El óleo 'Sueño de San José' y el dibujo 'Caricatura de cabezas' estaban en una caja fuerte.
Dos obras atribuidas a Francisco de Goya
(Fuendetodos, 1746—Burdeos, 1828) fueron robadas el pasado 1 de
septiembre de una casa en Villanueva de la Cañada, una de las
localidades con mayor nivel de renta de la Comunidad de Madrid y situada
a 30 kilómetros al oeste de la capital. Los ladrones irrumpieron en la
vivienda por la tarde, cuando no había nadie dentro, e inutilizaron la
alarma, según informó a este periódico la compañía Art Recovery Group,
especializada en el rastreo y recuperación de obras de arte robadas y
expoliadas mediante el uso de una gran base de datos y de un sistema de
detección de imágenes en Internet.
Los pequeños goyas desaparecidos son el óleo Sueño de San José (de 33,5 por 24 centímetros) y el dibujo a tinta Caricatura de cabezas(21 por 15 centímetros).
Guilherme Maximino, un portavoz de Art Recovery, descartó la hipótesis de que se trate de una operación encargada por algún coleccionista, deseoso de contar con la pintura y el dibujo sustraídos. Los ladrones entraron probablemente a robar dinero, objetos de valor y joyas pero al destripar la caja fuerte se toparon con las dos piezas del genio aragonés y se llevaron las obras, según la versión de la firma, con la que contactó el propietario de las obras robadas, que prefiere mantenerse en el anonimato.
La sustracción fue comunicada a la Guardia Civil, a la Interpol y a las policías de otros países
. Art Recovery envió a los agentes las fotografías de Sueño de San José y Caricatura de cabezas para intentar abrir lo antes posible alguna línea de investigación que permita la recuperación de las dos obras, además de impedir su venta
. Fuentes de la Guardia Civil confirmaron ayer a este periódico el robo de los dos goyas, si bien declinaron dar más información para no interferir en sus pesquisas.
Los expertos de la empresa señalaron a este periódico que el valor de ambas piezas podría alcanzar los cinco millones de euros.
Dada la naturaleza delictiva de su procedencia, resulta muy complicado ponerlas a la venta en el mercado legal del arte.
Sobre Sueño de San José, Guilherme Maximino sostuvo que es muy posible que se trate de un estudio previo que realizó el genio aragonés para el conjunto de frescos —pintados en torno a 1771-73 por encargo de Joaquín Cayetano Cavero Ahones y Pueyo de la Sierra (1735-1788), conde de Sobradiel— que decoraban los muros y el techo del oratorio del palacio de este noble en Zaragoza, sede del Colegio de Notarios de Aragón.
La web de la Fundación Goya en Aragón señala sobre este conjunto atribuido al artista que fue el historiador Ricardo del Arco quien dio noticia del hallazgo de las pinturas en 1915, adjudicándolas por vez primera a Goya
. En los años 20 del pasado siglo, sin que se sepan los motivos, las pinturas fueron arrancadas y pasadas a siete lienzos por orden de Joaquín Cavero Sichar y Álvarez de Toledo, primer conde de Gabarda, a cuya propiedad había pasado el palacio.
Esas pinturas formaron parte de una exposición sobre Goya organizada por la Academia de Bellas Artes de San Luis en 1928 en el Museo de Zaragoza.
Fue la primera y última vez que se vieron juntas
. Después, los cuadros se depositaron en el Museo Provincial de Zaragoza
. En 1932 se levantó ese depósito y todas las obras, excepto Sueño San José, que se quedó en la pinacoteca por su mal estado, se dispersaron y pasaron por sucesivas manos particulares.
Los pequeños goyas desaparecidos son el óleo Sueño de San José (de 33,5 por 24 centímetros) y el dibujo a tinta Caricatura de cabezas(21 por 15 centímetros).
Guilherme Maximino, un portavoz de Art Recovery, descartó la hipótesis de que se trate de una operación encargada por algún coleccionista, deseoso de contar con la pintura y el dibujo sustraídos. Los ladrones entraron probablemente a robar dinero, objetos de valor y joyas pero al destripar la caja fuerte se toparon con las dos piezas del genio aragonés y se llevaron las obras, según la versión de la firma, con la que contactó el propietario de las obras robadas, que prefiere mantenerse en el anonimato.
La sustracción fue comunicada a la Guardia Civil, a la Interpol y a las policías de otros países
. Art Recovery envió a los agentes las fotografías de Sueño de San José y Caricatura de cabezas para intentar abrir lo antes posible alguna línea de investigación que permita la recuperación de las dos obras, además de impedir su venta
. Fuentes de la Guardia Civil confirmaron ayer a este periódico el robo de los dos goyas, si bien declinaron dar más información para no interferir en sus pesquisas.
Los expertos de la empresa señalaron a este periódico que el valor de ambas piezas podría alcanzar los cinco millones de euros.
Dada la naturaleza delictiva de su procedencia, resulta muy complicado ponerlas a la venta en el mercado legal del arte.
Sobre Sueño de San José, Guilherme Maximino sostuvo que es muy posible que se trate de un estudio previo que realizó el genio aragonés para el conjunto de frescos —pintados en torno a 1771-73 por encargo de Joaquín Cayetano Cavero Ahones y Pueyo de la Sierra (1735-1788), conde de Sobradiel— que decoraban los muros y el techo del oratorio del palacio de este noble en Zaragoza, sede del Colegio de Notarios de Aragón.
La web de la Fundación Goya en Aragón señala sobre este conjunto atribuido al artista que fue el historiador Ricardo del Arco quien dio noticia del hallazgo de las pinturas en 1915, adjudicándolas por vez primera a Goya
. En los años 20 del pasado siglo, sin que se sepan los motivos, las pinturas fueron arrancadas y pasadas a siete lienzos por orden de Joaquín Cavero Sichar y Álvarez de Toledo, primer conde de Gabarda, a cuya propiedad había pasado el palacio.
Esas pinturas formaron parte de una exposición sobre Goya organizada por la Academia de Bellas Artes de San Luis en 1928 en el Museo de Zaragoza.
Fue la primera y última vez que se vieron juntas
. Después, los cuadros se depositaron en el Museo Provincial de Zaragoza
. En 1932 se levantó ese depósito y todas las obras, excepto Sueño San José, que se quedó en la pinacoteca por su mal estado, se dispersaron y pasaron por sucesivas manos particulares.