Un Blues

Un Blues
Del material conque están hechos los sueños

5 oct 2015

Un tique de compra da una nueva coartada al padre de Asunta Basterra.....y esto si que da miedo

La hora del comprobante de la joven que declararó haberlo visto junto a la niña coincide con el momento en que las cámaras captaron a la víctima en el coche con su madre.

Atlas

La tarde en que la mataron, Asunta no podía estar en dos sitios al mismo tiempo.
El principal testimonio contra el padre —recabado durante la investigación del supuesto asesinato de la menor— sitúa a Alfonso Basterra en la calle con su hija a la hora en la que, según un par de cámaras urbanas, el Mercedes verde botella de la madre, Rosario Porto, circulaba por la ciudad en dirección al chalé familiar donde se cree que murió la cría.
 Una de esas cámaras, la de una gasolinera situada en una rotonda, retrata a las 18.21 el vehículo con dos ocupantes en los asientos delanteros; según los investigadores, Porto al volante y Asunta en el puesto del copiloto.
 Pero hasta ahora, según lo que fue trascendiendo del sumario en los dos años transcurridos desde el día de la muerte de la pequeña, siempre se situó un tiempo antes el instante en el que Basterra y Asunta eran identificados en el centro de Santiago por otra joven que había sido compañera de la niña en clases de la Alianza Francesa.

Este lunes, esta chica ha ratificado su versión.
 Ha asegurado que aquella tarde de sábado, 21 de septiembre de 2013, fue con un amigo a comprar unas zapatillas de deporte y que, "dos o tres minutos después" de salir del establecimiento, se topó con la víctima y su padre a la vuelta de una esquina.
No tiene ninguna duda de que fueran ellos, pero no la saludó, ha explicado, porque Asunta "estaba de espaldas".
 La cría, en ese momento, caminaba con normalidad, a pesar de la fortísima dosis de Orfidal con la que supuestamente había sido drogada en la comida.
No obstante, si este encuentro tuvo lugar al salir de la tienda, como ella recuerda, solamente se podría explicar a través de un extraño error de la máquina registradora.
Porque la pareja de jóvenes abonó el calzado antes de salir de la tienda, y el tique de compra obtenido por la Guardia Civil marca las 18.22.
Antes de recorrer un tramo de calle y creer ver a Asunta y Basterra en la esquina tendrían que haber transcurrido, como mínimo, otros dos minutos.
 La abogada del padre acusado de asesinato, Belén Hospido, ha hecho ver en la sala la contradicción y la ha convertido en una nueva coartada para Basterra
. Su defensa se sostiene sobre la tesis de que el padre no salió de su piso en toda la tarde, atareado en preparar viandas para la semana (albóndigas y crema de calabacín) y en la lectura de un libro.
Además, en una sesión que se ha prolongado unas siete horas, este lunes han declarado ante el jurado popular, entre otros, los vecinos de la pista forestal donde fue hallado el cuerpo de la niña; uno de los dos hombres que dieron la alerta a los servicios de emergencias tras toparse el cadáver de madrugada; varios de los agentes que intervinieron en las pesquisas iniciales, el jardinero de Rosario Porto y el vecino del chalé familiar, situado en el municipio de Teo, que se encontró a la acusada abandonando el lugar hacia las nueve menos cuarto de la tarde.
En la noche de aquel sábado, por la pista forestal de Teo (un municipio vecino del de Santiago), donde de madrugada apareció el cuerpo de Asunta, los vecinos no vieron ningún Mercedes verde. Según ellos, a eso de la medianoche, en este lugar situado a unos cuatro kilómetros del chalé de Rosario Porto tampoco había ningún cuerpo depositado sobre el talud en el que, horas más tarde, fue hallado el cadáver.
 Esto es lo que, 24 meses después de la muerte por asfixia de la niña compostelana de 12 años, insisten en declarar los únicos residentes en el camino de tierra, un matrimonio que vive a 50 metros del punto exacto en el que ahora un sinfín de desconocidos ha improvisado un mausoleo con flores y peluches para Asunta.
"Para mí que la niña no estaba", ha afirmado esta mañana el hombre, que además, al igual que su mujer, niega que aquella noche clara, con luna llena y tiempo cálido y seco, viese internarse por aquel camino del lugar de Feros (en el municipio de Teo) un coche como el de la acusada, madre de la víctima.
Este matrimonio pasó tres veces en torno a la medianoche "a unos 60 centímetros" del lugar donde supuestamente ya habían abandonado el cadáver.
 No había maleza porque hacía poco que se habían limpiado las orillas del camino.
 El hombre, según dijo, llevaba una linterna.
Y ninguno apreció nada.
 A aquella hora, Porto y Basterra ya habían ido a presentar denuncia por la desaparición de su hija adoptiva en la comisaría del Cuerpo Nacional de Policía y estaban de vuelta en el piso de la madre, esperando noticias de los agentes.
Esta pareja, sin embargo, desde la ventana de su casa vio pasar al menos tres vehículos aquella noche. Uno negro, uno rojo y otro blanco con techo solar.
 Este se internó en la pista, fue primero en un sentido y "unos ocho minutos después", en el contrario. Los investigadores identificaron este auto con el Golf que conducía uno de los hombres que dieron la voz de alarma cuando hallaron el cuerpo.
Estos dos amigos recurrieron a esta poco transitada pista forestal para llegar desde un bar hasta un club de alterne (próximo al lugar donde estaba el cuerpo de Asunta) porque el conductor había perdido todos los puntos del carné
. Pasaron primero en una dirección y creyeron ver "un espantapájaros", pero, ante la duda, al llegar al burdel acordaron dar la vuelta.
Fue entonces cuando comprobaron que aquello era el cuerpo de una niña. Llamaron al 061 y, según su relato, un médico les indicó que probasen a pellizcar a la cría en un pezón para comprobar si todavía estaba viva.
 Antes de todo esto, y porque habían bebido y no podían conducir, se tomaron un tiempo para llevar el coche a otro lugar, situado a medio kilómetro, y regresar caminando.
De este par de testigos de la noche del 21 al 22 de septiembre solo ha podido declarar uno, con antecedentes policiales, porque el otro se encuentra gravemente enfermo.
 El que ha hablado se ha ratificado en todo lo que en 2013 contó en varios programas de televisión: en el tiempo que se ausentaron para alejar su coche de aquel camino rural, uno de los brazos de Asunta "cambió de posición" y, además, en todo momento, tuvo la "sensación", la "intuición", de que alguien les estaba observando entre los árboles, desde las sombras.
 A diferencia de los vecinos de la pista, ellos —una hora después— fueron capaces de ver el bulto de la niña, supuestamente porque llevaban los faros del coche encendidos.
Según han testificado también este lunes algunos de los agentes que participaron en las primeras diligencias y la elaboración del atestado, durante las horas iniciales estos amigos de noche de fiesta se convirtieron en los primeros sospechosos.
 "¿Qué le habéis hecho a la niña?", recuerda un guardia civil que les preguntó aquella madrugada. Hasta que este miembro del Grupo de Delitos contra las Personas del cuartel de Lonzas (A Coruña) se fijó en las cuerdas abandonadas junto al cuerpo (semejantes a otras halladas después en el chalé de Teo) y comprobó que el Golf blanco de los amigos, con el motor aún caliente, no tenía ni un rasguño. "La hipótesis inicial era la del atropello".
Las defensas de los acusados han insistido durante el interrogatorio en el hecho de que se descartase a esos sospechosos ya esa primera noche, sin revisar a fondo el interior del coche blanco cuando, a la vista de la luz forense que se empleó para estudiar in situ el cuerpo de Asunta, aparecieron en el cuello de su camiseta unas manchas que generaron "dudas".
 A falta de un análisis, la prueba no era concluyente ni mucho menos, pero el primer informe recogía que podía tratarse de semen.
La autopsia del día después, sin embargo, descartó cualquier tipo de agresión sexual sobre la pequeña.
 El propietario del vehículo ha asegurado esta mañana que en ningún momento los guardias civiles le pidieron que abriese el coche para inspeccionarlo.
 Un agente, sin embargo, afirma que sí lo hicieron.
En general, esta mañana los investigadores han coincidido en confirmar que esa noche tan clara, al estar depositado a la sombra de un árbol, el cuerpo no podría haber sido descubierto sin ayuda de luces artificiales como las de un coche
. En la sesión ha intervenido, además, el policía que tomó la denuncia a los padres pasadas las diez de la noche por la desaparición de la pequeña.
 Ha contado que, después de estar unas tres horas con Basterra, de camino al piso de su exesposa, el padre de Asunta acabó confesándole su temor de que la niña aparecería muerta.
No obstante, cuando, en torno a las cinco de la madrugada, les llevaron la noticia del hallazgo del cadáver de una niña de rasgos asiáticos, Rosario Porto reaccionó con nerviosismo e "incredulidad", negando la evidencia.
 Y el acusado se mostró "compungido y apenado", "más que ella", ha puntualizado un guardia civil.
Otro de los testigos de esta mañana ha sido el propietario del chalé más próximo al que heredó Rosario Porto de sus padres, en el municipio de Teo, supuesto escenario del asesinato de Asunta en torno a las 20.00 de aquel sábado.
Este vecino se topó con la madre de la víctima hacia las 20.45 o 20.50, cuando ella aguardaba a que se cerrase el portalón automático de su finca antes de abandonar el lugar.
 Y Porto no evitó el encuentro; más bien todo lo contrario.
 Bajó la ventanilla del copiloto y mantuvo con él una breve conversación que ella misma empezó, con una cuestión doméstica.
 La madre de Asunta le dijo: "Oye, tenemos que hablar de lo de la leña".
 Y él le contestó: "No hay prisa". Después, el hombre le recomendó arreglar un fallo visible en su coche y le recordó que debía encender los faros para regresar a Santiago, a pesar de que "no hacía falta, porque la visibilidad, a esa hora, era buena".
 "Bueno, me voy, que tengo a mi niña sola", atajó finalmente Porto, ya para despedirse.
El vecino salía de paseo con su esposa, su hija y las dos perras de la casa.
 Asegura que no vio ningún bulto entre los asientos delanteros y traseros, como se sospecha que transportaron a la víctima hasta la pista forestal situada a cuatro kilómetros.
 Tampoco vio a Basterra en toda la tarde por la zona.
Sus perras, además, no dieron señales de oler nada extraño mientras rondaban el Mercedes verde.

 

Está claro que el cinéfilo no abunda y Amenabar es el que hace que se vuelva al cine, pero al cine de Butaca

Regresión’ lidera la taquilla y logra el mejor estreno español del año

La recaudación queda lejos de los grandes debuts de 2015 y de sus anteriores obras. Fueron Obras muy buenas y muy prepardas por expertos pero si no sabes nada por ejemplo de Hypatia o de lo que fue el exterminio de la Biblioteca de Alejandría por los Cristianos te puedes perder en un laberinto de conocimientos , creo que eso le pasó en ägora o en "Los Otros" y ha optado por hacer una película que cuando has dicho que la viste te pregunten ¿Es de miedo? pues no, no es de miedo pero se puede deducir que el Mal si existe.Y la Culpa tb.

Un fotograma de la película

Un número uno suena a éxito.
 Y sin embargo no es esa la única manera de interpretar el regreso a las salas de Alejandro Amenábar. Su nueva película, Regresión, se ha adjudicado el primer puesto de taquilla en España en el fin de semana de su estreno, además del título de mejor debut de una película nacional en 2015.
 La recaudación, sin embargo, queda lejos tanto de otros lanzamientos poderosos del año como –de momento- de anteriores trabajos de uno de los directores más taquilleros del país.
 Eso sí, hay que aclarar que obras como Los otros (2001) o Mar adentro (2004) se estrenaron en tiempos de vacas gordas en las salas, lejos de la sequía de hoy en día.
En línea con las expectativas que había generado, Regresión ha sido el filme más visto en los últimos tres días en España: 356.653 espectadores y unos ingresos de 2,5 millones de euros, según los datos provisionales de la empresa especializada Rentrak.
La web Mojo Box Office aumenta la cifra hasta 2,9 millones.
La película de Amenábar ha logrado dejar atrás una superproducción como Everest, así como el filme de animación español Atrapa la bandera, medalla de bronce de taquilla.
 Más en general, con siete películas nacionales de entre las 20 más taquilleras, más de la mitad de los espectadores del fin de semana fue a ver cine español.
Ampliando el foco a todo 2015, Regresión queda lejos del podio de la recaudación.
Por nombrar a dos de los rivales más duros, Jurassic World recaudó en junio 6,5 millones, con 957.000 espectadores en su debut, y la adaptación de 50 sombras de Grey logró números incluso mejores: siete millones de euros y poco más de un millón de espectadores en febrero.
Otros filmes como Del revés, Los Minions, Los vengadores. La era de Ultrón o Fast and Furious 7 también consiguieron datos mejores que Regresión en sus primeros días en las salas.
Más allá de Hollywood y su imparable maquinaria, otra comparación posible y quizás más apropiada es con las otras películas de Amenábar, con las que logró seducir en total a más de 16 millones de espectadores a lo largo de su carrera.
Su anterior trabajo, Ágora, había dejado el listón muy alto en 2009: 5,4 millones en sus tres primeros días, con unos 850.000 espectadores. El filme acabó ingresando más de 21,3 millones.

Volviendo atrás en el tiempo, Mar adentro (2004) se quedó cerca de 20 millones de euros de recaudación total, con poco más de 4 millones de espectadores en España
. Eran, eso sí, tiempos en los que las salas españolas acogían 141 millones de asistentes, respecto a los menos de noventa de 2014.
De hecho, fue también la última vez que un filme español ganó el Oscar a la mejor película de habla no española.
El anterior filme de Amenábar, Los otros, superó en 2001 los 26 millones de recaudación y los seis millones de espectadores.
 Donde sí gana Regresión es en la comparación con los primeros dos largos del director, Abre los ojos (1997) y Tesis (1996), así como con el resto de películas españolas de este año
 La más taquillera hasta la fecha era la comedia Ahora o nunca, que arrancó con 1.424.000 euros y 222.000 espectadores en su primer fin de semana.
Como dijo Boyero con el que cada vez estoy más de acuerdo, es una buena película pero no una Obra Maestra.
Digamos es una película que juega con el espectador y hace un ejercicio con tu visión. Yo la recomiendo, no voy a ser quien le ponga fallos a una película dirigida por un director muy joven que sabe ser cómplice tuyo y dejar que tu intelecto trabaje al mismo tiempo que la trama . A mi me cojió antes de la mitad de la peli que es de que se trataba, y eso jugó en mi contra. Los actores mágnificos todos, incluso a quien te pone delante un tablero de ajedrez con piezas equivocadas.
Para que cada uno juegue su partido y no gane. Pues gané. pero tb como en alguna parte he dicho va muy en ese terreno  de la mano de Alfred Hitchcok

No se puede contar ni se debe desvelar nada . Hay que verla y que cada uno saque sus conclusiones




Henning Mankell frente al duelo de la muerte................................... Winston Manrique Sabogal

El escritor sueco relata en un libro la manera en que sus recuerdos le han servido como tabla de salvación para afrontar el cáncer.

El escritor sueco Henning Mankell. / sara appelgren

Nueve años tenía Henning Mankell (Estocolmo, 1948) cuando el futuro puso en él la semilla de la cara y la cruz de lo que sería su vida
. Al menos una parte esencial. La primera lo haría consciente de su existencia en el mundo y delinearía su identidad y destino, cuando una mañana de invierno, camino del colegio, lo sorprendió “una certeza inesperada.
 Como una carga eléctrica: ‘Yo soy yo y ningún otro. Yo soy yo”.
 La otra mitad de la semilla guardaba el primer atisbo de la enfermedad que hoy está en su horizonte, cuando estaba en un hospital con unas molestias en el apéndice y el compañero de habitación era un hombre con cáncer terminal.
Esa fue la primera vez que el escritor sueco, que puso la novela policiaca de su país en el mapa mundial y lo convirtió en uno de los clásicos contemporáneos del género, escuchó esa palabra que 57 años después lo tocaría a él de manera contundente
. Una pesadilla.
 El 16 de diciembre de 2013 sufrió un accidente en su coche, el día de Navidad se despertó con lo que pensó era una tortícolis, en los días sucesivos el dolor se extendió de manera extraña, el 8 de enero de 2014, de una mañana fría y nevada, fue al hospital y tras unas radiografías le diagnosticaron un tumor cancerígeno en el pulmón izquierdo con metástasis en la nuca.
 Los siguientes diez días fueron devastadores para su ánimo.
 Conoció el pavor. Creyó hundirse
. Hasta que emergió con la idea de afrontar la enfermedad, de no dejarse vencer y de contar ese duelo con la muerte desde la perspectiva de la vida.
Arenas movedizas es el título que le puso Mankell a ese libro que reúne sus vivencias y que edita Tusquets (traducción de Carmen Montes Cano), el sello que ha publicado todos sus libros.
 Allí enfrenta el horizonte de la muerte creando el arco de algunos de los primeros hallazgos que han marcado su existencia personal y colectiva.
No es un libro filosófico ni de autoayuda, aunque esté esparcido de preguntas esenciales de siempre, sino que a partir de ellas recuerda que la vida de cada uno está llena de historias luminosas o sombrías, cuentos o novelas según se quiera, que nos conectan con el mundo.
Y, claro, al estilo de Mankell, hay una denuncia política y social sobre el legado que dejaría esta civilización a la humanidad:
 No será Rubens, ni Shakespeare, ni Beethoven, sino los residuos nucleares enterrados en el fondo de alguna montaña sueca jugando con la memoria de las siguientes generaciones, con el riesgo paradójico de que, afirma Mankell, el último recuerdo que deje el ser humano será ése:
 "Que nadie recuerde nada. Lo último que dejaremos detrás de nosotros es algo que escondemos para que nadie lo encuentre”.
Arenas movedizas es la vida como un rompecabezas de historias que entretejen en silencio el porvenir de una persona.
 Empezando por el título, Mankell cuenta cómo le aterraba, desde niño, y durante sus periplos por el mundo la idea de ser engullido por una de esas arenas pero luego descubre la verdad que las rodea, todo mito.
 Y en este caso, frente a la enfermedad que parecía engullirlo sale de allí al aferrarse a los recuerdos, al repasar su vida:
“Puede que no me atreviera a pensar en el futuro. Era territorio incierto, minado
. Así que volvía continuamente a la infancia”, escribe en el libro.
 Y también a su adolescencia y a su madurez, a sus momentos estelares.
Entre las obras de Henning Mankell destaca la serie policiaca del inspector Kurt Wallander, traducido a 40 idiomas, que inició en 1990 con Asesino sin rostro.
  En sus novelas, narra dramas humanos en los que advierte problemáticas sociales o políticas de su país o de Europa
. Una mirada a la cual ha contribuido su presencia en África desde 1973 cuando fue por primera vez.
Con todo eso ha creado este libro-testimonio.
 Una procesión de episodios de primeras veces y sus sombras. Un espejo retrovisor, como él lo llama, en el que mira atrás para seguir avanzando

Maestro de la novela negra contemporánea

JUAN CEREZO
Henning Mankell es el gran patriarca de la literatura policiaca escandinava, uno de los maestros de la novela negra contemporánea.
En nuestro país su serie protagonizada por Wallander fue pionera en lo que ha acabado siendo una categoría del género criminal: la novela nórdica. Ha vendido más de 40 millones de ejemplares de sus obras en el mundo
Mankell destaca por su infalible capacidad de observación, tanto en cuestiones sociales candentes e incómodas como en los tipos humanos que pueblan sus novelas. Es un gran creador de atmósferas, de la estirpe del mejor Simenon.
Y tiene un talento único para crear personajes indelebles, como el protagonista de su serie, Kurt Wallander, el inspector gruñón pero honesto, desastrado pero profesional, solitario pero dotado de certera intuición psicológica para descubrir los secretos que la gente oculta.
 Es decir, un personaje que, con todos sus problemas personales, es de una humanidad desarmante. Como muchos de los que le rodean o con los que se encuentra.
Y por ello sus historias dejan poso, largo recuerdo, porque hablan de dramas humanos de la Europa contemporánea.
 Como dice en Arenas movedizas, sus emotivas memorias, si los escritores se dividen entre los que iluminan y los que ocultan, él siempre ha perseguido en sus obras desvelar lo que los algunos están empeñados en enterrar o esconder:
 “Escribir es iluminar con una linterna los rincones de penumbra.”
Autor poliédrico, ha demostrado su talento narrativo no ya en thrillers internacionales, que han sido bestsellers globales, como El chino, El cerebro de Kennedy, sino también en subyugantes historias íntimas y familiares como Profundidades o Zapatos italianos, que tendrá continuación en su recién acabada Botas de lluvia suecas, en su serie africana, con títulos como Comedia infantil o Hijo del viento, en novelas sociales que hablan de inmigración e indocumentados, como Tea Bag, o en sagas femeninas como Daisy Sisters o Un ángel caído.
En buena medida, la validez y credibilidad de sus historias se deben a la coherencia de su actitud cívica, a su compromiso social: pasa la mitad del año con África (tiene un pie en la nieve y otro en la arena, suele decir), y dirige en Maputo, Mozambique, el teatro Nacional Avenida. Montó una editorial con su editor, Leopard, en la que publica a muchos autores del tercer mundo
. Participó en la escuadrilla que quiso romper el bloqueo al pueblo palestino.
En sus colaboraciones en prensa deja clara su denuncia de las injusticias y los abusos de una sociedad, la sueca y la occidental, demasiado segura de sí misma y no tan perfecta como nos tranquilizaría pensar.
Juan Cerezo es el editor de Tusquets, sello que edita a Henning Mankell

 

Fulgor sesentero sobre el acantilado.............................................. Luis Roca Arencibia...

La arquitectura de los apartamentos turísticos Buganvilla, junto a Maspalomas, en Gran Canaria, domina la playa de San Agustín.

 


Vistas desde los apartamentos Bungavilla, en San Agustín, Gran Canaria
Panorámica desde los apartamentos Bungavilla, en San Agustín (Gran Canaria). / luis roca arencibia
Acceder a los apartamentos Buganvilla (Los Jazmines 17, San Agustín), junto a Maspalomas (Gran Canaria), es como entrar por el final del tubo de un embudo.
 De lo oscuro a la luz. El edificio, de ocho plantas, proyectado por Salvador Fábregas hace 50 años, está grapado a un escarpe junto al mar.
Los apartamentos, espacios blancos diáfanos rematados por una terraza con barandilla de vidrio, simulan cavidades en el acantilado que se abren al océano.
 Desde la terraza se observan las olas avanzar hacia la playa, cómo el agua se ondula desde mar adentro hasta el blanco rizado final.
 Al fondo, las dunas de Maspalomas.

“La fachada de Buganvilla es una puesta de sol”, dice José Antonio Sosa, arquitecto y responsable, junto a Evelyn Alonso, de la rehabilitación del lugar.
 El complejo reabrió sus puertas en noviembre de 2014.
 “Lo que más me gusta es cómo Fábregas se empotró en la montaña.
Los preciosos arcos de piedra de la primera planta hacen de contrafuertes.
El edificio entero son muros de carga, paredes de medio metro de espesor realizadas con la misma piedra que se sacó al vaciar el solar.
Esto le da un gran aislamiento acústico a las habitaciones”.
El equipo de arquitectos Alonso-Sosa desnudó el edificio.
 “Cuando trabajas con un edificio valioso debes restarle las piezas añadidas, dejarlo en la esencia y darle una nueva vida.
Por ejemplo, restauramos toda la carpintería de madera de riga original, a la que el sol lleva dando desde 1967.
Hoy parece como encendida, tiene un color precioso”.
 La reforma también añadió elementos nuevos.
“En la planta uno Fábregas trasladó los apartamentos hacia atrás para facilitar el acceso.
 Como eso les hizo perder sol, construimos tres nuevas terrazas colgantes de madera con barandillas de vidrio”.
Fachada del complejo de apartamentos Buganvilla, en Gran Canaria. / Luis Roca Arencibia
Buganvilla dispone de 24 apartamentos y 16 estudios, con capacidad de hasta tres personas
. “Nuestro reto es que las habitaciones fueran abiertas como las de un hotel y con los servicios de un apartamento”
. Cenar con velas en la terraza, desayunar con vistas al mar sin los agobios del bufé.
 El mobiliario combina elementos antiguos y actuales, cerradura vintage en la puerta del baño. “Tratamos de recuperar la levedad de los muebles de los años 60, el pavimento tiene una forma de espiga muy de esa década.
 Hemos reinventado el lugar para una nueva clientela con la edad de los primeros usuarios de aquella época, turistas nórdicos que empezaron a venir con 20 años.
 Algunos lo siguen haciendo con más de 70”.
La puerta del complejo da a un paseo que conduce, veinte metros más allá, a la playa de San Agustín. La intervención en el jardín de la paisajísta Marga Arencibia reordenó las plantas ornamentales y añadió árboles de sombra en la zona de piscinas.
 En el talud entre esta y el paseo marítimo se plantaron endemismos resistentes a la salinidad marina, inspiradas en los cráteres protegidos de la playa de Vargas, en Agüímes (sureste de la isla).
 Destacan la palmera canaria, la sterlizia gigante, el clerodendro, el crinum, el apio de mar y el salado verde.
En la zona más pegada al mar, Alonso y Sosa hacen su último guiño: una elegante valla de madera cuperizada con 300 palos girados de forma aleatoria sobre el muro de laja que separa Buganvilla del mundo exterior.