Un Blues

Un Blues
Del material conque están hechos los sueños

30 nov 2014

De la duquesa de Alba a Podemos......................................................... Lola Galán

Quejas por el espacio dedicado a la muerte de Cayetana Fitz-James Stuart. Críticas a la información sobre el partido de Pablo Iglesias, que un lector ve excesiva y varios más, tendenciosa.

Cayetana Fitz-James Stuart, decimoctava duquesa de Alba, murió en su cama del sevillano palacio de Dueñas la mañana del jueves 20 de noviembre.
Tenía 88 años de edad y era la aristócrata más famosa de España.
 La noticia acaparó enseguida titulares en todos los medios.
 La web de EL PAÍS ofreció esa misma tarde crónicas y artículos sobre la fallecida, y la edición impresa del día siguiente dedicó seis páginas, además de buena parte de la portada, a glosar su figura. Algunos lectores me han escrito molestos por este despliegue y por el tono elogioso de lo publicado.
Javier Muñoz Álvarez considera que dedicar seis páginas a la noticia es “improcedente, incluso abusivo para el lector tipo de EL PAÍS.
 Ya ocurrió con la muerte de Michael Jackson”.
 Y añade: “No sabemos qué ha hecho la duquesa en beneficio de este país y por qué merece tanta atención, tanto encomio por parte de EL PAÍS”.
A Bernardo Frau le parece también “un despropósito
. Seamos francos, [la duquesa de Alba] no ha hecho nada en su vida que merezca reconocimiento nacional, salvo tener la suerte de ser rica y acumular un sinnúmero de títulos inútiles”.
El director adjunto de EL PAÍS, David Alandete, responde a estas críticas.
“Dedicamos a la muerte de Cayetana Fitz-James Stuart seis páginas en nuestra edición impresa, en su mayoría dominadas por imágenes históricas de la propia duquesa.
 Creemos que fue una medida adecuada. EL PAÍS no hizo sino responder entonces al gran interés suscitado entre la sociedad española por la desaparición de un personaje único, presente en la vida social y cultural española durante los 63 años en que fue jefa de la Casa de Alba, en siglos pasados muy influyente en el devenir del país.
 Creemos que no queda duda de la importancia social de la persona con más títulos nobiliarios del país y dueña de un imponente legado artístico, que incluye obras de Goya, Tiziano y El Greco. Además, la difunta vivió una vida heterodoxa, llena de contradicciones y decisiones sin duda de interesante lectura”.
Cayetana de Alba tenía una excelente relación con los periodistas y, por lo visto, era admirada por la discutible hazaña de haber vivido poniéndose “el mundo por montera”.
 La noticia de su muerte fue recogida por los grandes medios de comunicación, tanto en Europa como en América.
 En cuanto a la prensa española, la mayoría de los diarios abrieron con el tema el día 21, y le dedicaron un espacio que osciló entre las 37 páginas del diario La Razón —seguido de cerca por Abc, con más de una treintena—, y las tres páginas de La Vanguardia.
 A la vista de estos datos, la cobertura de EL PAÍS quizás no ha sido tan extensa, pero sí bastante acrítica.
Hay lectores que ven también excesivo el espacio que dedicamos a Podemos. José Ángel Isla, lector asiduo de EL PAÍS, escribió al periódico indignado porque el 19 de noviembre, “el diario que compro todos los días parecía un panfleto de Podemos al precio de 1,30 euros... portada para Errejón hablando por supuesto de su nuevo partido político pero para nada de su contratación por la Universidad de Málaga y sus estudios sobre la vivienda en Málaga, ahora parece que realizados desde la distancia, desde Lavapiés (Madrid)”
. Ese día, como enumera en su carta el lector, se publicó además una entrevista de dos páginas con el filósofo argentino Ricardo Forster, hablando de Podemos; declaraciones de Cayo Lara sobre el mismo partido, y una entrevista con la candidata de Izquierda Unida Tania Sánchez, que también hablaba de Podemos.
EL PAÍS dedica un amplio espacio a este partido, consciente de que es también un fenómeno social. Temo que, a veces, nos excedemos.
 En cuanto a la beca de investigación de Íñigo Errejón, hemos informado detalladamente del tema, aunque no al gusto de algunos lectores.
Algunos artículos sobre Podemos han irritado a un sector de los lectores
Olaya Argüeso me escribe quejándose de lo que considera “injustificados ataques” a Podemos, a propósito de la información que arrancaba en primera página el 20 de noviembre, con el titular: “Errejón tenía permiso para hacer en Madrid su trabajo sobre Andalucía”, mientras en páginas interiores el tema se abordaba bajo el titular: “Díaz cuestiona que Errejón haya cumplido con su contrato universitario en Málaga”. “Si, como acredita la información”, señala esta lectora, “Errejón cumplió las condiciones de su contrato, y ese es el tema en cuestión, ¿por qué su periódico considera la opinión de la presidenta de la Junta de Andalucía tan relevante como para protagonizar el titular?”.
Jorge A. Rodríguez, redactor jefe de Noticias, que engloba las secciones de Nacional y Sociedad, responde a esta pregunta:
 “La noticia no ‘acredita’ que Errejón cumpliera su contrato, sino que describe tanto las condiciones de trabajo como del contrato, además de recoger la opinión del investigador principal y, cómo no, la de la presidenta de la Junta de Andalucía, que es la responsable de la entidad pagadora (la Junta financia proyectos de investigación de la Universidad de Málaga)
. De hecho, todos los medios dieron cumplida noticia de las palabras de Díaz.
 Ambas cuestiones están recogidas en el diario: apostando con el contrato en primera, y con la reacción de Díaz en el interior”.
Otro lector, Luca Ferretti, que se presenta como investigador, escribe desde París lamentando que EL PAÍS se haya sumado a las tesis que ven irregular la conducta de Errejón en este caso, sin entender las peculiaridades del trabajo del investigador. “Investigar no es un trabajo normal para nada, en lo bueno y en lo malo, y aunque se emplean los mismos contratos que para cualquier otro trabajo, estos no tienen sentido”.
En opinión de este lector, los periodistas deberían haberse informado adecuadamente de las características laborales especiales que entraña la investigación.
“Sabemos que, efectivamente, investigar no es un trabajo normal, que puede requerir trabajo de campo y que muchos investigadores no están a tiempo completo”, responde también Jorge A. Rodríguez. “Hemos hablado con investigadores, tanto de Ciencias como de Humanidades.
 Pero lo cierto es que los contratos dicen lo que dicen. El de Errejón especifica claramente que su jornada de trabajo es de 8.00 a 16.00 horas de lunes a viernes, y que el ‘centro de trabajo habitual’ es el departamento de Derecho Financiero, Economía Política y Filosofía del Derecho
. Quizás los investigadores deberían firmar, y las universidades deberían plantear, otro tipo de contrato que se adecúe más a las condiciones del trabajo de investigación”.
Otra lectora, Cristina Buhígas, ve “un intento más, el enésimo, de predisponer a los lectores contra Podemos”, en una noticia publicada en la edición impresa el 24 de noviembre con la firma de EL PAÍS y titulada “Podemos aún no ha concretado su propuesta de renta básica”.
 A su juicio, se trata, “de una no noticia que no debería tener el formato de información sino el de opinión, firmada por algún columnista o ir en la página de los editoriales”.
Rodríguez responde: “No puedo estar más en desacuerdo con la lectora, ya que la noticia era la respuesta de Podemos a la entrevista publicada con [el líder del PSOE] Pedro Sánchez, el día anterior, en la que arremetía precisamente contra la renta básica, y en ella se explicaba, tras hablar con miembros de la formación de Iglesias, que esa propuesta no está aún perfilada. Está en proceso de modificación
. Por ello, es una de las informaciones llamadas de ‘reacciones’, clásicas en el periodismo”.
Es evidente que los lectores no tienen por qué estar de acuerdo con la selección de noticias, ni encontrar de interés todo lo que se publica en el periódico.
 Dicho esto, no veo nada incorrecto en esas informaciones, aunque noto un malestar en los mensajes que las cuestionan similar al que percibo en las cartas de protesta que me llegan inexorablemente cada vez que EL PAÍS dedica un editorial a Podemos
. Entiendo las quejas de los lectores, pero quiero recordarles que el periódico es soberano en lo que a su línea editorial se refiere.
Y tiene el derecho y el deber de ejercer la crítica, por supuesto basada en argumentos y no en descalificaciones.
Pero como cada vez está más escorado a la Derecha , las críticas a Podemos no son informativas sino opinables, faltaría más.

 

No hay Feria del Libro sin García Márquez........................ Inés Santaeulalia

Nueve amigos del Nobel le rinden homenaje en la inauguración de la FIL de Guadalajara.

Homenaje a Gabriel García Márquez, este sábado. / SAÚL RUIZ

En la misma mesa en la que Gabriel García Márquez se sentó en 2008 para no decir ni una palabra, en un homenaje a Carlos Fuentes al que honró con su silencio, se sentaron este sábado nueve de sus amigos a los que se les llenó la boca con su nombre
. El Nobel colombiano volvió a ayudar este año a abrir la Feria Internacional del Libro de Guadalajara, como tantas veces hizo en vida. Gabo colgó el cartel de “cupo lleno” en la sala Juan Rulfo igual que en 2007 cuando dijo aquello de: “¡Cuánto queremos a Álvaro Mutis!”.
 Porque como contó su amiga y escritora Ángeles Mastretta “morirse no será lo suyo, morirse para García Márquez va a ser más difícil de lo que lo fue para Aureliano Buendía”.
El escritor volvió al corazón de la FIL, que tantas veces visitó en vida, convertido en un ser inmortal. Volvió a arrancar los aplausos de sus últimas visitas, que hoy hay que buscar en Youtube y que de tan largos y tan sonoros hacían que el escritor se llevara la mano la cara en señal de vergüenza, como un niño que no acepta los elogios
. Al igual que aquella vez en 2008 en la que llegó, se sentó al lado de Fuentes y sonrió.
 Eso le bastaba para enamorarlos a todos.
"Somos la mesa más afortunada del mundo", dijo Claudio López de Lamadrid, director editorial de Penguin Random House, al comienzo del homenaje.
 Entonces se dejó de hablar de García Márquez, muerto en abril de este año, y se empezó a hablar del Gabo.
 Del periodista, el escritor, el amigo, el maestro.
 Del "peor conductor del boom y del postboom" y del que nunca se perdía una "parranda vallenata". De aquel que en las cenas pedía pescado y una copa de champaña y al terminar preguntaba:
"Y ahora, ¿dónde la seguimos?".
El sueño no cumplido del escritor era fundar el mejor periódico de América Latina
Jaime Abello Banfi, director de la Fundación Nacional de Periodismo Iberoamericano (FNPI) que el propio escritor fundó, contó la historia de éxito de un fracaso, un capítulo poco conocido del hombre del que se cree que ya se sabe todo. Gabriel García Márquez vivió con la obsesión de fundar un periódico.
“No quiero que se me recuerde por Cien años de soledad ni por el premio Nobel, sino por el periódico
. Nací periodista. Quiero que hagamos el mejor diario de América Latina (...) que nunca nos rectifiquen”, le dijo una vez a su colega antioqueño Darío Arizmendi, tal y como recoge éste en su libro Gabo no contado, publicado este año.
Lo más parecido a cumplir su sueño llegó cuando tenía 24 años, un año antes de escribir La Hojarasca.
Fundó Comprimido, un diario gratuito que salió a las calles de Cartagena de Indias durante seis días en 1951
. El último editorial, de su propia mano, decía así: "Comprimido dejará de circular desde hoy, aunque solo de manera aparente. (...) Desde este mismo instante, éste empieza a ser el primer periódico metafísico del mundo".
"Gabito fue un hombre perseverante, que se preocupaba por educar, un hombre muy pragmático, él era 90% de realismo y 10% de mágico.
 Al final nunca pudo hacer el periódico, pero creó una fundación para que alguien, algún día, haga el periódico que soñó", remató Abello Banfi.
Gabito era 90% de realismo y 10% de mágico
JAIME ABELLO BANFI
Las anécdotas las fueron poniendo uno a uno el escritor y guionista cubano Senel Paz, la Secretaria General Iberoamericana, Rebeca Grynspan, la editora del Grupo Planeta Doris Bravo, la editora española Pilar del Río, el escritor colombiano Jorge Franco o la directora general del Instituto Nacional de Bellas Artes de México, María Cristina García Cepeda, que recordó como el autor decía que "Cien años de soledad es un vallenato de 400 páginas y El amor en los tiempos del cólera un bolero de 380".
Las palabras del Nobel vuelven a llenar hoy Guadalajara como antes lo llenaban sus silencios. García Márquez vuelve un año más a marcar la salida de la fiesta de la literatura.
 No hay Feria del Libro sin Gabo.

 

En la tribu del nuevo Cervantes........................................................... Javier Rodríguez Marcos

Juan Goytisolo escribe a mano y tiene problemas para encontrar quien le entienda la letra.

El escritor Juan Goytisolo, en la puerta de su casa en Marrakech. / Bernardo Pérez

“Ahí vive una adivina”, dice Juan Goytisolo señalando una puerta en la calle rosada que lleva a su casa. “Yo desconfío de sus facultades. Su marido dejó una noche la moto en la calle y se la robaron: no supo adivinarlo”.
 Lo cuenta y sigue caminando sin subrayar el chiste. Así es el nuevo premio Cervantes, un barcelonés de 83 años que de lejos ejerce de intelectual exigente, malhumorado incluso, pero de cerca gasta un humor soterrado tirando a conceptista.
En el patio de su casa hay dos árboles que dan a la vez naranjas y limones.
“Alguien que vino de visita dijo que era híbrido, como el dueño”, relata el anfitrión, con un pie en cada orilla del Mediterráneo. Mudéjar a su modo antes del boom del multiculturalismo y escritor posmoderno cuando España no era ni siquiera moderna, el autor de Señas de identidad dejó Barcelona por Francia en 1956 y Francia por Marruecos en 1997.

En los años ochenta exorcizó a cuchillo —en Coto vedado y En los reinos de taifa, sendos hitos del memorialismo español— su abandono del realismo social y, de paso, el dilema entre su homosexualidad y el amor por la escritora Monique Lange.
 La muerte de ella en el otoño de 1996 le dejó un vacío gigantesco que trató de colmar releyendo toda la obra de su mujer.
 Hace poco volvió a su novela más famosa, Casetas de baño, y ha prologado la reedición que acaba de lanzar Ediciones del Taller del Libro.
 Tiene un ejemplar en la mesa de una de las salas que circundan el patio.
 Aunque atento a lo que hacen los jóvenes, Goytisolo dedica sus días a releer: “Acabo de terminar Los inocentes,de Hermann Broch. Antes, todo Flaubert y todo Dostoievski.
Ya no puedo leer tan seguido como antes: seis, siete horas. La vista no me aguanta. Soy un viejo. Por eso los niños del barrio corren a besarme la mano cuando me ven”.
Autor de dos docenas de novelas, ensayos y libros de viajes, Goytisolo sostiene que se ha jubilado como novelista.
 Sigue, eso sí, escribiendo. Hace dos años publicó los nueve poemas que forman el libro Ardores, cenizas, desmemoria, pero avisa de que ya se acabó esa “polinización”.
 Siempre ha escrito a mano —”no sé ni usar la máquina de escribir”— y lamenta que casi nadie le entienda la letra.
 Su cómplice con el ordenador y el correo electrónico es ahora Ricard Parise, un instructor de esquí que vive en Marrakech: “Escribo los artículos de EL PAÍS separando las letras para que lo tenga más fácil
. Cuando se va a trabajar a Suiza quedo aislado durante semanas”. Entonces los dicta a las secretarias del periódico.
Comparte casa y vida con la familia de su amigo Abdelhadi
El jurado que el lunes pasado le concedió el Cervantes dijo que el autor de Las semanas del jardín es de “nacionalidad cervantina”. “El Quijote lo releí cuando cumplí 80 años”, cuenta él. “Lo leí por primera vez a los 25 y eso demuestra lo despistado que andaba.
 Luego con 40, con 60 y con 80”. Ahora anda en los mundos de Santa Teresa de Jesús. Acaba de llegar de París, donde estuvo ayudando a su traductora —Aline Schulman, traductora también de Cervantes— con unas versiones de la mística de Ávila: “Voy a menudo a Francia. Allí veo a la hija de Monique y a su nieta, que es una cineasta muy conocida”.
 La hija es Carole, la niña que atravesaba En los reinos de taifa. La nieta, Mona Achache, directora de La elegancia del erizo.
Sin olvidar a su hermano menor, Luis, con el que habla por teléfono “con frecuencia” y al que acaba de releer también —“Recuento me parece una de las grandes novelas del siglo XX”—, el resto de su clan es la familia de su amigo Abdelhadi.
 Con ellos comparte casa y vida. Un hijo de este y dos sobrinos centran, de hecho, las preocupaciones de Goytisolo:
 “Yo más que de familia hablaría de tribu”. En la educación y el futuro de esos tres muchachos pensó cuando recibió la llamada del ministro de Cultura anunciándole el premio
. En sus planes no estaba rechazarlo. El que rechazó fue el Internacional de Novela que le concedieron en 2008.
 Cuando supo que el dinero —150.000 euros; el Cervantes son 125.000— procedía de la fundación Gadafi, dijo que no: “Venía de un régimen.
 Los otros son distintos aunque mi sensación siempre es ambivalente”. Se refiere, sobre todo, al Nacional de las Letras que recibió ese mismo 2008: “Aunque lo de nacional me suena casi a ofensa, las razones del jurado son un reconocimiento a mi trabajo que agradezco
. Por otro lado, lo institucional no cuadra demasiado con mi vida. Vivo al margen”.
“Lo institucional no cuadra demasiado con mi vida”, dice el autor
Al margen y en silencio. “Cuando quiero ruido me voy a la plaza”, dice Juan Goytisolo levantándose para ir a la calle justo cuando llega Halid, de 16 años, el menor de la casa, que lo saluda con un beso en la cabeza.
 La plaza es, por supuesto, la de Xemaá-el-Fná, declarada patrimonio inmaterial de la humanidad por la Unesco gracias a la lucha del novelista español para preservarla de la especulación inmobiliaria. “Antes Marrakech era una ciudad con turistas, hoy es una ciudad turística”, dice. “Con sus ventajas y sus inconvenientes. Ahora, por ejemplo, es más abierta que Tánger”.
Él llegó aquí por primera vez en 1976 y se pasó seis meses estudiando el árabe dialectal: “Para que la gente no me hablara en francés decía que solo hablaba español y ‘un poquito’ de árabe”. Desde el Café de France, del que es habitual, la plaza sigue siendo un pandemonio de tenderos y titiriteros, pero echa de menos a Abdeslam, apodado Saruh, el cohete, un extravagante juglar que le inspiró Makbara.
 Murió hace años. La novela se publicó en 1980. Pocos meses más tarde, Goytisolo se compró la casa del callejón rosado en la que hoy ejerce de “anciano jefe de la tribu”.

 

29 nov 2014

El Lenguaje más querido.................................Omar Lara

EQUIVALENCIAS.
(El contenido de esta publicación es inédito en su totalidad)

Fernando Rielo Foundation

Director :Justo Jorge Padrón.

El Lenguaje más querido
es el que nombra tu nombre

uno de los miles de nombres
conocidos y por saber
el lenguaje más querido 
fue el que una vez te dijo adiós
el que te llamó sin sentido
fue el que te llamó sin sentido 
fue el que una vez te encontró
el lenguaje más querido
no tiene sílabas ni música
se dice pero no se escucha
se siente pero no sé dónde
el lenguaje más querido 
que te hallará sin que lo sepas
es el que ando buscando
y si te llamo y tú no oyes
con un lenguaje que me viene
quiere decir que aún no es él
que no es todavía el querido
el inimitable lenguaje.