Un Blues

Un Blues
Del material conque están hechos los sueños

27 feb 2015

Palabras vacías en la nieve........................................................................ Carlos Boyero

La perspectiva de pasar dos horas en un cine aceptablemente calefactado, con butacas cómodas y espacio generoso entre las filas para poder mover las piernas, contemplando paisajes nevados y disfrutando del poder de evocación que estos poseen, de entrada, me resultaba apetecible
. Y si en la pantalla me estuvieran contando historias tan poéticas como las de Nanuk, el esquimal y Los dientes del diablo el gozo sería absoluto.
 O envolverme en medio de esa blancura lírica o terrorífica con una intriga habitada por monstruos humanos o diabólicos.
 Por ejemplo: me relamo al pensar en una noche de invierno duro viendo Misery, Fargo, El enigma de otro mundo, La cosa...
Aclarado mi amor por ese escenario blanco, exijo que en él ocurran cosas que me provoquen inquietud, miedo, emoción, esas sensaciones tan gratas, y que me preocupen las dichas o desdichas que atraviesan los personajes.
De Fuerza mayor sabía que era una película sueca, que había obtenido premios nacionales e internacionales y cuantiosos piropos en los festivales de cine (lo segundo casi siempre me pone en guardia o me hace temblar), que su argumento iba de intriga psicológica y que toda ella se desarrollaba en una estación de esquí en los Alpes
. La protagonizan un matrimonio joven y aparentemente modélico y sus dos niños, dispuestos a relajarse deslizándose en familia por las pistas durante su estancia de cinco días en un hotel de lujo.
FUERZA MAYOR
Dirección: Ruben Östlund.
Intérpretes: Johannes Bah Kuhnke, Lisa Loven Kongsli, Calara Wettergren, Vincent Wettergren.
Género: drama. Suecia, 2014.
Duración: 118 minutos.
Aparecen rótulos marcando los días
. Y en el primero me mosqueo un poco con la actitud del marido, aunque no tanto lógicamente como su estupefacta esposa.
 Resulta que un plácido desayuno en la terraza del hotel, en medio de una geografía espectacular, se ve interrumpido por un alud de nieve presuntamente inofensivo, pero terrorífico a medida que se acerca.
 Y el tío pilla su móvil y se larga en plan centella, abandonando a su suerte a la mujer y a las criaturas. Pasa el peligro.
 El fulano retorna.
Me cuenta un lúcido amigo que si los personajes fueran latinos lo más probable es que la dama le atizara un bolsazo en la cabeza a su irresponsable o cobarde marido y hasta luego cocodrilo
. Pero como son nórdicos y civilizados, creen que la siniestra movida se resuelve hablando.
Y no paran de hablar.
 No solo entre ellos sino también con los nuevos amigos que van haciendo en el hotel y con los que comparten su secreto.
 Ni el matrimonio en crisis, ni los angustiados hijos, ni las parejas que comparten su intimidad, logran que me interesen mínimamente su personalidad y sus dramáticas circunstancias.
 Y mi tedio está suplicando que pasen los cinco tormentosos días, porque se me hacen interminables. Por supuesto, les deseo fervientemente que vuelvan a ser felices y a comer perdices.

 

George Clooney, ahora editorialista................................................................. Irene Crespo

El actor ha escrito en el 'New York Times' un artículo para denunciar la situación de Darfur

Con su esposa Amal, acaba de instalarse en Manhattan donde residirá los próximos meses.

George Clooney
El actor George Clooney. / CORDON
George Clooney vuelve a la carga. 
Tres años después de ser detenido delante de la Embajada de Sudán en Washington, el actor vuelve a reclamar la atención de la comunidad internacional sobre la situación en Darfur, esta vez publicando un editorial en el New York Times en el que denuncia el bloqueo del Gobierno del país africano a los periodistas, a los trabajadores humanitarios y a la misión de pacificación de la ONU. “Como resultado, las masacres continúan sucediéndose en Darfur sin testigos externos”, escribe Clooney.
 El artículo coincide, además, con la llegada del actor a Nueva York, donde va a residir los próximos meses con su esposa Amal por asuntos de trabajo.
Titulado George Clooney sobre la violación de Sudán a Darfur, y coescrito con los activistas John Prendergast y Akshaya Kumar, el artículo confirma, a través de imágenes captadas por el satélite de su proyecto Sentinel que lanzó en 2010, los bombardeos y quemas continuados de “al menos una docena de pueblos en el área de Jebel Marra, zona este de Darfur, el año pasado”.
Clooney, en el momento en que fue arrestado frente a la embajada de Sudán en Washington mientras participa en la protesta contra el genocidio en Darfur. / WIN MCNAMEE (AFP)
Además, denuncia la “limpieza étnica” del Gobierno para controlar las minas de oro y se hace eco de las pruebas que confirman “la violación masiva” vivida en el pueblo de Tabit
. “Después de recolectar más de 130 testimonios de testigos y supervivientes por teléfono [por culpa de los impedimentos que les pusieron para una investigación in situ], sus investigadores concluyeron que al menos 221 mujeres habían sido violadas por soldados del Ejército sudanés en un periodo de 36 horas el pasado octubre”.
El actor continúa explicando en el editorial que “la violencia sexual no tiene un objetivo militar, sino que es una táctica de control social, de dominación étnica y cambio demográfico”. 
 “Las cortes de los derechos humanos alrededor del mundo han determinado que las violaciones realizadas por oficiales del Ejército o de la policía pueden constituir tortura”, explica, y asegura que, como la de Tabit, hay muchas más historias.
El caso de Tabit era denunciado, precisamente, el pasado diciembre en un artículo de The Guardian titulado ¿Qué pasó en Darfur después de que George Clooney viniera?
. En este preguntaban a gente que ha vivido y trabajado en la región en los últimos 10 años sobre la situación actual y si la campaña que el actor inició en 2006 ha tenido algún efecto.
 “Clooney puede estar haciendo algo fantástico –rastreando los movimientos de las tropas y milicias sudanesas– pero para mí, como persona viviendo en Darfur, en contacto con lo que está pasando a diario, no veo que eso haya parado, o ni siquiera reducido, el genocidio”, decía en aquel artículo una activista que no quería identificarse.
George Clooney, a las afueras de la Casa Blanca tras una reunión con Barack Obama. / REUTERS (Kevin Lamarque)
John Prendergast, fundador del proyecto Enough y que firma el editorial del New York Times con Clooney, también era entrevistado por The Guardian y explicaba que la presencia del actor de Ocean’s Eleven en programas como el de Oprah había ayudado a “atraer la atención e inspirar la acción en respuesta a lo que sucedía en Darfur”.
“Sólo trato de llamar la atención, porque es el único modo de que pasen cosas”, decía en 2012 mientras se lo llevaban esposado en Washington. Entonces provocó esa imagen que dio la vuelta al mundo para que algo cambiara en un país que lleva dos décadas de masacres.
Tres años después, cuando “el mundo se ha olvidado en gran medida de Darfur”, Clooney vuelve a reclamar atención para que EE UU y otros países impongan sanciones a aquellos que “hacen negocios con el Gobierno”.

“Las ‘violaciones tortura’ de Tabit son un recordatorio al mundo de que las mismas condiciones que llevaron a EE UU a declarar el genocidio en Darfur se mantienen, con consecuencias humanas devastadoras.
 No debemos olvidar a los supervivientes, y debemos imponer costes disuasorios a los orquestadores y sus facilitadores”, concluye Clooney.

 

Christiane F: vida y sombras de la estrella yonqui................................................Noelia Ramírez

Tenía 15 años cuando su adicción a la heroína saltó a las portadas alemanas.

 Su vida inspiró una película y su libro se vendió por millones. Una autobiografía descubre qué fue de su vida. 

Christiane F.

 

Christiane en 1981.
Dos chavales se encierran en una habitación a pasar el mono de heroína.
 Tiemblan, se retuercen sobre sí mismos, sudan
. El síndrome de abstinencia les lleva a arrancar con sus uñas el papel de las paredes.
 La impotencia de no conseguir la dosis a la que están acostumbrados sus cuerpos, todavía en desarrollo, es devastadora.
 La secuencia de la que hablamos pertenece a Yo, Cristina F, una película de culto 1981 dirigida por Uli Edel, convertida en clásico e involuntaria guía educativa contra los efectos de la drogadicción en la adolescencia.
 La película más rentable del cine alemán de los 80 llegaba tras el enorme éxito de del superventas Los niños de la estación del Zoo (aquí se tituló como Yo, Cristina F. Hijos de la droga), un libro que se tradujo a 20 idiomas, escrito por los periodistas Kai Hermann y Horst Hieck de la resvista Stern en 1978.
 La historia recogía el testimonio en primera persona de Christiane V. Felscherinow, una niña de clase media que comenzó a fumar porros con 13 años, coqueteó con el éxtasis, el valium y el Mandrax y acabó prostituyéndose por heroína junto a otros chavales en la estación del Zoo de Berlín.
Mucho antes de que una Emma Watson al viento sacase medio cuerpo de una pick up en marcha con el Heroes de Bowie de fondo en Las ventajas de ser un marginado, hubo otra escena del cine que definiría ese halo de libertad adolescente que parece invencible: la que con esa misma canción protagonizó Natja Brunckhorst corriendo por un centro comercial al alba, poco antes de probar la heroína en Yo, Cristina F.
Porque la auténtica Christiane la fumaría por primera vez tras un concierto de Bowie y a los 14 años ya se inyectaba en pisos destartalados junto a otros chavales convertidos a chaperos y prostitutas, congregados en la mítica estación de metro berlinesa
. Los mismos que antes bailaban en The Sound, esos hijos de familias bien que ignoraban la otra vida de sus retoños, ahora caían uno tras otro por sobredosis.
Christiane F.
Christiane F., en el reportaje que la lanzó al estrellato de la revista 'Stern'.
Foto: Archives Stern/ Picture Press/ Cortesía de Alpha Decay
La historia que conmocionó a Alemania y destapó el drama de la drogadicción adolescente en Berlín elevó a los altares de la fama a su protagonista, Christiane.
 Una niña de cara bonita que encandiló al público.
Al final de su libro, y tras contar como pasó sin éxito por los programas de desintoxicación de la Cienciología (Narconon), su madre la sube en un avión rumbo al norte de Alemania.
Un rayo de esperanza ilumina su camino: quizá en casa de su abuela, en la zona rural de Kaltenkirchen, abra un nuevo capítulo alejada de la heroína.
Lo que Christiane no imaginaba eran las implicaciones que tendría compartir su relato vital con dos periodistas.
En dos años, el libro vendió medio millar de ejemplares en Alemania y a los tres de publicarse se estrenó una película que, pese a la crudeza de sus imágenes, fascinó a la taquilla.
¿Qué fue entonces de su vida? ¿Qué consecuencias acarreó convertirse en la súper estrella yonqui? Así empieza Yo, Christiane F. Mi segunda vida* (Alpha Decay, 2015), un relato en primera persona de la propia Christiane escrito por la periodista de Sonja Vukovic. 35 años después de alcanzar la fama mundial, y con 51 años, Christiane vive con Leon, su chow chow, en un piso de Berlín sin apenas muebles, muy enferma (tiene fibrosis y la Hepatitis C más agresiva que se puede contraer en Europa) y se pasa el día leyendo libros de Carlos Ruiz Zafón o testimonios biográficos de mujeres para combatir sus dolores. "Una vida de mierda", como ella misma titula.
Las consecuencias físicas de haber consumido drogas de todo tipo durante cuatro décadas (estuvo limpia de heroína cinco años, pero volvió a consumir y lo siguió haciendo durante décadas) le han pasado factura
. Pero, por sorprendente que pueda parecer, su drogodependencia no es el hilo conductor de su nuevo libro
. El relato vital de Christiane Vera Felscherinow, su 'segunda vida', es una lectura fascinante sobre la experiencia de una mujer que lo ha vivido prácticamente todo.
 La historia de una mujer inteligente, sensata, profundamente emocional, despreocupada de los bienes materiales (los royalties de su primer libro y de la película la hicieron millonaria), acosada por la prensa durante toda su existencia y plenamente consciente de las consecuencias de sus actos.
Christiane debe ser la única mujer del planeta que ha formado parte de la Nueva Ola alemana (el movimiento musical Neue Deutsche Welle), se ha hecho íntima de Nina Hagen en el Chateau Marmont de Los Ángeles, ha pasado las tardes en el mítico estudio de la KROCQ de Rod Bingenheimer, se ha ido de farra a la mansión de los Van Halen o ha volado en el jet privado de los Rolling Stones invitada por el mismísimo David Bowie.
 Pero además de las luces de neón y del name dropping constante del libro (hay encuentros con Depeche Mode, Billy Idol e incluso cenas con Yves Saint Laurent, Oskar Kokoscha o Andy Warholl en su etapa de Zurich, donde vivió con los editores de su libro), la vida de Christiane F. ha sido una vida repleta de sombras
. Las de una prensa amarilla que no ha dejado de acosarla para comprobar únicamente si se sigue inyectando o no, la de la Christiane en prisión por ser pillada con cinco gramos de heroína encima, la de sus abortos (especialmente impactante el que sufre en pleno vuelo) y la de la Christiane hundida por unos servicios sociales que le arrebatan a su único hijo, el auténtico amor de su vida.

Christiane F.
Christiane a principios de los 80 y en la sesión fotográfica en Sunset Boulevard durante la promoción en EE UU de la película 'Yo, Cristina F.'
Foto: Archives Stern/ Corbis (Cortesía de Alpha Decay)
La periodista Sonja Vukovic deja que la voz de la protagoniste tome el control del libro (además del prólogo y el epílogo, Vukovic solo escribe de su puño y letra un capítulo, una escalofriante radiografía de cómo la heroína invadió Zurich en los 80 y casi rompe el equilibrio social de la ciudad) y firma una autobiografía apasionante.
 Le enviamos unas preguntas por correo electrónico y esto fue lo que nos contestó:
¿Por qué la historia de Christiane merece ser contada?
Hay unas cuantas razones.
 La primera, ella es un mito mundial
. Su historia no es la de la una yonqui o una historia sobre la heroína, es la de una chica que creció con la figura de un padre alcohólico y una madre que no se preocupó nunca.
 Es la de una chica que quiere evadirse, sentir que pertenece a algún sitio, ser amada y, mientras lo intenta, se pierde a sí misma
. Es una historia en la que muchísima gente se puede sentir identificad, aunque no sean yonquis. Muchos adolescentes pueden ser anórexicos, bulímicos o padecer otro tipo de adicciones
. Así que la resupuesta a ¿Qué pasó con Christiane F? también es la pregunta ¿Qué va a ser de mí?
Por otro lado, es el retrato de una persona que lleva muchísimos años siendo adicta
. Antes no había adicciones de largo término.
La gente moría, cuando apenas tenía 20 años
. Gracias los programas de sustitución y otro tipo de ayuda médica, la gente puede envejecer (aunque muchos mueren a sus 50, de hepatits o sida).
Por último, la voz de Christiane debía ser escuchada, otra vez.
Christiane F.
En 1987, en la etapa que vivió en las islas griegas y en 1989, cuando vivió en Amsterdam.
Foto: Cristiane F./ Steye Raviez (Cortesía de Alpha Decay)
¿Cómo trabajaste con la información que te facilitó? ¿Comprobaste todos los nombres e historias que te contó?



Bien, al ser una autobiografía lo que más importa es su realidad, no la realidad.
 Pero por supuesto comprobé algunas historias y por supuesto hemos hecho que la gente que aparece mencionada en el libro echase un vistazo a las partes del libro en las que aparece para cuidar sus derechos personales.
En el libro, en el epílogo, explicas que Christiane aceptó reunirse contigo porque fuiste la única periodista a la que abrió el portal de su casa y no fisgoneó en la mirilla de su puerta. ¿Cómo describirías los inicios y cómo ha evolucionado vuestra relación durante el libro?

Creo que lo más importante es que nunca la he presionado.
 Quería escuchar y descubrir cuál era su verdad, y no tenía problemas en adaptarme a sus tiempos. Después de haber trabajado juntas durante este tiempo se ha generado una amistad, yo formé parte de su vida y ahora ella también ha formado parte de la mía.
Pero eso también ha implicado que que ella proyectase sus conflictos interiores en mí: me quería y me odiaba al mismo tiempo, me hacía responsable, me creía y desconfiaba de mí de la forma en la que lo hacen las personas con un trastorno límite de la personalidad.
No siempre es fácil lidiar con ello, pero por otro lado ella me ha dado grandes momentos, me ha emocionado mucho, así que me procuré una supervisión para aprender a tratar con ella, especialmente cuando sufre.

¿Cómo lidia Christiane con el hecho de ser el icono pop que es tras la popularización del libro y de la película?

Por un lado, a ella le encantó ser famosa, conocer a muchísima gente y afrontar todos esos retos.
 Se podría pensar que era la mejor ayuda para superar una adicción, sintiéndose necesitada, ocupada y con la sensación de que valía la pena.
 Por otro lado, ella descubrió demasiado pronto que siempre sería la niña de la estación del Zoo y que a la gente solo le interesaría si todavía se pincha o no.
Un estigma que ha terminado convirtiéndose en una profecía autocumplida.

Christiane F.
Christiane F., en una imagen reciente.
Foto: Marcel Mettelsiefen/ Cortesía de Alpha Deca

Un capítulo del libro está dedicado a sus 'sombras' y el constante miedo que siente por un supuesto y constante acoso del resto del mundo.
 Da la impresión de que esa paranoia mezcla erráticamente a muchos posibles acosadores: su madre, periodistas y ex amantes. ¿Cómo afectan esos miedos a su rutina? ¿Crees en su teoría?

Yo solo he escrito sus sentimientos y pensamientos, ese era mi trabajo.
 No juzgarla. Solo he intentado hacerlo de la manera más responsable posible.
¿Por qué Christiane sigue viviendo en Alemania y no en otro país donde quizá hubiese llevado una vida más tranquila?

Es el hábito de una persona adicta.
 Con un trastorno de personalidad límite, tiendes a amar lo que odias y a odiar lo que amas.
 Te quejas, pero nunca cambias, porque la queja te hace sentir que todavía tienes que solucionar esos sentimientos y te hace sentir importante.
 Trabajas en los efectos de tus acciones más que en sus razones.
Así es la personalidad de una persona con trastorno de personalidad límite y tendencias adictivas
. No la juzgo
. Esto no tiene por qué ser malo, es algo que la gente debe comprender cuando está relacionada con gente que tiene que lidiar este problema.

*'Yo, Christiane F. Mi segunda vida' está editado por Alpha Decay y disponible en librerías desde el pasado mes de enero.


Christiane F.


Un ‘picasso’ robado en París se localiza en Nueva York por 30 euros

‘La coiffeuse’, valorado en varios millones de euros, desapareció del Centro Pompidou en 2001.

‘La coiffeuse’
'La coiffeuse', obra de Picasso, robada en 2001 del Centro Pompidou de París y localizada ahora en Nueva York. / Departamento de Justicia (AP)
Un cuadro de Picasso robado en 2001 en París cuyo valor se estima en varios millones de dólares, ha sido localizado en Estados Unidos, donde había sido enviado como regalo de Navidad por 30 euros, según han confirmado las autoridades judiciales en Nueva York.
 La pintura cubista La coiffeuse (La peluquera), pintado en 1911 y propiedad del gobierno francés, había desaparecido del Centro Georges Pompidou de París.
El paquete fue enviado desde Bélgica a Estados Unidos el 17 de diciembre, con las siguientes palabras "Arte Artesanía / 30 E / Feliz Navidad", sugiriendo que era un regalo de Navidad que costaba 30 euros, según señaló la fiscal Loretta Lynch.
 El cuadro de 33 cm x 46 cm fue interceptado en la aduana, y enviado a su división HSI que investiga el tráfico internacional de obras de arte.
"Hemos encontrado un verdadero tesoro", señaló ayer Lynch, quien no dio detalles sobre el destinatario del paquete.

El lienzo se mantiene "en un espacio acondicionado" en el área de Brooklyn, explicó a la agencia AFP un portavoz de HSI.
 "Debido al contrabando flagrante en este caso, esta pintura es ahora objeto de decomiso en Estados Unidos.
 Tal confiscación ha evitado que la obra caiga en manos del mercado negro de obras de arte y podrá ser devuelto a su dueño legítimo", dijo Lynch, agradeciendo al Gobierno francés y el Centro Georges Pompidou por la ayuda prestada.
"El hecho de que la obra se haya recuperado supone un mensaje directo a los ladrones que tratan de vender en el mercado negro antigüedades robadas en Estados Unidos", dijo un cargo de HSI, señalando que sus servicios estaban decididos a devolver los bienes robados a sus propietarios
. El robo de La coiffeuse fue descubierto en 2001 cuando fue solicitado para un préstamo
. El personal del Pompidou detectó el robo cuando la pieza no fue localizada en el almacén.
 La pintura había sido vista en público por última vez en Múnich cuando fue expuesta como parte de un préstamo en el Kunsthalle der Hypo-Kulturstiftung.
Una demanda civil ha sido presentada en Brooklyn para efectos de la devolución a Francia, una obligación administrativa para que se puedan iniciar los pasos para que el cuadro regrese a Francia.