A ver, así a simple vista prefiero el discurso de Mas al de Junqueras.
No sé quié le dió el puesto de lider de Ezquerra, pero no sabe que los políticos cuando se exponen son como los anuncios de nuevos coches y toddos desean tener el mejor esteticamente, más tarde explican todo lo que llevan.
Pues en el caso de unas complicadas elecciones es igual.
Jamás miraría primero a Junqueras con ese rostro poco amable y antípático, si es por eso prefiero a Rovira porque sabe sonreir y reir y diciendo cosas con las que no estoy de acuerdo prefiero a Carod Rovira.
No me gusta Junqueras. 1º veo un hombre feo y gordo, y mal peinado y mal vestido, no debe tener asesor de imágen, yo me ofrezco, hasta decirle cuando debe poner una pequeña sonrisa amable.
Esa 1ª Impresión vale mucho, no que siempre esté enfadado y quiera ser independiente de los españoles, por mi, particularmente puede serlo.
Pero mientras no pongan a otro no cambiará la actitud contra los independentistas, ¿Se ima ginan un lugar poblado por gordos, feos, mal vestidos y siempre de malhumor? pues no me apetece, miren lo que pasó en el Gobierno de Aznar, cuanto más feos fueron más tontos y más arrogantes y desde ahi empezó la corrupción.
Yo seré feo y bajo y gordo, pero tengo todas las tarjetas opacas del Pais y mi coche es el mejor de todos.
Sustituyen la parafrenalia de su poco o nada agraciado físico con "cosas" igual se compran todo lo del rincón del coleccionista" Son Feos y Horteras.
Miran a Rita Barberá, cada vez más gorda, pero sus bolsos son de 4.000 Euros , y más.
La Reina Letizia, desde que fue novia del príncipe está todo el dia en un quirofano estético, vaya que es una anorexica pero cree que la cara artificial le borra ese malhumor constante, y porque no quiere ser gorda cada dia está en los huesos sobre los que se pone unos vestidos carísimos.
Pues ya lo saben, empiecen por cambiar su estilo, luego dejen de robar, y quuizás así se pueda hablar...
.Ah no olviden sonreir siempre, miren a Rajoy con esa cara de espmo porque no entiende nada pero ese no tiene remedio.
Empiecen a cambiar tomen ejemplo.....
13 nov 2014
Andy Warhol y la subasta más cara de la historia: 682,3 millones de euros
'Triple Elvis' y 'Cuatro Marlons' se vendieron por 65,7 y 55,8 millones de euros.
El maestro del pop art Andy Warhol dominó la noche del miércoles una multimillonaria subasta de Christie's, al vender su Triple Elvis por 65,7 millones de euros y Cuatro Marlons por 55,8, aunque no se sumó a la lluvia de récords que sí afectaron a artistas como Roy Lichtenstein, Cy Twombly
y Martin Kippenberger
. Pero, sin duda, la que más brilló en la puja dedicada a arte contemporáneo fue la propia casa de subastas: llegó hasta los 682,309,600 millones de euros
. Marcó un récord para la casa y superó, por mucho, a su competidora Sotheby's, que no rebasó los 320,9 millones.
Más de 120 millones del total tuvieron un solo nombre: Andy Warhol. Y es que desde que un genio como Francis Bacon consiguió el récord del cuadro más caro jamás subastado por su estudio sobre Lucien Freud de 1969, parece que la doble presencia célebre es una garantía de éxito para las subastas. Warhol, quien recurriera a los iconos más populares para hacer arte para las élites, se sumó a esta fórmula y volvió a demostrar el tirón económico de sus reconocibles propuestas, con las que quiso burlarse del arte pero que acabó sucumbiendo a las reglas del mercado.
No alcanzó el récordo superior a los 80 millones logrado con Silver Car Crash, pero reinó en una noche en la que las cifras fueron estratosféricas.
Por su Triple Elvis se vivió una tensa puja de seis minutos coronada con una ovación.
El rey del rock por partida triple alcanzaba más de 65 millones.
Otro rey, esta vez del celuloide y esta vez por partida doble, se hacía con casi 56
. Era Marlon Brando en su pose de chico rebelde en una imagen promocional de la película Salvaje, filtrada por la mirada de Warhol. También su Mona Lisa, su versión del cuadro de Leonardo Da Vinci, se vendió por 4,7 millones.
Frente a su éxito, el relativo fracaso de la Figura sentada de Francis Bacon, que consiguió apenas llegar a las estimaciones más bajas, que fueron 32 millones.
El estadounidense Cy Twombly alcanzabó su récord en subasta, 55,8 millones, pagados por su pizarra a gran escala. No fue el único artista que alcanzó su máximo histórico en la velada, se lograron once.
Entre ellos, se vendió por 24,3 millones Smash(es), de otro estadounidense, Ed Ruscha; por 18 un cuadro sin título del alemán Martin Kippenberger, y por 15 Pine House (Rooms for Rent), del escocés Peter Doig.
La artista Cindy Sherman, con sus Capturas de películas sin título, también rebasó su marca precedente, ya que se adjudicó por 5,3 millones, Arshile Gorky hizo lo propio con los 7,1 de Child's Companions. George Baselitz, con Der Brückechor, también se superó a sí mismo al lograr 5,9 millones, y lo mismo Seth Price, aunque está menos cotizado, lo consiguió con 629.549 euros. Roy Lichtenstien, el compañero de arte pop de Warhol, colocó por 3,5 millones un dibujo, Hot Dog, alcanzando récord en este formato. Además, tuvo otras ventas que superaron el millon de dólares, como 10 cents (por 2,1 millones) o Frighten Gril (2,7 millones).
Y así, pese a que parecía que el ritmo de subastas de otoño suponía una desaceleración de la burbuja del arte, Christie's volvió a desorbitarse
. "Esta fue una venta de extraordinaria calidad y variedad, con cada gran artista representado por al menos una obra maestra", dijo Brett Gorvy, Presidente y Director Internacional de Arte Contemporáneo y de Post-Guerra. "El resultado de la venta alcanzado esta noche es un hito y un reflejo del entusiasmo creciente y el crecimiento de la demanda mundial de esta categoría; también un signo de la confianza en el mercado del arte".
Algo que compartió Steven Murphy, consejero delegado de Christie
: "Este es realmente un momento clave en la historia del arte. El resultado de la subasta es un testimonio del profundo interés por el arte en todo el mundo, y del talento del equipo de Christie's. Esta venta puede haber producido un llamativo número, la asistencia récord a los museos de arte y el récord de ventas en Christie's en todos los continentes, en todos los ámbitos y niveles de precios demuestra que disfrutar de las obras de arte se ha convertido en una búsqueda universal en nuestro tiempo ".
. Pero, sin duda, la que más brilló en la puja dedicada a arte contemporáneo fue la propia casa de subastas: llegó hasta los 682,309,600 millones de euros
. Marcó un récord para la casa y superó, por mucho, a su competidora Sotheby's, que no rebasó los 320,9 millones.
Más de 120 millones del total tuvieron un solo nombre: Andy Warhol. Y es que desde que un genio como Francis Bacon consiguió el récord del cuadro más caro jamás subastado por su estudio sobre Lucien Freud de 1969, parece que la doble presencia célebre es una garantía de éxito para las subastas. Warhol, quien recurriera a los iconos más populares para hacer arte para las élites, se sumó a esta fórmula y volvió a demostrar el tirón económico de sus reconocibles propuestas, con las que quiso burlarse del arte pero que acabó sucumbiendo a las reglas del mercado.
No alcanzó el récordo superior a los 80 millones logrado con Silver Car Crash, pero reinó en una noche en la que las cifras fueron estratosféricas.
Por su Triple Elvis se vivió una tensa puja de seis minutos coronada con una ovación.
El rey del rock por partida triple alcanzaba más de 65 millones.
Otro rey, esta vez del celuloide y esta vez por partida doble, se hacía con casi 56
. Era Marlon Brando en su pose de chico rebelde en una imagen promocional de la película Salvaje, filtrada por la mirada de Warhol. También su Mona Lisa, su versión del cuadro de Leonardo Da Vinci, se vendió por 4,7 millones.
Frente a su éxito, el relativo fracaso de la Figura sentada de Francis Bacon, que consiguió apenas llegar a las estimaciones más bajas, que fueron 32 millones.
El estadounidense Cy Twombly alcanzabó su récord en subasta, 55,8 millones, pagados por su pizarra a gran escala. No fue el único artista que alcanzó su máximo histórico en la velada, se lograron once.
Entre ellos, se vendió por 24,3 millones Smash(es), de otro estadounidense, Ed Ruscha; por 18 un cuadro sin título del alemán Martin Kippenberger, y por 15 Pine House (Rooms for Rent), del escocés Peter Doig.
La artista Cindy Sherman, con sus Capturas de películas sin título, también rebasó su marca precedente, ya que se adjudicó por 5,3 millones, Arshile Gorky hizo lo propio con los 7,1 de Child's Companions. George Baselitz, con Der Brückechor, también se superó a sí mismo al lograr 5,9 millones, y lo mismo Seth Price, aunque está menos cotizado, lo consiguió con 629.549 euros. Roy Lichtenstien, el compañero de arte pop de Warhol, colocó por 3,5 millones un dibujo, Hot Dog, alcanzando récord en este formato. Además, tuvo otras ventas que superaron el millon de dólares, como 10 cents (por 2,1 millones) o Frighten Gril (2,7 millones).
Y así, pese a que parecía que el ritmo de subastas de otoño suponía una desaceleración de la burbuja del arte, Christie's volvió a desorbitarse
. "Esta fue una venta de extraordinaria calidad y variedad, con cada gran artista representado por al menos una obra maestra", dijo Brett Gorvy, Presidente y Director Internacional de Arte Contemporáneo y de Post-Guerra. "El resultado de la venta alcanzado esta noche es un hito y un reflejo del entusiasmo creciente y el crecimiento de la demanda mundial de esta categoría; también un signo de la confianza en el mercado del arte".
Algo que compartió Steven Murphy, consejero delegado de Christie
: "Este es realmente un momento clave en la historia del arte. El resultado de la subasta es un testimonio del profundo interés por el arte en todo el mundo, y del talento del equipo de Christie's. Esta venta puede haber producido un llamativo número, la asistencia récord a los museos de arte y el récord de ventas en Christie's en todos los continentes, en todos los ámbitos y niveles de precios demuestra que disfrutar de las obras de arte se ha convertido en una búsqueda universal en nuestro tiempo ".
Adiós al mercado de Fuencarral: el fin de un Madrid que no volverá..........................BORJA DOMÍNGUEZ
Lo que una vez Le Monde consideró “el mejor ejemplo del cambio cultural en España” se cerrará en el verano del 2015. Repasamos lo que ha significado para la juventud española.
Mercado de Fuencarral.
Cuando uno pasea actualmente por la calle Fuencarral de Madrid, no puede decir dos o tres elementos que la diferencien de cualquier otra calle comercial del mundo: peatonal, abarrotada, con tiendas de grandes cadenas mezcladas con alguna algo más desconocida, cafés servidos en serie y turistas haciendo fotos cargados de compras.
Lo normal en una
capital europea, más o menos.
Sin embargo, un hito marca una separación entre la nueva zona
peatonalizada y la zona de Fuencarral más clásica: el Mercado de
Fuencarral se levanta en el número 45 como un mamotreto de acero
personificando el pasado y el futuro de la zona comercial.
Las vistas desde allí han cambiado. Donde había negocios familiares, de toda la vida, como ferreterías o mercerías, ahora hay tiendas de zapatillas americanas y locales de decoración low-cost escandinavos
. Cuando en 1998 abrió el mercado bajo el lema “El centro comercial para los que odian los centros comerciales”, tocó el corazón de una incipiente juventud que llevaba algunos años poblando Malasaña, Chueca y alrededores en busca de precios bajos y vida alternativa.
Lo que en principio fue el motor de la aparición de las tiendas de segunda mano, la llegada de la ropa importada, las tiendas de tatuajes y piercings y los DJs de día ha acabado siendo el símbolo de esa Malasaña que ya no existe.
Su
cierre definitivo, en verano de 2015, será la fecha en la que la
gentrificación de esta zona madrileña pueda darse por completa.
El Mercado era, además, una de las primeras visitas obligadas de
aquellos adolescentes que llegaban a Madrid a estudiar una carrera, que
se arremolinaban alrededor como si del monolito de 2001: una odisea en el espacio
se tratara.
También atrajo al centro a los jóvenes de la periferia de la ciudad, que buscaban diferenciarse a través de la ropa, el peinado y los complementos en ambientes “normales”.
Era lo más cercano a Candem Town que tenía Madrid por entonces, y de su nacimiento surgieron hermanos pequeños, sobre todo en las calles Fuencarral y Hortaleza, que aprovecharon el flujo de personas en busca de lo alternativo para vender ropa de segunda mano e importada de Estados Unidos, Berlín, Londres o Tokio, auténticas mecas inalcanzables para casi todos.
Eran los tiempos de los piercings, las rastas, los tintes de colores y la ropa militar.
También era paso frecuente para recoger las nuevas y modernas revistas gratuitas de tendencias (con aBarna a la cabeza), que tenían allí el lugar perfecto para captar a su audiencia.
Con el paso de los años, la sensación era de que el mundo avanzaba y el Mercado no
.
Mientras Chueca ampliaba radio de acción y se comía parte de Malasaña y
la calle Fuencarral empezaba a establecerse como zona comercial para
todos los públicos con las primeras cadenas de ropa low-cost, el
edificio del número 45 seguía impertérrito, inamovible, con sus grafitti
en la fachada y sus cada vez más escasos clientes anclados en algún
lugar entre 1999 y 2003.
Lo que una vez Le Monde consideró “el
mejor ejemplo del cambio cultural en España”, y que incluso llegó a
abrir una sucursal en Valencia (que duró apenas dos años
abierto con ese nombre), se había convertido en un ejemplo más de
proyecto que nace con éxito arrollador pero que no sabe adaptarse al día
a día.
Tras varios anuncios de cierre, la semana pasada conocíamos la
noticia: el dueño del espacio, Ramón Matoses, había llegado a un acuerdo
para vender el espacio.
Poco ha trascendido del futuro del edificio.
Poco ha trascendido del futuro del edificio.
Los rumores apuntan a H&M y a Uniqlo, pero no hay nada confirmado.
La venta y posterior transformación en una tienda insignia de una gran
marca, algo que se da por hecho por las formas y el amplio espacio del
local, tiene sentido si uno vuelve a pasear por la calle Fuencarral hoy:
las tiendas de segunda mano y los locales de tatuajes y piercings han
dado paso a más cadenas de bajo coste, marcas globales y aspiracionales
españolas y extranjeras y espacios multimarca que son paso de turistas y
compradores
. El paso lógico era la homogeneización total de la calle
Fuencarral, donde ya no tienen espacio las propuestas pequeñas y
diferentes, pues ya es una de las calles con el metro cuadrado más caro
de España (entre 4.000 y 6.000 euros en 2012)
. Sí, un paso lógico, pero
no necesariamente bueno: el Mercado de Fuencarral marca sin duda el
final de una era de un Madrid que nunca volverá.
Marina Castaño, imputada por malversación
Una vez que se ha casado de nuevo deja de ser viuda de Camilo José Cela.
Marina Castaño,
viuda del Premio Nobel Camilo José Cela, será llamada próximamente a
declarar como imputada por los supuestos delitos de malversación,
estafa, apropiación indebida y fraude.
Los cargos contra Castaño figuran en la causa que se sigue contra ella en un juzgado de Padrón (A Coruña) por la gestión de los fondos de la fundación que lleva el nombre del escritor, con sede en la localidad natal de Cela y que su viuda presidió durante varios años
. En las mismas diligencias está imputado el que fue gerente de la fundación, Tomás Cavanna.
La declaración de Castaño ante el juzgado está ahora pendiente de que el fiscal del caso, Álvaro García Ortiz, presente un informe detallando las acusaciones contra ella.
El ministerio denunció hace dos años a la viuda del Nobel y a Cavanna tras comprobar que ambos habían derivado a una sociedad privada las devoluciones del IVA de la Fundación Cela, exenta de tributación, y habían cargado gastos privados a ese organismo, financiado en buena parte con fondos públicos.
Fue Lola Ramos, una vecina de Iria Flavia, el lugar donde nació Cela y está la sede de la fundación, la que presentó la denuncia inicial ante la Fiscalía de Galicia aportando diversa documentación
. El fiscal García Ortiz encontró indicios de que que la agrupación de interés económico Lengua y Literatura, constituida con un 80% de capital de la Fundación Cela y un 20% aportado por Marina Castaño, a través de otra sociedad que dirige desde su propia vivienda, denominada Letra y Tinta, gestionó las subvenciones de la Fundación Cela y abonó sus facturas, lo que pudo haberle permitido lograr "grandes cantidades de dinero en concepto de devolución de IVA".
En la denuncia también se indicaba que varios empleados que figuraban como trabajadores de la Fundación Cela y cobraban de ella sus nóminas "en realidad prestaban sus servicios en actividades privadas del matrimonio Cela".
Uno de ellos se encargaba del servicio del hogar en el domicilio privado de la viuda del escritor en Madrid.
Trabajadores de la Fundación llevaban años denunciando estos desvíos de fondos así como los gastos desorbitados tanto de Castaño como de Cavanna, contratado en su día para la fundación por el propio Cela y que con el tiempo se convirtió en el hombre de confianza de su viuda.
La crítica situación económica de la Fundación Cela llevó a la Xunta de Galicia -una de las entidades que contribuían a su sostenimiento- a rescatarla e incorporarla al patrimonio público en 2012.
La intervención pública provocó la salida de Castaño de la presidencia del organismo.
Los fondos de la Fundación, depositados en su sede de la Casa de los Canónigos de Iria Flavia, incluyen decenas de manuscritos y cartas de Cela, así como de otros escritores que mantuvieron contacto con él; una valiosa colección artística con pinturas de Picasso o Miró y objetos extravagantes que había reunido el Nobel a lo largo de su vida, como el último garrote vil empleado para una ejecución en España.
Los trabajadores del organismo también denunciaron en varias ocasiones a lo largo de los últimos años las deficientes condiciones de conservación de ese legado.
Los cargos contra Castaño figuran en la causa que se sigue contra ella en un juzgado de Padrón (A Coruña) por la gestión de los fondos de la fundación que lleva el nombre del escritor, con sede en la localidad natal de Cela y que su viuda presidió durante varios años
. En las mismas diligencias está imputado el que fue gerente de la fundación, Tomás Cavanna.
La declaración de Castaño ante el juzgado está ahora pendiente de que el fiscal del caso, Álvaro García Ortiz, presente un informe detallando las acusaciones contra ella.
El ministerio denunció hace dos años a la viuda del Nobel y a Cavanna tras comprobar que ambos habían derivado a una sociedad privada las devoluciones del IVA de la Fundación Cela, exenta de tributación, y habían cargado gastos privados a ese organismo, financiado en buena parte con fondos públicos.
Fue Lola Ramos, una vecina de Iria Flavia, el lugar donde nació Cela y está la sede de la fundación, la que presentó la denuncia inicial ante la Fiscalía de Galicia aportando diversa documentación
. El fiscal García Ortiz encontró indicios de que que la agrupación de interés económico Lengua y Literatura, constituida con un 80% de capital de la Fundación Cela y un 20% aportado por Marina Castaño, a través de otra sociedad que dirige desde su propia vivienda, denominada Letra y Tinta, gestionó las subvenciones de la Fundación Cela y abonó sus facturas, lo que pudo haberle permitido lograr "grandes cantidades de dinero en concepto de devolución de IVA".
En la denuncia también se indicaba que varios empleados que figuraban como trabajadores de la Fundación Cela y cobraban de ella sus nóminas "en realidad prestaban sus servicios en actividades privadas del matrimonio Cela".
Uno de ellos se encargaba del servicio del hogar en el domicilio privado de la viuda del escritor en Madrid.
Trabajadores de la Fundación llevaban años denunciando estos desvíos de fondos así como los gastos desorbitados tanto de Castaño como de Cavanna, contratado en su día para la fundación por el propio Cela y que con el tiempo se convirtió en el hombre de confianza de su viuda.
La crítica situación económica de la Fundación Cela llevó a la Xunta de Galicia -una de las entidades que contribuían a su sostenimiento- a rescatarla e incorporarla al patrimonio público en 2012.
La intervención pública provocó la salida de Castaño de la presidencia del organismo.
Los fondos de la Fundación, depositados en su sede de la Casa de los Canónigos de Iria Flavia, incluyen decenas de manuscritos y cartas de Cela, así como de otros escritores que mantuvieron contacto con él; una valiosa colección artística con pinturas de Picasso o Miró y objetos extravagantes que había reunido el Nobel a lo largo de su vida, como el último garrote vil empleado para una ejecución en España.
Los trabajadores del organismo también denunciaron en varias ocasiones a lo largo de los últimos años las deficientes condiciones de conservación de ese legado.
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