Un Blues

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Del material conque están hechos los sueños

27 abr 2015

El seísmo en Nepal: ¿Tragedia anunciada?.......................................... JUANITA MALAGÓN .

La autora, que vivido y trabajado en el país, explica cómo todo el mundo presagiaba un nuevo temblor pero apenas se previno.

 

En enero de 2013, mientras vivía en Katmandú, escribí un artículo relacionado con terremotos para el periódico local Nepali Times.
 El semanario publicaba cada año un artículo en conmemoración del terremoto del 15 de enero de 1934 que devastó la ciudad y mató 18.000 personas en todo Nepal e India.
Uno de los objetivos del texto era hacer un balance de lo que se estaba haciendo y cómo prevenir una tragedia anunciada.
 No porque se pudiera advertir del terremoto en sí, sino para saber qué hacer para minimizar el impacto en el peor de los casos.

En los tres años que viví en Nepal, “el gran terremoto” era un tema de conversación frecuente entre amigos y colegas, en oficinas y colegios
. Incluso cada 15 de enero los medios de comunicación hacen todavía gran despliegue del Día Nacional de Seguridad contra Terremotos (National Earthquake Safety Day) que conmemora el devastador seísmo de 1934.
 Año tras año, no han faltado los discursos del gobierno en los avances en la materia, la presencia de organizaciones internacionales, los nuevos programas de prevención de desastres, etc.
La gente conocía las consecuencias de un terremoto, sin embargo en una ciudad densamente poblada como Katmandú se seguían construyendo edificios y escuelas que no eran sismo-resistentes, no se fortalecían suficientemente las construcciones ya hechas, y se ampliaban vías sin mucha planeación. En general, no había conciencia de qué hacer después del desastre.
Conocíamos la frase que rondaba por todas partes “no se trata de si habrá el gran terremoto sino cuándo lo habrá”
. La mayoría, si no todos, sabíamos del sismo de 1934 y la alta posibilidad de que uno de tal o mayor magnitud se repitiera.
 Reportes históricos mostraban que cada 70 años había un movimiento telúrico de grandes proporciones y se sabía que Katmandú quedaba en la falla donde chocan las placas de India y Euro-Asia, haciéndola una de las ciudades más vulnerables del mundo.
En colegios y oficinas había planes detallados de qué hacer en caso de una fuerte sacudida, cómo debía protegerse, la red de contactos y el lugar de reunión después del temblor, entre otros.
 Se recomendaba tener en general provisiones de comida, ropa, agua, cobijas (mantas), suficientes para mínimo dos semanas guardadas en un lugar seguro afuera de la casa, un morral a la mano con documentos, dinero, linterna y cosas de primera necesidad.
 A los niños les enseñaban qué hacer en caso de un temblor, y tenían frecuentes ejercicios de evacuación.
Y algunas veces creíamos que eran exageraciones.
 Sí, era importante prevenir, pero no era necesario ser paranoicos.
 Nuestras casas se veían seguras, igual que los colegios y oficinas, pero, ¿qué pasaba en los lugares públicos, en los cinco minutos que se va al mercado local o en el recorrido de los espectaculares monumentos históricos (como los que se derrumbaron), en las casas viejas construidas con ladrillos que abundaban?
Hoy, dos días después del terremoto, no hay luz ni agua la mayor parte del día, la conexión a internet es intermitente, las líneas de teléfono trabajan y aunque no salen ni entran llamadas a celular, los mensajes de texto sí funcionan.
 Desde el sábado, la gente en Nepal que puede se comunica vía redes sociales como Facebook, Twitter, Whatsapp y Viber. Dicen que hay frecuentes réplicas tan fuertes como un terremoto en sí y que derrumban lo que queda de algunas construcciones ya afectadas.
Desafortunadamente, no sé puede decir que lo peor ha pasado, lo peor está por venir.
 Con la comida y el agua escaseando en una ciudad que en condiciones normales ya tenía racionamientos fuertes de agua, luz, gasolina y la escasez de algunos alimentos, el panorama no es alentador.
Es que no sólo fueron casas las que se destruyeron y las vidas que se perdieron.
También fueron sus monumentos –muchos, patrimonio cultural de la humanidad de la Unesco-, fueron sus templos, su historia, su cultura.
 Todo esto se derrumbó en los 40 segundos que duró el terremoto. Y ni qué decir de los efectos devastadores en las regiones, donde el acceso es realmente difícil.
El gobierno hace lo que puede, la ayuda internacional ya llega.
 Con la inestabilidad política del país de los últimos años, la gente en Nepal sabe que debe ayudarse entre sí y no depender del gobierno
. El sentido de comunidad en este país del Himalaya es enorme
. Los nepalíes son generosos y respetuosos, tan espirituales que esa será su fortaleza para seguir adelante.
Gente en Katmandú me ha dicho que se siente afortunada.
 Afortunada por estar viva, porque sus familiares y cercanos estén físicamente bien, porque que la tragedia no pasó en la época del Monzón ni en invierno, o entre semana cuando los niños van al colegio, o de noche cuando la gente duerme en su casa
. Todo podría ser peor.
Ahora viene lo más difícil, reconstruir una nación y la propia vida, con tan poco.
 Como dijo un conocido nepalí: “Lo hicimos una vez (refiriéndose al terremoto de 1934) y lo haremos otra vez
. Lo más importante es que seguimos vivos”.
Periodista y antropóloga colombiana, con experiencia profesional en África y Asia.
 Estuvo tres años colaborando con el Nepali Times. Actualmente vive en Jartum, Sudán

26 abr 2015

Letizia pone de moda el corte bob (al menos en internet)

La página en Wikipedia del "corte bob" quintuplica sus visitas, aumenta la popularidad de los vídeos que enseñan a hacer el corte en casa y las búsquedas en Google tanto de Letizia como de su nuevo peinado se disparan.

 



Letizia pone de moda el corte bob (al menos en internet)



Primera aparición de la reina Letizia con su nuevo corte de pelo el pasado 21 de abril
Primera aparición de la reina Letizia con su nuevo corte de pelo el pasado 21 de abril. GETTY IMAGES
La reina Letizia presentó su nueva imagen en los premios de la revista Woman que se entregaron el pasado 21 de abril. Ha pasado de la melena al conocido como corte bob. Su pelo ahora termina unos centímetros por encima de los hombros.
Este estilo se impuso a principios de 2013 cuando la modelo Karlie Kloss optó por el tijeretazo y la edición estadounidense de la revista Vogue, con la complicidad del periódico The New York Times, lo consagraron como el corte del año. En aquel momento, Estados Unidos recogió la tendencia como propia, con los consiguientes efectos colaterales en la industria de la moda, el cine y la música.
Han tenido que pasar dos años para que el corte bob explote en España gracias a la decisión de la Reina. Durante esta semana, y aunque despistara a unos pocos con el moño que lució durante la entrega del premio Cervantes, las búsquedas en internet sobre este estilo capilar se han multiplicado como demuestran estos cinco datos.
1. Las búsquedas de las palabras "corte bob" han crecido en España los últimos días como se puede ver en este gráfico de tendencias de Google.
En este mapa se puede ver que la comunidad con mayor interés por el corte de pelo es Asturias, donde nació la Reina.
2. No solo Letizia ha puesto de moda el corte bob, parece que el corte bob también ha puesto de moda a Letizia. Al introducir su nombre en la herramienta de estadísticas del buscador se comprueba que también se han acrecentado las búsquedas. También creció en junio de 2014 con la abdicación del rey Juan Carlos I.
3. El fenómeno bob ha provocado que un vídeo de YouTube de 2013 explicando cómo hacerse este corte en casa haya revivido y se sitúe entre lo más visto de esa web.
Al revisar las estadísticas se confirma el crecimiento (medido hasta el 22 de abril, un día después del estreno del corte de pelo de la Reina).
4. Tal vez, la tendencia más significativa es la que demuestran las cifras de Wikipedia. La entrada en español sobre el "corte bob" ha quintuplicado las visitas.

“Liria es la casa del duque de Alba. Mis hermanos pueden venir”................... Mábel Galaz

El nuevo jefe de los Alba diseña su modelo de gestión para el patrimonio que ha heredado

Carlos Fitz-James Stuart quiere ser un duque del siglo XXI

En este tiempo de cambios, la familia ha sufrido fisuras.

El duque de Húescar, en el palacio sevillano de Las Dueñas, el pasado mes de noviembre. / Raúl Caro (EFE)

Desde el 20 de noviembre ejerce como jefe de la Casa de Alba, aunque el título de duque no lo recibirá oficialmente hasta dentro de dos o tres meses cuando todos los trámites legales estén cumplimentados.
En este tiempo, Carlos Juan Fitz-James Stuart Martínez de Irujo se ha visto envuelto ya en varias polémicas de índole familiar y también en alguna gestión fallida, como el intento de venta de importantes documentos de Cristóbal Colón.
 No le gustan los medios de comunicación de los que toda su vida ha huido, pero su nuevo papel le lleva de vez en cuando a responder a los reporteros a pie de calle. Esta entrevista, la primera que concede como nuevo jefe de los Alba, la responde con un cuestionario previo.
Pregunta. ¿Cómo afronta la responsabilidad de estar al frente de la Casa del Alba?
Respuesta. Con ilusión y sentido de la responsabilidad.
Los seis hijos de la duquesa de Alba y Alfonso Díez, en su entierro. / CRISTINA QUICLER (AFP)
P. ¿Qué proyectos tiene para esta nueva etapa?
R. En primer lugar, consolidar y racionalizar unos activos muy variados y complejos que tienen su origen hace casi 600 años, estabilizando su gestión, y continuar enriqueciendo su Patrimonio Histórico, por ejemplo completando la digitalización de su archivo.
Carlos Fitz-James Stuart, que todavía usa el título de duque de Huéscar cedido por su madre, es consciente de que la gestión del legado que ha recibido debe ser acorde con los nuevos tiempos. Por eso anuncia que su gestión de la Casa de Alba en el siglo XXI “será muy activa en todos los frentes; cultural, económico cívico y con una importante proyección social”, sin concretar más sus planes. Y asegura que ahora tiene presente los consejos que le dio su madre para cuando llegara el momento. “Mi madre tuvo siempre un gran interés en que el legado de la Casa se conservara a la vez de manera dinámica y muy digna”.
“Carlos es conservador y protegerá el título”, dijo de él la duquesa en su biografía titulada Lo que la vida me ha enseñado. Ese es su gran reto; preservar el patrimonio histórico artístico de sus antepasados.
La aristócrata Cayetana de Alba entre su hijo mayor y su tercer esposo. / GTRESONLINE
Nacido en Madrid en 1948, como primogénito ha heredado todos los tesoros de su familia: la Fundación Casa de Alba (con sus palacios de Liria y Monterrey, entre otros); la colección de medio centenar de ducados, marquesados, condados y grandezas, y la responsabilidad de preservar el legado histórico y monumental
. Toma así el relevo de los 18 duques que le han precedido, desde el primer portador del título, García Álvarez de Toledo, en el último cuarto del siglo XV.
El nuevo duque está divorciado de Matilde Solís-Beaumont, hija de los marqueses de la Motilla
. El matrimonio, que se anuló en 2006, tuvo dos hijos varones, Fernando y Carlos.
 El primero de ellos se ha convertido, tras la muerte de su abuela, en el nuevo heredero. Carlos Fitz-James mantuvo posteriormente una relación con la empresaria Alicia Koplowitz. Ahora no se le conoce ninguna pareja.
 No le gusta hablar de su vida privada pero sabe el interés que despierta.

 

“Los hospitales están colapsados. Necesitamos ayuda”, alerta Nepal

Los equipos de rescate buscan desesperadamente a supervivientes. El balance de fallecidos supera los 2.000.

Trabajadores de rescate junto a un cadáver en las ruinas de un edificio en Bhaktapur. / AP / REUTERS-LIVE!

Cientos de personas han pasado la noche al raso en Katmandú, la capital de Nepal, tras el devastador terremoto que ayer sacudió el país, afectando también zonas de India, China y Bangladesh y que causó la muerte a más de 2.200 personas, según el último balance oficial, y cuantiosos daños en el patrimonio histórico del país.
 Los trabajadores de emergencias y voluntarios siguen removiendo los escombros, en ocasiones con las propias manos, para tratar de localizar supervivientes mientras se producen réplicas del temblor de ayer.
 Una, de 6,7 en la escala de Richter, ha causado este domingo nuevos aludes en la zona del Everest. Con el temblor de ayer, ya se produjeron avalanchas en la montaña más alta del mundo, justo en el comienzo de la temporada de escalada. 17 montañeros murieron y decenas resultaron heridos en el campo base de la vertiente sur de la montaña, tragado por un alud.
"Tanto los hospitales públicos como los privados están colapsados y está tratando a los pacientes al aire libre", ha alertado el embajador nepalí en India.
"Estoy exhausto, pero tenemos que seguir", declaró a la agencia Reuters un agente de policía cuyo equipo ya había trasladado 166 heridos y cadáveres a los centros médicos.
 "Necesitamos ayuda", señaló el ministro de Información, Minendra Rijal.
Con epicentro a unos 150 kilómetros al noroeste de Katmandú, el seísmo se dejó sentir especialmente en el valle en el que se sitúa la capital nepalí, que vio caer a tierra buena parte de su patrimonio histórico, como la torre Dharahara.
 También otros edificios de Katmandú se vinieron abajo o quedaron gravemente dañados, con lo que las tareas de rescate se centran en localizar supervivientes entre las montañas de escombros. Mientras, se alinean los cadáveres en la calle.

Teléfonos de emergencia

MIGUEL GONZÁLEZ, Nueva Delhi
El Ministerio de Asuntos Exteriores ha facilitado dos direcciones de correo electrónico y dos teléfonos para las "personas afectadas o que puedan tener afectados entre sus allegados".
 Los teléfonos son: (91)1141293000 y (91)9810174160. Las direcciones de correo son emb.nuevadelhi@maec.es y unidaddecrisis@maec.es.
El oficial militar Santosh Nepal relató a la agencia Reuters que había trabajado toda la noche en las ruinas de un edificio de tres plantas derrumbado en el centro de Katmandú, usando picos porque las máquinas no podían pasar por las estrechas calles del centro histórico de la ciudad. "Creemos que aún hay personas atrapadas dentro", ha declarado.
 Hay edificios reducidos a montones informes de ladrillos, mientras que otros han quedado inclinados, en precario equilibrio y amenazando con venirse abajo en cualquier momento.
 Otros, que han sufrido derrumbes parciales, mostraban desventrados las pertenencias de sus habitantes.
Miles de personas han pasado la noche al raso con temperaturas bajo cero y bajo una ligera llovizna, temerosos de volver a sus casas, dañadas.
Muchos deambulaban por las calles envueltos en mantas o se sentaban en la calle acunando a sus niños pequeños, cargando con pequeñas bolsas con sus pertenencias.
Las réplicas se han dejado sentir desde ayer.
En la torre Dharahara, una de las atracciones turísticas más importantes de la ciudad, construida en 1832 por la reina de Nepal y de la que apenas ha quedado en pie un trozo de pared, hasta 200 de personas quedaron atrapadas, según un agente de policía.
Con la llegada del buen tiempo, unos 300.000 turistas se encontraban en el país cuando, a mediodía de ayer (hora local), la tierra tembló como no lo había hecho desde 1934, cuando un temblor de magnitud 8,1 (el de ayer alcanzó 7,9) mató a más de 8.500 personas. El último balance hecho público por las autoridades nepalíes cifra los muertos en 1.953, a los que hay que sumar 53 en India y 17 en Tíbet. Hay más de 4.500 heridos.
En los hospitales, siguen llegando heridos y, sobre todo, cadáveres rescatados de entre las montañas de escombros.
El oficial de policía Sudan Shreshtha aseguraba a Reuters haber llevado durante la noche un total de 166 cadáveres al Hospital Universitario Tribhuvan.
Allí quedaban los cuerpos almacenados, apenas cubiertos con alguna tela. Otros, ni eso. Empiezan a escasear los suministros médicos.
Con el gobierno nepalí desbordado por la dimensión de la tragedia, India ha enviado suministros médicos y equipos de salvamento, un total de 285 miembros de su Fuerza de Respuesta a Desastres, mientras que China ha mandado un equipo de emergencia de 60 personas.
Organizaciones internacionales reunen asimismo personal para acudir a Nepal a colaborar en las tareas de rescate. Países como EE UU, Reino Unido o Pakistán han ofrecido ayuda.