Un Blues

Un Blues
Del material conque están hechos los sueños

22 abr 2015

El ‘show’ de Rodrigo....................................................................... Luz Sánchez-Mellado

Ya me diréis si ver a un dios en vida mutar en pobre diablo rico metido en un coche de medio pelo a las puertas de su casoplón no es un rompeaudímetros como Vasile manda.

 

Rodrigo Rato. / Alberto Martín (EFE )

Hay eras en que no doy una a derechas. Bueno, ni a derechas ni a izquierdas ni a los partidos emergentes, caiga donde caiga el centro del tablero que dicen ocupar esos “reyes jóvenes” que, según Cospedal, envían los dioses a los pueblos cuando quieren castigarles por sus pecados.
 No es porque seas mi ídolo, Floriano, pero oyendo a tu jefa, cada vez me pareces más elocuente. ¿Qué dioses?, inquiérome, si solo hay uno, católico, apostólico y romano, según San Jorge Fernández. ¿Qué pueblos?, si no existe más que una nación verdadera, según Rajoy y cierra España. ¿Qué pecados?, si aquí el único escándalo es lo fenomenal que va la economía según el Profeta Montoro.
Pues eso, María Dolores.
 Que, para otra vez, antes de hacerte un griego en público sin que nadie te lo pida, podrías reparar en que Felipe VI estaba ese día en Estrasburgo como Rey de tu patria e igual se sentía aludido, el pipiolo, dados sus 47 tiernos tacos.
Menos mal que salió al quite el eurodiputado Pablo Iglesias, le regaló al soberano la serie Juego de tronos como si fuera un hipster de Malasaña, valga la redundancia, y logró desviar la atención minuto y medio de tu salida de pata de Bankia, perdón, banco.
Para que luego digas que el caudillo de Podemos no es un hombre de Estado.
Pero te contaba que estoy en horas bajas.
 Ahora es cuando salta el gracioso de guardia con lo del desplome del colágeno, la caída de los estrógenos y el descuelgue de los tejidos blandos
. Pues no, listos. La razón de mi bajada a los abismos ha ido por otros derroteros.
Por las escaleras del adosado, concretamente. Una a una fui trastabillándome con las cuñas de estar por casa hasta aterrizar decúbito prono sobre el paragüero del descansillo
. Dos semanas con muletas y dos meses sin tacones, me está costando la broma
. Así que aquí yazco desde entonces, con la moral a ras de suelo, la autoestima bajo mínimos y la pata más estirada que la espalda de algunos cadáveres políticos, y no miro a nadie, Rosa Díez.

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