Un Blues

Un Blues
Del material conque están hechos los sueños

3 oct 2014

La noche de los ‘chicos ICON’............................................................................................. Luz Sánchez-Mellado


El actor Alec Baldwin alza a su mujer Hilaria Thomas en brazos, en presencia de Santiago Segura. / Claudio Álvarez

Llegó el último, naturalmente.
 Para eso es una estrella de Hollywood y el reclamo con más tirón mediático del evento.
Pero fue entrar en escena y comerse con potatoes las cámaras, los selfies y la moral del respetable. Hizo todo lo que le pidieron los fotógrafos y lo que ni podrían imaginar en sus mejores sueños
. Cogió a su esposa, Hilaria, en brazos.
 Aupó al director de su película, Santiago Segura, a la sillita de la reina. Puso caras. Hizo el ganso.
 Se rió hasta de su sombra y se metió a la exquisita concurrencia en el bolsillo del traje de Pal Zileri que contenía, a duras penas, su desbordante humanidad y algún kilo de más que no puede con el carisma de un actor como un castillo. Alec Baldwin fue ayer el alma de la fiesta.
Pero hubo, además, mucho corazón y vida en el Consulado de Italia en Madrid, donde ICON, la revista masculina de moda y estilo de vida de EL PAÍS, celebraba su primer aniversario.
El escritor Rafael Chirbes, 65 recios años, tiene dos americanas para los compromisos y un número indeterminado de camisetas para todo trote
. Anoche, se enjaretó una de las primeras sobre una de las segundas y acudió a recoger el Premio ICON al Pensamiento, de manos del director de EL PAÍS, Antonio Caño.
 A su lado, el modisto Roberto Etxeberria, 38 años cultivando un estilo propio, recogía el suyo a la Creatividad enjaezado con unos pantalones de jogging —vulgo, chándal— de pitón de su puño y pluma, y unos dilatadores tamaño moneda de dos euros horadándole las orejas.
 Baldwin, 56 vividísimos años, lo observaba todo con la expresión irónica que le proporcionan sus cejas circunflejas mientras aguardaba a recibir su galardón ICON a la Personalidad del Año
. No podía verse más encantado con el paisaje y el paisanaje.
Pese a lo opuesto de sus edades y perfiles, o precisamente por eso, los tres —Chirbes, Etxeberria y Baldwin— podrían ser chicos ICON.
 El poderoso rostro del actor ocupa, de hecho, la portada del número 10 de la revista, que sale hoy a la venta.
 La historia del proyecto es la de “un pequeño milagro”, en palabras de su director, el periodista Lucas Arraut, un veterano del gremio a sus 35 años.
 La proeza de lograr la complicidad de un público fiel que, con una difusión de 300.000 ejemplares, y una audiencia digital de 1,3 millones de usuarios, ha convertido a ICON en la publicación líder del sector en España.
Pero hablábamos de hombres.
 De masculinidades diversas. Esas que ICON presume de albergar en sus páginas.
 De los más hipstéricos —hipsters sin concesiones—, a los más clásicos.
De los más modernos, a los más convencionales
. De los más apocalípticos a los más integrados
. Todos los hombres caben en ICON, rezaba la campaña con que la revista irrumpió en el mercado. Si no todos, sí se pudo ver una variada muestra de varones en su cumpleaños
. Hombres eran, en un 70%, los asistentes.
 Dos datos de urgencia constatados en el terreno: el negro es el nuevo negro y se lleva la barba de profeta y los moños al retortero en el cogote.
Había tipos alternativos, como David Muñoz, el ya no tan niño terrible, a sus 34 años, de la cocina española, que llegó a recoger su premio a la Originalidad desde la cocina de Diverxo, su restaurante tres estrellas Michelin, y se fue pitando a servir la cena.
 Hombres coquetos, como Paco León, el laureado cineasta, que venía de los ensayos de Embarazados, la película que rodará en breve, y que tuvo tiempo de enfundarse un epatante traje de Gucci con chaqueta de terciopelo negro y pantalón butano para recibir su ICON al Carisma. Señores emprendedores, como Javier Goyeneche, creador de la firma Ecoalf, que, a pesar, o precisamente por fabricar prendas de diseño con materiales recuperados de la basura, llegó hecho un pincel a por su premio a la Innovación
. Varones singulares, en fin, como el coreógrafo José Carlos Martínez, director de la Compañía Nacional de Danza, que acudió a recibir su galardón al Arte y la Cultura, o Boris Izaguirre, quien ejerció de ufanísimo maestro de ceremonias.
Clara Lago, premio Musa del Año, y el actor Quim Gutiérrez. / CLAUDIO ÁLVAREZ
Pero también había mujeres, con la actriz Clara Lago, premio Musa del Año, como representación de las chicas ICON que han ocupado un lugar estelar en cada revista
. Un lugar que Arraut quiere que sea de protagonista y no de comparsa.
 De compañera y no de florero. “Ni puritanos, ni sexistas”, podría ser, accede, un lema de su cabecera.
En los corrillos, Chirbes, el escritor que ha ganado todos los premios este año con En la orilla, su descarnada novela sobre la descarnada crisis, ni podía ni quería disimular su afable gesto de pulpo en garaje. “Estoy sorprendido de que una novela tan hosca, hirsuta y cenagosa se haya hecho con un premio tan estiloso”, bromeaba. Cerca, Baldwin, el matón de casino de Torrente 5. Operación Eurovegas, la película que estrena mañana, viernes, corroboraba sin saberlo al genio valenciano: “Cambia la ropa, la comida, el paisaje, pero los problemas son los mismos aquí y en USA”.
Puede que no todos los hombres sean iguales, pero se parecen.
Tanto como una mujer a otra.

No hay comentarios: