Un Blues

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Del material conque están hechos los sueños

24 oct 2014

Bankia admite que el escándalo de las tarjetas daña la imagen del sector.............................................. Miguel Ángel Noceda / Agencias

La entidad ganó 696 millones de euros, un 53,9% más que en el mismo periodo de 2013.

 

Una bandera de la comunidad madrileña ondea ante la sede de Bankia en Madrid. / EFE

El consejero delegado de Bankia, José Sevilla, ha asegurado que el escándalo de las tarjetas de la entidad (y de su antecesora, caja Madrid) no va a variar "ni a mejor ni a peor" las previsiones de la entidad para el ejercicio.
Ha dicho también que no descubrieron las tarjetas hasta enero de este año "ya que habían desaparecido cuando llego el nuevo equipo y a raíz de conocer un correo poniendo en conocimiento su existencia"
. Luego se terminó la investigación en junio. No obstante admitió que el asunto tiene un impacto negativo en la imagen del sector en su conjunto.
Bankia, que mejoró sus beneficios un 53,9% hasta septiembre, preve acabar el ejercicio con una aceleración comercial con el crecimiento del crédito y cerrar con una rentabilidad sobre recursos propios (Roe) del 10%, habiendo alcanzado en el tercer trimestre un 8,4%
. En ese sentido, subaryó que espera superar las pruebas de estrés que se conocerán el domingo. También adelanto Sevilla que devolverán todas las preferentes.
En su conjunto, el grupo BFA-Bankia ha obtenido un beneficio después de impuestos de 1.151 millones de euros en los nueve primeros meses del año, lo que supone un 77,7% más sobre los 648 millones obtenidos en el mismo periodo de 2013, excluyendo el efecto del canje de instrumentos híbridos por capital.
 Según la información remitida este viernes a la CNMV, este resultado se debe a la mejora de los ingresos, la reducción de gastos y las plusvalías.
 Solo Bankia, la filial cotizada, logró un beneficio neto de 696 millones.
El presidente de la entidad, José Ignacio Goirigolzarri, destaca en un comunicado que "la mejora de los ingresos trimestre a trimestre, la disminución de los gastos y la fuerte reducción de la morosidad, que permite empezar a rebajar las dotaciones a provisiones, sitúan a Bankia en el camino de cumplir el objetivo de conseguir un ROE —rentabilidad— del 10% en 2015".
La morosidad cayó del 14,65% del cierre del pasado año al 13,63% mientras que la solvencia a cierre de septiembre se elevó al 12,44 %, tras haber generado 5.472 millones en capital durante siete trimestres, periodo en el que ha visto mejorar su negocio.
En este sentido, el consejero delegado, José Sevilla, ha explicado que el incremento de la capacidad comercial del banco, que consigue "importantes crecimientos de cuota de mercado" en la concesión de créditos a empresas, permite captar en lo que va de año 6.400 millones en nuevos recursos de clientes
. Además, ha añadido, en septiembre los empleados eran capaces de vender un 51 % más de productos que un año antes.
Respecto a las cuentas de Bankia, que son donde realmente se ve la evolución del negocio, el margen de intereses acumulado en los nueve primeros meses del año alcanzó los 2.163 millones, un 15,2% superior al de un año antes.
 El margen bruto, que aglutina todos los ingresos, llegó a cierre de septiembre a 2.937 millones, un 2,7% más. Sólo los ingresos por comisiones se elevaron a 702 millones, un 2,3% más.
Con ello, los ingresos típicos bancarios, es decir el margen de intereses más las comisiones, sumaron en los nueve primeros meses 2.864 millones de euros, un 11,8% más.
Por su parte, los gastos de explotación se redujeron un 9,6%, hasta 1.307 millones, lo que permitió a Bankia anotarse un resultado antes de provisiones de 1.631 millones, un 15,3% más.
"La mejora en la actividad del banco continuó un trimestre más", destaca Bankia, cuyos depósitos estrictos de clientes han subido en 4.398 millones en el año y los fondos fuera de balance, en otros 1.996 millones.
 Por el lado del crédito, la entidad concedió en los nueve primeros meses del año más de 9.000 millones en nueva financiación, de los que 7.212 millones se han dirigido a autónomos, pymes y empresas.
El saldo de activos de dudoso cobro se ha reducido en 2.356 millones de enero a septiembre de 2014, hasta 17.666 millones, lo que ha contribuido a que la morosidad mejore por tercer trimestre consecutivo, hasta el 13,63%.
En paralelo, en lo que va de año, la ratio de cobertura se ha incrementado hasta el 58,6 %, desde el 56,5% y el banco ha ganado en eficiencia a medida que sus ingresos han aumentado y sus gastos se han reducido, hasta caer al 45,4%.

Ahora, aquí, allá, en todas partes................................................................................ Carlos Boyero

Habla de algo fundamental en la desdicha personal llamado trabajo, de la tragedia que supone que te despojen de él.

El único refugio que concibe la depredadora depresión es estar permanentemente en la cama y a ser posible rodeado de oscuridad.
 Y dormir su exclusivo deseo y alivio
. Los gestos se hielan, la ruina parece absoluta, no serviría de nada implorar compasión.
 La farmacología puede ofrecer variantes o treguas al monstruo.
Tal vez vencerle, pero la huella de su feroz estancia será a perpetuidad
. La protagonista de Dos días, una nochela padece y no nos van a explicar las razones. Tiene un marido comprensivo, cariñoso, paciente y bueno, dos hijos; si ella se quedara sin trabajo, la supervivencia de esta familia estaría muy cruda.
DOS DÍAS, UNA NOCHE
Dirección: Jean-Pierre y Luc Dardenne.
Intérpretes: Marion Cotillard, Fabrizio Rongione, Christelle Cornil.
Género: drama. Bélgica, 2014.
Duración: 95 minutos.
A la empastillada y sufriente víctima le comunican que la empresa ha montado una votación entre sus trabajadores para decidir si esa mujer debe recuperar su curro cuando mejore.
 Si sale perdedora, sus colegas recibirán una prima.
 El jefe sabe que el trabajo saldrá adelante sin ella, que lo hará el resto, que no es necesaria, que hay serias dudas de que alguien que ha atravesado el infierno recupere su antigua efectividad
. A lo largo de un fin de semana esa persona aterrada e impotente se impone salir a la calle para hablar con los colegas que han firmado su destierro, tratar de convencerles para que cambien su negativa en una nueva votación y reconsideren lo de dejar en la puta calle a la que ha sido su compañera durante tiempo
. Este es el arranque de una película que reproduce tenebrosamente el aquí y ahora en una Europa masacrada por la crisis que propiciaron los grandes e impunes villanos.
Habla de algo fundamental en medio de la desdicha personal llamado puesto de trabajo, de la tragedia que supone en un mercado sin salida que te despojen injustamente de él, de la solidaridad y de su ausencia entre trabajadores, de las sucias salvaciones cotidianas, de la asfixia económica que puede hacer aflorar la mezquindad, del sálvese quien pueda, del mantenimiento de la dignidad en circunstancias duras que exigen un precio alto.
Los hermanos Dardenne cuentan esta historia con su reconocible y austero estilo (no soy incondicional de él, pero saben lo que quieren narrar y cómo hacerlo), con realismo creíble, retratando la vida con tono y vocación documental, sin enfatizar diálogos ni situaciones, negándose a subrayar o a potenciar los sentimientos con la música, huyendo de las descripciones maniqueas, sabiendo que todos poseen sus razones ante un dilema demasiado cruel.
 Y, por supuesto, lo que describe puede ocurrir en cualquier parte.
Y nadie es inocente al pactar, resignarse o sacar partido de los abusos y la violencia moral que perpetra el poder.

 

La lección más dura estaba escrita.................................................................... Santos Juliá


Felipe González, en el centro, y Luis Roldán, a la derecha, en 1992. / Marisa Flórez

El paisaje nos resulta familiar y su actualidad es asombrosa, escribe Fernando Vallespín en el estudio que sirve de introducción a este libro de Javier Pradera, raro únicamente porque sale a la luz 20 años después de haber sido escrito, no porque su contenido haya perdido ni un ápice de vigencia.
Todo lo que nos ha caído encima durante estas dos décadas puede entenderse como un desarrollo elefantiásico de lo que ya entonces se denunciaba sin que nadie haya puesto remedio: la relación perversa que estableció el sistema de partidos construido en la década de 1980 con un Estado en continuo crecimiento.
Para Javier Pradera el desvelamiento de la corrupción había sido "un proceso lento y doloroso", origen de una profunda frustración que había afectado a las elevadas expectativas políticas alimentadas bajo la dictadura.
 Enemigo de engrosar lo que aquí define como "tradición furiosa y exasperada del viejo regeneracionismo" y de cualquier forma de discurso moralizante, tampoco busca consuelo en el hecho de que escándalos similares de corrupción acabaran de estallar en Francia y en Italia: es la expectativa de una generación de españoles la que se ha visto arrasada por la corrupción, y no queda más alternativa que aplicar el bisturí de la razón hasta dar con la raíz del problema de modo que se adopten las reformas necesarias para ponerle remedio, sin caer en el desistimiento o conformarse con la indignación y antes de que los abusos de los partidos sirvan de coartada al populismo de “esos aventureros dispuestos a manipular el sufragio universal como instrumento plebiscitario contra la democracia representativa”.
El momento era crítico porque tras las elecciones de 1993 la lluvia de escándalos, en lugar de amainar como se había creído tras la promesa de asunción de responsabilidades políticas por el presidente del Gobierno, Felipe González, se convirtió en diluvio hasta alcanzar a personajes a cargo de instituciones situadas por encima de toda sospecha, el director de la Guardia Civil y el gobernador del Banco de España.
 Y es entonces cuando Pradera decide escribir, no solo un editorial, o una columna, sino un libro, y no para dar cuenta de cada caso, aunque nombra los principales, ni para dar salida a la frustración, aunque también; sino para encontrar una explicación, más allá de las conductas personales o de las teorías conspirativas, en las transformaciones estructurales que, afectando al Estado y a los partidos, han servido de abono a la desbordante cosecha de corrupción.
Al Estado porque, al doblar sus presupuestos, se ha convertido en una máquina de producir y repartir dinero, que invita a los partidos a entrar en “ese palacio encantado como visitantes de Disneylandia a montar en todos los carruseles”
. A los partidos, porque, aparte de la multiplicación de posibilidades de consumo ostentoso que proporciona a sus dirigentes, la interpenetración con el Estado los profesionaliza, reduciendo su función como representantes de la sociedad para definirse exclusivamente como partidos de gobierno. Un año antes de que Katz y Mair difundieran el nuevo concepto de cartel party (partido cártel) como sucesor del partido de masas y del partido catch-all (atrapa-todo), aquí están ya enunciados todos sus elementos: partidos financiados por un Estado del que acaban por apropiarse en el reparto general de cargos y oficios, a la par que refuerzan hacia el interior su oligarquización y la concentración de poder en las cúpulas dirigentes.
Tras las elecciones de 1993 la lluvia de escándalos se convirtió en diluvio hasta alcanzar a personajes a cargo de instituciones situadas por encima de toda sospecha
¿Cómo salir de este círculo literalmente vicioso? Pradera proponía en su artículo ‘La maquinaria de la democracia’ (este sí publicado, en Claves en diciembre de 1995, e incorporado a esta edición) una democratización de los partidos que redujera la concentración de poder en las cúpulas dirigentes, y una revisión drástica de los criterios, las cuantías y los controles de su financiación por el Estado. Han pasado 20 años y ha tenido que caer, sobre la corrupción, la crisis, para que finalmente los partidos de gobierno se hayan percatado de que así las cosas no pueden seguir
. Está por ver si han aprendido la lección o es ya muy tarde y ellos demasiado viejos para que aprendan nada.
Corrupción y política. Los costes de la democracia. Javier Pradera. Introducción de Fernando Vallespín. Galaxia Gutenberg. Barcelona, 2014. 221 páginas. 21,50 euros

23 oct 2014

Grandes momentos de la historia que nos han dado las folclóricas...........................................Carmen Pacheco

Hoy quiero confesar que estoy preocupada: ¿Entrará Isabel Pantoja en la cárcel o no entrará?
 El caudal de informaciones contradictorias vertidas por la prensa del corazón ha llegado hasta tal punto que pareciera que ambos sucesos estuvieran ocurriendo al mismo tiempo, en una especie de Pantoja de Schrödinger, ese experimento donde cualquier certeza parece imposible hasta el último momento.
De momento, la tonadillera ha pedido en la Audiencia de Málaga la suspensión de la pena de dos años de prisión por blanqueo.
 Lo hace argumentando que ha pagado 100.000 euros de la multa de más de 1.147.148 euros. Y aprovecha el escrito para solicitar que le den más tiempo para juntar todos esos euros restantes.

Si entrara en la cárcel, mi corazoncito de puntual pagadora de IVA e IRPF tendería un poco más a lo orgánico y un poco menos a lo mineral.
 Pero por otro lado, si finalmente la cantante se viera fuera de la escena pública durante una temporada, a la tristeza de sus fans habría que sumarle la de los que, dejando a un lado cualquier aspecto serio del asunto, echaríamos de menos sus perlas trianeras.
 La última de nuestras grandes folclóricas se vería incapaz de generar esos momentazos que ella y las de su especie en extinción han aportado a la cultura pop de nuestro país.
Creo que no hay nada más gracioso que una buena frase sacada de contexto, y la razón de que las divas de la canción española nos hayan brindado tantas se debe a que viven en uno completamente distinto.
 A partir de su extravagante comportamiento puede deducirse que su concepto de realidad no concuerda con el nuestro y esa dicotomía que pone tantas trabas a otros, cuando no los conduce directamente al internamiento, en ellas se celebra y se fomenta.
El suyo es un delirio aceptado socialmente.
 Con un pie en la realidad y otro en un mundo que parece compuesto por una imagen distorsionada de ellas mismas y el lirismo exagerado de sus propias canciones, las grandes artistas de género que ha dado este país son lo más parecido a personajes de ficción viviendo entre personas de carne y hueso. Hagamos un repaso de algunos de sus mejores intervenciones públicas y el análisis que merecen:

- “Dientes, dientes, eso es lo que les jode”
Me gustaría tener la fuerza de voluntad suficiente para ver esta escena y no escribir automáticamente que “de aquellos polvos vinieron estos lodos”
. No la tengo.
 Dicho esto, hay que apuntar que se trata de una de las intervenciones públicas más famosas de la Pantoja, pero no solo por lo que dijo sino por cómo lo hizo.
Tal vez porque a cualquier ser humano castellanoparlante le hubiera resultado más natural murmurar “Sonríe, sonríe, eso es lo que les jode”.
Sin embargo, con esta metonimia violenta, evocativa y casi lorquiana, este kenning arrebatado y furioso, la Pantoja se nos antojó capaz de comunicarse así en su día a día, sustituyendo estructuras gramaticales complejas por simples y poderosos sustantivos.
Twistpantoja
- "¿Pero qué pasa? ¿Pero qué invento es esto?"
La difunta Sarítisima, diva donde las hubiera, tiene en su haber grandes declaraciones como para un recopilatorio propio, pero quizá la que más ha calado en el lenguaje popular es esta, con la que hizo frente a las serias acusaciones de boda recibidas por los periodistas a la puerta de un juzgado.
 Si la situación ya era disparatada de por sí, la respuesta de la actriz fue legendaria.
 Con el tono que le imprimió a su “¿Pero qué pasa?” y el doble alargamiento de su vocal preferida, sintetizó en solo tres palabras su actitud ante el mundo.
 Si la siguiente pregunta hubiera sido “¿Pero qué invención es esa?” –porque seguramente es eso lo que trataba de decir– tal vez la frase no habría merecido la menor atención, pero con un ligero trastrocamiento aquí y allá, Sara cinceló sus palabras en la memoria de este país.
Ni siquiera puede decirse que sea un error al uso o un vulgarismo; lo que las divas folclóricas hacen con el castellano es verdadero twerking verbal.
- "¡¡Sois destructores!!"
Estamos ante una escena clásica del mundo del corazón: personajes famosos se disponen a tomar un tren y antes de poder hacerlo se ven acosados por los paparazzi.
 La situación se tensa, se intercambian insultos e incluso se produce un forcejeo del tipo “dame esa cámara”.
 Un momento algo incómodo pero que en ningún caso parece ir a desembocar en derramamiento de sangre.
 Sin embargo, Rocío Jurado se planta y pregunta
 “¿Qué pasa, que queréis matarnos?”.
 A su alrededor se hace el silencio. Genuino desconcierto por hipérbole inesperada.
La cantante continua “¿Nos queréis matar ya directamente?”.
 Se produce un nuevo forcejeo y después de que Ortega Cano suelte un “No grabes más que te parto los ojos”, que tampoco carece de interés lingüístico, Rocío Jurado realiza una salida triunfal apuntando con el dedo y gritando “¡Sois destructores!”.
 Desde luego la estación no era su lugar favorito, como en otra ocasión confirmaría con su famoso “No vengo más nunca al AVE”.
- "Estoy cansada, cansada de la familia Rivera"
Porque no se trata siempre de lo que se dice sino del tono que se usa para hacerlo, veamos esta intervención de Isabel Pantoja, en una llamada en directo al programa Bravo por la tarde de Canal Sur.
En ella se aprecia claramente esa dicotomía de la que hablábamos antes
. A un lado del teléfono: la realidad. Al otro: Isabel Pantoja.
Wat
- "Me deséais todos"

A Rocío Jurado se hace referencia a menudo como “la más grande”, sobre todo a raíz de que ella misma se autodenominara así en el título de uno sus últimos discos.
 Si tenemos en cuenta este hecho, esta escena donde se canta cumpleaños feliz a sí misma con total naturalidad no debería extrañarnos.
El punto culminante –de la canción y del delirio– es el aquel en el que yo normalmente hago playback porque no tengo claro cuál debe ser la letra
: ¿”Te deseamos todos” o “te deseamos, Fulano”? Para Rocío no hay duda: “Me deséais todos” y punto.

- "El pendiente, Íñigo, no lo quiero perder"
Hay pocas intervenciones públicas de Lola Flores que no merezcan estar en esta lista.
 Desde aquel “Si me queréis, irsen” que pronunció en la boda de su hija a aquella que todo el mundo trajo a colación cuando se comenzó a hablar del crowdfunding en España.
Sin embargo, este momento durante una gala en Televisión Española es menos conocido y tal y como llegó hasta mí, creo que debe ser ser disfrutado por todos.
 En medio de una actuación en directo, Lola pierde un pendiente “en oro” y deja de cantar para buscarlo por el escenario
. También pide al público que si lo encuentran se lo devuelvan porque “su trabajito le ha costao”. Toda diva sabe que el espectáculo debe continuar, siempre y cuando todas sus joyas se encuentren a salvo.

- "Tú eres una piedra dura de Chipiona que no se puede aguantar"
Si una folclórica sola es capaz de hacer temblar los cimientos de la realidad, la combinación de varias puede crear un auténtico vórtice de enajenación
El el minuto 1:00 [la frase sobre la piedra a partir del 1,30] una Rocío Jurado, gimoteante, casi en trance y falta de oxígeno le dedica a Lola Flores la siguiente frase: “Te quiero, Lola, toda mi vida, te voy a querer y en la eternidad voy a sentir cómo todos los dioses me están jaleando para quererte más, porque tú eres la más diosa de todas”
. La conversación va en crecendo, hasta que Lola Flores, en lo que quizá en Chiquitistaní es un española
. Como termina Rocío antes de marcharse: “¡No digo más ná!”