Un Blues

Un Blues
Del material conque están hechos los sueños

14 abr 2015

Hay quien dice que se fue....................................................Hugo Britzmann

Algunos dicen que se fue, que se ha muerto, pero yo sé bien que es mentira
. Créanme, cierro los ojos y las cuerdas de su guitarra siguen vibrando apasionadas e inmortales.
Algunos dicen que se fue, que ha muerto.
 Qué tontería, no han entendido nada, deben de ser los mismos que ignoran que Camarón aún canta como el agua.
 Pruebe el descreído a cerrar los ojos, en silencio. Podrá viajar desde Almoraima rumbo a la Caleta, siempre entre dos aguas.
 Si pasa por la cueva del gato conocerá al tío Sabas. Y a través de Zyryab llegará muy lejos, alcanzando con Chiquito pasión y fuego inagotables, propios de una rumba improvisada.
Algunos dicen que se fue, que ha muerto.
 No hagan caso, no nos quedaremos solos
. En la memoria queda que tú, flamenco exacto y universal, maestro en la ciencia de la armonía, nos iniciaste en las reglas de la complejidad con la precisión de tus dedos y la sencillez de tu duende. Paco, Paco de Lucía: mañana, como ayer, tu semilla brotará de una guitarra, ¡de todas las guitarras!, que para siempre evocarán tus tangos, tus alegrías, tu Aranjuez y tus bulerías.
Algunos dicen que se fue... no importa.
 Ahora, ya solo quiero caminar. ¡Gracias, Maestro!— Hugo Britzmann.

Hoja de ruta de un Genio

Toda una vida

Con su compinche Camarón, con los creadores que le admiraron, con los amigos, con birrete, premiado y en familia. Los momentos de una existencia única

Retratos

Inmortalizado por su mujer, Gabriela Canseco, y por aquellos que lo admiraron más all
á del ojetivo y la pluma. El rostro y las manos del maestro pegado
 Se ha cumplido un año de su muerte y aún no hay resignación a su ausencia. Su música trascendió fronteras y estilos y ahí seguirá para siempre, pero todavía duele pensar que no habrá otra ocasión para verlo sobre el escenario.
 Ahora llega 'Entre 20 aguas', que se venderá con EL PAÍS por 9.95 euros a partir del domingo 19 de abril.
 Un disco inédito en el que sus amigos, músicos procedentes de diferentes culturas musicales como Chick Corea, Raimundo Amador, Michel Camilo y Alejandro Sanz, entre otros, reinterpretan su música partiendo de las notas de la rumba Vámonos.
 Entre 20 aguas no se debe escuchar únicamente como un disco homenaje.
El genial guitarrista no solo creó canciones, sino que construyó un lenguaje musical propio. Y así suena el álbumsiempre a su guitarra..

Se fue el flamenco universal

Paco de Lucía fue un músico universal, el guitarrista que refundó el toque flamenco y lo subió a las más altas cimas artísticas haciéndolo crecer y evolucionar y mezclándolo con otras músicas de raíz, como la bossa nova, el jazz o el blues, a las que él llamaba “las músicas de la nevera vacía”

Alguien que hablaba poco y reía mucho

 

 

Cuando he conocido la noticia de la muerte de Paco me ha embargado una pena muy grande
. Ha sido una sorpresa muy triste, y no solo por la juventud del amigo, sino porque se ha apagado una enorme capacidad creativa.
Mantenía con Paco una buena amistad, y nos admirábamos mutuamente desde los tiempos en que nos reuníamos con Camarón, otro grande del arte.
Creo que Paco de Lucía era un ser extraordinario, una buena persona, que hablaba poco y reía mucho. Sin duda alguna, su muerte es una pérdida irreparable para sus amigos y para todos los amantes del arte.
Paco ha sido un auténtico revolucionario; ha dado vida a la guitarra, del mismo modo que Camarón se la dio al cante.
 Lo que más lamentoen estos momentos es que hacía tiempo que no hablaba con él.
 Claro que él vivía en México y yo en el Aljarafe sevillano.
 Y yo salgo poco, y me veo cada vez menos con los amigos, pero mantengo el afecto con todos ellos. Recuerdo que la última vez que estuvimos juntos fue en Madrid, en un restaurante, hará cosa de un par de años.
La verdad es que no me hago a la idea de que Paco, tan lleno de arte, esté muerto
. Siento de verdad que ha desaparecido un amigo, pero el mundo ha perdido a un gran artista.
Curro Romero fue matador de toros y amigo de Paco de Lucía.

 

13 abr 2015

Espera lo inesperado....................................................... Boris Izaguirre

Tras haber diseñado el eslogan "que cada palo aguante su vela", Cospedal solo puede ver cómo fuerzas no tan inesperadas del PP pretenden convertirla en La Destructora de su partido.

María Dolores de Cospedal, secretaria general del PP. / LUIS SEVILLANO

En algún momento el Instituto Nóos compró, sin ánimo de lucro, dos libros: Cómo funcionan los sentidos y otro, ya más adulto, Espera lo inesperado.
 Lo sabemos ahora gracias a los asombrosos emails de Diego Torres, el exsocio de Iñaki Urdangarin. No se puede negar que llevaban títulos proféticos.
 En el escándalo del Instituto Nóos ha habido tal exceso de sentidos que finalmente no hubo sentido común.
 Se confirma que lo que puedes esperar es justamente lo inesperado.
Una vez más el Instituto Nóos eclipsa cualquier noticia de la semana.
 Primero se empezó a decir en la prensa conservadora que el matrimonio Urdangarin-Borbón había estado en Italia repasando restaurantes Michelin en Semana Santa.
 Todo el mundo tiene su manera de experimentar el via crucis.
 Aunque ya no es inesperado tampoco es lo que se esperaba de ellos.
 Él era un balonmanista olímpico y ella una infanta con aspiraciones, ninguno con formación en gestión financiera.
Todo se volvió inesperado cuando sus sentidos conocieron otros estímulos.
Una vez más el Instituto Nóos eclipsa cualquier noticia de la semana.
 Primero se empezó a decir en la prensa conservadora que el matrimonio Urdangarin-Borbón había estado en Italia repasando restaurantes Michelin en Semana Santa.
Todo el mundo tiene su manera de experimentar el via crucis
 . Aunque ya no es inesperado tampoco es lo que se esperaba de ellos.
 Él era un balonmanista olímpico y ella una infanta con aspiraciones, ninguno con formación en gestión financiera.
Todo se volvió inesperado cuando sus sentidos conocieron otros estímulos.
Diego Torres lo presintió. Y se hizo socio sin imaginar que luego sería el enemigo principal.
 Pero empezaba a cansar la espera por este juicio cuando, esperando, apareció la defensa de la Infanta, que sigue en sus trece: la hermana del Rey no solo no sabía nada sino que era absolutamente ineficaz para participar en la gestión, por su intensa vida personal, institucional y profesional
. Pero aun así pudo participar en la elección de estos proféticos libros.
Deberíamos detenernos un poquito en constatar que la Infanta, la princesa Corinna y María Dolores de Cospedal cumplen 50 años este 2015.
 Tres mujeres con vidas muy intensas. Corinna ya celebró en enero, Cristina cumplirá en junio y Dolores en diciembre.
 Una, antes del Baile de La Rosa; la otra, antes del juicio y María Dolores, después de las elecciones. Son 50 años muy distintos pero llenos de orgullo y satisfacciones
. Los de la Infanta arropados en palacio y realeza aunque ahora resulte una persona absolutamente ineficaz, como dice en su defensa legal. Los de Corinna, ¡ay!, a todo trapo. Cospedal, más normal pero no necesariamente normalita. María Dolores ganó un cetro de belleza local pero prefirió cambiarlo por la política, donde la belleza es inesperada
. Y ahora, tras haber diseñado aquel eslogan de unidad (“Que cada palo aguante su vela”), solo puede ver cómo fuerzas no tan inesperadas de su partido pretenden convertirla en La Destructora. María Dolores debería leerse esos dos libros del Instituto Nóos al menos para disimular la ansiedad que la agita estos días de precampaña.
 El de los sentidos lo maneja a la perfección, porque quienes la hemos tenido cerca recordaremos siempre su perfume, Giorgio Beverly Hills, una fragancia favorecida por las jóvenes que deseaban sentirse damas en la década de los ochenta. Y en cuanto a lo inesperado, Cospedal sospecha que esa es la arma secreta de todos en su partido. Bárcenas tenía sus papeles, Rajoy su plasma y Aguirre su mochila con la que va captando votos por las cafeterías.
Torres, el socio malo, también nació en 1965. ¡Vaya año, la verdad! Junto a Cospedal y Cristina, inesperadamente crean una Generación del 65.
 En sus 50 años han visto cómo lo inesperado más que un paradigma es una manera de entender nuestro país. Por ejemplo, de forma inesperada, Cristóbal Colón descubrió América hace más de 500 años
. La burbuja inmobiliaria empezó a inflarse en 1992 y su estallido no fue esperado ni tampoco anunciado. Imaginábamos que al llegar a los 50 años estaríamos bien colocados
. Y ha sido todo lo contrario. Preveíamos un año electoral movido pero está siendo más que agitado mientras los políticos se vuelven estrellas de televisión. Rosa Díez es más célebre ahora que pelea con Albert Rivera mientras su partido se desmiembra que cuando decidió crearlo.
De UPyD solo quedará el color magenta como inesperado recuerdo.
Observando la manera de hablar y de arreglarse de Cospedal y de Diego Torres se deduce que tienen más de un sentido en común.
 María Dolores floreció para ser una reina de belleza de Castilla,
Diego supo inventarse un camuflaje con ese aspecto de segundón desde el cual esperar a esa pieza alta, rubia y medio desorientada con la cual adentrarse en la sociedad y superar los estrechos limites de la clasista Barcelona.
 María Dolores no se ocultó, vio en la política algo más brillante que ser una belleza autonómica y decidió también ella saltar los límites de ese circuito para erigirse con su impulso en secretaria general del PP y presidenta castellanomanchega.
 Pero, desafiando lo esperado, confió tanto en sí misma que se vio atrapada en sus propios paradigmas. Como esa frase, ya célebre, del despido simulado y en diferido de su archienemigo el extesorero
. Ahora lo inesperado y Javier Arenas la señalan como desunidora de la unión de su partido.
 Tanto al principio como ahora, María Dolores ha mantenido su cara como ese palo que aguanta todas las velas.
 Torres, que no tiene la belleza física de Cospedal, se ocultó detrás de un jugador de balonmano para hacer realidad sus paradigmas y sus negocios
. Y así, inesperadamente, viendo a Cospedal, a Torres, a la Infanta, esa Generación del 65, entendemos que hace falta tener cara, caradura, para saber esperar lo inesperado.
.

 

A mí no me la dan con queso”................................................... Javier Marías

Parece como si el talante señoritil haya contaminado a la población, no se sabe por qué, pues no es que los españoles en conjunto sean entendidísimos en nada.

Decía Juan Benet que la actitud predominante entre los críticos –sobre todo españoles, pero no sólo– era semejante a la de los guardias urbanos o de la porra, como antaño se los llamaba.
 Aquellos individuos, con sus largos abrigos azul marino y sus cascos coloniales blancos, se encaramaban a un pedestal en medio de una plaza o de una encrucijada y, desde su elevación, estaban ojo avizor a ver quién cometía una infracción; luego andaban buscando infracciones y, por tanto, si no las había, se las sacaban de la manga a menudo, porque de otro modo, ¿cómo se justificaban su función y aun su existencia?
Esa disposición de los críticos se podía resumir, según Benet, en esta frase: “A mí no me la dan con queso”
. Es decir: “¿Que quiere usted circular con un libro, una película, una música que ha hecho? Le voy a demostrar yo que no puede, que su obra está llena de infracciones y que a mí no se me pasa una”. Esto significaba que los críticos poseían un rígido código, cada cual el suyo, y que con él iban a medir cuanto se ofreciera a sus ojos u oídos, por innovador que fuese.
 Este tipo de crítico no sólo no se ha extinguido, sino que ha proliferado con las nuevas generaciones: hay muchos que incluso nos cuentan su vida, sus reacciones viscerales, lo que experimentan ellos mientras leen una novela o ven una película, como si su personalidad y sus hábitos le interesaran al lector lo más mínimo.
 Sus reseñas pueden empezar así: “Cuando leo un libro de Fulano, me suele ocurrir que …”, o “El problema de esta película es que no me emociona …”, sin caer en la cuenta de que eso puede ser problema subjetivo suyo y no de la obra, y, sobre todo, de que a nadie le importan sus sentimientos (“Haga el favor de no relatarme lo que le pasa a su estómago, que ya tengo yo el mío”, dan ganas de espetarle).
No son muchos los lectores y espectadores que hoy se sientan en sus butacas de buena fe, o con ecuanimidad por lo menos
Lo peor es que estas actitudes se han contagiado a buen número de lectores y espectadores y oyentes, los cuales, por principio, se asoman a cualquier manifestación artística con espíritu perdonavidas: “A ver qué nos quiere endilgar este”, se dicen con pésima predisposición y recelo, sea “este” un autor novel o consagrado.
La cuestión es partir de la convicción de que quien se ha atrevido a hacer algo pretende estafarnos y “dárnosla con queso”, y ahí estamos nosotros con nuestro silbato para hacerlo sonar al instante y señalar las ilegalidades. No son muchos los lectores y espectadores que hoy se sientan en sus butacas de buena fe, o con ecuanimidad por lo menos.
 Me recuerdan a los alumnos señoritiles que hace ya 30 años me encontré en la Universidad de Oxford: repantingados, me miraban con condescendencia y escepticismo, como si estuvieran de vuelta de todo. Les podía leer el pensamiento: “A ver qué nos va a contar este español que no sepamos; o que nos interese; o que nos distraiga.
 Nada, probablemente”. Y entonces se dejaba uno el alma por conseguir que, sin percatarse, se quedaran absortos en lo que escuchaban.
Pero esta, extrañamente (no somos un país muy culto), es una actitud más española que extranjera. Es como si aquí nadie se tuviera en mucho si no se muestra exigente y difícil de seducir, y la cosa se ha propagado tanto que participan de ella hasta los “entregados” aficionados al fútbol, es el colmo.
 O al menos los de ciertos equipos, con el Real Madrid a la cabeza, que cada vez quieren parecerse más al taurino sobrevenido, es decir, al que no sabe nada de toros.
 Para disimular su ignorancia, no hace sino sacar defectos, abroncar, murmurar “Aquí no hay quien dé un pase”, manifestarse insatisfecho.
 Como si mostrarse complacido fuera un signo de debilidad, ingenuidad y desconocimiento. Al hincha le trae sin cuidado que el Madrid sea el vigente campeón de Europa, que Cristiano haya marcado más goles por partido que nadie, que Casillas lleve 17 años obrando milagros y salvando al equipo
. A éste lo escruta cada jornada como si fuera un debutante sospechoso, y demasiados espectadores sostienen el silbato en los labios para soplarlo al primer fallo, deseándolo de hecho, inventándoselo si no se produce.
 No hay afecto ni gratitud hacia los jugadores, es como si éstos tuvieran la obligación de servirle y nada más, jamás hay reciprocidad, ni comprensión ni ánimos (de compasión ya ni hablemos). Y parece como si ese talante señoritil y severo haya contaminado a gran parte de la población, no se sabe por qué, pues no es que los españoles en su conjunto sean entendidísimos en nada. Si uno echa un vistazo a los mensajes que se dejan en las redes, hay una abrumadora mayoría de denuestos, con frecuencia anticipados:
“Habrá que ver qué mierda ha hecho esta vez Fulano”, podría ser el resumen.
En todo, no crean: “Menganita iba fatal vestida, y con más arrugas que un pergamino”
. A veces da la impresión de que lo último a lo que el español medio está dispuesto es a admirar. Qué digo, ni siquiera a aprobar. Qué digo, ni siquiera a otorgarle a nadie el beneficio de la duda. Como si la mayor desgracia que pudiera ocurrirle es que alguien se la diera con queso y destacara.
 Pero para eso está él con su resabio, para evitarlo; para tocar el pito y agitar la porra, denunciando las infracciones.
 elpaissemanal@elpais.es