A Lorenzo Caprile, maestro costurero, no le gustan los libros de moda. Pero acaba de publicar uno en el que mezcla su vida con consejos sobre el buen vestir.
Tras varios años dedicado a la moda, en 1993, Lorenzo Caprile
buscaba un lugar en el centro de Madrid en el que abrir su propio
taller.
Llevaba tiempo trabajando con diferentes firmas, Ratti, Lancetti, Gruppo Finanziario Tessile o Cadena, pero quería generar su propio discurso
. Encontró un lugar en el madrileño barrio de Salamanca y ahí comenzó a dibujar, cortar, hilvanar, pespuntar o coser.
Han pasado más de dos décadas y Caprile, referente del mundo de la moda, que ha vestido a la reina Letizia o confeccionado vestuario para la Compañía Nacional de Teatro Clásico, ha decidido escribir un libro.
“No es autobiográfico”, avisa el modisto desde su atelier en la capital.
“No quería contar mi vida ni hacer el típico libro de estilo”, añade
. Con esa idea, se puso a escribir y el resultado es De qué hablamos cuando hablamos de Estilo (Editorial Temas de Hoy); un volumen en el que las anécdotas personales se alternan con referencias de moda o consejos para vestir mejor.
“Escribo sobre la manera en la que trabajo a la vez que asesoro. Las etapas de mi carrera son el hilo conductor; una manera de hilvanar los entresijos del negocio y las sugerencias”, dice.
“Si eres tímida y discreta no vayas en plan Mata Hari porque no vas a saber defender el vestido”, sentencia Caprile, que se formó como modisto en el Fashion Institute of Technology de Nueva York y, posteriormente, en el Politécnico Internacional de la Moda de Florencia.
El libro no fue una idea suya, y no tiene problema en reconocerlo: “Se trata de una propuesta de la editorial y me pareció que podía ser interesante”.
No es la primera vez que el maestro costurero escribe. Hace más de una década publicó Vamos de boda (Círculo de Lectores), centrado en su experiencia en diseño de trajes para fiestas de compromiso y enlaces
. No en vano, Caprile es autor del vestido de novia de la infanta Cristina; del llamativo modelo de color rojo con el que la entonces princesa Letizia acudió a la boda de los príncipes herederos de Dinamarca en 2004, y un diseño que llenó páginas y páginas de revistas, o del vestido, con corpiño y perlas, de la segunda mujer de Leonardo DiCaprio en El lobo de Wall Street, dirigida por Scorsese. “Sandy [Powell] me pidió algo muy hortera y muy noventero”, recuerda. Powell es una diseñadora de vestuario británica con tres Oscar en su haber por los diseños que hizo para El Aviador, La joven reina Victoria y Shakespeare in Love. Además, es amiga de Caprile.
“Me he esforzado por escribir en un tono muy cercano. No me gustan las publicaciones que hablan de estilo de una manera pomposa y artificialmente compleja. Se trata de moda, no de la prima de riesgo o de una guerra”, sostiene el diseñador.
Además de maestro costurero, Lorenzo Caprile es licenciado en Lengua y Literatura por la Universidad de Florencia.
Así, que por las páginas de su libro no solo desfilan “el maestro Balenciaga”, que aparece en reiteradas ocasiones, o Coco Chanel sino que también hay referencias a Juan de Acelga, autor de Libro de geometría, práctica y patrones, uno de los primeros tratados de patronaje del mundo, publicado en 1580, y cuyo original se conserva en la Biblioteca Nacional.
“No he escrito un texto exclusivo para profesionales del sector ni para gente relacionada con el mundillo. Tampoco es un libro orientado a un público femenino o masculino; se trata de una publicación unisex para todas aquellas personas que puedan estar interesadas tanto en la cara profesional del negocio como en el patronaje.
O, simplemente, para aquellos un poco preocupados por su aspecto y su estilo”, explica.
En el volumen, dividido en 10 capítulos y lleno de cuidadas ilustraciones de Gonzalo Muiño, habla de: corte y confección; tejidos y colores; la elegancia de los patrones italianos o la eficacia de la industria americana; la alta costura; el prêt-à-porter; sus experiencias en la alfombra roja; su vida en el taller o la pasión por lo vintage. Además, dedica un capítulo entero a su experiencia en el cine y el teatro.
Caprile comenzó a crear vestuarios para obras y películas en 2005. Su trabajo en la Compañía Nacional de Teatro Clásico le ha reportado varios galardones como el Ceres de Teatro 2013 o el premio Ciudad de Alcalá de las Artes y las Letras 2014.
“La moda me ha fascinado desde muy joven”, cuenta. Lo dice y también arranca el libro con el recuerdo de unos bocetos del vestuario de una ópera que, de niño, llamaron su atención: “Me inicié en el mundo de la moda a través del dibujo, que es la peor manera de empezar en esta profesión”, confiesa.
Considera que la moda española goza de una salud estupenda: “El grupo Inditex ha cambiado todas las normas del juego, y Puig, Tous o Pronovias…
Todas ellas son colosos de la moda y son españolas”, afirma, “y eso que no he mencionado la zapatería, que también es maravillosa”. Y, ¿la moda de autor? Tuerce el gesto: “Ahí estamos como siempre”, se queja. “Hace tiempo que [los diseñadores] contrajeron una enfermedad: acostumbrarse a que hicieran lo que hicieran les iban a alabar en todos los sitios. Eso no vale. Así no se esfuerzan y sin esfuerzo no hay evolución ni crecimiento”, opina.
El libro acaba con una especie de epílogo que recoge una veintena de recomendaciones rápidas para acertar a la hora de vestir para cualquier sarao. Uno de ellos dice:
“Un poco de improvisación, anarquía y locura es muy sugerente; despierta la creatividad y ayuda a construir el estilo”. Una frase que podría ser uno de sus dogmas de vida.
Llevaba tiempo trabajando con diferentes firmas, Ratti, Lancetti, Gruppo Finanziario Tessile o Cadena, pero quería generar su propio discurso
. Encontró un lugar en el madrileño barrio de Salamanca y ahí comenzó a dibujar, cortar, hilvanar, pespuntar o coser.
Han pasado más de dos décadas y Caprile, referente del mundo de la moda, que ha vestido a la reina Letizia o confeccionado vestuario para la Compañía Nacional de Teatro Clásico, ha decidido escribir un libro.
“No es autobiográfico”, avisa el modisto desde su atelier en la capital.
“No quería contar mi vida ni hacer el típico libro de estilo”, añade
. Con esa idea, se puso a escribir y el resultado es De qué hablamos cuando hablamos de Estilo (Editorial Temas de Hoy); un volumen en el que las anécdotas personales se alternan con referencias de moda o consejos para vestir mejor.
“Escribo sobre la manera en la que trabajo a la vez que asesoro. Las etapas de mi carrera son el hilo conductor; una manera de hilvanar los entresijos del negocio y las sugerencias”, dice.
“Si eres tímida y discreta no vayas en plan Mata Hari porque no vas a saber defender el vestido”, sentencia Caprile, que se formó como modisto en el Fashion Institute of Technology de Nueva York y, posteriormente, en el Politécnico Internacional de la Moda de Florencia.
El libro no fue una idea suya, y no tiene problema en reconocerlo: “Se trata de una propuesta de la editorial y me pareció que podía ser interesante”.
No es la primera vez que el maestro costurero escribe. Hace más de una década publicó Vamos de boda (Círculo de Lectores), centrado en su experiencia en diseño de trajes para fiestas de compromiso y enlaces
. No en vano, Caprile es autor del vestido de novia de la infanta Cristina; del llamativo modelo de color rojo con el que la entonces princesa Letizia acudió a la boda de los príncipes herederos de Dinamarca en 2004, y un diseño que llenó páginas y páginas de revistas, o del vestido, con corpiño y perlas, de la segunda mujer de Leonardo DiCaprio en El lobo de Wall Street, dirigida por Scorsese. “Sandy [Powell] me pidió algo muy hortera y muy noventero”, recuerda. Powell es una diseñadora de vestuario británica con tres Oscar en su haber por los diseños que hizo para El Aviador, La joven reina Victoria y Shakespeare in Love. Además, es amiga de Caprile.
“Me he esforzado por escribir en un tono muy cercano. No me gustan las publicaciones que hablan de estilo de una manera pomposa y artificialmente compleja. Se trata de moda, no de la prima de riesgo o de una guerra”, sostiene el diseñador.
Además de maestro costurero, Lorenzo Caprile es licenciado en Lengua y Literatura por la Universidad de Florencia.
Así, que por las páginas de su libro no solo desfilan “el maestro Balenciaga”, que aparece en reiteradas ocasiones, o Coco Chanel sino que también hay referencias a Juan de Acelga, autor de Libro de geometría, práctica y patrones, uno de los primeros tratados de patronaje del mundo, publicado en 1580, y cuyo original se conserva en la Biblioteca Nacional.
“No he escrito un texto exclusivo para profesionales del sector ni para gente relacionada con el mundillo. Tampoco es un libro orientado a un público femenino o masculino; se trata de una publicación unisex para todas aquellas personas que puedan estar interesadas tanto en la cara profesional del negocio como en el patronaje.
O, simplemente, para aquellos un poco preocupados por su aspecto y su estilo”, explica.
En el volumen, dividido en 10 capítulos y lleno de cuidadas ilustraciones de Gonzalo Muiño, habla de: corte y confección; tejidos y colores; la elegancia de los patrones italianos o la eficacia de la industria americana; la alta costura; el prêt-à-porter; sus experiencias en la alfombra roja; su vida en el taller o la pasión por lo vintage. Además, dedica un capítulo entero a su experiencia en el cine y el teatro.
Caprile comenzó a crear vestuarios para obras y películas en 2005. Su trabajo en la Compañía Nacional de Teatro Clásico le ha reportado varios galardones como el Ceres de Teatro 2013 o el premio Ciudad de Alcalá de las Artes y las Letras 2014.
“La moda me ha fascinado desde muy joven”, cuenta. Lo dice y también arranca el libro con el recuerdo de unos bocetos del vestuario de una ópera que, de niño, llamaron su atención: “Me inicié en el mundo de la moda a través del dibujo, que es la peor manera de empezar en esta profesión”, confiesa.
Considera que la moda española goza de una salud estupenda: “El grupo Inditex ha cambiado todas las normas del juego, y Puig, Tous o Pronovias…
Todas ellas son colosos de la moda y son españolas”, afirma, “y eso que no he mencionado la zapatería, que también es maravillosa”. Y, ¿la moda de autor? Tuerce el gesto: “Ahí estamos como siempre”, se queja. “Hace tiempo que [los diseñadores] contrajeron una enfermedad: acostumbrarse a que hicieran lo que hicieran les iban a alabar en todos los sitios. Eso no vale. Así no se esfuerzan y sin esfuerzo no hay evolución ni crecimiento”, opina.
El libro acaba con una especie de epílogo que recoge una veintena de recomendaciones rápidas para acertar a la hora de vestir para cualquier sarao. Uno de ellos dice:
“Un poco de improvisación, anarquía y locura es muy sugerente; despierta la creatividad y ayuda a construir el estilo”. Una frase que podría ser uno de sus dogmas de vida.