Un Blues

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Del material conque están hechos los sueños

5 oct 2014

¿Odia internet a las féminas?


¿Odia internet a las féminas? 
 

Blogueras y periodistas reciben insultos y amenazas en unas redes sociales cada vez más misóginas.

Según el último Estudio Anual de Redes Sociales en España, publicado en 2013, las mujeres (un 61%) utilizan más estos medios de comunicación que los hombres (un 39%).
 Otro informe, llevado a cabo entre los usuarios de Internet por el Pew Research Center, expone que el 13% femenino reconoce haber sufrido acoso frente a un 11% masculino.
Un 5% de las internautas va más allá al declarar que «es evidente que algo sucede online que hace que las chicas se sientan en una clara situación de peligro físico». Solo un 3% de los hombres había experimentado esta experiencia.
¿Odia internet a las féminas?
Afirmar que el género femenino es el único que recibe insultos o amenazas en las redes sociales sería inexacto.
 Sí parece cierto que, a juzgar por la naturaleza de los mismos, en claro aumento, el odio que ellas encajan tiene mucho que ver con el simple hecho de pertenecer al sexo débil.
Las reacciones de las afectadas son enérgicas y bastante imaginativas. La inglesa Mary Beard, catedrática de Clásicos en la Universidad de Cambridge, columnista de The Times y bloguera en su muy visitado espacio A Don’s Life, es una de esas mujeres que recibe a diario insultos por sus puntos de vista.
Tras su aparición en el programa Question Time, en el que Beard defendió a los inmigrantes en un debate sobre el problema de la inmigración en Boston (Inglaterra) recibió amenazas de muerte y agresiones sexuales además de infinitas ironías sobre su cabello blanco, su vello púbico o sus dientes. Beard usó su blog para pedirle a la gente que inundase de comentarios o poesías en latín los portales que más la habían insultado.
 Algunos piensan ya en la creación de un premio Mary Beard para apoyar la participación femenina en las redes sociales
. Acostumbrada a lidiar con todo tipo de «lindezas», su consejo es «mantenerse firme, porque hay una tendencia a decirnos que ignoremos estos comentarios, o a que bloqueemos Twitter, pero eso no es sino la actualización de la vieja norma del “cállate”, y deja a los abusones a cargo del patio de recreo».
Por su parte, la artista estadounidense Amy Davis Roth ha convertido en arte los ataques en las redes dirigidos a mujeres con la exposición A Woman’s Room Online –hasta el 13 de octubre en el Center for Inquiry de Los Ángeles–, en la que empapela objetos habituales con mensajes ofensivos
. Ella tiene claro el origen de los insultos: «El blanco del odio en Internet está dirigido a mujeres cuyo discurso tiene tintes feministas», sentencia.
¿Odia internet a las féminas?

 

 

El secreto de juventud de Isabel Preysler

Isabel Preysler
Foto: EUROPA PRESS 
MADRID, 16 Nov. (CHANCE) -
   Mucho se ha hablado estos días de la extrema delgadez que luce Isabel Preysler, incluso sus hijos han tenido que desmentir cualquier rumor sobre una posible enfermedad y explicar que su madre sigue las pautas macrobióticas del Sha de Alicante.
   Y ahora es la propia Isabel Preysler quien, en La Otra Crónica del diario El Mundo, ha sacado a la luz sus secretos para lucir así de estupenda a su edad, trucos que hay que sumar a su buena genética
. Secretos entre los que se cuentan las siete pastillas diferentes que se toma al día, de las cuales repite tres.
   Preysler asegura que fue un amigo herbolario quien la acercó al mundo de las vitaminas, que consume para paliar las carencias que puede acarrear su dieta.
"Jamás me verás pedir un filete", señala Isabel, que asegura tener "un pastillero para las comidas y otro para las cenas", aunque después de tantos años tomándolas las conoce perfectamente "y nunca las confundiría"
. Además, por seguridad, explica que se somete a exámenes de sangre de forma periódica para controlar qué le falta o qué le sobra.
   El ritual de las pastillas de Isabel Preysler es muy estricto: por la mañana, la amarilla, un complejo vitamínico B, luego la de color beige, 500 miligramos del complejo vitamínico C y, por último, la redonda blanca, que es magnesio.
Tras ellas, ya puede comenzar a ingerir sólidos, un desayuno formado por fruta fesca, algas, una cucharada de semillas de linaza y una minibaguete integral de semillas con mantequilla.
   Tras el desayuno, toca el almuerzo. Isabel explica que la cocinera lleva casi cinco años con la familia, por lo que "nos conoce perfectamente a todos y nuestros gustos, casi comemos como si fuera un restaurante", sirviendo platos diferentes a cada miembro de la familia.
 "Es una santa", comenta Isabel.
 En el almuerzo llega el mayor arsenal vitamínico, que dosifica a lo largo de la comida: una pastilla de vitamina E para la piel, otra compuesta de calcio para los huesos, otra para fortalecer las uñas y el pelo y termina con una colágeno.
   Pero, además, algunos hábitos en la alimentación cambiaron tras el paso de Isabel Preysler por la clínica macrobiótica Sha, y si bien asegura que no es macrobiótica, afirma intentar que "las comidas sean alcalinas y no ácidas", aunque cede ante el tomate, no consumido por los macrobióticos pero que Isabel adora, por lo que reduce la cantidad en las comidas pero "intenta no sumprimirlo".
   Pero Isabel Preysler es humana, y también se da algún capricho de vez en cuando, generalmente a la hora de la merienda, cuando come sándwiches, galletas, tartas y chocolate negro
 Además, adora el jamón serrano, los boqueros en vinagre, las aceitunas y la comida japonesa.
   Ya al final del día, intenta que la cena sea ligera, con una pastilla de calcio, otra de colágeno y otra de magnesio.
 Una cena que la matriarca asegura que no tiene "horarios a la europea", ya que su familia "no hace caso hasta que subo yo a buscarles uno por uno", desvela.
   Una dieta rigurasa que se relaja los viernes, día en el que se reúne con sus amigas y cena perritos calientes con dos salchicas, pepinillos, mucho kétchup y mostaza; todo ello, eso sí, en baguettes integrales. ¿Y para beber? Coca-Cola, vino o zumo natural.

LOS SECRETOS DE LA DIETA DE ISABEL

   Además de solo ingerir carne  transformada, es decir, en albóndigas, perritos o hamburguesas y utilizar azúcar y arroz integral en sus comidas; Isabel Preysler sólo toma la fruta entre horas, prefiere beber zumos naturales que refrescos y toma un vaso de agua caliente en ayunas, para favorecer la eliminación de toxinas del cuerpo.

Una escenografía calculada y perfecta

Cuando Miguel Boyer “perdió la cabeza por la china”, como decían entre bromas sus compañeros de partido, perdió también a su familia.
  Él sabía que ocurriría, que cuando sus hijos, Laura y Miguel, supieran de su relación con la ex de Julio Iglesias y de Carlos Falcó romperían toda relación con él, como así sucedió.
Sin embargo, este martes, en el cementerio de San Isidro, sus dos familias evidenciaron una reconciliación que ha llegado con el paso de los años. El presente y el pasado de Boyer aparecían juntos, prácticamente fusionados
. Las imágenes de la salida del camposanto muestran un retrato familiar inédito hasta la fecha.
Ana Boyer junto a su sobrino Gonzalo (Gtres)Ana Boyer junto a su sobrino Gonzalo (Gtres)Ana Boyer marchaba junto a su sobrino Gonzalo, hijo de su hermana Laura
. Esta salía abrazada con Tamara Falcó, que no era hija del exministro, pero que sí ha convivido bastante con él. De hecho, le llamaba tito Miguel.
Pero la mayor de las representaciones era la imagen que abría el cortejo. Isabel Preysler abandonaba el recinto sacro de la mano de uno de los nietos de Miguel Boyer. Hugo, hijo de Laura, y la viuda recorrían agarrados de la mano el largo camino que conducía a la prensa.
Isabel Preysler, a la que todos califican de una persona metódica y que nada deja a la improvisación, parecía querer escenificar ante los fotógrafos esta reconciliación. Mostrar que su marido se marchó en paz con sus hijos tras una etapa marcada por la distancia.
Tardaron en perdonarle lo que hizo
Laura y Miguel no aceptaron la forma en que su padre terminó su matrimonio con su madre, Elena Arnedo, y cómo destruyó la familia.
 Los dos consideraban que lo podía haber hecho de otra manera. Eso hizo que ambos se posicionaran con su madre desde un primer momento y que nunca aceptaran a Isabel Preysler, a quien culpaban de todo.
 A esto se suma que la repercusión pública y mediática que rodeó el divorcio, con la presencia de su padre en el papel cuché, tuvo para ellos consecuencias colaterales.
 Fueron muchas las bromas, los comentarios y los chascarrillos que tuvieron que soportar por parte de sus amigos y compañeros.
Pero el distanciamiento entre padre e hijos no fue sólo cosa de los vástagos. El economista también puso de su parte. Obnubilado por los encantos de la filipina y bajo los influjos de un amor recién estrenado, Miguel Boyer ‘abandonó’ a sus hijos. Se centró exclusivamente en la nueva relación y se olvidó de Laura y Miguel.
Laura Boyer acompañada de Tamara Falcó tras el entierro (Gtres)Laura Boyer acompañada de Tamara Falcó tras el entierro (Gtres)Desde el entorno familiar aseguran que Laura siempre se lo echó en cara
. Estas mismas fuentes mantienen que a ambos les pasó factura que su padre dejara a su madre por Isabel Preysler, aunque especifican que a la primogénita en mayor medida. De hecho, dicen que su primer matrimonio fue más por buscar una familia, pues la suya estaba totalmente desestructurada. Miguel, por su parte, decidió irse de España y puso rumbo a Estados Unidos para continuar su formación.
Con el paso de los años se fueron acercando posturas, aunque la relación nunca llegó a ser fluida. Hasta el 27 de septiembre de 2012, cuando Miguel Boyer sufre el derrame cerebral
. Esto provoca el acercamiento total y el fin de una etapa marcada por la distancia.

Aventuras criminales.................................................................. Javier Marías

El Estado no tiene por qué pagar una suma millonaria para liberar a los imprudentes de terroristas, ni otros jugarse el cuello por sacarlas de la cueva en la que se han metido.

Seré yo el anómalo, como de costumbre.
Sin duda por eso la mayoría de las “iniciativas” actuales me parecen imbecilidades, en el mejor de los casos puerilidades.
 Muchas son inocuas y por tanto carecen de trascendencia, pero, no sé, me cuesta entender que los “cebos” para recaudar fondos y luchar contra enfermedades consistan en que unos corredores barceloneses hagan una carrera por las vías del metro (donde no hay paisaje ni aire), o en que un montón de celebridades mundiales se echen encima cubos de agua helada.
Al parecer, la gente paga por verlo (por qué eso atrae, para mí es un misterio) y así hay más dinero para buscar la cura de no sé qué dolencia. Nada mueve tanto a la solidaridad como las maratones, que se celebran todos los domingos del año, arrebatando así las ciudades a los sufridos transeúntes, que ya no pueden pasear jamás por sus centros en día festivo.
 A esto se añaden las “diversiones”, fomentadas invariablemente por los ayuntamientos cretinos. ¿Qué me dicen de los llamados “perrotones” –el mero nombre merece castigo–, en que los desconsiderados dueños de perros interrumpen el tráfico para trotar, todos juntos, en compañía de sus pobres y desdichados perros (desdichados por padecer a tales amos)?
Pero hay cosas que sí tienen repercusiones, y que cuestan la vida a otros o se la ponen en peligro. Comprendo que al que no le quede más remedio –admirables corresponsales, médicos, ingenieros, alguien a quien obliga su empresa– viaje a países intransitables y feroces, que por desgracia hoy son muchísimos
. Ya me resulta más difícil que haya tantos “cooperantes” y “voluntarios” y miembros de ONGs que, ni cortos ni perezosos, se trasladen a regiones árabes o africanas en las que, por su mera condición de occidentales, pasarán a ser codiciadas presas para secuestros, chantajes y –a la postre– financiación de terroristas
. Se sabe que gran parte del dinero del que dispuso al principio el autodenominado Estado Islámico procedía de los rescates abonados por España, Francia, Italia y otros países para salvar a compatriotas rehenes. Es fuerte la tentación de pagar lo que sea (todos los Gobiernos niegan hacerlo, pero los únicos que no mienten son los Estados Unidos y el Reino Unido)
. Y, sin embargo, con cada cesión se está fortaleciendo económicamente a los terroristas y se los anima a seguir recaudando por el mismo procedimiento.
Cada vez que un rehén es soltado, respiramos con alivio y nos alegramos, y no solemos pensar que esa liberación va a suponer más secuestros y más armamento con el que se asesinará a mansalva. Sabiéndose todo esto desde hace tiempo, lo que uno no concibe es que los “cooperantes” no refrenen sus ansias de ayudar en zonas impracticables
. Cómo no se dan cuenta de que lo más probable es que les salga el tiro por la culata y, en vez de ser útiles a nadie, se conviertan en un gigantesco problema, para sí mismos y para todo el mundo.
Una característica de estos tiempos es que pocos se piensan las cosas dos veces, antes de hacerlas”
Una característica de estos tiempos es que pocos se piensan las cosas dos veces, antes de hacerlas. “Me apetece esto y, si surge un contratiempo, que me saquen las castañas del fuego”, parece ser la divisa imperante
. No quisiera estar en la piel de ese montañero que este verano se rompió un tobillo en los Picos de Europa (creo). Un helicóptero de la Guardia Civil fue a socorrerlo, y sus tres ocupantes se mataron en el intento
. Hay autonomías que se plantean, o han aprobado, cobrar a los excursionistas negligentes el costo de sus rescates. Es lo de menos, no todo se puede tasar en dinero
. Lo grave es que alguien –y hoy son legión– decida correr una aventura que, en el caso de torcerse, puede poner otras vidas en riesgo, y eso sucede en demasiadas ocasiones.
 Quizá ese montañero no fue imprudente, o acaso lo fueron los tripulantes del helicóptero (lo ignoro, tal vez todo fue pura mala suerte), pero, si yo fuera él, no podría evitar tener sobre mi conciencia, al menos en parte, la muerte de esos tres guardias civiles.
“Si no me hubiera subido al monte”, pensaría, “seguirían vivos esos hombres”. En un reportaje de J.A. Aunión en este diario leo unas declaraciones sobre el “auge” del montañismo:
“Además, se observó que, cuando los rescatados eran entrevistados por los medios, no eran conscientes de lo que habían hecho y de lo que había supuesto su rescate, dando una sensación de haber tenido una aventura divertida”. Sin duda habrá numerosas excepciones: gente responsable y preparada, que intentará valerse por sí sola y no subestimará la montaña.
 “El monte ya no impone respeto”, era sin embargo el titular de esa crónica. Y en ella señalaba alguien: “Antes a la montaña sólo iban la gente de los pueblos y los montañeros federados; ahora va todo el mundo”. Sólo en Cataluña hubo 697 rescates en 2013, una media de casi dos diarios, lo cual parece una locura tratándose de actividades para las que no muchos estarán entrenados.
 Ese es el problema: hay demasiadas personas que lo quieren hacer todo, estén o no facultadas para ello. Personas maleducadas, imbéciles, criminalmente frívolas a menudo.
 Nada que objetar a que se pongan en peligro si se les antoja. Eso sí, siempre y cuando asuman que es bajo su responsabilidad exclusiva
. Que el Estado no tiene por qué pagar una suma millonaria para liberarlas de terroristas, ni otros individuos jugarse el cuello por sacarlas de la cueva en la que se han metido o del risco al que han trepado. elpaissemanal@elpais.es