Un Blues

Un Blues
Del material conque están hechos los sueños

3 may 2015

Nuestra vida falsificada............................................................ Luis Miguel Ariza

Ropa, accesorios, bebidas alcohólicas, cosméticos, microchips, pastillas de freno para automóviles, piezas de aviones de pasajeros, fármacos contra el cáncer…

La lista es aterradora. Este es un viaje al universo de las falsificaciones que nos rodean.

 

838.000 billetes de euros falsos se retiraron de la circulación en 2014. / Lisi Niesner (Reuters)

La noche del 20 de diciembre de 1995, un avión de American Airlines se estrelló contra la falda de una montaña mientras se disponía a aterrizar en el aeropuerto de Cali, en Colombia.
 Murieron 159 personas, aunque sobrevivieron cuatro pasajeros
 . Horas después, cuando aún salía humo de los restos, varias bandas de ladrones llegaron al lugar del accidente antes que los equipos de rescate
. Pertrechados con herramientas especializadas, los saqueadores se hicieron con la mayoría de instrumentos de aviación de la cabina, piezas de motor y otros componentes del aparato, un Boeing 757. En apenas un día, evacuaron las piezas a bordo de helicópteros.
 Según el periodista británico Tim Phillips, autor de un libro sobre los peligros de las falsificaciones (Knock­off: The Deadly Trade in Counterfeit Goods; London & Sterling), las piezas, que llenaban una enumeración de 14 folios, fueron a parar a Miami para su venta
. Las autoridades hicieron públicas las listas y números de serie. Nunca aparecieron. Fueron probablemente a parar a otros modelos 757 como recambios.
Las piezas de aviación de origen desconocido se denominan “partes sospechosas y no aprobadas” –en inglés, suspected unapproved parts, SUP–.
 Las hay que son seguras aunque se haya perdido su documentación.
 “Podrían ser reutilizadas si cumplen los requisitos que verifiquen su funcionamiento”, explica Mike Rioux, un experto en aviación de la compañía JDA Aviation Technology Solutions, con base en Bethesda (EE UU). “Otra cosa es si alguien las roba en un accidente y las coloca en el mercado negro con documentación falsa”.
La sola idea de volar en un avión al que han llegado piezas robadas de una catástrofe ­aérea aterroriza. Ken Gardner es un inspector y experto retirado de la Administración Federal de Aviación de Estados Unidos (FAA, en sus siglas en inglés)
. Se dedica, junto con su colega Tom Martin, a dar cursos para reconocer esas piezas. Narra que en la Operación Tormenta del Desierto hubo casos de gente que robó piezas de varios Boeing 747 siniestrados para venderlas en el mercado negro
. Las autoridades llevaron a cabo arrestos en Chicago y Honolulú.
Volar es el método más fiable de viajar en la actualidad. ¿Pero hasta qué punto estas piezas infectan la aviación comercial y qué papel desempeñan en los accidentes? La FAA determinó que entre 1973 y 1993 habían estado involucradas en 166 accidentes, algunos de los cuales tuvieron lugar durante vuelos comerciales que provocaron seis muertes.
 En 1989, un Convair se desintegró a 22.000 pies de altura sobre el mar del Norte. Murieron sus 55 pasajeros.
Los investigadores noruegos encontraron arandelas y tornillos falsos en la cola del avión.
 Según la Coalición Internacional contra las Falsificaciones (IACC, en inglés), se han encontrado piezas falsas hasta en el avión presidencial Air Force One.
 Un informe del Senado estadounidense realizado entre 2009 y 2010 desveló transistores falsos en los sistemas de visión nocturna de los helicópteros Seahawk e incluso en sistemas de defensa de misiles. Dos años después se estimó que el número de piezas falsas o sospechosas que habían infectado a los aparatos de la Fuerza Aérea estadounidense superaba el millón. Ken Gardner se retiró en 2009 como experto en aviación civil. “Los casos de piezas falsificadas o sospechosas aparecían en entre un 6% y un 7% de los informes”, afirma hoy.
Dos años antes de su retiro, la Cámara Internacional de Comercio citó en su informe a bandas rusas que robaban los componentes de una planta en Rusia central para producir y distribuir piezas de aviones de pasajeros como el Tupolev-154 y otras naves de cargo.

2.500.000 puestos de trabajo destruidos por el mercado negro de falsificaciones en los países del G20, según estimaciones de la Cámara Internacional del Comercio. / Ted Aljibe (Getty)
¿Y por qué se instalan esas piezas sospechosas? Por dinero, es la respuesta de Tom Martin.
 Algunos de los contrabandistas interrogados por el accidente de Colombia en 1995 respondieron que la venta de estos componentes les resultaba más lucrativa que las drogas
 Compañías y fabricantes compiten en un mercado feroz que supone más de 100.000 aeronaves al día surcando los cielos
. Un avión comercial en tierra a la espera de una pieza de reemplazo supone dejar de ganar varias decenas de miles de euros al día
. Ningún responsable quiere una sola pieza falsificada en una aeronave, pero el mercado implacable propicia la entrada de falsificaciones baratas a través de estaciones de reparación o suministradores externos sin escrúpulos.
 Los mecánicos no reciben el entrenamiento adecuado para descubrirlas, asegura Daryl Guberman, consultor de calidad de Guberman PMC LLC, en Connecticut. “Todo son prisas. Y siempre está el dólar como justificación”.
 Este es solo el tentáculo de un monstruo de cientos: el crimen global de las falsificaciones.
Mónica Dopico Martínez es inspector jefe de la sección de delitos contra la propiedad intelectual e industrial de la Policía Nacional.
 Nada más empezar a hablar en su despacho, se levanta y enseña su particular museo: un paquete de cigarrillos Marlboro indistinguible de uno auténtico; un ­mini-iPhone falso que se adelantó a un falso rumor de Apple; falso material táctico anticorte en guantes de la policía o el Ejército que se rasga con facilidad.
 “Hoy se falsifica prácticamente de todo”, dice la inspectora. “Detrás se encuentra el crimen organizado. No hay otra forma de explicarlo”.

Internet ha facilitado el mercado, la globalización y la desaparición de las fronteras comerciales. Nos hemos convertido en sus clientes. Y su muestrario es casi infinito.
 Se calcula que en el mundo circulan cien mi­llones de réplicas del famoso rifle de asalto AK-47. Cada año se fuman centenares de millones de cigarrillos falsos que contienen heces, moscas muertas y hasta huevos de insecto
. Bebidas alcohólicas tóxicas, transistores, microchips, champús, cosméticos, perfumes, pasta de dientes, leche en polvo para bebés, detergentes, airbags, todo tipo de artilugios electrónicos, pastillas de frenos para automóviles hechas de serrín, antibióticos, fármacos contra el cáncer, antipalúdicos, medicinas cardiovasculares, copias pirateadas de pelícu­las, música y libros…
Y, por supuesto, todo tipo de ropa y accesorios de lujo. Ríos de falsificaciones inundan el planeta. Resulta imposible cuantificarlas.
El daño que ocasionan a la economía mundial es gigantesco. Las cifras son puramente estimativas. Según la Cámara Internacional de Comercio, este mercado negro ha destruido 2,5 millones de puestos de trabajo directos en los países del G 20. Hace cuatro años, el mismo organismo proyectaba para 2015 un movimiento global de falsificaciones –englobando al consumo doméstico y la exportación internacional– cuyo valor total podría alcanzar 1,6 billones de euros. Interpol incluye como crimen digital la explotación de cualquier copia ilegal distribuida en la Red y contenidos pirateados en Internet (libros, música, películas o videojuegos). En España, solo esta piratería ocasionó en 2014 unos 1.700 millones de euros de pérdidas, y de no existir se habrían creado más de 29.000 empleos el pasado año, según el Observatorio de la Piratería.
El 10% de los medicamentos que se consumen en los países en desarrollo son falsos, según la OMS. Se han detectado incluso vacunas contra la meningitis que en realidad consistían en agua del grifo

Internet ha facilitado el mercado, la globalización y la desaparición de las fronteras comerciales. Nos hemos convertido en sus clientes. Y su muestrario es casi infinito. Se calcula que en el mundo circulan cien mi­llones de réplicas del famoso rifle de asalto AK-47. Cada año se fuman centenares de millones de cigarrillos falsos que contienen heces, moscas muertas y hasta huevos de insecto. Bebidas alcohólicas tóxicas, transistores, microchips, champús, cosméticos, perfumes, pasta de dientes, leche en polvo para bebés, detergentes, airbags, todo tipo de artilugios electrónicos, pastillas de frenos para automóviles hechas de serrín, antibióticos, fármacos contra el cáncer, antipalúdicos, medicinas cardiovasculares, copias pirateadas de pelícu­las, música y libros… Y, por supuesto, todo tipo de ropa y accesorios de lujo. Ríos de falsificaciones inundan el planeta. Resulta imposible cuantificarlas.
El daño que ocasionan a la economía mundial es gigantesco. Las cifras son puramente estimativas. Según la Cámara Internacional de Comercio, este mercado negro ha destruido 2,5 millones de puestos de trabajo directos en los países del G 20. Hace cuatro años, el mismo organismo proyectaba para 2015 un movimiento global de falsificaciones –englobando al consumo doméstico y la exportación internacional– cuyo valor total podría alcanzar 1,6 billones de euros. Interpol incluye como crimen digital la explotación de cualquier copia ilegal distribuida en la Red y contenidos pirateados en Internet (libros, música, películas o videojuegos). En España, solo esta piratería ocasionó en 2014 unos 1.700 millones de euros de pérdidas, y de no existir se habrían creado más de 29.000 empleos el pasado año, según el Observatorio de la Piratería.
El 10% de los medicamentos que se consumen en los países en desarrollo son falsos, según la OMS. Se han detectado incluso vacunas contra la meningitis que en realidad consistían en agua del grifo

2 may 2015

Nos obligaron a olvidar..............................Jose Carlos Cataño

Nos obligaron a olvidar...

Nos obligaron a olvidar
Dónde estábamos
Tan sólo dónde estábamos.

¿Es mi patria la lengua?
¿Habita
En la ciudad que ya no existe?

En la memoria,
Silencio de un cielo sin despedidas.
Al pie de otro volcán,
¿Hay patria que cantar?

Trazamos
El color de la sombra
De los cuerpos ausentes y nombramos
Lo que la aviva
Con los restos de los borrados
En la lengua de sus verdugos.
De "En tregua", 2001
 

Carolina de Mónaco: 'Estoy en contra de los mandatos de la moda'




Carolina de Mónaco es sinónimo de elegancia pero está "en contra de los mandatos de la moda", según declaró a la agencia AFP durante la celebración del Festival de Moda y Fotografía de Hyères.
 “Antes había principios que respetar que hoy ya no existen, por ejemplo, no usar zapatos blancos después del 1 de septiembre, diamantes antes de las cinco de la tarde, la necesidad de que el calzado y la cartera hicieran juego o salir de casa con guantes… todo era objeto de código, ahora hay otras libertades”, añadió.

Cinco idiomas con Natasha Yarovenko



Natasha Yarovenko es menos alta de lo que uno espera por las fotos.
 Y eso es bueno, porque tiene porte de maniquí de pasarela, pero no ese aspecto de flamenco rosa metido dentro de la piel de un ser humano que poseen la mayor parte de las modelos.
 A pesar de su presencia espectacular, frente a ella uno no se siente como si no perteneciera a la misma especie, algo que pasa la mayor parte de las veces que un homo sapiens se enfrenta a uno de esos seres con el físico que tendría un extraterrestre venido de un planeta en el que la gravedad es tres veces menor que en la Tierra.
Además, esos cinco centímetros de menos dan un tremendo aplomo a los movimientos de una persona que de por sí desprende seguridad en sí misma. Ucrania de Odessa, a Yarovenko lo mismo es posible imaginarla enamorando a un duque en un refinado baile de la corte zarista como amamantando a su hija en las barricadas de Stalingrado, mientras con la mano que le queda libre dispara su fusil contra las tropas de asalto nazis.
Barcelona se parece a Odessa. Las dos son ciudades a la orilla del mar, y las dos son cosmopolitas
Y sin embargo, está mujer de 31 años que parece cualquier cosa excepto frágil, pide nada más sentarse a contestar la entrevista que se la trate con cuidado porque dice sentirse “muy sensible”. Ante la cara de sorpresa del interlocutor, aclara esa afirmación
. “Debes entender que he dado a luz hace pocos meses, y cuando la mujer da a luz se vuelve muy instintiva, muy sensible. Es muy animal y muy poco cerebral.
 Para mí es muy raro. Yo, que siempre he sido lo contrario. Sufría de tanto pensar y ahora tengo la sensibilidad a flor de piel”, calla y suelta una carcajada.
“Estoy muy feliz. La niña es muy divertida. Estoy contenta de no haber sido madre antes.
 En mi país se tienen hijos muy pronto y yo siempre quise ser madre, pero supe esperar y ahora soy una madre consciente”.
Tengo la mitad de la familia en Rusia y la otra mitad en Ucrania. Fue terrible ver la separación de ambos países. De repente, todo el imperio, todo el cuento que nos contaron, se derrumbó
Creo que [la serie 'Alastriste'] era un producto de calidad. Jamás en mi vida he mantenido una relación con el reparto tan cercana
Esa maternidad prudente le llevó por ejemplo a elegir México para dar a luz y residir allí los primeros meses de vida de su hija.
 “Sigo en México. Me he mudado solo una temporada. Fui porque tenía la ilusión de que los primeros días de mi hija fueran en la naturaleza.
 Fui a Tulum, es un un sitio paradisiaco, donde no necesitamos ropa ni zapatos. No quería meterla en un apartamento.
 Creo que el parto es algo muy natural.
 Quería dar a la luz en un sitio en el que hubiera contacto con la tierra”. Yarovenko practica la meditación trascendental, una disciplina con origen en India, creada en los cincuenta por el Maharishi Mahesh Yogi, traída a occidente por los hippies y popularizada por los Beatles. “Es mi pasión”, dice, y explica que le interesa hasta el punto de que cuando en 2012 la reclamaron para rodar Aftershock, una película chilena de terror, estaba inmersa en un curso en Onenes University, un centro de meditación regido por un conocido gurú llamado Sri Braga situado a unos 70 kilómetros de Chennai (la antigua Madrás), en la costa del Oceano Índico
. “Es un lugar para retirarse a crecer
. En ese momento estaba haciendo un curso de un mes. Lo he hecho varias veces.
 De hecho, es lo único de la India que conozco. Me gusta porque cada vez descubro más y más de mi ser y del universo.
 Creo que gracias a la meditación podemos llegar a un lugar donde no haya sufrimiento. Es difícil, pero está en nuestro interior, y podemos lograrlo”.
Ha llegado con su hija y su suegra en taxi a la sesión
. Ha decidido comenzar con la entrevista antes que con el maquillaje para las fotos, y mientras responde, la madre de su pareja da un paseo al bebé por los alrededores de una lonja reconvertida en estudio fotográfico que parece poseer la cualidad de potenciar la temperatura exterior.
 En verano esto debe de ser un horno, pero estamos en invierno y si en las calles de Madrid hace un frío considerable, en el interior del local hay varios grados menos.
Natasha Yarovenko viste un body de punto de Chanel. Si la piel tiene este efecto mate, pero luminoso, es debido a que hemos aplicado el tono número 30 de los polvos compactos Les Beiges, de Chanel / Pablo Estévez y Javier Belloso
El estilista planeaba tomar instantáneas en ropa interior, lo que en estas condiciones y en algunos países civilizados podría considerarse atentado contra la salud de los trabajadores.
 Cuando se lo comentan, ella hace notar, tan educada como firme, que no es la mejor de las ideas. Nadie intenta convencerle de lo contrario.
 Parece más sensato comenzar un zafarrancho para calentar el plató.
Habla español perfectamente. Emigró con sus padres a Barcelona cuando tenía 18 años, hace ahora 13. “No sabía nada del país, ni conocía el idioma, pero me ayudó que Barcelona se parece a Odessa. Las dos son ciudades a la orilla del mar, y las dos son cosmopolitas. Odessa era, incluso cuando pertenecía a la Unión Soviética, una ciudad turística, donde había gente de 40 nacionalidades, y eso hace que estuviera acostumbrada a ver personas de otros países, de otras razas, que hablaban en lenguas distintas a la mía”.
Odessa, en la península de Crimea, fue el primer lugar en el que estalló el conflicto en 2013 que ha desembocado en algo que hoy es guerra abierta entre las nuevas autoridades ucranias y el gobierno de Moscú.
Tras unas semanas de confusión, Rusia se anexionó la zona y, poco después, la población local, en su mayor parte de origen ruso, como Yarovenko, aceptó esa decisión en un referéndum considerado ilegal por la comunidad internacional.
Una guerra que es consecuencia de la desintegración de la URSS a principio de la década de 1990. “Me acuerdo perfectamente de la transición de la URSS a ser parte de Ucrania
 Fue muy duro percibir todo el estrés de mis padres.
Tengo la mitad de la familia en Rusia y la otra mitad en Ucrania. Fue terrible ver la separación de ambos países.
 De repente, todo el imperio, todo el cuento que nos contaron, se derrumbó. Ahora mismo estoy viviendo otras cosas, pero me entristece la situación. Aunque intento no ver las noticias, tengo familia por la que me preocupo”.
Lo que está ocurriendo en Ucrania es, en principio, tan absurdo como que Cataluña y Aragón se enfrentasen con tanques por la posesión de una comarca de Girona. Resulta difícil creer que se abstraiga del conflicto.
 “Es que en la vida suceden siempre cosas que no esperas. Nunca sabes, así que aprovecha el presente porque no sabes lo que va pasar en el futuro. No es que sea pesimista, pero es lo que hay”, dice escabulléndose, y da la impresión de que, a pesar de lo que dijo al principio, cuando es necesario la parte cerebral se impone sobre la emocional .
Cuando habla de que su vida ha dado giros inesperados se refiere a que apenas habían pasado dos semanas de su llegada a Barcelona cuando un fotógrafo la abordó frente a la Sagrada familia. “Me invitó a un concurso. Yo no entendía nada. Pero me presenté y lo gané”.
Asegura que no le costó aprender castellano (“a los tres meses ya hablaba como un loro”), algo que atribuye a su facilidad para los idiomas, domina cinco
. “Después del ruso todo es fácil. Muy pocos rusos lo hablan bien”.
En estos momentos es la protagonista de Alastriste, una de las producciones más complicadas de la televisión en España, de esas que de tanto manosearlas para que sea para todos los gustos se han convertido en algo que no convence a nadie.
Pero ella lo defiende con uñas y dientes. “Terminamos de rodarla en diciembre de 2013, más o menos.
 Para mí fue un regalo. Creo que es un producto de calidad. Jamás en mi vida he mantenido una relación con el reparto tan cercana.
 Éramos una familia”. Hace ya más de una década que debutó en una serie de la televisión autonómica catalana.
“Lo veía como un juego, hice dos películas y después empecé a tomármelo en serio. Pero desde el primer día de rodaje me encantó esta profesión.
 Porque todo el mundo tiene sus temores y este trabajo me permite ser otra persona”.
Pero el gran salto de su carrera llegó en 2010, cuando protagonizó con Elena Anaya Habitación en Roma, la historia de un breve y tórrido idilio lésbico.
 La historia, dirigida por Julio Medem, le proporcionó una nominación al Goya a actriz revelación. “Siempre fue mi sueño trabajar con Medem. Cuando me llamaron me hizo mucha ilusión. Pero cuando llegó el guion cada página que leía me alejaba de ese sueño.
 Aunque viendo la película no lo creas, soy muy pudorosa.
 No he hecho topless en mi vida. Y claramente la historia no me hacía mucha ilusión
. Pero pensé que Medem es un director tan magnífico que tenía que darle la oportunidad de hablarme. Necesitaba explicaciones.
 A partir de ahí fue todo como un cuento.
 Cuando nos encontramos estaba Julio con Elena. Llevaban seis meses tratando de dar con la otra chica. Habían pasado un mes en Moscú buscándola.
Una que vieron les gustó mucho. Ella aceptó, y al final, el día que tenía que viajar a Madrid llamó y dijo que su marido no le permitía venir.
 Le tengo que mandar un jamón a esta… al marido”, se ríe de la malicia de su chiste y continúa con la historia. “Quedamos en un bar en Madrid.
Cuando nos vimos parecía que nos conocíamos de toda la vida. Charlamos un par de horas. Al final hicimos la prueba y allí mismo dijo que sí”.
Y sí, considera que aceptar fue una de las mejores decisiones de su vida.
“Me parece que la película es muy sutil. Para mí fue un trance de felicidad. Estuve en un nivel de alteración muy fuerte.
Se me pedía soltarme mucho. Al final, desnudarme físicamente no fue tan duro como desnudar mi alma.
Ahí hay mucha Natasha".