Un Blues

Un Blues
Del material conque están hechos los sueños

24 abr 2015

El agente inmobiliario de las estrellas enseña a vender............................................ Rocío Ayuso..

Fredrik Eklund tiene entre sus clientes a Jennifer Lopez, Mick Jagger o Leonardo DiCaprio

Acaba de publicar un libro que ya es un 'best seller' y tiene una fortuna de 28 millones.

Eklund, con su libro en mano, en una bañera de mármol de un apartamento en Nueva York. / bryan smith (corbis)

Empezó su carrera como actor de cine X pero enseguida prefirió el negocio inmobiliario.
Había más dinero y se le daba mejor. Su nombre, Fredrik Eklund, sueco, 37 años, afincado en Nueva York y que solo el pasado año vendió más de 1.000 millones de euros en el mercado inmobiliario. ¿Su secreto? Eso es lo que cuenta en su libro The Sell, recientemente publicado y ya todo un best seller porque, como dice el título, lo que enseña es a vender.
Según Eklund, nos ponemos a la venta cuando salimos en una cita o cuando buscamos trabajo y es lo mismo vender magdalenas que seguros.
 Esa es su teoría, pero su realidad es que él vende paraísos inmobiliarios a millonarios. Eklund dice que ellos, los famosos y los que tienen dinero, son como nosotros: gente que busca su casa ideal. Pero con una diferencia: pueden pagar más.
Eklund vendió recientemente el piso adosado de Sarah Jessica Parker en Manhattan por 18,5 millones de euros. Ahora le está consiguiendo casa a Jennifer Lopez. Mick Jagger, Justin Timberlake, Daniel Craig, Cameron Diaz, Leonardo DiCaprio y David Bowie han sido otros de sus clientes que han pagado su precio: un 2,5% de la venta más comisiones. Nueva York es su campo de juego, donde es el número uno de los agentes inmobiliarios.
 Las cifras le avalan; tiene una fortuna personal de 27,8 millones de euros y hasta la fecha dice haber vendido más de 3.240 millones de euros en el mercado inmobiliario.
Eklund es honesto con sus comienzos y al hablar de su trabajo en la industria del porno gay, algo que probó pero que como admite no fue para él.
Lo único que le preocupaba de aquel periodo es que afectara a su pareja y no ha sido así. Eklund lo está arreglando todo para la llegada de su primera hija, Mila, junto a su marido, el artista Derek Kaplan.
En el campo inmobiliario tampoco empezó vendiendo casas multimillonarias.
 Le dijeron que sería bueno vendiendo propiedades, se sacó la licencia y no ha vuelto a mirar atrás aunque todavía recuerda su primera venta, un apartamento por algo más de medio millón de euros en Nueva York.
 Entonces le pareció mucho dinero. Ahora su último logro ha sido cerrar por su cuenta de Instagram una venta de 92 millones de euros.
Su programa de televisión Million Dollar Listing New York, ahora en su cuarta temporada, le ha ayudado mucho en su negocio.
 Pero para tener éxito Eklund recomienda invertir también en el aspecto físico
. Él reconoce que se gasta unos 250 euros cada tres semanas en cortarse el pelo.
 Un gasto necesario porque “es lo que primero ven tus clientes”, reconoce con humor
. En esa misma línea, para él la indumentaria es imprescindible, y recomienda gastar al menos el 10% de los ingresos personales -que en su caso le garantiza las mejores firmas-.
 En el tema transporte, Elkund se ha plantado en un Range Rover con el lujo de permitirse un chófer. “Un lujo y también una necesidad”, afirma dada la cantidad de negocios que cierra en su vehículo
. De esta forma el que asegura que vino de Suecia a Nueva York sin nada, ni dinero ni contactos, a pesar de que su padre es un economista en un banco sueco, posee ahora un apartamento en Manhattan del que "sólo" dice que cuesta entre los 4,6 a los 9,2 millones de euros.
 Su pedazo de paraíso inmobiliario en la Gran Manzana.
Fredrik Eklund (derecha), con sus compañeros del programa de televisión 'Million Dollar Listing New York'. / CORDON PRESS

 

La asesina confesa de Isabel Carrasco: “La mala hierba debe cortarse”.................................. Juana Viúdez / J. J. Gálvez

El abogado de la madre alega que padece un trastorno mental y pide ocho años de cárcel.

 

Montserrat Triana Martínez, sentada a la izquierda, junto a Isabel Carrasco, en la firma de un convenio. / Jesús F. Salvadores (efe)

Casi un año después de la muerte de Isabel Carrasco, presidenta de la Diputación de León, se conoce que la asesina confesa justificó su acto como un "beneficio para la humanidad".
 "La mala hierba debe cortarse. Tan solo he hecho justicia", aseguró Monserrat González a los psiquiatras que la evaluaron.
 Su abogado la utiliza en su escrito de defensa esgrimiendo que padece un trastorno mental. Para ella, matar a Carrasco era la única solución.
 González alega que le quitó la vida para evitar el sufrimiento de su hija Triana Martínez porque la presidenta de la Diputación la estaba acosando; según han confirmado fuentes jurídicas.

El abogado que defiende a las dos mujeres, el penalista José Ramón García García, ha rechazado hacer declaraciones a EL PAÍS.
 Pero, en su escrito de defensa, presentado en el juzgado de Instrucción número 4 de León, solicita una pena de prisión de siete años y medio para la madre por un delito de asesinato, alegando la eximente completa de trastorno mental; y un año de prisión por tenencia ilícita de armas.ç Y para Triana Martínez pide la puesta en libertad.
Según el escrito de defensa, del que se hace eco la web Leonoticias.com, Montserrat González justificó el crimen de la expresidenta del PP de León en la persecución "laboral, personal y de hacienda" que ejercía Isabel Carrasco sobre su hija Triana Martínez. E, incluso, en ese texto, el abogado de ambas acusadas relata un caso de acoso sexual a la hija por parte de la presidenta de la Diputación.
 "No había más remedio que eliminarla para poder vivir tranquilas", reconoció la asesina confesa a los médicos forenses.
 Ese examen concluye, según el escrito de defensa, que siente "más resentimiento que arrepentimiento".
El escrito relata lo ocurrido aquel 12 de mayo a las 17.17 horas, cuando Monserrat Carrasco seguía a corta distancia a la presidenta de la Diputación de León, Isabel Carrasco, que caminaba sola por la pasarela peatonal del Paseo de la Condesa.
 La asesina confesa se acercó por detrás sin que la víctima se percatara de su presencia y, con la intención de matarla, le disparó y logró que cuatro balas impactasen en su cuerpo.
La acusación particular mantiene que la defensa trata ahora de que la madre asuma todas las culpas
En este nuevo escrito presentado por la defensa de madre e hijas, además, exoneran a Raquel Gago, la policía local de 41 años imputada por el crimen.
 Tras ocho meses recluida, a esta tercera implicada le concedieron la libertad provisional.
 Ella entregó en comisaría el revolver Taurus que supuestamente empuñó María Montserrat González en el asesinato.
La acusación particular rechaza la tesis mantenida por la defensa, "que intenta que la madre asuma todas las culpas".
 Según la abogada de la hija de Isabel Carrasco, las tres imputadas elaboraron un plan para asesinar a la presidenta de la Diputación. "¿Ahora exculpan a Raquel Gago? ¿Casi un año después del crimen? ¿Por qué no lo hicieron desde el primer momento?", pregunta la letrada.

23 abr 2015

La Fiscalía pide al Supremo que investigue al exministro López Aguilar

El Ministerio Público ve indicios de un delito de violencia de género del europdiputado.

 

López Aguilar acudirá al Supremo como imputado. / FOTO: EFE | VÌDEO: ATLAS

La Fiscalía cree que hay razones para que el Tribunal Supremo investigue al exministro socialista Juan Fernando López Aguilar por violencia de género. La fiscal del alto tribunal que ha estudiado la exposición razonada enviada por un juzgado de Las Palmas de Gran Canarias considera que hay indicios de que el actual eurodiputado pudo cometer un delito de violencia de género contra su mujer y pide al tribunal que continúe la investigación "sobre estos hechos y sobre la participación en los mismos" de López Aguilar.

Según el escrito remitido por la fiscal Pilar Valcarce, en este momento solo le corresponde valorar si en la exposición remitida desde Canarias se consignan hechos que, "según una valoración muy provisional", pudieran ser delictivos y si existen indicios "consistentes" de ese delito.
 "Basta la posibilidad razonable" de que los hechos hayan ocurrido para que se proceda a abrir la fase de investigación, recuerda la fiscal.
La sala de admisión del Supremo decidirá a partir de ahora si admite la causa e investiga al eurodiputado, que fue apartado provisionalmente del PSOE tras conocerse la denuncia de su mujer.
 Si el Supremo sigue con la investigación, López Aguilar podrá pedir declarar voluntariamente como imputado.
 El exministro ha asegurado hoy que se acogerá a esta opción en cuanto tenga la oportunidad de hacerlo.
 "Voy con la verdad por delante.
 Lo que quiero es declarar cuanto antes porque soy absolutamente inocente", ha señalado a este diario López Aguilar, que acusa a su exmujer de "fabricar" una acusación contra él que dice va a "desmontar" con testimonios y pruebas.

Juan Goytisolo: “Digamos bien alto que podemos”

El escritor hace un guiño al partido de Pablo Iglesias en su discurso del Premio Cervantes.

 

“A la llana y sin rodeos”. Con esta frase cervantina quiso titular Juan Goytisolo uno de los discursos más breves en la historia del Premio Cervantes y, sin duda, uno de los más políticos
. En apenas 10 minutos, el escritor, de 84 años, reivindicó sobre todo dos cosas: la justicia social y la cara menos glamurosa del inventor del ingenioso hidalgo.
 “Volver a Cervantes y asumir la locura de su personaje como una forma superior de cordura, tal es la lección del Quijote.
 Al hacerlo no nos evadimos de la realidad inicua que nos rodea.
Asentamos al revés los pies en ella”, subrayó antes de lanzar un guiño al partido que ha revolucionado en apenas unos meses el panorama político español: “Digamos bien alto que podemos.
 Los contaminados por nuestro primer escritor no nos resignamos a la injusticia”.

En una jornada tan justiciera, Goytisolo dijo sentirse “como Bárcenas cuando llega al juzgado” al entrar en el Colegio de San Ildefonso de la Universidad de Alcalá.
 Tal era la expectación. El novelista barcelonés cumplió con lo anunciado: prescindió del chaqué protocolario, se puso la americana de las ocasiones y una corbata de hace 35 años.
En su novela Casetas de baño, la novelista francesa Monique Lange, esposa de Goytisolo, fallecida en 1996, cuenta que entre las intenciones de su marido estaba “conducir la lengua española por el desierto” y “llevar a La Meca a Isabel la Católica”.
 Él suele evocar el particular sentido de humor de Lange para explicar esas frases, pero lo cierto es que el autor de En los reinos de taifa llevó a Felipe VI hasta el valla de Melilla.
 Al menos simbólicamente.
Pasaban 11 minutos del mediodía cuando Juan Goytisolo, con la corbata ya descolocada, el primer botón de la camisa desabrochado y la medalla del Cervantes al cuello, subió lentamente al púlpito del paraninfo, abrió una carpeta roja, se ajustó mecánicamente los pantalones y se lanzó a leer las 1300 palabras de su discurso —unos cuatro folios al cambio de las antiguas pesetas—.
Antes improvisó una doble dedicatoria: a su “maestro” Francisco Márquez Villanueva —estudioso de los heterodoxos españoles fallecido hace dos años— y a los habitantes de la medina de Marraquech, que han acogido, dijo, su “incómoda” vejez.
"¿No sería mejor sacar a la luz los episodios oscuros de la vida de Cervantes?"
Sin rodeos, pero rodeado de autoridades (civiles y militares), un puñado de amigos y dos sobrinos —Gonzalo y Julia, la famosa Julia de las palabras de su hermano José Agustín—, el autor de Contracorrientes subrayó que hoy “las razones para indignarse son múltiples y el escritor no puede ignorarlas sin traicionarse a sí mismo”
. Ante el “sombrío" panorama de una crisis triple —económica, política y social— resulta difícil, insistió, resignarse a “la existencia de un mundo aquejado de paro, corrupción, precariedad, crecientes desigualdades sociales y exilio profesional de los jóvenes”.
Por eso quiso imaginar a don Quijote deshaciendo nuevamente “tuertos” y socorriendo a los “miserables”, es decir, “acometiendo lanza en ristre contra los esbirros de la moderna Santa Hermandad que proceden al desalojo de los desahuciados, contra los corruptos de la ingeniería financiera o, a Estrecho traviesa, al pie de las verjas de Ceuta y Melilla que él toma por encantados castillos con puentes levadizos y torres almenadas socorriendo a unos inmigrantes cuyo único crimen es su instinto de vida y el ansia de libertad”.
Juan Goytisolo había anunciado que trataría de decir muchas cosas en poco tiempo y cumplió.
 En sus cuatro apretados folios encontró acomodo a los grandes nombres de su canon particular: Clarín, Francisco Delicado, Luis de Góngora o Manuel Azaña.
Sin olvidar a Luis Cernuda, al que citó para hablar de los “vientres sentados” de esa burocracia oficial, empecinada en remover los huesos de Cervantes.
En 2001 Goytisolo publicó una recopilación de ensayos usando como título la definición de intelectual acuñada por el recién fallecido Günter Grass —Pájaro que ensucia su propio nido— y tuvo tiempo también de incluir en su discurso una ración de autocrítica.
Tras dividir a los escritores entre literatos que “conciben su tarea como una carrera” e “incurables aprendices de escribidor”, que la viven como una “adicción”, reconoció que él fue antes lo primero que lo segundo
. “Incurrí en la vanagloria de la búsqueda del éxito”, dijo sobre los comienzos de su trayectoria —que arrancó como novelista en 1954 con Juegos de manos— y antes de distinguir, citando a Azaña, la “actualidad efímera” de la modernidad atemporal.
 “La vejez de lo nuevo se reitera a lo largo del tiempo con su ilusión de frescura marchita”, afirmó. “La verdadera obra de arte no tiene prisas: puede dormir durante décadas como La regenta o durante siglos como La lozana andaluza”. El resto es eso que, por la tremenda, recordó Goytisolo, García Márquez llamó “exquisita mierda de la gloria”.
En un discurso más intenso que extenso, el novelista ponderó la mirada del exilio español frente a “los centinelas del canon nacional-católico” y se reconoció de “nacionalidad cervantina”
. Cervantear, apuntó, es dudar y dudar nos ayuda a eludir “el dilema que nos acecha entre la uniformidad impuesta por el fundamentalismo de la tecnociencia en el mundo globalizado de hoy y la previsible reacción violenta de las identidades religiosas o ideológicas”.
“La luz brota del subsuelo cuando menos se la espera”, dijo Juan Goytisolo en otro tramo de su intervención.
 Los que conocen la obra del autor de Belleza sin ley podían esperarse la contundencia de un discurso que esta vez no brotó del subsuelo sino de un púlpito flanqueado por dos maceros de gala. Allí, en lo alto y bien alto, sin rodeos y a la llana, el último premiado con el galardón más importante de la lengua española dijo, aunque fuera con pe minúscula, que “podemos”.
Enseguida llegaron los aplausos, el discurso del ministro de Cultura, el de Rey y el Gaudeamus igitur de la coral.
Tres cuartos de hora después de abrirse “la sesión”, se levantaba. Quedaban el aperitivo, las fotos, los corrillos y la apertura de la exposición Compromiso y disidencia en honor del premiado.
 También, de retirada, la tuna universitaria, esa “gallarda y donosa estudiantina” a la que Goytisolo, el destino tiene estas cosas, dedica uno de los capítulos más locos de su novela Paisajes después de la batalla.
 En esas páginas, el protagonista, que se parece sospechosamente al autor, se esfuerza en contener el vómito cada vez que escucha cantar Clavelitos.
El capítulo se titula ‘Defectos, sicosis, puntos flacos’. También los inmortales los tienen
. En Alcalá, por ese lado, la cosa no pasó a mayores.