Un Blues

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Del material conque están hechos los sueños

10 jul 2015

Tocados y hundidos: cuatro signos de que una relación se acaba.............................Rita Abundancia

Saber identificarlos puede evitar sufrimientos o hacer que lleguemos a tiempo para el rescate.

 

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Es una pena que no existan forenses que determinen la muerte de una relación de pareja, levanten acta y faciliten el certificado de defunción.
Pero contrariamente a lo que le ocurre a nuestra parte física –cuyo fin es fácil de diagnosticar–, determinar con precisión en el tiempo cuándo una relación se ha evaporado resulta casi tan complicado como ponerse de acuerdo respecto al origen del universo.
Lo único cierto es que la mayoría de las historias de amor tiene más interés en la historia que en su adjetivo, y sobreviven mucho más de lo que deberían.
 A menudo convivimos con un fantasma, un recuerdo, un sentimiento de culpa, una bondad malentendida, una adulterada idea de lo que es el afecto o, en el mejor de los casos, con un compañero de piso antes que con nuestra pareja.
Ésta se desintegró hace años y, aunque la mayoría de nuestras amistades y personas cercanas ya lo sabían hace tiempo, nosotros somos siempre los últimos en enterarnos.
¿Por qué compartí techo tantos años junto a este mastuerzo? o ¿cómo desperdicié mi vida sexual con alguien nada interesado en el sexo? son preguntas que vienen a nuestras cabezas tras pasar el terremoto de la ruptura y que convendría que contestáramos para no incurrir en el mismo error en el futuro.
 Ya saben, el hombre no sólo tropieza varias veces en la misma piedra, sino que gusta de cargarla al hombro para asegurarse de repetir.
Por si les sirve de algo, aquí hay algunos síntomas que nos indican que nuestra relación está en apuros, necesita cuidados intensivos o que, de repente, ha dejado de respirar para siempre.
Sexo, ¿qué es eso?
Mientras algunos piensan que la vida de una pareja estable debe parecerse a una película porno, otros dan por sentado que tiene más en común con la serie Un hombre en casa.
 Los primeros meses ambos miembros quieren hacer uso de las ventajas que conlleva no tener que peregrinar por los bares para acabar en la cama con alguien pero, más adelante, este pacto se descompensa y siempre hay uno que quiere más que otro.
 Los encuentros se van espaciando y, generalmente, vivimos ese proceso degenerativo como algo normal.
 “Llega un momento en que la disfunción se regulariza”, comenta Francisca Molero, ginecóloga, sexóloga, terapeuta de pareja y directora del Institut Clinic de Sexología de Barcelona
. “Además, la sociedad y las amigas a las que se le pregunta suelen comentar que es normal que con el tiempo la pareja tenga cada vez menos relaciones sexuales
. Es cierto que con los años el sexo no es tan intenso ni frecuente, pero no hay que confundir esto con una vida sexual inexistente o con un supuesto trastorno físico, que lo que hace es enmascarar el hecho de que nuestra pareja ya no nos excita sexualmente.
 Muchos casos de falta de deseo en las mujeres o problemas de erección en el hombre se solucionan cuando se prueba con otra persona o se termina la relación”, comenta Molero.
Establecer cuotas para determinar cuando el sexo es suficiente (o no) es imposible porque cada pareja es un mundo pero, según Silvia Pastells, psicóloga clínica y sexóloga del Institut Clinic de Sexología de Barcelona, “podemos decir que la cosa no va bien en materia sexual cuando alguno de los dos no está satisfecho.
 Todas las parejas pasan por baches y épocas de mayor o menor actividad erótica, pero si ésta ha desaparecido totalmente se podría decir que hay un problema, sobre todo si ha sido un elemento importante para ambos hasta ahora”.
El sexo es además un excelente mecanismo, como nos enseñan los bonobos –nuestros primos en la cadena evolutiva con la conducta sexual más desinhibida–, para mantener la paz y para la resolución de conflictos; por lo que la ecuación menos sexo = más peleas, es una ley universal e indiscutible.
 Ya saben, a veces hay que confiar más en los genitales y la libido que en la lógica y la razón.

 'Desconnecting people'

Si hay un síntoma inequívoco de que la relación está en grave peligro, ése sería sin duda el de la falta de comunicación.
 “Se habla mucho de las parejas que discuten todo el tiempo, pero yo creo que si se está en esta fase aún hay esperanzas porque, finalmente, cuando se pelea hay siempre un cierto interés
. El problema es cuando ni siquiera eso ocurre”, comenta Francisca Molero y añade “a mi consulta como terapeuta llegan muchas parejas con problemas.
 Muchas de ellas están instaladas ya en esa etapa.
 Han dejado de expresar sus demandas, sentimientos o preocupaciones al otro, probablemente porque piensan que ya no sirve de nada.
 Tan solo esperan a que uno de ellos sea lo suficientemente valiente y decida romper, pero nadie quiere interpretar el papel de malo. Muchos vienen a la terapia buscando una razón que les de pie a la ruptura, un juez que, de manera indirecta, sentencie la separación para que el proceso sea menos traumático”.

Generalmente las rupturas no se producen por grandes desgracias o acontecimientos indeseables sino por la suma de pequeñas tragedias cotidianas que, gota a gota, van llenando el vaso. 
“Si pensamos cuál es el mayor problema al que puede enfrentarse una pareja, la mayoría diría que la infidelidad”, comenta Silvia Pastells, “sin embargo, si hay voluntad, ésta puede superarse.
 Yo diría que lo peor de todo es la incomunicación, la incapacidad de expresar las emociones, sentir que ya no puedes sincerarte con tu compañero/a. 
Todo esto crea una gran infelicidad.
 Hay que hablar, aprender a etiquetar lo que uno siente y manifestarlo. 
Es básico para cualquier terapia de pareja y para empezar a ir solucionando problemas”.

Si el desamor pudiera expresarse en imágenes, las instantáneas del fotógrafo inglés Martin Parr, de la colección Bored Couples (Parejas Aburridas) serían las más adecuadas. 
Un hombre de mediana edad mira una pecera mientras su mujer, sentada frente a él en un restaurante barato, fija la vista en el horizonte; una inglesa de vacaciones en la Costa del Sol –a juzgar por la pigmentación rojiza de su piel– lee el periódico mientras su marido mira el culo de una chica que pasa a su lado; una lluvia imprevista hace que una pareja de paseo por el campo deba refugiarse en el coche.
 No hablan y, en tan reducido espacio, el tedio se hace evidente, asfixiante, insoportable.
 Sin inversión no hay beneficios

Resulta curioso cómo la cultura del esfuerzo, que ha regido nuestras vidas, parece aplicable a todos los campos menos al de la armonía conyugal.
 Debemos esforzarnos en nuestro trabajo, aspecto físico y salud pero no en nuestra vida de pareja, como si el amor nos protegiera de todos los sinsabores y peligros del mundo real. 
Pero como Silvia Pastells apunta, “estar bien a largo plazo requiere de un trabajo, aunque para la mayoría de la gente la palabra dedicación aplicada a la relación amorosa no está bien vista, porque pensamos que debería ser algo natural y espontáneo, pero esta creencia nos ha hecho mucho daño. Tenemos muy claro que en nuestro ámbito laboral no podemos seguir adoptando el mismo papel que cuando empezamos, pues con la pareja ocurre lo mismo. Hay que hacer cosas para mantenerla con vida, sobre todo si se pasa por una crisis. A veces superar los baches refuerza mucho la relación. Es posible, sobre todo si antes ha habido atracción sexual, buena amistad y los dos miembros tienen voluntad de hacerlo, pero hay que ponerse manos a la obra”.

La tarea que los terapeutas suelen recomendar a los pacientes interesados en darse una segunda oportunidad es programar actividades juntos para volver a ser amigos y, más adelante, amantes. Según Francisca Molero el tiempo, esa excusa que ponemos a la hora de alejarnos del otro, es un elemento importante.
 “A veces hay que empezar por cosas tan simples como que paseen durante una hora cogidos de la mano. Hay que recuperar actividades que les gustaba hacer juntos, espacios de diversión o volver a cuidarse y tener buen aspecto para agradar al otro”.

Si piensan que el sexo se escapa a este esfuerzo por dar vida a lo que languidece, están equivocados. Hace años una ama de casa norteamericana de mediana edad decidió regalarle a su marido por su 40º cumpleaños un año entero de sexo diario, que plasmó en su libro 365 Nights de Charla Muller. Pese al horror inicial, los inconvenientes, cansancios y cenas de compromiso, el matrimonio se planteó tener relaciones cada día del año y, lejos de acabar divorciándose, ahorraron dinero, ganaron en complicidad y se diplomaron en Kamasutra.
¿Y si cambiamos nosotros primero?

Dos no discuten si uno no quiere y para derribar los cimientos de una relación de pareja generalmente se necesita la fuerza de cuatro brazos trabajando a destajo.
 “Las personas que vienen a mi consulta”, comenta la terapeuta Francisca Molero, “hablan generalmente de lo que les gustaría que hiciese su pareja, o de los cambios que ésta persona ha experimentado a lo largo de los años. 
Todos evolucionamos y pretender que el otro no lo haga es una perspectiva bastante irreal. Si la relación se ha empezado desde joven, es normal que ambos miembros hayan experimentado cambios respecto a sus conductas o prioridades, que a veces hay que volver a revisar”
. A veces esto pasa también por cambiar los papeles o ir a por algo, en vez de esperar a que te lo traigan y enfadarte si esto no ocurre.
 “Robarle besos a tu pareja, o iniciar el encuentro erótico en vez de esperar a que sean él o ella quienes lo hagan, como ocurría antes”, comenta Silvia Pastells.
 La conducta no es quiero algo y como no lo consigo me enfado, sino ¿si quiero algo, por qué no voy a buscarlo?

5 razones por las que ir a la playa es bueno para tu salud ...............................................................Silvia C. Carpallo

No estamos hablando solo de relajarse y desconectar. El agua del mar, el sol y la arena tienen beneficios para nuestro cuerpo.

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Además de ayudar a mantener a raya el estrés, la playa tiene beneficios físicos para nuestro cuerpo

Estás sentada en tu oficina, soportando el calor veraniego con el aire acondicionado al máximo, y entre correo electrónico y correo electrónico, cuando nadie te ve, te pones a ojear en Google algunas de las imágenes de la playa en la que ya has reservado tus vacaciones.
 Ir a la playa apetece, e incluso casi podríamos decir que también es una necesidad porque lo de escaparse unos días a rebozarse en arena y sal resulta que también es beneficioso para nuestra salud.

La llamada talasoterapia, tal y como la definen desde la Sociedad Española de Hidrología Médica (SEHM), es “la utilización con fines terapéuticos del agua del mar junto al clima marítimo”, teniendo en cuenta elementos como el bioclima marino (más concretamente la exposición de manera metódica y sistemática al sol, denominada helioterapia, y la climatoterapia marina, utilizando la atmósfera, temperatura, humedad, vientos, presión barométrica, etc.); el agua de mar; los lodos y algas marinas; además de la arena y todas las demás sustancias de origen marino cómo el placton y phitoplacton.
 Su utilización con fines terapéuticos, por parte de médicos expertos, en enfermedades reumáticas, traumatológicas, dermatológicas, del sistema respiratorio o del sistema venoso y linfático y venoso, entre otras, demuestra que la naturaleza a veces puede hacer mucho por nosotros.
  Es por ello que si bien ir a la playa no tiene los mismos efectos que acudir a un centro especializado, sí que puede aportarnos algunos beneficios a tener en cuenta:

1. Relajarnos y dormir mejor: Si acudimos a la playa a relajarnos, en vez de a una gran ciudad, no es sólo por el hecho de encontrarnos con menos gente y practicar el vuelta y vuelta en la hamaca, sino porque realmente el entorno marítimo ayuda a mejorar nuestros niveles de estrés.
 Tal y como explica Araceli Muela García, especialista en hidrología médica, “la ionización negativa de la brisa marina aumenta los niveles de serotonina, con lo que comienza a disminuir los niveles de ansiedad”. Todo ello sumado a que “el ejercicio físico que se realiza durante la natación, favorece el enlentecimiento del ritmo cardíaco, una mejor oxigenación de los tejidos y mejora la circulación periférica, pero es que además el sol y el calor tienen efectos sedantes, por lo que tras un baño, la fatiga acumulada por el esfuerzo facilita la relajación y la inducción al sueño”.

2. Mejorar nuestras articulaciones con un paseo: Si unimos playa con el concepto salud, seguramente pensemos en aprovechar nuestras vacaciones, para hacer más ejercicio, aunque sea para realizar largos y relajantes paseos, que pueden favorecernos más de lo que pensamos. Jesús J. Rojo, director del departamento de salud y rendimiento humano de la Facultad de Ciencias de la Actividad Física y el Deporte (INEF), insiste en que en la playa “la libertad de ropa y el contacto del aire sobre nuestra piel nos invita a pasear, y posiblemente esta sea la actividad más practicada, el paseo por la playa”.
 Lo que no es tan conocido es que durante el mismo “se mejora la propiocepción en las articulaciones del pie, rodilla y cadera, a la vez que regenera la piel de la planta del pie y, si vamos mojándonos las extremidades inferiores, refrigeramos el organismo, ya que desde la planta del pie se bombea la sangre hacia el corazón”, apunta el experto.
Así, este paseo a un buen ritmo, es decir, a unos 5-6 Km/h, “va a ir adaptando nuestro organismo y tonificando la musculatura de piernas y muslos”. Incluso, si hacemos un poco de esfuerzo y subimos un poco de pendiente también se tonificarán los glúteos, eso que tanto ansiamos.
“Pero lo más importante es realizar el paseo a primera hora de la mañana o última de la tarde y siempre con factor protector y protección de ojos con gafas o lentillas con filtro UV”, advierte el profesor de INEF, que por último añade que además, “algunas personas aprovechan el aire libre para practicar algún deporte, aunque sea petanca o palas, lo que nos permitirá quemar alguna caloría más, las del helado vespertino, a la vez que nos hará pasar el tiempo de forma más entretenida”.

3. Relajación muscular con las olas: Si pasear nos ayuda a mejorar las articulaciones, parece que nadar, mejora nuestra musculatura, y es que “el golpeo de las olas contra nuestro cuerpo actúa a modo de masaje, provocando una relajación muscular”, añade Jesús J. Rojo.
 Además, movernos dentro del agua tiene otros beneficios, “no tanto el nado, que suele realizarse con estilos poco adecuados y no alcanza la intensidad ni duración que se pudiera considerar como ejercicio, sino el andar dentro del agua o realizar esos saltos rompiendo olas”
. La cuestión es que al estar dentro del agua nuestro peso disminuye, “con lo que podemos mover rodillas y cadera con una carga menor, lo que beneficia la nutrición del cartílago, a la vez que no se le daña si estamos pasados de peso.
 También tendremos el beneficio provocado por mejorar el retorno venoso y realizar un buen drenaje linfático, todo ello debido a la mayor presión que hay a mayor profundidad”. 

4. La brisa marina mejora nuestra respiración: Todos lo hacemos, llegamos a la playa, soltamos las bolsas, y respiramos hondo para decir eso de “huele a mar”.

 Una costumbre que resulta ser bastante sana. En ello insiste la Dra. Muela García, “la brisa marina actúa como una especie de aerosol o spray natural muy rico en yodo, perfecto para regular la glándula tiroides y por el grado de humedad, ayuda a la expulsión de moco.”.

 De hecho, tal y como explica la especialista en hidrología médica, al respirar esta brisa marina “el ritmo cardíaco se hace más lento y mejora la circulación periférica, aumenta la amplitud de los movimientos respiratorios, mejorando la ventilación pulmonar, aumenta la hemoglobina y hematíes y fijación de oxígeno. 

El aire marino, además, produce ozono de forma natural con propiedades bactericidas que también previene enfermedades respiratorias”. Mucho mejor que respirar el aire de ciudad, desde luego.
5. La química natural: Al contrario que el agua dulce, el agua salada tiene una composición mucho más compleja y de hecho “adquiere su característico sabor salado por la alta concentración de sales minerales que están disueltas, rica en cloruros, sodio, magnesio, calcio, potasio, yodo, etc.”

 Esta riqueza mineral aporta diferentes efectos sobre el organismo, entre los cuales la experta en hidrología médica destaca “la acción antialérgica sobre la piel y el aparato respiratorio; la acción descontracturante muscular; la relajación del sistema nervioso; la reactivación circulatoria de los tejidos; el efecto antioxidante para paliar el envejecimiento de la piel; la acción oxigenante a nivel celular; la fijación del calcio en procesos de osteoporosis; la mejora del ritmo cardíaco y la mejora la función muscular”.

 De esta forma Araceli Muela García concluye explicando que “el agua del mar y los elementos que lo acompañan son ideales para conservar la salud integral por su repercusión general sobre el metabolismo y las funciones orgánicas y físicas”.

9 jul 2015

Isabel Preysler o el arte de vivir del cuento............................................................ EDUARDO VERBO

No esperen mucho de las revistas del corazón esta semana.
 Sólo hay que hojear las portadas de las mismas para darse cuenta de que ya está todo contado. La romántica boda de Helen Lindes y Rudy Fernández, la tensión entre María Patiño y Terelu Campos, la guerra de Amador Mohedano y Rosa Benito... ¡Nivelón!
Se echa de menos un poco más de glamour y, sobre todo, de chicha. Una mala semana la tiene cualquiera. Bueno, menos Isabel Preysler, que está en racha.
Con su romance con Mario Vargas Llosa más que trillado por la prensa nacional e internacional, su revista de cabecera se ha puesto a promocionar sus estilismos.
Que si un 'jumpsuit' que le "quedaba como un guante" de tal marca, que si unos pendientes de madreperla blanca "que se agotaron a las pocas horas de aparecer en nuestra portada" de la prestigiosa diseñadora Fulanita, que si un bolso de Hermès (atención, se menciona la firma)... ¡Es tan complicado el negocio de ser imagen! Tiene al hombre que quería, le salen gratis sus caprichos y cobra por cada acontecimiento de su vida (la primera entrevista tras su romance, tras la muerte de su marido, tras el lanzamiento de su crema...). Isabel Preysler lleva mucho tiempo viviendo del cuento. 'Suertuda' ella que puede.
El verdadero romance de la filipina, ahora aclamada por los medios extranjeros como la 'Perla de Manila' y retratada como una especie de mantis religiosa devoradora de hombres poderosos, es el que mantiene desde que llegó a España con la revista '¡Hola!'. Amor a primera visa. El Nobel deberá acostumbrarse a ser noticia por todo. Casi hasta por ir al excusado, porque así se financia la familia Iglesias Preysler. Mirándolo bien, 'La China', apodo que le puso Francisco Umbral, es la mejor trabajadora que la publicación podría tener: le pasa de todo, como en los buenos cuentos chinos.
Preysler, en la presentación de su crema.
Preysler, en la presentación de su crema. GTRES
Dicen las malas lenguas que hace 25 años incluso se veía de presidenta consorte de Perú. Pero su entonces amigo perdió las elecciones y todo se fue al traste. Pura maledicencia que ella misma se encarga de desmentir a las grandes glorias periodísticas del país, a las que ha llamado personalmente estos días para dar su versión de los hechos. ¿Lo considerará '¡Hola!' competencia desleal? Para terminar con el monotema Preysler-Vargas Llosa, la revista 'Semana' ha ofrecido unas imágenes de la pareja acudiendo a cenar a casa de Alberto Cortina y Elena Cué. Ohhhhhhhhhhhhhhh El Nobel ya tiene poco tiempo para escribir.
 Se le va a secar la pluma.Y se duerme en las Conferencias......pero aguantará la Perla de Manila ser amante? ella siempre lo fue y se separó para casarse cuando El Marqués de Griñón y ella loquita por Boyer, al que dejó de amante mientras estuvo y está con Vargas Llosa.
Y pocas noticias más. Las vacaciones de Borja Thyssen y su familia, a las que también se ha apuntado la baronesa Thyssen, quien aparece con un turbante muy Farah Diba. Sus hermanas Carmen y Sabina no salen por ninguna parte. ¿No han sido invitadas? ¿Se trata de un juego ilusionista, quizás? Que un día no se harten las gemelas de tanto absurdo y se líen a palos con el arco del violín.
  Es lo menos que podría pasar.
 Otra de niños ofrece 'Diez Minutos' con Antonella, la hija de Mónica Cruz, en la que la ¿actriz? y su hermano Eduardo se han volcado tras la muerte de su padre en unos días de vacaciones en Zahara de los Atunes.
Sofía Mazagatos va a ser madre de una niña, al igual que el fecundo Kiko Rivera y su novia Irene... y la hija de Julia Otero sueña con ser modelo.
 Para 'cuerpazo' el de Susanna Griso. Y poco más, señores. Ah, sí, que Nieves Álvarez dice que no hay terceras personas en su separación...

Ringo Starr cumple 75 años........................................................................ Fernando Navarro

Las celebraciones por el cuarto 'beatle', el baterista de los 'Fab four', coincide con todo tipo de aniversarios de la banda.

Ya se sabe que el tiempo pasa volando y que cada segundo hay que beberlo, pero los más grandes tienen esas edad, como Bob Dylan, Francoise Hardy, o cualquiera que siga en el camino y nos lo mostrara para seguir por él. 

Pero son tantas cosas, tantos recuerdos acumuludados tantas experiencias tanta vida, que se hace dificil ver a los demás cumpliendo años, como Jhon Lenon y "Cuando tenga 63 años" un Fox Mix, que en clase de bailes de salón bailaba allá cuando era más joven, aunque me sigue gustando los bailes de Salón y los Beatles, que como otros fueron nuestra banda sonora de nuestras vidas.

Ringo Starr
Ringo Starr, durante una actuación en Cleveland, Ohio, el pasado 18 de abril. / Aaron Josefczyk (REUTERS)

Fue el último en llegar a los Beatles pero para muchos fans es el más querido. Ringo Starr, el baterista de los muchos anillos y la sonrisa perenne, cumple 75 años, una edad simbólica cuando se andan celebrando todo tipo de aniversarios de las creaciones de los Fab four.
El que se puede conocer como cuarto beatle, siempre a la sombra de la sociedad formada por John Lennon y Paul McCartney y de George Harrison, está lejos de una vida sedentaria.
Starr se encuentra en un momento más que activo y plácido, como se ha encargado de recordar en los últimos meses después de publicar a principios de este año el interesante Postcards from paradise, su décimo disco en estudio en el que echa la vista atrás y recuerda algunos de los mejores pasajes de su vida. En el álbum, donde canta y toca la batería, el teclado y la guitarra, cuenta con un ayuda de viejos amigos como Joe Walsh (Eagles) y Todd Rundgren.
Hoy, Ringo es una estrella mundial y, junto con McCartney, la mitad de los Beatles que queda viva tras los fallecimientos de Lennon y Harrison.
 El baterista entró en la banda en sustitución de Pete Best, aunque, al principio, no contaba con las bondades del manager Brian Epstein ni del productor George Martin, pero terminó por hacerse hueco en una banda que a finales de 1962 estaba a las puertas de dar su gran salto mundial.
De esta manera, Ringo, proveniente de Rory and the Hurricanes, se subió al avión supersónico de la beatlemanía justo antes de despegar.
A partir de ahí, el baterista siempre fue consciente de su fortuna, aunque no le faltó cierto complejo de inferioridad con respecto a sus compañeros. Ni componía ni sus ideas en las sesiones de grabación tenían tanto peso como las del resto.
Pero, más allá de que fue la voz principal en una composición muy recordada como Yellow submarine, sin Ringo el beat no sería el mismo. Él era el pulso necesario para que la magia empezara a fluir, el ingrediente especial en el laboratorio de los Beatles.