En solo cinco años, un refugio alicantino se ha convertido en la meca saludable para famosos de todo el mundo entre quienes se incluyen cantantes, actrices, modelos y hasta jequesas.
Aquí no hay alcohol ni carne roja, ni esas cantidades proteicas que proclama Dukan
. Las proteínas salen de hongos, legumbres y algas en programas macrobióticos que oscilan entre los 500 y los 6000 euros.
Su lista de clientes estrella va de Barbra Streisand a Naomi Campbell pasando por Alejandro Sanz, Elsa Pataky, Isabel Preysler, Julio Iglesias, Andrés Velencoso y Kylie Minogue, y consortes de la política con peculiar estilo de vida, como la jequesa de Qatar o Svetlana Medvédeva (señora de Medvédev).
Los que han estado, lo cuentan...
Barbra Streisand: Nadie sabía que la actriz y cantante estaba hospedada en SHA, hasta que ella misma se fotografió en las zonas comunes con clientes que después se difundieron en redes sociales. Dicen que es fan absoluta del lugar.Isabel Preysler: Tras acudir con Marisa Yordi de Borbón unos días; quiso que su exmarido, Julio Iglesias disfrutase del lugar y se lo recomendó. El cantante le hizo caso y fue.
Alaska y Mario: Fueron de los primeros en acudir. Anécdota es que el marido no contaba con que la cerveza de SHA es sin alcohol. “Mario se puso farruca”, recuerda Olvido. Aun así, quedaron maravillados.
Elsa Pataky: Se hospedó durante dos meses y leyó todo sobre la macrobiótica, donde encontró una fuente de eterna juventud mejor que las operaciones estéticas. Firmó en el libro de visitas como El-SHA Pataky.
Naomi Campbell: Llegó a tal punto su relajación y bienestar que olvidó su famosa mala leche. Su comportamiento en SHA fue ejemplar y disfrutó de las suites privadas con jacuzzi.
En sus pasillos, repostan inhalando oxígeno puro o depurándose con uno de los más de cien tés personalizados que cada día ofrece uno de los tres empleados por huésped, que comprenden más de 30 nacionalidades diferentes en un hotel de lujo que en este lustro ha recibido a 15.000 visitantes de los que aproximadamente el 30% repite experiencia.
Todo empezó como un plan de difusión promovido por la generosidad intelectual de don Alfredo Bataller, su fundador. Este empresario inmobiliario, que tenía su casa de verano justo donde hoy se levanta SHA, fue curado (siguiendo el concepto holístico de la salud que proclama la medicina natural) de una enfermedad crónica muy grave que afectaba a su aparato digestivo:
“Al sanar estaba tan agradecido y conmocionado por estas terapias naturales que quise que la mayoría de la población, que las desconoce, se acercase a ellas para llevar una vida más saludable y mejor
. Así que convertí mi casa en una especie de hotel, clínica y escuela en la que aprender a vivir del mismo modo que me habían salvado la vida”.
Pudiendo haber caído por la pendiente del hippismo, Bataller prefirió entender sus cinco pabellones como un lugar único cargado de lujos que no se ven pero que transmiten relax: un ambientador lemongrass exclusivo, el sonido de una cascada de diez metros que se escucha en el hall o una piscina infinity con vistas a Sierra Helada, el pico Puig Campana, Benidorm y la Bahía de Altea.
Y ante su éxito, once países han pedido tener un SHA; pero Bataller, que dice que su proyecto es “más del corazón que de la cabeza” se centra por el momento en culminar lo ya empezado y ha comprado el chalet contiguo para ampliar la zona de spa. También tiene un proyecto con el ayuntamiento de Alfaz del Pi para construir un huerto de agricultura orgánica que abastezca al restaurante SHAMADI, en manos de un equipo de cocineros discípulos de Ferran Adrià (quien pasó una temporada allí cuando decidió cerrar El Bulli) y que ofrece una carta con productos orgánicos personalizada para la dieta de cada cliente.
Cuentan que una señora acudió a SHA para asistir a unas conferencias y le gustó tanto que decidió darse el lujo de dormir en uno de los canapés óptimos para el descanso con sábanas de algodón de 700 hilos que tienen aquí ( la noche puede costar desde 230 euros en individual y 290 la doble a una royal suite de 6.000)
Tras pasar la noche decidió ahorrar durante un año para volver cinco días y renunciar a los quince que pasaba en su anterior destino por el mismo precio.
Al final esto de los destinos es algo cultural y de bolsillo, pero lo que no cuesta ni lo que Dukan pide por su libro es la información que SHA comparte en las redes sociales. A su SHA TV y su blog Método SHA, cargados de recetas, trucos, suman tienda online con los mismos productos que tienen en este remanso de paz con toque digital en el que hasta la contraseña de wifi es saludable: HEALTHANDWELLNESS, todo junto y en mayúsculas.