Un Blues

Un Blues
Del material conque están hechos los sueños

16 dic 2015

Qué nos hace ser de derechas o de izquierdas.............................................................. Ignacio Morgado Bernal

Aparte de la educación, la actividad cerebral, las hormonas, los neurotransmisores y otras sustancias biológicas e incluso los genes pueden condicionar la orientación ideológica.

Mariano Rajoy, a la derecha, y Pedro Sánchez, a la izquierda, antes del debate televisivo del pasado lunes entre ambos candidatos a la presidencia del Gobierno.
Mariano Rajoy, a la derecha, y Pedro Sánchez, a la izquierda, antes del debate televisivo del pasado lunes entre ambos candidatos a la presidencia del Gobierno. / Daniel Ochoa de Olza (AP)

El lugar de nacimiento, la clase social, la familia y el ambiente en que nos criamos, los maestros y los amigos que tenemos, las experiencias vividas, todo eso, es decir, todo lo que forma parte de la educación recibida, es lo que muchos ciudadanos pueden alegar con razón ante la pregunta de qué es lo que nos hace ser de derechas o de izquierdas.
 Una respuesta ésta que también serviría para responder a cuestiones más generales, como por qué somos buenos o malos, o a cuestiones más prosaicas, como por qué somos del Barça o del Madrid. Ciertamente, el cerebro humano es un órgano anatómica y fisiológicamente plástico y pocas cosas tienen más fuerza que la educación para cambiarlo y modularlo.
Si la educación no cambiase las neuronas, su influencia en nuestras vidas sería nula o residual. Particularmente en la infancia y la adolescencia, las experiencias que tenemos y las ideas que nos llegan pueden calar con tanta fuerza y profundidad en nuestros sistemas de representación cerebral como para persistir en ellos toda la vida pues son permanentemente reforzadas por las conductas e interacciones sociales a las que esas mismas representaciones nos incitan, especialmente cuando se expresan como sentimientos.
 Pero, ¿son todos los cerebros iguales a la hora de ser influidos y modelados por la educación? ¿En qué medida la biología y el cerebro que heredamos determinan la fuerza y posibilidades de la educación que recibimos para hacernos de derechas o de izquierdas?
El cerebro humano es un órgano anatómica y fisiológicamente plástico y pocas cosas tienen más fuerza que la educación para cambiarlo y modularlo
Para tratar de responder a estas preguntas nos vamos a referir a los estudios que abordan la misma problemática refiriéndose a la dicotomía liberales/conservadores, no coincidente con la de izquierda/derecha, pues de esta última no conocemos estudios científicos relacionados con el cerebro1.
 En 2007, un equipo de investigadores de las universidades de Nueva York y California realizó un trabajo experimental, publicado en la prestigiosa revista Nature Neuroscience, que mostró, mediante potenciales eléctricos evocados e imágenes de resonancia magnética funcional, que en situaciones de conflicto las personas políticamente liberales presentan más actividad que las políticamente conservadoras en la circunvolución cingulada anterior, una región del lóbulo temporal del cerebro caracterizada, entre otras funciones, por responder, cual alarma biológica, a situaciones en las que lo que razonamos no coincide con lo que sentimos.
De ese modo, los investigadores concluyeron que frente a las situaciones nuevas que requieren modificar los comportamientos habituales los liberales tienen más sensibilidad neurocognitiva que los conservadores
. Asimismo, de esos datos dedujeron que la menor sensibilidad neurocognitiva de los conservadores en tales situaciones podría explicar su más estructurado y persistente comportamiento.
 La valoración neurofisiológica de este estudio fue tan consistente que sirvió para predecir con bastante acierto si los participantes habían votado a John Kerry o a George Bush en la elección norteamericana de 2014.
 Repare el lector, porque es importante, en que los autores de este trabajo al hablar de sensibilidad neurocognitiva no se refieren a un tipo de sensibilidad moralmente enjuiciable, sino a un modo fisiológico de funcionamiento del cerebro.
Posteriormente, en 2011, un estudio de investigadores del University College de Londres, también con neuroimágenes de resonancia magnética, mostró que los liberales tenían un mayor volumen de sustancia gris, es decir, de neuronas, en dicha región cerebral, la circunvolución cingulada anterior, mientras que los conservadores superaban a los liberales en el volumen de esa misma sustancia en la amígdala, una estructura del cerebro emocional.
 No obstante, falta determinar si esas diferencias cerebrales son o no las causantes de las orientaciones políticas de las personas.
Neuroimagen sagital del cerebro humano mostrando en color amarillo la circunvolución cingulada anterior, un área que ha sido relacionada con la orientación ideológica de las personas.
Neuroimagen sagital del cerebro humano mostrando en color amarillo la circunvolución cingulada anterior, un área que ha sido relacionada con la orientación ideológica de las personas. / Geoff B Hall
Otros trabajos han mostrado que las reacciones fisiológicas que muestran las personas ante imágenes amenazantes o sonidos repentinos de alta intensidad pueden relacionarse también con sus posiciones ideológicas.
 Concretamente, las personas que reaccionan con mayor sensibilidad ante ese tipo de estímulos, medida su sensibilidad por los cambios en la conductancia eléctrica de su piel o por la fuerza de su parpadeo, suelen ser también personas más favorables a legalizar la posesión de armas o la pena de muerte que aquellas otras personas que presentan menos sensibilidad de ese tipo.
La influencia de las hormonas sobre la ideología y las actitudes políticas también ha merecido estudios. En ellos no podía faltar la popularísima oxitocina, hormona segregada en el hipotálamo cerebral y considerada promotora de la empatía y de los lazos afectivos entre las personas. Curiosamente, o consecuentemente, según se mire, un estudio mostró que las inhalaciones nasales de esa hormona hicieron que un grupo de ciudadanos holandeses respondieran más favorablemente a sus compatriotas holandeses que a ciudadanos extranjeros.
 Otro trabajo ha mostrado también que la inhalación de oxitocina es capaz de promover la tendencia a defender a los tuyos, el llamado altruismo parroquial, manifestado por el aumento de la confianza y la cooperación con los de tu grupo sin que aumente al mismo tiempo la desconfianza o el odio hacia las personas de otros grupos.
En situaciones de conflicto, las personas políticamente liberales presentan más actividad que las políticamente conservadoras en la circunvolución cingulada anterior
Hay también una observación curiosa que indica que las personas con altos niveles de cortisol (la hormona del estrés) son menos proclives a ir a votar que las que tienen niveles más bajos en sangre de esa hormona.
 Según estos datos, el estrés podría ser un factor que disminuye la participación de los ciudadanos en las elecciones.
Ni que decir tiene que determinados acontecimientos sociales, especialmente los de carácter traumático, pueden producir movilizaciones importantes, aunque no siempre permanentes, en la orientación ideológica de las personas.
 Así ocurrió en quienes vivieron de cerca el ataque terrorista del 11 de septiembre de 2001 en Nueva York, o también, como comprobamos en la primera vuelta de sus recientes elecciones, en muchos franceses, tras los recientes asesinatos de París, pues ambos colectivos se han desviado hacia posiciones conservadoras.
Todos los estudios mencionados requieren réplicas y confirmación, pues son todavía escasos y parciales, pero si aceptamos que factores como la actividad cerebral, las hormonas, los neurotransmisores u otras sustancias biológicas pueden condicionar nuestra orientación ideológica, debemos preguntarnos quién determina a su vez las diferencias individuales en esos factores, y eso nos lleva directamente a los genes, es decir, a la herencia biológica recibida de nuestros progenitores, como posible condicionante ideológico.
 El interés por este factor se remonta a 1986, cuando el equipo del genetista australiano Nicholas Martín publicó un trabajo sugiriendo que los genes podrían influenciar las actitudes de las personas en cuestiones como el aborto, la inmigración, la pena de muerte o el pacifismo.
Ese estudio puso de manifiesto que los gemelos idénticos, los que comparten el 100% de sus genes, tenían opiniones políticas similares con más frecuencia que los gemelos fraternales que solo comparten el 50% de ellos.
Como los gemelos suelen crecer en el mismo ambiente familiar, los genes podrían ser entonces quienes marcan la diferencia entre ambos tipos de gemelos.
Entre los posibles factores está la reactividad emocional, es decir, a la fuerza y el enfado de naturaleza congénita con que las personas respondemos a la contrariedad o la frustración ya desde muy niños
Aunque estos resultados han recibido confirmación en diferentes trabajos realizados más recientemente en los Estados Unidos por investigadores del campo como John Hibbing, John Alford o Peter Hatemi, incluso con verificaciones en hermanos gemelos de diferentes países, los resultados han sido muy criticados, especialmente por las dificultades para poder controlar en los estudios los factores que, además de los genes, pueden determinar las posiciones ideológicas de las personas.
 Se ha dicho, por ejemplo, que los padres suelen tratar más del mismo modo a los gemelos idénticos que a los no idénticos, o que los primeros suelen tener más amigos comunes y por eso acaban teniendo la misma ideología.
 Esas posibilidades, entre otras, restan valor a la conclusión que nos lleva a los genes como determinantes ideológicos. No obstante, ni que decir tiene que una interesante oportunidad en este campo es la que nos puede brindar la moderna ciencia epigenética, cuyo cometido al efecto será determinar cómo los factores ambientales incluidos en la educación pueden hacer que se expresen o no los genes capaces de afectar a la orientación ideológica de las personas.
En definitiva, aun aceptando la prioridad de la educación, los datos disponibles nos hacen creer que hay factores biológicos que predisponen en alguna medida las orientaciones ideológicas de las personas.
 De entre esos posibles factores quien escribe se apunta a la reactividad emocional, es decir, a la fuerza y el enfado de naturaleza congénita con que las personas respondemos a la contrariedad o la frustración ya desde muy niños
. Esa reactividad es como un cañón cuyo calibre heredamos, pero es la educación que recibimos quien determina, según la misma metáfora, hacia dónde apunta y cuándo dispara ese cañón que traemos con nosotros al nacer.

Ignacio Morgado Bernal es catedrático de Psicobiología en el Instituto de Neurociencia y la Facultad de Psicología de la Universidad Autónoma de Barcelona. Autor de Emociones e inteligencia social: las claves para una alianza entre los sentimientos y la razón (Barcelona, Ariel, 2007 y 2011).
(1). A quienes deseen conocer con precisión el significado del término liberal les recomiendo encarecidamente la lectura de la obra Tres ensayos liberales, del abogado y periodista vasco José María Ruiz Soroa, colaborador de este diario.

 

15 dic 2015

Las tres veces que Leonardo DiCaprio burló a la muerte

El actor ha revelado en una revista que fue atacado por un tiburón, falló el motor de un avión y el día que no abrió su paracaídas.

Leonardo DiCaprio en el estreno de 'The Revenant'
Leonardo DiCaprio en el estreno de 'The Revenant' el pasado domingo. / Vianney Le Caer/Invision/AP

A Leonardo DiCaprio aún le quedan un par de vidas más.
 El cinco veces nominado al Oscar ha revelado a la revista Wired las tres ocasiones en las que ha estado a punto de morir.
“Mis amigos me han nombrado la persona con la que menos desean hacer aventuras extremas porque siempre parezco estar muy cerca de ser parte de un desastre”, dice a la edición de enero de la publicación.
“Si los gatos tienen siete vidas, yo creo que he usado unas cuantas”.
Según cuenta el actor, la primera vez que puso su vida en peligro fue en 2006 mientras buceaba en Sudáfrica
. Al parecer, un tiburón blanco saltó dentro de la jaula del actor. “La mitad de su cuerpo estaba dentro. El tiburón trató de morderme y estaba a un brazo de distancia de mi cabeza”.
Sin embargo, es su segunda experiencia la que más lo ha aterrorizado
. Ocurrió mientras estaba a bordo de un vuelo rumbo a Rusia.
 “Estaba en clase ejecutiva, y un motor explotó frente a mis ojos.
 Esto sucedió justo después de que Sully Sullenberger —reconocido piloto de avión— lograra aterrizar en el río Hudson.
 Estaba sentado ahí mirando el ala, y el ala entera explotó en una bola de fuego.
 Era el único que lo estaba viendo en ese momento.
 Fue una locura.
 Apagaron todos los motores por varios minutos, no se escuchaba ningún sonido, y nadie en el avión decía absolutamente nada.
 Fue una experiencia muy surrealista. Volvieron a encender los motores y aterrizamos de emergencia en el JFK [Nueva York]”.
Fotograma de Leonardo DiCaprio en la película 'The Revenant'.
Fotograma de Leonardo DiCaprio en la película 'The Revenant'. / AP
Años más tarde, el actor se volvió a enfrentar a la muerte mientras realizaba un lanzamiento en paracaídas. “Tiramos del primer paracaídas. Estaba enredado.
 El caballero con el que estaba lo cortó. Ni siquiera pensé en el paracaídas extra, así que pensé que estábamos cayendo en picado a nuestra muerte”, asegura.
“Tiramos del segundo y ese también estaba enredado”, narra el actor. DiCaprio recuerda que cuando finalmente se abrió, el sujeto con el que realizaba el salto le dijo que se preparara, porque a la velocidad que estaban descendiendo, probablemente se fracturarían las piernas
. Sin embargo, eso no sucedió.
Aunque durante el rodaje de su última The Revenant no sufrió ningún peligro, el intérprete asegura que fue una experiencia muy difícil, debido a las bajas temperaturas en las que tuvo que rodar.
 “Lo más duro para mí fue entrar y salir de ríos congelados.
 Porque tenía una piel de alce y una de oso que pesaban como 50 kilos cuando se mojaban.
Y cada día era un reto no contraer hipotermia”, revela
. Lo suyo parece una vida de película.

 

Maruja Torres: "Lo de 'La Razón' con Carmena es para reírse si no fuera tan patético"




No se habían encontrado nunca, pero pareciera que se conocían de toda la vida.
 La escritora Maruja Torres (Barcelona, 1943) y la alcaldesa de Madrid, Manuela Carmena, se vieron por primera vez en agosto de este año, apenas dos meses después de que la exmagistrada fuera elegida regidora de la capital
. Lo hicieron en el madrileño Hotel de las Letras, donde pronto, sentadas la una junto a la otra comenzaron a compartir confidencias como dos amigas que se ponen al día tras mucho tiempo sin verse.


MARUJA TORRES
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No se habían encontrado nunca, pero pareciera que se conocían de toda la vida.
 La escritora Maruja Torres (Barcelona, 1943) y la alcaldesa de Madrid, Manuela Carmena, se vieron por primera vez en agosto de este año, apenas dos meses después de que la exmagistrada fuera elegida regidora de la capital
. Lo hicieron en el madrileño Hotel de las Letras, donde pronto, sentadas la una junto a la otra comenzaron a compartir confidencias como dos amigas que se ponen al día tras mucho tiempo sin verse.
Su conversación, que transcurrió entre Madrid, el correo electrónico y Barcelona, ha sido plasmada en Manuela Carmena en el diván de Maruja Torres, un libro editado por Planeta en el que ambas mujeres ("dos tietas locas avanzadísimas", como dice la escritora) dialogan sobre su infancia, la política, el periodismo, el amor y el sexo.
¿Qué tiene Manuela Carmena para que dijera que sí a esta propuesta editorial?
Siempre he dicho que no cuando me proponían hacer un libro sobre alguien de la política.
 Pero en este caso, teniendo admiración a Manuela y habiendo vivido, en cierto modo, vidas paralelas (no por la profesión, sino porque somos coetáneas), era un desafío porque yo llevo mucho tiempo oxidada desde el punto de vista de entrevistadora.
 Y funcionó, gracias a la inapreciable ayuda de Pilar, que me transcribía, a la que aprovecho para agradecérselo públicamente.
Son de la misma quinta y no se habían cruzado nunca, ¿cómo se imaginaba a la alcaldesa?
Me la imaginaba como es, una mujer que transmite calidez.
Me encantó su frescura.
 Me dije, mira, una mujer con su edad, cómo conecta con la gente.
Eso fue revolucionario. Cuando apareció por el hotel fue como si nos conociéramos, nos abrazamos y todo. Pero yo mantenía intacta la curiosidad del entrevistador, al no conocer detalles de su vida más allá de la biografía que leí.
 Manuela está íntegra en el libro, con las partes que no haya querido revelar. Se refleja, sobre todo, su forma de ser, con ese acelerón permanente que lleva, pero siempre con la cabeza fría. Es una mujer dinámica y expeditiva, que actúa para cambiar las cosas
. Luego, las cosas salen o no, pero ella hace lo imposible para arreglar las cosas.
¿Y se correspondía con lo que pensaba a priori?
Sí, me he quedado encantada. Porque imagina que hubiera sido todo fachada, ¡qué papelón! ¡Desenmascarar a la alcaldesa de Madrid! Qué alegría me llevé de ver que éramos dos tietas locas, avanzadísimas, sentadas y hablando de nuestras cosas, que coincidían con las cosas de todo el mundo, de la historia más reciente de este país. Fue agradabilísimo. Creo que ella está bien retratada y yo, aunque la editorial me propuso que fuera una conversación entre dos mujeres, cada vez me daba cuenta de que era ella el personaje, porque te de las cosas muy bien habladas.
¿Tuvo la sensación de estar hablando con un político?
No, no, qué va. Por ejemplo, en la foto con Cifuentes están retratadas las dos. Manuela no es un político, es una mujer que está agarrada al brazo de otra mujer y que están hablando de sus cosas. Y Cifuentes está sonriendo porque sabe que la están fotografiando. Por eso la experiencia para mí ha sido muy grata y no veo ahora en el panorama político a nadie con quien me gustara repetir. Eso es cruel por mi parte, pero creo que faltan más 'manuelas' en la política.
¿Y Ada Colau? Carmena habla maravillas de ella siempre.
Ada Colau es espléndida y tiene un gran porvenir como política, es más joven y todo, y veo que se está cuajando como política.
¿La ve comparable a Carmena?
"Hacen falta más 'manuelas' en la política"
No, Manuela es única, la hicieron y rompieron el molde. Ada está muy bien, pero es joven y yo creo que las personas jóvenes no tienen muchas cosas interesantes que contar en la vida y eso está bien, porque están abiertos, son esponjas y todavía tienen que recoger sus frutos. Así que, sobre Ada, dentro de 50 años, pregúntale a alguien, porque yo no pienso estar aquí [risas].
Muchos, también en el libro, han comparado a Carmena con Tierno Galván, aunque usted añade que "Manuela es Manuela y éste es un Madrid que tiene que restañar otro tipo de heridas", ¿qué diferencias ve y a qué tipo de heridas se refiere?
Tierno también era un político, pero como era un intelectual, marcó un hito en la vida política madrileña. Y me refiero a la herida real de la desigualdad. Es decir, el Madrid que sale de la dictadura y empieza la democracia tiene la inmensa suerte de que, como los socialistas se lo quieren quitar de encima, le dan la Alcaldía a Tierno Galván.
 Y él ahí se hizo grande. Conectó, sobre todo, con la juventud y con las ganas que tenía Madrid de quitarse la caspa de la dictadura. Él lo vio muy bien eso. Pero entonces no existía la herida que hay ahora de que las esperanzas se frustraran, y entró la derecha y se quedó 30 años en el Ayuntamiento. Y eso ha cambiado la ciudad, ahora la desigualdad no es sólo entre personas, sino entre barrios. Si a eso le añades el déficit que le dejaron Gallardón y Botella, date cuenta. Porque sólo en auditorías se van a gastar lo que no tienen.
En el libro Carmena habla de algunos jóvenes que la rodean como gente encorsetada en estructuras de partido, con discursos prefabricados, pensamientos preacordados, etc., ¿no le resulta paradójico que sea una persona mayor quien cuestione eso?
Es paradójico si no sabes cómo éramos de libres los jóvenes que ahora tenemos la edad de Manuela y que hemos seguido en esa línea. Es verdad que este país ha retrocedido mucho, es verdad que se ha cogido miedo al futuro, es verdad que las ideas nuevas dejaron de fluir. Las ideas nuevas empezaron a partir del 15-M y antes pensábamos que nuestros jóvenes no estaban politizados. Y cuando empiezan a politizarse, tienen que hacerlo desde un nivel bajo: con la cabeza en las nubes pero con los pies buscando en el suelo las raíces de lo que fue. Y eso hace que en Podemos haya un poco de anquilosamiento de aquella Izquierda Unida que viene del PCE. Y luego están los argumentarios, los jefes de imagen y todo esto.
Pero creo que los nuevos partidos se pueden sacudir eso, no tienen que imitar a los otros, tienen que ser ellos. Y en el camino cometerán errores, pero eso no va a hacer que Manuela deje de apreciarles, lo que pasa que se impacienta y quiere que pasen por encima de eso.
También cuenta cómo, durante la campaña, ella propone no hacer un mítin sino una conversación y que querían ponerle un atril...
¡Sí, sí! Ella acabó imponiendo que hubiera un camión con sillas para todo el mundo. Es maravilloso, porque eso es visualizar el cambio, que todos somos iguales.
¿Cree que si se hubiera encontrado con otro tipo de actitudes, habría querido participar en la campaña para las generales?
Creo que ahora está volcada totalmente en la Alcaldía. Ella me dijo que aceptó porque si no, salía Esperanza Aguirre. Se dedica a hacer lo que puede por una ciudad que ama muchísimo, porque es muy madrileña.
¿Cómo vivió usted la victoria de Carmena?
Pues en el sofá, con la tele puesta, escuchando los discrusos de Colau y de Carmena, hablando con mis amigos de Madrid [ella vive en Barcelona]... Fue de esos días felices que luego piensas que hay que atesorarlos, porque luego todo lo que vendrá será lucha y, posiblemente, mucha hostia en la cara.
Ya las está habiendo...
"Este país ha retrocedido mucho, se ha cogido miedo al futuro"
Las está habiendo y allí está ella resistiendo. El famoso episodio ese al que se agarró tanto cierto tipo de prensa, era un bajonazo de un momento concreto al principio. A ella le saben mal estas cosas por los suyos y porque no puede llevar la vida que le gusta. Pero lleva otra que yo estoy convencida de que la divierte muchísimo.
¿Qué le pareció que la prensa destacara ese episodio?
Fíjate que yo no supe ver que la maldad iba por ahí, pensé que iría por el sexo, pero de eso sólo se dieron cuenta después. Decían que Manuela Carmena es una traidora, que quiere abandonar el Ayuntamiento, pero eso se desmonta con la verdad, no hay nada más revolucionario.
¿Por qué se castiga que un político diga que está cansado?
Porque no se piensa, estamos acostumbrados a mensaje-reacción. Si tú reflexionas, dices, coño, lo encuentro humano. Yo cuando me manda ese e-mail, ese mensaje dictado al dictáfono de su ordenador, yo lo recibo como la confidencia en voz baja de alguien en ese momento y lo contextualizo así. Me parece enternecedor y la humaniza mucho. Sin embargo, si a los políticos les atropella una moto o tienen cáncer, ya es otra cosa. Los bajonazos del espíritu, las reflexiones... ¡coño, nos hemos estacionado en la lucecita de La Moncloa. Todos son clichés y reacciones encorsetadas de poca reflexión.
Si lo contextualizas ves que acababa de volver de Zahara de los Atunes, de una casa donde habían pagado 800 euros por cada persona que estaban allí y acababan de decir que estaba en el lujo y en el glamour, y que había arrancado una flor. ¡La Razón interesándose por las flores de Andalucía y de una de las provincias más empobrecida, que es la de Cádiz! Es para reírse si no fuera tan patético.
¿Cómo ve el periodismo?
Ahora me ha tocado batirme el cobre con la promoción del libro y me he encontrado buenos profesionales, pero os putean mucho. Yo el periodismo lo veo necesario e imprescindible. Surgirán sitios, ahora estamos muy mal, pero surgirán sitios. Y hay que recordar que fue muy engañoso cuando, a finales de los 80 y principios de los 90, nadábamos en la abundancia. Eso es muy engañoso, porque un periodista no debería hacerse rico y una empresa periodística no debería hacerse rica, debería reinvertir en su propio trabajo.
¿Y las elecciones del 20 de diciembre?
Tengo a mi yo pesimista en este momento trabajándome a fondo. Cuando vi a Rajoy con Bertín, que yo estaba pidiendo que los mejillones salieran y se pelearan entre ellos para sacarme del sopor, pensaba que La1, que es pública y le estamos pagando todo eso a Bertín, se ve en toda España y en todos esos pequeños pueblos donde la gente es más inmovilista y donde Mariano tiene el perfil. Y lo están lanzando por ahí. Es como si estuviera en un país donde todo es suave, con buenos sentimientos y el dominó. Y el guardia civil es igual de bueno que el párroco. Y el párroco es igual de bueno que el explotador. Y el explotador es igual de bueno que la modistilla. En fin, me repatea. Entonces, me está entrando un ataque de pesimismo, pero no me impedirá bramar contra ello y hacer lo posible para que salgan otros que tienen derecho a equivocarse pero que, por lo menos, son más frescos.
Le pregunto por los nuevos partidos y empiezo por Ciudadanos, que además nace en Cataluña.
Aquí no nos los creemos. A Albert Rivera los independentistas le odian y yo no me fío. Me lo encuentro a veces por el barrio y, cuando le ves pasar por tu lado, tan alto, tan guapo, tan así, le veo una indiferencia social que veo en muchos. Ahora, ¿que puede ser la derecha moderna que necesitamos? Pero por dios no con mayoría absoluta ni como salvador. Vamos a ver, de todas formas, porque está interesantísimo y sería lamentable que todo se resolviera con más inmovilismo.
¿Y cómo observa a Podemos?
Es un partido que sólo con surgir ya provocó un terremoto. Rubalcaba se fue por ahí, el rey saliente dimitió... Hubo un maquillaje, como dice Carmena, se hicieron la manicura. Por lo menos, eso es algo. Y se están forjando, porque nunca un partido empieza, como ellos, y tiene tantas elecciones por delante. Lo de Podemos ha sido irse enterando e ir trabajando. Estoy dispuesta a perdonarles hasta cierto punto. Ya no es aquello que fue, pero es engañoso también, porque la Revolución Francesa ya no la haremos nunca y mejor, porque cortaron muchos cuellos. Yo preferiría una evolución hacia adelante.
"A Podemos estoy dispuesta a perdonarles hasta cierto punto"
Por eso creo que lo mejor es que el Parlamento esté muy equitativo, que los españoles estemos representados todos, que haya respeto entre todos y pactos. Y que trabajen, que quiten las puertas giratorias y las prebendas de los diputados, porque si no, la gente no se lo va a creer y vamos a seguir instalados en el escepticismo y el dominó.
¿Y Cataluña?
Preferiría no verla [risas]. A mí me aburre mucho la temática. Además, se está cumpliendo todo lo que yo me temía. Yo no soy independentista, pero lo respeto. Y lo que me parece es que se está llevando fatal y que va a acabar de forma muy decepcionante para los que lo sienten. Están consiguiendo que esto sea como el Líbano, que llevan dos años sin presidente. Aquí igual podemos encontrarle el gustillo de que no gobierne nadie, ¡quién sabe, todo es empezar! [ríe].
Hablando del Líbano, donde usted ha vivido, ¿cómo ve la situación en Oriente Próximo y en Siria?
Lo estoy viviendo con el horror a ISIS y el temor a los políticos europeos. Yo no tengo compasión con ISIS, me parece que hay que cortarle la cabeza, pero hay que saber dónde está, qué piensa. Yo confío más en el espionaje, en la inteligencia y en todo el trabajo que hay alrededor. Los bombardeos son mediáticos. Aparte de la crueldad, de los daños colaterales, los prisioneros periodistas que pueden estar allí y que no les importan nada. Creo que haría falta que se juntaran, pero mira cómo son todos. Al final va a haber lo típico, puñetazo encima de la mesa, esto por mis cojones, vamos a bombardear y luego vamos a ver el resultado. ¿Qué van a bombardear, ese barrio de Bélgica?
Entonces, para terminar ¿me confirma que nadie más se va a sentar en su diván?
No, no, nadie más. ¡Yo no tengo la energía de Manuela! [risas]
MARUJA TORRES

Risto Mejide y Jordi Évole 'se pican' en Twitter por culpa del debate: ¿Quién ganó?

La guerra del 'bidebatismo', ese cara a cara con descalificaciones y sin arrepentimiento que ha convertido a su moderador, Manuel Campo Vidal, en objeto de mofas, se siguió por el canal equivocado.
Todos aquellos que se aburrieron no se dieron cuenta de que el debate de verdad estaba en Twitter con dos aspirantes de moderadores de sobra conocidos. Risto Mejide y Jordi Évole se convirtieron en tendencia por su retransmisión en tiempo casi real (y sí, también por sus descripciones de las caras de Campo Vidal). Cada tuit que publicaban tenía más repercusión que el anterior y ambos eran pedidos por el público para ocupar el lugar central de la mesa. Mientras Rajoy daba un vuelco al corazón a todos los que se apellidan Ruiz, mientras Sánchez cabreaba a Carlos Herrera e Iñaki Gabilondo y mientras la España de 1980 se dormía, en la Red te lo contaban así:

EVOLE

Risto Mejide se lleva un repaso por decir esto de Pablo Iglesias

El secretario general de Podemos, Pablo Iglesias, se presentó este domingo como el único candidato a la Moncloa capaz de construir en España un "proyecto conjunto" con todos los "pueblos", que acabe con la "impunidad" y que deje atrás "el pasado" y a los "señores de lo viejo".
 "Este país no puede quedarse atrapado en el pasado", ha proclamado.
"Váyase a casa, señor Mariano Rajoy", exigió ante los más de 10.000 simpatizantes congregados en la Caja Mágica, donde Podemos celebró este domingo su acto central de la campaña de las generales del 20 de diciembre, en el que compartió protagonismo con la alcaldesa de Barcelona, Ada Colau.
Sin embargo, hubo una frase relativa al marketing que pasó inadvertida para todo el mundo menos para una persona. Pablo Iglesias había dado a Risto Mejide donde más le duele, poniendo en duda la veracidad de dicha materia.ç Horas después, el presentador le regalaba estas líneas:
EL DISCURSO MÁGICO DE IGLESIAS
Más de 10.000 personas presenciaron en directo el mejor discurso de Pablo Iglesias, probablemente el que más le acerque a La Moncloa. 
Lágrimas, rabia, emoción. El ambiente y la imagen final del líder de Podemos rompiendo a llorar nos sitúa en uno de esos momentos que, con el tiempo, se convierten en históricos.
“Adelante que podéis, que podemos llenar las urnas de ilusión, de sonrisas. Como decía Gabriel Celaya: España en marcha”.
 Sus palabras finales salieron del corazón de un líder que parecía dormido y ahora encabeza la remontada, según las encuestas.

 Nosotros somos quien somos.
¡Basta de Historia y de cuentos!
¡Allá los muertos! Que entierren como Dios manda a sus muertos.

Ni vivimos del pasado,
ni damos cuerda al recuerdo.
Somos, turbia y fresca, un agua que atropella sus comienzos.

Somos el ser que se crece.
Somos un río derecho.
Somos el golpe temible de un corazón no resuelto.

Somos bárbaros, sencillos.
Somos a muerte lo ibero
que aún nunca logró mostrarse puro, entero y verdadero.

De cuanto fue nos nutrimos,
transformándonos crecemos
y así somos quienes somos golpe a golpe y muerto a muerto.

¡A la calle! que ya es hora
de pasearnos a cuerpo
y mostrar que, pues vivimos, anunciamos algo nuevo.



No reniego de mi origen
pero digo que seremos
mucho más que lo sabido, los factores de un comienzo.

Españoles con futuro
y españoles que, por serlo,
aunque encarnan lo pasado no pueden darlo por bueno.

Recuerdo nuestros errores
con mala saña y buen viento.
Ira y luz, padre de España, vuelvo a arrancarte del sueño.

Vuelvo a decirte quién eres.
Vuelvo a pensarte, suspenso.
Vuelvo a luchar como importa y a empezar por lo que empiezo.

No quiero justificarte
como haría un leguleyo,
Quisiera ser un poeta y escribir tu primer verso.

España mía, combate
que atormentas mis adentros,
para salvarme y salvarte, con amor te deletreo.