Un Blues

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Del material conque están hechos los sueños

20 nov 2014

Asesinado el actor Koldo Losada en Bilbao y detenida su pareja

Asesinado el actor Koldo Losada en Bilbao y detenida su pareja.

 

Koldo Losada en una fotografía de la página web de su representante.

El cuerpo sin vida del actor vasco Koldo Losada, de 54 años, ha sido hallado en la noche del miércoles en su domicilio en Bilbao con un fuerte golpe en la cabeza.
 La Ertzaintza ha detenido horas después a su expareja sentimental, un varón de también 54 años, como principal sospechoso del crimen.
 La víctima había nacido en la localidad vizcaína de Getxo y como actor trabajó en series tan conocidas como Amar en tiempos revueltos, Cuéntame, Águila Roja, Los hombres de Paco, Aída o Gran Reserva.
El cuerpo fue hallado en la noche por un conocido suyo, que se acercó a su domicilio en Bilbao.
 Le alertó el extraño comportamiento que mostró su expareja horas antes.
La Ertzaintza halló el cadáver en el suelo del pasillo.
En un contenedor de basura próximo a la vivienda se localizó el cadáver del perro que tenía la pareja, así como diversos objetos presumiblemente relacionados con los hechos.
Vecinos del fallecido han relatado que la pareja se estaba separando y el presunto autor del crimen estuvo este miércoles sacando cuadros de la vivienda.
Vecinos del fallecido han relatado que la pareja se estaba separando
El arrestado, también de 54 años y que convivía con la víctima, se encuentra en dependencias de la Ertzaintza a la espera de ser puesto a disposición judicial.
El fallecido intervino en una larga lista de series, entre las que también se encuentran, Bea, Policías, El Secreto del Puente Viejo o la serie en euskera emitida por ETB-1 Goenkale.

Ha muerto una desconocida............................................ Ana R. Cañil

En el otoño-invierno de 2010, la duquesa de Alba decidió poner en orden sus recuerdos.

Nicolás Aznárez.

“No me consta que durante el bautizo del príncipe Felipe, la reina Ena [Victoria Eugenia], mi madrina, dijera a Franco aquello de ‘General; ahora ya tiene tres Borbones para elegir’, pero le voy a contar una cosa que no he dicho hasta ahora.
Cuando salimos del bautizo del príncipe, yo la tuve que esperar, porque ella se quedó mucho tiempo hablando con Franco en un salón, a solas
. Cuando subió al coche y arrancamos hacía Liria, me dijo: ‘Será Juanito’.
 Se refería a que sería don Juan Carlos, su nieto, el elegido por Franco para restaurar la Monarquía y no don Juan, su hijo”.
En la salita privada del palacio de Liria se produjo un silencio.
 Quienes la escuchábamos, la miramos perplejas.
 Una mano paró el magnetofón que grababa los recuerdos de Cayetana Stuart y Silva.
 “Pero ese detalle es importante ¿por qué no lo ha contado antes?”. “Bueno”, respondió la duquesa, encogiéndose de hombros, “era una confidencia de la reina Ena, la abuela de don Juan Carlos I y mi madrina.
 Y la verdad es que tampoco nadie me lo ha preguntado”.
Era el otoño-invierno de 2010 y la duquesa de Alba había recuperado su energía tras levantarse de la silla de ruedas, que la tuvo atada durante muchos meses.
 Peleaba en todos los frentes para casarse por tercera vez.
 En ese contexto, decidió que ya era el momento de poner en orden sus recuerdos, a los que no quiso llamar memorias.
 La duquesa llevaba un riguroso orden de todo, absolutamente todo, lo que se publicaba sobre ella desde hacía décadas y décadas
. Lo encuadernaba en tomos rojos, azules y los últimos, en verde.

“La noche en que nací, aquí, en Liria, mi padre estaba cenando con Marañón, Ortega y Gasset y Ramón Pérez de Ayala
. Un doctor, un filósofo y un escritor
. Cuando Marañón le dijo que era una niña y que todo estaba en orden, se fumó un puro e invitó a todos a brandy.
 Era la 1.45 de la mañana y dijo que no le importaba que fuera una chica
. Lo importante es que estuviera bien.
 Yo no había nacido cuando mi padre trajo a España a Keynes, pero sí me acuerdo de Howard Carter, otro gran amigo de él, que descubrió la tumba de Tutankamón”
. Churchill, que era primo de su padre, la impresionaba mucho cuando iba a cenar a la Embajada de España en Londres, donde el duque de Alba ejerció de embajador de Franco:
“Tenía un vozarrón y un carisma tan impresionante que todo el mundo se callaba en cuanto abría la boca.
 Durante los bombardeos de Londres, en la II Guerra Mundial, me felicitaba por lo valiente que era y por no tener miedo”.
De ahí desplazaba sus recuerdos a EE UU, para hablar de los hijos de Joseph y Rose Kennedy, entre los que se encontraba el futuro presidente de los EE UU:
 “Entonces ninguno de nosotros podía imaginar que muchos años después, ya muerto John Kennedy, su mujer Jackie y yo nos hicieramos amigas.
 En Dueñas tengo un cuadro que pintó en los días que estuvo conmigo
. Tonteó con Joaquín Garrigues.
 Eran dos viudos magníficos. Hubieran hecho una buena pareja, pero no cuajó”.
Pese a tanto glamour, la vida british que le trató de imponer su padre no funcionó con ella. La historia volvió a echarle una mano cuando Franco y Jacobo Stuart se pelearon (“Mi padre comprendió que el general no tenía intención de restaurar la Monarquía y dejó la embajada de Londres”)
. Y regresó al sol de Sevilla, los toros y los toreros, para acabar en boda con un tipo serio, del gusto de su adorado padre, Luis Martínez de Irujo.
Cayetana de Alba desgranaba recuerdos, unas veces en Liria, otras en Dueñas y siempre hablaba con normalidad, como si lo habitual fuese organizar el primer desfile de Dior en España en Liria, en aquel Madrid gris y triste de los años sesenta.
 O dejar mudo a su hijo Carlos, el mayor, cuando se encontró a Audrey Hepburn desayunando en el comedor del palacio madrileño, por donde desfilaron desde Charlton Heston hasta Sofía Loren. “Era normal, pero más importante para mí resultaba aún que viniera mi gran amigo, Arthur Rubinstein”.
La muerte de Irujo, jefe de la casa real de la reina Victoria Eugenia, fue un golpe que abrió lo que los Alba conocen como El interregno, el periodo hasta su boda con Jesús Aguirre, excura, progresista, amigo de los socialistas, “culto, divertido, inteligente y que estudió con Ratzinger”.
No había suficientes palabras en la boca de Cayetana para poner en valor a Aguirre.
Se abrió otro mundo para ella, volvieron los intelectuales y escritores a pasear por Liria, como en los tiempos de juventud de su padre, sin importar los colores o las ideas.
Hasta que se aburrió. “He levantado Liria. Es mi obra y he preservado el patrimonio de esta casa, que comenzó a fraguarse hace 600 años
. He cumplido con el legado, el encargo que me dejo mi padre; no soy una intelectual, pero amo la música, la pintura, la lectura. Todas las artes.
 Sólo he fracasado en el canto, aunque lo intenté de muy pequeña”.
Tres cosas torturaban los últimos años de la 18ª duquesa de Alba: no haber sido buena madre, “aunque he hecho lo que sabía o podía”; saber si Dios la perdonaría sus pecados, aunque tenía una bula papal de Pio XII guardada en su mesilla; y no estar segura de que su legado, la Casa de Alba, sobrevivirá con sus hijos.
Ana R. Cañil es periodista. Redactó los dos tomos de recuerdos de la duquesa de Alba

 

Fallece Cayetana Fitz-James Stuart » Muere la duquesa de Alba................ Mábel Galaz

Muere la duquesa de Alba / Atlas / José Manuel Vidal

Cayetana Fitz-James Stuart y Silva ha muerto a los 88 años en Sevilla, la ciudad en la que vivió sus últimos años y en la que se casó por tercera vez, en el que fue su penúltimo acto de rebeldía
. Catorce veces Grande de España, era la jefa de la Casa de Alba y una destacada figura de la vida social pero, por encima de todo, un personaje único e irrepetible que no dejaba a nadie indiferente. Nació en un palacio, el de Liria en Madrid, pero siempre le gustó pisar la calle y desafiar los convencionalismos
. Lo hizo hasta el final de sus días. Fue una mujer de rompe y rasga.
Lo primero que hicieron los Alba  tras el fallecimiento fue comunicarlo a los Reyes, don Felipe y doña Letizia.
 La noticia de la muerte fue anunciada públicamente por el alcalde de Sevilla, Juan Ignacio Zoido, dado que este ayuntamiento se va a encargar de la organización de parte de las pompas fúnebres. "Doña Cayetana siempre llevó a Sevilla en el corazón y por eso permanecerá para siempre en el corazón de Sevilla. Descanse en paz", decía el regidor en un tuit.

La familia -los seis hijos de la duquesa; su actual marido, Alfonso Díez, además de sus nietos- estaba reunida en el Palacio de Dueñas, desde donde el cuerpo de la duquesa ya ha sido trasladado hacia la capilla ardiente, que ha quedado instalada en el salón Colón del Ayuntamiento hispalense, el espacio más amplio de la casa consistorial.
 El féretro, sobre el que ha sido colocado el escudo de la casa de Alba, fue introducido en el Ayuntamiento por los nietos y familiares de la duquesa.
 El Consistorio ha decretado un día de luto.
El funeral será oficiado este viernes por Carlos Amigo, arzobispo emérito de Sevilla.
 El cuerpo de María del Rosario Cayetana Alfonsa Victoria Eugenia Francisca Fitz-James Stuart y de Silva será incinerado.
 Parte de las cenizas serán depositadas en una caplila lateral en la iglesia del Cristo de los Gitanos, a cuya hermandad pertenecía la duquesa, y el resto será colocado en el monumental panteón de la Casa Ducal de los Alba, en la localidad madrileña de Loeches.
Llegada del féretro de la duquesa al Ayuntamiento de Sevilla. / ALEJANDRO RUESGA
El rey Felipe VI ha llamado por teléfono al viudo de la duquesa de Alba, Alfonso Díez, y al duque de Huéscar, Carlos Fitz-James Stuart --prigonénito de la fallecida-- para expresar sus condolencias por la muerte de Cayetana Fizt-James Stuart. Además, los Reyes, don Felipe, doña Letizia, don Juan Carlos y doña Sofía han enviado coronas a Sevilla.
 El presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, expresó su pésame y el del Gobeirno a la familia por el óbito en un comunicado en el que destaca su faceta de mecenas y custodia de un patrimonio histórico y artístico excepcional.
"Si yo no me meto en la vida de nadie, que no se metan en la mía", argumentó para poder casarse con Alfonso Díez, con el que el 5 de octubre pasado cumplió tres años de matrimonio.
 Una unión a la que sus hijos se opusieron inicialmente.
 Pero todo cambió cuando los asuntos de la Casa de Alba estuvieron resueltos.
 Se fijó por escrito la partición de los bienes, las sociedades, las tierras, las casas –que ascienden a un valor entre los 600 y los 3.000 millones de euros–, y quedó claro que el último duque de Alba renunciaba a casi todo y se comprometía a cuidar hasta el final de sus días a la aristócrata.
Cayetana de Alba repartió la herencia de manera desigual entre sus seis hijos todos ellos nacidos de su matrimonio con Luis Martínez de Irujo- Carlos, Alfonso, Jacobo, Fernando, Cayetano y Eugenia. También se acordó de su nieto mayor Carlos Fitz-James Stuart al que dejó el palacio de Dueñas
. Sus dos hijos mayores serán los principales encargados de la Fundación Casa de Alba, obligados a conservar y mantener todo su legado histórico y monumental. Cayetano se queda con el palacio de Arbaizenea, en San Sebastián, y el cortijo de Las Arroyuelas, gran latifundio sevillano
. Eugenia hereda la mansión de Ibiza y otro Cortijo en Sevilla, mientras que Fernando y Alfonso contarán con la mansión de Las Cañas, en Marbella, y la finca, antiguo castillo, de El Tejado, en Salamanca.
 Quien no ha obtenido más que unas fincas rústicas han sido Jacobo, sin duda, el más perjudicado por el reparto.
 La decisión provocó el distanciamiento entre madre e hijo que recientemente se resolvió.
Mantener el legado de la Casa de Alba fue una de las grandes preocupaciones de la duquesa. Jesús Aguirre, casado en segundas nupcias con Cayetana fue su gran apoyo en esta tarea, restauró gran parte de la colección pictórica y lo hizo en colaboración con Rafael Alonso, conservador del Museo del Prado, que desde el año 1978 se ocupó de cuidar las grandes obras de la Casa
. En 2012 y con el apoyo del Ayuntamiento de Madrid, Cayetana de Alba mostró parte de su tesoro en una exposición bajo el nombre de "El legado de la Casa de Alba. Mecenazgo al servicio del arte". Se exhibieron 150 obras maestras -con lienzos de Tiziano, Ribera, Rubens, Zurbarán, Renoir, Chagall, Madrazo y Zuloaga- entre las que destacan la pintura sobre tabla La Virgen de la granada, de Fra Angélico, realizada entre 1430-1440, y el Retrato de la duquesa de Alba de blanco, de Francisco de Goya, que data de 1795.
El público pudo contemplar, además, una colección de cartas manuscritas por Cristóbal Colón, entre ellas la que incluye un boceto suyo sobre la isla a la que llegó y bautizó como La Española, así como un Nobiliario de Indias, donde se inventariaron los títulos y privilegios concedidos a los conquistadores, indígenas y también ciudades de América, en un repertorio documental excepcional.
La reconstrucción del palacio de Liria de Madrid fue otra de las misiones de la duquesa tras recibir el testigo que le cedió su padre, muerto en 1953.
En una habitación de este palacio nació ella, un 28 de marzo de 1926.
 Fue la primera y única hija de Jacobo Fitz-James Stuart y Falcó, XVII duque de Alba y María del Rosario de Silva y Gurtubay, X marquesa de San Vicente del Barco.
Tuvo como padrinos de bautismo al rey Alfonso XIII y a su esposa la reina, Victoria Eugenia. Desde muy joven fue una mujer de mundo y vivió mucho tiempo en el extranjero.
Al estallar la Guerra Civil residió en París y luego en Londres, donde frecuentó a quién luego sería la reina Isabel. Habla inglés, francés, alemán e italiano.
Debido a su vida social y a su interés por el arte, Cayetana se relacionó con múltiples artistas y personalidades, desde Jackie Kennedy hasta Grace Kelly e Yves Saint Laurent.
 Ella misma contó que Picasso quiso que fuera su modelo para una nueva versión del cuadro La maja desnuda, pero el proyecto no prosperó por la oposición de su marido Luis Martínez de Irujo.
Eso sí, siendo niña fue retratada sobre un poni por Zuloaga.
Una de sus grandes pasiones fue el flamenco y destacó por sus dotes para el baile teniendo como maestro, entre otros, a Antonio el bailarín.
Sus últimos días los pasó en su casa de Dueñas donde su tercer marido le instaló una pantalla de cine para que disfrutara de una de su grandes aficiones.
Frente a ella vio sus películas favoritas, entre las que están Retrato en negro, de Lana Turner y Anthony Quinn; Gigante, con Rock Hudson, Elizabeth Taylor y James Dean, y Lo que el viento se llevó, con Vivien Leigh, Clark Gable y Olivia de Havilland.
 Se marchó sin rendirse, pensado que todavía tenía mucha vida por delante y tiempo para seguir siendo la rebelde que siempre fue.

19 nov 2014

Emilio Lledó, el universo es la palabra

Voz, lenguaje, palabra, diálogo, literatura, libro, lectura, imaginar…
 La evolución del ser humano en ocho pasos que conforman su ADN esencial en el pensar y en su manera de conformar la realidad y ver el mundo, la vida. El ADN de ese rastro lo recuerda y explora constantemente Emilio Lledó, que ha obtenido hoy el Premio Nacional de las Letras Españolas
 Es parte de su propio ADN como filósofo, intelectual y escritor atento a la manera como las personas modelan el mundo a través del lenguaje oral o escrito.
 “En el mundo de la realidad, estamos; pero en el mundo del lenguaje, de los libros, somos”, dijo hace unos meses en la Feria del Libro de Madrid.
Y la concepción de ese ciudadano y ese mundo en sus palabras ya escritas es:
Habla: Lo primero fue el habla.
 Una necesidad de sentir la compañía de los otros, de arrancarse de la originaria soledad, de emitir sonidos que la lengua fue articulando, modulando, convirtiendo en palabra.
Lenguaje: El lenguaje es ya un universo cuyas constelaciones, cuyo ritmo y movimiento, se ha transformado en el ser que somos, en las manos con que amasamos el mundo de las relaciones humanas, de las verdades y mentiras que podríamos fabricar con él: un inmenso espacio intermedio entre cada individuo, entre el
mundo de la consciencia y el mundo de las cosas”.
Palabras: Las palabras que miramos, que leemos, nos bañan en sus sentidos porque las vemos discurrir mientras nuestras manos las sienten pasar, y acarician su paso en el tiempo desde el que son nuestras. El libro se convierte así en una morada, en un espacio que habitamos y que, como nuestras casas, más allá de los determinados tiempos en los que las vivimos, prestan una forma de continuidad, de reencuentro y pervivencia a cada existir.
Literatura: La literatura no es sólo principio y origen de libertad intelectual, sino que ella misma es un universo de idealidad libre, un territorio de la infinita posibilidad. Los libros son puertas que nadie podría cerrarnos jamás, a pesar de todas las censuras.
Lectura: La lectura, los libros, son el más asombroso principio de libertad y fraternidad. Un horizonte de alegría, de luz reflejada y escudriñadora, nos deja presentir la salvación, la ilustración, frente al trivial espacio de lo ya sabido, de las aberraciones mentales a las que acoplamos el inmenso andamiaje de noticias siempre las mismas, porque es siempre el mismo nuestro apelmazado cerebro.
Vivir: Las silenciosas páginas que esperan a sus lectores muestran, entre otras cosas, que vivir es dialogar, entender, soñar, interpretar.