Personajes culturales y políticos acuden también a la capilla ardiente, ubicada en el teatro.
La capilla ardiente se abrió al público a las 16:30, pero la entrada del Teatro de La Latina, en Madrid, ya estaba a esa hora repleta de personas que acudieron a despedir a Lina Morgan,
fallecida este jueves a los 78 años.
Además de sus admiradores, también despidieron a la actriz personalidades del mundo de la política y la cultura, como la alcaldesa de Madrid, Manuela Carmena, y la actriz Concha Velasco.
Al menos 300 admiradores, según cálculos policiales, quisieron despedir a la cómica en el teatro de sus éxitos.
Abanico en mano para sofocar el calor, Carmen Martínez, de 82 años, no dudó en ir a La Latina. "Esta mañana he llorado mucho", comentó mientras hacía cola para entrar a la capilla ardiente, instalada sobre el escenario.
"Yo quería mucho a Lina Morgan. Fui a verla muchas veces al teatro, tengo todas sus películas y me ha quitado muuuchas penas".
Con cuentagotas, fueron llegando, a lo largo de la tarde, coronas de flores enviadas por Fofito, La casa del actor, Jesús Cimarro (director-gerente del teatro), Raphael, Lolita y Rosario Flores y un largo etcétera.
El cuerpo de la actriz permanecerá en La Latina hasta esta medianoche y después recibirá la incineración en un acto privado cuyos detalles no han trascendido (al igual que el lugar y la fecha de su entierro).
Es ese cariño de la gente el que recordaron muchas de las personalidades que acudieron a rendir homenaje a la cómica.
"Ahora mismo está el patio de butacas del teatro está lleno, lleno del público que vino a aplaudirla", explicó, entre lágrimas, la actriz Rosa Valenty, que se refirió a Morgan como una "gran actriz", un "genio" y "alguien que en cualquier país sería un Chaplin absoluto y total".
Del afecto de sus compañeros de profesión también dieron cuenta los actores Concha Velasco, que no pudo contener las lágrimas ("Creo que no solo los compañeros hemos perdido a una amiga: creo que España ha perdido un referente cultural muy importante") y Jesús Guzmán, que coincidió con ella en Hostal Royal Manzanares ("Es una actriz entrañable; se trabaja muy a gusto con ella porque te pones a su altura").
Diversas autoridades políticas que acudieron al teatro de La Latina, propiedad de Morgan entre 1983 y 2010, destacaron su valentía al convertirse en empresaria teatral.
"Fue una pionera del mundo empresarial del arte y de la cultura", comentó Pedro Sánchez, que adelantó también que presentará al Ayuntamiento de Madrid una propuesta para dedicarle "una calle o un espacio de esta ciudad" a Morgan.
"Lo vamos a mirar", dijo la presidenta de la Comunidad, Cristina Cifuentes, presente también en el acto, "a ver si se le puede hacer algún tipo de reconocimiento".
En la misma línea se mostró la vicepresidenta del Gobierno, Soraya Sáenz de Santamaría, que se refirió a Lina Morgan como "una mujer que para muchos españoles era como de casa".
También se mostró de acuerdo con esta iniciativa Manuela Carmena, que opinó que estaría "muy bien" poner su nombre a una calle o a un teatro.
No solo fueron políticos quienes estuvieron presentes en el acto.
También Jesús Cimarro recordó la importancia de la actriz: "Luchó por el teatro de este país en los peores momentos; se pierde una gran actriz y una gran cómica"
. Lo mismo hizo el padre Ángel García, fundador de Mensajeros de la paz y amigo personal de la actriz:
"Es una pérdida, pero compensa más la alegría de lo que hemos vivido con ella que lo que hemos perdido".
A las 20:30, en La Latina se representó, en homenaje a Lina Morgan, el tema La oración, del espectáculo que ahora se representa en el teatro, La oración flamenca, cuyas funciones estarán dedicadas a la cómica hasta el próximo día 30.
Pero lo que obtuvo la actriz, además del reconocimiento de personajes públicos, fue lo que a ella siempre le interesó más: el calor de la gente.
"Lo bonito es que vengan los dos públicos a verme actuar", dijo la actriz en una entrevista a este diario en 1985, en referencia a sus admiradores de siempre y a los de nuevo acuño.
A su capilla ardiente acudieron todos sus públicos: mayores, jóvenes, niños.
Algunos llevaban flores, a otros les saltaban las lágrimas, pero todos tenían la necesidad de despedirse de una actriz que hizo reír a todo un país.
Además de sus admiradores, también despidieron a la actriz personalidades del mundo de la política y la cultura, como la alcaldesa de Madrid, Manuela Carmena, y la actriz Concha Velasco.
Al menos 300 admiradores, según cálculos policiales, quisieron despedir a la cómica en el teatro de sus éxitos.
Abanico en mano para sofocar el calor, Carmen Martínez, de 82 años, no dudó en ir a La Latina. "Esta mañana he llorado mucho", comentó mientras hacía cola para entrar a la capilla ardiente, instalada sobre el escenario.
"Yo quería mucho a Lina Morgan. Fui a verla muchas veces al teatro, tengo todas sus películas y me ha quitado muuuchas penas".
Con cuentagotas, fueron llegando, a lo largo de la tarde, coronas de flores enviadas por Fofito, La casa del actor, Jesús Cimarro (director-gerente del teatro), Raphael, Lolita y Rosario Flores y un largo etcétera.
El cuerpo de la actriz permanecerá en La Latina hasta esta medianoche y después recibirá la incineración en un acto privado cuyos detalles no han trascendido (al igual que el lugar y la fecha de su entierro).
Es ese cariño de la gente el que recordaron muchas de las personalidades que acudieron a rendir homenaje a la cómica.
"Ahora mismo está el patio de butacas del teatro está lleno, lleno del público que vino a aplaudirla", explicó, entre lágrimas, la actriz Rosa Valenty, que se refirió a Morgan como una "gran actriz", un "genio" y "alguien que en cualquier país sería un Chaplin absoluto y total".
Del afecto de sus compañeros de profesión también dieron cuenta los actores Concha Velasco, que no pudo contener las lágrimas ("Creo que no solo los compañeros hemos perdido a una amiga: creo que España ha perdido un referente cultural muy importante") y Jesús Guzmán, que coincidió con ella en Hostal Royal Manzanares ("Es una actriz entrañable; se trabaja muy a gusto con ella porque te pones a su altura").
Diversas autoridades políticas que acudieron al teatro de La Latina, propiedad de Morgan entre 1983 y 2010, destacaron su valentía al convertirse en empresaria teatral.
"Fue una pionera del mundo empresarial del arte y de la cultura", comentó Pedro Sánchez, que adelantó también que presentará al Ayuntamiento de Madrid una propuesta para dedicarle "una calle o un espacio de esta ciudad" a Morgan.
"Lo vamos a mirar", dijo la presidenta de la Comunidad, Cristina Cifuentes, presente también en el acto, "a ver si se le puede hacer algún tipo de reconocimiento".
En la misma línea se mostró la vicepresidenta del Gobierno, Soraya Sáenz de Santamaría, que se refirió a Lina Morgan como "una mujer que para muchos españoles era como de casa".
También se mostró de acuerdo con esta iniciativa Manuela Carmena, que opinó que estaría "muy bien" poner su nombre a una calle o a un teatro.
Diversos políticos presentes en el acto se mostraron abiertos a nombrar una calle en Madrid en homenaje la actriz
También Jesús Cimarro recordó la importancia de la actriz: "Luchó por el teatro de este país en los peores momentos; se pierde una gran actriz y una gran cómica"
. Lo mismo hizo el padre Ángel García, fundador de Mensajeros de la paz y amigo personal de la actriz:
"Es una pérdida, pero compensa más la alegría de lo que hemos vivido con ella que lo que hemos perdido".
A las 20:30, en La Latina se representó, en homenaje a Lina Morgan, el tema La oración, del espectáculo que ahora se representa en el teatro, La oración flamenca, cuyas funciones estarán dedicadas a la cómica hasta el próximo día 30.
Pero lo que obtuvo la actriz, además del reconocimiento de personajes públicos, fue lo que a ella siempre le interesó más: el calor de la gente.
"Lo bonito es que vengan los dos públicos a verme actuar", dijo la actriz en una entrevista a este diario en 1985, en referencia a sus admiradores de siempre y a los de nuevo acuño.
A su capilla ardiente acudieron todos sus públicos: mayores, jóvenes, niños.
Algunos llevaban flores, a otros les saltaban las lágrimas, pero todos tenían la necesidad de despedirse de una actriz que hizo reír a todo un país.