Un Blues

Un Blues
Del material conque están hechos los sueños

6 oct 2015

Corazones que piensan............................................................. Rosa Montero

Todos los humanos nos hemos preguntado qué nos convierte en individuos.

 


El físico argentino Alberto Rojo acaba de publicar un interesante artículo en el periódico La Nación sobre ciencia y religión.
Aunque Alberto es agnóstico, firma el escrito con el teólogo Ignacio Silva
. Es un texto sin complejos ni prejuicios que bucea en los confines del conocimiento y en el enorme misterio de lo que somos.
 Por cierto que ofrecen un dato espeluznante: según una encuesta Gallup de 2012, el 42% de los estadounidenses están convencidos de que Dios creó al ser humano tal y como viene en la Biblia, de golpe y de la nada, ya saben, el cuento del barro y de la costillita, y que todo esto sucedió hace exactamente 10.000 años.
 Con lo cual se pasan por el forro de las neuronas (deben de tener pocas, de todas maneras) las irrefutables y numerosísimas pruebas científicas.
La historia del ser humano es la historia del conflicto entre ese hálito intangible y la prisión del cuerpo
De modo que estos necios no sólo niegan los cientos de miles de años de evolución de los homínidos, sino que además ni siquiera tienen en cuenta que hay pinturas rupestres con cerca de 40.000 años de antigüedad.
 Y los seres humanos que hicieron esos dibujos ya eran exactamente iguales a nosotros. Más sucios y sin teléfonos móviles, pero iguales. Tanta estulticia a estas alturas del siglo XXI no está demasiado lejos del fanatismo de los talibanes, y sin embargo son casi la mitad de la población de Estados Unidos: asusta un poco. Los católicos lo tienen un poco mejor. Juan Pablo II, explican en el artículo, reconoció en 1996 que la teoría de la evolución no era una hipótesis sino algo plenamente aceptado por la ciencia, y resolvió el conflicto para los creyentes diciendo que el cuerpo fue cambiando por medio de procesos naturales, hasta que llegó Dios y le dio el alma.
Y aquí abandono el texto de Rojo y Silva porque nos hemos topado con algo enorme y esencial: ese aliento de consciencia que nos anima.
Todos los humanos nos hemos preguntado desde el principio de los tiempos qué es lo que de verdad nos hace humanos, qué nos convierte en individuos, dónde reside el yo dentro de nuestro cuerpo.
 Más o menos entendemos cómo es nuestra realidad física, el mapa de los huesos, el laberinto de los tendones, el flujo de la circulación, el funcionamiento del sistema digestivo.
 Nuestro cuerpo es un gran mecano, maravilloso, espectacular y mágico, pero de alguna manera podemos asumirlo
. La cuestión verdaderamente peliaguda es: dentro de ese maremágnum de células afanosas, en medio de ese prodigioso tinglado de carne y sangre y huesos, ¿dónde demonios estamos nosotros? ¿Dónde reside y qué es eso que algunos llaman alma, o espíritu, o conciencia, o… qué?
La historia del ser humano es la historia del conflicto entre ese hálito intangible y la prisión del cuerpo.
 Las religiones han usado cilicios, ayunos, sacrificios para domar la carne; o, por el contrario, han mitificado la carnalidad para llegar al alma, como en el tantrismo y su uso litúrgico del sexo.
 En cualquier caso, nos es muy difícil no experimentar cierta sensación de extrañamiento con el cuerpo. Nuestro organismo es el misterioso universo dentro del que nos ha tocado vivir toda nuestra vida.
Pensamos también con el corazón; y parte de nuestro yo esquivo reside ahí
Tradicionalmente se creía que el yo, el alma, la conciencia, estaba en el corazón; eso pensaban en el Antiguo Egipto; eso decía Aristóteles.
 Así se creyó también en la Edad Media
. La clásica imagen de Jesús mostrando su corazón revela el papel central que se le adjudicaba a esta víscera dentro de la construcción de lo que somos. De hecho, en épocas modernas hemos seguido sintiéndolo así, especialmente en lo que se refiere a nuestros sentimientos, a nuestras emociones, al amor.
Hablamos de que nos duele el corazón cuando sentimos pena, o nos tocamos el pecho para indicar afecto o si algo nos hiere repentinamente.
 Como si el centro de nuestra intimidad, de nuestro yo, estuviera ahí.
Pero, con el tiempo, la ciencia fue otorgando al cerebro el predominio absoluto dentro de nuestro cuerpo.
 En esa masa gelatinosa y grasienta, en sus reacciones eléctricas y en su sopa bioquímica residía todo, nos dijeron
. La inteligencia, las emociones, la razón, el yo.
 Todo lo demás no era sino un mito.
Sin embargo, diversos estudios realizados en los últimos años han descubierto algo extraordinario: el corazón tiene neuronas, decenas de miles de neuronas idénticas a las del cerebro.
 De hecho, del 60% al 65% de las células del corazón son células nerviosas, y funcionan exactamente igual que las cerebrales, supervisando y controlando los procesos de nuestro organismo e influyendo en las estructuras cognitivas del cerebro
. O sea que pensamos también con el corazón; y parte de nuestro yo esquivo reside ahí, como siempre supimos intuitivamente.
 Todo esto demuestra, una vez más, cuántas veces podemos equivocarnos y cuantísimo nos falta por saber. Lo cual es estremecedor pero fascinante.
@BrunaHusky
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Muere la cineasta belga Chantal Akerman a los 65 años

La directora fue una de las figuras claves del séptimo arte en los setenta

Había presentado en el festival de Locarno en agosto su último filme, 'No Home Movie'.

 

La cineasta y videoartista Chantal Akerman
La cineasta y videoartista Chantal Akerman, en su videoinstalación 'Desde el otro lado', en Madrid, en 2005. / LUIS MAGÁN

La cineasta belga Chantal Akerman murió ayer lunes a los 65 años, según informan varios medios franceses.
 El diario Le Figaro cita al productor de la creadora y asegura que la directora se suicidó y que sufría de ataques maniaco-depresivos
. Akerman, nacida en Bruselas en 1950, fue una de las figuras claves del séptimo arte en los años setenta y ochenta, con películas como Jeanne Dielman, 23, quai du commerce, 1080 Bruxelles, Golden Eighties.
En la pasada edición del festival de Locarno, en agosto, la creadora había presentado su nueva película, No Home Video, dedicada a los últimos días de su madre.
 Debido al origen judío de su familia, tanto su progenitora como sus abuelos fueron deportados a Auschwitz durante la Segunda Guerra Mundial: la madre fue la única superviviente.
El año pasado, coincidiendo con la presentación de su video instalación Maniac shadows en Madrid, contaba por teléfono a este periódico que no quería dejar de trabajar y precisaba moverse para sentirse "humana".
 También reflexionaba sobre la invasión digital en nuestras existencias:
Vivimos tiempos extraños.
Claro que el teléfono existe desde hace tiempo, pero aquí estamos charlando sobre arte animadamente sin ponernos cara, en un relación, como la mayoría de las actuales, virtual.
 Asusta, la verdad. No siento el miedo en una primera impresión, pero cuando reflexiono sobre en qué hemos convertido, por ejemplo, la amistad, me asusto”.
"Hoy no hay olores, sabores ni tacto.
 Solo imágenes y sonidos. Claro, las relaciones se convierten en cinematográficas...
 Cuando conoces a alguien sientes, bueno, puedes sentir muchas cosas [risas].
 Si esa primera vez nace de una charla vía Skype, ¿adónde se fueron las sensaciones? Es el triunfo de la imagen, lo que por un lado es algo emocionante pero que por otro provoca cierta pena”, añadía.
Akerman probó diversos género cinematográficos como la comedia musical, con Golden Eighties, la comedia romántica de Romance en Nueva York, con Juliette Binoche y William Hurt, o historias de amor más intimistas como en Nuit et jour.
Y también destacó como documentalista, con trabajos como D'Est, sobre la vida en el este de Europa tras la desaparición de la Unión Soviética; Sud, sobre el racismo en Estados Unidos, o De l'autre côté, centrado en los mexicanos que cruzan ilegalmente la frontera con EE UU.

Las relaciones sexuales, la religión y la soledad fueron los temas recurrentes de una filmografía caracterizada por la rigidez de su puesta en escena y por un estilo personal más allá de cualquier moda cinematográfico.
Un cine complejo marcado por su militancia feminista y que no cedía a concesiones ni formales ni temáticas.

Participó en la sección oficial del Festival de Berlín en 1989 con Histoires d'Amérique y en la de Venecia en 1991 con Nuit ey jour, además de conseguir una nominación a los César del cine francés por su documental Là-bas (2006) En 2004 Akerman recibió la Medalla Fellini de la Unesco por su contribución a la difusión y al respeto de la diversidad cultural.


La mitad de los esquizofrénicos se resiste a admitir la enfermedad..................................... Emilio de Benito

Mantener el tratamiento es fundamental para prevenir segundos brotes psicóticos.

 

Dibujos de gatos realizados por Louis Wein según avanzaba su esquizofrenia. / #di_capacitados

Aproximadamente un 1% de la población española tiene una enfermedad mental grave, y la mayoría de estos, unas 400.000 personas, sufre esquizofrenia, según se expuso el lunes en una jornada dedicada a la salud mental patrocinada por Janssen y #di-capacitados, una plataforma que busca desestigmatizar a los afectados y que ha presentado un documental de estos en primera persona
. Pero, aparte de su incidencia, tiene un factor añadido frente a otras enfermedades: "La mitad o un poco más no son conscientes de que la sufren", dijo el psiqiuatra Fernando Cañas, del Hospital Rodríguez Lafora de Madrid.
Este hecho es uno de los que influye en otra característica de esta patología:
"Tenemos que tratar a gente que no asume que está enferma", explica Cañas, y ello se cobra un precio en su recuperación.
 Aunque la esquizofrenia no tiene cura, sí que se puede controlar con medicación.
"Se puede recuperar más del 90% de la funcionalidad después del primer brote" con un adecuado control médico, pero "solo el 40% sigue bien el tratamiento después del primer episodio".
 El resultado pueden ser nuevas recaídas que, cada una, crea un daño mayor y restan más aptitudes y actitudes a los enfermos, como dijo José Manuel Olivares, psiquiatra del Hospital Universitario de Vigo. Por eso "hay que prevenir que se deje la medicación".
La esquizofrenia ni tiene una causa conocida, y sus medicamentos son "para tratar síntomas", explicó Jerónimo Sáiz, jefe de Psiquiatría del hospital Ramón y Cajal de Madrid.
 Pero quizá su principal característica es que se trata de una enfermedad neurodegenerativa que afecta a personas jóvenes.
 Lo normal es que el primer episodio ocurra a finales de la segunda década o a principios de la tercera década de vida, entre los 18 y los 25 años.

Tampoco puede hablarse de una esquizofrenia. Un tercio de los afectados solo experimentarán un episodio; otro tercio, la controlarán, y el último tercio tendrá sucesivas recaídas, dijo Sáiz.
Y esto le da características especiales.
 Se interrumpe la vida en un momento crítico, como explicó Maribel Rodríguez, presidenta de Feafes Empleo (Feafes era el acrónimo de la organización que ahora se llama Confederación Salud Mental España). La persona entra en un círculo sanitario-sociosanitario-familiar que va en paralelo al que le correspondería por su edad, que sería un contexto formativo-laboral.
Y ello es un lastre para su vida futura. Por ejemplo, Rodríguez contó que pueden tardarse ocho años o más en que la persona, después de un primer brote, se plantee volver a una vida normalizada buscando empleo.
 El hecho es que solo el 15% de los afectados por la esquizofrenia en España tiene trabajo, solo el 35% lo busca y una parte de ellos (unas 2.500 personas) está ocupado en centros especiales de empleo.
 "En siete años se deteriora el 70% de su capacidad social", añade Olivares.
"El empleo es el mejor tratamiento"
. Y el primer freno a la discriminación, dice Rodríguez. Pero hay estereotipos, como la agresividad, la falta de capacidad, la imposibilidad de adaptarse al estrés del trabajo, que les impide integrarse, afirmó el psiquiatra del Instituto Universitario de Investigación en Ciencias de la Salud Baleares Miquel Roca.
Y el estigma lleva a una "peor búsqueda de tratamiento".
Por eso el mensaje de #Di_capacitados es que la integración es posible, sin edulcorar la situación (hay personas que necesitan un apoyo para afrontar el mundo laboral) pero sin victimismos.
 "Por una vez le hemos dado la voz a los pacientes", dice Rodríguez.
En la jornada, celebrada como anticipo al día mundial de la salud mental que se conmemora el sábado, también se debatió la imagen de la salud mental en los medios.
 Aunque no se puede ocultar que a veces un crimen se debe a que la persona está sufriendo un delirio, a que tiene la enfermedad mal controlada, no puede buscarse siempre una causa psiquiátrica a todo lo que parece monstruoso, incomprensible, dijo Cañas.
 "Hay gente que es mala", con enfermedad mental y sin ella, dijo Roca. De hecho, la estadística indica que, proporcionalmente, las personas con enfermedad mental cometen menos crímenes y otros delitos que las que no tienen una de estas patologías.

5 oct 2015

Un tique de compra da una nueva coartada al padre de Asunta Basterra.....y esto si que da miedo

La hora del comprobante de la joven que declararó haberlo visto junto a la niña coincide con el momento en que las cámaras captaron a la víctima en el coche con su madre.

Atlas

La tarde en que la mataron, Asunta no podía estar en dos sitios al mismo tiempo.
El principal testimonio contra el padre —recabado durante la investigación del supuesto asesinato de la menor— sitúa a Alfonso Basterra en la calle con su hija a la hora en la que, según un par de cámaras urbanas, el Mercedes verde botella de la madre, Rosario Porto, circulaba por la ciudad en dirección al chalé familiar donde se cree que murió la cría.
 Una de esas cámaras, la de una gasolinera situada en una rotonda, retrata a las 18.21 el vehículo con dos ocupantes en los asientos delanteros; según los investigadores, Porto al volante y Asunta en el puesto del copiloto.
 Pero hasta ahora, según lo que fue trascendiendo del sumario en los dos años transcurridos desde el día de la muerte de la pequeña, siempre se situó un tiempo antes el instante en el que Basterra y Asunta eran identificados en el centro de Santiago por otra joven que había sido compañera de la niña en clases de la Alianza Francesa.

Este lunes, esta chica ha ratificado su versión.
 Ha asegurado que aquella tarde de sábado, 21 de septiembre de 2013, fue con un amigo a comprar unas zapatillas de deporte y que, "dos o tres minutos después" de salir del establecimiento, se topó con la víctima y su padre a la vuelta de una esquina.
No tiene ninguna duda de que fueran ellos, pero no la saludó, ha explicado, porque Asunta "estaba de espaldas".
 La cría, en ese momento, caminaba con normalidad, a pesar de la fortísima dosis de Orfidal con la que supuestamente había sido drogada en la comida.
No obstante, si este encuentro tuvo lugar al salir de la tienda, como ella recuerda, solamente se podría explicar a través de un extraño error de la máquina registradora.
Porque la pareja de jóvenes abonó el calzado antes de salir de la tienda, y el tique de compra obtenido por la Guardia Civil marca las 18.22.
Antes de recorrer un tramo de calle y creer ver a Asunta y Basterra en la esquina tendrían que haber transcurrido, como mínimo, otros dos minutos.
 La abogada del padre acusado de asesinato, Belén Hospido, ha hecho ver en la sala la contradicción y la ha convertido en una nueva coartada para Basterra
. Su defensa se sostiene sobre la tesis de que el padre no salió de su piso en toda la tarde, atareado en preparar viandas para la semana (albóndigas y crema de calabacín) y en la lectura de un libro.
Además, en una sesión que se ha prolongado unas siete horas, este lunes han declarado ante el jurado popular, entre otros, los vecinos de la pista forestal donde fue hallado el cuerpo de la niña; uno de los dos hombres que dieron la alerta a los servicios de emergencias tras toparse el cadáver de madrugada; varios de los agentes que intervinieron en las pesquisas iniciales, el jardinero de Rosario Porto y el vecino del chalé familiar, situado en el municipio de Teo, que se encontró a la acusada abandonando el lugar hacia las nueve menos cuarto de la tarde.
En la noche de aquel sábado, por la pista forestal de Teo (un municipio vecino del de Santiago), donde de madrugada apareció el cuerpo de Asunta, los vecinos no vieron ningún Mercedes verde. Según ellos, a eso de la medianoche, en este lugar situado a unos cuatro kilómetros del chalé de Rosario Porto tampoco había ningún cuerpo depositado sobre el talud en el que, horas más tarde, fue hallado el cadáver.
 Esto es lo que, 24 meses después de la muerte por asfixia de la niña compostelana de 12 años, insisten en declarar los únicos residentes en el camino de tierra, un matrimonio que vive a 50 metros del punto exacto en el que ahora un sinfín de desconocidos ha improvisado un mausoleo con flores y peluches para Asunta.
"Para mí que la niña no estaba", ha afirmado esta mañana el hombre, que además, al igual que su mujer, niega que aquella noche clara, con luna llena y tiempo cálido y seco, viese internarse por aquel camino del lugar de Feros (en el municipio de Teo) un coche como el de la acusada, madre de la víctima.
Este matrimonio pasó tres veces en torno a la medianoche "a unos 60 centímetros" del lugar donde supuestamente ya habían abandonado el cadáver.
 No había maleza porque hacía poco que se habían limpiado las orillas del camino.
 El hombre, según dijo, llevaba una linterna.
Y ninguno apreció nada.
 A aquella hora, Porto y Basterra ya habían ido a presentar denuncia por la desaparición de su hija adoptiva en la comisaría del Cuerpo Nacional de Policía y estaban de vuelta en el piso de la madre, esperando noticias de los agentes.
Esta pareja, sin embargo, desde la ventana de su casa vio pasar al menos tres vehículos aquella noche. Uno negro, uno rojo y otro blanco con techo solar.
 Este se internó en la pista, fue primero en un sentido y "unos ocho minutos después", en el contrario. Los investigadores identificaron este auto con el Golf que conducía uno de los hombres que dieron la voz de alarma cuando hallaron el cuerpo.
Estos dos amigos recurrieron a esta poco transitada pista forestal para llegar desde un bar hasta un club de alterne (próximo al lugar donde estaba el cuerpo de Asunta) porque el conductor había perdido todos los puntos del carné
. Pasaron primero en una dirección y creyeron ver "un espantapájaros", pero, ante la duda, al llegar al burdel acordaron dar la vuelta.
Fue entonces cuando comprobaron que aquello era el cuerpo de una niña. Llamaron al 061 y, según su relato, un médico les indicó que probasen a pellizcar a la cría en un pezón para comprobar si todavía estaba viva.
 Antes de todo esto, y porque habían bebido y no podían conducir, se tomaron un tiempo para llevar el coche a otro lugar, situado a medio kilómetro, y regresar caminando.
De este par de testigos de la noche del 21 al 22 de septiembre solo ha podido declarar uno, con antecedentes policiales, porque el otro se encuentra gravemente enfermo.
 El que ha hablado se ha ratificado en todo lo que en 2013 contó en varios programas de televisión: en el tiempo que se ausentaron para alejar su coche de aquel camino rural, uno de los brazos de Asunta "cambió de posición" y, además, en todo momento, tuvo la "sensación", la "intuición", de que alguien les estaba observando entre los árboles, desde las sombras.
 A diferencia de los vecinos de la pista, ellos —una hora después— fueron capaces de ver el bulto de la niña, supuestamente porque llevaban los faros del coche encendidos.
Según han testificado también este lunes algunos de los agentes que participaron en las primeras diligencias y la elaboración del atestado, durante las horas iniciales estos amigos de noche de fiesta se convirtieron en los primeros sospechosos.
 "¿Qué le habéis hecho a la niña?", recuerda un guardia civil que les preguntó aquella madrugada. Hasta que este miembro del Grupo de Delitos contra las Personas del cuartel de Lonzas (A Coruña) se fijó en las cuerdas abandonadas junto al cuerpo (semejantes a otras halladas después en el chalé de Teo) y comprobó que el Golf blanco de los amigos, con el motor aún caliente, no tenía ni un rasguño. "La hipótesis inicial era la del atropello".
Las defensas de los acusados han insistido durante el interrogatorio en el hecho de que se descartase a esos sospechosos ya esa primera noche, sin revisar a fondo el interior del coche blanco cuando, a la vista de la luz forense que se empleó para estudiar in situ el cuerpo de Asunta, aparecieron en el cuello de su camiseta unas manchas que generaron "dudas".
 A falta de un análisis, la prueba no era concluyente ni mucho menos, pero el primer informe recogía que podía tratarse de semen.
La autopsia del día después, sin embargo, descartó cualquier tipo de agresión sexual sobre la pequeña.
 El propietario del vehículo ha asegurado esta mañana que en ningún momento los guardias civiles le pidieron que abriese el coche para inspeccionarlo.
 Un agente, sin embargo, afirma que sí lo hicieron.
En general, esta mañana los investigadores han coincidido en confirmar que esa noche tan clara, al estar depositado a la sombra de un árbol, el cuerpo no podría haber sido descubierto sin ayuda de luces artificiales como las de un coche
. En la sesión ha intervenido, además, el policía que tomó la denuncia a los padres pasadas las diez de la noche por la desaparición de la pequeña.
 Ha contado que, después de estar unas tres horas con Basterra, de camino al piso de su exesposa, el padre de Asunta acabó confesándole su temor de que la niña aparecería muerta.
No obstante, cuando, en torno a las cinco de la madrugada, les llevaron la noticia del hallazgo del cadáver de una niña de rasgos asiáticos, Rosario Porto reaccionó con nerviosismo e "incredulidad", negando la evidencia.
 Y el acusado se mostró "compungido y apenado", "más que ella", ha puntualizado un guardia civil.
Otro de los testigos de esta mañana ha sido el propietario del chalé más próximo al que heredó Rosario Porto de sus padres, en el municipio de Teo, supuesto escenario del asesinato de Asunta en torno a las 20.00 de aquel sábado.
Este vecino se topó con la madre de la víctima hacia las 20.45 o 20.50, cuando ella aguardaba a que se cerrase el portalón automático de su finca antes de abandonar el lugar.
 Y Porto no evitó el encuentro; más bien todo lo contrario.
 Bajó la ventanilla del copiloto y mantuvo con él una breve conversación que ella misma empezó, con una cuestión doméstica.
 La madre de Asunta le dijo: "Oye, tenemos que hablar de lo de la leña".
 Y él le contestó: "No hay prisa". Después, el hombre le recomendó arreglar un fallo visible en su coche y le recordó que debía encender los faros para regresar a Santiago, a pesar de que "no hacía falta, porque la visibilidad, a esa hora, era buena".
 "Bueno, me voy, que tengo a mi niña sola", atajó finalmente Porto, ya para despedirse.
El vecino salía de paseo con su esposa, su hija y las dos perras de la casa.
 Asegura que no vio ningún bulto entre los asientos delanteros y traseros, como se sospecha que transportaron a la víctima hasta la pista forestal situada a cuatro kilómetros.
 Tampoco vio a Basterra en toda la tarde por la zona.
Sus perras, además, no dieron señales de oler nada extraño mientras rondaban el Mercedes verde.