Un Blues

Un Blues
Del material conque están hechos los sueños

3 oct 2014

La mejor novela de espías de García Márquez..................................................................... Vicente Jiménez

El Nobel colombiano medió en la crisis de los balseros y propició la colaboración antiterrorista entre el FBI y La Habana, según un libro recién editado en EE UU.

 

Fidel Castro y Gabriel García Márquez, hacia 1985, portada del libro 'Gabo y Fidel. El paisaje de una amistad', de Ángel Esteban y Stéphanie Panichelli.

Historia de un amor imposible en tiempos de cólera podría ser, con permiso del fallecido Nobel, el título de Gabriel García Márquez para una novela sobre los casi 60 años de desencuentro entre Estados Unidos y Cuba.
 Un largo y mágico relato en el que el escritor colombiano podría ser uno de los protagonistas
. De hecho, lo fue, al lado de otros como los ex presidentes Jimmy Carter o Carlos Salinas de Gortari, el dictador Francisco Franco o el mítico y fallecido presidente de Coca Cola, Paul Austin, el hombre que llevó la bebida a China después de 30 años de prohibición comunista.
 Así lo cuenta el libro Back Channel to Cuba, de los investigadores William M. Leogrande y Peter Kornbluh, que narra, con documentos secretos y conversaciones con losprotagonistas, las negociaciones entre Cuba y EE UU desde la revolución de Fidel Castro en 1959.
En agosto de 1994, miles de cubanos cansados de restricciones se lanzaron al mar sobre cualquier cosa que flotara para alcanzar Florida.
 Comenzó una pesadilla para Castro y Bill Clinton, llegado a la Casa Blanca un año antes.
 El comandante pidió la mediación de Jimmy Carter, pero Clinton desconfiaba de la neutralidad del ex presidente. Washington acudió entonces al presidente de México, Carlos Salinas de Gortari. “Necesitaba a alguien discreto y con acceso a Castro”, recordó el mexicano.
El elegido fue García Márquez, que se presentó en su despacho de Los Pinos en 30 minutos.
 Al rato, Salinas y Castro ya hablaban por teléfono.
Clinton estaba dispuesto a negociar la crisis sólo si se ceñía a una cuestión migratoria y no se abordaba el bloqueo de la isla.
 Ese fue el mensaje que García Márquez llevó a Cuba el 24 de agosto a bordo del avión del presidente mexicano.
 Cinco días después, el escritor pudo entregar la respuesta de Castro a Clinton durante una cena encasa del escritor William Styron y su esposa Rose en Martha’s Vineyard.
 Además del Nobel, Clinton y su esposa Hillary, acudieron el autor mexicano Carlos Fuentes y el ex ministro de Exteriores del mismo país Bernardo Sepúlveda.
García Márquez y Clinton se sentaron juntos.
 El escritor intentó seducir a su interlocutor. Le habló de la psicología de Castro, de cómo acercarse a él y de las muchas concesiones que había hecho (tibias medidas de apertura, retirada de Angola…). Los latinoamericanos presentes destacaron que un acercamiento entre EE UU y Cuba mermaría la influencia de Castro

"Intenta entenderte con Fidel, él tiene muy buena opinión de ti”, le aconsejó el escritor. 
Pero Clinton no picó.
Clinton no picó. “Al principio fue educado, pero al ver que estaba en una emboscada, dejó de escuchar”, recordó Williams Luers, secretario de Estado adjunto para Latinoamerica, presente en la cena. “Clinton simplemente se giró”, recordó Rose Styron. “Cambiemos de tema”, le dijo en español Luers a Gabo en medio de una gran tensión.
 El escritor preguntó a Clinton qué estaba leyendo, y este comenzó a hablar de William Faulkner.
Un rato después, a solas, García Márquez trasladó a Clinton la disposición de Castro a negociar sólo sobre migración
. El presidente le pidió que advirtiera a su amigo Fidel que Cuba recibiría un respuesta muy distinta en la crisis de los balseros de la que recibió de Jimmy Carter con los marielitos (el éxodo de cubanos a Florida desde el puerto de Mariel en 1980).
 Clinton le recordó que aquello le perjudicó cuando aspiraba a la reelección como Gobernador de Arkansas.
 “Castro ya me ha costado unas elecciones. No me va a costar dos”, le advirtió. Al día siguiente, Gabo voló a La Habana con el mensaje.
García Márquez tuvo un papel decisivo en otra cuestión: los atentados contra instalaciones turísticas cubanas entre 1992 y 1997, que provocaron una interesante colaboración antiterrorista entre La Habana y Washington
. En este asunto, Castro pidió a su amigo que llevara un mensaje urgente a Clinton.
 El escritor se presentó el 1 de mayo de 1998 en Washington con el documento Sumario de los asuntos que Gabriel García Márquez puede transmitir confidencialmente al presidente Clinton.
 En él, Castro desvelaba una supuesta trama terrorista para derribar un avión con destino u origen en La Habana, sobre cuyos responsables Estados Unidos “tenía información suficiente” para su desmanelamiento.
Clinton, de viaje, no le pudo recibir, pero una cena en casa del expresidente colombiano César Gaviria hizo que el Nobel coincidiera con uno de los principales consejeros del presidente ,Thomas McLarty, al que transmitió sus intenciones
. Dos días después, Gabo fue invitado al ala oeste de la Casa Blanca. “Esta no es una visita oficial”, dijo García Márquez para alivio de sus interlocutores.
 Acto seguido, les entregó un escrito, que todos leyeron. “¿Es posible que el FBI contacte con sus homólogos cubanos para luchar juntos contra el terrorismo”, preguntó el escritor.
El zar antiterrorista Richard Clark, presente en la reunión, lo consideró una “buena idea”
. La reunión fue un éxito.
Antes de despedirse, McLarty tuvo un cumplido con Gabo: “Tu misión era muy importante. Lo has hecho muy bien”.

Hollywood abre su armario............................................................................................... Rocío Ayuso

El vestido blanco de Marilyn Monroe, el mono amarillo de 'Kill Bill' o el provocativo atuendo de 'Instinto básico' salen de la gran pantalla y se exponen en Los Ángeles.

La presencia virtual de Meryl Streep explica algunos de sus trajes expuestos.

Ni se hicieron con los mejores materiales ni estaban pensados para resistir el paso del tiempo. Muchos de los trajes icónicos de la historia de Hollywood han estado guardados de cualquier manera o incluso en alguna ocasión han sido rescatados de la basura.
 Sin embargo, pocos trapitos son tan recordados como el vaporoso vestido blanco que lució Marilyn Monroe en La tentación vive arriba, las zapatillas rojas de El mago de Oz o el sombrero de Indiana Jone
s. Estas son algunas de las piezas que forman parte de Hollywood Costume, la vasta exposición que este jueves abre sus puertas en la que será la próxima sede del museo de la Academia de Artes y Ciencias Cinematográficas de Hollywood.
 La exposición retoma y expande el material recopilado para el museo Victoria & Albert de Londres con una muestra que quiere explorar la importancia del vestuario cuando hablamos de cine.
Los opulentos vestidos de época son parte de la exposición de la Academia.
En total 150 los atuendos expuestos, conviviendo los clásicos con los modernos, los trajes de época con los más contemporáneos o incluso aquellos que no pertenecen a este mundo.
 Según explican los organizadores de la Academia, su deseo no es alimentar la nostalgia mostrando el cine que fue sino el que será.
 De ahí que conviva la boina de Faye Dunaway en Bonnie & Clyde con la gabardina amarilla de Warren Beatty en Dick Tracy.
  O el atuendo espacial de Hans Solo de La guerra de las galaxias con el del último James Bond que vistió Daniel Craig. Mientras que un maniquí con el esmoquin de Marlene Dietrich en Marruecos le enciende el cigarrillo a otro emulando a Sharon Stone en su provocativo conjunto color hueso del inolvidable cruce de piernas en Instinto básico
. Como recuerdan sus organizadores, el deseo es mostrar la historia del cine mediante sus vestidos pero de una forma entretenida, alejada de esos otros intentos que en el mejor de los casos se parecen a un museo de cera y en el peor, a ropas de muerto colgadas de una percha.
De ahí que la muestra esté elaborada como una película. Un filme que abre los armarios de Hollywood en tres actos y donde los trajes están identificados por su aparición en el guion y no por un aburrido cartelito que nadie lee. También cuenta con actores cuya presencia virtual explica algunos de los atuendos expuestos. Ese es el caso de Meryl Streep, su imagen pacientemente sentada explica al curioso los diferentes detalles de los muchos trajes que han hecho de ella la actriz más veces candidata a ganar el Oscar. Lo mismo ocurre con Martin Scorsese, director y estudioso del cine capaz de hablar de sus películas y de las ajenas, como por ejemplo, sobre el conjunto que vistió Tippi Hedren durante el rodaje de Los pájaros.
El vestuario de los superhéroes de Hollywood no podían faltar.
Dado que esto es Hollywood no pueden faltar los trajes de época como los de Shakespeare enamorado o incluso esos más cercanos, pero igual de opulentos, como los utilizados por Baz Luhrmann y diseñados por su esposa, Catherine Martin, en filmes como Mouline Rouge o El gran Gatsby.
Pero la exposición también mezcla el icónico mono amarillo de Kill Bill con el igualmente recordado tres piezas de macarra de discoteca que vistió John Travolta en Fiebre del sábado noche o el traje casi funerario por el que serán recordados por siempre Los Blue Brothers
. También se han sumado a la fiesta los actuales superhéroes, sus trajes, sus capas y sus escudos incluido ese Superman que con la cara de Christopher Reeve y los calzones rojos por fuera sobrevuela la mucho más sobria, reciente y musculosa malla que vistió Henry Cavill en la última encarnación del héroe de héroes.
Del valor de los protagonistas de esta exposición, que permanecerá abierta hasta el 2 de marzo, nadie habla. En su mayoría son propiedad de coleccionistas privados, y en algunos casos forman parte del fondo de la Academia.
 Ese es el caso de las zapatillas rojas que vistió Judy Garland en El mago de Oz por las que se estima la Academia pagó de los 1,5 a 2,3 millones de euros con tal de preservar este fragmento de magia e historia

 

El escándalo de las tarjetas se cobra otras cinco dimisiones...................................Podemos tiene razón con "las Castas"

Consejeros de Caja Madrid gastaron más de 15 millones de euros con tarjetas b. / atlas

El escándalo por el uso de tarjetas opacas en Caja Madrid y Bankia se ha cobrado este viernes cinco dimisiones, la más destacada la del director de gabinete del secretario de Estado de Hacienda, José María Buenaventura, consejero nombrado a propuesta del PP, que gastó 63.000 euros, según han confirmado a Europa Press en fuentes el Ministerio de Economía.
 Las otras cuatro dimisiones que se han sucedido a lo largo del día han sido la del secretario general de UGT-Madrid, José Ricardo Martínez; la de Ángel Gómez del Pulgar, que ha abandonado la Ejecutiva del Partido Socialista de Madrid (PSM), donde estaba como vocal; la de Rodolfo Benito, responsable de la Secretaría de Estudios de CC OO; y la del gerente de la Empresa Municipal de la Vivienda y el Suelo (EMVS) de Boadilla del Monte, Manuel José Rodríguez, exconsejero de Caja Madrid propuesto por el PP.
Con estos ya son siete los exconsejeros o altos cargos de la entidad financiera que han dejado sus responsabilidades en 48 horas al conocerse este supuesto fraude.

El secretario general de UGT, Cándido Méndez, ha anunciado en Mérida la dimisión de Martínez como consecuencia del informe de Bankia que revela que gastó más de 44.000 euros con la tarjeta que tenía de Caja Madrid por su condición de consejero.
Méndez ha precisado que esta dimisión responde, tal como ha expresado Martínez, al hecho de que "hay una dimensión legal que tendrán que dilucidar los jueces, pero en un responsable político hay una dimensión ética a la que hay que hacer frente". Martínez había señalado este jueves que su dimisión era una "posibilidad muy razonable", aunque aclaró que desde la Ejecutiva Confederal de UGT no había recibido ninguna petición de dimisión.
Sobre los gastos que ha tenido con la supuesta tarjeta b, Martínez explicó que están relacionados con actividades de su papel como consejero en el Consejo de administración y que no la ha utilizado para tener a su disposición efectivo.
"He hecho un uso de tarjeta razonable y razonado como consejero de Caja Madrid".
Mientras, el socialista Ángel Gómez del Pulgar ha abandonado la Ejecutiva del PSM. Su nombre figura en la lista de exconsejeros de Caja Madrid que supuestamente usaron de forma fraudulenta tarjetas de la entidad para gastos privados; en su caso, según la documentación, presuntamente retiró con la tarjeta 149.700 euros.
Fuentes del PSM han señalado a Europa Press que, aunque no se ha cerrado el expediente informativo abierto por el PSOE, se ha tomado esta decisión y Del Pulgar, de acuerdo con las líneas marcadas por la dirección, ya no se sentará en la Ejecutiva madrileña.
El secretario general de UGT de Madrid, José Ricardo Martínez / EFE
Por otra parte, el secretario general de CCOO, Ignacio Fernández Toxo, anunció en una comparecencia realizada este viernes la dimisión de Benito, que entró en la Ejecutiva del sindicato de su mano en el año 2004.
 Benito lideró durante años el sector crítico dentro de la organización, en el periodo en el que el secretario general fue José María Fidalgo.
La dimisión de Manuel José Rodríguez se ha producido después de que el alcalde de Boadilla del Monte, Antonio González Terol, se la exigiera, han informado fuentes municipales a Europa Press.
 Se calcula que podría haber utilizado fraudulentamente con la tarjeta hasta 37.100 euros.
Nada más conocerse la noticia del uso de las tarjetas, el PSOE anunció la apertura de un expediente informativo para estudiar caso por caso.
 Si se verificara alguna irregularidad, se procederá a la expulsión de quien la haya cometido y, además, como anunció el secretario de la formación, Pedro Sánchez, se pedirá que devuelvan el dinero usado de forma irregular.
La utilización de las tarjetas fantasma ha generado múltiples reacciones en los partidos y sindicatos. Además, IU, UPyD y socialistas en la Asamblea de Madrid han acordado pedir una comisión de investigación sobre las tarjetas.

La noche de los ‘chicos ICON’............................................................................................. Luz Sánchez-Mellado


El actor Alec Baldwin alza a su mujer Hilaria Thomas en brazos, en presencia de Santiago Segura. / Claudio Álvarez

Llegó el último, naturalmente.
 Para eso es una estrella de Hollywood y el reclamo con más tirón mediático del evento.
Pero fue entrar en escena y comerse con potatoes las cámaras, los selfies y la moral del respetable. Hizo todo lo que le pidieron los fotógrafos y lo que ni podrían imaginar en sus mejores sueños
. Cogió a su esposa, Hilaria, en brazos.
 Aupó al director de su película, Santiago Segura, a la sillita de la reina. Puso caras. Hizo el ganso.
 Se rió hasta de su sombra y se metió a la exquisita concurrencia en el bolsillo del traje de Pal Zileri que contenía, a duras penas, su desbordante humanidad y algún kilo de más que no puede con el carisma de un actor como un castillo. Alec Baldwin fue ayer el alma de la fiesta.
Pero hubo, además, mucho corazón y vida en el Consulado de Italia en Madrid, donde ICON, la revista masculina de moda y estilo de vida de EL PAÍS, celebraba su primer aniversario.
El escritor Rafael Chirbes, 65 recios años, tiene dos americanas para los compromisos y un número indeterminado de camisetas para todo trote
. Anoche, se enjaretó una de las primeras sobre una de las segundas y acudió a recoger el Premio ICON al Pensamiento, de manos del director de EL PAÍS, Antonio Caño.
 A su lado, el modisto Roberto Etxeberria, 38 años cultivando un estilo propio, recogía el suyo a la Creatividad enjaezado con unos pantalones de jogging —vulgo, chándal— de pitón de su puño y pluma, y unos dilatadores tamaño moneda de dos euros horadándole las orejas.
 Baldwin, 56 vividísimos años, lo observaba todo con la expresión irónica que le proporcionan sus cejas circunflejas mientras aguardaba a recibir su galardón ICON a la Personalidad del Año
. No podía verse más encantado con el paisaje y el paisanaje.
Pese a lo opuesto de sus edades y perfiles, o precisamente por eso, los tres —Chirbes, Etxeberria y Baldwin— podrían ser chicos ICON.
 El poderoso rostro del actor ocupa, de hecho, la portada del número 10 de la revista, que sale hoy a la venta.
 La historia del proyecto es la de “un pequeño milagro”, en palabras de su director, el periodista Lucas Arraut, un veterano del gremio a sus 35 años.
 La proeza de lograr la complicidad de un público fiel que, con una difusión de 300.000 ejemplares, y una audiencia digital de 1,3 millones de usuarios, ha convertido a ICON en la publicación líder del sector en España.
Pero hablábamos de hombres.
 De masculinidades diversas. Esas que ICON presume de albergar en sus páginas.
 De los más hipstéricos —hipsters sin concesiones—, a los más clásicos.
De los más modernos, a los más convencionales
. De los más apocalípticos a los más integrados
. Todos los hombres caben en ICON, rezaba la campaña con que la revista irrumpió en el mercado. Si no todos, sí se pudo ver una variada muestra de varones en su cumpleaños
. Hombres eran, en un 70%, los asistentes.
 Dos datos de urgencia constatados en el terreno: el negro es el nuevo negro y se lleva la barba de profeta y los moños al retortero en el cogote.
Había tipos alternativos, como David Muñoz, el ya no tan niño terrible, a sus 34 años, de la cocina española, que llegó a recoger su premio a la Originalidad desde la cocina de Diverxo, su restaurante tres estrellas Michelin, y se fue pitando a servir la cena.
 Hombres coquetos, como Paco León, el laureado cineasta, que venía de los ensayos de Embarazados, la película que rodará en breve, y que tuvo tiempo de enfundarse un epatante traje de Gucci con chaqueta de terciopelo negro y pantalón butano para recibir su ICON al Carisma. Señores emprendedores, como Javier Goyeneche, creador de la firma Ecoalf, que, a pesar, o precisamente por fabricar prendas de diseño con materiales recuperados de la basura, llegó hecho un pincel a por su premio a la Innovación
. Varones singulares, en fin, como el coreógrafo José Carlos Martínez, director de la Compañía Nacional de Danza, que acudió a recibir su galardón al Arte y la Cultura, o Boris Izaguirre, quien ejerció de ufanísimo maestro de ceremonias.
Clara Lago, premio Musa del Año, y el actor Quim Gutiérrez. / CLAUDIO ÁLVAREZ
Pero también había mujeres, con la actriz Clara Lago, premio Musa del Año, como representación de las chicas ICON que han ocupado un lugar estelar en cada revista
. Un lugar que Arraut quiere que sea de protagonista y no de comparsa.
 De compañera y no de florero. “Ni puritanos, ni sexistas”, podría ser, accede, un lema de su cabecera.
En los corrillos, Chirbes, el escritor que ha ganado todos los premios este año con En la orilla, su descarnada novela sobre la descarnada crisis, ni podía ni quería disimular su afable gesto de pulpo en garaje. “Estoy sorprendido de que una novela tan hosca, hirsuta y cenagosa se haya hecho con un premio tan estiloso”, bromeaba. Cerca, Baldwin, el matón de casino de Torrente 5. Operación Eurovegas, la película que estrena mañana, viernes, corroboraba sin saberlo al genio valenciano: “Cambia la ropa, la comida, el paisaje, pero los problemas son los mismos aquí y en USA”.
Puede que no todos los hombres sean iguales, pero se parecen.
Tanto como una mujer a otra.