Un Blues

Un Blues
Del material conque están hechos los sueños

18 sept 2015

Amenábar da miedo en San Sebastián.................................................................... Rocío García

El director español inaugura hoy el certamen con su nueva película, ‘Regresión’, una historia de terror rodada en inglés y protagonizada por Emma Watson y Ethan Hawke.

El miedo se instala en las calles de San Sebastián
. El misterio y el suspense merodean por las butacas del Kursaal.
 Los fantasmas que nos atenazan, los caminos que uno se ve obligado a recorrer en solitario frente a amenazas, intangibles o reales, se dan cita hoy en la ciudad de la mano de Alejandro Amenábar, que inaugura a lo grande con su nueva película, Regresión, la 63ª edición del único festival de cine de categoría A en España.
El corte de la cinta inaugural encierra todos los ingredientes necesarios para una cita de estas características: un director español de alta proyección internacional al frente de una gran producción rodada en inglés y con un reparto estelar encabezado por Ethan Hawke y Emma Watson.
 ¿Todos los ingredientes...? Casi todos: ni Watson ni Hawke, víctimas de los consabidos problemas de agenda, estarán hoy en San Sebastián para el inicio de las festividades, en un festival que apuesta claramente por el cine en español (de España y Latinoamérica), con una programación que presenta, en sus distintas secciones, más de 200 títulos.
Regresión, que abre la sección oficial aunque fuera de competición, supone no solo la vuelta al suspense de Alejandro Amenábar, sino también su debut en el festival más importante de España.
El director de cintas como Tesis, Mar adentro o Los otros</CF> pisará por primera vez la alfombra roja de San Sebastián.
 Puede decirse sin temor a equivocarse que Amenábar es muy poco festivalero
. Lo reconoce él mismo, aunque se confiesa reconfortado.
 Ha estado en los más importantes certámenes cinematográficos del mundo —su anterior película, Ágora, fue seleccionada en Cannes y la primera, Tesis, se presentó en Berlín— pero nunca lo había hecho en San Sebastián.
“Debutar en este festival con una película como Regresión es una muy buena manera de arrancar la carrera de este título”, aseguraba orgulloso el director en un encuentro reciente en Madrid
. Con su sexta película, tercera rodada en inglés, recién casado y con 43 años, Amenábar vuelve al género del suspense y lo hace con una película basada en un fenómeno real ocurrido en la América más profunda en los años noventa.
 Sectas satánicas, trastornos de personalidad, memoria reprimida... todo cabe en Regresión, un relato que busca entrar y perforar en la mente de los personajes.
Alejandro Amenábar ha seguido la senda de Tesis, su deslumbrante debut en el mundo del largometraje, hace ya 20 años, y de Los otros, la película que le puso en el firmamento internacional. El director reconoce que echaba de menos el género de terror, aunque él prefiera utilizar el término suspense.
 “Me gusta pasar miedo delante de una pantalla.
 Hay algo muy primario en todo ello
. En la seguridad de la butaca, sí me gusta pasar miedo
. Quizás también responde a que yo siempre he sido muy miedoso.
 Las películas de terror alimentaban esos miedos, pero ha sido cuando me he enfrentado a ellas como director cuando me he liberado de esos miedos infantiles a la oscuridad, los fantasmas o la muerte. Regresión no es una película de miedo, sino sobre el miedo, sobre cómo, a veces, el miedo nos atenaza y nos pone un velo delante que nos impide pensar y ver la realidad con claridad, de ir a la raíz del problema.
Quería mostrar lo fácil que es propagar el miedo y entrar en una especie de paranoia colectiva.
 Y ese es el miedo en estado puro”.
Ha perdido ingenuidad, lo reconoce, y por eso ha cambiado su aproximación al género.
 No ya solo como director, sino también como espectador.
 “Hemos perdido la capacidad de sorprendernos. Cada día es más difícil encontrar la sorpresa, pero lo que no ha cambiado es mi entusiasmo y disfrute.
 Todas mis películas las he hecho con la fuerza y la convicción de que esa era la historia que quería contar”.
Quien ve cumplido todo un sueño con esta inauguración del festival de la mano de Regresión es José Luis Rebordinos, el director de Zinemaldia, que con esta edición cumple su cuarto año al frente del certamen.
 Desde las primeras reuniones preparatorias del festival, allá por el mes de abril, el título de Amenábar era para él algo así como el vellocino de oro. “¿Quién no querría tener a Amenábar en su festival?”, repite de manera constante Rebordinos.

Muchos intereses

El proceso ha sido lento y complicado
. Muchos intereses, muchas voces y negociaciones agotadoras complicaron el camino, hasta el punto de que el equipo del festival tenía ya preparadas otras posibilidades por si las moscas.
“Es una película grande que no necesita el recorrido de un festival y estuvimos esperando a la decisión final de sus responsables sobre lo que querían hacer con ella.
 No nos hubiera importado incluso que también se presentara antes en Toronto, pero obviamente para nosotros es mucho más importante que la première mundial tenga lugar aquí, en San Sebastián.
 Fue una muy agradable sorpresa.
 Con la apuesta que tenemos este año de cine español, inaugurar con Amenábar no podía ser mejor. Yo he intentado varias veces que Alejandro viniera de jurado al festival y no lo he conseguido”, explica el principal responsable del certamen.
Hoy, José Luis Rebordinos, viejo integrante del comité de selección del Festival de Cine y antiguo responsable de la también donostiarra Semana de Cine Fantástico y de Terror, respira aliviado y agradecido por esta apuesta:
 “Esta es una película que no necesita festivales y que aporta más al Zinemaldia de lo que puede obtener aquí”.

 

17 sept 2015

El premio Nobel fue el encargado de dar el discurso de cierre en la inauguración del «flagship store» de Porcelanosa en la Quinta Avenida


 
 

 

 
 
Tal y como habíamos anunciado la inauguración de la primera «flagship stores» de Porcelanosa en Manhattan fue todo un acontecimiento con más de 700 invitados y una alfombra roja que hizo las delicias de los asistentes. Richard Gere, Sarah Jessica Parker, Irina Shayk o Carolina Herrera pusieron el toque internacional.
Por la parte española sin duda alguna la estrella fue Isabel Preysler, musa de esta firma de azulejos, que deslumbró con un vestido del diseñador español Alfredo Villalba con cristal de Swarovski, encaje de guipur y más de 300 horas de elaboración y que complementó con un moño y un maquillaje impecable. 
A su lado, y dejando al personal boquiabierto por la manera en la que proclamaron su amor a todo el mundo, el Premio Nobel Mario Vargas Llosa que no sólo estuvo sin separarse de su pareja sino que fue quien cerró el turno de los discursos con unas palabras que emocionaron especialmente a una Isabel que minutos antes también leyó su discurso que llevaba escrito y que fue mitad en inglés mitad en español.
 Como Isabel ha contado a su círculo más próximo ha sido precisamente Vargas Llosa el que ha querido sacar pecho en esta relación sentimental.
 No sólo no ha escondido en ningún momento su amor sino que lo proclama y defiende delante del mundo a pesar de la situación que hoy mantiene con dos de sus hijos y su mujer Patricia que le han retirado la palabra desde que decidido romper y estar junto a Isabel. 
«Llevo esperando treinta años y no pienso esperar otros treinta», dicen que comentó Vargas Llosa cuando su noviazgo saltó a los medios.
 Era deseo de Preysler haber esperado a esta fiesta para hacer pública la relación pero fue imposible puesto que sus cenas en el japonés del hotel Eurobuilding dieron la voz de alarma.
En Nueva York se llevaron todos los focos y muchos comentarios.
 La opinión generalizada es que están totalmente enamorados. Felices y sin separarse nadie puede cuestionar lo que salta a la vista
. Tras los discursos los invitados vip se trasladaron a la carpa transparente que se instaló en el parque Madison a escasos 100 metros de la tienda.
Los famosos estuvieron siempre custodiados por miembros de seguridad de los que imponen y quitan las ganas de selfies pero hubo quien no pudo evitar hacerles fotos aunque fuera a cierta distancia
. El decorador Luis Galliussi, instalado en Nueva York desde hace unos meses, fue al evento al igual que su colega Lorenzo del Castillo, los dos muy buenos amigos de Preysler.
 También estuvo el exministro José Bono.
El torero Cayetano Rivera, la modelo Nieves Álvarez como siempre espectacular, Nuria González y el propietario de bodegas Marqués de Murrieta, Vicente Cebrián Sagarriga, estuvieron entre los invitados
. Hubo música a cargo de un grupo sevillano como guiño a España y sobre todo un ambiente divertidísimo con la familia de Porcelanosa feliz de ver el resultado.
No en vano la inversión ha sido de órdago.
 Sólo por utilizar el parque Madison han donado 750.000 dólares a la ciudad de Nueva York más otros 400.000 dólares a la Fundación del Tibet que preside Richarad Gere aparte de los cachés de Sarah Jessica e Irina.
Sin duda alguna uno de los que más disfrutó de la velada fue Alfonso Diez, el duque viudo de Alba, que como apasionado del cine tuvo el gustazo de poder conversar con Gere y Sarah Jessica a los que tantas veces ha visto en la pantalla. 
Su amistad con los Colonques viene de los tiempos de Cayetana y de estos viajes y otros actos es por lo que Porcelanosa tiene mucho que ver con la reforma que hizo en laasa que se está comprando en Sanlúcar de Barrameda.
 Alojada toda la comitiva en el hotel NY Edition la mayoría de los asistentes se quedará hasta el fin de semana para aprovechar el viaje y disfrutar de una de las ciudades más apasionantes del mapa.
Preysler y Vargas Llosa muestran su amor al mundo
b. cortázar/ Dentro de la carpa en la que se ofreció el banquete
Preysler y Vargas Llosa muestran su amor al mundo
b. cortázar / la nueva tienda
 
 
 
 

El armario de Letizia para EE UU



La Reina lució, en la primera jornada de su visita oficial a Estados Unidos, un estilismo en blanco y negro compuesto por un vestido con estampado de flores y acompañado con una chaqueta de color blanco. El atuendo es una creación de su diseñador de cabecera, Felipe Varela. 




Doña Letizia visitó junto a Michelle Obama el huerto ecológico plantado en los jardines de la Casa Blanca. La Reina optó por quitarse la chaqueta y mostrar el vestido de silueta lápiz blanco y negro con estampado floral, creado por Varela. 


Para acompañar su sobrio estilismo, doña Letizia lució unos pendientes Tour de oro blanco de 18 quilates. 



La Reina complementó su vestuario con unos zapatos de salón color negro de Prada.Serán todo lo Prada que quieras pero es un martirio ir sobre ellos los pies solo apoyan los dedos..




En el marco de su primera visita a Estados Unidos como Reyes de España, la Embajada española en Washington organizó una cena. Letizia eligió un traje de dos piezas en negro con algunos detalles de pedrería en tejido 'tweed'. El atuendo es de la colección de invierno 2015/2016 de Nina Ricci.Cada vez se le nota menos natural.


Para la cena doña Letizia en la embajada, eligió unos pendientes largos de diamantes de la firma Jesús Yanes. 



Para cerrar el segundo día de su visita oficial a Estados Unidos, los Rreyes visitaron la Universidad de Georgetown, donde Felipe VI estudió hace 20 años.
 En el acto, la reina apostó por un vestido negro con gasa bordada, diseñado por Felipe Varela. Combinó su atuendo con una cartera de mano, también firmada por el diseñador español y unos zapatos de salón de Prada.
Muy artificial y recargada.

NI VIVOS NI MUERTOS........................................................... Jesús Rodríguez

Esto no es una película.
 Pero la inspectora Isabel V. J., dura, ácida, muy delgada; 20 años en la Brigada de Homicidios surcándole el rostro ("he visto todos los cadáveres, toda la sangre, todas las puñaladas"), prefiere olvidar aquella madrugada en un hotel sin nombre de una ciudad anónima; sola; insomne; un cigarrillo tras otro; esparcidas por la habitación las fotografías y los recuerdos de una mujer que hoy tendría 34 años.
 Y gritar con rabia entre esas cuatro paredes:
¡Dónde estás! ¡Qué han hecho contigo!
No es una película.
 La inspectora forma parte del Grupo de Desaparecidos de la Unidad Central de Delincuencia Especializada y Violenta (UDEV).
 La élite policial en la búsqueda de los ciudadanos que un día se esfumaron o alguien hizo desaparecer.
 Su trabajo es dar con ellos. Vivos o muertos. Saber qué pasó. Tejiendo una larga y sutil tela de araña a base de hipótesis, indicios, pruebas y corazonadas
. Reconstruyendo la vida de alguien que nunca conoció.

"Es más duro investigar una desaparición que un asesinato
. No te lo quitas de la cabeza
. Una desaparición es todo o nada
. Pueden estar bajo un palmo de tierra o en el Caribe.
 Es el vacío absoluto
. No te acostumbras. Vas en el metro y no paras de darle vueltas. '¿Dónde estará?; ¿Por dónde tiro? ¿Se me habrá pasado algo?'
Te comes la cabeza. No desconectas
. Llegas a saber todo de ellos. Les conoces mejor que su familia.
Su intimidad. Vas juntando piezas. ¡Claro que tengo mis sospechosos! Unos sospechosos a los que es difícil probar nada.
 Pero no me olvido de ellos aunque estén en la calle.
 Aunque pasen años. Sigo
. Chequeo qué hacen; sus viajes, si tienen denuncias.
La investigación de una desaparición no se abandona nunca.
 El caso continúa abierto. Un día puede que aparezcan los restos.
 Y entonces tienes un cadáver. Y un cadáver habla
. Con la inspección ocular y el examen del forense sabes cuándo y cómo murió. Si fue un accidente o un asesinato; si le quitaron la ropa; si le agredieron sexualmente; quizá hasta el ADN del autor.
 Ahí empieza otra parte de la investigación. Ya no tienes un desaparecido, sino un muerto. Y... hasta cierto punto, cómo diría yo,¡descansas!"
José Suárez arranca cada mañana su quad y se pierde por las montañas que rodean Vecindario, el pueblo de 10.000 habitantes donde vive hace 25 años en Gran Canaria
. Rastrea los centenares de pozos y barrancos de la zona; registra casas abandonadas; pregunta a los aldeanos; husmea fincas desiertas
. No ceja. Un día y otro y otro más.
 Intentando abarcar todo. Hay algo febril en sus incursiones.
 Ha cumplido 60. Es un tipo fuerte, hecho a sí mismo.
 De albañil a tener una constructora con una plantilla de 150 trabajadores. Repite que no tiene enemigos.
 Es abuelo de Yeremi Vargas, el niño que desapareció el 10 de marzo de 2007 con siete años.
 Pepe se expresa con una frialdad que no es descortesía; es como si su cuerpo fuera una carcasa vacía. Tiene la mirada perdida.
 Su reloj se ha detenido. No supera la ausencia de Yeremi. Ha recibido tratamiento psicológico
. Como todos en su casa.
 Besa una vieja foto de su nieto que reblandece con las lágrimas que le quedan. "Nos han robado la vida, pero voy a encontrar a Yeremi.
 Tiene que estar cerca. Eso es que lo ha cogido alguien de por aquí y no sabe cómo devolverlo. Lo voy a encontrar.
 Se lo juro a mi pizquito lindo".
Juan Bergua pasa todos los días por el lugar en que su hija Cristina se evaporó el 9 de marzo de 1997, en la descarnada carretera que va de Esplugues a Cornellà (Barcelona).
 Es su particular ascenso al calvario.
 Lanza una mirada furtiva al semáforo donde el novio de Cristina dijo que la dejó aquel domingo a las nueve
. A diez minutos de casa. Nadie ha vuelto a saber de ella
. Y esa noche regresa a la memoria de Juan una y otra vez
. Y el complejo de culpa que le acompañará mientras viva. Piensa que su hija ya habría cumplido 28 años. Y cómo han cambiado las cosas.
Pocos meses después de la desaparición de Cristina la policía recibió un soplo: su cuerpo había sido enterrado en el vertedero del Garraf.
 Una montaña de 25 millones de toneladas de basura rozando Barcelona.
Buscaron durante 60 días. Juan en primera fila
. Hasta las rodillas de porquería. Apretando los puños. Esperando que surgiera el cadáver.
 Era una información falsa. Como casi todas las llamadas anónimas que tiñen las desapariciones.
 Una marea de mentiras. A cualquier hora del día o de la noche.
 Desde videntes hasta detectives; desde chantajistas hasta falsos secuestradores; desde timadores hasta sádicos.
Todos intentando sacar tajada. O hacer daño. O ayudar con supuestos avistamientos del desaparecido. A la niña Madeleine McCann la vieron una docena de personas por toda España.
 Hubo que comprobar la veracidad de cada testimonio. Todos eran falsos.
Pero las familias se agarran a ese clavo ardiendo. Incluso la policía.
"No podemos descartar nada", explica un inspector, "puede aparecer un chalado en comisaría diciendo que sabe algo y al final resulta que es el asesino.
 No puedes descartar nada por la sencilla razón de que no tienes nada".
Juan Bergua se acaba de prejubilar.
 Tiene el rostro pé­treo, el andar cansado y unas profundas ojeras.
No sonríe. Habla de Cristina en pasado y en presente. No está ni viva ni muerta.
Durante los primeros meses a punto estuvo de volverse loco
. Inundó de fotografías España.
 Habló con policías, periodistas, jueces y políticos.
Llegó al límite de sus fuerzas. Un año más tarde, en 1998, creó Inter-SOS, una agrupación de familiares de desaparecidos pionera en España
. No recibe un euro de la Administración. Apenas un despachito compartido en el Centro Cívico del Ayuntamiento de Cornellà.
 Desde aquí lucha para encontrar a su hija y ayudar a otros en su situación. Juan no se rinde.
 "Cada día me pregunto qué pasó
. Sigo buscando con el mismo tesón que si la hubiera perdido hace seis meses.
Tengo derecho. Si me demuestran que no quiere volver... lo aceptaré. Si no, que me den sus restos, los enterraré y tendremos un sitio donde llevar flores".
Flor Bellver es una psicóloga especialista en situaciones de emergencia. Ha tratado a víctimas de atentados terroristas, de accidentes aéreos, violencia doméstica, abusos sexuales.
No se asusta fácilmente. "Lo he visto todo.
Pero la situación que pasan los familiares de desaparecidos es la más compleja que conozco.
 Los desaparecidos no pertenecen al mundo de los vivos ni de los muertos.
 Y sus familiares están condenados a moverse entre la esperanza de que algún día aparezcan y la desesperanza más negra.
 Yo lo llamo pérdida ambigua; un trauma que no se cierra". Flor Bellver es la única psicóloga que trabaja específicamente con familiares de desaparecidos en nuestro país. "
No cobro un duro. Pero lo que aprendo de ellos: cómo siguen adelante con dignidad, cómo apuestan por la vida, es para mí más que un sueldo".
-¿Es posible que esas familias superen la desaparición?
-A veces el tiempo da serenidad; se habitúan; manejan mejor esa pérdida, pero todo eso no reduce ni el dolor ni la ausencia.
No son policías normales.
 No son familias normales.
 No son profesionales normales. Son una raza aparte.
 El vínculo que se crea entre ellos es indestructible.
 Detrás de cada desaparición está la tristeza más profunda y un desasosiego que nunca cesa
. Una desaparición es algo antinatural. Incomprensible.
 Que no se asimila.
 Una niebla espesa que instala una incertidumbre permanente en la vida de los que las padecen. De cualquier edad, profesión y condición social.
 Físicamente provoca desde dolores crónicos a un insomnio permanente; depresión, ansiedad, irritabilidad y una absoluta imposibilidad para concentrarse.
 Una desaparición es una herida que no cicatriza. Peor que la muerte. Y un reto para cualquier investigador. "Aunque sólo sea por sacarles de ese infierno", explica un policía.
"Se llega a establecer una relación muy intensa entre los familiares y nosotros; no puedes ser su amigo, eres el policía; pero eres el primer frente para ellos.
Te llaman cuando lo demás falla.
 Nuestro trabajo policial es muy ingrato: explorar registros y archivos; buscar un coche; confrontar llamadas; visionar vídeos de cámaras de seguridad; avanzas despacio y a veces tienes la moral por el suelo.
Y de repente, pasa algo, hay una nueva pista, y si solucionas el caso, ha valido la pena".
Sin embargo, no hay tantas desapariciones en nuestro país.
 Aunque la alarma que provocan sea inmensa.

 Rentabilizada por algunos medios de comunicación. Algo similar a lo ocurrido en Estados Unidos a mediados de los ochenta con el tsunami mediático de los asesinos en serie que provocó una paranoia colectiva en todo el país.
 El miedo provoca más miedo. Amplificado por Internet
. Una desaparición da morbo. Vende. Produce una combinación de fascinación y aversión. Sólo hay que recordar a Madeleine McCann, que se desvaneció en mayo de 2007, cuando tenía tres años, provocando un espectáculo televisado protagonizado por sus padres y transmitido en directo en el que participaron desde Benedicto XVI hasta David Beckham
. O el último dispositivo informativo, con unidades móviles y decenas de periodistas acampados y misas oficiadas por el cardenal y manifestaciones, organizado junto al domicilio de Marta del Castillo, de 17 años, que desapareció el pasado 24 de enero en Sevilla.
En torno a esa crónica negra-rosa-amarilla, varios policías que investigan desapariciones critican agriamente la emisión de Días sin luz, la miniserie que se ha apresurado a realizar Antena 3 en torno a la desaparición y muerte de Mari Luz Cortés en enero de 2008 y que siguieron en su estreno 3.200.000 espectadores.
"No se puede poner eso en televisión cuando la investigación está abierta y quedan tantos cabos sueltos y no sobran pruebas y hay pendiente un juicio que puede ser con jurado
. Es para vomitar", critica una inspectora que investigó la desaparición de la niña de Huelva. Siguió por toda España al presunto asesino de la niña, Santiago del Valle.
Y cuando le vio en Cuenca arrastrando un mugriento carrito de la compra, lo tuvo claro. Pensé: "Ahí sacó ese tío el cuerpo de Mari Luz del barrio de El Torrejón de Huelva".
Para los dos grandes cuerpos de seguridad del Estado no se puede hablar en España de redes organizadas de tráfico de órganos, pederastas, secuestradores o asesinos en serie. "La pederastia está más extendida en Bélgica y el Reino Unido, donde hay unidades policiales especializadas.
 En España desaparecen más mujeres que niños.
 Y en cuanto al tráfico de mujeres para la prostitución, existe, pero no somos un país de origen, sino de destino.
 Hay tráfico de mujeres, pero son captadas fuera", explica un oficial destinado en la Unidad Central Operativa (UCO), el grupo de la Guardia Civil contra la delincuencia organizada, uno de cuyos cometidos es investigar los homicidios y desapariciones que provocan especial alarma social.
En 2008 se presentaron en nuestro país 15.000 denuncias por desaparición en las comisarías del Cuerpo Nacional de Policía y 8.000 en los puestos de la Guardia Civil.
 A las que hay que añadir unos cientos más en la demarcación de las policías autónomas (los Mossos d'Esquadra han creado una unidad especializada en desapariciones).
 Más de la mitad eran menores. Muchos huidos de centros de custodia. Un tercio del total, extranjeros
. El 99% fue localizado. La mayoría en las primeras 24 horas
. Eran desapariciones voluntarias. Algunos de los adultos localizados se negaron a que la policía diera a sus familias información sobre su paradero.
Esfumarse no es delito. Es un derecho.
Pero estamos hablando de los que desaparecen sin dejar rastro; los catalogados por la policía como inquietantes.
Y por la Guardia Civil como forzados. Su vida corre peligro
. Quizá ya son cadáveres. Casos que huelen mal desde el principio.
 Hay más de 200 sin resolver que provocan que policías y guardias civiles se rompan la cabeza. Aumente la alarma social. Y las familias agonicen.
José Manuel A. es el jefe. El inspector jefe del Grupo de Desaparecidos.
 Le quedan tres años para jubilarse. Se hizo policía en 1975. Procede de Homicidios, "que entre nosotros siempre ha sido lo máximo en investigación"
. Es hermético y metódico.
 Hay que leer entre sus palabras. Personifica al viejo sabueso. Bigote de otra época, pelo a navaja y nudo Windsor
. Comenzó a investigar desapariciones a mediados de los ochenta.
 Cuando aún se trabajaba con máquina de escribir. Y los policías despachaban a las familias que llegaban a la comisaría a denunciar con un rutinario "vuelva usted mañana"
. Estaba solo. Ha ido creando una impresionante base de datos sobre desaparecidos que alimenta a diario.
 Y a la que no tiene nadie acceso fuera de su unidad.
 En 1995 se hizo cargo del embrión del actual Grupo de Desaparecidos. Cuenta con dos mujeres policía para el trabajo diario y una veintena de detectives de homicidios para trabajar sobre el terreno si las cosas vienen mal dadas
. El pasado lunes 26 de enero, dos de ellos viajaron hasta Sevilla para investigar la desaparición de Marta del Castillo, a la que su novio dice que dejó cerca de casa la noche del sábado 24.
Fue la última persona en estar con ella.
 El primer sospechoso. "Es lo único que tienes. Desde ahí partes. Buscas a alguien con alguna relación social, laboral o familiar con la víctima.
 Y vas rebobinando. Hacia delante ya no puedes ir".