Un Blues

Un Blues
Del material conque están hechos los sueños

6 dic 2015

“Podría abofetear al prójimo y luego abrazarlo”...................................... Juan Cruz

El autor de 'El balcón en invierno' (en Tusquets; premiado por los libreros) regresa al niño que fue.

 Ahora ve el mundo como un lugar malvado.


¿Qué le ha enseñado la vida? Me conozco poco a mí mismo. Soy muy solitario, pero a la vez también soy muy sociable.
 Me gustaría ser valiente, ja ja ja, detesto la cobardía. A menudo detesto a la especie humana; basta abrir un libro de historia o un periódico para ver hasta qué punto es bárbara y estúpida
. A la vez tengo cariño a la gente.
Pero esas barbaridades y estupideces las hace la gente. Por eso el desprecio que yo siento y la piedad van de la mano.
 Podría abofetear al prójimo y a continuación podría abrazarlo. El panorama que ofrece la humanidad desde lo alto es realmente sombrío.
¿Qué es lo que más le asusta de lo que ve? La falta de escrúpulos; ese es el camino hacia la crueldad, el desmadre del poder: eso me asusta.
¿Somos justos con los protagonistas de lo que sucedió? No sólo aquí, en todos lados.
 Nunca se ha olvidado tan velozmente como ahora.
 Se ha olvidado a esas generaciones que hicieron la guerra y la posguerra
. Somos la herencia de esas dos generaciones y hemos sido con ellos más que injustos, olvidadizos.
La memoria histórica se sometió aquí a escarnio. Se somete a escarnio todavía, como si eso fuera reabrir heridas. Recordar es un diálogo entre los vivos y los muertos.
 La memoria histórica se tuvo que solucionar ya con Felipe González, pero no hubo huevos para hacerlo por temor al Ejército…
¿Le ha decepcionado este tiempo? ¿No hemos mejorado civil, ética y moralmente? Civilmente sí hemos mejorado, ética y moralmente no estoy tan seguro. Entre unos y otros han pervertido la democracia, pero se ha conseguido una época de democracia tan larga como no se recuerda en España.
 Condenar la Transición porque sí me parece una frivolidad absoluta.
¿Qué ha pasado para que ahora no esté muy bien la democracia? Primero, hubo un narcisismo enorme, sobre todo en torno al 82, a la movida, cuando ganaron los socialistas.
 Nunca nos habíamos gustado, pero entonces empezamos a gustar a Europa.
Allí era lunes y aquí era domingo.
Todo era una fiesta. Todos éramos geniales y estupendos. ¡España era la hostia!
¿Y ahora qué falta? Un poso de educación, preparación humanística y científica.
 El fracaso de España se mide con el termómetro del fracaso educativo. Los países con mejor educación son los más prósperos, los que tienen más y mejores librerías.
Imagínese que lo hacen árbitro con poderes para los conflictos que tiene este país. ¡Me dedicaría a dar hostias a diestro y siniestro!
 Por tontos, por corruptos, porque además subordinan el bien común, el de todos, a sus intereses o de sus partidos… El término política está abaratado, se ha convertido en algo burocrático, para aplicar las leyes. ¡Desde cuándo no se hace política en este país!
¿Desde cuándo? Desde la Transición.
Cuando se estrena algo la gente está como una moto. Y se creó el espejismo de que este país estaba destinado a cambiar, que la España eterna iba a dejar de ser eterna.
Es pesimista. ¡Cómo no voy a serlo! El mundo es tan malvado que cómo no va a ser uno pesimista. Pero hay tanta belleza a la vez y hay tanto bien aquí y allá que cómo no va a ser uno optimista.
Su último libro resucita al niño que fue. Sí, y aquel niño se siente un poco forastero en estos tiempos.
 Ya este no es mi mundo, mi tiempo ha pasado. Incluso mis filósofos, mis escritores, las personas a las que he querido, mis héroes, ya no están.
 Mi madre fue mi heroína, y murió hace un mes… Siento que estoy viejo, que estorbo.

 

Dioses y monstruos............................................................................. Boris Izaguirre


Neymar, en los premios de la Liga celebrados el lunes en Barcelona.
Neymar, en los premios de la Liga celebrados el lunes en Barcelona. / afp

Es curioso que cuando surge un héroe, aparece también un antihéroe.
 Lo estamos viendo en el debate electoral: se vuelven buenos los candidatos que acuden a los debates a tutearse al mismo tiempo que Mariano Rajoy adquiere aspecto del Grinch, ese monstruo antinavideño, por aparecer en las entrevistas que le transmiten confort.
Y para confortable, la casa de Bertín Osborne y sus cojines amarillos, en la televisión pública. Rajoy pareció no decir nada nuevo ante los casi cinco millones de espectadores que le observaron.
El mismo día, en Francia y también en la televisión del Estado, Karim Benzema electrizaba a los espectadores declarando lo mismo que viene declarando desde que empezara el turbio caso de chantaje y vídeos sexuales en el que está envuelto:
 “Todo se arreglará en los tribunales”, que es la misma frase que a Rajoy le gusta decir sobre los casos de corrupción. Ante la ausencia de información, pues la buscas en los detalles de la decoración, de cómo estaban vestidos Karim o Bertín. O el hecho curioso de que la grabación a Benzema se hizo en las instalaciones del Real Madrid, donde el jugador es considerado vital mientras que el primer ministro de su país, Manuel Valls, no lo considera ejemplar para jugar en la selección francesa. Benzema podría contaminar las relaciones entre ambos países. Por eso entre efectos invernaderos y combustibles fósiles, el jugador se levanta como un deportista de élite atrapado por los fantasmas de un pasado marginal
. La verdad es que un chantaje es una cosa desagradable, fea. Verse envuelto en uno es de muy poca élite, los millonarios seguro que hacen chantajes pero con mayor delicadeza que un futbolista
. Quizás lo que Valls debió decirle a Benzema es que piense más como millonario que como deportista.
Cuando alguien se vuelve ejemplo de lo feo, otro se convierte de lo bonito. Neymar, el jugador del Barça con un contrato un pelín contaminado, se arriesga a vestirse como un personaje a medio camino entre Los Intocables y Empire, la serie que enloquece a los afroamericanos en Estados Unidos.
 Y los medios de comunicación empiezan a tratarlo como un nuevo héroe. Neymar también es ejemplo de un cambio: ha conseguido obtener más dinero por sus contratos publicitarios que por el equipo para el que trabaja. Quizás sea un ejemplo de cómo será el futuro financiero de los futbolistas: ya no es el club el que te hace millonario sino la publicidad. Puede ser un importante y sano equilibrio ambiental.
Quizás para sentirse mejor ambientada, Mary Kate, una de las hermanas Olsen, estrellas de Hollywood y de la moda, se ha casado con Olivier Sarkozy, el hermano del expresidente de la República Francesa y también marido de la exmodelo Carla Bruni. Menuda serie familiar. ¡A qué esperan los del telediario francés para que les concedan un saludo familiar en directo! Los hermanos Sarkozy pasarán a la historia por ser de los primeros franceses en haber mezclado glamour y política a través de contratos matrimoniales. Y un poquito de Hollywood con París. Nicolas debe estar encantado con toda la publicidad que genera la boda de su hermano. Serán unas Navidades llenas de belleza, votos y bótox.
Boris Izaguirre y Rossy de Palma, en la inauguración del Hotel Faena en Miami.
Boris Izaguirre y Rossy de Palma, en la inauguración del Hotel Faena en Miami. / cordon press
Esta semana en que Miami compite en ambiente con París, se celebra Art Basel, la feria de arte que se divide entre dos ferias: la de los cuadros y la de las fiestas. La segunda es un vía crucis. Tienes que diseñar una buena estrategia para no sentirte perdido. Este año he optado por solo ir a las fiestas y, gracias a la revista ICON, estuve entre los 120 invitados a la inauguración del Hotel Faena, el sueño hecho realidad del célebre hotelero argentino, Alan Faena. El lobby del hotel no es un lobby cualquiera, es como entrar en un decorado que mezcla glamour años cincuenta con momentos de imaginería egipcia y masónica, gracias a los monumentales murales de Juan Gatti.
El día de la inauguración, una fila de camareros armados de Dom Pérignon recibían a Mario Testino, Michael Nyman, Jon Kortajarena, Rossy de Palma, Alfredo Arias y Blanca Li. Faena invitaba a todos a seguir el riguroso guion de la velada. Cóctel en el Gran Salón, actuación de la Orquesta del Nuevo Mundo (dirigida por un catalán) interpretando la sinfonía creada por Nyman para la ocasión. Cena alrededor de la piscina, vigilado por un mamut fosilizado por Damien Hirst, y luego de una pequeña actuación de De Palma, envuelta en abanicos de plumas, llegaron las copas y ajetreo en el cabaret. Al día siguiente, en la apertura VIP de la feria, los groupies (que no tienen para comprar arte) veían a los coleccionistas como si fueran estrellas del pop y, más allá de los precios, lo que todos querían saber era quién había estado en la fiesta del Faena.

Todos los matices del gris..................................................................... Rosa Montero

El mundo de hoy es como la mecánica cuántica; simplificarlo burdamente es encaminarnos hacia el desastre.

Tengo la gran suerte de que los miles de amigos de mi página de Facebook son de una calidad extraordinaria: poseen un alto nivel de tolerancia, de inteligencia, de madurez
. A menudo los hilos de sus conversaciones son fascinantes; en más de una ocasión, me han servido de base para algún artículo.
 Pero resulta que, incluso en ese colectivo tan especial, los días posteriores al atentado de París, que es cuando escribo esto (ya saben que este artículo tarda dos semanas en imprimirse), hubo unos cuantos comentarios chirriantes.
No muchos, pero sorprendentes en una página habitualmente tan sosegada.
Como es natural, tengo el ánimo aterido desde el infierno de París
Me refiero a violentos exabruptos contra todos los musulmanes, insultos a los supuestos progres necios que según ellos serían los culpables de todo y, por supuesto, a la repetitiva cantinela de “nunca hemos visto a los árabes criticar estos atentados”.
 Lo cierto es que tanto con Charlie Hebdo como ahora ha habido manifestaciones de musulmanes y condenas de imanes, pero, ya se sabe, sólo vemos aquello que estamos dispuestos a ver.
 Pero esto no fue todo; también hubo comentarios crispados desde el otro lado, es decir, ardientes partidarios de las teorías conspirativas que, en diversos grados de creciente paranoia, llegaban a decir que estos atentados los han cometido Israel y la CIA.
Como es natural, tengo el ánimo aterido desde el infierno de París.
 Bueno, a decir verdad ya me sentía acongojada desde mucho antes; desde los presos quemados vivos en las jaulas, desde los rehenes degollados, desde el avance brutal de estos monstruos arcaicos del terror y del sadismo que conforman el ISIS.
Es una angustia que va creciendo poco a poco, como un huevo de serpiente anidado en la tripa; un día eclosionará y nos acabará devorando desde dentro.
 El 9 de noviembre supimos que estos bárbaros habían asesinado a 200 niños sirios.
 Tengo grabada la imagen de esa larga fila de pequeños tumbados boca abajo, críos de seis o siete años; y los yihadistas disparándolos.
 Cierto, hicimos mucho menos caso a esa matanza atroz que a las muertes de París. El ISIS lleva mucho tiempo masacrando a miles de musulmanes, y ni siquiera somos capaces de recordar las carnicerías más llamativas.
 París, en cambio, nos ha roto el corazón. Es lógico: nos sentimos directamente atacados.
 Nuestra reacción es comprensible y humana, aunque no deja de ser lamentable que seamos así, es decir, que tengamos tanta facilidad para desdeñar el horror que sufren los vecinos.
 Pero, en cualquier caso, conviene no olvidar que el ISIS ha asesinado a muchos más musulmanes que occidentales. Son los enemigos de todos, o deberían serlo.
Lo malo es que la furia, la pena y la angustia que nos ha provocado el 13-N nos empujan a buscar certezas a las que aferrarnos
Lo malo es que la furia, la pena y la angustia que nos ha provocado el 13-N nos empujan a buscar certezas a las que aferrarnos.
 El miedo siempre aconseja mal, porque anhela el consuelo de lo simple y lo indudable.
 Pero, por desgracia, la situación que vivimos es extremadamente compleja. ¿Que Occidente ha armado e intentado utilizar a los grupos rebeldes de la zona para su propio beneficio? Por supuesto. ¿Que los países árabes son casi todos antidemocráticos y a menudo terribles? También. ¿Que la mayoría de los musulmanes, incluso los retrógrados, están en contra de estas matanzas? No me cabe la menor duda; y además, como he dicho antes, son las primeras víctimas. ¿Que hay un islam minoritario pero sustancial de talante progresista?
Desde luego, y hay que apoyarlo. ¿Que si se encona el enfrentamiento Oriente-Occidente la mayoría retrógrada puede terminar lanzándose en brazos del yihadismo?
Pues sí. Ése es el riesgo. Y sería una guerra de dimensiones inimaginables.
Creo que el reto que afrontamos hoy es el más lleno de recovecos y contradicciones que he visto en toda mi vida. Por un lado, el ISIS ocupa ya un territorio mayor que Reino Unido y desde luego no lo vamos a parar con velas de colores.
 Por otro, el propio Tony Blair admitió que la guerra de Irak fomentó el yihadismo. ¿Cómo usar la fuerza, que será necesaria? ¿Cómo conseguir que eso no se convierta en una catástrofe? ¿Cómo fomentar una política paralela que apoye el desarrollo del islam moderado? ¿Cómo reducir la corrupción y la injusticia de nuestra sociedad, que empujan a los jóvenes desorien­tados hacia la engañosa pureza épica de la guerra santa? ¿Y cómo defender mejor nuestra civilización occidental, hipócrita y miserable, pero, aun así, tan valiosa? “Si crees que entiendes la mecánica cuántica, es que no la entiendes”, dijo el físico y premio Nobel Richard Feynman.
 El mundo de hoy es como la mecánica cuántica; simplificarlo burdamente en uno u otro sentido, desde la furia ciega contra el islam a las conspiraciones del malvado Occidente, es encaminarnos al desastre. O conseguimos encontrar el camino entre todos los matices del gris o será un infierno.
@BrunaHusky
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Bergé borra de su vida a Saint Laurent.............................................................. Brenda Otero

El que fuera amante del diseñador francés se desprende del último bien que compartieron, una biblioteca compuesta por 1.600 volúmenes y valorada en 42 millones.

Yves Saint Laurent y Pierre Berge.
Yves Saint Laurent y Pierre Berge. / GETTY

Pierre Bergé vivió gran parte de sus 85 años rodeado de belleza.
 La que desprendían las creaciones de su compañero y socio Yves Saint Laurent; la de las casas que compartía con él en París, Marraquech y Normandía, y la de las obras de arte que ambos coleccionaban
. Pero esa belleza ahora parece asfixiarlo.
 El que fue el cerebro tras el genio de Saint Laurent está desprendiéndose de parte de las riquezas materiales que disfrutó junto al modisto.
 Tras la muerte del diseñador en 2008, Bergé ha ido desmantelando ese universo refinado que construyó junto a él.
En 2009 se deshizo de su impresionante colección de arte.
 La denominada “subasta del siglo” batió récords con una recaudación de 373,9 millones de euros.
 En octubre de 2015 vendió sus piezas de arte islámico.
Y ahora le toca el turno a su biblioteca. En colaboración con Sotheby’s, Bergé pone a la venta 1.600 volúmenes de entre los siglos XV y XX valorados en 42 millones de euros
. Los lotes se componen de novelas, manuscritos y partituras, verdaderas joyas de bibliófilo. Bergé dirá adiós a una edición de la Divina comedia, de Dante con fecha de 1487, un ejemplar del Quijote de 1605 y un tomo con obras de Shakespeare del siglo XVII que se salvó del incendio de Londres. El empresario seguirá la subasta, que se celebrará el 11 de diciembre en París, desde una sala privada.
Retrato de William Shakespeare en uno de los libros que se subastaran.
Retrato de William Shakespeare en uno de los libros que se subastaran. / Pierre Bergé & associés
“Es un tipo muy duro”, afirma Michel Scognamillo, el bibliotecario personal de Bergé.
“En el momento en el que decide vender ya no mira atrá
s. Nunca se arrepiente y no sabe lo que es la nostalgia”.
Recién llegado a París desde La Rochelle, Bergé se ganó la vida revendiendo libros antiguos.
 Este hombre culto leía de forma voraz hasta que empezó a ganar dinero y se dejó seducir por el aura del objeto.
 Pero como recalca Scognamillo, la biblioteca de Bergé es un autorretrato.
 “Aprecia la belleza física del libro, pero no independientemente del texto.
 Solo colecciona libros que ha leído o quiere leer. No compra por distinción, ni por inversión.
Esos son conceptos que no comparte”, señala el experto.
Firma de Gustave Flaubert en una edición de 1857 de 'Madame Bovary'.
Firma de Gustave Flaubert en una edición de 1857 de 'Madame Bovary'. / Pierre Bergé & associés 2015
La lectura es su pasión privada, de la que no participaba Saint Laurent, quien solo leyó En busca del tiempo perdido, de Proust y ni siquiera entero. En su colección, hace un guiño al que fue el amor de su vida, con unas hermosas ediciones de la saga de Proust. Aunque Flaubert, su autor predilecto, es uno de los nombres más prominentes de la venta. Llama la atención que alguien pragmático y cómodo con el poder como él coleccione obras de poetas como Rimbaud, Baudeleaire o Villon. “¡Ah! eso no tiene porque sorprender. Tiene alma de anarquista”, exclama Scognamillo.
La mayor parte de los ingresos de la venta se destinarán a causas benéficas como la lucha contra el sida, además de a la fundación Pierre Bergé-Yves Saint Laurent que en 2017 tiene previsto inaugurar dos museos, en París y Marraquech, dedicados al modisto. Este empresario entregará los años que le quedan a mantener vivo el recuerdo de su pareja. Quiere olvidarse de los objetos para que su memoria permanezca.