Imponía la imaginación a todo lo que hacía, quería que ningún reportaje se pareciera al anterior.
Nieves Herrero, una de tantas chicas de Hermida, nunca me gustó pero si el propio Hermida la acogió , levería cualidades que yo nunca vi.
Jesús Hermida es Jesús Hermida. Se metió un día en nuestras vidas y
las transformó. Puso patas arriba mi futuro
. Yo había empezado en Antena 3 Radio y él me reclamó para su informativo aunque yo lo que quería ser era reportera de radio.
Pero trabajar con Hermida fue maravilloso. Imponía la imaginación a todo lo que hacía, quería que ningún reportaje se pareciera al del día anterior. No cabía la rutina, tenías que estar inventando constantemente.
A todos los que trabajamos con él nos hizo ejercitar la imaginación hasta límites insospechados.
Juntos iniciamos un camino que consistía en contar las cosas de otra manera, como aquella canción de Frank Sinatra que tanto le gustaba. Él siempre hacía las cosas a su manera y le gustaba que sus “chicos y chicas Hermida” siguieran esa estela.
Cuando me propuso dar el salto a la televisión hice una prueba con mucha desfachatez.
Y fue eso precisamente lo que le gustó. Buscaba nuevos lenguajes, nuevas formas, era un rabo de lagartija y quería siempre algo más.
Al grupo que empezamos con él nos dijo que teníamos que enamorar a la cámara como si la cámara fuera un hombre. Nos pedía que conquistáramos al televisor porque detrás había personas. Era un privilegio trabajar a su lado
. Fue un caballero, un guía muy protector de todos nosotros, un consejero.
Lo último que hicimos juntos fue un libro sobre le abdicación del Rey. Escribió 75 páginas en 15 días explicando de dónde venía su relación con don Juan Carlos y doña Sofía
. Decía que el camino de los Reyes no había sido fácil. Contaba que hubo un momento de mucha tensión con la boda de Carmen Martínez Bordiu y Alfonso de Borbón, y don Juan Carlos, que no quería que se le diera mucha cobertura en la televisión, le pidió a Hermida que le llevara una carta a Adolfo Suárez, que era director general de RTVE, y este le dijo que no se preocupara, que la boda se iba a dar por el UHF.
Jesús es la televisión, le dio color a esa televisión en blanco y negro. Pero era, sobre todo, un contador de historias -contaba las canciones de los Beatles como nadie-, un hombre que entusiasmó a muchas generaciones haciéndonos creer que éramos únicos.
Hermida es Hermida.
Él ha sido fiel a esa filosofía de ser él mismo. Era igual dentro y fuera de la cámara. Cuando tomábamos un café con él era como si hubiera una cámara delante.
Mientras se nos iba, Begoña le leía Platero y yo, su libro favorito. Jesús se ha ido en paz. Escuchando a los que quería.
Hemos ido pasando uno a uno contándole lo que recordábamos y dándole las gracias. Nos ha hecho participe de este momento y nos ha permitido sentirnos su familia.
. Yo había empezado en Antena 3 Radio y él me reclamó para su informativo aunque yo lo que quería ser era reportera de radio.
Pero trabajar con Hermida fue maravilloso. Imponía la imaginación a todo lo que hacía, quería que ningún reportaje se pareciera al del día anterior. No cabía la rutina, tenías que estar inventando constantemente.
A todos los que trabajamos con él nos hizo ejercitar la imaginación hasta límites insospechados.
Juntos iniciamos un camino que consistía en contar las cosas de otra manera, como aquella canción de Frank Sinatra que tanto le gustaba. Él siempre hacía las cosas a su manera y le gustaba que sus “chicos y chicas Hermida” siguieran esa estela.
Cuando me propuso dar el salto a la televisión hice una prueba con mucha desfachatez.
Y fue eso precisamente lo que le gustó. Buscaba nuevos lenguajes, nuevas formas, era un rabo de lagartija y quería siempre algo más.
Al grupo que empezamos con él nos dijo que teníamos que enamorar a la cámara como si la cámara fuera un hombre. Nos pedía que conquistáramos al televisor porque detrás había personas. Era un privilegio trabajar a su lado
. Fue un caballero, un guía muy protector de todos nosotros, un consejero.
Lo último que hicimos juntos fue un libro sobre le abdicación del Rey. Escribió 75 páginas en 15 días explicando de dónde venía su relación con don Juan Carlos y doña Sofía
. Decía que el camino de los Reyes no había sido fácil. Contaba que hubo un momento de mucha tensión con la boda de Carmen Martínez Bordiu y Alfonso de Borbón, y don Juan Carlos, que no quería que se le diera mucha cobertura en la televisión, le pidió a Hermida que le llevara una carta a Adolfo Suárez, que era director general de RTVE, y este le dijo que no se preocupara, que la boda se iba a dar por el UHF.
Jesús es la televisión, le dio color a esa televisión en blanco y negro. Pero era, sobre todo, un contador de historias -contaba las canciones de los Beatles como nadie-, un hombre que entusiasmó a muchas generaciones haciéndonos creer que éramos únicos.
Hermida es Hermida.
Él ha sido fiel a esa filosofía de ser él mismo. Era igual dentro y fuera de la cámara. Cuando tomábamos un café con él era como si hubiera una cámara delante.
Mientras se nos iba, Begoña le leía Platero y yo, su libro favorito. Jesús se ha ido en paz. Escuchando a los que quería.
Hemos ido pasando uno a uno contándole lo que recordábamos y dándole las gracias. Nos ha hecho participe de este momento y nos ha permitido sentirnos su familia.