Un Blues

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Del material conque están hechos los sueños

29 sept 2014

Miguel Boyer, tres décadas junto a Isabel Preysler......................................... Mábel Galaz

El exministro dejó su carrera política y se alejó de la vida pública por quien ha sido su mujer durante 26 años.

 

Miguel Boyer e Isabel Preysler, en julio de 2012 en su casa de Madrid.

Miguel Boyer e Isabel Preysler han vivido una historia de amor durante casi 30 años, los primeros de manera clandestina
. Fue una relación que comenzó turbulentamente —ambos estaban casados— y que pronto se convirtió en una de las más sólidas del panorama social español. Boyer lo dejó todo por ella, incluso el Ministerio de Economía del gobierno de Felipe González.
 Ella, a cambio, redujo al máximo sus apariciones públicas para acomodarse a la vida más discreta que él prefería.
 Desde que en 27 febrero de 2012 Boyer sufriera un derrame cerebral, Preysler no se ha separado de su marido. "Salgo con mis amigos, intento llevar una vida normal, pero mi prioridad es Miguel".
 En su lujosa casa de la urbanización madrileña de Puerta de Hierro han discurrido los últimos días del exministro
. Allí su familia dispuso todas las comodidades posibles para facilitar el día a día de Boyer que, aunque bastante recuperado, tenía problemas de movilidad tras su accidente cerebral.
  Su muerte ha sido algo inesperado para toda la familia.
 El fallecido ingresó en la mañana del lunes en la clínica Rúber al sentirse mal.
Fue en su casa donde la pareja se dejó ver por última vez hace dos años
. En una exclusiva a la revista ¡Hola! el matrimonio posó y habló de la enfermedad de Boyer, que le mantuvo en coma y muy grave durante varias semanas
. "Estoy contento, muy contento. Gracias a mi mujer, me he salvado" confesaba el exministro de Economía. Y añadía: "De lunes a sábado hago rehabilitación; por la mañana, en un centro especializado, y por la tarde, en casa, y además nado en la piscina
. Solo tengo palabras de agradecimiento hacia mis médicos y mis amigos". Y, además, confesaba cómo había comprobado que "la vida te puede cambiar en cuestión de segundos".
Este verano Boyer se decidió a pasar unos días de vacaciones fuera de su domicilio
. Estuvo con Isabel Preysler en casa de unos amigos en Marbella. "Han sido solo unos pocos días. Miguel por muy bien que esté donde mejor se encuentra es en casa", explicaba Preysler.
Toda la familia ha manejado con discreción la enfermedad de Boyer
. "Está bien, va poco a poco", han repetido una y otra vez tanto Isabel Preysler como Ana, la única hija del actual matrimonio del exministro.
Los hijos de Isabel Preysler han estado también muy pendientes estos años del "tío Miguel" como llamaban al tercer marido de su madre.
Pero ha sido Ana, la hija del matrimonio, el gran apoyo de su padre.
 La joven, de 25 años, ha heredado la inteligencia del exministro y la elegancia de su progenitora. Una de las últimas alegrías que recibió Boyer fue ver cómo su hija iniciaba su vida laboral como analista financiera y comenzaba una relación con el tenista Fernando Verdasco.
A los 36 años Isabel Preysler se casó con Miguel Boyer, entonces presidente del Banco Exterior de España, de 48 años
. Fue una ceremonia tan discreta que no asistió ninguno de sus familiares.
 Para ella era su tercera boda, la segunda para él.
 Se celebró en los juzgados de la calle de Pradillo, en Madrid. Actuaron como testigos Margarita Vega Penichet y el abogado José María, Amusátegui.
Ella se había casado de blanco a los 20 años con Julio Iglesias; con 29 años volvió a contraer matrimonio canónico, vestida de salmón, con Carlos Falcó, marqués de Griñón
. Boyer estuvo casado hasta esa fecha con la ginecóloga Elena Arnedo, con quien tenía dos hijos. Preysler aportaba al matrimonio tres hijos, Chabeli, Julio José y Enrique, de su matrimonio con Julio Iglesias, y una niña, Tamara, de su matrimonio con Carlos Falcó.
 De su unión nació Ana.

Adiós al primer ministro socialista de Economía » Muere Miguel Boyer............................................... Miguel Ángel Noceda

El exministro socialista de Economía ha fallecido por una embolia pulmonar.

 

Miguel Boyer, en Zaragoza en 2009. / Javier Cebollada (EFE)

El exministro socialista Miguel Boyer ha fallecido este lunes en torno a las 12.15 en la clínica Rúber Internacional de Madrid, donde ingresó de urgencia esta misma mañana, según informan fuentes cercanas a la familia.
 La causa del fallecimiento de Boyer, que tenía 75 años, ha sido una embolia pulmonar.
 El que fuera ministro de Economía en el primer Gobierno de Felipe González sufrió en 2012 una hemorragia cerebral de la que se recuperaba lentamente, pero que le dejó, entre otras secuelas, problemas de movilidad.
Miguel Boyer Salvador (nacido en 1939 en San Juan de Luz, Francia, durante el exilio de sus padres) se ha ganado un hueco en la historia de España.
 Era un hombre reflexivo con fuerte carisma, cuyas opiniones solían tenerse muy en cuenta, aunque a veces no estaban exentas de polémica
. Fue diputado del PSOE y ministro de Economía y Hacienda con Felipe González; se dio de baja por controversias sobre la incorporación al euro.
 Luego asesoró a José María Aznar y se incorporó a la Fundación FAES; también se dio de baja por ser contrario a la invasión de Irak.
Durante el Gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero, éste le "escuchaba", aunque en su cabeza no cupo volver a la actividad política
. En su tiempo se puso el embrión del contrato temporal y se inició una primera reforma de las pensiones que granjeó un vendaval entre PSOE y UGT.
 Boyer defendía la reforma laboral y el alargamiento de la edad de jubilación, instó a profundizar en las reformas estructurales que precisamente impulsó con el denominado decreto Boyer de liberalización de horarios comerciales y actualización de alquileres.

Cuando dejó de ser ministro en 1985, tras exigir sin éxito una vicepresidencia económica, pasó a presidir el Banco Exterior.
 Posteriormente, presidió CLH (la antigua Campsa) y trabajó para FCC. Después colaboró en el grupo Hispania de José Ramón Carabantes y es consejero de Reyal Urbis y Red Eléctrica.
Conocido como "el superministro" en los años en que fue titular de Economía, Hacienda y Comercio con Felipe González, Boyer será también recordado por haber llevado a cabo la expropiación de Rumasa.
 Para la historia quedan las imágenes del presidente de Rumasa, José María Ruiz-Mateos, atacando al grito de "¡qué te pego leche!" a Boyer, a quien persiguió sin descanso disfrazado de Supermán o de presidiario, entre otras cosas.
De su etapa en el Gobierno socialista queda, además, una estricta política monetaria dirigida a controlar la inflación, así como el choque ideológico con el entonces vicepresidente, Alfonso Guerra. La salida de Boyer del Gobierno en julio de 1985 a petición propia se justificó en el cansancio, pero inevitablemente fue interpretada como la victoria de Guerra.
A su dimisión le siguió un distanciamiento con el PSOE que le llevó a abandonar las filas del partido en 1996.
Tras su paso por el patronato de FAES dio otro giro por el que volvió a acercarse al PSOE y al Gobierno de Zapatero.
Tras su primer matrimonio con la ginecóloga Elena Arnedo, con quien tuvo dos hijos, se unió a la reina de la prensa del corazón, Isabel Preysler, con quien ha estado casado más de 26 años y tuvo una hija, Ana.

28 sept 2014

“Me decían: ‘Son cosas de crías”.............................................................. Patricia Gosálvez

La madre de Carla Díaz, que se suicidió con 14 años, logra reabrir el caso con nuevas pruebas

El fiscal expedienta a dos excompañeras de la niña por acoso escolar.

Montserrat Magnien muestra una imagen de su hija Carla. / PACO PAREDES

La madre lleva tatuado en la muñeca el nombre de su hija rodeado por el símbolo de infinito. Montserrat Magnien no piensa parar hasta que la justicia investigue a fondo por qué Carla se tiró con 14 años de un acantilado en Gijón.
 La madre sabía cosas, pero no todo. Sabía que Carla se ponía el flequillo sobre el ojo estrábico porque en el colegio la llamaban “bizca” —“Lo primero que salía en Google cuando tecleabas su nombre era ‘virola”—. También sabía que un grupo de niñas le decían “bollera”
. Las notas empeoraron, y Carla llegó a hacerse cortes en los brazos (que se tapaba con pulseras). Cuando le preguntaba qué le pasaba, “iba de fuerte”: “Bah, no te preocupes, paso de ellas, mamá”. Cuando preguntaba en el colegio, le decían: “Son cosas de crías, están en la edad...”. Montserrat Magnien insistió, llevó a su hija al psicólogo como le indicaron y se puso a mirar otros colegios... Pero ya no dio tiempo.
Un año y medio después del suicidio, tras dos denuncias por acoso escolar, la Fiscalía de Menores de Asturias ha expedientado (a los menores no se les imputa) esta semana a dos compañeras de Carla por acosarla en el colegio Santo Ángel de la Guarda de Gijón.
 “Por un lado estás agradecida de que por fin te hagan caso”, dice Montserrat. “Pero la pérdida puede a todas las alegrías”.
Acantilado de Gijón donde Carla Díaz se suicidó en 2013 tras sufrir acoso escolar. / PACO PAREDES
Tras la muerte de Carla hubo una primera investigación y su madre descubrió entonces cosas que no sabía
. Los insultos eran diarios y también tenían lugar en Facebook, Tuenti y Ask.fm, redes sociales en las que Montserrat aún pasa noches navegando en busca de pistas.
 También descubrió que “las de siempre” le habían tirado a Carla agua de los servicios y que la habían agredido fuera del colegio
. A la cara, le decían “Topacio, un ojo para aquí y otro para el espacio”. En las redes, compartían imágenes de un POU (especie de Tamagochi) bizco al que llamaban Carla.
“Todo el colegio se metía con ella”, dijo un alumno tras la muerte de Carla

Lo contaron sus compañeros
. La niña “estaba harta de los insultos y no entendía porque se metían con ella si no había hecho nada”.
 La madre denunció por acoso e inducción al suicidio a las cuatro niñas que mencionaban los testigos. El fiscal de menores de Asturias —igual que el juez de instrucción y el inspector escolar antes que él— no vio indicios suficientes y archivó el caso en enero.
 Pero Montserrat no se rindió.
Con nuevos abogados, la madre de Carla presentó en abril —antes de que se cumpliera un año de su muerte—, una segunda denuncia en la que no se menciona la inducción al suicidio —un delito muy difícil de demostrar, más aún en menores—, sino un delito contra la integridad moral, vejaciones e insultos.
 Los letrados Leticia de la Hoz y Luis Manuel Fernández trufaron su denuncia de pruebas, como esta conversación de Facebook entre Carla y su hermana Andrea, de 25 años, un par de meses antes del suicidio:
— Carla: “Acompáñame. Contigo no me va a decir nadie nada, no tienen cojones”.
— Andrea: “¿Pero qué pasa nena? Cuéntame”.
— C. : “Na, que se meten conmigo...”.
— A.: “¿Quién? ¿Por qué? ¿Del cole? ¿O de fuera?”.
— C.: “Del cole (...), las de siempre”.
Carla le cuenta a su hermana que se rumorea que le quieren pegar y que nadie se atreve a defenderla. Andrea promete ha- blar “civilizadamente” con ellas y aconseja que se lo cuente a la directora. “Que ya lo sabe”, le responde Carla dos veces.
El fiscal: “Nuevas pruebas demuestran que pudo haber acoso continuado”
La denuncia también recoge comentarios de compañeros de Carla en redes sociales tras su muerte: “Todo el SAG [acrónimo del colegio] se metía con ella”, dice una; “¿Asesina por qué?”, se defiende otra, “Yo sí, me metí con ella. ¿Y? ¿Soy la única persona acaso? Creo que no, eh”. Otro confiesa: “Era una niña muy fuerte, aguantó hasta el último día de su vida los insultos de todos esos hijos de la gran..., me incluyo entre ellos”.
“Estas nuevas pruebas demuestran que efectivamente pudo haber un acoso continuado”, explica el fiscal de menores astu- riano Jorge Fernández Caldevilla, que rectificó su decisión en abril abriendo las diligencias que han desembocado en estas dos aperturas de expedientes —Montserrat denunció a cuatro niñas, pero una de ellas era menor de 14 y por tanto inimputable cuando se produjeron los hechos, y la otra había tenido una pelea puntual con Carla—.
 El fiscal subraya, sin embargo: “En ningún caso hay pruebas para creer que las meno- res expedientadas actuaron con la intención de que Carla se suicidase, lo que pudo deberse a muy diversos factores y cuyo esclarecimiento no nos compete”.
Cuando Carla murió, su colegio —que pertenece a la misma congregación que un centro sevi- llano recientemente denunciado en otro caso de acoso— mandó un SMS de pésame a Montserrat y comunicó a padres y alumnos que el suicidio se debió exclusivamente a “asuntos familiares” —la niña mencionó que estaba triste porque su hermana se había independizado—. No hablaron más del tema. “Prefieren taparlo”, lamenta Montserrat. “Entre los padres también hay silencio, porque nadie quiere líos y menos aún meter a sus hijos en líos”.
El centro aseguró al resto de padres que el suicidio se debía a “asuntos familiares”
Pero entre las pruebas presen- tadas hay varias actas del colegio sobre reuniones de Montserrat con las profesoras de su hija
. La primera, un año antes del suicidio, menciona “problemas de relación” con un grupo de alumnas y recomienda que Carla “no respon- da a las provocaciones” . La última, un par de meses antes del suicidio, reconoce el acoso de las expedientadas y añade: “Medidas a adoptar: Vigilar tema acoso de más alumnas de 2ºB”. “No puede ser que te vayas a trabajar pensando que dejas a tu hijo en un sitio seguro y pase algo así”, lamenta Montserrat.
 “¿Crees que ahora no hay otro niño sufriendo lo mismo que sufrió Carla?”, pregunta.
Sus abogados persiguen “un castigo simbólico” para las dos niñas expedientadas (tareas socioeducativas, reeducación) y responsabilidad civil para el colegio por pasividad y falta de diligencia
. El día que Carla no apareció en el centro no avisaron a su madre. “Pasaron cuatro horas desde que salió de casa y la hora de la muerte”, dice Montserrat.
 “Podíamos haberla encontrado”.
Se burlaban de Carla por un ojo estrábico. Ella intentaba taparlo con el flequillo
Desde la Asociación contra el Acoso Escolar de Asturias (985 15 50 72), Encarnación García urge a los colegios a actuar ante el primer indicio.
“Muchos docentes miran para otro lado y van ganando tiempo hasta que el acosado acaba por irse del colegio”.
Según García, cada vez se dan más casos entre niñas y el acoso es más común en centros concertados y privados.
 En cuanto los padres perciben “algo”, aconseja registrarlo por escrito, contarlo en el colegio, ir al pediatra, pedir una inspección escolar y “evitar que vaya a más”.
El 11 de abril de 2013 llovía.
 Carla tuvo que cruzar, vestida de uniforme, todo Gijón para llegar al acantilado donde encontraron su mochila y su chaqueta.
 Faltaban su queridísima sudadera blanca y negra de corazones y su Blackberry (donde según una amiga, había dejado notas de despedi- da para su madre y su hermana).
“Alguien tuvo que verla llegar hasta allí; necesitamos que hable”, repite Montserrat, convencida de que nunca se investigó bien el suceso.

 

Entrar sin llamar........................................................................ Boris Izaguirre.

Gala León, la nueva capitana de la Davis, dijo que pensaba llamar a la puerta, muy prudente, pero en realidad habría que promover una etiqueta #galaentrasinllamar.

 

Feliciano López Y Fernando Verdasco en una playa de Ibiza.

Visto y leído lo que se ha publicado sobre la dimisión del exministro de Justicia, Alberto Ruiz- Gallardón, se puede concluir que Gallardón tuvo más éxito defendiendo la buena conducta y honorabilidad de Mar Flores hacia el final de los años noventa, que defendiendo la reforma a la ley del aborto propuesta y luego abandonada por el Gobierno de Mariano Rajoy.
Tampoco fue algo fácil el salir en defensa de una mujer que en esos años era acusada, señalada, vigilada por la agresiva prensa rosa y que en 1997 luchaba judicialmente por la custodia de su primer hijo.
 En aquel entonces Gallardón era presidente de la Comunidad de Madrid y consideró un deber defender la honorabilidad de la modelo como madre.
 Firmó una carta dirigida al Tribunal de Turín donde se dirimía judicialmente el caso.
 Salió bien, Mar Flores mantuvo la custodia de su hijo aunque compartida con su primer apuesto marido.
 Sin embargo, la defensa de la reforma de la ley del aborto no tuvo el mismo resultado para el político.
 Afortunadamente en España parece más fácil defender a una modelo que molestar a todas las mujeres.
 Ruiz Gallardón ahora está más en sintonía con Naty Abascal que asegura en su página de ¡Hola!, “El universo de Naty”: “Es hora de nuevos propósitos. De mirar hacia la nueva temporada con mucha ilusión y hacer balance de las nuevas tendencias”.
Gallardón dimite y se disparan los índices de audiencia, pero de las cadenas privadas
Gallardón dimite y se disparan los índices de audiencia, pero de las cadenas privadas porque en la pública optaron por no alterarse y mantuvieron su programación sin informar en directo de la dimisión
. A lo mejor estaban más pendientes de la dimisión de su propio presidente, asfixiado por los recortes impuestos a su trabajo.
 La no cobertura de la dimisión del año los ha dejado aún más lejos de la audiencia.
 Intentaron salir del paso explicando que tuvieron problemas de señal. Claro, con tantos cortes y recortes es complicado garantizar una buena señal pública.
Como en España no podemos vivir sin un notición eclipsando a otro, no había pasado ni 24 horas del teatral adiós de un ministro cuando la Audiencia de Málaga informó a Isabel Pantoja que disponía de diez días para gestionar su ingreso en prisión.
 Diez días y diez noches son mucho en una situación de crisis.
 Entre otras cosas, probablemente Pantoja valore qué podría generarle esa atención mediática extra: ¿entrar o no a la prisión?
 No sería la primera vez que la radiante reina de la copla posa sus pies y su duende en la cárcel
. En 2007, la cantante pernoctó en los calabozos de la comisaría de Málaga protegida por una pashmina dramática e infiel que nadie osó quitarle
. Al ser una de las profesionales que mejor sabe de nuestra necesidad de melodrama, Pantoja entiende que una entrada suya en la cárcel le provocará más ingresos que críticas
. Ella sabe defender ese tempo, ese pathos, como nadie en nuestro entorno.
 La entrada no solo disparará índices de audiencia y venta de revistas, sino que generará contenidos hasta la llegada del turrón de navidad.
Además está familiarizada con negociar sus intimidades en forma de abultado paquete. Probablemente al ingreso le seguirá la primera visita de sus hijos, Chabelita (que ya tiene su propia audiencia) y Kiko, que multiplicará el emocionante encuentro en las redes sociales, a lo mejor consigue un contrato como dj no residente en el centro penitenciario.
 Y por último, la gira de conciertos que si Pantoja tuviera un manager avezado debería iniciar en el mismo patio de la prisión: “La copla de la cárcel”. Y todo sin cortarse el pelo
. ¿Qué hace L'Oreal que no la reclama para uno de sus anuncios de “porque yo lo valgo”?
Aprovechando este revuelo, Mariló Montero remonta en audiencia mientras sus telespectadores se preguntan si se habrá hecho algo en el rostro
. Algunos dicen que recuerda a una top model de los noventa, una década que al parecer es tendencia. Montero es una joven navarra pese a que todos la creamos muy sevillana y si existen retoques, digamos que le han sacado ese lado norteño.
“Yo la veo como si de verdad se llamara Estíbaliz”, insiste una experta esteticién y agrega: “Cada día creo más en esa frase de que a partir de una edad empiezas a tener no la cara que te mereces, sino la que puedes mantener”.
La verdad que no nos imaginábamos tanto machismo en la élite del tenis español
Una mujer que está dando la cara es Gala León. Apenas ser nombrada capitana de la selección nacional de la Copa Davis, León no ha parado de ser noticia.
Algunos tenistas, amigos de ella en la cancha, criticaron y afearon su nombramiento.
 Por ser mujer. La verdad que no imaginábamos tanto machismo en la élite del tenis pero hay que reconocer que en determinados sectores gustó mucho la noticia de que nuestros apolíneos tenistas se pasan el día desnudos, entre vapores y sudores hablando tranquilamente entre ellos y exhibiendo su camaradería, porque no hay mujeres merodeando en el vestuario.
 Aunque se cubran con una toallita, es delicioso imaginarse ese ambiente en el que Fernando Verdasco y Feliciano López, por ejemplo, están semidesnudos hablando deportivamente de la dimisión de Gallardón, de las tribulaciones de Pantoja o de sus pelotas.
 León dijo que ella pensaba llamar a la puerta antes de entrar, ¡toc toc!, muy caballerosa, y prudente, pero en realidad habría que promover una etiqueta leyendo: #Galaentrasinllamar.