Los admiradores y críticos del escritor alemán y Premio Nobel de
Literatura Günter Grass tienen, a partir de mañana, un nuevo motivo para
seguir admirando al autor, que murió hace cuatro meses, y también para
volver a descubrir sus flancos débiles, cuando salga a la venta su
último libro, que recibió un título adecuado a las circunstancias en las
que fue escrito: Vonne Endlichkait, que en español podría traducirse como “Acerca de la finitud”.
Todo el mundo sabía que Grass trabajaba con pasión en la elaboración de este libro, que había sido concebido como una obra de despedida, en la cual incluyó ensayos, poemas y varios dibujos originales, además de seleccionar el material del que está hecho la portada (algodón) y el color de la escritura.
La editorial no envió a la prensa ejemplares para su lectura ni tampoco informó sobre el contenido.
Solo avisó de que el libro sería presentado el martes en la ciudad de Gotinga y que en el acto estarían presentes Gerhard Steidl, director de la editorial del mismo nombre, y la viuda del escritor, Ute.
“Günter Grass nos ha dejado un conmovedor regalo de despedida Creo que una vez más consiguió algo grande”, dijo el editor, al presentar el libro.
“Él ha creado con su última obra de arte un impresionante juego de poesía, prosa e ilustración. Grass, a pesar de la melancolía que invadió su vida en la vejez y el decaimiento corporal, logró escribir un estridente libro cómico”, añadió.
El gato y el ratón (1961)
Años de perro (1963)
El rodaballo (1977)
Malos presagios (1992)
Es cuento largo (1995)
Mi siglo (1999)
En el poema Lo que se fue, se fue, Grass escribe: “Hace poco abrí un armario / cerrado desde hace tiempo. / En él había perchas / de las que no colgaba nada. / Colgué entonces, percha tras percha, / ropa de amigos muertos”. Pero deja una percha vacía, la suya.
Grass, que siempre tuvo una debilidad por las causas justas y no dudo en militar políticamente en las filas del partido socialdemócrata, también incluye textos sobre la actualidad de su país, como un breve poema dedicado a Angela Merkel y que lleva por título Mutti (“Mamá”). “Lo que estorba se silencia en forma elocuente; / Ella, en todo caso, no dice nada prolijo”.
El escritor también se ríe de sí mismo y menciona las dificultades para ingerir alimentos sólidos y hace una referencia irónica a la dentadura postiza que reposa sobre la mesa de noche en un vaso de agua.
En otro texto, donde reflexiona sobre la vejez y los preparativos de su propia muerte, se describe probando sendos ataúdes encargados a un carpintero, para él y para su esposa.
“Pero todavía no están con nosotros, a pesar de nuestra fragilidad”.
En el libro también hay poemas sobre la actualidad política de Alemania; uno se titula Fremdenfeindlich (Xenófobo): “…Pero se quedaron y siguen practicando / se mantiene el mensaje: ¡largaos ya!”.
La primera edición de la obra, de solo 176 páginas, sumará 50.000 ejemplares y, según su editor, es posible que el recordado premio Nobel siga presente en el futuro en las librerías de su país.
“No es de esperar que la obra de Grass crezca con algún manuscrito que aparezca debajo de la cama”, dijo Gerhard Seidl. “Sin embargo, proseguiremos con la publicación de sus diarios”.
Todo el mundo sabía que Grass trabajaba con pasión en la elaboración de este libro, que había sido concebido como una obra de despedida, en la cual incluyó ensayos, poemas y varios dibujos originales, además de seleccionar el material del que está hecho la portada (algodón) y el color de la escritura.
La editorial no envió a la prensa ejemplares para su lectura ni tampoco informó sobre el contenido.
Solo avisó de que el libro sería presentado el martes en la ciudad de Gotinga y que en el acto estarían presentes Gerhard Steidl, director de la editorial del mismo nombre, y la viuda del escritor, Ute.
“Günter Grass nos ha dejado un conmovedor regalo de despedida Creo que una vez más consiguió algo grande”, dijo el editor, al presentar el libro.
“Él ha creado con su última obra de arte un impresionante juego de poesía, prosa e ilustración. Grass, a pesar de la melancolía que invadió su vida en la vejez y el decaimiento corporal, logró escribir un estridente libro cómico”, añadió.
Bibliografía
El tambor de hojalata (1959)El gato y el ratón (1961)
Años de perro (1963)
El rodaballo (1977)
Malos presagios (1992)
Es cuento largo (1995)
Mi siglo (1999)
Melancolía
En su libro, Grass da rienda suelta a la melancolía que contaminó el otoño de su vida, evoca a los amigos muertos, reflexiona sobre la vejez y sobre la existencia humana, tiene arrebatos de celo y refresca los momentos en que los fue feliz.En el poema Lo que se fue, se fue, Grass escribe: “Hace poco abrí un armario / cerrado desde hace tiempo. / En él había perchas / de las que no colgaba nada. / Colgué entonces, percha tras percha, / ropa de amigos muertos”. Pero deja una percha vacía, la suya.
Grass, que siempre tuvo una debilidad por las causas justas y no dudo en militar políticamente en las filas del partido socialdemócrata, también incluye textos sobre la actualidad de su país, como un breve poema dedicado a Angela Merkel y que lleva por título Mutti (“Mamá”). “Lo que estorba se silencia en forma elocuente; / Ella, en todo caso, no dice nada prolijo”.
El escritor también se ríe de sí mismo y menciona las dificultades para ingerir alimentos sólidos y hace una referencia irónica a la dentadura postiza que reposa sobre la mesa de noche en un vaso de agua.
En otro texto, donde reflexiona sobre la vejez y los preparativos de su propia muerte, se describe probando sendos ataúdes encargados a un carpintero, para él y para su esposa.
“Pero todavía no están con nosotros, a pesar de nuestra fragilidad”.
En el libro también hay poemas sobre la actualidad política de Alemania; uno se titula Fremdenfeindlich (Xenófobo): “…Pero se quedaron y siguen practicando / se mantiene el mensaje: ¡largaos ya!”.
La primera edición de la obra, de solo 176 páginas, sumará 50.000 ejemplares y, según su editor, es posible que el recordado premio Nobel siga presente en el futuro en las librerías de su país.
“No es de esperar que la obra de Grass crezca con algún manuscrito que aparezca debajo de la cama”, dijo Gerhard Seidl. “Sin embargo, proseguiremos con la publicación de sus diarios”.