"El mundo de la adquisición, consumo y disfrute de sustancias
estupefacientes o embriagantes ilegales se desenvuelve en una auténtica
orgía léxica. Ya sea porque su consumo comenzó en ambientes marginales o
carcelarios, porque su comercio está fuera de la ley o porque los
grupos que las usan usan claves para comunicarse sin ser entendidos, el
caso es que hay una asombrosa proliferación de palabras que aluden a
objetos, procedimientos y sensaciones relacionados con las drogas. Unas
son palabras de jerga, otras son préstamos de otras lenguas, algunas son
metáforas, otras juegos de palabras. Muchas han estado en uso en un
periodo concreto, para nunca más volver… o reaparecer al cabo de unos
años. A ello hay que sumar nombres científicos, marcas comerciales,
denominaciones oficiales…". Por JOSÉ ANTONIO MILLÁN
- Foto:ARCOLIBROS
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