Un Blues

Un Blues
Del material conque están hechos los sueños

24 oct 2014

Perfeccionista impenitente.........................................................................Jordi Costa

El documental describe la trayectoria del maestro desde sus primeros pasos artísticos hasta su inquebrantable autoexigencia.

Una imagen de Paco de Lucía del documental.

Dirigido por el hijo del legendario guitarrista, este documental que no tiene final —la inesperada muerte de Paco de Lucía frustró el plan previsto de un proyecto que comenzó a rodarse en 2010— puede enorgullecerse, de entrada, de haber esquivado con éxito los dos mayores peligros que acechaban tras su propuesta
. Por un lado, lo que, con todos los respetos, podría llamarse el Peligro del Factor Chanante, al que sucumbían, por ejemplo, dos trabajos por otro lado tan interesantes como Marina Abramovic. The Artist is Present (2012), de Matthew Akers y Jeff Dupre, y Ai Wei Wei: Never Sorry (2012), de Alison Klayman: en ellos, los respectivos protagonistas se entregaban a sus propias derivas narcisistas, situándose a un palmo de un Celebrities ejecutado por Joaquín Reyes.
No es el caso de Paco de Lucía, que en las entrevistas que articulan este documental no cae nunca en la autoindulgencia, ni en el ombliguismo ridículo, lo que da la medida de una altura moral y humana en consonancia con la artística.
 Por otro lado, la condición de retrato póstumo que ha acabado teniendo el proyecto podía haber hecho incurrir al director Curro Sánchez Varela en el registro de la loa hagiográfica: tampoco es el caso, lo que acredita la capacidad del documentalista para la justeza de tono y su control a la hora de contener la emoción íntima a favor de la universalidad del arte de Paco de Lucía.
PACO DE LUCÍA: LA BÚSQUEDA
Dirección: Curro Sánchez Varela.
Documental.
Género: musical. España, 2014.
Duración: 95 minutos.
Paco de Lucía: la búsqueda describe la trayectoria del maestro heterodoxo desde sus primeros pasos artísticos hasta la inquebrantable autoexigencia de unos últimos caminos profesionales marcados por la exploración y esa ampliación del campo de batalla del flamenco que, en su día, le valió el visceral repudio de puristas y guardianes de las esencias (aunque, a la larga, el respeto también fuera conquistado en ese bastión particular).
 Sánchez Varela rescata valioso material de archivo y logra que la aparente opacidad del artista se desvanezca en un valioso encadenado de reflexiones y confesiones de un perfeccionista impenitente. Resulta muy valioso el análisis del arte de Camarón en boca de quien fue su mayor cómplice y que aquí demuestra la buena forma de un músculo reflexivo que le capacitó para explicar —y transmitir— lo inefable.

 

Bankia admite que el escándalo de las tarjetas daña la imagen del sector.............................................. Miguel Ángel Noceda / Agencias

La entidad ganó 696 millones de euros, un 53,9% más que en el mismo periodo de 2013.

 

Una bandera de la comunidad madrileña ondea ante la sede de Bankia en Madrid. / EFE

El consejero delegado de Bankia, José Sevilla, ha asegurado que el escándalo de las tarjetas de la entidad (y de su antecesora, caja Madrid) no va a variar "ni a mejor ni a peor" las previsiones de la entidad para el ejercicio.
Ha dicho también que no descubrieron las tarjetas hasta enero de este año "ya que habían desaparecido cuando llego el nuevo equipo y a raíz de conocer un correo poniendo en conocimiento su existencia"
. Luego se terminó la investigación en junio. No obstante admitió que el asunto tiene un impacto negativo en la imagen del sector en su conjunto.
Bankia, que mejoró sus beneficios un 53,9% hasta septiembre, preve acabar el ejercicio con una aceleración comercial con el crecimiento del crédito y cerrar con una rentabilidad sobre recursos propios (Roe) del 10%, habiendo alcanzado en el tercer trimestre un 8,4%
. En ese sentido, subaryó que espera superar las pruebas de estrés que se conocerán el domingo. También adelanto Sevilla que devolverán todas las preferentes.
En su conjunto, el grupo BFA-Bankia ha obtenido un beneficio después de impuestos de 1.151 millones de euros en los nueve primeros meses del año, lo que supone un 77,7% más sobre los 648 millones obtenidos en el mismo periodo de 2013, excluyendo el efecto del canje de instrumentos híbridos por capital.
 Según la información remitida este viernes a la CNMV, este resultado se debe a la mejora de los ingresos, la reducción de gastos y las plusvalías.
 Solo Bankia, la filial cotizada, logró un beneficio neto de 696 millones.
El presidente de la entidad, José Ignacio Goirigolzarri, destaca en un comunicado que "la mejora de los ingresos trimestre a trimestre, la disminución de los gastos y la fuerte reducción de la morosidad, que permite empezar a rebajar las dotaciones a provisiones, sitúan a Bankia en el camino de cumplir el objetivo de conseguir un ROE —rentabilidad— del 10% en 2015".
La morosidad cayó del 14,65% del cierre del pasado año al 13,63% mientras que la solvencia a cierre de septiembre se elevó al 12,44 %, tras haber generado 5.472 millones en capital durante siete trimestres, periodo en el que ha visto mejorar su negocio.
En este sentido, el consejero delegado, José Sevilla, ha explicado que el incremento de la capacidad comercial del banco, que consigue "importantes crecimientos de cuota de mercado" en la concesión de créditos a empresas, permite captar en lo que va de año 6.400 millones en nuevos recursos de clientes
. Además, ha añadido, en septiembre los empleados eran capaces de vender un 51 % más de productos que un año antes.
Respecto a las cuentas de Bankia, que son donde realmente se ve la evolución del negocio, el margen de intereses acumulado en los nueve primeros meses del año alcanzó los 2.163 millones, un 15,2% superior al de un año antes.
 El margen bruto, que aglutina todos los ingresos, llegó a cierre de septiembre a 2.937 millones, un 2,7% más. Sólo los ingresos por comisiones se elevaron a 702 millones, un 2,3% más.
Con ello, los ingresos típicos bancarios, es decir el margen de intereses más las comisiones, sumaron en los nueve primeros meses 2.864 millones de euros, un 11,8% más.
Por su parte, los gastos de explotación se redujeron un 9,6%, hasta 1.307 millones, lo que permitió a Bankia anotarse un resultado antes de provisiones de 1.631 millones, un 15,3% más.
"La mejora en la actividad del banco continuó un trimestre más", destaca Bankia, cuyos depósitos estrictos de clientes han subido en 4.398 millones en el año y los fondos fuera de balance, en otros 1.996 millones.
 Por el lado del crédito, la entidad concedió en los nueve primeros meses del año más de 9.000 millones en nueva financiación, de los que 7.212 millones se han dirigido a autónomos, pymes y empresas.
El saldo de activos de dudoso cobro se ha reducido en 2.356 millones de enero a septiembre de 2014, hasta 17.666 millones, lo que ha contribuido a que la morosidad mejore por tercer trimestre consecutivo, hasta el 13,63%.
En paralelo, en lo que va de año, la ratio de cobertura se ha incrementado hasta el 58,6 %, desde el 56,5% y el banco ha ganado en eficiencia a medida que sus ingresos han aumentado y sus gastos se han reducido, hasta caer al 45,4%.

Ahora, aquí, allá, en todas partes................................................................................ Carlos Boyero

Habla de algo fundamental en la desdicha personal llamado trabajo, de la tragedia que supone que te despojen de él.

El único refugio que concibe la depredadora depresión es estar permanentemente en la cama y a ser posible rodeado de oscuridad.
 Y dormir su exclusivo deseo y alivio
. Los gestos se hielan, la ruina parece absoluta, no serviría de nada implorar compasión.
 La farmacología puede ofrecer variantes o treguas al monstruo.
Tal vez vencerle, pero la huella de su feroz estancia será a perpetuidad
. La protagonista de Dos días, una nochela padece y no nos van a explicar las razones. Tiene un marido comprensivo, cariñoso, paciente y bueno, dos hijos; si ella se quedara sin trabajo, la supervivencia de esta familia estaría muy cruda.
DOS DÍAS, UNA NOCHE
Dirección: Jean-Pierre y Luc Dardenne.
Intérpretes: Marion Cotillard, Fabrizio Rongione, Christelle Cornil.
Género: drama. Bélgica, 2014.
Duración: 95 minutos.
A la empastillada y sufriente víctima le comunican que la empresa ha montado una votación entre sus trabajadores para decidir si esa mujer debe recuperar su curro cuando mejore.
 Si sale perdedora, sus colegas recibirán una prima.
 El jefe sabe que el trabajo saldrá adelante sin ella, que lo hará el resto, que no es necesaria, que hay serias dudas de que alguien que ha atravesado el infierno recupere su antigua efectividad
. A lo largo de un fin de semana esa persona aterrada e impotente se impone salir a la calle para hablar con los colegas que han firmado su destierro, tratar de convencerles para que cambien su negativa en una nueva votación y reconsideren lo de dejar en la puta calle a la que ha sido su compañera durante tiempo
. Este es el arranque de una película que reproduce tenebrosamente el aquí y ahora en una Europa masacrada por la crisis que propiciaron los grandes e impunes villanos.
Habla de algo fundamental en medio de la desdicha personal llamado puesto de trabajo, de la tragedia que supone en un mercado sin salida que te despojen injustamente de él, de la solidaridad y de su ausencia entre trabajadores, de las sucias salvaciones cotidianas, de la asfixia económica que puede hacer aflorar la mezquindad, del sálvese quien pueda, del mantenimiento de la dignidad en circunstancias duras que exigen un precio alto.
Los hermanos Dardenne cuentan esta historia con su reconocible y austero estilo (no soy incondicional de él, pero saben lo que quieren narrar y cómo hacerlo), con realismo creíble, retratando la vida con tono y vocación documental, sin enfatizar diálogos ni situaciones, negándose a subrayar o a potenciar los sentimientos con la música, huyendo de las descripciones maniqueas, sabiendo que todos poseen sus razones ante un dilema demasiado cruel.
 Y, por supuesto, lo que describe puede ocurrir en cualquier parte.
Y nadie es inocente al pactar, resignarse o sacar partido de los abusos y la violencia moral que perpetra el poder.

 

La lección más dura estaba escrita.................................................................... Santos Juliá


Felipe González, en el centro, y Luis Roldán, a la derecha, en 1992. / Marisa Flórez

El paisaje nos resulta familiar y su actualidad es asombrosa, escribe Fernando Vallespín en el estudio que sirve de introducción a este libro de Javier Pradera, raro únicamente porque sale a la luz 20 años después de haber sido escrito, no porque su contenido haya perdido ni un ápice de vigencia.
Todo lo que nos ha caído encima durante estas dos décadas puede entenderse como un desarrollo elefantiásico de lo que ya entonces se denunciaba sin que nadie haya puesto remedio: la relación perversa que estableció el sistema de partidos construido en la década de 1980 con un Estado en continuo crecimiento.
Para Javier Pradera el desvelamiento de la corrupción había sido "un proceso lento y doloroso", origen de una profunda frustración que había afectado a las elevadas expectativas políticas alimentadas bajo la dictadura.
 Enemigo de engrosar lo que aquí define como "tradición furiosa y exasperada del viejo regeneracionismo" y de cualquier forma de discurso moralizante, tampoco busca consuelo en el hecho de que escándalos similares de corrupción acabaran de estallar en Francia y en Italia: es la expectativa de una generación de españoles la que se ha visto arrasada por la corrupción, y no queda más alternativa que aplicar el bisturí de la razón hasta dar con la raíz del problema de modo que se adopten las reformas necesarias para ponerle remedio, sin caer en el desistimiento o conformarse con la indignación y antes de que los abusos de los partidos sirvan de coartada al populismo de “esos aventureros dispuestos a manipular el sufragio universal como instrumento plebiscitario contra la democracia representativa”.
El momento era crítico porque tras las elecciones de 1993 la lluvia de escándalos, en lugar de amainar como se había creído tras la promesa de asunción de responsabilidades políticas por el presidente del Gobierno, Felipe González, se convirtió en diluvio hasta alcanzar a personajes a cargo de instituciones situadas por encima de toda sospecha, el director de la Guardia Civil y el gobernador del Banco de España.
 Y es entonces cuando Pradera decide escribir, no solo un editorial, o una columna, sino un libro, y no para dar cuenta de cada caso, aunque nombra los principales, ni para dar salida a la frustración, aunque también; sino para encontrar una explicación, más allá de las conductas personales o de las teorías conspirativas, en las transformaciones estructurales que, afectando al Estado y a los partidos, han servido de abono a la desbordante cosecha de corrupción.
Al Estado porque, al doblar sus presupuestos, se ha convertido en una máquina de producir y repartir dinero, que invita a los partidos a entrar en “ese palacio encantado como visitantes de Disneylandia a montar en todos los carruseles”
. A los partidos, porque, aparte de la multiplicación de posibilidades de consumo ostentoso que proporciona a sus dirigentes, la interpenetración con el Estado los profesionaliza, reduciendo su función como representantes de la sociedad para definirse exclusivamente como partidos de gobierno. Un año antes de que Katz y Mair difundieran el nuevo concepto de cartel party (partido cártel) como sucesor del partido de masas y del partido catch-all (atrapa-todo), aquí están ya enunciados todos sus elementos: partidos financiados por un Estado del que acaban por apropiarse en el reparto general de cargos y oficios, a la par que refuerzan hacia el interior su oligarquización y la concentración de poder en las cúpulas dirigentes.
Tras las elecciones de 1993 la lluvia de escándalos se convirtió en diluvio hasta alcanzar a personajes a cargo de instituciones situadas por encima de toda sospecha
¿Cómo salir de este círculo literalmente vicioso? Pradera proponía en su artículo ‘La maquinaria de la democracia’ (este sí publicado, en Claves en diciembre de 1995, e incorporado a esta edición) una democratización de los partidos que redujera la concentración de poder en las cúpulas dirigentes, y una revisión drástica de los criterios, las cuantías y los controles de su financiación por el Estado. Han pasado 20 años y ha tenido que caer, sobre la corrupción, la crisis, para que finalmente los partidos de gobierno se hayan percatado de que así las cosas no pueden seguir
. Está por ver si han aprendido la lección o es ya muy tarde y ellos demasiado viejos para que aprendan nada.
Corrupción y política. Los costes de la democracia. Javier Pradera. Introducción de Fernando Vallespín. Galaxia Gutenberg. Barcelona, 2014. 221 páginas. 21,50 euros