Un Blues

Un Blues
Del material conque están hechos los sueños

8 ago 2015

Donde cantan las dunas............................................................ Jovi Esteve

En el desierto de Namib el roce de su arena rojiza provoca sonidos casi imperceptibles.

Una duna en el desierto de Namib.

En la costa atlántica de Namibia se encuentra el desierto rojo de Namib, el más antiguo del planeta, uno de los más extensos y peculiares, declarado en 2013 Patrimonio de la Humanidad.
 La razón del característico color que lo identifica es la presencia de partículas de hierro que, al oxidarse, confieren a la arena el tono rojizo.
La arena ha sido transportada durante millones de años por el río Orange desde el vecino desierto de Kalahari, para que posteriormente el viento esculpiera esa inmensidad de cambiantes y gigantescas dunas en forma de estrella.
 De entre ellas, destacan dos: la duna 7, con sus 380 metros de altura, y la 45, que, sin ser la más alta —alcanza los 300 metros, igual que la torre Eiffel— sí que es la más visitada del mundo puesto que es muy fácil acceder hasta ella. 
Se encuentra junto una carretera asfaltada que conecta las localidades de Sesriem y Sossusvlei. Casualmente en el kilómetro 45.
 Los turistas ascienden muy temprano por sus laderas para poder contemplar desde la cima los infinitos contrastes de luz que el sol del amanecer produce sobre este inmenso paisaje desértico. Como colofón, también se puede escuchar el canto de las dunas, sonidos casi imperceptibles y diferentes en cada desierto que el viento produce al hacer chocar entre sí los granos de arena.

 

7 ago 2015

Si eso es lo que vas a hacer este verano, este es el libro que debes leer............................... Luigi Landeira

¿Vas a dedicarte a hacer el amor? ¿A navegar? ¿O a aguantar la oficina? Estos volúmenes le harán de guía.

 


En esta época, con incontables horas muertas por delante, sobran ocasiones para hincarle el diente a esos volúmenes que hemos ido amontonando a lo largo del año. ¿Cómo? ¿Que no sabe por dónde empezar?
No hay problema.
Aquí estamos nosotros para sugerirle doce buenos tochos, uno para cada situación. Libros sólidos, ligeros y refrescantes pero, ante todo, de alta calidad.
Porque, como dijo Séneca, “lo importante no es leer muchos libros, sino leerlos buenos”.

Si vas a navegar

Mares tenebrosos. Una antología de relatos de terror en el mar, Varios Autores
Corto y digerible, el cuento es el género veraniego por antonomasia.
 Hay relatos brillantes que en escasas páginas dicen más que mil novelas, aunque no gocen de su prestigio.
 Es el caso de las terroríficas y marítimas narraciones que componen este tomo.
 El eminente traductor José María Nebreda hace una acertada selección de cuentos con olor a salitre, que se desarrollan en playas inquietantes, islas misteriosas, barcos fantasmas, faros perdidos o cualquier otro escenario inhóspito donde el individuo queda a merced de los espantos marinos.
En esta gran antología destacan autores como: W. H. Hodgson, Robert E. Howard, H.P. Lovecraft, Fitz James O’Brien y hasta Vicente Blasco Ibáñez, que aporta el breve pero aterrador relato de un ahogamiento. 

Si quieres montar tu propia granja

La granja urbana, de Novella Carpenter
¿Para qué gastar dinero en irte a la montaña cuando se puede traer la montaña a casa? Es lo que se debió preguntar la autora de este ensayo, una joven bióloga que durante su infancia en una granja de Idaho aprendió todo lo que hay que saber sobre agricultura.
 Años después, afincada en un barrio bajo de la ruinosa ciudad de Oakland, descubrió que junto a su casa había un solar abandonado y decidió montar su propia granja.
 Hoy tiene pavos, gansos, patos, conejos, cerdos, gallinas y todo tipo de hortalizas y, gracias a ellos, es capaz de llevar una vida sana y económica en el corazón de la urbe.
Con estas entretenidísimas memorias, Carpenter nos da todas las pistas para lanzarnos a la increíble aventura del autoabastecimiento, cuestiona el estilo de vida artificial propio de la gran ciudad y, ya de paso, nos hace reír.

Si acabas de romper una relación

Hombres sin mujeres, de Haruki Murakami
Aunque mal de mucho es consuelo de tontos, cuando tienes el corazón partío, siempre es un alivio leer casos similares.
Si el recuerdo de tu ex aún te atormenta y se dibuja en el horizonte de la playa, el mejor antídoto es este libro compuesto por siete relatos sobre hombres abandonados: tan reconfortante como escuchar historias de desconocidos en un bar.
Según Murakami, el hecho de amar locamente a una mujer y que ella te deje ya te convierte en un “hombre sin mujer”, sea cual sea el motivo.
 No en vano, los casos que se exponen en este libro son muy diferentes entre sí: desde tipos incapaces de comunicarse con su pareja hasta amores no correspondidos, pero ninguno de ellos es capaz de borrar la dolorosa huella de la mujer amada.

Si estás loco por el surf

El club del amanecer, de Don Winslow
El autor del narco thriller El poder del perro ha sorprendido a propios y extraños con esta trepidante novela, que mezcla elementos de novela negra dignos de Pulp Fiction con el ambiente soleado de San Diego.
El protagonista es Boone Daniels, un expolicía con pinta de Tarzán que vive para el surf.
Cada amanecer, agarra su tabla y salta al mar en busca de olas acompañado por sus compinches, los demás miembros del Club del Amanecer.
 Todo va bien hasta que Boone, que ejerce de detective privado para pagar las facturas, debe encontrar a una stripper en 48 horas, antes de que lleguen a Pacific Beach las olas más grandes jamás vistas en años.

Si pasas tus vacaciones en el campo

Los últimos tiempos del club del autobús, de Chris Stewart
Tan sarcástico como de costumbre, este escritor (y exbatería del grupo Genesis) nos pinta con trazo sencillo un fresco de su vida en un cortijo de la Alpujarra granadina, donde lleva veinte años viviendo y sobre la que ya ha escrito otros libros, como el best seller Entre limones: historia de un optimista (2006).
En este nuevo volumen, el autor, acompañado por su inseparable esposa Ana, convierte hasta el detalle campestre más nimio en un festival de carcajadas.
 Una certera sátira de las costumbres españolas en general y humanas en particular.

Si te tienes que quedar todo el verano en la ciudad

Un minuto antes de la oscuridad, de Ismael Martínez Biurrun
¿Atrapado en la urbe por la crisis o el trabajo?
 No hay problema.
Puedes vengarte leyendo este novelón sobre un Madrid apocalíptico que, tras una serie de colapsos y revueltas, ha dejado de ser una ciudad segura más allá de la M-30, donde la policía no patrulla y se han cortado todos los suministros.
En esta atmósfera irrespirable, familias como la de Ciro solo pueden atrincherarse en casa y esperar entre temblores que el sol se ponga y el caos vuelva a las calles.
Un futuro, el que presenta este libro, que podría estar más cerca de lo que parece.

¿Por qué titilan las estrellas?.................................................................................Jovi Esteve

Las vemos parpadear por la distorsión que nuestra atmósfera produce sobre los rayos luminosos que nos llegan de ellas.


Si observan el cielo en una noche despejada (y sin contaminación lumínica; es decir, fuera de las grandes ciudades), podrán ver cómo una infinidad de puntitos blancos llenan el firmamento.
 Y si se fijan aún más se darán cuenta cómo unos parecen parpadear y otros no.
¿A qué es debido esto? Bien, en primer lugar hemos de decir que las estrellas son las únicas que titilan, mientras que los planetas permanecen como puntos fijos en la bóveda celeste
. La razón por la que vemos parpadear a las primeras es debido a la distorsión que nuestra atmósfera produce sobre los rayos luminosos que nos llegan de ellas.
 A medida que la luz de una estrella (que es en realidad radiación) va atravesando cada una de las capas de la atmósfera terrestre, se va refractando y cambiando de dirección, puesto que cada una de estas capas tiene turbulencias, temperatura y una densidad diferente, motivo por el cual parece que titile.
Realmente, nuestros ojos perciben un haz que cambia continua y rápidamente de posición en el cielo y por eso nos da la sensación de brillo continuo.
 Esto es un quebradero de cabeza para los astrónomos porque este efecto distorsionador de la atmósfera (llamado seeing) afecta a las observaciones de objetos astronómicos, por eso el telescopio espacial Hubble se situó en el espacio.
No me olvido de los planetas (del Sistema Solar).
 Estos aparecen como puntos más grandes y no centellean porque al estar más cercanos a nosotros que las estrellas, presentan una superficie y un haz mucho mayor que no se ve afectado por estas perturbaciones
. El dato curioso es que, si pudiéramos ver las estrellas desde el espacio, su luz permanecería inmóvil puesto que no tendríamos la influencia de la atmósfera.
Recuerdo de niña y no tan niña asomarme con mi madre a ver las Estrellas" y ver La Luna llena y el ocaso del Sol, eso en vacaciones y en un lugar privilegiado sin contaminación lúmica, en lugar de ir a algún sitio era para mi asistir a un espectáculo, saber donde esta Venus, la Osa Mayor y la menor.
Y de joven, íbamos a ver la Puesta del Sol en el Valle de Ucancanca al pie del Teide y salir la luna era como asistir de nuevo a otro espectáculo y con la música de Tubullars Bells.
Ahora hay más contanimación luminica en la Ciudad y hay que desplazarse a lo alto de la Isla. Pero no deja de ser curioso que tdvia ver el cielo sea todo un espectáculo.
Ver las estrellas si alguna cae se pide un deseo un deseo fuerte con la convicción de que se va a cumplir.

 

El homicida de Castelldefels nunca fue denunciado pese a las peleas..............................Alfonso L. Congostrina

Los vecinos tuvieron que avisar varias veces a la policía local por ruidos de discusiones.

 

Familia fallecida en Castelldefels
La casa en la que vivía la familia fallecida. / massimiliano minocri

El vecino de Castelldefels (Barcelona) que se suicidó tras matar supuestamente con un arma de fuego a su esposa y a los dos hijos de ambos, un niño de 12 años y una niña de siete, nunca había sido denunciado por violencia machista.
El homicida, Ricardo Fernando, de 61 años y originario de Uruguay, y su esposa, Maryna, de 45 y natural de Bielorrusia, habían recibido varias veces, durante sus acaloradas peleas conyugales, la visita en su domicilio de la policía local de Castelldefels. Maryna jamás le denunció.
La hija mayor de Ricardo Fernando, fruto de otra relación anterior, llevaba desde el martes pasado intentando comunicarse con su padre.
 El hombre, un ingeniero que, entre otros negocios, compraba y vendía vehículos de lujo, no cogía el teléfono, y eso que trabajaba desde su chalet, sito en el número 7 de la calle 13 Bis de Castelldefels, a solo unos metros de la playa.
Tras decenas de llamadas sin respuesta, la joven se personó en la tarde del miércoles en casa de su padre
. No se oía ni un ruido
. Los niños no estaban en la piscina.
 El BMW familiar permanecía aparcado en el acceso.
 Abrió la puerta, dio unos pasos y se encontró con un espectáculo dantesco.
La policía catalana recibió una llamada a las 20.45.
 La hija de Ricardo Fernando había localizado los cadáveres de su padre, de Maryna y de los dos pequeños.
 Los mossos y la policía de Castelldefels acordonaron la zona.
 Dentro de la vivienda comenzó la investigación.
El lugar no era desconocido para la policía municipal. Maryna había solicitado la presencia del cuerpo local al menos en cuatro ocasiones.
Las llamadas tenían relación con peleas conyugales y siempre acababan igual: los agentes tranquilizaban los ánimos, la mujer restaba importancia a lo sucedido y nunca denunciaba a su marido.
Maryna no fue la única en llamar alguna vez al cuerpo
. La pareja no se relacionaba con un vecindario heterogéneo, compuesto por propietarios de apartamentos playeros y rusos dueños de mansiones.
 Los vecinos estaban acostumbrados a los gritos e insultos de la pareja y al llanto de los niños en el jardín a la espera de que llegase la calma.
 Josefina, dueña de una vivienda cercana, había telefoneado un par de veces a la policía para que mediara en las peleas.
Nadie escuchó la última riña entre el matrimonio.
Las primeras investigaciones apuntan a que Ricardo Fernando se dirigió el martes a la habitación donde dormía Maryna y la mató de un disparo.
 El hijo corrió a la habitación y recibió otro tiro en la cabeza.
 Después, el padre mató a su hija pequeña, se sentó en un sofá y se voló la cabeza.
Maryna solo se relacionaba con las amigas con las que iba a un exclusivo gimnasio.
Varias de ellas acudieron ayer al minuto de silencio convocado por el Ayuntamiento.
 No sabían a qué se dedicaba Ricardo. Ni siquiera que la pareja tenía problemas conyugales
. El caso permanece bajo secreto de sumario.