Un Blues

Un Blues
Del material conque están hechos los sueños

1 mar 2015

El síndrome de la mala madre....................................................................Patricia Ramírez

¿Es posible compaginar maternidad, trabajo, pareja, amistades y parcelas de privacidad?

Lo mejor es centrarse en atender a la calidad de las relaciones y el vínculo con sus hijos.

Ilustración de Anna Parini

Este artículo podría ir dirigido a los padres.
 Padres deseosos de disfrutar de sus hijos, pasar tiempo con ellos; padres entregados, que juegan, que cambian pañales y educan igual que lo hacen las madres.
Pero los cambios sociales, profesionales y de papeles que ha protagonizado la mujer en estas últimas décadas y cómo esos cambios han impactado en la maternidad merecen un artículo solo para ellas. Piense durante unos segundos en el concepto de madre, no en la suya, ni en la mejor o peor madre del mundo que pueda conocer.
 Solo recapacite sobre lo que significa y lo que asociamos con “ser madre”.
 Imagino que le vienen a la cabeza ideas como “amor incondicional, abnegación, dedicación, ternura, cobijo, renuncia, satisfacción, plenitud, realización personal, vida, entrega, estar siempre ahí, lealtad, sumisión…”. Y un sinfín de palabras relacionadas con darlo todo por alguien.
Ese es el concepto con el que nos hemos educado.
La madre es esa persona incondicional que nunca le va a fallar.
Esa persona capaz de renunciar a todo para que usted esté bien, la que espera con paciencia, la que siempre tiene una palabra de apoyo para animar o la que le presta su hombro para que llore cuando lo necesite
. Este juicio de madre viene de cuando las mujeres se educaban en no tener más ambición que ser buenas esposas, mujeres, educadoras y transmisoras de valores; cuando solo se dedicaban a cuidar y organizar el hogar, coser, hacer coletas, quitar piojos, guisar, limpiar o dirigir a la que limpiaba en casa
. Había excepciones, por supuesto, como Marie Curie, física, matemática, química, madre de dos hijas y galardonada con dos premios Nobel, pero no era la regla general.
No hay manera de ser una madre perfecta, hay un millón de maneras de ser una buena madre” Jill Churchill
Pero los tiempos han cambiado
. Muchas abuelas dicen: “Qué difícil lo tenéis ahora para triunfar”.
 Ya no basta con tener hijos impolutos, buenos estudiantes y educados.
 Triunfar hoy día para la mujer implica ser buena madre, una brillante profesional; conseguir tener un grupo de amigas; aprender a ser independiente a nivel emocional y económico; tener su parcela para leer, hacer ejercicio y practicar aficiones; entrar en una talla 40 el resto de su vida; tener al lado a un hombre que valore su esfuerzo, su trabajo, le quiera tal y como es, sea cariñoso y comprensivo, y sepa compaginar con usted las tareas domésticas y la educación de los hijos.
Demasiados roles, exigencias y expectativas altísimas, que al final llevan a replicar el modelo de “mujeres orquesta” que tienen la sensación de estar en todo sin llegar a nada.
Y cuando usted cree que no está cumpliendo a la perfección con la prioridad entre todas sus actividades, que suele ser la atención de sus hijos, se valora a sí misma de forma negativa.
 Hay madres que se creen “malas madres” por no cumplir con sus expectativas o las que impone la sociedad.
No puntúe su valía como madre en función de la cantidad de tiempo que dedica a los niños.
Lo que debe valorar y a lo que debe dedicar atención es a la calidad de las relaciones y el vínculo con sus hijos.
 Tampoco se le ocurra sentirse culpable por compaginar su maternidad con su labor como profesional, por dedicar tiempo a salir a correr o querer leer un libro a solas y tranquila en el sillón
. Sus hijos serán más felices si su madre se siente satisfecha, plena y profesionalmente realizada
. No se engañe convenciéndose de que ser madre es suficiente para sentirse completa.
Si consigue compaginar su trabajo, su pareja, su vida social, el tiempo que se dedica a sí misma y el de los hijos, será más feliz que si vive de forma abnegada y con sacrificio la relación con los niños. Le propongo estas ideas:

Para saber más

Ilustración de Anna Parini
LIBROS
‘Toma un café contigo mismo’
Walter Dresel (Zenith)
‘Queremos hijos felices’
Silvia Álava (JdeJ Editores)
‘Portarse bien’
Stephen Garber (Medici)
PELÍCULAS
‘Agosto’
Dirigida por John Wellse interpretada por
Meryl Streep y Julia Roberts
Proteja a sus hijos con consejos, con argumentos, guiando, educando en valores, delimitándoles el bien del mal. Pero deje que ellos tomen decisiones, se caigan y se levanten.
 No sobreproteja. No es mejor madre por quitarles los peligros del medio.
Los baches van a estar siempre ahí, esté usted con ellos o no lo esté.
No les puede quitar la piedra, solo tiene que enseñarles a torear con ella. No se sienta responsable de sus fracasos.
 Tienen que equivocarse, tomar decisiones y lidiar con la frustración.
Muchas madres tratan de ayudar para evitar la frustración de sus hijos.
 Les acaban los trabajos del colegio, les recogen la habitación, les llevan la ropa de deporte que olvidaron en casa… Con ello educamos en la irresponsabilidad, en que no asuman las consecuencias de ser despistados, poco organizados o perezosos.
 No se amargue si su hijo lo pasa mal, ya aprenderá.
No trate de compensar el tiempo que no puede pasar con ellos comprándoles cosas.
 No hay nada que compensar. Trabajar y tener aficiones forma parte de la plenitud de una persona, y usted es madre y también es persona.
 Trate solo de estar presente cuando dedique tiempo a sus hijos.
 Eso significa comunicación, escuchar, no coger el móvil mientras está jugando, comiendo o viendo una película con ellos.
 Tiene que ver con disfrutar plenamente lo que en ese momento está viviendo con ellos.
 Si el tiempo que pasa con sus hijos está pensando en que tiene correos pendientes de contestar y cuando está en el trabajo piensa que no es buena madre por no poder dedicarles más tiempo a los niños, nunca estará realmente en ninguno de los dos sitios.
Además, los niños no valoran tanto los regalos como los padres imaginamos. Lo que valoran es que cuando usted esté con ellos les dedique toda su atención.
Haga respetar su tiempo. No es mala madre por tener un tiempo para usted
. Utilizar el cuarto de baño sola y con pestillo, leer un rato sin que la interrumpan con voces desde otra habitación, practicar su deporte o mantener una conversación privada con quien desee sin tener a su hijo persiguiéndola por la casa.
 Si educamos a los hijos estando siempre disponibles cada vez que nos busquen, entenderán que ellos merecen siempre nuestra atención y sus necesidades se convertirán en exigencias.
 Incúlqueles la paciencia, saber esperar, que existen otras personas que también demandan nuestra atención.
Todo lo que soy se lo debo a mi madre. Atribuyo todos mis éxitos en esta vida a la formación moral, intelectual y física que recibí de ella”
George Washington
No renuncie a una cena romántica, a un paseo con su amor o a estar momentos a solas con su marido o con amigos.
 Es muy frecuente ver cómo parejas que tienen hijos terminan durmiendo con ellos en la cama, haciendo todo absolutamente con los niños
. La complicidad de la pareja termina por desaparecer, incluso el romanticismo
. Son parejas que entienden que sus retoños se lo merecen todo y que ser padres es abnegación
. Pero el tiempo es cuestión de matemáticas: si dedica 24 horas a los hijos, le quedan cero para estar a solas, hablar de temas de mayores, ver películas que no sean dibujos animados y besarse con pasión. Busque un día a la semana para dedicárselo a su pareja y desconecte de biberones, pañales, deberes o momentos adolescentes.
Recuerde darse valor no solo por la relación que mantiene con sus hijos.
 Usted tiene valía por muchas otras cosas.
 Es grande, brillante, imperfecta, graciosa, cariñosa, organizada, lectora, buena amiga, paciente y muchas otras virtudes que pueden tener que ver o no con la idea de ser madre.
No todo lo que les ocurre a sus hijos es responsabilidad suya.
 No se sienta mal si el niño se lleva la bronca de la profesora, si tiene un conflicto con un amigo o si no tiene éxito jugando a un deporte
. Enséñele a pedir perdón, a resolver problemas, a ser reflexivo, pero no se responsabilice de todo lo que hace y dice su hijo.
 Los padres educamos, pero los hijos también copian modelos de conducta de lo que ven en la televisión, de lo que leen, de lo que ven en sus amigos, maestros y entrenadores.
 Están continuamente expuestos a otras fuentes de información.
 Sí es su responsabilidad saber en qué equipo juega y qué valores hay en el club, la elección del colegio, conocer los amigos con los que sale y ser consciente de qué programas ve en la tele.
 Pero no todo podrá estar bajo su control.
 Trate de fomentar la comunicación y el respeto y genere confianza para que sus hijos hablen de todo

 

28 feb 2015

Olas al borde de la congelación ......................................................... EL HUFFINGTON POST | Por James Cave

Cuando el fotógrafo y surfista Jonathan Nimerfroh fue a la playa en Massachusetts la semana pasada, cuando había 19 grados bajo cero, vio algo que nunca había presenciado antes: olas semi-congeladas.
"No podía creer lo que veía. 
Eran olas pequeñas que avanzaban como a cámara lenta", asegura a The Huffington Post.
Cuando Nimerfroh realizó las fotos, el norte y el este de los Estados Unidos sufría una ola de frío sin precedentes durante la que se superaron varios récords de temperatura bajo cero.
slurpee wave 2
slurpee wave 3

slurpee wave 1
slurpee wave 5
slurpee wave 6

Comprad, comprad, malditos.......................................................... Miguel Ángel García Vega

El almanaque descuenta el sábado y el público joven se impone

Obra de Basquiat en la Galeria Elvira Gonzalez en Arco. / JULIAN ROJAS

“Hace tanto tiempo que no compro, que más que una colección de creadores contemporáneos lo mío va camino de ser de arte antiguo”.
Miguel Zugaza, director del Museo del Prado, me escucha. Sonríe.
 Sabe bien de lo que hablo. Ha sido el primero en abrir la pinacoteca madrileña a la mirada actual de Francis Bacon, Thomas Struth o Cy Twombly
. Quizá porque fue monje (subdirector del Reina Sofía) antes que fraile (responsable del Museo de Bellas Artes de Bilbao).
 Quizá porque la pasión por el arte no hace rehenes en el calendario.
El almanaque descuenta el sábado.
 El público joven se impone.
 Fotografían, insistentemente, los julian opie de Mario Sequeira, o el pequeño, y millonario, museo (Basquiat, Lee Ufan, Chillida) que propone Elvira González.
 A pocos pasos me encuentro con Guillermo de la Dehesa, presidente del Real Patronato del Reina Sofía. Coincidimos.
“Este año la pintura manda en Arco y poco espacio hay para el vídeo y la fotografía. Hay que asegurar las ventas”.
La información más perseguida es la de las adquisiciones de los grandes coleccionistas
Pero a estas alturas de la feria, la información más perseguida es la de las compras de los coleccionistas
. La combinación de la caja fuerte
. Un gran apasionado argentino, que pide el anonimato, revela que ha adquirido obras surrealistas en Jorge Mara-La Ruche, junto a un vídeo de Pedro G. Romero (Casa Sin Fin), una caja de luz de Nicolás Grospierre (Criado y Alarcón) y también se lleva a casa una pieza del fallecido cineasta alemán Harun Farocki (Ángels Barcelona).
 Varios miles de euros.
“Y luego dicen que los coleccionistas sudamericanos no estamos interesados en el arte europeo”, se justifica.
Suena el móvil.
De camino a la feria Fernando Meana, una referencia en derecho marítimo, experto en la catástrofe del Prestige, casi 40 años coleccionando y más de 400 obras en sus fondos, habla exultante. En Mor.Charpentier ha adquirido un trabajo de Enzo Mianes a quien da réplica la mexicana Teresa Margolles, que mira, sin parpadear, a los ojos de la violencia en su país.
 Otra voz, otra generación, es la del emprendedor tecnológico Carlos Pérez, 40 años.
 Tal vez el coleccionista de su edad que compra con más ambición en España
. A casa se lleva un óleo de gran tamaño de Rasmus Nilausen (García Galería).
 “Espero cerrar estos días otro par de piezas en una galería española y otra europea.
 No compro por impulso”, sostiene. Por ahora, también se lo está pensando Solita Mishaan, venezolana, premio Iberoamericano de Mecenazgo, con una colección extensísima, quien reconoce que se quedó “impresionada” por la exposición de Daniel G. Andújar en el Reina Sofía
. Puede ser una buena pista.
Frente al bolsillo personal, el institucional y el de empresa. El Museo Reina Sofía se ha gastado 350.000 euros en 26 obras de 12 artistas, la aseguradora DKV unos 140.000 en diez creadores y la Fundación Arco ha incorporado Conversación III de Carlos Bunga, que exhibe la galería Elba Benítez. El dinero y la alegría regresan a Arco.
 Comprad, comprad, malditos.

 

Sigo a dieta y ya no adelgazo más. ¿Por qué?............................................... Ángeles Gómez López

Hábitos como comerlo todo hervido o almorzar ensalada pasan factura.

 13 errores nutricionales que frenan la pérdida de peso.

 


Tal vez usted sea uno de los millones de combatientes en la guerra contra el sobrepeso y la obesidad, y quizá solo haya conseguido victorias temporales.
 No se desanime, no es el único: en España, el 65,5% de la población quiere adelgazar y el 45% ha hecho dieta en algún momento de su vida, aunque con poco éxito, pues las medidas tomadas no han sido las adecuadas, según un estudio publicado en la revista Nutrición Hospitalaria.
 Antes de volver al ataque, le conviene analizar qué errores ha podido cometer para replantear su estrategia.
Son los típicos fallos que hacen que nos estanquemos cuando hemos perdido unos kilos pero necesitamos seguir adelgazando.
"Si como tan poco, ¿por qué no pierdo más peso?".
1. Eliminar ciertos alimentos de la dieta: es una de las primeras medidas que adoptamos cuando comenzamos un régimen y con ella nos encaminamos directamente al fracaso.
 El nutricionista francés Jean Michel Cohen, autor del superventas He decidido adelgazar (y que cuenta entre sus pacientes al expresidente Nicolas Sarkozy y a la actriz Sarah Jessica Parker), afirma: "La prohibición total de alimentos es el mayor error que se suele cometer cuando seguimos una dieta. Restringir produce frustración; y esta, el abandono y la recuperación de los kilos perdidos”.


2. Seguir regímenes calóricamente muy restrictivos: están irremediablemente abocados al fracaso y nos meten en una dinámica letal para nuestro propósito de perder peso.
 “Con este tipo de dietas se acaba teniendo mucha hambre, que se palía con el picoteo, y para compensarlo nos saltamos la comida siguiente.
 Esta inconstancia y desorden son malos”, sostiene la jefa del Servicio de Endocrinología y Nutrición del Hospital Gregorio Marañón, Susana Monereo.
3. Pesar todo lo que vamos a comer: cuando comencemos la dieta nos aseguraremos de que la báscula de cocina permanezca en el fondo de un armario.
 Para el presidente de la Fundación Española de Dietistas-Nutricionistas (FEDN), Giuseppe Russolillo, “un gran error del adelgazamiento son los regímenes estandarizados en los que hay que pesarlo todo.
 Al final, el paciente está enganchado a la báscula y condenado al fracaso, porque así no aguanta más de un mes”.
4. Pasar por alto el tamaño de las raciones: Cohen advierte: "Si estamos ante un tamaño importante, debemos tener el reflejo de no comerlo todo y dejar el resto para otra comida”.
 Por eso, Russolillo subraya la importancia de educar al paciente en el aprendizaje del tamaño de ración de alimento que le corresponde por su talla, peso, edad, sexo y condición física, y para ello existen recursos (fotografías, modelos de plástico e incluso clases de cocina).

5. Beber poca agua: mantener una buena hidratación es una de las cosas más importantes de la dieta para que el organismo elimine correctamente los residuos, y eso se consigue bebiendo entre 6 y 8 vasos de agua al día.
 Además, el acto contribuye a la sensación de saciedad. También se pueden tomar refrescos sin calorías (una lata al día, según recomienda Cohen).
6. Ignorar las calorías de las bebidas alcohólicas: beber una copa de vino cuando se está a dieta no está prohibido, pero hay que tener en cuenta que tiene 80 calorías, una cantidad que sube hasta las 200 si se trata de una bebida destilada
. Monereo subraya: "Debemos sumar estas calorías a la dieta.
 Si comemos una ensalada de lechuga, y luego nos tomamos un par de copas, la ingesta calórica se dispara”. Recomendación: “Quitarse la sed con agua ahorra muchas cervezas”.
7. Saltarse comidas o cenar un yogur: impide mantener unos niveles constantes de glucosa en sangre y esas oscilaciones favorecen la obesidad.
 Los expertos insisten en que, aunque la comida anterior haya sido mayor de lo que correspondía, no hay que saltarse ninguna
. Y la cena no debe ser menos que una ensalada, un poco de pan integral y una pieza de fruta.
8. Hacer de la ensalada el plato estrella: la lechuga no engorda porque 100 gramos solo tienen 25 calorías y aporta fibra y agua.
 "Pero siempre se debe consumir como acompañamiento y no como un plato”, dice la doctora.
 Con la lechuga y el tomate se pasa hambre. "Y la primera regla para adelgazar es que esto no ocurra".
La mejor alternativa es un plato (discreto) de legumbre que alimenta y sacia durante horas.

9. Cocinar solo a la plancha y hervido: al tercer filete a la plancha y la segunda merluza hervida, vuelve a aparecer ante nuestro ánimo el camino del fracaso.
“El nutricionista tiene que enseñar al paciente a cocinar los alimentos en papillote, estofados con poco aceite o asados”, detalla Giuseppe Russolillo.
 El objetivo es huir del encorsetamiento que puede imponer el concepto de dieta.
10. Sustituir el pan por colines o una variedad tostada: varios estudios han comprobado que comer pan (de forma moderada) no se asocia a largo plazo a más ganancia de peso.
 Pero todavía sigue muy arraigada la idea de que el pan engorda.
 Por eso, muchas personas deciden sustituir el pan normal por variedades secas. “A igualdad de peso, los picos o el pan tostado tiene mayor cantidad de harina que el pan normal, que tiene más agua
. Es más recomendable comerlo de barra; y si es integral, mejor”. Eso sí, hay que limitar el consumo de hidratos de carbono. "Si la comida contiene pasta, arroz o legumbre, no se debe mezclar con el pan", prosigue.
 También ocurre a la inversa, ya que otro error frecuente es “no contabilizar el pan entre las calorías presentes en una comida”, una omisión que puede estar arruinando su dieta.
11. Poner azúcar al café: añadir azúcar al café, aunque sea poco, es añadir calorías innecesarias, que no se ven ni contabilizan.
 La solución es utilizar edulcorantes artificiales, que en dosis pequeñas no suponen ningún riesgo para la salud.
12. No leer las etiquetas nutricionales: un estudio internacional, liderado por científicos de la Universidad de Santiago de Compostela, ha comprobado que las personas que leen la información nutricional de las etiquetas de los alimentos en los supermercados se mantienen más delgadas.
 La explicación puede estar en el nivel cultural.
13. Pensar en la dieta como una solución temporal: los tres expertos insisten en que más que dieta, de lo que hay que hablar es de un cambio en la forma de alimentarse. Jean Michel Cohen lo deja claro:
“Hay que adoptar una nueva filosofía de alimentación, donde el conocimiento de las bases nutricionales permita a cada persona elaborar un plan correcto y adaptado a sus gustos. El eje debe ser: motivación, placer y salud".