Un Blues

Un Blues
Del material conque están hechos los sueños

28 abr 2015

Ofrécese cerebrito. Razón: portería........................................................... Luz Sánchez-Mellado

Vale que cobrar como diputado y por asesorar a una constructora no es ético, como le reconoció Pujalte a Pepa Bueno en un lapsus tonto. Pero es legal. Y a mí a legal no me gana nadie.

El diputado del PP Martinez Pujalte. / Luis Sevillano

Estos días con la pata quebrada y amarrada al teclado, me ha dado por pensar en el día de mañana. No en qué me voy a poner, malpensado, porque para estar en casa bastante hago con cambiarme de refajo, sino, tú me entiendes: en el porvenir, el largo plazo, en más allá del puente de mayo, vamos. Ya sé que la economía va como un tiro, que exulta Guindos, pero tal como está mi sector productivo, no está de más buscar un plan B por si los chuzos de punta mutan en lanzas propiamente dichas. Lo malo de reinventarse a cierta edad, no obstante, es que la cabra tira al monte.
 ¿Y de qué va a tirar una cánida vieja a estas alturas? Pues de lo que controla, no te fastidia. Una cosa es reconvertirse de pija de Serrano en superviviente en Honduras a razón de 30.000 la semana, como Carmen Lomana, y otra empezar de cero una carrera y que suene la flauta por la coyuntura sociopolíticaeconómica.
¿O no, Teresa Rodríguez, de Podemos-Andalucía?
Total, que estoy por quemar mis naves, tal que Rosa Díez, e irme postulando para lo que surja desde esta tribuna.
Vale, ya sabemos que no está bonito usar los privilegios del curro para hacerte unos bolos por otras plazas a cuenta de la nómina que te paga tu santo patrón por el sudor de tus neuronas.
 Eso lo saben hasta los de Sálvame Deluxe, por mucha fama de pesebreros, perdón, peseteros, que tengan.
Está feo de testículos cobrar de un propio y venderle a otro lo que sabes en virtud de tu puesto
. O eres de Mediaset, o de Atresmedia.
 O moro, o cristiano. O de Belén Esteban, o de Olvido Hormigos.
 Pero todo eso de la lealtad a la casa y otras pamplinas de ursulina era antes de que trascendiera que Trillo y Martínez-Pujalte, actual embajador en Londres y pepero azote de corruptos, respectivamente, percibieran entre 5.000 y 9.000 pavos mensuales por tomarse un par de cafés con una constructora de obra pública.
Vale que el hecho de que, además, ambos percibieran su sueldo de diputado no sea ético, según le reconoció Pujalte a Pepa Bueno en un lapsus tonto.
Pero es legal. Y, a legal, no me gana nadie.
Que tiene una visión privilegiada, asevera de Pujalte Mario Armero, que lo fichó para su causa. ¿Entonces, porqué a mí nadie me consulta nada con lo que han visto y oído estos ojos y estos tímpanos que se han de comer la uveítis y las alertas de los móviles de la peña?
Armero, de verdad te lo digo: con el café, depende del día, pero tú me invitas a un tinto de verano, y te canto por soleares, como la vicepresidenta Santamaría en cuanto se quita el corsé de La Moncloa. ¿Qué de qué?. Pues no sé, de todo
. De la condición humana.
 De los intríngulis de los poderosos.
De sus manías, de sus pasotes, de sus complejos.
De cómo está el patio ahí fuera. Déjame, solo, que lo consulte con Javier Gomá
. Sí, hombre, un filósofo así alto, rubio, de ojos azules y del mismo Bilbao que va de apolíneo y dionisíaco y de mundano y de ascético al mismo tiempo.
A lo tonto, se está forrando el tío con su Ejemplaridad pública (Taurus).
Vale, lo de Razón: Portería, es el título de otro de sus incunables.
 Pero aquí, hasta que cierre el chiscón, la única portera es mi menda, y él me plagió primero
. Donde las dan, las toman, Schopenhauer.

 

La invasión de los ‘Gabitos’................................................................... Martín Caparrós

Hace 20 años, García Márquez creó un espacio donde los mejores periodistas consagrados, convertidos en maestros, transmitirían sus conocimientos a las mejores promesas del oficio.

 

La escuela de periodismo de García Márquez acaba de cumplir 20 años. Así se celebró en Cartagena (Colombia). / Joaquín Sarmiento

Veinte años atrás, una mañana de abril, calurosa como son las mañanas de cualquier mes en Cartagena, la perla del Caribe colombiano, el colombiano más universal entró, en pantalones cortos de jugar al tenis, en la sala del diario El Universal donde lo esperaban diez periodistas jóvenes de todo el continente.
 Lo acompañaba Alma Guillermoprieto, la gran cronista mexicana del New Yorker, y estaba por dar curso a un viejo sueño.
O, quizás, a un sueño sustituto
 Durante décadas, Gabriel García Márquez había querido editar un diario, el mejor diario, el que les mostraría a todos los demás cómo debía ser un diario
. En los ochenta llegó incluso a trabajar en el proyecto de uno, que se llamaría El Otro.
Y 30 años antes lo había intentado por primera vez, cuando publicó “el periódico más pequeño y breve del mundo”, que llegó a llamarse Comprimido y tenía cuatro páginas ínfimas y era, gran precursor, gratuito –pero duró seis días
. El Otro no apareció siquiera y, a principios de los noventa, García Márquez se resignó a un proyecto más modesto, más ambicioso: crearía un espacio donde los mejores periodistas consagrados, convertidos en maestros, intentarían transmitir sus conocimientos a las mejores promesas del oficio. El mecanismo sería casi simple: el maestro y sus aprendices se encerrarían durante cinco o seis días en una sala y conversarían, practicarían, se enseñarían los pequeños trucos o discutirían los grandes principios.
 Para eso, García Márquez convocó a sus cómplices iniciales; entre ellos Tomás Eloy Martínez, Ryszard Kapuscinski, Carlos Monsiváis y un joven abogado que se encargaría de coordinar el asunto: el barranquillero Jaime Abello.
Veinte años después, la Fundación para el Nuevo Periodismo Iberoamericano es uno de los grandes referentes de la profesión en América Latina.
 Sus diversas iniciativas hicieron mucho para constituir por primera vez una red tupida, muy poblada, de reporteros de todo el continente relacionados por su voluntad de aprender, de buscar nuevas formas que les permitieran buscar mejor.
 Por sus talleres y seminarios han pasado casi 10.000 periodistas: toda una generación se ha encontrado en sus aulas y ha encontrado en ellas el lugar donde pensar su práctica. Suelen ser días de convivencia intensa, charlas, debates, rumba –y algún romance de ocasión– que impactan en las vidas de sus participantes: años atrás, un estudio interno descubrió que más del 60 por ciento de los talleristas había cambiado de empleo en el año siguiente.
Remover conciencias es una función involuntaria –o quizá no. Voluntariamente, la FNPI también ha jugado un papel decisivo en la recuperación y valoración de la tan cacareada crónica latinoamericana. Y entrega, además, cada año, en un festival que se realiza en Medellín, los premios de periodismo más prestigiosos del continente
. Allí se hizo oficial, el año pasado, el cambio de nombre: la Fundación pasó a llamarse “Gabriel García Márquez para el Nuevo Periodismo Iberoamericano”; su fundador y presidente había muerto unos meses antes y se hacía necesario renovar los votos, asegurarse de que su sueño seguía vivo.
Sigue, después de veinte años.
 Hace unos días, para festejarlo, dos docenas de Gabitos invadieron las calles de Cartagena: jóvenes vestidos de pantalón blanco y guayabera, con una libreta de notas en la mano y una máscara de García Márquez joven –inquietante, gozosa–, que hacían, en efigie, lo que hacen los periodistas: salir, mirar, preguntar, molestar todo lo posible, vivir para contarlo.

27 abr 2015

Long bob: todas sus versiones Es el corte estrella de la temporada. Celebs y tops nos enseñan a reinventarlo. Cabello Rostro Ana Morales — Nos lo avanzaba la estilista María Baras al final de verano. "La nueva melena de Jennifer Aniston es una de las más demandadas". Se refería al imitadísimo long bob que tanto está calando entre celebs y tops y que anónimas de todo el mundo estamos intentando replicar con la excusa de cambiar de look.


Eva Mendes para Estee Lauder
© Cortesía de Estée Lauder
Ésta es la imagen que Estée Lauder ha publicado en su perfil oficial de Twitter para dar a conocer el fichaje.
Eva Mendes, nueva imagen de Estée Lauder

Siete meses después de ser mamá, la actriz ficha por la marca cosmética



Hay nueva chica en Estée Lauder. Tras el reciente fichaje de Kendall Jenner para la firma de cosméticos, ahora es la actriz de origen cubano la que se incorpora a la casa como imagen de una nueva línea de cuidado facial, New Dimension, que se lanzará después del verano en el mercado internacional.

¿Los motivos? “Es aspiracional y real al mismo tiempo”, ha afirmado Jane Hertzmark Hudis, presidenta global de la marca. Y ha añadido: “Como actriz, empresaria y ahora madre, Eva entiende el poder de transformación que es la esencia de nuestro nuevo enfoque de la belleza
 La calidez y cercanía de Eva nos ayudará a compartir esta historia increíble con las mujeres de todo el mundo”. Eva, por su parte, ha mostrado su admiración por la marca desde que era adolescente y su ilusión por este nuevo proyecto.
"Estoy emocionada de ser imagen de New Dimension porque me identifico personalmente con lo que representa, el poder que tenemos como mujeres para tomar el control y transformar nuestra propia belleza”.
Con motivo de este fichaje la actriz ha concedido una entrevista a Estée Lauder, publicada en su web oficial, en la que habla de belleza y maternidad. “Mi bebé ha empezado a dormir toda la noche así que ahora tengo más tiempo para mi ritual de belleza”, ha contado. Sobre el paso del tiempo, reconoce que su rostro  “está cambiando.
Y quiero ser capaz de aprovechar este proceso”. Y sobre su idea perfecta de felicidad, es rotunda (y sencilla).
“Levantarme tarde y comer una deep dish pizza. El estilo Chicago”. También ha alabado las bondades de los tacones, de unos boyfriend jeans, del verano en el campo y el invierno en la ciudad, de su obsesión por levantarse tarde, del Krav Maga (un sistema de combate y defensa personal), de por qué Eduardo Manostijeras es su película favorita y de lo mucho que le gustaría tener “talento para responder preguntas de forma interesante”. ¿Acaso no lo tienen todas estas respuestas?

De Niro celebra el 25º aniversario de ‘Uno de los nuestros’ en Tribeca


De Niro en el festival de Tribeca
De izquierda a derecha, Nicholas Pileggi, Ray Liotta, Lorraine Bracco, Robert De Niro, Paul Sorvino y el moderador Jon Stewart, en el festival de Tribeca. / Eric Thayer (REUTERS)

Todo se queda en casa en Tribeca. No es un festival de cine como los demás.
 Tiene aspiraciones internacionales, pero al final siempre vuelva a mirar dentro y en su 14ª edición aún tiene claro el objetivo con el que nació de revitalizar Nueva York
. Por eso, este año inauguraron con el documental Live From New York! para celebrar el 40º aniversario de uno de sus emblemas, el programa Saturday Night Live.
  Y, por eso, el Festival se clausuró este sábado con la proyección y reunión de parte del equipo de Uno de los nuestros, otro símbolo cinéfilo neoyorquino, que también cumplía años, 25.
“Era el aniversario y es una copia digital remasterizada genial”, contó Jane Rosenthal de por qué decidieron cerrar esta edición con el filme de Scorsese, quien supervisó la restauración sacada de un negativo original.
“Si no lo hacíamos nosotros, alguien más lo iba a hacer”. Y, además, ellos jugaban con ventaja siendo De Niro miembro fundador de las dos familias, la de Scorsese y la de Tribeca.
Durante la proyección, el público neoyorquino aplaudía y repetía cada línea de diálogo de unos personajes que consideran unos de los suyos
. “Es simplemente increíble que 25 años después la gente aún responda así a la película”, dijo Ray Liotta, tras el pase de la película, acompañado en el escenario del teatro Beacon por Robert De Niro, Lorraine Bracco, Paul Sorvino y el guionista Nicholas Pileggi; y por una decena más de actores sentados entre el público (Debi Mazar, Kevin Corrigan…).
Scorsese y su mítico productor Irvin Winkler no pudieron acudir a la celebración porque están en Taipéi rodando su nueva película Silence, pero mandaron un vídeo en el que el director italoamericano recordó la escena a la que tiene más cariño: esa en la que su propia madre, Catherine, interpretando a la madre del personaje de Joe Pesci, cocina unos espaguetis para los ‘chicos’ en mitad de la noche.
Además, Marty se acordó de las malas reacciones en el estreno de la película.
“Recuerdo que los pases previos fueron una de las peores experiencias de mi vida.
 Parecía que la audiencia tenía que estar preparada para lo que iba a ver, pero hubo mucha controversia”. Y continuó, dirigiéndose a su coguionista, Pileggi: “¿Te acuerdas de aquel buen restaurante italiano en Tribeca al que solíamos ir? ¿Y cuando la película se estrenó, el propietario nos prohibió la entrada porque al parecer la película denigraba a cierto grupo étnico?”.
Uno de los nuestros no era un cuento de hadas sobre la mafia italoamericana de Nueva York entre los sesenta y los ochenta.
 Era un retrato crudo y violento del crimen organizado, una obra cumbre de un género que casi reinventó. “No sé si lo reinventó –dijo Liotta el sábado–, creó su propia versión”.
“No es ni siquiera parte del género”, añadió Paul Sorvino. “Es parte de la iconografía americana.
 Es una de las tres o cuatro mejores películas de la historia, y si tienes la suerte de hacer algo así en tu carrera, eres muy afortunado”.
Sorvino, protagonista de una de las escenas más recordadas de Uno de los nuestros cuando corta el ajo con cuchillas de afeitar en la cárcel, fue el más hablador de todos los asistentes, que, a pesar de los esfuerzos del showman Jon Stewart como moderador, parecían poseídos por la regla básica de sus personajes: no irse nunca de la lengua.
El actor contó que a punto estuvo de abandonar el rodaje a los dos días:
“Llamé a mi agente y le dije: ‘Sácame de aquí, no puedo hacerlo”. Sin embargo, un día después mientras se colocaba la corbata delante del espejo, se vio como Paul Cicero. “Y me dio miedo”.
Liotta recordó que él, en cambio, sabía que podía interpretar al mafioso e informador, Henry Hill, y rogó a Scorsese, de quien contó que no tuvo problemas en convertirse en un capo durante el rodaje. “Me dijo: ‘Quiero rodar esto como un gángster. Si quiero congelar planos, si quiero poner voz en off, si quiero lo que sea…’ Y eso es lo que hizo. Le dio mucha libertad ser él mismo”.
Ray Liotta también contó cómo Joe Pesci improvisó su famosa escena “Gracioso, ¿por qué?”, que Jon Stewart confesó haber usado durante años como coletilla en sus monólogos.
Pesci, tampoco pudo acudir, pero mandó una nota que De Niro leyó entre risas en esta especial reunión familiar para él: “Fuck, fuck, fuckity fuck fuck”, decía la nota.
 “Lo traduciré –dijo el actor y fundador de Tribeca–: ‘Querido, Bob, Disculpa que no pueda estar allí. Con cariño, Joe”.