¡Ha sido niña! Los duques de Cambridge han sido padres este sábado (a
las 9.34 hora peninsular) por segunda vez, cuatro años y dos días
después de haber contraído matrimonio.
Ha sido un bebé que se ha hecho esperar más días de los programados y que ha tenido pendiente a medio mundo del hospital St. Mary de Londres
. Pero lo que no se hizo esperar demasiado fue su presentación. No se habían cumplido diez horas del alumbramiento cuando los felices padres abandonaron el centro médico con su niña en brazos. Antes posaron brevemente con la pequeña. Kate presentaba un magnífico aspecto.
Ambos declararon sentirse "muy, muy felices". Una hora antes Guillermo había llegado con su hijo Jorge, que también acudió a conocer a su hermana.
Kate Middleton ingresó para dar a luz a las seis de la mañana (hora peninsular). La duquesa de Cambridge llegó en un discreto coche a la clínica, la misma en la que nació su primer hijo, acompañada de su marido, Guillermo de Inglaterra.
El nombre de la pequeña, siguiendo la tradición de la familia real británica, no se dará a conocer hasta dentro de unos días. La niña llevará el título de princesa de Cambridge y pasa a ocupar el cuarto lugar en la línea de sucesión al trono después del príncipe Carlos, el príncipe Guillermo y el príncipe Jorge.
La llegada del bebé fue comunicada primero a la reina Isabel y después a los abuelos.
A continuación se anunció a través de Twitter e Instagram y después se dispararon 62 cañonazos desde la Torre de Londres y el 41 desde Green Park. El ala Lido de hospital St. Mary se encontraba reservada desde hace días especialmente para el acontecimiento e incluso había un equipo de médicos preparado para recibir en cualquier momento a Kate.
Catalina (nacida Kate Middleton) y su hija se encuentran en perfecto estado, ha precisado un comunicado de palacio tras el parto en el que la duquesa ha sido atendida por el doctor Guy Thorpe Beeston, quien ya participó en el equipo que atendió el nacimiento de su primogénito. En su primer alumbramiento, la duquesa estuvo en manos del doctor sir Marcus Setchell, hoy ya jubilado. La duquesa había ingresado en el ala Lido del hospital, adonde se trasladó en coche desde el palacio de Kensigton, la residencia londinense en la que permanecía instalada desde el pasado fin de semana. Los duques de Cambridge tienen su hogar habitual en Ammer Hall (condado de Norfolk, en el este de Inglaterra), donde Guillermo ejerce de piloto del servicio aéreo de ambulancias de la región.
La noticia del natalicio, que según los cálculos errados de la prensa se esperaba inicialmente el pasado fin de semana, ha sido recibida con especial júbilo por el grupo de monárquicos que llevan varios días acampados en los alrededores del recinto hospitalario, junto a un enjambre de periodistas y cámaras.
A las exclamaciones de “¡Ha sido niña!” siguieron las inevitables especulaciones sobre el nombre que recibirá la nueva princesa, siendo Alice y Charlotte los favoritos a nivel popular, aunque en círculos reales no se descarta que los padres acaben eligiendo el de Elizabeth, en honor a la monarca y bisabuela de la niña o Diana, en recuerdo de su abuela paterna. También se barajan María e Isabel.
El nacimiento de la nueva princesa se ha producido cuando faltan sólo cinco días para las elecciones generales del 7 de mayo. Los grandes partidos han decidido suspender brevemente los principales actos de su campaña, conscientes de que quedarían desplazados de las portadas de la prensa, y todos sus líderes se han aprestado a felicitar a la familia real. Uno de los estrategas del Partido Conservador admitía días atrás y con cierto cinismo que el primer ministro, David Cameron, confía en que la noticia beneficie sus expectativas electorales “porque la gente va a sentirse especialmente optimista ante la feliz noticia” y ello redundará en su percepción sobre la marcha del país.
El nacimiento de Jorge mejoró aún más la imagen de Guillermo y dio más popularidad todavía a Kate, tanto que las encuestas recogen que los británicos prefieren que Isabel II sea sucedida en el trono por su nieto antes que por su hijo Carlos. La llegada de un bebé a la familia real británica supone, según los expertos, importantes beneficios económicos.
Hace dos años el nacimiento de Jorge generó 247 millones de libras (343 millones de euros). En declaraciones hace unos días al Daily Telegraph, el economista David Bamfield, aseguraba: "Creo que habrá un impulso inmediato de alrededor de 80 millones de libras (111 millones de euros) cuando nazca el bebé. Unos 20 millones o 25 millones (30 o 37 millones de euros) se gastarán en recuerdos conmemorativos.
El resto irá a alimentos y bebidas, como dulces y vino espumoso". Al haber sido una niña se espera que los beneficios sean mayores ya que el negocio de ropa infantil aumentará.
Kate desveló que salía de cuentas a mediados de abril, aunque la Casa Real británica, en el momento de anunciar el embarazo, fijó finales de mes como fecha del parto. El bebé se ha hecho esperar tanto, que las autoridades municipales se han visto obligadas a alargar el periodo de prohibición del tráfico en las inmediaciones del centro médico. Y es que la duquesa siempre se ha mostrado partidaria de los procesos naturales para dar a luz.
La duquesa de Cambridge, quien está de baja por maternidad desde su último acto oficial a finales de marzo, fue vista en los últimos días saliendo del palacio de Buckingham conduciendo su propio coche, un Range Rover. Acompañaba a su niño a clases de natación y dicen que ella estuvo haciendo
ejercicio en un intento de acelerar el parto.
Lo que hubiera dado su abuela Diana de Gales por ver esta niña.
Ha sido un bebé que se ha hecho esperar más días de los programados y que ha tenido pendiente a medio mundo del hospital St. Mary de Londres
. Pero lo que no se hizo esperar demasiado fue su presentación. No se habían cumplido diez horas del alumbramiento cuando los felices padres abandonaron el centro médico con su niña en brazos. Antes posaron brevemente con la pequeña. Kate presentaba un magnífico aspecto.
Ambos declararon sentirse "muy, muy felices". Una hora antes Guillermo había llegado con su hijo Jorge, que también acudió a conocer a su hermana.
Kate Middleton ingresó para dar a luz a las seis de la mañana (hora peninsular). La duquesa de Cambridge llegó en un discreto coche a la clínica, la misma en la que nació su primer hijo, acompañada de su marido, Guillermo de Inglaterra.
El nombre de la pequeña, siguiendo la tradición de la familia real británica, no se dará a conocer hasta dentro de unos días. La niña llevará el título de princesa de Cambridge y pasa a ocupar el cuarto lugar en la línea de sucesión al trono después del príncipe Carlos, el príncipe Guillermo y el príncipe Jorge.
La llegada del bebé fue comunicada primero a la reina Isabel y después a los abuelos.
A continuación se anunció a través de Twitter e Instagram y después se dispararon 62 cañonazos desde la Torre de Londres y el 41 desde Green Park. El ala Lido de hospital St. Mary se encontraba reservada desde hace días especialmente para el acontecimiento e incluso había un equipo de médicos preparado para recibir en cualquier momento a Kate.
Catalina (nacida Kate Middleton) y su hija se encuentran en perfecto estado, ha precisado un comunicado de palacio tras el parto en el que la duquesa ha sido atendida por el doctor Guy Thorpe Beeston, quien ya participó en el equipo que atendió el nacimiento de su primogénito. En su primer alumbramiento, la duquesa estuvo en manos del doctor sir Marcus Setchell, hoy ya jubilado. La duquesa había ingresado en el ala Lido del hospital, adonde se trasladó en coche desde el palacio de Kensigton, la residencia londinense en la que permanecía instalada desde el pasado fin de semana. Los duques de Cambridge tienen su hogar habitual en Ammer Hall (condado de Norfolk, en el este de Inglaterra), donde Guillermo ejerce de piloto del servicio aéreo de ambulancias de la región.
La noticia del natalicio, que según los cálculos errados de la prensa se esperaba inicialmente el pasado fin de semana, ha sido recibida con especial júbilo por el grupo de monárquicos que llevan varios días acampados en los alrededores del recinto hospitalario, junto a un enjambre de periodistas y cámaras.
A las exclamaciones de “¡Ha sido niña!” siguieron las inevitables especulaciones sobre el nombre que recibirá la nueva princesa, siendo Alice y Charlotte los favoritos a nivel popular, aunque en círculos reales no se descarta que los padres acaben eligiendo el de Elizabeth, en honor a la monarca y bisabuela de la niña o Diana, en recuerdo de su abuela paterna. También se barajan María e Isabel.
El nacimiento de la nueva princesa se ha producido cuando faltan sólo cinco días para las elecciones generales del 7 de mayo. Los grandes partidos han decidido suspender brevemente los principales actos de su campaña, conscientes de que quedarían desplazados de las portadas de la prensa, y todos sus líderes se han aprestado a felicitar a la familia real. Uno de los estrategas del Partido Conservador admitía días atrás y con cierto cinismo que el primer ministro, David Cameron, confía en que la noticia beneficie sus expectativas electorales “porque la gente va a sentirse especialmente optimista ante la feliz noticia” y ello redundará en su percepción sobre la marcha del país.
El nacimiento de Jorge mejoró aún más la imagen de Guillermo y dio más popularidad todavía a Kate, tanto que las encuestas recogen que los británicos prefieren que Isabel II sea sucedida en el trono por su nieto antes que por su hijo Carlos. La llegada de un bebé a la familia real británica supone, según los expertos, importantes beneficios económicos.
Hace dos años el nacimiento de Jorge generó 247 millones de libras (343 millones de euros). En declaraciones hace unos días al Daily Telegraph, el economista David Bamfield, aseguraba: "Creo que habrá un impulso inmediato de alrededor de 80 millones de libras (111 millones de euros) cuando nazca el bebé. Unos 20 millones o 25 millones (30 o 37 millones de euros) se gastarán en recuerdos conmemorativos.
El resto irá a alimentos y bebidas, como dulces y vino espumoso". Al haber sido una niña se espera que los beneficios sean mayores ya que el negocio de ropa infantil aumentará.
Kate desveló que salía de cuentas a mediados de abril, aunque la Casa Real británica, en el momento de anunciar el embarazo, fijó finales de mes como fecha del parto. El bebé se ha hecho esperar tanto, que las autoridades municipales se han visto obligadas a alargar el periodo de prohibición del tráfico en las inmediaciones del centro médico. Y es que la duquesa siempre se ha mostrado partidaria de los procesos naturales para dar a luz.
La duquesa de Cambridge, quien está de baja por maternidad desde su último acto oficial a finales de marzo, fue vista en los últimos días saliendo del palacio de Buckingham conduciendo su propio coche, un Range Rover. Acompañaba a su niño a clases de natación y dicen que ella estuvo haciendo
ejercicio en un intento de acelerar el parto.
Lo que hubiera dado su abuela Diana de Gales por ver esta niña.