Un Blues

Un Blues
Del material conque están hechos los sueños

12 dic 2015

Los cristianos que Nerón nunca mató............................................................. Guillermo Altares

Una nueva investigación confirma que el emperador romano no ordenó persecuciones de cristianos tras el incendio de Roma.

Nerón, en su más perdurable encarnación, la de Peter Ustinov en 'Quo Vadis' (1951), película de Mervyn LeRoy.

Uno de los momentos más universalmente reconocibles de la historia romana, los cristianos devorados por las fieras en el Coliseo, acusados de haber provocado el incendio que devastó Roma en el año 64, ante el deleite de las masas y los aplausos de Nerón, nunca tuvo lugar
. Este anfiteatro fue construido después del reinado del último emperador de la estirpe de Augusto, que gobernó durante 14 años entre 54 y 68 y que se suicidó ante la certidumbre de que iba a ser asesinado a los 31 años.
 Pero, además, cada vez se acumulan más indicios que indican que, en realidad, Nerón nunca persiguió a los cristianos.
Un artículo que acaba de ser publicado en el Journal of Roman Studies de la Universidad de Cambridge ofrece una contundente batería de argumentos que demuestran que aquella primera represión, en la que en teoría fueron ajusticiados los apóstoles Pedro y Pablo y que sienta las bases del martirologio cristiano, es un mito.
 Su autor es un catedrático de estudios clásicos de la Universidad de Princeton, Brent D. Shaw.
 No es el primer erudito que pone en duda uno de las muchas leyendas que rodean a Nerón, pero el asunto no se había analizado hasta ahora con tanta minuciosidad.
“No es tan raro”, explica Shaw por correo electrónico cuando es preguntado sobre cómo es posible que un hecho tan relevante y tan citado resulte ser falso.
“A lo largo de mi carrera como historiador me he encontrado muchas veces con acontecimientos de la historia romana que son aceptados sin ser investigados a fondo
. Dado que este acontecimiento forma parte de la historia canónica cristiana, la Iglesia tampoco tenía mucho interés en analizarlo desde un punto de vista crítico”
. La investigación de Shaw ha tenido cierto impacto e incluso aquellos que no comparten totalmente sus conclusiones defienden la solidez de sus argumentos. G.W. Bowersock, profesor emérito de Historia Antigua en Princeton, escribe en el último número de The New York Review of Books que el artículo de Shaw está “cuidadosamente razonado” y sostiene que “puede alterar de forma dramática la visión de los primeros cristianos”.
Sin embargo, al igual que biógrafos de Nerón como Edward Champlin o Donatien Grau, Bowersock sí cree que se produjeron asesinatos de cristianos tras el incendio.
El artículo de Shaw “puede alterar de forma dramática la visión de los primeros cristianos”, sostiene un experto en la historia de Roma
Los argumentos de Shaw, autor de ensayos como Sacred Violence: African Christians and Sectarian Hatred in the Age of Augustine (2011), se basan sobre todo en un análisis del párrafo del historiador romano Tácito en el que describe las persecuciones, el único documento que habla de ellas aparte de una breve referencia de Suetonio.
 En sus Anales, escritos unos 60 años después del incendio de Roma, Tácito escribe: “Nerón buscó rápidamente un culpable e infligió las más exquisitas torturas sobre un grupo odiado por sus abominaciones, que el populacho llama cristianos.
 Cristo, de quien toman el nombre, sufrió la pena capital durante el principado de Tiberio de la mano de uno de nuestros procuradores, Poncio Pilatos, y esta dañina superstición resurgió no sólo en Judea, fuente primigenia del mal, sino también en Roma, donde todos los vicios y los males del mundo hallan su centro y se hacen populares.
 Por consiguiente, se arrestó primeramente a todos aquellos que se declararon culpables; entonces, con la información que dieron, una inmensa multitud fue presa, no tanto por el crimen de haber incendiado la ciudad como por su odio contra la humanidad.
Todo tipo de mofas se unieron a sus ejecuciones.
 Cubiertos con pellejos de bestias fueron despedazados por perros y perecieron, o fueron crucificados, o condenados a la hoguera y quemados para servir de iluminación nocturna, cuando el día hubiera acabado” (Traducción de Crescente López de Juan). Richard Holland define este texto en Nero. The man behind the myth como “el documento secular de la antigüedad examinado con una mayor profundidad”.
El profesor de Princeton sostiene que se trata de “un completo anacronismo”, que en realidad Tácito hablaba más de su época que de la de Nerón, donde los cristianos todavía eran muy minoritarios en Roma y es muy posible que ni siquiera fuesen conocidos por ese nombre.
 Si las acusaciones hubiesen tenido tal magnitud, es insólito que ningún otro autor hablase de ellas, que no exista ningún documento que las describa
. Para Shaw, sin duda se produjeron persecuciones después del incendio, dado que Nerón necesitaba encontrar cabezas de turco, pero no pudieron ir dirigidas a los cristianos, que entonces no estaban señalados como un culto pernicioso.
“La conexión específica de los cristianos con el gran fuego de Roma se desarrolló más tarde.
 La mayoría de las fuentes que han llegado hasta nosotros indican que en torno al año 100”, escribe.
"Nerón fue muy famoso, amado por el pueblo, pero sin embargo fue odiado por el Senado y otras élites de Roma, que le describieron como un ser maligno”, explica Shaw 
Sus argumentos van más allá de Tácito y estudia lo poco que se conoce de la muerte de Pedro y de Pablo. Sobre el primero, apenas se tiene información, ni siquiera si fue ejecutado y tampoco si ocurrió en Roma o Jerusalén.
Lo más probable es que muriese en torno al año 50.
 En cuanto a Pablo —un apóstol cuya vida analiza Emmanuel Carrère es su último libro, El Reino— fue ejecutado en Roma, en torno al año 60, pero la acusación no tenía nada que ver con el hecho de ser cristiano, sino por agitador.
“Nerón fue muy famoso, amado por el pueblo, pero sin embargo fue odiado por el Senado y otras élites de Roma, que le describieron como un ser maligno”, explica Shaw.
“Al construir su historiografía, autores cristianos como Eusebio encontraron muy fácil retomar esos argumentos. Marco Aurelio persiguió a cristianos, pero fue siempre definido por esas mismas élites como un gran gobernante”.
 La gran historiadora Mary Beard lo dice de otra manera:
“Nunca sabremos si emperadores como Nerón fueron depuestos porque eran malos y fueron definidos como malos precisamente porque fueron depuestos”.

 

11 dic 2015

Richard Gere: “La gente vive de los tópicos.....................................................Gregorio Belinchón

Galán, auténtico pero, sobre todo, un actor comprometido. Sin ganas de jubilarse, Richard Gere habla de su último filme ‘Invisibles’ como una de las mejores de su vida.

Richard gere nunca me ha gustado, ni en oficial y caballero y que fue muy imitado en sus andares, sus gimnasias y sobre todo la conquista de féminas, aunque para mi siempre ha disimulado.

Hizo aquella película con Julia Roberts con un final muy feliz, para las mujeres no, era y es humillante, no sabiamos utilizar los cubiertos, no sbía que vestido comprarme y eso que le dió a esa alegre prostuta un fleje de dinero, y se la llevó en un vuelo a ver una ópera, con lo que me cuesta a mi encontrar entradas y con un més de antelación, ella cantaba en la ducha y a él le gustaban sus berridos, le compró alhajas vestidos guantes y sombreros y al final como el cuento de cenicienta le dió un zapatito de cristal, y colorin colorado Richcar Geer se fue otra vez con otras mujeres como ella, misterio indescifrable, un hombre como él necesita una "putita" para sentirse superior? 

En Gigolo sigue la marcha con lo mismo el se alquila por horas a un elevado precio y sus ojos cada vez se achican más....y casi ya ni se le ven,

El actor Richard Gere.
El actor Richard Gere. / GETTY

 

 

Es bajito y siempre tiene una ? sobre él pero es tan importante que hasta va a la inauguración de Porcelanosa esa pareja de la Presley y de Vargas Llosa, que mejor anuncien una residencia de lujo para todos ellos que tienen más de 70 años....Ay Gere Gere, que timo nos distes con la Winona que detanto fijarse en Julia Roberts le dió por robar ropa de forma compulsiva, no le compraste nada y claro ella se quedó sin ópera y tu parecías su padre algo incestuosa tenía esa película navegando por el rio y paseando por parques .

Ni una Tienda!!! Oh may Gold, y claro en cuanto terminó ni esperó el dinero que le robaba su representante y se fue a las tiendas a robar esos vestidos que parecen de trapillo pero son muy caros.

El claustro de Palamós será visitable a partir de enero............................................. Marta Rodríguez

Un convenio entre el Ayuntamiento y los propietarios de la construcción de estilo románico situado en Mas del Vent, permitirá el acceso, un año después de su primer anuncio.

Claustro de Palamós
El claustro de Palamós, el pasado mes de agosto, durante la celebración de la I Nit Solidaria Costa Brava.

El claustro del Mas del Vent de Palamós (Baix Empordà) será visitable a partir del próximo mes de enero, justo un año después de cuando estaba previsto.
 Este viernes la plataforma cultural Focus Engelhorn – impulsada por los dueños de la finca- y el Ayuntamiento de Palamós han firmado un convenio que permitirá acceder al espacio al público en general, a escolares de la localidad, estudiantes del bachillerato artístico de toda Cataluña, a especialistas y quienes quieran disfrutar de visitas teatralizadas.
Se trata, según sus artífices, de una “iniciativa cultural, docente y social que va encaminada a poner de relieve y en valor los elementos arquitectónicos y artísticos ubicados en el Mas del Vent, a través de la interpretación la formación y el estímulo de la creatividad”. Este acuerdo firmado dará la oportunidad de conocer, gratuitamente, el claustro y la torre de defensa de esta masía, catalogada como Bien Cultural de Interés Nacional (BCIN), de forma preferente a escolares de primero y segundo de primaria de Palamós y a los alumnos de bachillerato artístico.
En paralelo estas visitas pasarán a incorporarse a la oferta turística de la localidad como destino de patrimonio, el primer sábado de los meses de marzo y abril y octubre y noviembre y tendrán un precio de 20 euros por persona.
 La visita, en grupos de mínimo 8 personas y máximo 25, incluirá una degustación de productos de la empresa Brugarol de Palamós, que explota la finca de 22 hectáreas donde está ubicado el claustro. La información y reserva irá a cargo del Museo de la Pesca, tendrán una durada de una hora y media y serán en catalán, castellano, inglés y francés.
 De mayo a septiembre también se han programado cinco visitas teatralizadas a cargo del actor Martí Peraferrer, director del festival Fitag de Girona.
 El precio oscilará entre los 125 y 150 euros e incluirá la comida de productos de la empresa Brugarol, que trabaja con standards ecológicos y con la gamba de Palamós como producto de referencia.
Finalmente, se organizarán visitas para un público más especializado, con una periodicidad por determinar, a través de una comisión formada por le jefe de patrimonio del Consistorio, Miquel Martí, historiador del Arte de la UdG, Eduard Carbonell (responsable del estudio del claustro encargado por la Generalitat); Joaquim Nadal, director del Institut de Recerca del Patrimoni Cultural y Ricard Planas, director de Focus y de la revista Bonart.
El claustro también tendrá las puertas abiertas para visitas gratuitas dirigidas a entidades y asociaciones sin ánimo de lucro y con finalidad social, educativa o cultural del municipio. Según ha anunciado Planas, “la recaudación neta de todas las prestaciones económicas que genere la visita del Claustro, una vez deducidos todos los gastos que comporta, quedarán en manos del Consistorio o de entidades locales sin ánimo de lucro".
En octubre de 2014 la Generalitat emitió un contundente informe que aseguraba que la construcción era totalmente falsa. Simplemente se trataba de una recreación del siglo XX que nada tiene que ver con lo medieval.
 Sin embargo esta versión no varió las ideas de los defensores del origen románico de la construcción que lo vinculan con la catedral de Salamanca, donde estuvo en pie hasta que en el siglo XIX, cuando se desmontó para construir un nuevo claustro. Gerardo Boto, el profesor de la Universidad de Girona que en 2012 dio a conocer el edificio en un congreso científico, sigue defendiendo el valor histórico y la importancia de estas piedras.
 Por su parte, la comisión de Patrimonio del Ayuntamiento sigue estudiando si declararlo Bien Cultural de Interés Local (BCIL).

 

 

Julia Margaret Cameron La muerte del rey Arturo (1874).


Julia Margaret Cameron
La muerte del rey Arturo (1874).

Julia Margaret Cameron no solo se enfrentó al rechazo de los fotógrafos de la época victoriana, sino al paternalismo de los puristas de generaciones posteriores, que minimizaron su genio tachando sus imágenes, desenfocadas y manchadas, sus borrosos y quebrados medios y primeros planos, de feliz accidente, del éxito de un error.
Pero muy al contrario, la obra de esta fotógrafa no es fruto de la casualidad, sino de un estilo que tuvo el coraje de dar la espalda a las reglas de la reproducción mecánica y a los cánones de la época. Asumiendo la imperfección como expresión artística, logró recoger algo que iba más allá de la nitidez de la imagen: el alma de los retratados, sobre todo sus mujeres y niñas, a las que capturó como nadie lo había hecho antes.
 Melancólicas y vulnerables, de una belleza romántica y enfermiza, pero también impenetrables y desafiantes, con una profundidad trágica que hoy se mantiene imperturbable.
La retrospectiva que el Victoria and Albert Museum dedica a la artista por el bicentenario de su nacimiento (Calcuta, India, 1815) y por los 150 años de su primera y única exposición en vida (en el mismo Victoria and Albert, antes South Kensington Museum, en 1865) muestra la fuerza creativa de una mujer que, según la estadounidense Marta Weiss, comisaria de la exposición, ha sufrido la tibieza de la lectura machista de la historia.
 Pese a que desde muy pronto se reconoció su enorme influencia –era imposible no hacerlo–, se insistió en la idea de los fallos técnicos y de la suerte del aficionado frente a la que hoy cobra más peso: la obra de Julia Margaret Cameron es fruto del empeño de una mujer ambiciosa y testaruda que se sabía artista.
Tuvo su primera cámara con 48 años. 
En su casa en la isla de Wight, reconvertida en estudio y laboratorio, retrató a familiares, amigas y vecinas
“¿Errores o experimentos?”, se pregunta Weiss insistiendo en el matiz. “Ella cometía errores, pero desde el momento en que no los corrige y los repite una y otra vez dejan de ser errores para convertirse en un estilo.
Dejar huellas del proceso, de las manchas, rasguños o efectos borrosos dotaron de enorme modernidad, y humanidad, a su trabajo. Hemos investigado muchos de sus negativos, esas repeticiones, y por eso creo que lo correcto es hablar de experimentos”.
A través de la correspondencia que la fotógrafa mantuvo con Henry Cole, director del South Kensington Museum, sabemos de la enorme aspiración de su trabajo, de sus ansias por exponer, hacerse valer ¡y ganar dinero! con sus fotografías en un mundo que desde el primer momento la ninguneó por su mala ortografía con la cámara y el revelado.
 En un duro artículo que la Sociedad Fotográfica de Londres publicó en su Photographic Journal quedaba clara la postura académica: “Nos disculpamos por condenar el trabajo de una mujer, pero estaríamos cometiendo una injusticia si dejásemos pasar sus fotografías como ejemplo de buen arte o de perfección”.
 Cole, por el contrario, no solo creyó en ella, sino que la convirtió en la primera artista residente del museo.
 “Mi aspiración”, escribió ella, “es ennoblecer la fotografía y garantizar que se la tenga por un arte con mayúsculas capaz de combinar lo ideal y lo real sin sacrificar la verdad y desde la más completa devoción hacia la poesía y la belleza”. Sobre las críticas vertidas por la Sociedad Fotográfica de Londres, mantuvo una envidiable distancia: “De no haber sido capaz de valorar la crítica en su justa medida me habría desanimado mucho.
 Era demasiado implacable y manifiestamente injusta como para tenerla en cuenta.
El enorme espacio que me fue concedido en sus paredes por los jueces, indulgentes a la vez que exigentes, parecía invitar a la ironía y el esplín de la noticia impresa”.
 Para Marta Weiss su resistencia solo se explica desde su enorme confianza en sí misma y en su proyecto. “Efectivamente, fue una figura controvertida en su época, incluso después de su muerte, pero supo seguir adelante aferrándose a lo positivo y a las personas que creyeron en ella”.
Julia Margaret Cameron
May day (1866).
Cameron tuvo su primera cámara con 48 años, una de sus hijas se la regaló para ocupar sus solitarias horas en su casa de Freshwater Bay, en la isla de Wight, donde pasaba el tiempo lejos de su marido, el abogado Charles Hay Cameron, y de sus seis hijos.
 Fue en esa casa, reconvertida en ajetreado estudio y sucio laboratorio, donde empezó a retratar a sus criadas, hermanas, familiares, amigas y vecinas.
Entre ellas estaba la joven Alice Pleasance Liddell, la Alicia de Lewis Carroll, y su sobrina Julia Jackson, madre de Virginia Woolf. Carroll despreciaba los retratos de Cameron por imperfectos y la autora de Al faro tampoco demostró demasiada simpatía por su tía abuela.
Un desdén inútil: Cameron cambió la forma de mirar a las mujeres y a las niñas al retratarlas despeinadas, medio vestidas, con aire somnoliento, de andar por casa. Se alejó de la rigidez victoriana para acercarse a su propia naturaleza femenina. “Su luz y su forma de encuadrar eran de una enorme modernidad, dotaba a su trabajo de una energía muy dramática”, afirma la comisaria, que recuerda la exposición de 1999 en el Museo de Arte Moderno de Nueva York (MOMA), dedicada solo a los retratos femeninos y mucho menos exhaustiva que la de ahora (57 frente a 120 imágenes).
 La muestra del Victoria and Albert, itinerante, viajará del 17 marzo al 15 de mayo de 2016 a la Fundación Mapfre de Madrid, acompañada de una serie de fotografías de la época que servirán de contexto.
Su obra asumió la imperfección como expresión artística. Recogió algo que iba más allá de la nitidez de la imagen: el alma de los retratados
Para el director de cultura de la fundación, Pablo Jiménez Burillo, el rechazo a Cameron hay que situarlo dentro de las peculiaridades de la sociedad británica de entonces, “esa mirada conservadora no se hubiera dado ni en el continente ni en Estados Unidos, donde eran más abiertos a la modernidad, mientras que la sociedad inglesa, entonces mucho más replegada hacia atrás, era negativa a todo lo moderno.
 Cualquier experimentación estaba fuera de lugar”. Para Jiménez Burillo, las imágenes de Cameron son difíciles de olvidar cuando se descubren. “Recuerdo una exposición suya a finales de los años ochenta en la Juan March de Madrid. No existe un fotógrafo con su intensidad. Me atrae su personalidad y su calidad, su técnica estaba ajustada a la perfección a lo que ella quería contar, que era algo muy intenso, de sentimientos ocultos, no hablados. Miraba al pasado, a la pintura, pero al mismo tiempo a algo nuevo y diferente. Con las fotografías de Julia Margaret Cameron no sabes qué ocurre pero sabes que algo está ocurriendo. Y eso es el arte”.
Un artículo de Sarah Burton, actual diseñadora de Alexander McQueen, publicado en el diario Financial Times ahonda en ese lado inescrutable de Cameron. Burton recuerda cómo sus mujeres y niñas han colgado de las paredes del taller de McQueen desde siempre.
 “Creo que Cameron resuena en McQueen porque ella demuestra con qué naturalidad pueden coexistir belleza y tragedia.

 Vivió en un tiempo donde la gente estaba obsesionada por la vida y la muerte, donde la muerte no era tan tabú.
 Convivía con la muerte, y eso es algo que tiene mucho que ver con el estado anímico de McQueen. Esa misma melancolía victoriana nos ha hablado a nosotros y por eso ella siempre ha estado ahí. Miramos sus fotografías. Yo miro sus fotografías. Buscando la misma autenticidad en mis mujeres, la misma suavidad de espíritu”.
Esa esencia que ha obsesionado a generaciones de amantes de la belleza rota, atrapadas por el grito insondable de estas silenciosas fotos.
elpaissemanal@elpais.es