Aún tiene la suerte de estar viva o vivo.
Todo plan de estudios procura borrar el pasado de nuestros escritores.
 ¿Cree hoy algún español que debería leer a Baroja?
Los muertos no pueden resumir y banalizar sus escritos, no están en disposición de defenderlos ni de “venderlos”, y a fe mía que lo pagan caro en esta España a la que sólo interesa el presente.
 Dejemos la calidad de lado; centrémonos en la fama tan sólo.
 Pocos autores han vivido más dedicados a su autobombo y a la preparación de su posteridad que Cela; este año se volverá a hablar de él por cumplirse el centenario de su nacimiento, pero desde que murió, ¿cuán vigente está en la sociedad española, y cuánto es leído? Uno tiene la impresión de que poco, al no poder seguir dando espectáculo
. Lo mismo sucede con Umbral, que cultivó su figura con enorme denuedo, o con Vázquez Montalbán, mucho más tímido y menos presumido, pero cuya presencia en los medios era continua, o con Terenci Moix, que además poseía el talento de un showman y caía en gracia.
 No soy quién para decir si las novelas de estos autores (popularísimos hace escasos años) merecen perdurar, pero lo que asombra es que los españoles parecen haber decidido:
 “El que no está vivo no nos concierne”.
 Estremece esta despiadada capacidad para sentirse ajenos a cuanto es pasado.
 Para mí es propia de desalmados, de gente que va tachando con despreocupación (con breves lágrimas de cocodrilo al principio, después probablemente con alivio, si es que no con alegría) a quienes dejan de “ocupar un sitio”, a quienes ya no pueden conseguir ni otorgar nada, a quienes ya carecen de poder e influencia.
 No en balde uno de nuestros dichos más característicos es “El muerto al hoyo …”
Lo grave y lo embrutecedor no es, sin embargo, lo que sucede con los muertos recientes, de los que se decía que atravesaban un purgatorio de olvido de unos diez años, y que hoy, me temo, se alarga indefinidamente
. Si miramos a los muertos antiguos (y por seguir con los escritores, que son los más frecuentables), no creo que más de tres permanezcan “presentes” en nuestra imaginación colectiva: Lorca, pero tal vez en gran medida por su trágico asesinato y por la tabarra que sus devotos dan con el paradero de sus huesos
; Cervantes, que quizá lo estaría menos de no haberse cumplido en estos años varios centenarios a él relativos y no haberse inventado una búsqueda de sus restos desmenuzados en la Iglesia de las Trinitarias; y Machado, que asoma a veces, me temo que en parte por su triste fin y el lugar extranjero en que reposa.
 Estudiosos aparte, ¿cree hoy algún español que debería leer a Lope de Vega, al magnífico Bernal Díaz del Castillo, a Quevedo más allá de un par de célebres sonetos, a Manrique, a Ausiàs March, a Garcilaso, a Aldana? ¿O a Baroja y Valle-Inclán y Clarín, a Aleixandre y Cernuda, a Blanco White y Jovellanos, ni siquiera a Galdós y Zorrilla, tan populares?
Para qué, si hace mucho que no andan por aquí haciendo ni diciendo gracias.
 A mí me cuesta imaginar un Reino Unido que no mantuviera vivísimos a Shakespeare y Dickens, Austen y Stevenson y Lewis Carroll, Conan Doyle y Conrad
. Una Francia que no conviviera permanentemente –y dialogara– con Montaigne y Flaubert y Baudelaire y Proust, con Balzac y Chateaubriand
. Una Alemania en la que Hölderlin y Goethe, Rilke y Thomas Mann, fueran meros nombres
. Una Austria que hubiera olvidado a Bernhard, y eso que éste se despidió de ella echando pestes. Unos Estados Unidos que no juzgaran contemporáneos a Melville y Dickinson y Twain, a James y Whitman y Faulkner
. Aquí, en cambio, no hay plan de estudios que no procure borrar, suprimir, aniquilar el pasado, cercenarnos
. En las elecciones recién celebradas, ¿algún político ha lamentado esta amputación, este empobrecimiento, esta ignorancia deliberada, este desprecio, la espalda vuelta hacia lo que, pese a morir, nunca muere y sigue hablándonos?
elpaissemanal@elpais.es

Gracias..............................................................Rosa Montero

'Sufragistas' no sólo es una de las mejores películas que he visto en muchos años: además es sorprendente.

 

Cuando se encendieron las luces en el abarrotado cine en el que vi Sufragistas hace un par de días, durante unos segundos nadie se meneó de sus asientos
. Estábamos sumidos en esa especie de trance que atrapa a las audiencias que se han sentido sobrecogidas.
 No sólo es una de las mejores películas que he visto en muchos años: además es sorprendente, porque parece increíble que nadie haya hablado antes de todo eso.
 Ya ven, hemos tenido que adentrarnos en el siglo XXI y esperar hasta la llegada de una directora mujer, la formidable Sarah Gavron, una británica de 45 años, y de sus dos productoras, también mujeres
. Ha habido algunos (muy pocos) largometrajes en donde han aparecido sufragistas, como en Las bostonianas (1984), pero, si no recuerdo mal, creo que el tema no ha sido tocado nunca antes de manera central.
Y resulta que es un tema tremendo, esencial en el devenir del mundo, en nuestra realidad, en lo que todos somos.
 Incluso yo, que me considero feminista y que conocía bien la historia de las Pankhurst, de las primeras sufragistas, de las alimentaciones forzadas con sonda gástrica a las presas en huelga de hambre y de la inmolación de Emily Davison, he quedado anonadada por la dimensión épica de la lucha de las mujeres que evidencia esta película.
 Estamos tan acostumbrados al machismo, una ideología en la que se nos educa a hombres y mujeres, que normalmente no somos capaces de apreciar en toda su enormidad el colosal abuso, la indecente e inhumana injusticia del sexismo
. Hasta hace un siglo, la mitad de la humanidad vivía sometida a la esclavitud más total y aberrante; las mujeres carecían por completo de derechos, no eran dueñas de sí mismas, de sus posesiones, de sus destinos
. De los esclavos negros se han hecho, afortunadamente, bastantes películas, series televisivas y novelas.
 De la inmensa esclavitud femenina apenas se ha hecho nada.
 Con el agravante de que sigue existiendo en gran parte del mundo.
La película ‘Sufragistas’ muestra la heroicidad callada de muchas luchadoras que lo dieron todo por la libertad de la mujer
En los antípodas del panfleto y de la estridencia, esta contenida pero emocionantísima película nos muestra los abismos de donde venimos las mujeres.
 Es cierto que, contemplada nuestra historia reciente con ojos de águila y desde lo más alto, la evolución ha sido tremenda.
En apenas cien años, cinco o seis generaciones de mujeres y de hombres hemos cambiado el mundo.
 Pero no es suficiente.
 Sí, lo sé, ahora impera la acomodaticia y banal idea de que ya no existe ninguna discriminación, que las mujeres y los hombres están por completo equiparados y que hablar de estos temas es absurdo y antiguo.
 Nada más falso; las estructuras del sexismo perviven incluso en Occidente y, por cierto, el hombre también paga por ello un precio, aunque a menudo no sea capaz de comprenderlo
. Pero es que además la mitad del mundo sigue siendo un infierno para la mujer.
 No es sólo que no puedan votar en Arabia Saudí, por ejemplo, como apuntan irónicamente en un cartel al final de Sufragistas; es que las mujeres y las niñas siguen siendo secuestradas, violadas, prostituidas, mutiladas sexualmente, encerradas en casa, lapidadas, vendidas como mercancía, forzadas al matrimonio, apaleadas hasta la muerte, quemadas con ácido; es que hay 60 millones de niñas sin escolarizar en el mundo y los fanáticos islámicos queman las escuelas femeninas y matan a las crías que quieren estudiar
. Es que cientos de millones de mujeres viven una vida de constante abuso y tormento, y las Naciones Unidas no parecen tomarse esta atrocidad muy en serio.
 Que el indecible dolor de la mujer nunca sea una prioridad política internacional es una muestra del nivel de sexismo de Occidente.
Sufragistas, en fin, me ha hecho no ya saber, porque lo sabía, sino sentir en lo más profundo de mi cerebro y de mi corazón lo terrible de esta lucha.
 Y también me ha permitido recordar la heroicidad callada de tantísimas mujeres que, a lo largo de los dos últimos siglos (y apoyadas por unos cuantos hombres), lo han dado todo, incluyendo la vida, por la libertad.
 Por nuestra libertad, lectora, la tuya y la mía.
 Y por la libertad subsidiaria de los varones, porque los verdugos también están condenados a un destino miserable.
 A todas esas mujeres anónimas que han sido insultadas y despreciadas; a las que arrebataron a sus hijos, a las que pegaron y echaron de casa; a todas las que encerraron en las cárceles o en los manicomios o que incluso fueron ejecutadas, como Olimpia de Gouges en la guillotina; a las indómitas luchadoras de la dignidad que, en suma, habéis conquistado para mí el derecho a votar, a estudiar, a decidir y a vivir, gracias, hermanas, pioneras, guerreras admirables
. Muchas, muchas gracias.
@BrunaHusky
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