Fredrik Eklund tiene entre sus clientes a Jennifer Lopez, Mick Jagger o Leonardo DiCaprio
Acaba de publicar un libro que ya es un 'best seller' y tiene una fortuna de 28 millones.
Empezó su carrera como actor de cine X pero enseguida prefirió el
negocio inmobiliario.
Había más dinero y se le daba mejor. Su nombre, Fredrik Eklund, sueco, 37 años, afincado en Nueva York y que solo el pasado año vendió más de 1.000 millones de euros en el mercado inmobiliario. ¿Su secreto? Eso es lo que cuenta en su libro The Sell, recientemente publicado y ya todo un best seller porque, como dice el título, lo que enseña es a vender.
Según Eklund, nos ponemos a la venta cuando salimos en una cita o cuando buscamos trabajo y es lo mismo vender magdalenas que seguros.
Esa es su teoría, pero su realidad es que él vende paraísos inmobiliarios a millonarios. Eklund dice que ellos, los famosos y los que tienen dinero, son como nosotros: gente que busca su casa ideal. Pero con una diferencia: pueden pagar más.
Eklund vendió recientemente el piso adosado de Sarah Jessica Parker en Manhattan por 18,5 millones de euros. Ahora le está consiguiendo casa a Jennifer Lopez. Mick Jagger, Justin Timberlake, Daniel Craig, Cameron Diaz, Leonardo DiCaprio y David Bowie han sido otros de sus clientes que han pagado su precio: un 2,5% de la venta más comisiones. Nueva York es su campo de juego, donde es el número uno de los agentes inmobiliarios.
Las cifras le avalan; tiene una fortuna personal de 27,8 millones de euros y hasta la fecha dice haber vendido más de 3.240 millones de euros en el mercado inmobiliario.
Eklund es honesto con sus comienzos y al hablar de su trabajo en la industria del porno gay, algo que probó pero que como admite no fue para él.
Lo único que le preocupaba de aquel periodo es que afectara a su pareja y no ha sido así. Eklund lo está arreglando todo para la llegada de su primera hija, Mila, junto a su marido, el artista Derek Kaplan.
En el campo inmobiliario tampoco empezó vendiendo casas multimillonarias.
Le dijeron que sería bueno vendiendo propiedades, se sacó la licencia y no ha vuelto a mirar atrás aunque todavía recuerda su primera venta, un apartamento por algo más de medio millón de euros en Nueva York.
Entonces le pareció mucho dinero. Ahora su último logro ha sido cerrar por su cuenta de Instagram una venta de 92 millones de euros.
Su programa de televisión Million Dollar Listing New York, ahora en su cuarta temporada, le ha ayudado mucho en su negocio.
Pero para tener éxito Eklund recomienda invertir también en el aspecto físico
. Él reconoce que se gasta unos 250 euros cada tres semanas en cortarse el pelo.
Un gasto necesario porque “es lo que primero ven tus clientes”, reconoce con humor
. En esa misma línea, para él la indumentaria es imprescindible, y recomienda gastar al menos el 10% de los ingresos personales -que en su caso le garantiza las mejores firmas-.
En el tema transporte, Elkund se ha plantado en un Range Rover con el lujo de permitirse un chófer. “Un lujo y también una necesidad”, afirma dada la cantidad de negocios que cierra en su vehículo
. De esta forma el que asegura que vino de Suecia a Nueva York sin nada, ni dinero ni contactos, a pesar de que su padre es un economista en un banco sueco, posee ahora un apartamento en Manhattan del que "sólo" dice que cuesta entre los 4,6 a los 9,2 millones de euros.
Su pedazo de paraíso inmobiliario en la Gran Manzana.
Había más dinero y se le daba mejor. Su nombre, Fredrik Eklund, sueco, 37 años, afincado en Nueva York y que solo el pasado año vendió más de 1.000 millones de euros en el mercado inmobiliario. ¿Su secreto? Eso es lo que cuenta en su libro The Sell, recientemente publicado y ya todo un best seller porque, como dice el título, lo que enseña es a vender.
Según Eklund, nos ponemos a la venta cuando salimos en una cita o cuando buscamos trabajo y es lo mismo vender magdalenas que seguros.
Esa es su teoría, pero su realidad es que él vende paraísos inmobiliarios a millonarios. Eklund dice que ellos, los famosos y los que tienen dinero, son como nosotros: gente que busca su casa ideal. Pero con una diferencia: pueden pagar más.
Eklund vendió recientemente el piso adosado de Sarah Jessica Parker en Manhattan por 18,5 millones de euros. Ahora le está consiguiendo casa a Jennifer Lopez. Mick Jagger, Justin Timberlake, Daniel Craig, Cameron Diaz, Leonardo DiCaprio y David Bowie han sido otros de sus clientes que han pagado su precio: un 2,5% de la venta más comisiones. Nueva York es su campo de juego, donde es el número uno de los agentes inmobiliarios.
Las cifras le avalan; tiene una fortuna personal de 27,8 millones de euros y hasta la fecha dice haber vendido más de 3.240 millones de euros en el mercado inmobiliario.
Eklund es honesto con sus comienzos y al hablar de su trabajo en la industria del porno gay, algo que probó pero que como admite no fue para él.
Lo único que le preocupaba de aquel periodo es que afectara a su pareja y no ha sido así. Eklund lo está arreglando todo para la llegada de su primera hija, Mila, junto a su marido, el artista Derek Kaplan.
En el campo inmobiliario tampoco empezó vendiendo casas multimillonarias.
Le dijeron que sería bueno vendiendo propiedades, se sacó la licencia y no ha vuelto a mirar atrás aunque todavía recuerda su primera venta, un apartamento por algo más de medio millón de euros en Nueva York.
Entonces le pareció mucho dinero. Ahora su último logro ha sido cerrar por su cuenta de Instagram una venta de 92 millones de euros.
Su programa de televisión Million Dollar Listing New York, ahora en su cuarta temporada, le ha ayudado mucho en su negocio.
Pero para tener éxito Eklund recomienda invertir también en el aspecto físico
. Él reconoce que se gasta unos 250 euros cada tres semanas en cortarse el pelo.
Un gasto necesario porque “es lo que primero ven tus clientes”, reconoce con humor
. En esa misma línea, para él la indumentaria es imprescindible, y recomienda gastar al menos el 10% de los ingresos personales -que en su caso le garantiza las mejores firmas-.
En el tema transporte, Elkund se ha plantado en un Range Rover con el lujo de permitirse un chófer. “Un lujo y también una necesidad”, afirma dada la cantidad de negocios que cierra en su vehículo
. De esta forma el que asegura que vino de Suecia a Nueva York sin nada, ni dinero ni contactos, a pesar de que su padre es un economista en un banco sueco, posee ahora un apartamento en Manhattan del que "sólo" dice que cuesta entre los 4,6 a los 9,2 millones de euros.
Su pedazo de paraíso inmobiliario en la Gran Manzana.