Un Blues

Un Blues
Del material conque están hechos los sueños

21 dic 2014

Con Cuba

España tiene que respaldar y acompañar la andadura de los cubanos hacia la libertad.

Han bastado 18 meses de negociaciones secretas entre EE UU y Cuba para poner fin a más de cincuenta años de relación hostil, dejar a Corea del Norte como último vestigio de la guerra fría y abrir una nueva etapa en las Américas.
 De este momento histórico que abre un proceso de cambios cuyos ritmos y consecuencias tan sólo se pueden vislumbrar,
 España no puede estar ausente. Por razones políticas, históricas y culturales
. Y por motivos emocionales.

La pérdida de Cuba, cuyo recuerdo aún vive en la memoria de muchas familias, estuvo en el origen del primer esfuerzo regeneracionista —ese anhelo social tan presente ahora— de la sociedad
. Mucho después, la revolución castrista marcó a toda una generación de jóvenes.
 Entre dos Gobiernos antagónicos que coincidían en sus sistemas dictatoriales, la estrecha relación con la isla sobrevivió durante el franquismo.
Y cobró auge con la Transición, hasta el punto de pensarse que sus enseñanzas podrían ser tenidas en cuenta por un régimen ya para entonces enrocado en el inmovilismo
. Los Gobiernos democráticos posteriores trataron con mayor o menor fortuna de facilitar una apertura en el terreno de derechos humanos en La Habana e impulsaron las inversiones, principalmente en el sector turístico, al paso que esta desarrollaba una política de tibias reformas puramente reactivas a su colapso económico.
Hoy, cuando la libertad parece estar llamando por fin a las puertas de Cuba, España tiene que acompañar a los cubanos en su nueva andadura: apoyando su modernización política, económica y social, con claridad, consistencia y realismo; consciente de los límites de su capacidad diplomática —pero poniendo en valor la dimensión europea— y consciente también de que al restablecer relaciones con Cuba, EE UU restaura sus relaciones con toda América Latina.
El acuerdo entre Obama y Raúl Castro tendrá efectos hemisféricos —“todos somos americanos”, dijo el presidente estadounidense el día del anuncio— y obligará a un reacomodo de los países de la región: empezando por la Venezuela chavista, que a su desplome económico sumará ahora su aislamiento político, y terminando por el expresidente colombiano Álvaro Uribe, cuyas denuncias de la “conspiración castro-chavista” perderán sentido.
En este periodo que ahora termina, Cuba ha ejercido una extraordinaria influencia en el continente, desde su viejo apoyo a las guerrillas —transformado luego en respaldo a los comunistas ortodoxos— hasta la más reciente bendición del proyecto bolivariano de Chávez y sus acompañantes.
 Pero, sobre todo, ha ejercido un enorme ascendiente cultural e ideológico sobre los corazones y las mentes de generaciones de latinoamericanos que veían en La Habana a una nueva Roma del antiimperialismo
. Lo ocurrido esta semana marca definitivamente el fin de una retórica que hizo de la más burda interpretación de la teoría de la dependencia su doctrina principal.
Es pronto para anticipar con detalle los pasos de la necesaria transición cubana; y sería iluso creer que no habrá dificultades y contratiempos en el camino que emprende ahora la isla.
 Tampoco serán menores las resistencias que Obama encontrará para deshacer el nudo gordiano del embargo.
 Pero no es pecar de optimista concebir los efectos que habrá en la liberalización de un régimen agotado, cuyos mecanismos de control social previsiblemente se debilitarán ante una población por fin con nuevas perspectivas en un contexto global de cambio de valores y relaciones.
Cuba entró el pasado día 17 en el siglo XXI político. Sería inexcusable que la España que tiene en su memoria a aquella perla de las Antillas, la que por encima de regímenes y políticas supo conservar los vínculos con la isla y mantener a Cuba en el corazón, no estuviera ahora comprometida al máximo en el apasionante y difícil camino que emprenden los cubanos.

 

Solo ante el Peligro

El juez Pablo Ruz tiene 100 días —plazo en el que deberá dejar el juzgado— para terminar de instruir la causa abierta en marzo de 2013 por la caja b del PP. Luis Bárcenas, ex tesorero nacional del partido, administró entre 1990 y 2009 una contabilidad paralela no declarada a Hacienda en la que apuntó ingresos por ocho millones de euros procedentes de donaciones ilegales.
Ruz lleva año y medio investigando los papeles de Bárcenas que EL PAÍS publicó el 31 de enero de 2013.
 El ex tesorero llevaba en esos papeles un detallado control de los gastos e ingresos que el PP mantuvo ocultos.
Tras recabar múltiples pruebas, el juez considera “parcialmente contrastado el pago de sobresueldos en b a determinadas personas vinculadas al partido bien de forma periódica u ocasional, el pago de gastos generados en campañas electorales y el pago de distintos servicios y gastos en beneficio del partido político”.
El instructor deberá ahora convertir esas pruebas en imputaciones de delitos para abrir un juicio oral que pondrá bajo sospecha 19 años de la vida del PP.
Delito contable. El artículo 310 del Código Penal castiga al gestor económico que “lleve contabilidades distintas que oculten o simulen la verdadera situación de la empresa”. Álvaro Lapuerta fue tesorero del PP entre 1993 y 2008. Durante estos 15 años, Luis Bárcenas fue gerente del partido y sustituyó a Lapuerta en el cargo de tesorero hasta finales de 2009, cuando tras ser imputado en el caso Gürtel dejó el puesto.
 El Código Penal castiga el delito con prisión “de cinco a siete meses”.
Delito electoral. Ruz sostiene que parte del dinero de la caja B del PP se usó para “gastos generados en campañas electorales”.
El Tribunal Superior de Justicia de la Comunidad Valenciana tiene abierta una causa contra el PP por delito electoral en la que está imputado Bárcenas y, como “copartícipes”, cuatro diputados autonómicos valencianos.
 El artículo 149 de la Ley Electoral General establece que “los administradores generales y de las candidaturas de los partidos que falseen las cuentas, reflejando u omitiendo en las mismas aportaciones o gastos o usando cualquier artificio que suponga aumento o disminución de las partidas contables, serán castigados con la pena de prisión de uno a cuatro años”.
Delito fiscal. El juez Pablo Ruz y la Fiscalía Anticorrupción sostienen que aunque las donaciones ilegales no son delito —sólo están castigadas en la Ley de Financiación de Partidos Políticos con una sanción del doble de lo ingresado— hay que considerarlas como un ingreso extraordinario por el que la formación beneficiada debe pagar el impuesto de sociedades: “Las cantidades donadas en exceso de los límites legales quedarían sujetas a tributación por el impuesto de sociedades, ostentando aquellos ingresos el tratamiento de rentas sujetas a tributación”.
 En sus autos, el juez apunta a la “eventual responsabilidad que pudiera alcanzar al PP por el impuesto de Sociedades”.
Si esta tesis prospera, el PP habría cometido un delito fiscal pues en los dos ejercicios (2008 y 2009) que no están prescritos ingresó por supuestas donaciones ilegales una cantidad que supera el límite que establece la Ley para considerarlo delito fiscal.
La Agencia Tributaria ha rebatido esta tesis con un informe solicitado por el juez en el que señala que la Ley declara que las donaciones a los partidos están exentas de tributar, incluso aunque fueran ilegales:
“La finalidad de la norma fue que sólo quedarán fuera de la exención las donaciones irregulares que no se afectaran a la finalidad política, esto es, que se destinaran a otros fines ilícitos o no desarrollados por el partido.
La realización de gastos electorales, de otros gastos de funcionamiento de carácter laboral —aun cuando sean de retribución a la alta dirección— e incluso la realización de inversiones en la sede de la entidad, se considera afectación amparada por la exención”.
Cohecho: sin pruebas. La investigación judicial no ha podido acreditar que los donativos recibidos por el PP y no declarados a Hacienda eran pagos de empresarios a cambio de la adjudicación de contratos.
Los informes solicitados a la Intervención General del Estado señalan que es imposible vincular el pago al PP con la adjudicación de contratos, por lo que no habría pruebas de un delito de cohecho
Participación a título lucrativo
. El magistrado ha señalado en el auto que finaliza la instrucción de la primera fase del caso Gürtel que el PP participó a título lucrativo de los delitos supuestamente cometidos por algunos de sus dirigentes con los que se financiaron ilegalmente actos electorales.
 En el caso Bárcenas, el PP se aprovechó de los donativos ilegales que ingresaban en la caja b que controlaba su ex tesorero, según considera acreditado el juez.
Hay cerca de 30 imputados en la causa: dos ex tesoreros del PP, Luis Bárcenas y Álvaro Lapuerta, el ex gerente del partido, Cristóbal Paez, y dos decenas de empresarios que figuran en la contabilidad paralela como donantes.
 El juez ha llamado como testigos a tres de los cinco secretarios generales del PP durante la etapa investigada (Francisco Álvarez Cascos, Javier Arenas y Dolores de Cospedal) y ha citado como imputado a Ángel Acebes, aunque unos días después de su declaración archivó la causa contra él.
Todos los ex secretarios generales declararon que ignoraban la existencia de una caja B -pese a que figuran como receptores de sobresueldos- y aseguraron que, según los estatutos, los tesoreros no responden ante ellos.
El magistrado sostiene que los secretarios generales tienen “una posición jerárquica y autoridad sobre la actuación del gerente del partido (artículo 22.2 de los estatutos del PP) “de la que puede racionalmente inferirse un deber especial de control o vigilancia en relación a las actividades propias atribuidas al gerente que incluían, entre otras, la teneduría de las cuentas de la formación”.

Los 100 días del juez Pablo Ruz para abrir la caja b........................................ José Manuel Romero

El juez Ruz considera acreditada la financiación ilegal de la formación conservadora

El magistrado tiene 100 días para finalizar la instrucción del caso Bárcenas.

Al Juez Ruz hay que hacerlo Santo, así funcionarian mejor las cosas, si el Papa tiene abien empezar el proceso, porque ultimamente entre la gente desesperada que se mata o matan, las guerras a los niños palestinos, Israel hace este genococidio, ¿Dios está dormido? por eso no habla su portavoz en la Tierra?

Como dijo Jesucristo en la obra de José Saramago: Perdonen a mi Padre que No sabe lo que Hace.....

20 dic 2014

Ron con Coca-Cola...................................................... Boris Izaguirre

El peinado puede decir mucho de un hombre. Y nadie ha preguntado quién es el referente del pequeño Nicolás. ¿Doña Sofía, Camilo Sesto o José María Aznar? Siempre cabezas mayores que él.

 

El Pequeño Nicolás, ayer a su salida de los juzgados de Plaza de Castilla. / LUIS SEVILLANO

Una semana después de conocer el informe del Congreso de los Estados Unidos, según el cual la CIA torturó para obtener información sensible, el Gobierno americano decide recuperar relaciones con Cuba. Se habla del fin de la Guerra Fría, de una nueva era. 2014 será recordado como un año de asombros.
 El rublo se hunde, el embargo se suaviza y en peluquería se consolidan dos estéticas políticas bien definidas: la coleta de Pablo Iglesias y el tupé a golpe de secador y favores del Pequeño Nicolás.
El peinado puede decir mucho de un caballero.
 En las cabelleras que lucen Iglesias y el Pequeño Nicolás hay, antes que nada, fe en la buena calidad del pelaje del varón español.
La melena de Iglesias, asilvestrada, casi sedosa y con cuerpo, te habla de un hombre de la calle. De bicicleta, aire libre y campus
 Recogido en coleta por control, atado por comodidad pero que cuando se lo suelta, ¡ay!, se desata la envidia en unos y pavor en otros.
 ¡Algunos se dan cuenta de que se les puede caer el pelo! La acicalada cabellera del Pequeño Nicolás es más de interior: salones, pasillos, moqueta y coches oficiales.
 Es una coiffure distinta a la de Pablo, y curiosamente defendida por alguien más joven.
 Tanto indagar sobre el sumario del Pequeño Nicolás y nadie se ha preguntado quién es su referente en peluquería. ¿Doña Sofía, Camilo Sesto o José María Aznar?
 Siempre cabezas mayores que él. ¿Puede ser que el estilo Pequeño Nicolás sea el resultado de lo que el culto a lo retro puede generar en personas jóvenes?
Ya no tan joven ni tan retro, Pedro Sánchez anda a la greña con Susana Díaz, una andaluza de pelo decidido y rubio.
 En televisión están encantados recordándole a Sánchez que su peor enemigo es Susana, capaz de hacerle la puñeta en cualquier momento.
 Pero Sánchez tiene algo que Díaz no posee: su sonrisa y voz funcionan como un bálsamo para los presentadores de televisión, tanto masculinos como femeninos.
 Tanto de la mañana como de la tarde. Allí donde Pedro seduce Susana pierde, incapaz de domar las puntas quebradizas de su melena.
Que es también su discurso.
Parece una bobada, pero la peluquería es muy importante en la cultura europea.
 Esta semana se nos han puesto los pelos de punta al enterarnos de que la Infanta Cristina depositó su multa de casi 600.000 euros en una cuenta equivocada.
¿Quién lleva las cuentas de esa familia? Pero suavemente, como resbala el ron con cola por la garganta, la Infanta pudo enmendar el error e ingresó correctamente la multa en 24 horas.
 Qué lástima que no hubiera tenido esa destreza para desviar a su esposo de las cosas que llevaron a que su padre abdicara el primer lunes de junio.
 Un mal trago y una resaca que ya casi hemos digerido.
 Ahora la gran preocupación es qué va a hacer Letizia mientras Felipe esté leyendo su primer discurso de Nochebuena
. En los programas de humor y opinión a los que acudo durante la promoción de mi novela Un Jardín Al Norte, me sugieren formar parte de un sketch sobre ese momento
. Por supuesto el sketch nunca se realiza pero me sorprende que en las diferentes cadenas se repita la misma idea.
“¿Es que no piensas en lo que estará haciendo Letizia mientras el Rey lee su discurso?”, me preguntan las redactoras.
 Pues no, la verdad que no me lo pregunto, en primer lugar porque Letizia no es una regidora, esa persona que hace aplaudir al público y anuncia a los presentadores que vuelven de publicidad. No, Letizia es la Reina y en mi plebeya opinión, ella debería leer un discurso siempre que quiera. Y soltarse el moño un poco. No es que le falten tablas, ni cosas por decir.
En una de esas tardes de entrevistas y promoción, observé un rato el análisis que en un programa hacían del sumario Nikolai, que es como se llama el dossier sobre el Pequeño Nicolás. Este mes no se habla de otra cosa. Ahora muchos recuerdan haber comido o cenado con el hombre de moda. “Parecía como ido” me dijo alguien. “Luego he pensado que estaba en trance al ver a tantos de sus famosos reunidos a su alrededor”.
 Ese es un aspecto que a muchos nos fascina del Pequeño Nicolás, pero que no puede excusar lo conseguido: dinero fácil, fama prestada, una neurótica mezcla de ambición y banalidad que le propulsó a crearse convincentes identidades de mentira
. No puedo dejar de ver ese peinado a medio camino del de Camilo Sesto de Ya no puedo más y un juez británico con peluca.
 Por primera vez caí en la cuenta que hay una cierta corriente estética entre el Pequeño Nicolás y El Bigotes, aquel crudo pero atildado personaje de Gürtel, el hombre que regalaba objetos muy caros a la familia del presidente Camps o al que se pusiera por delante.
 Sí, El Bigotes y el Pequeño Nicolás gustan de ahuecar el nudo de sus corbatas con esa manera de andar como si alguien o algo muy gordo estuviera protegiéndoles mientras avanzan embargados hacia un remolino de ansiedad.
¿Vamos nosotros también hacia allí? Pues no, felizmente al parecer vamos hacia un mañana donde por fin podrás tomarte un ron con Coca-Cola en una Cuba sin embargo.