Un Blues

Un Blues
Del material conque están hechos los sueños

14 dic 2014

La transparencia es bella............................................................. Boris Izaguirre

Charlene tuvo gemelos, primero nació la niña pero el heredero es el varón. ¿Por qué va a cambiar Alberto, el príncipe soberano, la ley si es el primer beneficiado?

 

Charlene de Mónaco / Didier Baverel (WireImage)

En la moda siempre ha habido transparencia, al contrario que en la Administración pública, donde se acaba de poner de moda.
La transparencia, en la moda, va y viene pero no siempre evita ser vulgar. Sugiere, pero se le puede ir la mano y equivocarse mucho. En la política puede pasar lo mismo.
Tanta transparencia puede terminar por agotarnos. Demasiado transparentes.
Si en los ochenta la arruga fue bella, hoy la transparencia podría ser bella, aunque con problemas. Pronto tendremos que debatir entre lo transparente y lo traslucido
. Mientras más transparentes hacemos nuestros gastos públicos, más desnudas y débiles quedan algunas instituciones
. Por ejemplo, enterarnos que la recepción para celebrar la entronización del Rey costó casi 66.000 euros te deja un poco triste.
No sabemos bien si hubiéramos preferido que costara mucho más o mucho menos. 66.000 euros para una fiesta donde acudieron Olga María, la nueva estrella mediática, y el pequeño Nicolás, representando a la sociedad española no sabes realmente si te parece un exceso o una transparencia. Se podría haber invertido ese dinero en formar a un científico, sí, pero la ciencia vende menos.
 Es lo que tiene la transparencia: enseñar no enseña, sugerir, quizás, siempre dejándote entre la imaginación y la certeza.
Ana Mato, la exministra de Sanidad, reapareció en su escaño de diputada rasa con una cara que transparentaba su disgusto.
 Quizás se dejó llevar por la transparencia de su orgullo y apareció allí un pelín antes de tiempo, con las emociones no del todo digeridas, y la transparencia le jugó otra mala pasada.
Todo lo contrario ha hecho Carolina de Mónaco, que no debe estar excesivamente feliz con el nacimiento de los herederos de Mónaco y ha dilatado hasta la próxima semana su aparición para felicitarlos
. Carolina, al igual que su recién nacida sobrina, no pudo ser la soberana de Mónaco porque la ley solo reconoce heredero al varón.
 En el caso de los hijos de Charlene, esa tradición retrógrada se mantiene con una transparencia absoluta.
 Tuvo gemelos y primero nació la niña, pero el heredero es el varón. ¿Por qué va a cambiar Alberto, el príncipe soberano, la ley si es el primer beneficiado?
En Mónaco entienden mucho más de transparencias en la moda que en la política.
Y en Hollywood, donde también ha habido todo tipo de prendas semitransparentes, se ha desatado una nueva histeria después del ciberataque de una malvada fuerza norcoreana que hackeó los archivos de Sony Pictures como protesta por el guion de La Entrevista, una película con James Franco.
 En ella, una estrella de la televisión es enviado a entrevistar al líder norcoreano y la CIA aprovecha para hacer de las suyas.
 Al régimen norcoreano le disgustó la transparencia en el celuloide.
 Los hackers se hacen llamar Guardianes de la Paz y se declaran defensores del régimen norcoreano. Su ataque ha permitido saber cosas como que Tom Hanks se registra en los hoteles como Johnny Madrid o que la hija de Sarah Ferguson, la princesa Beatriz, trabaja en las oficinas londinenses de la compañía cobrando menos de 2.000 dólares.
 O sea, que una productora de cine, aunque sea de Hollywood, sabe cómo engatusar a una princesa indefensa para que sea una becaria deluxe.
 Te das cuenta de que a veces no quieres todo tan claro, te enteras de cosas que te dejan trastocado.
Como lo de la CIA y el informe sobre las supuestas torturas que esa agencia infringió para conseguir sus objetivos
. Algo que siempre imaginamos pero que al constatarlo no hemos evitado el asombro.
 Estaba haciéndome una pedicura en Miami cuando supe la noticia
. Acudo a un salón regentado por un grupo de vietnamitas que han occidentalizado sus nombres. Todos se llaman Andy, Angelina o Charlenne.
 Cuando salió la presidenta del Congreso americano respondiendo que no hay indicios de que se torturara a personas para averiguar el paradero de Bin Laden, Andy extrajo de debajo de mi dedo gordo un algo nada transparente que me hizo gritar, ante el asombro de los presentes.
 Creían que reaccionaba así ante la noticia y quisieron explicarme que se sentían avergonzados de la política exterior de su país.
Por un momento sentí que había viajado en el tiempo hacia los años setenta, cuando la CIA intervenía en todo lo que le apetecía, desde Chile a Vietnam.
Y los americanos de a pie se esmeraban en ofrecerte explicaciones y disculpas.
Sí, al final piensas que es mejor no saber determinadas cosas.
 Que el fiscal y mosquetero Horrach prefiera proteger a la Infanta Cristina calificándola de indefensa de las acciones de su marido ha sido un poquito sonrojante
. Como una transparencia que transparenta de más en un vestido de boda o en una señora de avanzada edad. Es difícil hacernos creer que la duquesa esté tan indefensa
. Con su estatura, su magnífica complexión, su linaje, con infinidad de fotos que la enseñan como si fuera una líder preparada o la forma en que se bajó del coche oficial junto a su madre y su marido en aquella polémica visita al hospital donde su padre convalecía de una de sus operaciones de cadera, en ninguna de esas imágenes se le nota indefensa. Horrach ha elegido el adjetivo quizás por no transparentar más de la cuenta.
Dejándonos servida la eterna cuestión: la transparencia puede ser bella, pero nunca es fácil.
 Ni siempre es cómoda.

.La era de los impostores...............................................................................Mario Vargas Llosa

La ficción ha sustituido a la realidad en el mundo que vivimos y los mediocres personajes del mundo real no nos interesan. Los fabuladores, sí, como ‘el pequeño Nicolás’ o Enric Marco.


FERNANDO VICENTE

En estos días, el personaje más mediático en España es el “pequeño Nicolás”, un joven veinteañero que, desde que era un adolescente, se las arregló, embaucando a medio mundo, para hacerse pasar por amigo de la realeza, de grandes empresarios, autoridades y políticos de alto vuelo y del servicio de inteligencia, todos quienes le habrían encargado delicadas e importantes misiones. Lo extraordinario del caso es que buen número de estos personajes se tragaran sus patrañas, lo recibieran, lo escucharan y (al parecer) hasta lo gratificaran por sus servicios.
 En la era del espectáculo en que vivimos, el histrión es el rey de la fiesta.
Javier Cercas acaba de publicar un libro, El impostor, consagrado a Enric Marco, el más notable embaucador de nuestro tiempo y, acaso, de todos los tiempos.
 Su historia dio la vuelta al mundo hace nueve años cuando un pertinaz historiador, Benito Bermejo, reveló que Marco, presidente de la asociación que agrupaba a los sobrevivientes españoles de los campos de exterminio nazis, que había publicado libros, artículos, ofrecido cientos de conferencias en colegios, universidades y había hecho llorar a los congresistas refiriendo en el Parlamento español los horrores indecibles que padecieron él y sus compañeros en aquellos mataderos humanos, era un fabulador de polendas que nunca estuvo en alguno de esos campos nazis y se había inventado de pies a cabeza esa heroica biografía de resistente republicano, exiliado y prisionero de la peste parda hitleriana
. Enric Marco, ya muy conocido por sus campañas a favor de mantener viva la memoria histórica del Holocausto, se hizo todavía mucho más famoso, dentro y fuera de España, como autor de la más formidable patraña del siglo.
El libro de Cercas es varios libros a la vez, pero, ante todo, una pesquisa rigurosa y maniática para desentrañar lo que es verdad y lo que es mentira en la vida pública y privada de Enric Marco. Descubre muchas cosas: que las imposturas de Marco arrancan en su misma juventud, atribuyéndose un pasado de luchador republicano y de resistente anarquista en los primeros años de la dictadura franquista, y que ellas jalonan toda su existencia
. Pero, también, que estas mentiras en cadena están casi siempre enhebradas con verdades, experiencias vividas a las que él coloreó, exageró, matizó y disminuyó para hacer más persuasivas las ficciones con que fue adobando constantemente su escurridiza biografía.
 No descubre todo porque la manera como ficción y realidad se confunden en la vida de Enric Marco es inextricable.
Lo extraordinario es que buen número de personajes se tragaran las patrañas del adolescente
¿Por qué dedicar tantos esfuerzos a esta tarea? ¿Sólo por la fascinación que provoca en él la audacia embustera del personaje, esa novela viviente que es Enric Marco? Sin duda, pero, también, porque probablemente nunca nadie antes de él ha encarnado las relaciones entre ficción y realidad de una manera tan absoluta y excelsa.
 Todos los seres humanos soñamos con ser otros, con escapar a las estrechas fronteras dentro de las que discurre nuestra vida; por eso y para eso existen las ficciones —las novelas, las películas, los dramas, las óperas, las series televisivas, etcétera—, para satisfacer vicariamente el hambre de irrealidad que nos habita y nos hace soñar con vidas mejores o peores que la que estamos obligados a vivir.
 Enric Marco consiguió, gracias a su audacia, su talento transformista y su falta de escrúpulos, ser, como en el poema de Rimbaud, uno mismo y otro (“Je est un autre”).
 Además de una incisiva investigación periodística, el libro de Cercas es un sutil ensayo sobre la naturaleza de la ficción y el modo como puede infiltrarse en la vida y trastornarla.
Y es, asimismo, un buceo personal y dramático sobre las responsabilidades morales de un escritor que, como él, intenta, a través de lo que escribe, entender las razones profundas del personaje cuya historia reconstruye.
 ¿Comprender a Enric Marco no es en cierto modo justificarlo, rehabilitarlo, dar verosimilitud y consistencia a las razones que él esgrime con tanto empeño contra quienes lo condenan, diciendo que sí, cometió un gran delito, pero lo hizo por una razón valedera y superior, para dar más fuerza y publicidad a las atrocidades del Holocausto, para despertar en las nuevas generaciones un sentimiento de espanto contra los crímenes del nazismo, reivindicar y desagraviar a sus víctimas, esos millones de seres humanos sacrificados en los campos de exterminio, 9.000 de los cuales fueron españoles?
Cercas no quiere que este impostor desmesurado le resulte simpático y, para que nadie se equivoque al respecto, lo abruma de epítetos condenatorios a cada paso.
 También se los lanza a la cara al propio Marco, quien, aunque usted no lo crea, se prestó a concederle muchas horas de entrevista para facilitarle su trabajo inquisitorial, y, a cada momento, le recuerda que no escribirá este libro para defenderlo ni atenuar su culpa, sino para desentrañar la pura y terrible verdad, es decir, para hundirlo del todo en la ignominia moral.
 Lo más notable es que quien gana la partida que se disputa en este libro incandescente no es el rectilíneo Cercas sino el delictuoso Marco.
La culpa no es de los novelistas, ellos cuentan las historias que a sus lectores les gustaría vivir
El excelente novelista que es Javier Cercas olvidó, fascinado como estaba con el tema y materia de su libro, que las buenas novelas convierten a los malos siempre en buenos, porque aquellos terminan siempre por despertar en el lector (y, aunque no lo quiera, en el propio narrador) un atractivo irresistible que vence y destruye sus reservas o principios éticos o políticos y los transforma en empatía.
 El libro que él ha escrito es, aunque él no quisiera que lo sea, una (magnífica) novela sobre un personaje fuera de lo común, un ser ontológicamente novelesco que tiñe la vida de ficción, un fantaseador taumatúrgico que irrealiza la realidad con su audacia ilimitada.
 El héroe del libro no es quien lo relata sino el genial embaucador, el espantoso e inverosímil Enric Marco.
 Él, sólo él. Comparado con la peripecia prodigiosa que le permitió dejar de ser la minucia humana que era y convertirse en un gigante, qué pequeñito y olvidable parece el aguafiestas de su historia, el decente y honesto historiador Benito Bermejo que, sin siquiera beneficiarse con ello y hasta recibiendo por su altruista tarea buen número de ataques, lo desenmascaró, guiado sólo por su amor a la verdad y su repugnancia por las mentiras históricas.
Vivimos una época en que los embaucadores nos rodean por todas partes y la inmensa mayoría de ellos —banqueros, autoridades, dirigentes políticos y sindicales, jueces, académicos— miente y delinque para enriquecerse, sórdido designio vital, sin que sus historias trasciendan las previsibles trapacerías del ratero vulgar.
 Por lo menos, Enric Marco lo hacía con horizontes más amplios y, sí, por qué no, menos egoístas. La verdad es que nunca se lucró con sus mentiras y las sostuvo y defendió con una energía admirable, trabajando como un verdadero galeote y, es cierto, haciendo tomar conciencia a muchos jóvenes, y a buen número de hombres y mujeres maduros, de lo que significaron los campos de la muerte del nazismo y de la obligación cívica de reivindicar a sus víctimas. ¿Que Marco era, que es, un narciso codicioso de publicidad, un ávido mediópata, obsesionado por salir siempre en la foto? Sin la menor duda. Pero su enfermedad es una enfermedad de nuestro tiempo, la de una cultura en la que la verdad es menos importante que la apariencia, en la que representar es la mejor (acaso la única) manera de ser y de vivir.
La ficción ha pasado a sustituir a la realidad en el mundo que vivimos y, por eso, los mediocres personajes del mundo real no nos interesan ni entretienen
. Los fabuladores, sí.
 No es de extrañar que en una época así, el “pequeño Nicolás” y el gigantesco Enric Marco hayan sido capaces de perpetrar sus fechorías, perdón, quiero decir sus proezas. La culpa no es de los novelistas, ellos sólo cuentan las historias que les gustaría vivir a sus lectores.
Derechos mundiales de prensa en todas las lenguas reservados a Ediciones EL PAÍS, SL, 2014.
© Mario Vargas Llosa, 2014.
¿Y no podría ser todo mas sencillo? que pintan esas amistades del gobierno dando "palique" a ese muchacho de 20 años? ¿Por qué lo detuvieron lo máximo para ser interrogado y lo dejaron ir sin siquiera un cargo penal? ¿No tendrá miedo ese chico y por eso habla= ¿No sería su función buscar amiguitos-as a esos viejos con ansia de juventus adolescente? ¿Vaya que igual ha sido "Palanganero " de viejos verdes del gobierno y es testigo de delitos varios....aquí que cada uno piense ya lo que quiera, pero Vargas Llosa tan amigo del PP no puede escribir contra un jovenzuelo muy habil en explicarse, porque detrás hay alguien que si sabe lo que cuenta el pequeño Nicolás con gobernantes del PP. igual hasta no nos llevamos sorpresas......porque el PP esconde lo que para ellos puede ser delictivo y para nosotros se llama,,,,,,,,,y si que es un delito y más si se acompaña de bebidas con misterio....

 

Identificado el mecanismo que graba el miedo en el cerebro....................................... Manuel Ansede

Un neurocientífico español describe cómo se almacenan los recuerdos traumáticos.

 

Equipo del neurocientífico Joseph LeDoux, en Nueva York. / NYU

Bajo la sombra de los rascacielos de Manhattan, muy cerca de los 20.000 cadáveres sepultados en un viejo cementerio oculto bajo el Washington Square Park, se encuentra el laboratorio del miedo.
 Allí, bajo las órdenes del neurocientífico y rockero estadounidense Joseph LeDoux, trabaja una quincena de investigadores para intentar comprender por qué, por ejemplo, una persona se queda paralizada al ver a un perro, traumatizada por un huracán o muda al intentar hablar en público.
Uno de los miembros de esta brigada de élite del miedo, empotrada en el Centro para la Ciencia Neural de la Universidad de Nueva York, es el neurocientífico español Lorenzo Díaz-Mataix, que acaba de identificar los mecanismos cerebrales que convierten las experiencias desagradables en recuerdos imborrables durante años.
Díaz-Mataix se ha sumergido en el cráneo de cientos de ratas.
En lo más profundo de sus cerebros, como en los de los seres humanos, se esconde la amígdala, una región del tamaño de una almendra en las personas a la que la comunidad científica señala como almacén del miedo.
 Presuntamente, en ella se guardan durante décadas los recuerdos de las vivencias traumáticas sufridas a lo largo de la vida.
 Y por ella el grupo de rock de LeDoux se llama The Amygdaloids
. Es el minúsculo archivo del terror en el kilo y medio de cerebro humano.
Lorenzo Díaz-Mataix. / NYU
En 2010, salió a la luz el caso de una mujer estadounidense de 44 años con la amígdala completamente dañada por una rarísima enfermedad genética.
 La mujer, conocida como SM para preservar su anonimato, era incapaz de sentir miedo.
 Un grupo de investigadores encabezado por el psicólogo Justin Feinstein, de la Universidad de Iowa, siguió su pista durante más de 20 años.
Rodearon a SM de serpientes y arañas venenosas, vieron con ella películas de terror como El resplandor y El silencio de los corderos, la acompañaron a sanatorios abandonados supuestamente habitados por fantasmas.
 Y nada.
 La mujer sin amígdala ni siquiera sintió miedo cuando, caminando de noche por un parque solitario, un yonqui le puso un cuchillo en la garganta y masculló: “Te voy a rajar, puta”. SM siguió andando como escuchara La Traviata.
Ahora, Díaz-Mataix ha iluminado ese enigmático cajón de recuerdos que es la amígdala cerebral.
 Su investigación parte de una hipótesis postulada en 1949 por el psicólogo canadiense Donald Hebb y sugerida hace más de un siglo por el nobel español Santiago Ramón y Cajal. “Dos células o sistemas de células que están repetidamente activas al mismo tiempo tenderán a convertirse en 'asociadas', de manera que la actividad de una facilitará la de la otra”, dejó escrito Hebb en su libro La organización de la conducta
. O, expresado de manera más simplificada, las neuronas de la amígdala del cerebro humano que se excitan eléctricamente tras el ataque de un perro permanecen conectadas durante años.
Sus puentes eléctricos se refuerzan. Ese sería el esqueleto del recuerdo.
Una mujer sin amígdala cerebral por una rara enfermedad es incapaz de sentir miedo
El equipo de Díaz-Mataix ha demostrado que la teoría de Hebb es cierta, al menos parcialmente, en los complejos cerebros de los mamíferos
. Su experimento, cuyos resultados se publican en la revista científica PNAS, es una versión sofisticada del célebre perro de Pávlov, aquel can ruso que se acostumbró a escuchar un metrónomo (sustituido por una campanita en el imaginario colectivo) antes de comer y ya salivaba cada vez que escuchaba el tic tac aunque no hubiera alimento.
 El investigador español, en tándem con Josh Johansen, del Instituto RIKEN de Ciencias del Cerebro en Japón, sometió a decenas de ratas a un pitido de 20 segundos rematado por una descarga eléctrica de medio segundo.
 A partir de entonces, las ratas se quedaban paralizadas cada vez que escuchaban ese sonido.
 En su cerebro quedó grabado el miedo al chispazo.
Ahí empezó la sofisticación del experimento, gracias a una técnica conocida como optogenética
. Los investigadores instalaron genes de algas sensibles a la luz a bordo de virus, que funcionan como taxis microscópicos, y los inyectaron en los cráneos de las ratas.
 Una vez insertados en las neuronas de los roedores, los genes eran capaces de producir una proteína que funciona como un interruptor de la célula, activándola o desactivándola en función de ráfagas de luz láser enviadas por los científicos.
Las ratas con la amígdala cerebral apagada eran incapaces de recordar el chispazo y carecían de conexiones reforzadas entre sus neuronas.
 Al mismo tiempo, activar las amígdalas de ratas que no habían sufrido la pequeña electrocución servía para generar miedo al pitido sin necesidad de ningún tipo de shock.
 En este último caso, según los autores, era necesario que se activaran también los receptores de noradrenalina, una molécula cerebral implicada en los procesos de atención. Sin esta activación, no había aprendizaje.
Joseph LeDoux, con The Amygdaloids.
“Con una sola descarga eléctrica asociada a un pitido, las ratas ya recuerdan la experiencia toda su vida.
 El cerebro hace esto para afrontar los peligros.
 Un animal necesita aprender con una sola oportunidad, porque quizá no tenga otra”, explica el neurocientífico.
El despacho del también español Luis de Lecea, profesor de Psiquiatría en la Universidad de Stanford (EEUU), se encuentra a escasos 15 metros del laboratorio en el que se desarrolló la optogenética en 2004. Desde allí, De Lecea ha sido testigo de cómo esta técnica ha revolucionado la investigación del cerebro humano.
 Las teorías de Hebb ya se habían prácticamente confirmado “con rodajas de cerebro” de roedores en el laboratorio, pero los experimentos de Díaz-Mataix son “una demostración elegante” en mamíferos vivos, a juicio de De Lecea.
El neurocientífico español dibuja las posibles aplicaciones de sus hallazgos.
“En los enfermos con estrés postraumático, ansiedad o incluso depresión, su cerebro no es capaz de aprender que lo que una vez fue peligroso ya no lo es, y siguen respondiendo de forma exagerada”, señala. Personas que han vivido guerras, accidentes graves, violaciones o catástrofes naturales siguen sintiendo miedo y estrés una vez pasado el peligro.
La comunidad científica internacional trabaja desde hace unos años en intentar borrar esos malos recuerdos.
 Se basan en un proceso conocido como reconsolidación de la memoria.
 “Cada vez que un recuerdo sale a la luz, se pone en un estado frágil que hace que el cerebro pueda añadir cosas relevantes”, apunta Díaz-Mataix.
 Cuando se abre el baúl de los recuerdos es el momento de modificarlos.
Entender estos mecanismos cerebrales puede ayudar a las personas con estrés postratumático, ansiedad o incluso depresión
Si, por ejemplo, alguien va en un coche escuchando a todo volumen la canción Balada Boa de Gusttavo Lima y se estampa contra un árbol, cada vez que escuche el estribillo “Tchê tcherere tchê tchê” tendrá pavor. “Sin embargo, si cada vez que la víctima va a un bar a tomar algo ponen esa canción, el cerebro recupera el recuerdo y aprende que ya no es negativa
. Eso es la reconsolidación”, añade el investigador.
Este proceso se puede facilitar con fármacos que actúan sobre los receptores de noradrenalina, como el propranolol, que ya se suministró a víctimas del atentado del 11 de marzo de 2004 en Madrid.
 Los síntomas de su trastorno de estrés agudo remitieron en el 64% de los casos, según un estudio de la mutua Ibermutuamur.
Para Díaz-Mataix, es muy posible que el proceso para almacenar recuerdos desagradables que han observado sea en realidad un mecanismo general del sistema nervioso para generar otro tipo de recuerdos, ya sean de asco, ira o alegría.
 “El problema es cómo estudiar estas emociones primarias en una rata”, lamenta.
 Si tiene razón, será todavía más cierta aquella sentencia de Ramón y Cajal:
 “Todo hombre puede ser, si se lo propone, escultor de su propio cerebro”.

Sabina acorta un concierto en Madrid marcado por su emoción..................................Pedro Zuazua

El cantante renunció a los bises por una indisposición.

Joaquín Sabina, durante el concierto en el Barclaycard Center de Madrid. / Claudio Álvarez

Joaquín Sabina volvió al escenario anoche en Madrid pero acortó una actuación que había comenzado pletórica.
 Menguado de facultades por la emoción, fue una indisposición, según fuentes cercanas al artista, lo que le impidió acometer los bises con los que el cantante tenía previsto terminar su actuación.
 Era su regreso en solitario a España tras cinco años.
Para comprender al Sabina que actuó en el Palacio de los Deportes de la capital había que fijarse en su cara mientras interpretaba A mis cuarenta y diez.
 Cuando entonó la parte que dice “de empezar a pensar en recogerse, de sentar la cabeza, de resignarme a dictar testamento, perdón por la tristeza”, lo hizo con tal convicción, que el público, acostumbrado a gritar “¡no!” en ese punto, no tuvo nada que objetar.
 Con los ojos conmovidos por la emoción, la mirada fija y una expresión entre el dolor y la felicidad, Sabina resumía en un gesto todo lo sufrido, todo lo gozado y todo lo que queda por venir.
 A mitad del concierto, tras un descanso, ya no estuvo tan pletórico.

Subió el de Úbeda al escenario vestido con traje turquesa, camiseta negra, bombín y perilla larga y canosa. Dispuesto a aportar luz “en tiempos de tormenta”.
 Y se encontró con que su público —el que ha crecido sentimentalmente con sus letras— acepta con agrado que la pista se haya convertido en sus conciertos en un patio de butacas.
 Las 15.000 personas que le aplaudían habían agotado las entradas para el concierto en menos de una hora.
 Las del segundo concierto, que se celebrará el martes, duraron 10 minutos.
Tocar en casa le supone más presión de la habitual.
 Ayer habló del “miedo escénico” (recordó a Pastora Soler) y confesó haber sufrido un vahído en las horas previas al concierto.
 Al citar el miedo escénico, algo cambió en su cara.
 Y minutos después pedía perdón al público por no poder hacer “los bises que estaban preparados”. Pero pareció más una sobredosis de emoción que otra cosa.
 Hasta ese momento había llorado al menos tres veces
. Luego vino el bajón ("la verdad es que no me encuentro muy bien") que dio paso al cierre de su concierto.
El representante del cantante ha asegurado el artista se encuentra descansando en su casa.
El artista confesó haber sufrido un vahído antes del recital de Madrid
Para cuando llegó ese inesperado final, habían pasado casi dos horas y estaba claro que el show llegaba muy rodado tras su paso por Sudamérica.
 Fueron 26 conciertos en 58 días.
 La gira, que agotó todas sus entradas, tendrá su continuación en España en marzo y abril y dará lugar a un disco en directo con el material grabado en el Luna Park de Buenos Aires.
Antes del cierre se había visto a un Sabina muy activo
. Tocó las primeras siete canciones de pie
. Cantó con pasión cada “ahora que” del tema de apertura e hizo un guiño a Madrid con Yo me bajo en Atocha
. Demostró que, aunque se haya ganado un cantante para la historia de la lengua española, se ha perdido un gran humorista y también un digno pintor: suyos eran los dibujos que aparecían en la pantalla trasera del escenario.
 Y que sigue siendo el músico que mejor presenta a su banda: fue uno a uno, loando sus virtudes, con ritmo y con rimas, con guiños y cariño
. También dejó claro que es un maestro de la captatio benevolentiae latina cuando aseguró que las canciones de 19 días y 500 noches —”viejas verdes”, las llamó— no se escuchaban en su casa porque allí sólo se pone “buena música”
. Y recordó a Dylan, con una versión de It ain´t me babe.
Sabina explicó la elección de 19 días y 500 noches haciendo referencia al “último verano” de su juventud, que alargó hasta los 50.
 Habló sin tapujos del ictus que sufrió e hizo un alegato contra el consumo de drogas
. El disco que da nombre a la gira era la culminación de una serie de álbumes —Mentiras piadosas, Física y Química, Yo, mí, me contigo— que coincidieron con una etapa de creación desenfrenada, de una vida de ritmo complicado
. Ayer, esas canciones, cantadas desde la perspectiva que da el tiempo, parecieron adquirir un poso que solo da ver las cosas desde fuera.
 Al finalizar el concierto, una chica se acercó a la sala de prensa y se dirigió a los periodistas: “No seáis malos, ha sido un gran concierto y le ha podido la emoción
. Ha estado casi dos horas y eso hay que valorarlo”.

El cantante descansa en casa

EP
El representante de Joaquín Sabina, José Navarro 'Berry', ha explicado que el cantante se encuentra "muy bien" y ha dormido "toda la noche" tras abandonar precipitadamente el escenario del concierto que ofrecía este sábado en Madrid.
En declaraciones a Onda Cero, 'Berry' ha explicado que a Sabina "le pesa mucho Madrid" y que, quizás, después de "estar sin cantar dos meses, al terminar la gira en Sudamérica, debería haber ido a una ciudad más pequeña"
. "Pero la idea era despedirse en Madrid y Barcelona y terminar el año así", ha apuntado.
'Berry' ha recordado el ictus sufrido por Sabina, un episodio del que "siempre queda un poso" y que "no es fácil de llevar", según el representante.
 Aún así, ha dado fe de que "los días anteriores se cuidó mucho, estuvo en su casa y no salió", además de haber empezado el concierto "muy bien".
Pues que todo haya sido un susto, y que te recuperes, recuerda que esperamos tus canciones, y esperando "Nos dieron las diez, las once las doce, la una y las dos y lo que haga falta, !Suerte Querido Sabina.....no pienses en cosas de los bulevares rotos ni que Abril no los van a quitar. Piensa que no queremos tardar en que vuelvas ni 19 dias y menos quinientas noches!!!!...